CAPÍTULO 4
Sigrid había sido invitada a una cena en el Slug Club, aunque fue una invitación, para ella más bien sonó como un 'si no aceptas le diré al director que no estás cumpliendo con tu castigo' por parte de Slughorn. De todas formas, no estaría tan mal, Jacob y Regulus eran parte del mismo, aunque Rosier también, pero estaría bien mientras los otros chicos estén a su lado, aunque solo Jacob sabía completamente su situación con el chico.
Después del éxito en su partido, Sigrid empezó a pasar más tiempo en la biblioteca, solo salía a clases y a la hora de la comida, prefería ocupar el poco tiempo que tenía para sus TIMOs aparte de trabajar en el proyecto del club de pociones, estaba harta del club y eso que solo llevaba 4 semanas, pero como siempre, esperaba terminar su investigación con el mayor éxito posible.
El jueves por la tarde, se encontraba en la sección de Herbología, Amelia le había recomendado un libro que le ayudaría a hacer su resumen sobre los beneficios del jengibre, se había sorprendido incluso que le contará que los muggles suelen utilizarlo para muchas cosas, Sigrid sacaba buenas notas en Herbología, pero le tenía miedo a la materia, siempre sentía que en algún momento una de esas plantas le haría daño, a diferencia de su mejor amiga, la cual amaba todo lo relacionado con la naturaleza. Amelia se encargaba de mantener los nervios de Sigrid siempre por lo bajo, incluso en Cuidados de Criaturas Mágicas, Sigrid le tenía miedo también a los animales, un perro y un kneazle la habían mordido cuando era un poco más joven y un gato la había aruñado en toda la cara cuando era solo una niña, desconfiaba por completo porque pensaba que esos animales que en ocasiones eran más grandes, podrían hacerle cosas peor que un perro o un gato, el único animal en el que confiaba era en su gato Loki que dormía todas las noches con ella en su cama y en la lechuza de su familia, ni siquiera se llevaba bien con la lechuza de Amelia, se sorprendía de lo mucho que había logrado sobrevivir durante esos años en ambas materias.
- Sigrid, me da gusto verte - Alguien la sacó de sus pensamientos tontos mientras tomaba el libro de uno de los estantes.
- Regulus, que sorpresa – Sigrid le dedicó una sonrisa.
- ¿Vas de salida? Ya mismo es la hora de la cena – Sigrid asintió, no sabiendo cual mismo era la razón por la que estaban hablando - ¿Puedo acompañarte al comedor? -
- Ah sí, claro - Hace mucho que no conversaba con el hermano menor de los Black, solo se veían de lejos y lo más cerca que estuvieron fue en el partido anterior.
- La verdad es que quería hablarte desde hace unos días, ¿cómo se sintió tu primer partido como buscadora? - Sigrid recordó inmediatamente su pequeña inseguridad con respecto al chico, ya hasta lo había superado.
- Pues, siendo sincera, estaba nerviosa de enfrentarme contigo - Empezó a jugar con uno de sus mechones castaño - ¿Lo hice bien? -
- Estuviste perfecta como siempre – Regulus le sonrió y Sigrid se complació, él no parecía molesto y tampoco le iba a preguntar por si él había saboteado su propio trabajo ese día. Aunque habían sido amigos desde niños, nunca tuvo la suficiente confianza como para contarle las cosas, así como lo hacía con Jacob, por lo que había muchas cosas que se guardaba para ella.
Regulus también aprovechó para preguntar sobre su hermano, Leif Rowle, el chico después de graduarse de Hogwarts tuvo la oportunidad de audicionar para entrar en un equipo de Irlanda, los Kenmare Kestrels, quedando como buscador suplente por el momento. Los Rowle destacaban siempre en otras cosas, el padre de ambos esperaba que fuera auror pero al parecer Leif tenía otros planes lo cuales a la larga fueron aceptadas, Sigrid si deseaba formarse como aurora, pero sus padres tampoco parecían estar de acuerdo con eso además los planes de matrimonio estaban latentes, pero Sigrid no quería casarse y ser ama de casa a los 18 o 20 años.
- Oh Sigrid, ¿podemos vernos mañana nuevamente en la biblioteca? Eres buena en transformaciones, tu ayuda me vendría bien para estudiar para los TIMOs - Habían llegado a la puerta del Gran Comedor, muchos estudiantes ya estaban mirando a la singular pareja. Entre ellos estaba Amelia, la chica solo sabía que el pelinegro era un Black y para su desgracia era justo el de Slytherin, tampoco le preguntaría a su amiga sobre el chico, al menos que ella se lo mencionara, no es como si fuera demasiada metida con esas cosas y siendo sincera con ella misma, ni siquiera sabía si Sigrid tenía algún interés amoroso, pero estaba segura que si habia alguien, Regulus Black no lo sería. Por otro lado, estaba Jacob, a él de verdad le gustaba el chisme y además su mejor amiga, le había dado una razón nueva para molestarla, por lo que apenas tuviera la oportunidad le preguntaría sobre que se traía con él, y quizás esa noche que tenía la cena del Slug club, aprovecharía a hacerlo.
Severus vio a los chicos entrar, había estado toda la tarde buscando al chico sin éxito alguno, pero verlo junto a Rowle, le dio la idea de que quizás había pasado su tiempo con ella. Sigrid no solía ir caminando con chicos al menos que fueran Jacob Kim o el equipo de quidditch, y no es como si él lo hubiera notado más bien eran cosas que Regulus le decía de vez en cuando, al chico le gustaba, pero simplemente Sigrid no le daba ninguna oportunidad. Por otro lado, Regulus y Sigrid se despidieron para ir cada cual a su mesa, habían tenido una conversación amena.
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- Oye Sig, ¿qué te traes con Regulus Black? -
- Nada – Ambos estaban caminando hacia el despacho del profesor Slughorn, Jacob había ido amablemente a su sala común a recogerla. Sigrid quería salir corriendo, la mayoría de las personas empezaron a hablar de ella solo por estar conversando con Regulus tan abiertamente, y que Jacob se lo preguntara tampoco le ayudaba. ¿Es que acaso ya no se puede conversar con cualquier persona por estos pasillos sin que piensen mal?
Al ser la única mujer en el círculo de amistades de su padre, todos esperaban que escogiera a alguien como Sirius Black o Evan Rosier como su futuro esposo, pero después de la traición de Sirius, sus opciones solo se redujeron a Rosier, por lo que solo tenía permitido mantener un contacto cercano con el chico y de milagro con Jacob, si acaso ella paseaba abiertamente con otro chico que no fuera ninguno de ellos dos (claro que sin incluir sus compañeros de quidditch) simplemente Sigrid estaría en problemas, lo cual era ridículo y se las había arreglado para mantener su amistad con los chicos Black fuera de los ojos de Rosier y de los chismosos del colegio y las pocas personas que lo sabían eran de confianza. Así que, en resumen, Rosier era lo más cercano que tenía a un pretendiente, pero eso solo impuesto por sus padres, pero Evan se lo había tomado tan en serio que desde que estaba en tercero empezó a cortejarla, pero ella ya estaba muy cansada, que no veía el día en que el chico se graduara y la dejara en paz. Si los comprometían sería cuando ella tuviera la mayoría de edad, por lo que tendría aún tiempo para salirse con la suya y no casarse con el rubio y malvado Rosier.
- Sí, supongamos – Sigrid puso los ojos en blanco – Dime al menos que se lo contaste a Amelia, ella quizás si me diga -
- No, ella al menos SÍ respeta mi privacidad - Respondió de manera severa.
- Está bien está bien, pero si empiezan a salir si me lo dirías, ¿verdad? - Dijo de manera divertida – Pero hablando en serio, espero que estés buscando otras opciones para casarte, no creo que quieras atarte a Rosier el resto de tu vida, al menos si lo haces, hazlo con alguien a quien realmente quieras -
- Sabes muy bien que eso no sucederá, y además si tendría que escoger a alguien más, tampoco sería Regulus -
Antes de que Jacob comentara algo más, se encontraron frente a dos personas, Lily Evans y Severus Snape estaban esperando en la entrada del despacho, al juzgar por sus rostros, no se sentían cómodo el uno con el otro. Sigrid y Jacob saludaron al par educadamente y Lily devolvió el saludo de la misma manera.
- No te había visto antes en las cenas del club – Lily empezó la conversación mientras esperaban que les abrieran la puerta, habían llegado un par de personas más que ahora estaban atrás de ellos.
- Oh sí, esta es mi primera vez, soy Sigrid Rowle – Lisa se inclinó levemente en modo de saludo.
- Un gusto, soy Lily Evans, he escuchado de ti, eres amiga de Sirius ¿verdad? - Ella asintió, no iba a negar lo obvio, después Sirius le vendría con un drama y ella ya no estaba para eso. No siguieron con la conversación porque finalmente Slughorn les dio la bienvenida a su despacho.
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Había terminado sentada en medio de Jacob y de Rosier, el chico hasta el momento no le había dicho nada, solo le había ayudado con la silla como todo un caballero. Al frente tenía a Regulus y a Snape, y a los lados estaba Evans, McKinnon, Chambers y Vanity, el grupo era pequeño a comparación de los que participaban en el club escolar, después de todo era un grupo exclusivo.
Jacob le había dicho que se preparara para una mini entrevista de parte de Slughorn, que en su mayoría siempre era sobre sus padres y los planes de carrera para el futuro, ambas cosas estaban claras en la mente de Sigrid, así que estaba lista para cualquier cosa.
- Srta Rowle, mi niña, es un gusto que nos acompañe hoy, cuéntanos ¿cómo están tus padres? - Invitó a Sigrid a hablar – Para los que no saben, el padre de Sigrid trabaja en el Ministerio y su madre trabajaba en el Departamento de Misterios, ¿Correcto? -
- Así es señor, mi padre hace poco fue ascendido como jefe del Escuadrón de Operaciones Mágicas Especiales y bueno sobre mi madre, cuando tuvo a mi hermano Leif decidió dejar su trabajo, pero ambos se encuentran bien y felices con lo que hacen – Sigrid le sonrió esperando contentar con eso a Slughorn.
- Eso es genial, sé que el padre del sr. Rosier es compañero de trabajo de su padre, ¿verdad? -
- Sí señor, mi padre es el jefe del Departamento contra el uso indebido de la Magia – Esta vez fue el turno de Rosier – Conozco a Sigrid desde que tengo memoria -
- Oh eso es maravilloso, ¿son amigos entonces? - Sin querer ambos asintieron por inercia, tanto tiempo viviendo en la misma fachada había servido para algo. - O podría decirse que son algo más - Slughorn sugirió con un tono coqueto, Sigrid estaba a punto de negarlo cuando Rosier se le adelantó.
- De hecho, estaba pensando en pedir su mano cuando nos graduemos, aunque a Sigrid aún le falta, pero estaría gustoso en esperarla – Rosier dijo de manera amable y sonriendo, parecía sincero con lo que decía. Sigrid solo le dio un golpe en la pantorrilla y decidió seguir comiendo su postre, que, para suerte de ella, era helado.
- Oh eso no me lo esperaba, pero les deseo la mejor de la suerte a ambos – Slughorn no parecía muy convencido, pero le tocaba ser amable. Severus notó lo incomodo que fue para Regulus lo dicho por el chico, era la chica que le gustaba después de todo. Era como si frente a su cara, James Potter le proponiera matrimonio a Lily, a su Lily.
Para alegría de Sigrid, la cena finalmente había llegado a su fin, no quiso despegarse de Jacob hasta que salieron del despacho donde pudo acercarse a William Chambers, un Ravenclaw de tercer año y su compañero de quidditch.
- Oye William, ¿puedo ir contigo a la sala común? -
- Sí Sigrid, no hay problema – Dijo mientras se ponía su chaqueta, la temperatura en el pasillo de las mazmorras era realmente baja. Se despidió de Jacob y se encaminó con William, no quiso hablar con Rosier después de lo sucedido, tenía que hacerlo en algún momento, pero por ahora, para ella, eso era una total mentira y le molestó porque Severus había estado presente, ahora ni siquiera podría entablar algo con él, porque de seguro huiría de ella.
- ¿Es cierto que estás con Rosier? - William le preguntó con un poco de vergüenza.
- No, solo está molestando, si algún día tengo a alguien te prometo que serás el primero en enterarte - Él rió, y asintió con la cabeza.
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Los días posteriores Sigrid pasó con Amelia, Jacob y Regulus en la biblioteca, se había comprometido a ayudar al joven Black con Transformaciones, pensó que no accedería a sentarse con ellos por la presencia de Amelia, porque cuando eran más jóvenes, Regulus se sentía incomodo con ella, pero al parecer había dejado eso de lado. Las reuniones de estudios se llevaban en armonía y un poco alejadas de los pasillos principales del lugar. Ese jueves por la noche tendría club de pociones, y Sigrid pensó que sería la ocasión perfecta para solucionar su problema con Rosier, el chico era malo ante los ojos de la chica, pero estaba segura que no la mataría si le decía algo que no le agradara.
Evito decirle a Amelia lo sucedido ese día en la cena, como no dormían en la misma habitación casi no se daba cuenta de lo que pasaba con ella, además hace tiempo Sigrid había procurado solucionar sus problemas sin tener que contarle a su mejor amiga, si Sigrid se preocupaba en un 15% de las cosas, Amelia se preocupaba el triple de eso o incluso más, y no quería atormentar a su amiga con temas de matrimonios arreglados y amores falsos.
Al salir del club de pociones, Sigrid sintió que la mazmorra estaba más fría que de costumbre, estaba nerviosa, pero se calmó para poder ocluir su mente, no estaba segura si Rosier era legeremante pero era mejor prevenir, le pidió de favor que la acompañe a su sala común porque tenían que hablar de algo importante, él no se negó, pero de todas formas Sigrid intentó estar unos cuantos pasos más atrás que sus compañeros de casa que también pertenecían al club para no perderlos de vista.
- ¿Qué querías hablar? - Rosier decidió iniciar la conversación. Sigrid aún estaba planeando la mejor forma de empezarla.
- Solo una cosa, no pienso casarme contigo - Él dejó su andar y se giró a verla, Sigrid no podía descifrar su expresión facial – Evan, sigamos caminando, no podemos quedarnos aquí - Sigrid no quería quedarse muy atrás de sus compañeros. De repente él le tomó la mano y la jaló delicadamente hacía un salón de clases, decidió dejar nomas a sus compañeros y defenderse sola si por si acaso Rosier cruzaba la raya con ella.
- Te estás escuchando, ¿no? - Rosier dejó de mirarla para concentrarse y hacer un hechizo silenciador, ninguno estaba dispuesto a gritar, pero no querían ser descubiertos tampoco – Querida princesa, lamentablemente para ti no hay más opciones, y créeme que soy el mejor -
- Pero...-
- ¡No! – Rosier la interrumpió - Sabes perfectamente que los Black perdieron credibilidad hace tiempo, los Kim son más bien como familia tuya, ni siquiera te atrevas a mirar a Wilkes, sabes muy bien que en todo este maldito colegio, yo soy el único con todo lo necesario para desposarte -
- Evan, ni siquiera me quieres – Rosier rió secamente.
- Sigrid, en esta vida todo es dinero y poder, juntos seremos grandes - Aprovechó a acariciar su mejilla, Sigrid prefirió quedarse en el mismo lugar – Ni siquiera necesitaras trabajar, serás feliz convirtiéndote en mi mujer, Sigrid Rosier no suena mal, ¿verdad? - Él besó su frente. Ella prefirió no decir nada, pero no estaba de acuerdo en llevar el apellido Rosier, ni Black, ni Kim ni el que venga, quería estudiar y convertirse en aurora, para ella ser llamada la 'Aurora Rowle' valía mucho más que un simple matrimonio arreglado, fuera diferente si supiera que su futuro marido la apoyaría, pero estaba claro que, si se casaba pronto, terminaría sin cumplir su sueño.
- Evan, si encuentro a alguien que cumpla con todos los requisitos, ¿podemos dejar esto de lado? – En su cabeza, esa sugerencia había sonado mejor. De todas formas, trató de sonar lo más sumisa posible.
- Por favor no digas tonterías - Se alejó abruptamente de ella - Espero que esto no sea porque ahora pasas tiempo con el pequeño Black, ¿te gusta? –
- No, no es eso, ya en serio Evan, dime que piensas – Intentó poner una expresión suplicante.
- Estoy completamente seguro que en toda esta porquería de lugar jamás vas a encontrar a alguien tan perfecto como yo - Sigrid pensó que las cosas quedarían así pero Evan pareció pensarlo un poco - Pero está bien, tienes dos años para encontrar a alguien decente – Se alejó de ella para ir hacia la puerta – No hablaremos de matrimonio hasta dentro de dos años y trataré de mantener calmado a nuestros padres. Pero…- Sigrid pensó que todo era tan bueno hasta que mencionó ese 'pero'.
- Quiero algo a cambio – Se acercó nuevamente a ella y tomó una de sus manos para caminar juntos hacia la puerta – Quiero ser tu primer beso – Sigrid abrió demasiado los ojos por la sorpresa, por un momento pensó que Rosier lo decía de broma, pero vio la determinación en los ojos del chico. Ella había guardado tanto ese momento para el indicado y estaba claro que él no lo era, pero era el costo a cambio de que dejara atrás al menos por un tiempo los planes de matrimonio.
- ¿N-no puede ser otra cosa? – Sugirió un poco nerviosa.
- No, es eso u olvídate de lo que hablamos – Rosier estuvo a punto de girar el pomo de la puerta para salir, pero fue interrumpido por una mano que se posó en la suya. Sigrid odiaba ser chantajeada, pero era Rosier después de todo, de milagro aún no la mataba o la amenazaba con algo.
- Esta bien, si es lo que quieres – En realidad su pedido pudo haber sido peor, como tener sexo o alguna otra cosa subida de tono, pero un beso era sencillo en cierto modo - ¿Dónde nos veríamos? –
- Tiene que ser ahora – Por Merlín, Sigrid no dormiría bien después de eso. Rosier logró tomar la mano que ella había puesto encima de la de él y la atrajo, dejándola entre él y la puerta, ambos se estaban mirando en ese momento.
El chico con un mano acarició su mejilla y con la otra la tomó por la cintura, Rosier media 10 cm más que Sigrid, por lo que tenía que agacharse un poco, la chica decidió poner sus manos en el pecho del chico tratando de que no se acerque tanto pero igual tuvo que ceder cuando la apretó contra él y unió sus labios en un beso, Sigrid tenía los ojos cerrados para ese entonces, y se dejó llevar por el beso, aunque bastante inexperta, por alrededor de unos 10 segundos. En ese breve tiempo se dio cuenta que no se había sentido maravilloso como muchas veces había escuchado, le tenía un poco de pavor a Evan así que eso no había ayudado, pero en resumen había sido algo agradable, el aliento de Rosier tenía sabor a café.
Para cuando abrió los ojos, un par de ojos color miel la miraban fijamente, estaban tan cerca, Rosier era muy apuesto, pero no era su príncipe y eso Sigrid lo tenía muy presente. Él acarició sus mejillas ahora con sus dos manos y le dio un fugaz beso nuevamente en los labios, después tomó una de sus manos y salieron del salón. Tal como se lo habia prometido, Rosier cumplió con ir a acompañarla a su sala común evitando que los descubrieran, ninguno de los dos dijo nada, Sigrid sabía perfectamente que esa había sido la última vez que hablarían al menos en el colegio, y de algún modo no se sintió tan culpable de haberle dado su primer beso.
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¡Gracias por leer!
Nota: Sigrid, Leif y Loki son nombres nórdicos, más adelante aparecera la razón por la que los hermanos Rowle llevan estos nombres.
