Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son de la genialidad y creatividad de Rumiko Takahashi. La historia es mía, y uso los personajes para saciar mi mente de escritora frustrada.
Disfruta la lectura.
"Una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo."
El secreto de la isla
Capítulo 2: El Escape
Estaba nervioso, estaba ansioso, estaba asustado, estaba cansado, estaba enrabiado, estaba adolorido, estaba agotado, pero por sobre todo, estaba seguro que ya no podría aguantar ningún día más allí, se suicidaba o moría luchando por escapar, pero ya no habían más opciones para él, y si, probablemente ambas lo llevarían a su muerte pero lo intentaría. Prefería hacer un último esfuerzo que lo hacía sentir digno en esa vida de mierda que le había tocado a seguir siendo un objeto para quienes lo rodeaban.
InuYasha contempló los fierros del techo que cubrían la ventilación, hace dos meses que había comenzado a idear su plan, cuando al fin comenzó a tener mayor voluntad y la medicación que lo volvían innegablemente obediente había secretamente escupido cada día. Sintió pasos por fuera, agudizó su olfato y oído, era el guardia de cada noche que hacía su ronda asegurándose que todos estuvieran en sus celdas. InuYasha escuchó como se alejaba y se instalaba en su silla a jugar con el celular.
Se acomodó en su lugar concentrado en la respiración del sujeto, sabía que tardaba alrededor de media hora en dormirse en su puesto, los guardias del lugar en su mayoría sus rondas la hacían de manera relajada, había mucha confianza en que nadie se escaparía por dos motivos: desde niños habían sido encerrados y atemorizados de las formas más perversas posibles para quebrantar la voluntad de todos. Además, les daban una pastilla diaria en la mañana para controlarlos, los hacía obediente a sus órdenes por un periodo aproximado de ocho horas, lo desesperante era que aunque sus cerebros estuvieran consientes aun así no podía negarse a la orden.
Fue de esa manera horrible que un día terminó asesinando a un perro que había adoptado cuando tenía once años, probablemente su único amigo que hizo en los día en que lo dejaban ir al jardín trasero a dar una vuelta breve. Cuando uno de los guardias lo descubrió, le avisó a un superior por medio del comunicador, al instante el tipo apareció, era alto y ancho, tenía una mirada fría, de cabello rubio y ojos negros, quizás InuYasha lo recordaba más grande de lo que realmente era por su edad, era de los hombres a quien más le tenía miedo, recientemente le había quebrado el brazo, y si bien, se había recuperado rápido, aún verlo le generaba que le temblara la mandíbula de rabia.
El superior solo dijo "ichisium, n°2 mata al perro con tus garras". InuYasha no pudo evitarlo, su cuerpo se movió por si solo aun cuando un grito desgarrador de lamento se escapó de su garganta.
El recuerdo doloroso lo sacudió, apretando sus puños y se obligó a controlarse, había tanto rencor recorriendo en su sangre, mezclado con rabia, impotencia y miedo.
Llevó su mano y golpeó su cabeza a modo de enfocarse en su plan, ya no había más tiempo para evocar el pasado, el guardia se había dormido. Se movió descuidadamente como si estuviera paseando en su celda, había descubierto que la cámara de su prisión tenía un punto ciego, él se acercó a ese punto y en ese momento saltó aferrándose a los tubos de la ventilación abriéndolos rápidamente y entrando allí, fueron solo unos segundos, cuando estuvo en el estrecho espacio se preguntó porque no lo intento antes.
-Cierto, estaba apestosamente manipulado-Gruñó con odio.
Se deslizó apresurada y sigilosamente por el canal recordando en su mente la dirección por donde se había fijado que desembocaba la ventilación, mientras avanzaba pasó sobre la celda de n°4, lo vio recostado en la dura cama contemplando la nada con un rostro plano, por un segundo sus ojos azules se cruzaron con los de InuYasha, pero no se detuvo y siguió avanzando. Tampoco n°4 le llamó o trato de advertir a los guardias. Sin embargo, InuYasha sabía que eso sería un problema porque cuando se dieran cuenta que no estaba acudirían a n°4 para obligarlo a que les contara que vio.
N°4 realmente se llama Kouga y al igual que InuYasha había llegado al lugar cuando era un niño, InuYasha sabía su nombre porque se lo alcanzó a decir antes que les pusieran un número sellado en el brazo con un fierro quemador y les quitaran sus nombres, como si fuera la palabra más indignante que jamás debían volver a pronunciar.
InuYasha volvió a concentrarse en su presente cuando escuchó la voz del jefe… su corazón comenzó a latir apresuradamente, se quedó muy quieto y aguantando la respiración, el sudor goteaba por su cara deslizándose de su nariz al estrecho suelo. Solo podía escucharlo hablar con uno de los supervisores.
-Quizás podríamos probar esta nueva forma de comprobar sus fuerzas-Decía el supervisor a lo que InuYasha intuyó que algo le mostraba, se le revolvió el estómago, porque imaginaba que ese comentario era porque habían encontrado una nueva perversa y asquerosa manera de torturarlos.
-No te pedí tu opinión-Fue la corta respuesta del director-Mañana quiero a n°3 en mi oficina.
Escuchó sus pasos ligeros alejarse y al supervisor tomar la dirección contrario, su estómago se apretó abrumado, n°3 era a quien había intentado cuidar de niños, hasta que la famosa pastilla arruinó su intento de proteger a lo más cercano a una familia que había tenido desde que lo habían separado de su madre. N°3 se llamaba Shiori, y de lo poco que recordaba de su niñez antes de ingresar allí, sabía que era su prima. Por un momento se sintió culpable de estar escapando solo, pero era mejor intentarlo y ver si fuera alguien podía ayudarlo a develar las atrocidades que hacían ahí a quedarse sin hacer nada, quizás era su último intento por ayudar a Shiori y Kouga.
Cuando avanzaba y calculaba que le quedaban menos de cinco minutos para llegar al final del camino fue que pasó por sobre la celda de ella. Estaba parada recargada sobre la pared debajo de la ventilación, esperándolo.
-Ya te vas…
-Volveré con ayuda-Respondió InuYasha desde la altura contemplando su cabellera platinada-¿Recordaste de hacer lo que te dije el otro día?-Preguntó cauteloso.
-Si… no la he tomado, pero aun así, no tengo la voluntad de irme de aquí, el miedo es más grande…-Se escapó un sollozo que intentó disimular inmediatamente para no llamar la atención del guardia.
-Lo sé…mañana vendrá por ti Naraku pero… con todo el alboroto que se ocasionará por mi huida seguro se les olvida…-Vio su pequeña figura temblar-Lo siento, te prometo que volveré, prima.
Ella solo asintió y camino hasta su fría cama a recostarse dando por terminada la conversación. InuYasha se quedó quieto unos segundos más respirando pesado, realmente quería que esto funcionara y poder sacarlos de ahí. Nadie se merecía lo que habían vivido, desconocía si el mundo sabía de ellos, lo dudaba, porque si es que estaban enterados y no hacían nada, era materializar la infinita crueldad de las personas, él realmente esperaba que en alguien de allá fuera se pudiera confiar.
Cuando InuYasha vio la leve claridad al final del camino sintió una extraña sensación de temor y placer a su vez. Antes de abrir los fierros miró cauteloso viendo la luz que vigilaba moverse hacia el lado contrario, no olfateó a nadie más ahí en ese momento, con sigilo se deslizó hacia el suelo, las piernas le temblaron de nervio, y más profundo que eso la adrenalina de aproximarse a su libertad se extendió como olas por su cuerpo, esta sería su única oportunidad. Respiró profundo y sin pensarlo mucho comenzó a correr rápidamente hacia el lado más alejado al foco que vigilaba, su meta era llegar a la cerca eléctrica de 10 metros que se extendía a lo alto, realmente saltar eso para él no sería ninguna dificultad, a lo lejos comenzó a escuchar las alarmas sonando y entonces disparos atrás suyo.
-Mierda-Se quejó cuando uno le tocó superficialmente la piel de la costilla derecha y otras dagas cortaron en su espalda y brazos, sin embargo, no se detuvo, estaba cerca, podía ver la electricidad recorriendo la reja, al parecer le habían subido a la máxima potencia, escuchaba gritos de que se detuviera y las diferentes armas intentar dañarlo, varias lo hicieron pero no paró. Escuchó una granada explotar tras suyo cuando saltaba, cayó rodando hacia el otro lado de la cerca, su brazo se había quebrado otra vez.
No le importó, se paró y siguió corriendo esquivando los balazos que seguían detrás como enjambre de abejas, lo que había más allá no recordaba bien, atravesó el bosque como si fuera un manchón borroso y sus pasos se detuvieron abruptamente cuando se fijó que había dado a un acantilado de inmensa altura.
-Mierda-Repitió frustrado, no sabía si su cuerpo mal herido como estaba lleno de cortes y brazo quebrado lograrían resistir ese impacto y nadar hasta un lugar seguro.
-A donde piensas ir, InuYasha-No era una pregunta, más bien escuchó la ironía en su afirmación que se expandía en un megáfono en algún punto en el bosque.
El maldito está cerca, pensó.
InuYasha sabía que no tenía más tiempo cuando escuchó sus pasos tras él, se volteó y lo observó mirándolo con una sonrisa perversa y segura de que no sería capaz.
-No sé cómo lo hiciste, pero da lo mismo cualquier esfuerzo que hagas, este mundo no es para ti y tú, un simple experimento no estas hecho para este mundo, eres menos que una oruga, no vas a sobrevivir allá fuera-Dijo mientras daba un paso cautelosamente.
-Tampoco aquí-Respondió asqueado y sin vacilar se tiró de espaldas por el acantilado, unas últimas balas y dagas intentaron asesinarlo, sintió como se enterraba una daga en su estómago pero no le importo, de pronto todo parecía ir lento y rápido a la vez, se obligó a enfocarse nuevamente y preparó su cuerpo para el impacto del agua.
Cuando su cuerpo traspasó la superficie un dolor indescriptible lo atravesó en cada parte de su ser, el brazo quebrado pareció dañarse más, aun así avanzó nadando con sus otras extremidades medianamente sanas por debajo del agua para evitar que Naraku lo siguiera o creyera que estaba vivo.
Nadó todo lo que sus pulmones le permitieron sumergido y cuando pensó que ya no podía aguantar más subió a la superficie nuevamente tomando una bocanada grande de aire. Se giró pudiendo contemplar entre la espesa neblina el precipicio, estaba lo suficientemente lejos como para que lo siguieran, aun con su brazo roto continuó nadando.
-No moriré aquí-Se prometió esperanzado.
Realmente no sabía cuántas horas habían transcurrido pero estaba comenzado a amanecer cuando por primera vez vio tierra a lo lejos. Las fuerzas que creía perdidas volvieron y se empujó a avanzar, mientras se acercaba a las boyas pudo notar una figura en la solitaria playa.
Se colocó alerta temeroso de que fuera algún soldado, pero prontamente con su aguda vista descubrió que se trataba de una mujer, desesperado, nadó aún más rápido usando sus últimas fuerzas, pero estaba exhausto, en su mente confundida comenzó a temer que la figura al frente fuera de algún espía de Naraku, cuando miró hacia adelante su cabeza delirante por el agotamiento transformó el cuerpo femenino en uno de ellos.
-No…-Vio al soldado nadar hacia él y la desesperación llenarlo abruptamente.-¡No te acerques!-Gritó pero pareció ignorar sus palabras- ¡No te acerques, no dejaré que me hagas daño!-Pudo escuchar como su voz había sido un alarido tembloroso, pero el solado continuó aproximándose.
-Te quiero ayudar, te llevaré a la orilla-Su mente reaccionó al escuchar la voz femenina, cerró fuerte sus ojos y los abrió logrando al fin contemplar a la mujer de cabellos profundamente negros y ojos café que se acercaba a él. La escuchó balbucear palabras que ya casi no lograba entender, estaba demasiado exhausto y de alguna forma al darse cuenta que esta persona parecía querer ayudarlo lo hizo relajarse solo un poco.
-No…puedo más…-Gruñó InuYasha débilmente, sabía que estaba a punto de desmayarse, maldijo en su mente cuando todo se comenzó a volver oscuro.
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-Eso es una mariposa Monarca-Le dijo sonriendo mientras juntos la contemplaban danzar sobre las flores.
-Sus colores son bonitos.
-Así se camuflan entre la vegetación.
Inesperadamente un gato saltó y partió el bello insecto en dos, InuYasha se mordió el labio aguantando las ganas de llorar, a los cuatro años por primera vez comprendió que el mundo tenía sucesos crueles.
Cuando comenzó a estar medianamente consiente fue para escupir agua, sintió unas manos frágiles tomar su espalda y enderezarlo levemente, él dejo salir lo último que quedaba atorado en su garganta, mientras apretaba los ojos cerrados fuertemente teniendo cierto temor de abrirlos, se sentía desorientado y perdido. La persona lo acomodó con una gentileza que casi no conocía sobre la arena.
InuYasha abrió los ojos lentamente logrando enfocar su vista en la figura femenina, maldijo para sí, sentía como el temor lo inundaba otra vez y la apariencia de ella en su mente cambiaba a la de Naraku, trato de moverse pero su cuerpo no respondía.
Mierda
-Tranquilo, no te haré daño… te quiero ayudar-La escuchó decir otra vez, lo que permitió que nuevamente pudiera ver la real figura que había a su lado. Una joven con una sonrisa suave lo contemplaba con una extraña mirada de comprensión y preocupación, creyó que jamás volvería a tener empatía de alguien, pero ahí estaba esta persona diciendo que quería ayudarlo.
Quizás el mundo no estaba tan podrido como pensaba, quizás aún había una oportunidad. Las tinieblas otra vez volvían por él, no quería dormirse de nuevo, necesitaba hablar con esta persona para saber si realmente era digna de su confianza, se desesperó, la oscuridad lo rodeaba y se sumergía en la inconciencia.
Continuará…
Gracias por leer y por sus review, me emociona mucho que les gustara el comienzo de la historia, espero puedan seguirme acompañando en cada publicación.
También agradecer a quienes han compartido de manera espontánea el fanfics en plataformas como Facebook y twitter, me sorprendió gratamente.
Estaba pensando si debería crear una página pública en Fb o Ig para que podamos tener una comunicación directa (Ya que las RRSS que tengo son privadas) es solo una idea, de todas maneras responderé ahora los reviews que me dejaron por mensaje, a quienes no comentan con su cuenta de FF no puedo hacerlo pero igualmente les agradezco que dejen su reviews y lean mi historia…
¡Gracias!
Que tengas un lindo día.
Fecha en la que terminé de escribir el capítulo: 03-01-2022.
Pd: Un breve recordatorio, yo solo público en fanfiction, si llegas a ver alguna de mis historias en otras plataformas te agradecería me avisara para tomar las medidas correspondientes.
