El tráfico que Tony tenía delante le estaba dando dolor de cabeza, ya que además tenía que estar escuchando el sonido de las bocinas de los coches que tenía a su alrededor debido a la desesperación de la gente por avanzar.

-De haber sabido habría venido en mi armadura- murmuró Tony mientras veía el reloj que llevaba en su muñeca, dándose cuenta de que eran las 05:34 p.m.

En ese momento lo único que quería era poder llegar tranquilo a su casa después de haber salido corriendo a las 07:15 a.m. debido a una emergencia de su empresa, que había consistido en que un robot que Tony había hecho para que le llevara café a los empleados se había vuelto loco tirando papeles y aventando todo lo que tenía a su alcance gracias a que tenía mucho tiempo que no recibía mantenimiento.

Por supuesto logró repararlo después de revisarlo un rato aunque fue un poco difícil atraparlo para apagarlo en primer lugar ya que ese robot no lo controlaba J.A.R.V.I.S. como a sus armaduras y había estado huyendo por toda la empresa tirando todo y atacando a las personas con los objetos que aventaba.

Y aunque todo salió bien al final respecto a eso Tony no consiguió ir a su casa más temprano porque Happy aprovechó para obligarlo a entrar a una junta con algunos de los empleados además de que le dio papeleo urgente que debía revisar y también verificó el último que había hecho Tony dándose cuenta de que había habido un error de impresión y tuvo que hacer de nuevo como diez papeles, sin contar que se topó con los jueces de la Expo que no estaban muy contentos con el cambio de fecha del evento.

Gracias a todo eso su estrés sólo crecía con el tráfico pero por fortuna después de un rato, teniendo que hacer más paradas de las que le hubieran gustado por fin llegó a su casa, siendo las 06:30 p.m.

-Por cosas como estas a veces quiero vender la empresa- dijo Tony aventando su saco cuando estaba entrando a la casa, pero la prenda nunca llegó al piso debido a que fue interceptado por algo en el aire, o más bien alguien, ya que Harley justo iba entrando a la cocina cuando el saco de Tony le cayó encima tapándole la cara por completo.

Tony vio entonces al niño que se mantuvo quieto con el saco en la cabeza.

-Gracias Harley pero tengo un perchero para hacer eso- dijo Tony y le quitó el saco de encima despeinándolo y lo aventó al sillón.

Harley no dijo nada y sólo se le quedó viendo a Tony mientras éste se quitaba la corbata y los lentes dándole la espalda para aventarlos al sillón, por lo que aprovechó para ir hacia las escaleras y comenzó a subirlas.

-Señor Stark, disculpe que lo moleste cuando viene tan fatigado pero creo que debería saber que Harley no ha comido el día de hoy y apenas y quiso beberse un vaso de leche en este momento- se escuchó decir a J.A.R.V.I.S. cuando Harley no llevaba ni cinco escalones subidos.

Entonces Tony se volteó hacia la entrada de la cocina y al ver que el chico no estaba ahí dirigió su mirada hacia las escaleras donde Harley estaba volteado de frente pero con los ojos puestos en el piso.

Luego levantó la vista hacia Tony y éste lo miró con una ceja levantada.

-No tengo hambre ahora señor Stark- le dijo, su voz decaída como había estado desde que llegó con Tony, sino es que más.

-Pero si J.A.R.V.I.S. dice que no has comido en todo el día niño- le dijo Tony.

-Tomé el vaso de leche- le contestó Harley.

Tony fue entonces para la cocina y vio en la mesa un vaso pequeño en el cual se le veía un poco de leche y regresó con Harley.

-El vaso que te tomaste se ve muy pequeño, y no soy un experto en alimentación ni en niños pero creo que necesitas comer algo, sólo para que no te haga daño- le dijo Tony.

Harley lo miró, llevando sus ojos al piso.

-Ven- le dijo Tony entonces y entró a la cocina, comenzando al instante a sacar los ingredientes que necesitaba para hacer sándwiches, no sólo por Harley sino porque ciertamente él sentía que se estaba muriendo de hambre, ya que ni siquiera tuvo tiempo de comer en Industrias Stark.

Harley entró después y se le quedó viendo mientras Tony picaba una lechuga.

-¿Puedo irme al cuarto?- preguntó Harley rato después al ver que Tony picaba ingredientes y no le decía nada.

-Comerás el sándwich que te voy a dar y después te irás- le contestó Tony.

Harley no dijo nada, sólo lanzó un pequeño suspiro y se fue a sentar a la silla de siempre.

Minutos después Tony puso frente a él un sándwich de jamón.

-Puedes empezar- le dijo y fue a prepararse el suyo.

Cuando lo hizo fue también a ocupar su silla en la mesa, dándose cuenta de que Harley no había comido nada una vez que se sentó.

"Lo que me faltaba" pensó Tony comenzando a comer esperando que Harley lo imitara.

-Déjame adivinar, ¿los sándwiches no te gustan, cierto?- preguntó Tony rato después en los que Harley seguía sin probar bocado.

-No es eso- le respondió Harley.

-¿Entonces?- le preguntó Tony.

-No tengo hambre- contestó Harley.

Tony se levantó entonces y fue hacia el refri de donde sacó una gelatina de limón y la dejó frente a Harley a la vez que empujaba el plato con el sándwich hasta su propio lugar, puesto que ya se había acabado el suyo y volvió a sentarse.

-Al menos cómete eso- le dijo al niño.

Harley no dijo nada y quitó la cuchara de plástico pegada al envase y comenzó a abrirlo.

¿Era imaginación de Tony o Harley se veía más tímido y encogido que hace dos días cuando habían ido al parque?

-¿Tu brazo está mejor?- le preguntó entonces.

Harley asintió.

-¿Y no te duele alguna otra cosa?

Harley negó con la cabeza.

Tony comenzó a comer el otro sándwich entonces, después volteó a ver a Harley, quien tenía su brazo izquierdo sobre la mesa, mientras mantenía la cabeza recargada ahí, por lo que Tony pudo notar una larga cicatriz bastante profunda extenderse desde el codo hasta poco antes de llegar a la muñeca, lo cual estuvo a punto de preocuparlo preguntándose cómo ocurrió pero al instante recordó el choque, aunque ciertamente no había reparado en esa herida del niño antes, únicamente había podido ver los pequeños rasguños extendidos por algunas zonas del brazo y la cortada que tenía en la mano.

Después de minutos terminó el sándwich que le había quitado a Harley y vio que el chico no había probado aún la gelatina a pesar de tenerla ya abierta.

"Genial, a penas me alimento yo, algo con lo que no tengo que rendir cuentas a nadie, pero ahora resulta que me veo en la necesidad de estar encargándome de que coma un niño de diez años que parece un bebé por no hacerme caso de probar bocado, precisamente esto es parte de la responsabilidad que no quería cargar" pensó.

-Niño, ya te dije que tienes que comerte al menos eso- le dijo serio.

Harley sólo lo miró, con expresión triste, y no se movió si quiera.

Tony suspiró fuertemente, ya lo estaba frustrando que respondiera de forma corta, ahora ya ni siquiera hablaba y para colmo tampoco se movía.

-¡Harley!- dijo Tony después al ver que no respondía, obteniendo el mismo resultado del niño.

-Si lo cree necesario señor aquí tengo una guía para pa...- comenzó a decir J.A.R.V.I.S.

-¡J.A.R.V.I.S.!- lo interrumpió Tony, dándose cuenta de la palabra que iba a decir- ya te dije que no quería esas guías- dijo con la voz golpeada mirando al techo, principalmente porque no quería ver a Harley, ¿en serio estaba escuchando que tenía unas guías a su disposición para crianza de niños? Eso simplemente era vergonzoso e incómodo para los dos, pues Tony pensaba que ni tenía que "criarlo" teniendo él ya diez años ni tampoco tenía que mencionarse su "relación" por medio de títulos como "Guía para padres para hacer que sus hijos coman".

-Esta bien señor, no interfiero más- contestó J.A.R.V.I.S., y de alguna manera Tony escuchó su voz un tanto ofendida.

Luego volvió a centrar su mirada en Harley, quien se mantenía sentado con la cabeza un poco agachada y viendo la mesa.

-Ay- dijo Tony en un susurro y después se levantó de la mesa, recogió su plato, el de Harley y el vaso de leche que había dejado ahí y procedió a lavarlos con los otros trastes que tenía acumulados en el fregadero.

Cuando terminó se puso al lado de la silla de Harley, con los brazos cruzados, viéndolo.

Harley levantó la mirada hacia él, viéndose muy decaído, aunque en esta ocasión no huyó de la mirada de Tony.

-Ya vete si quieres- le dijo Tony al final, enojado, dándose cuenta de que Harley no iba a hablarle ni a comer nada en ese momento.

Harley no necesitó que se lo repitiera, pues inmediatamente se levantó y salió de la cocina sin mirar a Tony.

Luego Tony se fue a la sala y se sentó en uno de los sillones, frustrado, puesto que no se veía teniéndole que rogarle a un niño para que comiera hace casi dos semanas, pero ahora al parecer tendría que ser el caso, además de que la actitud de Harley no estaba mejorando, al contrario, según veía había empeorado.

Al llegar la noche decidió probar nuevamente a que el niño comiera, por lo que subió a su cuarto y tocó la puerta.

-Harley- llamó, aunque no obtuvo respuesta.

Entonces la abrió y encontró la habitación iluminada por la lámpara que reposaba en el buró al lado de la cama de Harley y a él dormido con la ropa que había usado ese día y acostado sobre la colcha y las cobijas que permanecían tendidas.

-Bueno, sólo un día que no coma nada no puede ser tan grave, ¿cierto?- se dijo Tony.

Luego entró a la habitación, apagó la lámpara y salió del cuarto cerrando la puerta.

Suspiró.

-No estoy listo para esto- dijo y se fue a dormir.

Era ya domingo por la mañana, y Tony se había levantado manteniendo su pijama puesta, fue hacia la cocina y se hizo su habitual taza de café, planeando que ese sería un largo día en el que al fin tendría que construir el invento para la Expo, pero antes tenía planeado desayunar algo, después de todo el día anterior no había comido por haber estado todo el día en su empresa por asuntos que tenía que resolver personalmente, por lo que se dispuso a comer unos waffles congelados que tenía en el congelador.

Sacó la caja y puso cuatro waffles en un plato y los metió al microondas.

-J.A.R.V.I.S.- llamó- dile a Harley que baje a desayunar.

-Sí señor- le contestó su inteligencia artificial.

Después de minutos cuando los waffles estaban por estar listos Harley entró a la cocina, viéndose somnoliento.

Tony lo miró, y ninguno de los dos dijo nada, y en realidad era la primera vez que Tony lo veía desde hace tres días cuando se había frustrado ya que el niño no quería comer puesto que después había estado muy ocupado atendiendo a su empresa, yéndose desde muy temprano y regresando muy tarde directo a dormir.

El microondas hizo sonar la alarma indicando que los waffles estaban listos y Tony los sacó, poniendo dos en cada plato que había sacado posteriormente, luego los dejó en la mesa en los lugares que él y Harley solían ocupar respectivamente y le hizo al niño una seña con la cabeza señalando a la silla para indicarle que se sentara, cosa que hizo mientras Tony servía dos vasos de leche y lo ponía frente a cada plato, junto con tenedores para al final arrimar al centro de la mesa botellas de mermelada de fresa, miel y lechera.

Tony se sentó en su silla y comenzó a comer, aunque se sentía incómodo, estaba seguro de que era por Harley, después de todo la última vez que lo había visto él había estado muy estresado por su trabajo y no le hizo bien llegar a su casa y darse cuenta de que debía insistirle a un niño de diez años para que se animara a alimentarse, por lo que sabía terminó dejando muy en claro su disgusto con el chico antes de que saliera de la cocina sin decidirse a hablarle además.

Después de reparar en la razón de la incomodidad Tony volteó a ver a Harley mientras masticaba una porción de su waffle, dándose cuenta que él no había tocado si quiera el tenedor aún.

"No otra vez" pensó Tony con pesar, puesto que esperaba que la ocasión anterior sólo hubiese sido un día en que Harley no tenía hambre y que se hubiese pasado eso en el transcurso de esos días en los que además le ordenó a J.A.R.V.I.S. que se encargara de que el niño se alimentara.

Muy en el fondo pensaba que se estaba ahogando en un vaso de agua sólo por el hecho de tener que insistirle a Harley que coma, pero la verdad ignoraba esa sensación que era reemplazada por el miedo de que eso sólo fuera el principio de su responsabilidad con el niño, una responsabilidad que desde luego nunca estuvo dispuesto a cargar.

-Niño, no te llamé solamente para que estuvieras viendo el plato- dijo tiempo después, al darse cuenta que Harley no tenía intención de comer nuevamente.

Harley sólo alzó la cara lo suficiente para verlo pero no le dijo nada, sus ojos aún se veían somnolientos y un poco llorosos.

-Come- le dijo Tony señalando el plato mientras Harley lo veía.

Aunque obtuvo el mismo resultado.

Tony no pudo evitar soltar un suspiro pesado, y miró a Harley un poco serio, al darse cuenta de que nuevamente el niño no pensaba hablarle.

-Harley, necesitas comer, y no tenemos por qué hacer un problema al respecto- le dijo Tony, intentando mantener su voz tranquila.

Mismo resultado por parte del niño.

Después Tony soltó aire y siguió comiendo él, intentando ignorar al chico, que se quedó de igual manera, aunque con la mirada hacia abajo, en momentos parpadeando varias veces.

Pasaron los minutos y Tony terminó de desayunar, y se recargó en la silla de brazos cruzados, viendo a Harley que después de sentir sobre sí la mirada del hombre volteó a verlo también.

-¿Al menos podrías hablar? Hace tres días al menos me decías que no tenías hambre- le dijo entonces Tony, frustrado por la falta de comunicación de Harley.

El niño simplemente bajó la mirada.

"Por eso no debí meterme en esto" pensó Tony.

-Niño, si te entendiera con que tan sólo me bajes la mirada estaría bien, pero no lo hago, necesito que hables- le dijo, su voz ya no contenía tanta paciencia.

Harley no se movió.

-Harley- le dijo Tony un poco desesperado.

Entonces el niño levantó la vista y abrió un poco la boca, pero al instante se escuchó un respiro entrecortado y la volvió a cerrar, y se pasó una mano por el ojo que no tenía lastimado, y volvió a bajar la cabeza.

Tony rodó los ojos, eso ya lo había desesperado por completo.

-Sabía que se había fracturado un brazo por el accidente pero no que también las cuerdas vocales- susurró, mirando hacia otro lado.

-Eso no sería lo único que me fracturó- oyó decir después a Harley, quien se había parado de la silla, su voz había sonado fuerte, y su expresión se veía completamente seria.

Luego sin dar paso a que Tony dijera algo Harley inmediatamente se fue corriendo como pudo de la cocina.

Tony duró un poco en reaccionar sobre lo que había pasado y salió de la cocina también, alcanzando a ver cómo Harley subía el ultimo escalón y se iba hacia su cuarto, dando un fuerte portazo.

Tony se llevó entonces las manos a la cara y comenzó a frotársela.

-Problema, problema, problema, problema, problema- susurró.

Luego miró en dirección a la habitación.

"¿Y ahora qué hago?" Se preguntó, y sin darse cuenta el enojo llegó a él, no sabía si con sí mismo por estar haciendo mal las cosas, con Harley debido a la actitud que había tenido o con la situación que estaba pasando, en la que ya tenía a un niño enojado con él a juzgar por la mirada que le había dado antes de salir.

-Sabía que esto iba a terminar mal, traté de advertirlo, dije que él no quería, que yo no quería y ahora ahí está, el niño ya no habla, ya no come, y yo ya me estresé gracias a él- dijo Tony caminando en círculos por la sala moviendo los brazos.

-Señor, tal vez si habla con él todo se resuelva, ya que la guí-investigación que hice recomienda hablar con los niños cuando surge un problema- sugirió J.A.R.V.I.S.

-Por favor J.A.R.V.I.S., esto no se resuelve con ningún diálogo, el niño no quiere hablar, y yo, no pienso tener ninguna conversación donde se involucren reclamos de abandono y no tengo ni idea de cómo lidiar con un niño enojado y que aparte me odia- contestó Tony.

-Señor, Harley no ha dicho en ningún momento que lo odia- replicó J.A.R.V.I.S.

-No hace falta que lo diga J.A.R.V.I.S., está muy claro, me hablaba muy cortado, ahora ya ni siquiera me habla, ahora ni siquiera come y ya hace un momento fue el primero de muchos enojos, después vendrán los berrinches, y seguiremos con los reclamos, y yo, realmente no tengo intención de lidiar con eso- finalizó Tony, preocupado.

El silencio se mantuvo unos segundos.

-Creo que las cosas estarán mejor en un rato señor Stark, sólo deje a Harley calmarse y hágalo también usted- dijo J.A.R.V.I.S.

Tony miró hacia el piso con los brazos apoyados en el respaldo del sillón, y comenzó a intentar mantener la paz y tranquilizarse, puesto que alterarse, preocuparse o asustarse solía llevarlo a tener un ataque de pánico.

La tarde llegó y no faltaba mucho para que comenzara la puesta de sol, y Tony se mantenía acostado en su sillón viendo la televisión, ya que después del desayuno no había tenido energía alguna para construir en su taller y el día anterior había terminado todos sus pendientes de la empresa.

Aunque en realidad tenía el aparato prendido sólo para hacer ruido y porque no tenía otra cosa qué hacer, ni ánimos de nada, no pudiendo sacar de su mente lo que había pasado con Harley en la mañana, ya que no había visto al niño desde entonces porque se había mantenido encerrado en la habitación, y él no podía estar tranquilo, sabiendo que pasaba lo que temía: el niño era infeliz viviendo con él.

Miró el atardecer desde su ventana, pensando en qué podía hacer.

-J.A.R.V.I.S.- llamó entonces.

-¿Sí señor?- contestó la inteligencia humana.

-Muéstrame lo que ha estado haciendo Harley después del desayuno- indicó Tony.

Entonces el programa que estaba viendo en la televisión se quitó y fue reemplazado por la imagen de Harley acostado en su cama mirando el techo, su expresión mostrándose seria y sus ojos cansados.

-Cambio de imagen- pidió Tony.

Y la imagen cambió por otra donde aún permanecía acostado pero de lado.

-Sigue- dijo Tony.

La imagen cambió para mostrar a un Harley dormido.

-¿Algo más que haya hecho que no fuera estar en la cama sin hacer nada?- preguntó Tony.

La imagen tardó un poco en cambiar pero al fin lo hizo, revelando a un Harley parado al lado de la cama, enojado, que agarró una almohada y comenzó a golpearla con su brazo bueno.

-Te odio, te odio, te odio, te odio- susurraba mientras tanto, manteniendo los dientes apretados.

Tony miró cada momento en que Harley estuvo repitiendo lo mismo y golpeando la almohada, para al final observar cómo Harley aventaba la almohada al final y se acostaba en la cama manteniéndose de la cintura para abajo fuera del colchón, y se cubría el rostro con el brazo.

-Quítalo- le indicó Tony a J.A.R.V.I.S., su voz sin emoción alguna.

La televisión regresó al programa anterior al instante y Tony sin perder tiempo tomó el control y la apagó, luego se quedó sentado viendo hacia en frente sin observar un punto en concreto y lanzó un sonoro suspiro.

-Sabía que esto terminaría así- susurró.

De inmediato se paró y tomó de la mesa de en medio de la sala su celular y marcó un número, poniéndoselo después en el oído mientras pitaba.

-Hola- le respondieron al quinto tono.

-Matías, quiero que vengas a mi casa en este mismo momento- dijo Tony de golpe.

-¿Señor Stark? ¿Pasa algo?- preguntó Thomas, preocupándose al momento.

-¡Sí! Por eso te estoy llamando genio- replicó Tony desesperado.

-¿Pero qué? ¿Harley está bien?- dijo Thomas, alterándose.

-Llega aquí cuanto antes y lo sabrás- dijo Tony y después colgó.

-Mmm, ¿señor?- dijo J.A.R.V.I.S.

-Silencio J.A.R.V.I.S.- dijo Tony manteniendo la calma, pero serio.

Pasaron cincuenta minutos, el día se había ido para dar paso a la noche, cuando al fin llamaron a la puerta, lo que hizo que Tony se tomara la tercera cerveza que llevaba de un sólo trago y después fuera a abrir, descubriendo por supuesto a Thomas en la entrada.

-Buenas noches señor Stark, vine lo más rápido que pude, ¿cuál es el problema?- dijo el joven hablando rápidamente.

Tony alzó las cejas moviendo los ojos hacia arriba mientras torcía la boca hacia un lado y ladeó la cabeza apuntando hacia adentro mientras se apartaba de la puerta para indicarle a Thomas que pasara.

Después Tony cerró la puerta y caminó hacia los sillones, le indicó a Thomas que se sentara con una mano y después de que lo hiciera se sentó frente a él, justo como hace dos semanas, cuando su vida había dado ese cambio radical a causa de la noticia que ese trabajador social había ido a darle.

-¿Qué pasa señor Stark?- preguntó Thomas, un poco nervioso después de segundos en los que Tony lo miró fijamente sin decir nada.

-Pasa- comenzó a decir Tony después de segundos, manteniendo sus manos entrelazadas y los codos sobre sus rodillas mientras él estaba ligeramente inclinado- que yo tenía razón Matías, y tú, no quisiste escucharme.

-Pero...- comenzó a decir Thomas.

-¡Te advertí!- alzó un poco la voz Tony interrumpiéndolo- que esto, lo del jueguito del hijo y el padre, no iba a funcionar conmigo, te dije que al instante todo comenzaría a salir mal, tanto para mí como para el niño que está allá encerrado en su habitación- dijo señalando hacia arriba- y por eso quise buscar otras opciones para él, quise que su vida estuviera bien, al igual que la mía, pero claro, a ti no te importó y ahora lo pagamos nosotros dos.

-¿Pero por qué lo dice señor Stark?- le preguntó Thomas, sintiéndose mal por las acusaciones de Tony y porque le preocupaba las razones por las que Iron Man le decía eso.

-Porque yo tenía razón, todo lo que dije se está cumpliendo, Harley está siendo infeliz aquí y yo también- dijo Tony golpeadamente.

-¿Pero qué ocurre?- insistió Thomas.

-Bueno, eso es realmente difícil de explicar, ¿por dónde deberé de comenzar?- dijo Tony sarcásticamente parándose con una mano acariciando su barbilla y poniéndose al lado del sillón de Thomas, dando la espalda a las escaleras y a la cocina- ¡ah!, creo que ya lo sé, primero digamos que en cuanto llegamos a la casa demostré lo poco capacitado que estaba para tener un niño, olvidé comprarle ropa sin reparar en que estaba usando una manchada de sangre hasta su tercer día aquí, le estuve dando también ese tiempo de comer una birria que tenía en el refrigerador desde hace días, que no le gustaba, todo porque no se me ocurrió lo que necesitaría comer y yo no tenía nada más que darle, tenía el refrigerador vacío, por lo que cuando me di cuenta de estos errores fuimos a la tienda a comprar la ropa y la comida- para este punto su voz se volvió más alta y seria- el niño no podía ni mirarme a los ojos, a penas y me contestaba lo que le preguntaba, casi podría decirse que le saqué cada palabra dicha con pinzas, eso fue tanto en la tienda de ropa como en la de la comida, llegamos a la casa y cenamos y fue lo mismo, apenas y escuchaba su voz de lo bajo que me hablaba, eso sí, el problema es conmigo, porque tuve que llevarlo al médico con un amigo mío por su brazo y no había forma de callarlo cuando comenzó a hablar con él. Después de algunos días lo llevé al parque, intenté hacerle plática, lo mismo, a penas me respondía y no me aguantaba la mirada, lo cual hasta cierto punto era soportable, al menos contestaba, pero hace tres días cuando llegué de mi trabajo y me enteré de que no había comido quise encargarme de que lo hiciera, para lo cual no me hizo caso, aclaremos también que antes ya había estado comiendo muy poco, y después de intentar saber qué le pasaba con la comida el niño perdió el habla, no me decía nada, ni siquiera se movía y nuevamente huía de mi mirada, llegamos al día de hoy, pensé que todo eso había pasado, intenté que desayunara y mismo resultado, le hablo y no me responde, ni siquiera con señas, se levantó enojado de la mesa y justo antes de marcarte lo había visto en su habitación golpeando la almohada mientras decía furioso que me odiaba- finalizó Tony, poniendo especial énfasis en la última palabra.

Thomas lo había estado escuchando atentamente, sin intención de interrumpirlo.

-Señor Stark, tranquilícese- le dijo cuando vio que Tony no seguiría hablando- sé que esto puede ser difícil, pero comprenda que Harley no está familiarizado con usted y esta nueva vida, sólo es cuestión de tiempo para...

-¡¿Para que me odie más Thomas?!- lo interrumpió Tony de brazos cruzados- porque no ha cumplido ni las dos semanas conmigo y ya lo hace.

-No creo que sea así señor, él sólo está confundido y...

-No trates de verle el lado bueno a esto Thomas, es muy simple lo que está pasando aquí, Harley no quiere vivir conmigo y yo no voy a obligarlo.

-¿Qué quiere decir con eso?- preguntó Thomas lentamente, preocupado.

-Creo que lo sabes Matías- dijo Tony muy serio- que yo ya no voy a lidiar con esto.

-¿Lidiar con qué?- preguntó Thomas, esperando equivocarse en lo que suponía Tony diría a continuación.

-¡Con este niño, con esta forma de vida, con este problema!- dijo Tony alzando la voz para dejarlo claro.

-Pero señor Stark, usted no puede simplemente hacer eso, Harley no es un juguete o un par de zapatos que se lleva a casa y regresa porque no le quedaron o no le gustaron, usted es su padre.

-Soy el hombre que lo engendró únicamente, no su padre- respondió Tony lentamente- no sé cómo ser uno y no quiero aprenderlo, no voy a intentar hacer algo en lo que sé que fallaré, algo donde la falla no sólo traerá problemas a mi vida, sino también a la de otra persona, a la de Harley, así que renuncio a esto.

-Señor Stark, no puede abandonarlo así.

-Volveremos al plan original Matías, le buscarás una casa, con una buena familia y yo únicamente lo voy a mantener, es todo.

-Pero...

-Me dijiste que lo trajera conmigo para ver cómo salían las cosas, y que si no marchaban bien harías lo que te pidiera con él y bajo mis condiciones- le recordó Tony.

-Pero yo le dije un mes- replicó Thomas, mitad avergonzado por recordar ese trato que fue su idea y mitad desesperado por lo que estaba diciendo Tony.

-Harley ya me tomó odio por estas dos semanas, le evitaré más disgustos a él y a mí por otras dos, así que en este momento quiero que te lo lleves.

-No puedo hacer eso señor Stark- dijo Thomas con pesar- sé que es difícil, en verdad, ustedes dos no son los primeros en pasar en una situación similar y por eso sé que saldrán adelante, sé que le di mi palabra de algo pero... dije un mes, y sólo aceptaré estar bajo sus soluciones al cumplirse ese mes- respondió Thomas, odiándose en ese momento por haber prometido eso y no poder faltar a su palabra ahora.

Se hizo el silencio entonces, Tony seguía parado al lado del sillón donde estaba Thomas, y éste miraba hacia el piso, sin querer encontrarse con la mirada de Tony.

-Yo no lo quiero aquí- dijo Tony después, siendo más directo y breve para que a Thomas le quedara claro.

-Es su hijo- dijo Thomas.

-Preferiría que no lo fuera, nunca quise esto.

Thomas se obligó a levantar la mirada nuevamente, siendo consciente de que tenía que enfrentar a Tony Stark, pero ya no pudo replicar a su último comentario ya que al alzar la cabeza logró ver detrás de Tony a una figura parada en las escaleras.

-Harley- susurró, preocupándose al instante por el tiempo en que el niño había estado ahí y por lo que pudo haber escuchado.

Tony al reparar en lo que dijo Thomas se volteó y advirtió también la presencia de Harley, lo cual en situaciones normales lo habría hecho callarse por saber que lo había estado escuchando hablando de su "situación", pero en ese momento movido por la desesperación de estar fracasando ya en algo que ni siquiera tenía el valor de intentar no le importó, y estuvo dispuesto a seguir defendiendo su punto.

-Harley, que bueno que bajas, así tal vez puedas explicarle al señor Horker que odias estar aquí conmigo y que lo mejor es encontrar otra solución en la que ambos podamos vivir más tranquilos sin perturbarnos con el otro y sin que nadie se llene de odio- le dijo, un poco golpeado.

-¡Señor Stark! sólo es un niño, no le diga las cosas así- le pidió Thomas.

-No hay otra forma de decirlas Thomas, las cosas son de esta manera, Harley no quiere estar aquí y no pienso obligarlo, así que dile lo que piensas al respecto niño, se hará como tú digas- dijo Tony mirando a Harley.

El niño miraba a ambos hombres, su expresión era seria y decaída y sus ojos permanecían hinchados.

Tony suspiró ruidosamente mirando al techo, luego volvió a ver a Harley y puso dos manos en su cintura.

-Ya basta Harley, no es momento de que me apliques la ley del hielo, estoy tratando de arreglar las cosas para que tú estés mejor, así que sólo dile a Thomas que me odias como mencionaste hace rato con la almohada mientras la golpeabas, dile que estás de acuerdo en que yo no me haga cargo de ti y podrás irte con él ahora mismo, te buscará una linda familia que te adopte y yo sólo me encargaré de mantenerte; vas- ordenó Tony, ladeando la cabeza hacia Thomas en la última palabra.

La cara de Harley cambió un momento, pero al instante regresó a su expresión seria por lo que Tony no pudo descifrar cuál fue el otro sentimiento, luego comenzó a caminar hacia ellos, a lo que Tony se apartó y se puso del otro lado de la mesa, delante del sillón donde estaba Thomas.

Harley llegó frente a Thomas, quedando a sólo centímetros de distancia de él.

Thomas al instante lo miró con dulzura, dedicándole una sonrisa triste, puesto que no estaba de acuerdo en que Tony lo metiera en ese tema así y de forma tan brusca, provocándole perder las palabras por un instante.

-Hola Harley, ¿las cosas han estado difíciles por aquí?- preguntó con la voz calmada y un poco baja.

Harley no le respondió, sólo se mantenía mirando a Thomas serio.

-¿Qué te pasa?- le preguntó Thomas igual.

Misma postura de Harley, ante lo cual Tony rodó los ojos.

-Genial, en definitivamente el niño perdió la lengua por ahí- susurró.

-Señor Stark por favor- pidió Thomas manteniendo la paciencia, luego volvió a centrarse en Harley- Harley, está bien, puedes hablar conmigo.

Esperó pero sólo vio por un segundo una mueca en Harley.

Thomas dio un pequeño suspiro.

-Dime, ¿es verdad lo que dijo el señor Stark? ¿Preferirías irte a vivir a otro lugar?- le preguntó, y al no recibir respuesta puso ambas manos en los hombros de Harley- puedes decírmelo con confianza pequeño, estará bien si es así, yo me encargaré de que todo salga bien para ti, ¿de acuerdo?- le dijo con una pequeña sonrisa.

Harley siguió viéndolo, aunque Thomas comenzó a escuchar cómo su respiración se volvía un poco agitada, y después, instantáneamente sus ojos se volvieron llorosos y dejaron salir grandes lágrimas sin parar, y antes de que pudiera hacer o decir algo Harley se le abalanzó abrazándolo fuertemente con su brazo izquierdo y dejó salir sonoros sollozos en cuanto escondió su rostro en su pecho.

Thomas al instante correspondió al abrazo, triste escuchando el dolor con el que Harley lloraba y sintiendo su pequeño cuerpo temblar contra el suyo.

La expresión enojada de Tony al instante cambió por una seria y sorprendida a la vez, pues estaba esperando que Harley soltara incluso a gritos su desprecio hacia él, no que se rompiera en un fuerte llanto con temblores abrazando a Thomas.

-¿Qué?- susurró Tony desconcertado.

Thomas lo miró pero no dijo nada, sólo mantenía a Harley abrazado mientras le acariciaba el pelo con una mano.

-Tranquilo Harley- comenzó a decirle- sólo déjalo salir, está bien.

Después Harley despegó ligeramente la cara del pecho de Thomas, lo suficiente para que Tony lograra ver su rostro rojo lleno de lágrimas y sus ojos rojos.

–Ex-tra-a-ño-a mi-i ma-má– dijo como pudo entre sus respiraciones cortadas, luego soltó más en llanto y volvió a esconderse en Thomas.

Thomas no dijo nada y sólo lo sostuvo contra sí, dispuesto a esperar a que el llanto de Harley cesara.

Tony no soportó ver más la escena y se fue hacia la cocina, donde se sentó a la mesa y ocultó su cara entre sus manos, mientras el fuerte llanto de Harley inundaba sus oídos.

Pasó un rato, Tony sintió que cerca de una hora en la cual se mantuvo en la misma posición, y al fin liberó su cara de sus manos, teniendo una visión borrosa por unos momentos gracias a la presión que sus ojos habían tenido contra sus manos.

Harley había parado de llorar desde hace un pequeño momento, o al menos eso creía Tony, puesto que durante ese tiempo parecía tranquilizarse o callarse para retomar de nuevo el llanto segundos después.

Sabiendo que no tenía otra opción se levantó con pesar de la mesa, se mojó la cara con agua fría del fregadero y después de secársela regresó a la sala, donde encontró a Thomas aún sentado en el sillón, con Harley aún abrazado sentado en su regazo, dormido, aunque podía notar aún en la mitad de su rostro que quedaba visible el color rojo que dejaba como resultado el llanto.

Thomas lo miró, y estrechó más a Harley contra sí.

Luego Tony se sentó en el sillón delante de él, esperando a que el trabajador social le dijera algo, cosa que no ocurrió en los próximos cinco minutos.

-Adelante, dime que soy pésimo para criar niños- decidió romper el hielo Tony.

-No creo que sea así señor Stark, nadie es perfecto en eso- le respondió Thomas, hablando más bajo de lo normal aunque sin llegar a susurrar para no despertar a Harley.

-Por favor, mira cómo se puso- replicó Tony.

-Señor compréndalo- dijo Thomas- acaba de perder a su madre en un terrible accidente, nadie está preparado para eso pero menos él que es tan sólo un niño.

Tony se quedó callado, no podía replicar a eso, sabía que así era, él era mucho mayor que Harley cuando sus padres murieron y no fue nada fácil.

-¿Ya le había mencionado esto? ¿Lo que sentía?- le preguntó Thomas, sacándolo de sus recuerdos.

Tony negó con la cabeza.

-Cómo ya te dije casi ni hablamos Thomas.

-Pero me mencionó que cuando salían era cuando ocurría esa falta de comunicación, además de hoy y hace días, ¿y lo demás? Llevan viviendo juntos casi dos semanas.

Tony se cruzó de brazos y se recargó contra el respaldo del sillón.

-Prácticamente ni siquiera lo veía Thomas, yo había estado encerrado en mi laboratorio y él en su cuarto, tan sólo me lo cruzaba de vez en cuando en las horas de comida y no intercambiamos palabras, lo más que hicimos fue lo que te mencioné hace rato- contó Tony.

Thomas esperó un poco antes de responder.

-Me parece señor Stark, que el luto de Harley por su madre apenas comienza- dijo.

-¿A qué te refieres?- le preguntó Tony.

-Verá, pues como ya sabe ella murió después del choque y Harley se mantuvo en el hospital por sus propias heridas, entonces estuvo en ese momento rodeado de enfermeras, doctores y mi compañera Susan y yo también estuvimos yendo a verlo ante la pérdida de su madre, por lo que él comenzó a cargar con la preocupación de qué sería de él en ese momento, no pudo mantener la mente por completo en su madre, después salió del hospital herido, supongo que pensando en cómo estaría con un brazo enyesado y un pie lastimado, y llegó al orfanato, donde podría decirse que no tuvo tiempo de pensar en ella, ahí estaba rodeado de personas, tenía algunas tareas que le asignaban que lo mantenían distraído- Tony no pudo evitar hacer una mueca- y a nosotros platicando con él su caso, luego tuvo que recibir la noticia de que usted era su padre, lo que supongo también le mantuvo la mente ocupada, por lo que creo que al llegar aquí con usted y ya saber que su futuro sería viviendo aquí no tuvo que preocuparse más por eso, y si como dice ha estado solo todo el tiempo encerrado en su cuarto sin hacer nada creo que al fin tuvo oportunidad de mantenerse concentrado en su pérdida y lo que ésta le trajo, ya sabe, el cambio de vida de vivir con usted, así que es normal que ahora esté triste y callado, se está adaptando a la vez que mantiene su luto añorando a su madre.

Tony se quedó unos segundos en silencio, mirando a Harley dormir en los brazos de Thomas.

-¿Te dijo algo después de que me fui?

-No señor, creo que intentaba hacerlo en ratos pero el llanto no lo dejó, únicamente dijo lo que usted escuchó... en ningún momento mencionó odiarlo o querer dejar de vivir aquí.

Tony infló sus cachetes y soltó aire.

-Tampoco lo negó cuando se lo dije- añadió.

-Cierto, pero por la cara que tenía tengo la impresión de que todo el tiempo estuvo soportando el llanto, hasta que no pudo más, y... bueno, estos días reflexionando en la muerte de su madre sin nadie a su lado apoyándolo debe ser difícil.

Tony sabía eso, recordando su propia experiencia, aunque él tenía a Rhodey, y aún así fue muy difícil.

El silencio se produjo entre los dos hombres.

-¿Qué es lo que quiere que haga?- preguntó después Thomas con voz apenas audible.

-¿Cuál sería el proceso si te lo llevas ya?- dijo Tony con voz ronca.

Thomas esperó un poco para contestar.

-Regresaría al orfanato hasta que le encuentre una familia de la cual esté seguro va a cuidarlo y a quererlo- respondió Thomas sin emoción en su voz.

-¿No te lo podrías quedar tú mientras tanto?

-Me temo que no señor Stark- contestó Thomas negando con la cabeza- y no es que no quisiera pero no puedo hacer simplemente eso, necesito llevar a cabo un proceso legal como su cuidador sustituto antes de encontrarle un hogar y eso lleva revisiones y tiempo para que comprueben que Harley puede estar conmigo.

-A mí no me hicieron eso.

-Usted es su padre biológico, por eso la ley exigía que viva con usted, por lo que nada de eso fue necesario más que la prueba de ADN.

-¿Y si yo te firmara algo? ¿Algún permiso mío?

¿Puedo hacerlo no? El niño es mío.

-De igual forma querrían investigarme a mí señor Stark, ¿quiere que varias personas, la prensa, se enteren de esto? ¿No sólo de que tiene un hijo sino también de que me lo está dando?- dijo Thomas con su voz tranquila, y aunque era verdad lo que decía ciertamente utilizó esas preguntas sobre la prensa para que Tony no siguiera con esa idea, aunque sabía que estaba el riesgo del orfanato.

Tony ya no respondió, estando en sus propios pensamientos.

-¿Quiere que lo lleve al orfanato?- preguntó minutos después Thomas, temeroso de la respuesta.

Tony soltó aire y mirando hacia un lado negó con la cabeza.

Thomas no podía creer lo que veía.

-Escúchame bien, seguirá viviendo aquí, haré lo que esté en mí para no alterarme por su actitud, pero debes saber que no tengo la mínima idea sobre cómo tratar a un niño que acaba de perder a su madre, por lo que no esperes que esté como tú llenándolo de abrazos, y si veo que las cosas empeoran con él no tendré más opción que alejarlo de mí, bajo el medio que sea, ¿quedó claro?- avisó Tony mirando a Thomas fijamente a los ojos.

Thomas sabía que aún dejaba abierta la posibilidad de devolverlo, pero después de todo para el mes faltaban poco más de dos semanas y en ese tiempo creyó que podía pasar algo que ayudara tanto a Tony como a Harley.

-Está bien señor Stark, que así sea- aceptó.

-Bien- dijo Tony.

-Entonces si me disculpa creo que es hora de que yo me retire señor- informó Thomas.

-Claro y... hace días sólo viniste a traer más problemas de los que ya tengo a mi vida pero te agradezco por haber venido hoy- le dijo Tony.

-No fue nada- respondió Thomas con un atisbo de sonrisa- ¿y dónde dejo a Harley?- preguntó al reparar en que el niño seguía en sus brazos.

-Mejor que duerma ahora, acuéstalo en el sillón- indicó Tony.

Thomas se paró con un poco de dificultad con Harley y cuando estuvo de pie cargándolo como a una novia lo depositó lentamente en el sillón, que era bastante amplio, y le acarició suavemente el pelo.

-Pobrecito, espero que esté mejor cuando despierte- susurró.

Tony se asustó con esas palabras y rogó porque Harley no se pusiera a llorar como hace un momento, pues de ser así él no podría hacer nada para confortarlo.

-Yo igual- dijo Tony preocupado.

Luego se puso de pie y acompañó a Thomas a la puerta.

-Buenas noches señor Stark- le dijo al joven cuando salió.

-Buenas noches Matías- le respondió Tony y cerró la puerta.

Luego regresó a la sala donde vio a Harley aún profundamente dormido.

Debido al short que traía puesto vio algunos moretones en su pierna al igual que una cortada en el pie izquierdo y otra con forma circular en la rodilla derecha.

Lo miró estando de brazos cruzados.

-¿En que lío nos estamos metiendo niño?- dijo.

A continuación no queriendo saber nada más de nada el resto de la noche subió las escaleras dirigiéndose a su habitación, dejando a Harley porque no quería despertarlo y enfrentarse con él ahora después de su llanto y de lo que dijo hace rato, además de que el sillón era cómodo y lo suficientemente grande para que durmiera.

Al día siguiente Tony se despertó temprano, en cuanto los rayos de sol asomaron por una orilla de su ventana que olvidó cerrar, y después de arreglarse salió de su habitación y bajó a la sala, acercándose lentamente al sillón donde Harley seguía acostado, plácidamente dormido.

No tenía hambre en ese momento, así que lo único que hizo fue beber una taza de café parado contra el fregadero.

Después al salir vio que Harley seguía dormido, y debido a que tenía un poco de miedo de que despertara y lo viera se fue a su taller, esperando que al estar en contacto con las máquinas pudiera olvidar por un momento el mundo exterior.

Cuando Harley abrió los ojos volvió a cerrarlos al instante al sentir en su cara una fuerte y brillante luz, y empezó a parpadear varias veces hasta que logró acostumbrarse a ella, entonces se sentó lentamente y contempló toda la sala confundido por un momento al no recordar lo que había pasado, pero entonces al verse en el sillón lo hizo, recordó que ayer había bajado a la sala al escuchar a Tony gritar "¡¿Para que me odie más Thomas?!", cosa que normalmente habría ignorado pensando que el hombre hablaba con J.A.R.V.I.S. o con ese tal Happy que solía hablarle por teléfono por cosas de su empresa, pero al escuchar el nombre de "Thomas" no pudo evitar sentir curiosidad y bajar para escuchar mejor lo que pasaba, logrando enterarse del resto de la conversación hasta que Thomas reparó en su presencia, durando para hacerlo porque era tapado por Tony quien le daba la espalda. Después siguió pasando en su mente las imágenes que procedieron, donde Tony le dijo un par de cosas y al final él terminó llorando en los brazos de Thomas, debido a que ya no podía soportar más estar ocultando ese dolor que sentía, al haberse visto tan solo los últimos días, prácticamente desde que había llegado a la casa de Tony, y comenzó a pensar mientras estaba sentado en el sillón mirando al vacío cómo había sido todo, cómo había llorado desde la primera noche en la casa de Tony al verse viviendo con un hombre que afirmaba que le estaba volviendo la vida de cabeza, analizó lo mucho que comenzó a echar de menos a su madre mientras estaba encerrado en esa habitación sin nada que hacer más que estar acostado en la cama o caminando en círculos, cosa que tampoco podía hacer mucho rato por su pie, y también pensó en los últimos días que Tony le hablaba y él no se sentía capaz de contestarle sintiéndose desesperado de ver al hombre ahí cargando con él cuando no tendría que hacerlo si su madre estuviera viva, pensamientos que terminaban haciéndole un nudo en la garganta y lo impulsaban a querer retomar el llanto que ya habría mantenido antes contra la almohada de la cama, causando que prefiriera mantenerse en silencio para no llorar delante de Tony, e intentó seguir haciendo eso la noche anterior, intentó seguir siendo fuerte y soportar el dolor que sentía, pero cuando vio a Thomas ahí, a pesar de sus esfuerzos por lograrlo no pudo, sintió la necesidad de un abrazo y también de consuelo, de un amigo que lo confortara y estuviera con él aunque sea un momento, y de alguna forma sentía que debía sacar todo lo que se estaba guardando, y si es verdad que no pudo decir más que un "extraño a mi mamá" sabía que era suficiente, que Thomas lo entendía y que con su llanto contra el pecho de él decía más de lo que lo había hecho esos días llorando solo y sufriendo en silencio por su pérdida.

Sin tener energías y casi sintiendo que no era responsable de los movimientos de su cuerpo se levantó del sillón y salió por una de las puertas de cristal al jardín, donde caminó hasta toparse con la fuente del oso polar, que tenía en ese momento lanzando agua de su boca, inconscientemente rozó el agua con sus dedos y comenzó a ver borroso hasta que sintió cómo su cara se mojaba ligeramente con las lágrimas que sus ojos despedían.

Esta vez no había fuertes sollozos ni se agitaba, sólo estaban las lágrimas resbalando sin parar de sus párpados, mientras con cada una que salía se sentía más vacío.

Se había mantenido dándole la espalda a las puertas de cristal con la mano en la fuente, y aún sintiéndose fuera de sí sacó la mano del agua y se volteó lentamente en dirección a las puertas, con la cabeza en alto, y sus ojos localizaron parado del otro lado del cristal a Tony mirándolo.

Después de rato de estar en su taller sentando solamente revisando planos Tony llegó a la conclusión de que por mucho que quisiera evitar a Harley no podría hacerlo si había aceptado que se quedara con él, además de que verlo de una vez y enfrentar lo que tuviera que pasar sería la única cosa que le quitaría los nervios y la incertidumbre, además de que durante ese rato había pensado en algo que tal vez ayudara a mejorar a Harley sin tener que entrar en una charla cursi y sentimental, así que se paró de su silla de ruedas y salió de su laboratorio, asomándose al instante al sillón donde descubrió que Harley ya no estaba, después fue hacia la cocina y entró esperando que el niño estuviera comiendo al no haber probado bocado el día anterior, pero nuevamente se dio cuenta de que el aula estaba vacía.

De inmediato subió al segundo piso y abrió la puerta del cuarto de Harley lentamente, encontrándolo vacío.

-Esta es la parte en la que se escapan en las películas- susurró.

Cerró la puerta y regresó a la sala, yéndose hacia las puertas de cristal para buscar al niño en el jardín, pero no pasó de poner la mano en la puerta cuando lo vio al lado de la fuente dándole la espalda.

No pudo evitar suspirar al darse cuenta de que no estaba metido en un problema como tener que buscar a Harley por toda la ciudad y soltó la puerta quedándose simplemente mirando al niño, quien no hacía más que mantener la mano en el gua, lo cual Tony vio como una señal de que ya no estaba tan mal, después de todo era la primera vez que Harley iba al jardín por su cuenta y supuso que fue a la fuente influenciado por su curiosidad ante el diseño, ya que recordaba cómo se había hipnotizado viéndola el día que llegó a la mansión.

Tony pensaba si lo mejor era salir con él o esperar a que entrara dándole tranquilidad cuando el niño se dio la vuelta lentamente, revelando una cara roja llena de lágrimas y unos ojos llorosos que seguían derramando más, a la vez que lo veían.

La expresión de Tony cambió a una un poco triste por ver al niño tan vulnerable, sobretodo recordando que hace casi un mes parecía muy ilusionado y feliz, y no pudo evitar sentirse mal por él, a la vez que el pánico entraba lentamente al encontrarse con el niño llorando de nuevo.

Sostuvo la mirada de Harley unos segundos y después dio un pequeño suspiro, y se alejó de la ventana, perdiéndose de la visión del niño, a la vez que sacaba su celular y se lo ponía en el oído después de llamar un número.

-Thomas- dijo en cuanto le contestaron.

Harley le sostuvo la mirada a Tony, paralizado ante las sorpresa de verlo de repente, y vio después cómo se alejaba de la ventana perdiéndose de su vista, y él se quedó aún mirando hacia ahí, sin dejar de llorar, luego lentamente se sentó en el borde la fuente dándole la espalda a las puertas y mantuvo su mano en su regazo y los pies colgando puesto que la fuente era alta.

Pasó un rato así, sin dejar de llorar, con la cabeza gacha y la mirada al frente pero sin tener un punto fijo, hasta que escuchó unos pasos detrás de él.

-Harley- lo llamó Tony.

Harley tardó un poco en reaccionar y se volteó lentamente, encontrándose con Tony viéndolo un poco serio.

-Ven, tenemos que ir a un lugar- le dijo Tony.

Harley lo miró unos segundos, sin moverse, entonces Tony se acercó más a él y lo tomó suavemente de su brazo bueno jalándolo un poco hacia arriba, Harley se paró y después Tony lo tomó del hombro y lo hizo caminar delante de él hasta la cochera, donde lo dirigió hacia el asiento trasero y abrió la puerta.

-Sube- le dijo apuntando hacia adentro de la camioneta con un movimiento de su cabeza.

Harley lo miró unos momento y luego subió, tenía el presentimiento de que tal vez Tony lo estaba llevando con Thomas para deshacerse de él y ser regresado al orfanato o ser llevado a alguna casa, pero en ese momento no quería ni preguntar ni pensar en eso, le daba igual, después de todo ayer le había quedado más claro que nunca que Tony no lo quería con él, por lo que sería lo mismo ahí, en el orfanato o en otra casa.

Cuando se hubo sentado Tony se inclinó y le abrochó el cinturón de seguridad, luego lo miró, abrió la boca un momento pareciendo que iba a decirle algo pero al parecer cambió de opinión porque después la volvió a cerrar al igual que la puerta y fue hacia su propio asiento detrás del volante.

Harley sintió más lágrimas escurrir mientras salían de la casa y se limpió la cara con la mano, nuevamente tratando de contener el llanto.

Tony traía puestos unos lentes cafés y lo miraba por el espejo retrovisor, y se dio cuenta por las muecas que hacía y por su respiración que estaba aguantándose las ganas de llorar, principalmente porque sin parar limpiaba las nuevas lágrimas que salían de sus ojos, y aunque por un lado agradecía eso para no tener que estarlo viendo así sintiéndose incómodo, bien sabía que ante una pérdida llorar era necesario y podía ayudar a sobrellevar la situación.

-Creo que, es preferible que lo saques todo, ¿sabes? se vuelve peor si te lo guardas todo el tiempo, sólo, deja salir lo necesario- le dijo con la voz ronca, sin mirarlo.

Harley se sorprendió un poco por las palabras de Tony, y aunque siguió limpiando sus lágrimas por un momento más al final se rindió y las dejó salir, con tan sólo uno que otro sollozo de vez en cuando.

De rato Tony estacionó el carro y se bajó.

-Espérame aquí- le indicó antes de cerrar la puerta.

Harley derramó unas pocas lágrimas más hasta que al fin paró, sintiéndose un poco más en paz, y se mantuvo recostado contra el asiento del carro, esperando que en cualquier momento Tony le indicara que bajara para saber en qué nuevo lugar se quedaría.

Pasó un rato y Tony por fin volvió a entrar a la camioneta, arrancándola nuevamente para sorpresa de Harley.

Tony notó que el niño por fin había parado de llorar, aunque también se dio cuenta de que el llanto había dejado tras él unos hipidos que lo hacían saltar ligeramente.

Siguió conduciendo hasta que llegó a su destino, entró donde quería y dio algunas vueltas más para al fin detenerse.

Desabrochó su cinturón y se mantuvo inmóvil contra el asiento, ya que no sabía la reacción que produciría lo que estaba a punto de pasar, pero desde el taller había decidido ya que era algo necesario.

-Baja Harley- le dijo tranquilo y salió del auto, yendo hacia la cajuela al instante.

Harley se bajó, sin mirar el alrededor detalladamente, pero sí notando que no había ni casas ni edificios por ninguna parte.

Tony fue hacia él después, sorprendiéndolo al notar que llevaba en sus manos un enorme ramo de rosas rojas y blancas.

-Sígueme- le indicó y comenzó a caminar.

Harley lo siguió, y pudo ir notando al rededor del pasto saliendo del suelo unas lápidas.

-¿Qué es esto?- preguntó confundido al lado de Tony.

-Es... ven y lo verás- le respondió Tony.

Siguieron caminando hasta que al fin Tony se detuvo frente a una lápida, que estaba cerca de una pequeña colina en la cual había un árbol que alcanzaba a dar sombra a la lápida.

Harley se quedó un poco atrás a distancia de donde Tony se había parado, cuando el hombre volteó a verlo y le indicó con la cabeza la lápida para que se acercara.

Harley lo hizo lentamente, presentía de qué se trataba todo pero no acababa de creerlo, entonces quedó parado frente a la lápida y vio escrito ahí:

"Helen Keener. Buena madre y gran mujer"

Harley se quedó congelando un momento, luego Tony se puso a su lado, agachándose para estar a su altura.

-Supe que no habías podido decirle adiós una última vez por estar en el hospital, así que pensé que querrías hacerlo- le dijo con la voz más calmada y dulce que pudo hacer.

Luego Harley volteó a verlo, con expresión triste, no podía hablar.

-Toma- dijo Tony extendiéndole las flores- son para ella, no sé cuáles eran sus favoritas pero al ponerlas tú creo que estarán bien.

Harley extendió la mano lentamente y las tomó, aunque casi las tira debido a que pesaban y sólo contaba con un brazo libre, por suerte Tony alcanzó a sujetarlas nuevamente, aunque Harley no las soltó.

-Te ayudaré a ponerlas- le indicó Tony.

Después Harley se inclinó al igual que Tony hasta lograr posar las rosas en la superficie de tierra que sobresalía, y ambos las soltaron, luego se miraron.

-Creo que te gustaría estar solo ahora, esperaré en la camioneta- dijo Tony entonces y sin esperar respuesta (porque presentía que no la tendría aunque la esperara) se puso de pie y regresó a su auto, viendo a Harley desde su asiento.

Harley se arrodilló en el piso poco después de que Tony se fuera, sintiendo que las piernas le temblaban ligeramente.

Sin poder evitarlo nuevamente dejó salir lágrimas, a la vez que ponía la mano sobre la lápida de su madre y dejaba salir sollozos sonoros.

Estuvo así por unos minutos, pensando en ella y en lo mucho que quería, que necesitaba, escuchar su voz diciéndole que todo estaría bien mientras lo abrazaba y le daba un beso.

-Mami- dijo en su susurró.

Pasó un poco más de tiempo, las lágrimas habían parado ya, y Harley se enderezó, y volvió a leer la inscripción en la piedra, a la vez que reparaba en el enorme ramo de flores que adornaba la tierra.

Y en ese momento por alguna razón se sintió un poco, muy ligeramente más tranquilo, claro que la tristeza aún permanecía, puesto que su mamá estaba muerta y sabía que no podría recuperarla nunca, pero estaba feliz de haber podido ir ahí y ver que estaba descansando en paz, y de haber podido decirle adiós, además de que le había sentado bien todas las lágrimas que había estado derramando sin reparo alguno desde la noche anterior, sin tener que contener los sollozos y respiración entre cortada que su garganta producía.

Se paró lentamente, tambaleándose porque se le habían dormido las piernas, y se dio cuenta de que debía irse ya, después de todo no tenía más que hacer ahí, aunque aún así la verdad era que le costaba un poco de trabajo dejar el lugar, puesto que ahí, al fin y al cabo estaba reposando su madre, y aunque sabía que estaba muerta sentía que estando ahí era la forma más cercana que tendría de estar de nuevo cerca de ella.

Tardó unos minutos más parado mirando el montón de tierra, hasta que al fin se obligó a mover sus pies y encaminarlos a la camioneta del señor Stark.

Tony vio cómo al fin Harley regresaba con él después de una hora, y se alegró de ver que el llanto había cesado por completo a pesar de ese nuevo arranque en cuanto se fue.

Harley abrió la puerta trasera y entró en el carro cerrando detrás de él, siendo el único sonido producido antes de que el silencio inundara el auto.

Tony no sabía si debía simplemente irse ya, esperar a que Harley le dijera algo o incluso hablar él mismo, lo que en todo caso veía muy difícil, puesto que no se le ocurría nada que decir, ya había intentado decir las palabras más reconfortantes que pudo, con el tono más dulce que le dejó hacer su voz, y era consciente de que lo más probable era que hubiera fallado en ambas cosas, pero era lo mejor que pudo hacer, después de todo era Tony Stark, no estaba familiarizado con los sentimientos y no haría el experimento de empezar a estarlo con un niño de diez años que estaba en un estado emocional muy delicado por la pérdida de su madre, por lo que lo único que esperaba ahora era que el hecho de haber llevado a Harley a su tumba en verdad hubiera servido para reconfortar al niño de alguna forma, ya que recordó su propia experiencia cuando durante algún tiempo en un intento de autoconsuelo solía llevarle flores a la tumba de sus padres, después de todo a su madre le encantaban por lo que suponía le habría gustado que fuera así, claro que después se dio cuenta de que ellos ya no podían apreciar eso y no por sus flores regresarían, pero al menos durante las primeras semanas pensó que le servía de algo, y sabía que todo era parte de un proceso hasta poder dejar de sentir la misma cantidad de vacío, proceso por el cual el niño tendría que pasar aunque doliera y aunque Tony deseara que no fuera así, por lo cual simplemente confió en que su decisión hubiera sido la correcta.

-Tony- dijo Harley entonces, sacándolo de sus pensamientos, su voz no era seria, pero sí triste, y parecía que le daba trabajo hablar, y él no pudo evitar sorprenderse ante que el niño le llamará por su nombre, pero no dejó que se le notara.

-¿Sí?- le preguntó Tony, suavizando un poco el tono de su voz y volviéndola lo más amable que podía nuevamente, volteando el torso hacia el asiento de atrás.

-¿Podríamos venir otra vez? Por favor- le preguntó Harley, su voz sonando suplicante y muy delgada, tal vez por su llanto anterior.

Tony alzó un poco la esquina de la boca, en un intento de sonrisa que pretendía ser amable pero que no salió por ver la expresión de tristeza en Harley.

-Siempre que quieras- le respondió Tony con un tono dulce.