Capítulo 10 - Los 3 Grandes de la UA
Los sábados por la tarde resultaban más divertidos tras una intensa semana de clases y entrenamientos. Ni estando en primero de la rama heroica se podía decir que podían respirar. La UA seguía siendo la escuela líder en todo el país. Héroes dentro del top 10 salían de su academia. Y a pesar de que el ranking llevaba años sin formarse la fama seguía existiendo. Todo el mundo sabía de donde provenía la gran generación del 1A.
Por eso haber entrado en la UA y pertenecer a la clase A resultaba algo profético. Estar dentro de la clase A la misma en la que sus ídolos habían permanecido. La misma clase que el pro hero Deku. Ese era un honor tanto para Eri como Kota y Katsuna sentían profundamente. Pero ese mismo honor no los libraba de los duros entrenamientos bajo la atenta mirada de Aizawa. No había trato preferencial para nadie. Ni para la hija del profesor.
Por eso las tardes de los sábados se convertía en un respiro. Toda la clase había decidido salir al centro comercial y ver una película. Mientras la clase estaba decidiendo qué podrían ver un pequeño grupo de tres se quedó rezagado. Los tres de siempre. Los tres fans. Como siempre hablando de Deku. Ambos estaban señalando los lugares en donde creían que tal vez había estado Izuko con el super villano Tomura Shigaraki.
—Seguro que fue en este mismo lugar en el que ambos se sentaron…
—Ochako nos dijo una vez que Shigaraki lo tenía agarrado por el cuello con un dedo alzado amenazándolo— contó como si fuera una historia de terror Eri en casi un susurro.
—¡Y Deku fue tan genial, con mente fría y evitó que hiciera daño a los civiles! — comentó con alegre Katsuna rompiendo el aura tenebroso que estaban trabajando tanto Kota como Eri.
Kota suspiró y se apoyó contra su amiga.
—¿Cómo puedes ser tan…?
—¿Tan qué? — Katsuna preguntó con una inocencia que hacía sentir mal hasta el propio Kota. Un angelito.
Kota suspiró derrotado.
—Así.
Eri le propinó un codazo a Kota.
—Deja en paz a Tsuna.
El rostro de Katsuna se alborotó con un sonrojo ante el apodo de Eri. Tsuna le resultaba muy femenino aunque siendo sinceros su apariencia tras el paso de los años no había ayudaba mucho.
—¡Si estuviera aquí su hermana podríamos ver a Deku siendo un héroe aquí!
—¡Mahoro está demasiado ocupada siendo ya una heroína como para venir a centros comerciales con nosotros!
Eri posó las manos sobre su cintura poniéndose seria.
—Además, mi hermana no es una especie de telev…— comenzó a decir con hilo de voz Tsuna siendo cortado rápidamente por Kota.
—Se os ha subido mucho a la cabeza desde que Iluma — la hermana mayor de Tsuna— ha empezado a trabajar en la agencia de Dynamight.
Eri se cruzó de brazos y esbozó una sonrisa.
—¡Iluma se entrenó y trabajó muy duro para entrar a trabajar con Kachan! Tienes envidia porque este año no has podido hacer las prácticas con Dek…
—NO ES ESO— chilló Kota completamente rojo acabando el grito en un gallo. Claro que era eso. No hace mucho había sido el festival deportivo de primero. En sus ofertas no apareció Deku—. ¡Pienso ser el próximo número 1 cuando Deku se retire!
—Pero si ya no hay números uno ni dos ni… — añadió Tsuna.
Kota agarró a su amigo y lo rodeó por los hombros hasta pegarle la pantalla del teléfono en su propia cara.
—¡Mira! Van a volver a hacer el ranking de héroes. ¡Y yo tengo una entrada para ir a la gala!
Eri miró extrañada a Kota.
—Pensé que no te gustaría que volviesen a hacer ese tipo de cosas, Kota.
Kota se enfrió en ese momento soltando a su amigo y dejándole el móvil para que siguiera leyendo el artículo. Se metió las manos en los bolsillos de los pantalones y se balanceó sobre la punta de los pies.
—No estoy a favor del ranking. No me gusta que los héroes hagan las cosas por fama. Pero Deku no es así. Deku es el mejor. Me gustaría ver como sube al escenario y que se lleve el reconocimiento por todo su duro trabajo. En agradecimiento a todos los que nos salvó.
Para cuando Kota terminó de hablar ensimismado sus dos amigos lo miraban fijamente con una sonrisa dulce. El pánico y la vergüenza asaltó a Kota que lo tornó todavía más rojo.
—¡Eres un softy, Kota!
—¡CÁLLATE!
Eri rompió a reír y acabó enganchando a sus dos amigos del brazo para empujarlos en dirección al cine.
—¡Algún día los tres estaremos en ese escenario al lado de Deku y Kachan! — prometió ella.
—¡Seremos los mejores héroes! — asintió Tsuna apretando el puño enfatizando su promesa.
—Seremos la clase de héroes con los que todo el mundo pueda contar— añadió Kota.
Los tres amigos inseparables se acercaron al resto del grupo de primero que estaba haciendo ya cola en la entrada del cine. Siguieron hablando de cómo se convertirían en héroes y crearían su propia agencia. Una agencia como la del todavía no proclamado héroe número uno. Una en la que cuidarían de todos sin importar el caso. Una en la que no tendrían miedo en meter las narices en los casos que nadie más querría. Una en que los hasta lo imposible se volvería posible. Ellos serían los próximos tres grandes de la UA.
Y mientras parloteaban no se dieron cuenta de cómo alguien los seguía de cerca con la oreja muy puesta en su conversación. Era como ver jóvenes gatitos con la ilusión de comerse el mundo cuando todavía no sabían lo que el mundo… podría hacerles. Aunque, para esos tres gatitos su mundo ya había sido destruido más de una vez.
Los tres se entremezclaron entre los compañeros cambiando rápidamente de conversación para unirse a la discusión sobre qué película verían. Todo parecía como cualquier otra tarde de sábado en el que Kota se negaba a ver una película con animales porque sabía que terminaría llorando y no quería que el resto de su clase lo supiera. Tsuna no tenía miedo de admitir que lloraría hasta la última lágrima dentro de sí pero aun sabiéndolo la vería y amaría la película. Eri… Eri era de esas personas que sabía que eso era una película. ¿Para qué llorar sabiendo que realmente ningún animal lo pasaría mal? Por dios, era CGI. Ella tan solo se dejó llevar por lo que decidieran el resto de sus compañeros.
Para Eri pasar el tiempo con ellos era más valioso que cualquier película.
Todos estaban tan ensimismados con entrar a la sala del cine que ninguno de dio cuenta cuando Eri se quedó por un momento atrás hablando con alguien con quien se acababa de encontrar.
Para cuando las luces se apagaron en la sala Kota se giró para preguntar algo a Eri. Ella ya no estaba. Se quedó mirando a todos lados desconcertado. Cuando preguntó a Tsuna él tan solo lo miró sin entender.
—Estaba a tu lado, Kota.
Genial. Una ayuda increíble.
Kota se dispuso a levantarse para ir en busca de su amiga cuando esta apareció de pronto corriendo y se sentó a su lado sin decir una sola palabra.
Toda la clase A podía ahora disfrutar de su película juntos.
