Disclaimer: Los personajes no me pertencen, son creación de Rumiko Takahashi. FF creado sin fines de lucro.
* Publicación: 25-12-12
129 DÍAS JUNTO A TI
Capítulo Extra: La primera navidad de Rin
Día 18: 25 de Diciembre de 2007
Él la observó bajando de su automóvil de segunda mano, frotándose las manos enguantadas debido al frío invernal que los rodeaba. Las doradas orbes siguieron cada uno de sus pasos, primero moviéndose de un lado al otro junto al lado del conductor, pateando un poco de nieve en el camino, y al siguiente minuto la observaba con las manos apretando su cabeza en desesperación. Vio sus labios moviéndose, hablándose a sí misma. Él frunció el entrecejo.
¿Por fin enloqueció?
Cuando finalmente la joven de cabellos azabaches —ocultos en ese momento por una extraña y colorida gorra— golpeó el aire con una mano empuñada, lo confirmó. Tras su pequeño espectáculo, Kagome se decidió a entrar a la casa. Con pasos resueltos y firmes, comenzó a avanzar por el pavimentado camino que llevaba a la casa. Ella no lo vio venir. Él escupió su café sobre el volante.
—¡Achuh! —estornudó Kagome tirada en el congelado y resbaladizo pavimento.
Este definitivamente NO era su día. Intentando levantarse, volvió a caer de bruces.
Esta vez él estaba molesto. Tan molesto que bajó de su automóvil, botando el vaso de café desechable en un basurero cercano, y caminando hacia ella con una mirada tan glacial que Kagome lo podría confundir con el Grinch.
—Grandioso —murmuró ella cuando vio a Sesshomaru acercarse.
Parecía estreñido y… mojado. Él se detuvo junto a ella, girando levemente la cabeza para mirarla desde arriba, le dedicó una fría mirada y retomó su camino hacia la casa. Kagome frunció el ceño e infló los cachetes, insultada. ¿No pensaba ayudarla? No. Por supuesto que no. El ser superior que era Sesshomaru Taisho no se rebajaría a ayudar a una simple mortal a levantarse del hielo.
Pedazo de idiota engreído y desconsiderado.
Observó el montículo de hielo que estaba a un lado del camino y sus ojos azules brillaron con diversión. Esta vez él no lo vio venir. Y ella agradeció las clases de arquería.
Su puntería era fenomenal y la bola de nieve dio justo en el blanco.
Pagaría una fortuna, si la tuviera, para ver la expresión que debía estar plasmada en el rostro de su adorado concuñado. Sesshomaru sintió la bola de nieve resbalar por su platinado cabello. ¿Cómo se atrevía esa mujer? Ella era la culpable de que su automóvil y él estuvieran cubiertos de café. ¡Y no le bastó a la insufrible humana! No. Ella tenía que lanzarle una sucia bola de nieve.
¿Qué demonios pasaba con esa mujer?
Era simplemente patética.
Y lo lamentaría.
—¿Qué pasa Sesshomaru? Luces un poco mojado.
«Amargado, petulante, narcisista, ególatra, idiota, imbécil, estúpido…»
Su mente iba enlistando cada una de sus características aleatoriamente, sin importar si eran sinónimos, mientras él terminaba de quitarse la nieve de la ropa.
—¿Perdiste la cabeza al caer, estúpida?
Kagome sintió como una corriente de aire fría se filtraba por sus ropas hasta llegar a su espina. Se sacudió rápidamente la sensación y avanzó hasta llegar a su lado. Ella suspiró mientras él la observaba de reojo. Caminaban juntos al mismo ritmo lento y acompasado.
—Imbécil —masculló ella de pronto.
—Toda una dama.
El tono de sarcasmo era notorio. Sesshomaru no pensaba gastar una palabra más.
—Idiota —dijo ella en voz baja mientras miraba hacia el suelo.
Kagome tenía miedo.
Se había rehusado terminantemente a asistir a las últimas reuniones familiares. Y ahora sencillamente se veía obligada por los continuos sermones de su madre.
—¿Tú… ya la viste? —preguntó.
—Hn. —fue su escueta respuesta mientras su cabeza negaba casi imperceptiblemente.
La verdad Sesshomaru no había tenido interés en el tema. Observó a la ruidosa mujer que caminaba a su lado. La cual en ese momento no estaba realmente tan ruidosa. Podía ver desde lo alto el ligero tic de sus manos, enrollando con insistencia un mechón azabache. El aire que rodeaba a la mujer, no era el de siempre. ¡No es que él se fijara mucho en ella! Pero, él sabía a qué se debía. Kagome bufó.
No quería entrar a la casa.
Estuvo a un segundo de retroceder, cuando sintió la mano de Sesshomaru alrededor de su antebrazo. Él la arrastró hasta la puerta de entrada. ¿Era esa su maldita venganza? Kagome intentó zafarse del agarre cuando la puerta se abrió, dejando a la vista el lobby. Toga estaba parado en el marco de la puerta, observándolos con una ceja levantada. Pinchando la mano que la apresaba, Kagome se liberó mientras sonreía ampliamente.
—¡Mira qué nos trajo la nieve, Isayoi! —exclamó Toga abriendo los brazos para recibir a Kagome—. No debes hacernos eso niña, desaparecer por tanto tiempo.
—Es un gusto verlo, Toga.
Kagome lo saludó con un corto abrazo.
—El gusto es mío, niña —dijo dando palmaditas a Kagome en la cabeza.
Sesshomaru intentó no voltear los ojos.
—Y mira quien viene contigo.
—Padre —saludó.
Sesshomaru lo observó cambiar su expresión. Diversión. Estaba escrito en los sabios ojos ámbar. Maldijo mentalmente a la mujer que ahora sonreía victoriosa.
—¿Te caíste en un charco? —preguntó el mayor.
Toga, acostumbrado al malhumor de su primogénito, reprimió las ganas de reír a carcajadas. Su cachorro parecía justamente eso, un cachorro mojado, abandonado y hambriento en medio del camino.
Quizás exageraba.
—Me crucé con una rata —dijo Sesshomaru y desvió sus ojos dorados hasta los azules de ella, que cambiaron su expresión en un milisegundo.
Se había ofendido.
—Bueno, bueno, son cosas que pasan —dijo Toga restándole importancia—. Vamos, chicos, entren. Los estábamos esperando.
Toga abrió paso para que entraran. Pero hubo un problema, Sesshomaru y Kagome no podían pasar al mismo tiempo por el umbral de la puerta sin trabarse. Toga suspiró cansinamente.
—¡Isayoi, los chicos llegaron! —gritó ingresando al interior de la casa, dejando que su hijo y la joven que quería como tal, terminaran por decidir quién pasaba primero.
Una muy sabia huída.
—Los caballos primero —dijo la muchacha con un tono burlón.
Sesshomaru le tomó la palabra y entró en la casa.
—Madura —le recomendó Sesshomaru perdiéndose por el pasillo.
Kagome bufó y rodó los ojos. «"Como si él fuera taaaan maduro…"»
Cuando quedó sola, tuvo la ferviente necesidad de salir corriendo. Viéndose sola en el pórtico, salir corriendo hasta su auto y largarse de ese lugar no le parecía tan descabellado como entrar a la casa. «"No, no. Kagome, ya lo superaste. Tienes que entrar."», se dijo a sí misma mientras arrastraba los pies al interior.
El ambiente en la sala familiar, era precisamente eso. Familiar. Estúpidamente familiar.
¿Era eso que llamaban cliché lo que se olía?
Todos sentados alrededor de la chimenea. El árbol decorado a un lado de la habitación. Y el aroma de comida recién preparada inundando sus sentidos. Todos hablaban animadamente, mientras Kikyo mecía con delicadeza a un pequeño bulto envuelto en mantas de color rosa. Tras una mirada rápida a la habitación, notó que Sesshomaru no estaba allí. «"Mejor."» Kagome tragó saliva y con los ojos cristalizados, entró a formar parte de la fotografía familiar. Saludó a todos los presentes, otorgando abrazos largos a su madre, a su abuelo y a su hermano menor.
Respiró profundo y se acercó con cautela a Kikyo, que le sonreía alegremente. Había extrañado tanto a su hermana. Sin embargo, en el fondo Kikyo entendía el porqué de su distanciamiento. Ella no podía reprocharle nada a Kagome. Nada. Sentir los brazos de su hermana rodearle con cariño y aprecio, inundó sus marrones ojos con lágrimas. Kikyo levantó el bulto que traía entre los brazos, descubriendo el rostro de su pequeña hija.
Rin.
Kagome olvidó todo lo demás al ver los pequeños ojos de su sobrina. Sonriéndole como si se conocieran de toda la vida. No había nada más que decir. El odio que sintió cuando la noticia del embarazo pululó por no sólo la familia sino la prensa también, desapareció en ese instante.
—Es hermosa, Kikyo.
Ella amó a Rin desde el momento en que la vio jugar con sus pequeños mitones. Era un encanto.
—Lo es —dijo Kikyo, que no pudo reprimir un sollozo, el cual fue acallado por el cálido abrazo de Kagome.
—Es muy rosada —se escuchó decir a Souta.
—Es normal que tenga ese color, no tiene más de un mes —habló Sonomi con tranquilidad, colocando una mano sobre el hombro de su hijo.
—Feh, es perfecta. ¡Tonterías! —dijo Inuyasha orgulloso ingresando en la habitación.
Sus ojos se desviaron con temor hacia Kagome, la cual estaba entretenida acariciando una de las diminutas manos de Rin.
—¿Seguro que es hija tuya?
Ese hombre, tan callado y solitario, tenía una boca que sólo se abría para soltar insultos y veneno. Toga lo reprendió con la mirada.
—¡Ja! Ya quisieras tener tú una hija como la mía —dijo Inuyasha y se cruzó de brazos al ver llegar a su hermano vistiendo una de sus camisas. La cual le quedaba bastante ajustada.
Kagome le hizo un gesto con la cabeza a Kikyo, señalando a Sesshomaru. La mayor de las hermanas sonrió y caminó hasta Sesshomaru para mostrarle a la pequeña. Sesshomaru la observó con recelo. Pero, luego de unos momentos, asintió levemente con la cabeza. Aceptación. Rin era bienvenida en la familia Taisho. Sin embargo, no poseía las características de ellos. Los ojos dorados y el cabello plateado no formaban parte de la anatomía de la inocente criatura.
Isayoi se acercó a Kagome, ofreciéndole una humeante taza de chocolate. Kagome lo agradeció y bebió un sorbo con cuidado. Su cuerpo entero clamaba por el calor de dicha bebida. Rin era el bebé más hermoso —y rosado— de la tierra. Los sentimientos de lo que pudo suceder por un minuto nublaron su juicio. Pero el amor que empezaba a sentir por la pequeña, los disiparon con gran rapidez.
¿Cómo era posible que una cosita tan pequeña —y rosada— pudiera limpiar el odio y rencor que sentía?
Perdida en sus pensamientos, no se dio cuenta de que un par de ojos dorados la seguían, mirando y analizado todos y cada uno de sus gestos. Desde la pequeña mueca de dolor al beber la bebida caliente, hasta la sonrisa que surcó sus labios al observar a Buyo —el gato gordo de la familia Higurashi— pelear con una de las bolas navideñas.
¿Qué hacía a esa insoportable mujer tan llamativa?
Sesshomaru no tenía intenciones de descubrirlo.
Sintió un pequeño tirón en su cuero cabelludo, cuando bajó la mirada, se encontró con su preciosa sobrina jugando con un mechón plateado. Sesshomaru decidió que sólo por esa ocasión… Y sólo porque era navidad… Rin podía jugar con sus cabellos.
¡Qué equivocado estaba!
Lo prometí y tenía que cumplirlo. Así que acá esta el pequeño capitulo extra, en honor a esta fecha que tanto taaaanto amo. Primero que nada espero que pasaran una muy muy buena navidad con sus familias y seres queridos. Particularmente la pasé mucho mejor que en años pasados, a pesar de que ciertas personas ya no están aquí su recuerdo fue más una gota de alegría que de tristeza.
De verdad muchas gracias por sus buenos deseos! Me emocionó mucho leer nicks nuevos y también un lindo comentario de Audris (no sé cual será tu nick aquí) en el twitter.. Y cuando digo que me emociona mucho leer cosas departe de ustedes... me refiero a que reboto por todo el cuarto.
Con respecto a los reviews:
1) : Muchisimas gracias por tu apreciación! Y no ofendes a nadie...! Inuyasha dejó a Kagome mil veces, yo también lo odié entonces... pero al final siempre volvían a ser cercanos (era doloroso para Kagome) pero no era una ruptura completa. Kagome decidió permanecer a su lado sabiendo de su amor hacia Kikyo.
2) Lexy of Night: Es un pequeño dato que pasa desapercibido en el capitulo extra "Prada para el desayuno". Sería mucho más sexy así, destajando todo... asesino y todo.. :( hehe -miradas raras- ok no
4) sayuri1707: Muso Higurashi, hermano del padre de kagome (Osea, tío de Kagome) es el hombre que quedó a cargo de la empresa del padre de Kagome cuando él murió. Y en el próximo capitulo responderé tus demás preguntas ;)
5) Dear Vampirestar: Me emociona tu emoción e inspira a mi musa, como siempre! Con respecto a Kagome, ella está completamente encadenada por el miedo al rechazo y a que él sólo esté jugando. Cosa que el Lord Sesshomaru no tiene problemas en hacer saber. Pero pronto puede haber una pequeña sorpresa ;)
Sí, lo hice de nuevo... Mi comentario es más largo que el capitulo en sí. Pero tenia tiempo de responderles de a uno y queria hacerlo asi que lo hice. Espero aclarar algunas dudas. COmo siempre les agradezco mil veces por su apoyo! Por favor, no duden en dejarme saber qué piensan o qué no entienden.. todo lo demás! Las estoy leyendo siempre..
Nos estaremos leyendo antes de Año nuevo... cof cof si doblan la cantidad de cof cof reviews cof cof por los dos caps seguidos (?) cof cof -no pide nada la loca esta (?)-
Feliz navidad!
A.
alleruFF
alleruff hotmail . com
* Re-edición: Corrección de errores gramaticales y ortográficos, entre otros.
