Capítulo 6 - Despojo humano

"Nota de la autora: Hola, antes de empezar a leer este capítulo quiero AVISAR de que tiene contenido sensible. Es Mineta siendo Mineta pero peor con los años. Desgraciadamente es necesario para la trama. Si queréis saltar el capítulo adelante.

Ser prohero era genial. El sueño de muchos niños en el país. El sueño que vivía Mineta cada día. A pesar de apenas rozar el metro quince eso no lo hacía menos visible ante la crítica y la prensa. Y es que Minoru Mineta, más conocido por Grape Juice era un héroe diurno de gran fama. Sus bolas violetas eran de un material resistente. Era super útil a la hora de capturar a villanos e inmovilizarlos. Un movimiento rápido, un poco de puntería y al siguiente trabajo. La policía ya acabaría por recoger los villanos que dejaba atrás el héroe.

Grape Juice se estaba moviendo con rapidez en las listas alzándose hacia los primeros puestos. Estar entre los top ten era, sin duda, una fuente de orgullo y admiración. No había ego herido por su baja estatura. No había días malos para el héroe. Sus mañanas comenzaban de forma radiante con un desayuno en su ático privado con cine y jacuzzy en la terraza. Una buena comida daba el sustento necesario a su pequeño cuerpo para mantenerse en movimiento buena parte de la mañana.

Luego comenzaba su jornada de héroe. Que las rondas de patrullaje le tocasen por la mañana le beneficiaba más de lo que al principio le pareció cuando se lo propusieron. Le permitía saludar a los estudiantes cuando iban de camino a la escuela. Podía desearles los buenos días a las trabajadoras que iban de camino a su puesto. Saludaba, hablaba con los transeúntes y hacía toda foto que así le propusieran.

Firma autógrafos, posaba y sonreía como si viviese en un anuncio de dentífrico.

Tras una pausa para comer tocaba el trabajo de oficina. Lejos de lo que la gente pensara, Minoru Mineta era muy diligente a la hora de completar los informes. La UA lo había entrenado bien. Archivas casos viejos, revisar los que aún estaban abiertos, rellenar las detenciones del día… y dependiendo de la estación del año llegaba su momento favorito.

Ese día en que llegaban las solicitudes para hacer prácticas en su agencia bajo su tutela. Era un proceso selectivo con un sesgo cercado. Todos los perfiles de los estudiantes masculinos terminaban en la papelera sin llegar nunca a ser leídos.

En cuanto a los perfiles restantes de estudiantes femeninas se evaluaba dependiendo de muchos factores. Su edad. Su don. Su aspecto… y es que a Mineta le encantaba tener a jóvenes en uniforme en su agencia. Le gustaba que fueran menores. Y sobretodo se centraba en "acoger" aquellas estudiantes con un don inofensivo para poder "enseñar" como sacarle partido.

Al final tan solo quedaban un par de carpetas sobre la mesa. Y la última decisión la hacía de una forma más… simple. Echaba el cerrojo en la puerta del despacho y cerraba las cortinas. Abría las carpetas y dejaba las fotos de las jóvenes sobre la mesa. Lo demás era bajar la cremallera del pantalón y comprobar con quien se excitaba más.

Mineta adoraba ser héroe y poder acoger a jóvenes inexpertas. Tan dóciles… tan ingenuas… puras… aish, la juventud. Tenía un sabor y un regusto dulce muy diferente. Adoraba cuando llegaba una nueva remesa y las sometía. Ellas nunca hablaban. ¿A quién creerían? ¿A una adolescente o a un prohero?

Una vez hecha la selección se limpiaba y enviaba los emails de confirmación. Lo que quedaba en su día era salir por la tarde a pasear por la calle en las horas punta donde más bragas podía ver bajo las faldas desde su perspectiva. Nadie desconfiaría de un prohero, ¿verdad?

Minoru Mineta era un héroe que estaba de lado de los buenos.