Tami y Takashi finalmente tienen su momento para hablar. El tiempo, el amor y la sinceridad son los mejores regalos que ellos pueden recibir en esta Navidad.


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CAPÍTULO 18

Domingo 25 de diciembre del 2005

Siendo la 1 am, Tami había acabado sus tareas del día, habían cenado un poco antes de la media noche porque sus padres habían sido invitados a una fiesta de Navidad que organizó uno de los compañeros del anterior trabajo de su padre. Tami no accedió a acompañarlos porque simplemente no le gustaban las fiestas y en su lugar, prefirió quedarse en casa lavando los platos y arreglando la sala para después ir a su cama.

Antes de retirarse por completo quiso sentarse en el piso junto al árbol, aún tenía el televisor encendido donde se proyectaban videos de villancicos, sus padres le habían dado algunos regalos, pero no los había abierto. Ella también había comprado algo para sus padres y para Karlly, incluso le había conseguido algo para las hermanas de Takashi, ni siquiera sabía porque lo había hecho, pero las niñas no tenían la culpa de que ella hubiera confundido las cosas con el hermano mayor. El dibujo de la pandilla había quedado en segundo plano después de lo que vio el jueves, aunque se sentía tonta por deprimirse por esas cosas, no eran enamorados y aunque hayan dejado de hablar, aún podrían seguir siendo amigos, simplemente sus sentimientos no serían aceptados como ella quería.

Tomó el primer paquete, por su tamaño parecía una caja, pero Tami ya se imaginaba lo que era, desgarrando el papel pudo darse cuenta que se trataba del sexto libro de la serie literaria, Harry Potter, ese año en julio la novela había sido publicada, y aunque no había podido comprarlo por haber gastado en la reparación de la máquina de coser, sus padres se habían dado el tiempo de conseguirle el suyo, aunque sea para Navidad. Antes de que tomara el otro regalo, el timbre de la casa sonó, esto puso en alerta a Tami, sus padres no iban a regresar tan pronto y además si fueran ellos, ya hubieran entrado con su propio juego de llaves.

Sin hacer ruidos, llegó hasta la abertura de la puerta, y se asomó para visualizar a la persona que se había atrevido a visitarlos en plena madrugada, aunque en realidad a visitarla, porque sus padres no estaban. No esperaba ver del otro lado a la persona que la había tenido en toda una montaña rusa de emociones los últimos días, Takashi Mitsuya. El chico parecía no haberse dado cuenta de sus movimientos, porque estaba viendo hacia la calle, no se veía nada bien, ¿acaso había peleado? Aunque se veía muchísimo peor de cuando vino a verla ese día de octubre.

Tami se debatía si lo correcto era abrirle o no, sus padres no estaban y aunque confiaba en que Takashi no la lastimaría, igual no quería generar malos entendidos, aunque de seguro sus vecinos ya estarían durmiendo. El timbre volvió a sonar y eso puso en desesperación a Tami, ni siquiera estaba bien vestida, aunque el chico tampoco lo estaba. Soltó el aire retenido en sus pulmones y se relajó para finalmente abrir la puerta.

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Takashi se alegró cuando al llegar a la casa de la chica, viera las luces de la misma encendida, eso significaba que aún no estaban durmiendo, pero el carro de los Fujioka no estaba en el lugar del garaje, así que había posibilidades de que ni siquiera estén y la hayan dejado así. Se alegró de que Tami no tuviera perro, no quería que le ladraran y despertaran a toda la cuadra con su visita inesperada, Takemichi tenía uno y realmente fue ruidoso cuando fue a visitarlo la semana pasada.

Ni siquiera sabía que iba a decir, pero ya que estaba ahí no podía perder la oportunidad así que tocó el timbre, y antes de tocar por una segunda y última vez, espero unos 3 minutos. Logró escuchar el sonido del seguro de la casa y como la manija giraba para que finalmente alguien le abriera la puerta. El choque de miradas fue tan inesperado que Takashi se sonrojó y tuvo que desviar su mirada, algo avergonzado de no haber hablado de una sola vez.

- Mitsuya-kun – Aunque estuvo feliz de escuchar su voz, se decepcionó un poco porque la chica lo había vuelto a llamar por su apellido - ¿Qué pasó? Es Navidad -

- ¡Feliz Navidad! - Dijo alegremente, Tami se sonrojó levemente, pero regresó de nuevo a su semblante serio con la que había abierto la puerta.

- Feliz Navidad, Mitsuya-kun - Sí, le había quedado claro que por ese momento no lo llamaría por su nombre de pila, indicativo de que estaba molesta y no era para menos.

- ¿Podemos hablar? / ¿Tuviste otra pelea? - Ambos hablaron simultáneamente, Takashi se apresuró a contestarle a la chica.

- Sí, perdón por venir así - La chica negó como indicando que no le importaba. Takashi se avergonzó porque se dio cuenta que ni siquiera se había vuelto a abrochar la camisa de la pandilla, pero la verdad es que unos botones se habían salido después de abrirla tan abruptamente - ¿Podemos hablar? - Volvió a preguntar un poco más bajo.

- Mitsuya, ¿no deberías ir a un hospital? No creo que estés completamente bien, la herida de tu frente sigue sangrando – Tami habló en modo de sugerencia, y aunque tenía razón, él por el momento estaría bien.

- Estoy bien. Tami, ¿puedo hablar contigo? - La chica susurró un leve '¿por qué?' - Realmente necesito decirte muchas cosas -

- Sigo diciendo que deberías ir a emergencia o algo así - Cansado de la misma sugerencia, Takashi se agachó un poco para estar a la altura de Tami, la cual tampoco era tan baja.

- Haré lo que quieras, pero antes de eso, hablemos ¿Puedo entrar? - Vio un poco de incertidumbre en los ojos de la chica, pero abrió la puerta por completo para dejarlo pasar.

- Iré a ver algunas cosas para que puedas limpiarte – Takashi tomó asiento en el mueble principal, tal como lo había hecho en sus visitas anteriores, el sonido de los villancicos era lo único que inundaba el lugar, aparentemente sus padres no estaban y eso explicaba lo del auto. Se sintió un poco extraño por estar a solas con la chica, y entendía que ella estuviera reacia a recibirlo, trataría de ser breve y dejarla tranquila.

Tami regresó no solo con agua oxigenada, algodón, gasas entre otras cosas, sino que también con un espejo. Los puso en la mesita del centro, pero esta vez no se sentó a su lado, sino que se quedó parada y le dirigió nuevamente su atención - Aquí tienes un espejo, para que puedas limpiarte, no lo hago porque no sé qué tan doloroso son tus heridas. Podemos hablar después de esto – La chica tomó el espejo de la mesa y se lo dio, después se fue a sentar donde estaba el árbol y el pesebre que la familia había puesto por Navidad, dándole la espalda.

Tami tenía la intención de leer su nuevo libro, mientras Takashi se tomaba su tiempo para limpiar sus heridas, ella había decidido no hacerlo porque simplemente no quería ilusionarse nuevamente al tenerlo tan cerca pero también le daba miedo lastimarlo con el algodón. Leyó solo la primera página para poner ahora su atención a las luces del pesebre, cuando había dado la media noche, ella se encargó de poner al niño Jesús en medio de sus padres, María y José. Está podía haber sido su última navidad en casa, no sabía si iría al extranjero, pero aún estaba en pie ese plan, recordó que también quería una opinión por parte de Takashi, pero a estas alturas de la vida, se había dado cuenta que quizás ella no era tan importante para él.

Sintió el movimiento de alguien a sus espaldas así que se dio la vuelta para encontrarse con Takashi tomando asiento cerca de ella y trayendo consigo gasas, cinta y el frasco de mertiolate.

- ¿Puedes ayudarme? Creo que tú lo haces mejor, prometo ir después al hospital – Hizo ademan de ponerse la gasa en la herida de su frente, Tami entendió inmediatamente a lo que se refería, la verdad es que no podía hacerlo mejor, pero uno mismo no podía vendarse bien su propia herida.

- Creo que es mejor usar el yodo - Sugirió, Takashi volvió a ponerse de pie y buscar el frasco que había dicho la chica y dárselo - También tienes un corte en la mano - Él asintió y volvió a sentarse frente a ella, quería tenerla cerca, pero parecía que con cada paso que daba, la chica se alejaba más, tratar su herida era la mejor excusa que podía haber encontrado en ese momento.

Tami se arrodilló, porque si tenía las piernas cruzadas no podía llegar a la altura del chico, evitó mirarlo directamente, sus ojos lavanda eran su debilidad y sabía que estaría encantada de verlos nuevamente pero no cedería tan fácilmente a sus impulsos.

- ¿Te golpearon? - Takashi asintió - ¿Con qué? -

- Creo que era un tubo de fierro – Tami le dedicó una mirada de horror a Takashi.

- ¡¿Y crees que eso está bien?! Deberías de haber ido para que te revisaran – Takashi la tomó de los brazos para que se calmara.

- Prometí que iría después, estoy bien de todas formas – Tami se sonrojó un poco por el toque, pero ya que había terminado su trabajo con la herida, se puso de pie con cuidado, tenía una falda corta y se había sacado las medias de abajo cuando se quedó sola en casa, ni siquiera tenía short de protección, un leve descuido y podría mostrar de más al chico, aunque Takashi era todo un caballero, no podía simplemente tentarlo, aunque probablemente ni siquiera la veía de esa manera.

Tami guardó las cosas nuevamente en el botiquín de emergencia y no sabía que hacer a continuación, el chico aún estaba en el piso y estaba revisando el libro que le habían regalado, pero inmediatamente lo dejó cuando la vio acercarse, de la misma forma volvió a tomar asiento a su lado, ambos se pusieron a ver las luces navideñas y Takashi tarareó uno de los villancicos, al parecer ninguno sabía cómo comenzar la conversación.

- Sé que debo decirte muchas cosas, solo…solo que no sé por dónde empezar – Takashi no sabía si era correcto revelar el problema familiar de los Shiba a alguien ajeno a Hakkai aunque igual se conocían, además era la razón principal por la que había terminado de esta manera.

- Mitsuya-kun no es necesario que me digas algo, si tuviste algún problema, solo espero que lo hayas podido solucionar – Tami le sonrío levemente, se veía sincera pero sus ojos mostraban tristeza. La chica iba a pararse, eso significaba que la conversación había acabado para ella, pero para Takashi no, la tomó de la mano y suavemente la jalo para que volviera a tomar asiento.

- Hoy tuve una pelea – Bueno, eso ya lo sabían - ¿Recuerdas a Takemichi? –

Takashi le contó sobre cómo había iniciado el conflicto, por qué la ToMan no podía involucrarse con los Black Dragons y cuál era el papel de Hakkai en medio de todo esto. El chico observó la expresión estoica de Tami, no estaba seguro sobre lo que ella pensaba en ese momento. La verdad es que Tami había estado escuchando y procesando cada una de las palabras dichas por el chico, algunas cosas le habían quedado claro.

Uno, al fin sabía la respuesta a una de sus más grandes preguntas, la razón por la que Takashi sobre protegía a Hakkai era porque este sufría maltrato por parte de su hermano y no solo eso, el tipo era el líder de un grupo de matones. Takashi tenía ese instinto de ser un buen hermano mayor por lo que lo había aplicado no solo a Hakkai sino también a Yuzuha. Segundo, supo la razón por la que lo había visto en su salón y ese día en la escalera con la hermana de Hakkai, Yuzuha era la única conexión que tenía con el chico después de haberlo dejado en manos de los Black Dragons, se sintió tonta por haber pensado mal de ellos en ese instante, pero aun así eso no quitaba la probabilidad de que Takashi se sintiera atraído hacia la chica, pero nuevamente eso no debería de importarle. Tercero, se había alejado de ella porque él se había expuesto a los Black Dragons y solo le causaría problemas, quería primero sacárselos de encima. Cuarto y último, era milagro que Takashi estuviera conversando con ella en ese instante, el líder de los Black Dragons e hijo mayor de los Shiba, era un completo monstruo, Tami seguía preocupada por ese golpe en la cabeza, otra persona hubiera terminado inmediatamente en el hospital, pero aparentemente Takashi no era normal, pero, aunque él no sintiera nada era mejor prevenir que lamentar.

- Creo que, si Mikey no hubiera aparecido, ya todos estaríamos muertos – En un leve tono burlón, Takashi terminó su relato.

- ¿Qué? - La expresión fría de Tami cambió por una de indignación. ¿Takashi realmente era capaz de morir por Hakkai y Yuzuha? ¿De verdad se tiraría al abandono en una situación así? Hace un par de meses, él le había dicho que se cuidaría, pero había hecho todo lo contrario.

- ¿Hmm? Bueno, Mikey después de todo, es el más fuerte de toda la pandilla -

Con la poca paciencia que le quedaba, Tami se levantó - Supongo que has de estar con hambre, iré a hacerte algo de comer - Para Takashi no había pasado desapercibido el tono enojado de la chica, ¿había dicho algo malo? Sentía que ella quería decirle algo más pero simplemente se alejó hacia la cocina.

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Las lágrimas amenazaban por salir, ¿iba a llorar por Takashi? Por favor, ella no era así. Sus sentimientos por el chico eran tan intensos que le asustó. Buscó en la cocina un plato y pensó en que hacer para el chico, después de 10 segundos una idea de menú vino a su mente. Habían cenado pavo por Navidad, un sándwich de pavo con una ensalada de lechuga y tomate que también había sobrado de la comida anterior, sería algo que le gustaría a Takashi.

Sus padres vendrían en la mañana, no eran ni las 2 am, le daría algo de comer al chico y luego lo despediría, y podría descansar, aunque algo le decía que su opresión en el pecho no se iría tan fácilmente y no la dejaría dormir. Su inquietud más importante en ese instante era saber si ella era importante para él, Takashi había llegado después de la pelea directamente a su casa a contarle absolutamente todo, quizás a la final si le importaba, pero ¿solo como amiga o como algo más?

Ella no era tan bonita como Yuzuha, ella no era tan importante como Hakkai, ella no era su mejor amiga como Draken, ella...ella solo había tenido la suerte de toparse con él y enamorarse de un chico que quizás tendría otras prioridades. Si él era capaz de morir esa noche, lo iba a hacer porque lo haría con las personas que realmente quería, ni siquiera la recordaría. El sonido de la puerta de la cocina la sacó de sus pensamientos e intentó secarse las lágrimas que estaban a punto de caer.

- Mitsuya - Susurró, la cara de él se contrajo.

- ¿Por qué volviste a llamarme por mi apellido? - Tami se encogió de hombros, ni siquiera ella sabía porque había vuelto a llamarlo así.

- Solo pensé que no éramos tan cercanos – El sonido del microondas hizo que Takashi se desconcentrara y no pudiera decir nada. Tami sacó el plato y después sacó una bandeja de la refrigeradora.

- Tami – La chica volvió a mirarlo - ¿Pasa algo? Sabes que puedes contar conmigo siempre.

- No cuenta como siempre si desapareciste dos semanas y estuviste a punto de morir – Dijo Tami entre dientes, terminó de preparar la comida y le dio el plato al chico. Takashi había escuchado perfectamente todo, dejó el plato en el mesón y alcanzó a tomar el brazo izquierdo de la chica antes de que esta saliera de la cocina.

- Lamento haberme alejado de esa manera, pensé que te estaba protegiendo, pero te he estado lastimando con mis decisiones – La soltó del brazo y con frustración se rascó la cabeza, no servía ni como hermano mayor y peor para tener a alguien como pareja, Tami merecía a alguien mejor.

- Después de lo de Baji-san, dijiste que te cuidarías, ¿pero si morías hoy? ¿Qué se supone que podía hacer yo? - Takashi vio como una lágrima caía por la mejilla de la chica, era la segunda vez que la hacía llorar, pero esta vez era por su irresponsabilidad.

- Tami - Tomó el rostro de la chica en sus manos tal como lo había hecho ese día en el pasillo – Sé que no cumplí con mi palabra, pero, aunque me costara, sobreviviría. No podría dejarte –

Junto sus frentes, eran lo más cerca que habían podido estar, admiró sus ojos color miel una vez más, las lágrimas habían hecho que brillen un poco más, adoraba sus ojos, su cabello, su altura, su manera de dibujar, su inteligencia, adoraba cada cosa de ella, soñaba con ser su chico perfecto, pero sentía que no cumplía con sus estándares aun así quiso intentarlo.

- No te merezco - Susurró casi sobre sus labios y sin pensarlo más, la besó.

Toda la incertidumbre que la había inundado antes desapareció cuando sintió sus labios tocar los suyos, sintió mariposas en el estómago y se llenó de una felicidad y tranquilidad que antes no había experimentado. El beso fue ligero, casi un rocé, Takashi era inexperto, y no quería pasar a más porque no sabía si había incomodado a la chica, había sido demasiado atrevido. Apartó sus labios, pero aún se mantuvo cerca de ella.

- Perdón, no quería incomodarte, de seguro esperabas que fuera alguien más - Dijo con vergüenza.

Tami negó con un suave movimiento de cabeza y lo miró directamente a los ojos – Eres tú a quien realmente quiero, Takashi – Volver a escuchar su nombre con su voz fue como música para sus oídos, así que la atrajo hacía él tomándola de la cintura y la besó nuevamente, esta vez fue un poco más intenso y aunque al principio ambos eran inexpertos, lograron encajar perfectamente.

Lanzando leves suspiros, se separaron para verse cara a cara, ambos estaban demasiado sonrojados.

- Te traje un regalo – Dijo Takashi con una voz rasposa, besarla lo había dejado sin aliento. Tami le regaló su sonrisa más sincera.

- Deberías de comer antes de que se enfríe -

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Takashi terminó de comer y mientras Tami volvía a dejar todo limpio en la cocina, Takashi salió hacia su moto, para buscar el regalo que le había traído a la chica. Aún no habían hablado sobre lo que había pasado, pero de algo estaba seguro, es que sus sentimientos al parecer habían sido correspondidos.

Esta vez ambos se sentaron en el mueble y Takashi le dio el regalo pidiéndole que lo abriera, Tami logró desenvolver la caja y cuando la abrió encontró unas prendas de ropa, siendo sincera, ella realmente no se esperaba eso. Takashi le pidió que se lo probara porque si necesitaba alguna modificación, él lo haría con gusto.

Tami estuvo tentada en decirle al chico que la acompañara a su habitación, pero se moriría de todas formas por la vergüenza. Admiró su regalo, era un conjunto de una blusa con mangas cortas y cuello cuadrado con una falda corta con cintura de yugo, la tela blanca era suave y fresca, definitivamente no era para el invierno. Se cambió rápidamente y se vio en el espejo, el estampado del conjunto era pequeño pero muy lindo, eran unas cerezas. Al juzgar por la técnica en la que había sido cocido, Takashi no tuvo que atinar a la perfección con sus medidas, pero se sintió un poco avergonzada porque el chico había tenido que tomar en cuenta su cuerpo y su forma de vestir para hacerle un regalo así.

Takashi admiró a la chica mientras bajaba las escaleras, su cabello castaño resaltaba más con ese conjunto y se felicitó a sí mismo por haber hecho que las medidas fueran las perfectas para la chica.

- ¿Qué te parece? Si está apretado o está muy flojo en algún lado, no dudes en decírmelo - Dijo mientras se acercaba a ella.

- Es perfecto Takashi – Ella sonrió, pero después su expresión se volvió triste - Perdón por no tener nada para ti –

- Tu tiempo y tu amor es suficiente para mí - La jaló delicadamente y la besó una vez más, se tendría que controlar, no habían hablado aún de eso, pero él se había vuelto un adicto en solo un par de besos - Perdón - La chica negó - ¿Tienes alguna cinta métrica? -

Tami consiguió la cinta, un papel y un lápiz para el chico, esta vez Takashi conseguiría las medidas exactas de la chica, la blusa para el pantalón estampado aún estaba en pie así que necesitaba tomar sus medidas y aprovechó ese momento. A pesar de que para Takashi era algo natural, Tami estuvo un poco cohibida por tener al chico midiendo cada una de sus partes, su pecho, cintura, hombros, brazos, piernas y hasta su cadera. Takashi había notado hace un tiempo que Tami tenía un poco más de piernas lo que hacía que sus caderas fueran un poco más anchas, pero seguía siendo delgada solo que la hacía ver mucho más saludable y hermosa a la vista, de todas formas, algún día tendría la oportunidad de admirar de más formas su cuerpo.

- Tami - Llamó su atención - Vayamos a ver el atardecer algún día a la playa en el verano – Le sonrió y Tami comprendió que el conjunto había sido para eso, ella asintió con entusiasmo y besó suavemente la frente del chico que aún estaba lastimada, no tuvo que ponerse de puntilla porque el chico estaba sentado anotando los últimos datos sobre sus medidas.

- Me encantaría -

Tami bajó nuevamente a la sala, pero con su ropa anterior, había dejado el conjunto veraniego bien guardado en su cuarto. No quería que Takashi se fuera, pero ya eran las 2:30 am y ninguno de los dos había dormido.

- Creo que debemos hablar de algo más antes de que me vaya – Tami asintió y volvieron a tomar asiento en el mueble – Discúlpame otra vez por haberte hecho pasar por esto, prometo que te contaré apenas haya algún problema - Acarició su mejilla. Tami asintió y le sonrió con ternura - ¿Quieres decir algo? ¿Verdad? -

Los ojos de Tami siempre le decían muchas cosas, pero esta vez parecía impaciente por decirle algo - ¿Por qué me besaste? - Se incomodo un poco por la pregunta, pero era algo que tenían que hablarlo necesariamente esa madrugada.

- Porque me gustas, me gustaste desde el día en que te salvé en el parque, no me gustas solo físicamente en realidad me encanta todo de ti – Ambos se habían acercado más y Takashi tomó su mano derecha.

- ¿Y Yuzuha? - Tami quería morirse ahí mismo, sus inseguridades eran de lo peor.

- ¿Yuzuha? - Preguntó desconcertado - ¿Piensas que me gusta? - Ella asintió levemente.

- Es hermosa y es tu amiga, ¿te gusta? - Ella había apartado educadamente su mano de la de él. Takashi sonrió al respecto.

- Yuzuha es bonita, tan bonita como mis hermanas o como Karlly, y a ninguna la veo en la forma en la que te miro a ti – Takashi apartó un mechón del cabello de Tami que se había interpuesto en su rostro - Tú también eres hermosa Tami, nunca lo dudes -

- También me gustas – Tami apartó su mirada y empezó a jugar con el filo de su falda – Creo que incluso es más fuerte que eso, pensé... - Sollozó - pensé que viviría con un corazón roto porque ya no te importaba - Dedicó su mirada miel con pequeñas lágrimas hacia los ojos lavanda del chico, este le abrazó, había sido tan tonto en dejarla abandonada por esos días cuando ella realmente lo quería.

- Me importas y mucho - Acarició su espalda - Pensé que estaba haciendo lo mejor, pero fui un idiota, no volveré a dejarte sola - Aspiró el olor floral de su cabello y se apartó de ella para darle nuevamente espacio. Volvieron a acomodarse en sus puestos y ninguno sabía que más decir, habían sacado todos sus sentimientos a frote que no sabían qué hacer con tanta información - Tengo otra cosa para ti -

Cuando iba de camino a reunirse con Chifuyu, el viernes por la noche, pasó por la tienda donde había comprado su arete, quería ver si en algún momento lo cambiaba, aunque realmente le encantaba el que cargaba solo esperaba que se mantuviera. Se sorprendió que la colección del modelo no solo se limitaba en aretes sino en anillos, era idéntico al suyo de color negro y una cruz blanca alrededor de todo el aro. Lo compró pensando en Tami, las parejas solían llevar cosas combinadas, ellos no eran nada de eso e incluso Takashi tenía todas sus esperanzas perdidas porque había cometido un montón de errores durante esos días con ella, pero igual se lo llevó con él.

Había visto que Tami no solía llevar joyería con ella más que un reloj de mano que usaba cada vez que salían, las probabilidades de que use su anillo eran muy bajas pero la vida estaba hecha para asumir riesgos, y Takashi era experto en vivirla de esa manera. Sacó una pequeña bolsa de terciopelo y sacó el anillo de ahí.

- Oh, se parece a tu arete – Takashi le sonrió, ella se había dado cuenta sin esfuerzo alguno sobre eso.

- Así es, pero esta vez es un anillo, es para ti – Tami lo tomó y lo inspeccionó, pero no se lo puso

- ¿Por qué? - Susurró suavemente la chica.

- Supongo que quería que tuvieras algo de mí contigo – Ella se sonrojó y le devolvió el anillo, Takashi pensó que se lo había rechazado.

- Entonces ¿puedes ponérmelo? - La chica estiró su mano derecha hacía él y Takashi la tomó, quitó la etiqueta de la talla, y se lo puso en el dedo anular de la chica, de repente se sentía como si se hubiera comprometido. El anillo encajó a la perfección y no era tan grande como el arete que él llevaba, era más discreto, la chica admiró su dedo y le sonrió, nunca la había visto tan tranquila y feliz en un solo día, ganas de besarla no le faltaron.

Se quitó por completo la camisa de la pandilla y dejó su torso desnudo, Tami se sorprendió un poco pero no dijo nada después de que Takashi la atrajera de la cintura nuevamente hacia él y la besara. Ella había terminado en su regazo con sus manos sobre su pecho y él estaba ligeramente recostado en el mueble acariciando una de sus piernas, se preguntó si sus padres habrían notado la cicatriz casi invisible que tenía la chica en su muslo izquierdo causada por ese tipo en el parque.

Llevaban un par de minutos besándose con ternura cuando Takashi se separó y la miró directamente a los ojos - Sé mi novia, por favor – Su voz sonó más gruesa de lo normal, pero Tami captó lo dulce que había sido su pedido y asintió para rodear con sus brazos su cuello y besar sus labios una vez más.

- Sí, sí quiero – Dijo antes de volver a besarlo.

Takashi la tomó de la cintura y se acostó por completo en el mueble, con Tami encima de él. La piel desnuda del chico hacia contacto con la blusa de Tami, que a pesar de la tela podía sentir a la perfección los músculos bien formados del abdomen de Takashi, y es que realmente tenía un cuerpo digno de admirar.

La calefacción de la casa ya ni siquiera se sintió necesaria, eran casi las 3 am y no habían descansado, a pesar de estar en un momento así, ambos igual necesitaban dormir, sobre todo Takashi que no había podido descansar como debía después de esa pelea.

- Quédate a dormir – Dijo Tami entre besos – Mis padres no vendrán hasta la mañana, podemos ir cuando amanezca al hospital – Takashi no lo pensó mucho, su mamá ya de seguro estaba en casa y sus hermanas estarían bien, lo matarían en la mañana, pero dormir con Tami valdría la pena.

- Está bien –

Tami se paró y apagó las luces de la sala y el televisor, solo quedaron las luces navideñas encendidas, el mueble era grande así que podían dormir tranquilamente ahí hasta el amanecer. Volvió a acomodarse encima de Takashi, que mientras la besaba, tomó su camisa y tapó las piernas de la chica, aunque la calefacción les ayudaba a mantenerse calentitos, quería que la chica se sintiera más abrigada porque sabía que era quisquillosa con el frío.

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Abrió sus ojos lentamente y trató de enfocar el lugar en el que estaba, sentía que alguien la sostenía por la cadera y fue en ese instante en que recordó todo lo que había pasado hace unas horas. Había sentido un montón de cosas: enojo, indignación, tristeza, pero también se había sentido feliz, tranquila y querida y todos causados por la misma persona.

Ella ya no estaba encima de él, estaba a un lado, Takashi tenía uno de sus brazos rodeando su cadera y el otro lo tenía debajo de su cabeza, al parecer lo había usado de almohada, aunque también usaba un cojín del mueble, las piernas de ella seguían tapadas con la camisa del chico, todo apuntaba a que ella era la que se había dormida primero y él la había acomodado de esa manera para estar cómodos. Sonrió instantáneamente al verse así, Takashi no la había olvidado, sus regalos eran muestras de eso, él pensaba en ella a pesar de todo y no solo eso, él la había besado y le había pedido ser su novia, incluso habían pasado la noche juntos. Si alguien le hubiera dicho que eso le pasaría en Navidad, ni siquiera se lo hubiera creído. Había sido la Navidad más romántica de todas.

Estiró un poco su cabeza para alcanzar ver al reloj que estaba justo al frente del mueble y encima del televisor, faltaban 15 minutos para las 6 am, debían ir al hospital y despedirse de Takashi antes de que sus padres llegaran. Se levantó despacio, pero de todas formas intentando levantar al chico.

- Takashi - Sacudió su hombro suavemente, lo escuchó gruñir un poco - Iré a cambiarme, tienes que levantarte porque tenemos que ir al hospital, ¿recuerdas? - Como ella había estado acostada para el lado del respaldar, tuvo que cruzar por encima del chico sin tratar de tocarlo bruscamente, lo vio moverse y se fue a su habitación con la esperanza de que al regresar Takashi ya estuviera levantado.

Takashi, por su parte, se acomodó nuevamente en el mueble, pero ya estaba despierto, le hubiera gustado descansar más tiempo con su chica, su chica, se sentía tan irreal, pero Tami le había confiado sus sentimientos y lo había besado con tanta devoción que aún tenía que pellizcarse para saber si todo lo que había pasado en las últimas horas era verdad. Tomó su camisa y fue al baño de la sala, había dormido semidesnudo, se sintió avergonzado, esperaba no haberla incomodado.

Tami había cambiado sus ropas por un overol y una camisa de gatitos por debajo, pero se puso una chaqueta de color rosa pálido y una bufanda y guantes de color blanco porque se notaba que afuera la temperatura era extremadamente baja por la nieve. Consiguió una chaqueta gruesa de color gris para Takashi y unos guantes de color negro, él parecía ser inmune al frío, pero igual no quería que se enfermara. Antes de salir, acomodaron sus ropas y compartieron un beso.

Para ser la mañana de Navidad, si había una cantidad considerable de personas en la sala de emergencias, Takashi obtuvo la cartilla verde después de la valoración preliminar, así que demoraría un poco en que lo atendieran.

- ¿Te duele la cabeza? - Preguntó la chica, Takashi negó. Ambos estaban en la sala de espera observando los turnos en la pantalla.

- ¿Sabes? Lo de ser médica se te da bien - Él le sonrió y ella se sonrojó, pero recordó que aún tenía una conversación pendiente.

- Takashi – El chico volvió a prestarle atención, por su tono supuso que era algo importante - ¿Qué pasaría si...? Bueno, ¿qué pasaría con nosotros si yo me voy al extranjero a estudiar? -

Takashi pareció pensarlo un poco – Antes que nada, quiero que sepas que te apoyaré en todo lo que quieras, después de todo eres mi amiga -

- ¿Seguiremos estando juntos si yo me fuera? - Logró ver un ligero brillo de súplica en sus ojos.

- Si es lo que quieres, lo haremos - Takashi iba a besarla, pero justo lo llamaron, tuvieron que separarse.

A Tami no le agradaba mucho la idea de una relación a distancia, pero por Takashi intentaría lo que sea, tampoco quería que él vaya atrás suyo, no al menos hasta que él cumpla su sueño además ella esperaba regresar, su vida estaba acá. Igual los resultados de los exámenes aún no estaban listos y necesitaba dar la otra prueba de ingreso en febrero, así que por el momento nada de eso era una realidad.

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Después de una radiografía y una revisión completa, Takashi pudo salir finalmente de emergencias, al parecer no había tenido síntomas de alguna conmoción cerebral pero le habían indicado que no a todos los pacientes se les presentaba inmediatamente, así que si sentía algo dentro de los próximos días que se acercara nuevamente a emergencias, también le habían dado medicación por si le dolía la cabeza y habían tratado su herida.

Tami finalmente estuvo tranquila y caminaron de regreso a su casa, el centro médico estaba cerca de la escuela y a solo 5 cuadras del vecindario de la chica. Pasaron comprando pan y yogurt cuando cruzaron por la panadería a la que Karlly solía ir cuando vivía cerca de ahí. Eran las 7:30 am y probablemente sus padres aún no llegaban, pudo confirmarlo cuando llegaron a la casa y el auto aun no ocupaba su espacio.

- ¡Takashi! – Dijo de repente como si se hubiera acordado de algo – Tengo unos regalos para tus hermanas –

- Oh muchas gracias – Acarició el cabello de la chica mientras entraban a la casa - ¿Quieres llevárselos tú mismo? –

- ¿Ahora? – Él asintió – Pero mis padres…-

- Bueno, puedes decirles que vine y salimos temprano en la mañana – Tami no tenía la intención de decirles eso, mejor dicho, ni siquiera les iba a decir nada, pero si la descubrían, ella de seguro tomaría la excusa del chico como la mejor opción. Sus padres la matarían si se enteraran que pasó la noche con Takashi y estaba muy segura que le iban a prohibir verlo.

Accedió de todas formas y mientras recogía los regalos, Takashi sacaba su moto, la había dejado casi a la entrada de la casa y no en la calle por pedido de la chica, al parecer no quería que los vecinos se enteraran de su visita, era lógico, después de todo ella se había quedado sola.

No tardaron mucho en llegar, Takashi rogaba que su madre estuviera durmiendo, sus hermanas de seguro estarían ya despierta viendo algo en la televisión, ellas adoraban los programas navideños. Y tal como lo había predicho, sus hermanas aparecieron cuando lo escucharon abrir la puerta, pero ni siquiera lo miraron, sino que abrazaron con mucho entusiasmo a Tami, bueno al cabo que ni quería ganar el premio al mejor hermano mayor.

- ¡Feliz Navidad Tami-chan! – Dijeron al unísono mientras la abrazaban. Tami sintió su corazón calentarse, adoraba mucho a las hermanas de su novio, siempre le demostraban lo mucho que la querían.

- ¡Feliz Navidad Mana! ¡Feliz Navidad Luna! – La jalaron hacia la sala donde le enseñaron que estaban viendo una película, Tami había quedado que la visita sería rápida así que sacó los regalos que les había llevado. Takashi les pidió que no hicieran tanta bulla porque al parecer su madre seguía descansando, y que iría a prepararle algo para desayunar a sus hermanas.

Para Luna, que era la mayor de las dos, había conseguido un 'mini salón de belleza' que venía con varios accesorios para el cabello y una trenzadora y para Mana, que era la más pequeña, un 'pintamigo' que era un peluche de conejo que venía con marcadores para que lo pueda pintar a conveniencia, pero también era lavable. Ambas niñas le agradecieron brillantemente.

Cuando vio que se habían entretenido con sus regalos, ella se escabulló a la cocina en busca del chico. Lo encontró muy concentrado mientras le ponía mantequilla a unas rebanadas de pan, a pesar de su semblante, Takashi si había notado a la chica así que después de poner los panes en la tostadora se acercó despacio a ella.

- ¿Y qué tal?

- Parece que si les gustó – Dijo ella.

- Eres muy buena con ellas – La tomó por la cintura y la acercó un poco más hacia él.

- Es que son muy lindas – Expresó con ternura.

- ¿Y yo? – Hizo un puchero haciendo reír levemente a Tami por esa nueva faceta que le mostraba el chico.

- Te quiero Takashi – Le dijo con ternura. Acercó su frente a la de ella y besó la punta de su nariz.

- Y yo a ti, Tami – Dijo antes de finalmente besarla en los labios, fue un contacto de menos de 5 segundos porque sintieron la presencia de alguien más. Ambos se separaron inmediatamente al ver a la mamá del chico frente a ellos.

- Buenos días Mitsuya-san – La chica se inclinó levemente en forma de saludo y respeto.

- Hola Tami-san, feliz navidad supongo – Parecía seria al respecto.

- Feliz navidad – Tami intento sonar lo más tranquila y amable posible, no quería mostrarse nerviosa.

- ¿Acabas de llegar Takashi? – Puso atención ahora en su hijo, pero no espero contestación - No importa, conversamos luego, nos vemos después Tami-san – La chica se inclinó nuevamente, pero la señora ya no la vio.

Tami estaba avergonzada, de todas las personas que podían haberlos visto, tenía que ser la mamá del chico. Takashi estaba levemente asustado, era obvio que su madre se daría cuenta que no había llegado a dormir, pero ¿Qué podía hacerle? Seguía cuidando a sus hermanas, pero también merecía tiempo para sí mismo y eso incluía tener tiempo para Tami, quien ahora era su novia.

Ambos acordaron en irse, y Tami se despidió brevemente de las hermanas. Ya estando afuera en la nieve y Tami sentada en la moto, Takashi se disculpó con la chica por lo incómoda situación con su madre, pero ella a cambio lo besó, dándole a entender que ya se encontraba bien.

- ¡Taka-chan! – Se separaron y sintió como la chica se refugiaba en su hombro avergonzada por ser descubiertos de nuevo. Solo había una persona en el mundo que lo llamaba así y era Hakkai.

- Vaya Hakkai, veo que has madrugado – Acarició el cabello de la chica que aún tenía su cabeza en su hombro, tratando de calmarla.

- ¿In-interrumpi al-al-algo? – Hakkai tartamudeo al ver a los dos juntos - ¡Per-perdón! – Se inclinó en disculpa. Tami se reincorporó y ahora se sentía mal por el chico, así que le regaló una sonrisa cuando él volvió a levantar la cabeza.

- Hola Hakkai, ¡feliz navidad! – A pesar de que ella había sonado muy dulce, Hakkai no pudo aguantar la situación y se congeló.

- Ya sabes cómo es – Dijo por lo bajo para que solo Tami lo escuchara - ¡Oye Hakkai! ¿A qué se debe tu visita? -

- Ah bueno, cierto – volvió a su estado normal – ¡Les traje regalos! – Dijo mostrando un bolso de regalo.

- ¡Que amable! Mamá está despierta así que puedes pasar a jugar con las niñas, yo regreso en unos minutos mientras voy a dejar a Tami a casa – El chico no necesito ninguna palabra más y casi corriendo entró a su departamento, era como su segundo hogar así que ni siquiera se molestó en tocar la puerta y pedir permiso, Takashi escuchó las voces de sus hermanas saludando al invitado.

Se rieron y sin más, Takashi se acomodó y arrancó. En el camino, Tami pensaba en todo lo que había hecho en las primeras horas del día de Navidad, había pensado en dormir, pero terminó haciendo más de lo que esperaba, y pensar que todo esto había empezado con una máquina de coser rota.

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Cada rato digo que tal capítulo es el más largo, pero creo que esta vez si es el más largo de toda la historia, sobre todo porque es el más importante.

Una pequeña aclaración es que recuerden que la familia Fujioka es católica, así que celebran la Navidad como tal, con pesebre y cenas navideñas, en Japón la fiesta no es tan importante y es más bien vista como una fiesta para las parejas así que me gustó combinar ambas cosas en este capítulo. No se que tal me salieron las escenas románticas pero espero hayan valido la pena :'(

Otra cosa, es que tengo la ligera impresión de que los Mitsuya pueden ser cristianos/católicos por la cruz que lleva Takashi tanto en su arete como en el collar que a veces muestra, pero no se si es simplemente por moda o por algo más profundo, así que lo dejaré a la imaginación.

Y sí, nos costó casi 60 mil palabras y 18 capítulos + 2 extras para que, finalmente, Takashi y Tami se besen.

Por si no se dieron cuenta, hice una nueva referencia a Harry Potter, ahora con Harry Potter y el misterio del príncipe o la verdadera traducción que es El príncipe mestizo pero bueno, cada quien le dice como quiere.

¡Gracias por leer! ¡Y espero con ansias sus reviews!