"Tuvieron un hijo, tuvieron un hijo, tuvieron un hijo, tuvieron un hijo" resonó por unos segundos en la cabeza de Tony, hasta que terminó de llegarle la sorpresa y a causa de ello escupió la cerveza que había bebido hace segundos, justo encima de Thomas, en su traje y un poco en la cara.
-¡¿Qué?! Ay perdón- dijo lo último al ver que lo había llenado- no quise, no importa, no es posible, no creo que ¡¿QUÉ?!- dijo, impactado, algunas cosas respecto a Thomas y otras respecto a la noticia, sobre todo la última pregunta.
-Así es señor- dijo Thomas sacando un pañuelo de su bolsillo y limpiándose lo que podía- la señora Keener estuvo intentando hablar con usted durante dos meses porque quedó embarazada de usted.
-No, no no no no no no no- dijo Tony, dejándose caer en el sillón- tiene que estar bromeando, yo, yo no puedo ser padre, debe de haber algún error.
-No señor, no hay ningún error, investigamos y todo apunta a que la carta de la señora Keener es cierta.
-¿Carta? ¿Qué carta?- preguntó Tony.
-Una donde le específica que ambos tienen un hijo, venía con su testamento donde además dice que en caso de que ella falte usted pasará a ocuparse del niño- le explicó tranquilamente Thomas.
-¿Y si es sólo para embaucarme? Además la conozco desde hace once años- dijo Tony, se negaba a aceptarlo.
-Señor Stark, no le estoy hablando de un niño de cinco años o un bebé, le estoy hablando de un niño de diez años, concuerda con las fechas en que la conoce, además, usted aceptó haber tenido una aventura con ella esa noche.
Tony se quedó callado, pensándolo.
-Me niego a creer eso- dijo al final.
-No sería el primero, a muchos padres les pasa esto cuando les llega la sorpresa así, pero por suerte hay una forma de comprobarlo.
Tony lo miró confundido, no se le ocurría cuál sería esa forma.
-Una prueba de ADN- le explicó Thomas- puede realizarla y así comprobar la verdad, si el niño resulta suyo ya hablaremos de los acuerdos legales y si no lo es, bueno, usted ya no tendrá que preocuparse por eso, ¿le parece?
Tony lo pensó un poco, le aterraba pensar que fuera verdad, pero, si no tenía sentido a qué temía, además, no tendría otra forma de saberlo.
-Está bien- respondió- hagamos la prueba de paternidad.
Thomas sonrió, satisfecho.
-Excelente señor- le dijo- lo espero mañana en el Hospital Beekerson a las 09:00 a.m. y después en aproximadamente cinco días tendrá el resultado y...
-No no no- lo interrumpió Tony- no voy a esperar un resultado que no me dejará dormir duramente cinco días, quiero tener el resultado mañana mismo.
-Pero señor Stark- comenzó Thomas- no puedo tenerlo mañana, sería más dinero y mi empresa no lo cubre.
-Mira, por eso no hay problema- se fue rápidamente a su cuarto sin esperar a que Thomas le dijera algo y buscó en su cajón unos cuantos billetes y regresó abajo.
-Mira- le dijo dándoselos- dale esto a los doctores o encargados de la prueba y diles que quiero el resultado mañana mismo, si tengo que esperar algunas horas bien, pero lo quiero mañana- terminó de decir.
Thomas suspiró.
-Está bien señor, veré qué puedo hacer, y en caso de que no pueda apresurar el proceso le devolveré su dinero- le dijo tomándolo y metiéndolo en su portafolio.
-No quiero que haya necesidad de regresármelo porque lo quiero mañana mismo- le dijo Tony, con cara amenazante.
Thomas asintió.
-Sí señor- no estaba seguro de que se pudiera pero por el momento decidió seguirle la corriente.
-Bien, entonces te veré mañana, y comprobaremos que todo lo que dices es mentira o alguna broma de alguien de mi equipo, Cap o Barton, posiblemente por haber puesto ese sapo gigante en su nave y...
-Hasta mañana señor- lo cortó Thomas, se inclinó levemente y se aproximó hacia la puerta para después salir de la casa, dejando a un Tony lleno de dudas.
El resto del día Tony estuvo sentado en su sillón, bebiendo refresco y comiendo pizza, pensando en lo que pasaría si resultaba que sí tenía un hijo, cosa que realmente no quería que sucediera porque, ¿si apenas sabía cuidar de sí mismo que iba a hacer él con un niño? Hasta hace poco Pepper era quien se encargaba de su compañía pero con lo de su ruptura él había comenzado a tomar el mando, también tenía que mantener una vida como Iron Man salvando a el mundo, con ello seguir fabricando nuevos aparatos e inventos que lo ayudaran tanto a él como a los demás Vengadores, encima hacía todo eso recuperándose del dolor de la separación entre él y Pepper, la persona que menos había querido perder y al final lo hizo, y por si todo eso fuera poco, aún se estaba se recuperando de sus ataques de ansiedad y traumas que la batalla de New York le había dejado.
-No, no puedo- se dijo a sí mismo- no estoy en ninguna condición de atender a un niño, sólo me dará más problemas... mas vale que mañana la prueba de ADN dé negativo.
Después de esa conclusión final que tuvo se levantó del sillón, recogió la sala (aún pensando que necesitaba contratar a alguien pronto mientras lo hacía), se fue a su habitación, se dio un baño y se dispuso a dormir, poniendo una alarma para levantarse temprano al día siguiente y estar en el hospital a tiempo.
Pero estuvo durante muchas horas dando vueltas y vueltas en su enorme cama, pensando sin parar en el problema que sería que ese niño sí resultara ser suyo.
Al final se durmió a altas horas de la madrugada, muy pocas horas, pero para él fueron diez segundos ya que sintió que en cuanto cerró los ojos sonó el despertador, con un suspiro de cansancio se levantó y comenzó a arreglarse para ir al hospital, se bañó, se puso un traje completamente negro, se peinó, se puso por supuesto unos lentes de sol, sacó uno de sus lujosos autos y se puso en marcha al lugar que definiría su destino.
-Buenos días- dijo a la recepcionista que estaba en el mostrador del hospital, una mujer joven, de piel ligeramente morena, delgada y de pelo negro chino mediano- soy To...
-¡Tony Stark!- gritó en cuanto lo vio, emocionada, Tony sólo sonrió acostumbrado- ¡es usted! ¡No puedo creerlo! Me habían dicho que vendría ¡pero no creí que fuera cierto!... ¡Oh! ¡Disculpe! Enseguida le llamo al señor Thomas para avisarle que ya está aquí.
-No es necesario- dijo Thomas llegando junto a Tony- ya me encargo yo desde aquí Liliam, gracias.
-Sí señor- contestó la mujer sonriendo, y siguió viendo a Tony, el cual por un lado estaba acostumbrado y por otro no le molestaba que lo admiraran.
-Buen día señor Stark- le dijo Thomas tendiéndole la mano que Tony estrechó- veo que llegó temprano.
-No podía estar más tiempo en la cama de todas formas- dijo Tony, comenzando a caminar detrás de Thomas- prefiero terminar con esto lo antes posible.
-Le recomendaría no ir con la idea de que eso pasará señor Stark- dijo Thomas esperando el elevador- porque lo más probable, y si me lo pregunta a mí, definitivamente, saldrá de aquí con un hijo, y será sólo el comienzo.
-Pues, yo estoy seguro de que ese niño no es mío- aseguró Tony mientras los dos subían al elevador- no tiene sentido.
-¿Está seguro de eso?- preguntó Thomas- porque en mi opinión, si de verdad estuviera seguro de que no tiene un hijo, no estaría aquí en este momento dispuesto a hacerse una prueba de paternidad, sólo se habría olvidado del asunto.
Tony no contestó nada mientras el elevador subía, sólo se quedó pensando si lo que decía Thomas era verdad.
-Ya estamos en la planta señor Stark- le dijo Thomas mientras salían del elevador.
Se encontraban en un pasillo que a la derecha se extendía y en frente era todo de color blanco, estrecho, se veían dos bancas de metal y al lado de ellas estaba una puerta color crema cerrada y enfrente de las bancas, sólo un poco a un lado, estaba una puerta blanca con una ventana en forma de circulo en la parte de arriba.
-¿Le parece si procedemos a hacer la prueba?- preguntó Thomas.
-Cuanto antes mejor- contestó Tony.
-Bien- dijo Thomas y se adentró en el pequeño pasillo seguido de Tony y entraron por la puerta que estaba a el lado de las bancas.
-¿Si tendré los resultados hoy mismo, verdad?- preguntó Tony en cuanto entraron.
-Sí señor, con el dinero que me dio se nos permitió utilizar tecnología un poco más avanzada que permitirá que tenga las pruebas hoy mismo- le respondió Thomas.
-Excelente- dijo Tony.
-Buenos días señor Stark- salió saludándolo de unas cortinas dentro de la habitación una mujer de mediana edad sonriendo, de piel blanca, pelo rubio amarrado en un moño y un poco regordeta- ¿está listo para realizar la prueba?
-Supongo que sí- contestó Tony.
-Muy bien, iré por lo que necesito, luego le explicaré cómo funciona y se la realizaré- dijo la mujer y se fue nuevamente detrás de las cortinas.
Luego Tony pensó en que la doctora sabía bien para lo que estaba ahí, y recordó que la recepcionista había dicho que pensaba que no iría por lo que también sabía que estaría en el hospital.
-Oye, Matías- dijo Tony quitándose los lentes.
-Me llamo Thomas señor- contestó Thomas.
-Sí, como sea- dijo Tony restándole importancia- ¿más personas saben del asunto del niño aparte de nosotros dos?- preguntó, porque si más personas sabían toda la historia ya podía estarse preparando para las preguntas de la prensa y el periódico con su cara de portada, y lo que menos necesitaba en ese momento (a parte de un hijo) es otra noticia sobre él que le daría problemas y mala fama y además de que podía llegar a disminuir las ganancias de la empresa- contéstame, ¿alguien más sabe sobre esto?
-Sí señor- contestó al fin Thomas- lo sabe mi jefe, quien me puso a cargo del caso y por lo tanto debo pasarle los datos de la situación, una compañera mía que me está ayudando a llevar el caso, Liliam, la recepcionista, y Martha, la doctora que va a realizar la prueba.
Tony lo miró enojado.
-Pero no se preocupe- le dijo Thomas apresurado antes de que Tony hablara- ninguno de nosotros dirá nada señor, mi jefe ni siquiera sabe que el caso trata sobre usted, sabe la información de que se está buscando al padre del niño y que posiblemente lo hayamos encontrado ya con un hombre pero hasta ahí, él no tiene tiempo para estudiar detalle por detalle, y en cuanto a nosotros cuatro le aseguro que no vamos a revelar nada.
Tony lo miró un momento, enojado aún, pero luego al ver lo nervioso que estaba Thomas decidió creerle.
-Está bien, sólo- suspiró Tony- esto podría llegar a la prensa y no tengo tiempo para ocuparme de eso ahora.
-Entiendo señor- dijo Thomas- pero... si ve que el niño es suyo, ¿lo mantendrá oculto?
-Ya te dije que no es mío- dijo Tony.
Thomas rodó los ojos sin que lo viera.
-Está bien está bien, pero, sólo suponiendo que sí lo fuera- dijo siguiéndole la corriente- ¿lo mantendría oculto?
Tony abrió la boca para responder pero la cerró al instante, no había pensado en eso.
-Mira- dijo al fin- no hay que adelantarnos, te repito que no creo que sea mío y hago esto sólo para que dejes de molestarme.
En ese momento la doctora Martha entró con una bandeja con algunos instrumentos.
-Está todo listo señor Stark- dijo- verá, lo que vamos a hacer es sacarle unas cuantas gotas de sangre y después las pondremos en un aparato que tengo detrás de las cortinas que es el último en tecnología, y que por cierto aún no los han autorizado en los hospitales- dijo sonriendo, más que nada emocionada de utilizarlo- y el aparato la analizará junto con la sangre del niño y en cuestión de algunas dos o tres horas podremos ver el resultado.
-Sólo una duda- dijo Tony- ¿tiene que usar una jeringa?
-Pues sí- dijo la doctora un poco confundida- para sacar la sangre.
Tony suspiró.
-Que genial- dijo en tono lastimero- con lo que me gustan las inyecciones.
-¿Es enserio?- preguntó Thomas.
-¡Claro que no! ¡Es sarcasmo!- contestó Tony- lo más probable es que ese niño no sea mío y sí me está dando problemas y haciendo que me saquen sangre... bien, ¿qué hago?
-Siéntese en esta camilla y súbase la manga hasta el codo- le indicó la doctora mientras ella se volteó a desinfectar la jeringa.
Tony le dio su saco a Thomas y después se sentó en la camilla para pacientes que le indicó la doctora, desabrochándose la manga y subiéndola tal como ella le dijo.
-Si quiere puede recargarse para que esté más cómodo- dijo la enfermera subiendo ligeramente la camilla para que Tony quedará medio acostado medio sentado.
-Según había oído esto también puede hacerse con cotonetitos- dijo Tony- sin necesidad de inyecciones.
-Así es- le respondió la doctora- pero para la tecnología que estamos usando es necesario que la prueba se realice por medio de la sangre.
Estuvo cinco minutos más preparando todo y al fin se puso al lado de Tony, lista para inyectarlo.
-¿Listo?- preguntó.
-No pero no tengo de otra- respondió Tony y respiró lentamente para relajarse mientras la aguja de la jeringa penetraba en su piel y succionaba la sangre.
-Ya quedó- dijo la doctora después de segundos dejando la sangre de Tony en la bandeja, luego procedió a limpiar un poco la parte de la piel donde se la puso y escurría un poco de sangre- un momento, ahora vuelvo- dijo antes de irse detrás de las cortinas con la bandeja.
Tony suspiró.
-Bueno- dijo- no fue tan malo.
-Su hijo se puso igual que usted- dijo Thomas llegando al lado de Tony, el cual se asustó un momento olvidando que estaba ahí.
-¿Quién?- preguntó Tony, aún dispuesto a no aceptarlo.
-El niño- corrigió Thomas- también le temió a la inyección, sólo que con él nos dio más trabajo lograr que se la pusieran al ser un niño, claro.
En ese momento regresó la enfermera y pasó una última vez el algodón por el brazo de Tony para después pegarle un pequeño trozo de gasa sólo para evitar que saliera más sangre, y él mientras tanto se quedó pensando en cuántos años tendría el niño para tenerle miedo a las agujas, bueno, admitía que él mismo les temía pero a lo que se refería era que si se trataría de un niño que aún necesitara "mucho cuidado".
-Ya está señor Stark- dijo la doctora- fue poca sangre la que le saqué así que si quiere puede salir a la banca que está afuera a esperar, o puede quedarse aquí, como usted guste- le sugirió y volvió detrás de las cortinas para comenzar el análisis.
Tony se paró para esperar afuera, sentía que necesitaba el aire y le pidió a Thomas su saco.
-Oye, Matías- le dijo poniéndoselo.
-Thomas- suspiró el joven- ¿sí?
-El niño del que estamos hablando ¿aún necesita cuidado?
-¿A qué se refiere?- preguntó Thomas confundido.
-Osea, ¿necesita muchos cuidados? Por lo que dijo sobre la inyección.
Thomas lo miró y luego rió ligeramente.
-Señor Stark, todos los niños necesitan cuidados, están creciendo y por eso necesitan el apoyo de alguien que sea su ejemplo y cuide de ellos, lo de respecto a la inyección es normal, ellos se asustan como cualquier adulto pero les es más difícil a veces enfrentar el miedo por lo que necesitan a quien los consuele y los anime, además, no olvide que estamos hablando de un niño de diez años- contestó Thomas, ligeramente feliz porque creía que Tony ya se estaba dando cuenta de la persona frágil que iba a depender de él y que por eso comenzaba a crecer un cariño por su hijo o al menos un interés en él... pero lo decepcionó la siguiente frase.
-No es un niño de cinco años y aún hay que estar detrás de él, más problemas- dijo Tony, se colocó los lentes, se ajustó el saco jalándolo por adelante y salió de la habitación.
