¡Hola! ¡Hola!

Primer fic de esta historia.

A sido más corta de lo que esperaba, la verdad, pero no se me ocurría mucho más que poner. Aunque la verdad prefiero que sea así. Corto pero bueno, que largo y malo.

- Podrías hacer uno largo y bueno también. - susurra alguien.

- ¡A callar!

XD

Como siempre...

¡Espero que os guste!


# 1 | · A de Angustia · |

· ~ · ~ ·

La rubia maga suspiró ante el incomodo silencio que había en su cuarto. Se levantó de la silla en la que estaba sentada y caminó hacia su cómoda dispuesta a ordenar un poco la ropa y distraerse.

- Lucy. - habló el pelirrosa agachando la mirada. - No me veo capaz de protegerte.

La chica se quedó perpleja ante esa inesperada declaración, y se giró rápidamente para mirarlo.

- ¿Qué es lo que estás diciendo tan de repente, Natsu?

Éste levantó la cabeza y sus ojos se encontraron con los de ella. La rubia se quedó sin aliento durante unos pocos segundos.

- ¿Por qué tú…? - quiso preguntar. No pudo.

Se llevó la mano al pecho al sentir un leve dolor recorrerle esa zona al ver la mirada de su amigo. Era una mezcla entre… ¿Tristeza? ¿Miedo? No lo sabía bien, pero definitivamente no quería que la siguiera teniendo.

Lucy se acercó a él con paso decidido. Se subió a la cama en la que estaba el chico y se puso a su altura. Le miro unos segundos y luego, impulsando un dedo sobre el otro, le dio un pequeño golpe en la frente.

- ¡Auch! - se quejó él poniendo su mano en dicho lugar. - ¡Lucy! ¿Qué…?

Natsu calló de inmediato. El rostro de la chica mostraba decepción.

- No sé qué cosas se te habrán pasado por la cabeza para decir eso, pero olvídalo. - habló. Puso ambas manos sobre las mejillas del chico y le obligó a mirarla fijamente. - Eres la única persona que conozco que es capaz de hacer cualquier cosa. Por muy difícil que sea la situación, cuando te propones algo siempre estas allí dispuesto a conseguirlo. ¿Y sabes qué? Lo haces, lo logras.

- No siempre. - contestó él posando la vista hacia otro lado.

- ¿Ah no? ¿Cuándo has fallado tú? - le preguntó.

El chico no dijo nada, tal y como ella esperaba. Soltó un suspiro y a punto estaba de volver a hablar cuando sintió el cuerpo del mago temblar.

- Lo hice, y seguro que vuelvo a hacerlo. A fallar. - recalcó susurrando.

- No lo has hecho, y no lo harás.

- ¡Sí lo hice!

Aquel repentino grito sorprendió a la muchacha ligeramente, haciendo que botara en su sitio y casi perdiera el equilibrio.

- P-Perdona, Lucy... Yo...

- Tranquilo Natsu. - le contestó con una suave voz.

Natsu sintió como la yema de los dedos de la chica acariciaban su rostro. Su cuerpo se tensó más.

- No puedo… No puedo…

- Natsu… - susurró ella con tristeza. - ¿Qué ocurre? ¿Qué ha pasado para que estés así?

El chico no respondió. Se liberó como pudo del agarre de Lucy y agachó la cabeza de nuevo. Ella volvió a llevarse la mano al pecho sin saber que hacer o decir. En contadas ocasiones vio a su compañero de esa manera, y ninguna tan angustiado como parecía estarlo ahora. Le dolía a mares verlo de aquella manera.

- Lucy… - la llamó con voz rota.

La rubia notó como la mano del chico se aferraba a la de ella.

- ¿Es por las pesadillas? - preguntó de repente.

Él la soltó de inmediato.

- ¿Cómo sabes…?

- ¿Lo de las pesadillas? Happy me lo comentó. Está muy preocupado.

Durante unos segundos ninguno de los dos dijo nada. Ella para darle su espacio y tiempo, y él para pensar.

Nunca se habían guardado secretos. Se contaban hasta la más mínima tontería, y para ser sinceros le dolía ocultarle aquello. No quiero preocuparla se decía a sí mismo.

- Habla conmigo, Natsu, por favor. - le rogó ella al ver que los minutos pasaban y no parecía tener intención de decir nada.

- Estoy asustado. - habló él al fin. - Cada noche sueño lo mismo, y no me acabo de acostumbrar. ¿Cómo puedo hacerlo?

- ¿Qué hay en los sueños? - se atrevió a preguntar.

- Sangre, muerte… Tú… - contestó temblando. Las imágenes habían vuelto a su cabeza.

- ¿Yo?

- Tu yo del presente, tu yo del futuro. Las dos Lucys que no pude proteger…

- ¿Sigues pensando en ello? Ya hablamos de eso…

- ¡¿Cómo quieres que no piense?! ¡Moriste delante de mí! ¡Fallé al protegerte! ¡Fallé en todo!

Lanzó su mano en forma de puño hacia un lado impactándolo con rabia contra la pared que resguardaba su espalda.

- Natsu…

- ¡Primero con la Lucy del futuro! Y luego… luego contra el Imperio Álvarez… ¡Pensé que te había perdido de nuevo! ¡No puedo protegerte! ¡No soy digno! - gritó entre sollozos.

- Lo eres. - contestó ella con seguridad. - Yo creo en ti, Natsu.

Aquello sorprendió al muchacho, por lo que fijó su vista en ella. Su rostro estaba serio, sus ojos acumulaban lágrimas, y se podía ver en ellos una gran seguridad.

- Lucy…

- Siempre me has protegido. Siempre has cumplido tú palabra. Juraste proteger el futuro y lo hiciste. - dijo ella. - Siempre he creído en ti, Natsu, y ten por seguro que siempre lo haré.

- No puedo… No puedo… - repitió.

Lucy se acercó a él y sin que se lo esperara se puso sobre su regazo a horcajadas y lo abrazó.

- ¿Lo escuchas? - preguntó ella acercando la cabeza de este hacia su pecho.

Natsu parpadeó un par de veces por la sorpresa.

- ¿Qué estás…?

- Cierra los ojos y escucha.

Lo hizo. Natsu se dejó llevar. Cerró los ojos y escuchó.

Latido.

Latido

- ¿Latidos? - preguntó él alzando la cabeza para mirarla.

- Así es. ¿Sabes que significa? Que estoy viva. - dijo haciendo que los ojos de Natsu se abrieran de par en par. - ¿Y sabes por qué estoy viva? Por ti.

- Lucy…

La chica volvió a agarrar la cara del chico entre sus manos. Se le quedó viendo durante unos segundos y sonrió.

- Creo en ti. - repitió. - Proponte protegerme y lo lograrás. Y no pienses en el pasado, Natsu. Aprende de él, pero no te quedes allí. Mira siempre hacia el futuro.

El chico no supo que hacer en ese instante. Al rato tuvo un pequeño impulso y lo siguió. Abrazó a la rubia por la cintura atrayéndola más hacia él y hundió el rostro en su pecho empapándolo al momento. Lucy le acarició la espalda y el pelo mientras le susurraba pequeñas cosas tranquilizadoras. Pasaron unos minutos hasta que Natsu decidió hablar.

- Si las pesadillas se hacen realidad... No se qué haré.

- No lo harán, tranquilo.

- Entenderé que quieras marcharte de mi lado y ...

- Estaré contigo hasta el final. - le cortó ella. - Pase lo que pase.

- ¿Hasta el final? - repitió él limpiándose el rostro con la manga de su camiseta.

- Incluso después. - respondió ella con una dulce sonrisa.

- ¿Aún si fallo?

- Aun si fallas.

Natsu puso su mano en el rostro de la chica observando cada parte.

- No tienes que hacerlo. Otro podría hacerlo… - dijo él sintiendo un pequeño retortijón en su estómago. No le gustaba esa idea, pero si con ello Lucy estaba a salvo… - Protegerte, digo.

- No hay nadie que pueda protegerme mejor que tú. - dijo ella posando su mano sobre la de él.

- ¿Cómo lo sabes?

- Simplemente lo sé.

Natsu miró a Lucy. Lucy miró a Natsu. Y así se quedaron durante unos largos segundos. Sin decir nada, solo observándose.

- ¿Estás segura? - repitió él acercando su rostro al de ella lentamente. Esa sensación de angustia dentro de él aún no había desaparecido.

- Nunca he estado tan segura en nada. - contestó entrecerrando un poco los ojos y acercándose también a él.

- Si fallo…

- Confío en ti…

Tras esas palabras ambos muchachos cerraron la distancia que quedaba entre ellos uniendo así, sus labios en un primer beso. Como chicos inexpertos que eran, el contacto fue algo torpe al principio, pero no les importó demasiado.

Al separarse volvieron a mirarse. Lucy vio como el rostro del chico estaba algo enrojecido, de seguro no tanto como el suyo, y como sus ojos tenían un extraño brillo. Por el contrario, Natsu miró las mejillas coloradas de la chica, y sus rosados labios semiabiertos. Quería volver a besarla y no parar. Asegurarse al 101% que estaba allí, con él.

- Natsu… - susurró ella notando como la mano del chico que la tenía sujeta por la cintura subía hacia su espalda por debajo de la blusa.

- Quiero besarte. - susurró él sin quitarle el ojo de encima.

Lucy enrojeció más. Estaba nerviosa a morir, pero al igual que el chico, quería volver a posar sus labios sobre los de él.

- ¿Y qué te lo impide? - se atrevió a preguntar.

- No creo que pueda dejarte marchar una vez que lo haga. Si en algún momento decides apartarte de mí…

El chico fue callado de inmediato por los suaves labios de la chica sorprendiéndolo. No pensó que fuera ella quien se lo diera. Tras unos segundos, la maga rompió el contacto sin darle tiempo a corresponder.

- Te lo he dicho. Estaré contigo hasta el final y más. - le recordó con una sonrisa. - Al igual que yo creo en ti, cree tú en mí.

- Lucy…

- Cree en mí, Natsu. - le pidió acercándose de nuevo a él.

- Creo en ti. - respondió mirándola fijamente entrecerrando los ojos.

- Repítelo.

- Creo en ti, Lucy. Creo en ti.

Lucy sonrió por ello y dejó que fuera él quien la besara esta vez. Al contrario que el primer beso, ese no fue tan torpe ni tan lento. Lucy rodeó el cuello del chico con sus brazos, mientras él hacia lo mismo con su cintura, profundizando así el beso.

Tras unos minutos, y sin que quisieran, tuvieron que separarse un poco por falta de aire. Natsu colocó su frente sobre la de Lucy, y por primera vez en ese día sonrió.

Lucy estaba allí, con él, y había prometido quedarse hasta el final y creía en ella. Y de nuevo, por primera vez esa semana, Natsu confió en él. Creía en si mismo para proteger a la chica de la cual se había enamorado. Lo lograría. Por dios, por Mavis, juró proteger a Lucy Heartfilia de cualquier cosa o persona que pudiera dañarla.

· ~ · ~ ·


Vale vale vale. ¿Qué os ha parecido? Sedme totalmente sinceros. ¿Qué os ha gustado? ¿Que debería mejorar? ¿Hay algo que podría cambiar o actualizar?

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