Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son de la genialidad y creatividad de Rumiko Takahashi. La historia es mía, y uso los personajes para saciar mi mente de escritora frustrada.
Disfruta la lectura.
"Como una niña de tiza rosada en un muro muy viejo súbitamente borrada por la lluvia..."
El secreto de la isla
Capítulo 3: La cueva
Kagome caminaba con apuro por las calles del pueblo buscando lo necesario para la extraña persona que había rescatado, recordó sus ojos ámbar profundo y el cabello platinado, las extrañas orejas y los leves colmillos sobresalientes. Ciertamente estaba desconcertada, al comienzo cuando el joven se desmayó, pensó en acudir a la policía por ayuda, pero pronto esa idea la descartó. Él parecía estar huyendo de algo grande, era mejor esperar a que despertara e idear en que podía ayudarlo en conjunto, por muy temerario que podría ser su decisión, su intuición le decía que siguiera por ese camino.
Kagome entró a una de las tiendas por ropa, se llevó dos poleras y una camisa cuadrille roja con negro, tres pantalones, eligió dos deportivos negros y un jeans, cuando se acercó a la sección de zapatillas dudó que talla comprar, intentó imaginar la proporción de su pie y terminó eligiendo uno del número que pensaba que podría ser. Estaba por salir cuando se percató que había olvidado ropa interior y calcetines, se sintió algo incomoda, no sabía exactamente qué tamaño usaba ahí.
El joven era alto y de cuerpo tonificado, Kagome tragó nerviosa, eligió variada ropa interior y calcetines, su vista viajó por el entorno pensando si algo más estaba olvidado mordiéndose el pulgar mientras revisaba su lista mental, entonces lo recordó, las orejas en su cabeza no era algo que fuera a pasar desapercibido, asique se llevó un jokey rojo también.
Kagome suspiró mientras pagaba, rogando por no haber olvidado algo más esencial en vestuario que le pudiera servir al chico.
Se dirigió luego a un pequeño supermercado que estaba al lado, del cual se llevó un cepillo de dientes y desodorante, Kagome sintió su estómago crujir asique agregó unos chocolates, unas botellas de agua y galletas. No era el menú más saludable pero tenía comida en la cabaña solitaria en la cual se estaba hospedando y podría cocinar algo allí más tarde. Mientras caminaba meciendo las bolsas levemente para distraer su mente se percató de un furgón negro con vidrios polarizados estacionado a unos metros a ella al lado de la vereda, de algún modo su intuición lo encontró sospechoso. Ralentizó el paso al notar que el vidrio del copiloto estaba abajo, ella se detuvo un momento fingiendo que amarraba los cordones de su zapatilla para escuchar la conversación que había ahí dentro, ajenos a su presencia.
-No sé cómo el líder cree que sobrevivió a ese acantilado, pero insistió que viniéramos a revisar-Farfulló, escuchó que masticaba algo y el sonido de un paquete se abría.
-Bueno, los buzos no encontraron nada en el mar y ya revisamos toda la isla y también nada, deberíamos regresar-Respondió el otro engullendo comida-Ojala este bien muerto-Agregó con un tono que a ella le pareció condescendiente, el corazón le dio un angustioso tirón en el pecho.
-Esperemos a mañana, revisemos una vez más cada rincón y hospedaje antes de regresar para dejar contento al líder, no quiero saber que nos haría si sabe que no buscamos en cada trozo de esta maldita isla-Escuchó que el otro tipo asentía con la boca llena.
Kagome estaba completamente segura que esa conversación era por InuYasha, sintió un vacío en el estómago y sus piernas flaquear cuando se enderezaba, entonces notó que uno de ellos había volteado hacia ella al verla por el espejo retrovisor, ella no cruzó miradas con él y entró a la siguiente tienda de helado para comprar uno que no necesitaba, solo para hacer tiempo y no sospecharan de ella. Sentía la garganta apretada, no sabía aun la historia de esa persona particular que había salvado, pero esos hombres no sonaban a gente buena como para decirles donde estaba él.
Tras unos minutos de esperar, salió de allí y observó el lugar, no había rastro del furgón, respiró profundo y recobró la compostura para caminar hacia la playa. Por fuera si alguien la veía aparentaba dar un simple paseo, por dentro estaba alerta de su alrededor con el corazón desbordándose en latidos frenéticos. Ella se detuvo un momento analizando el entorno, la calle mayormente estaba vacía y en calma, decidió apresurar su paso.
A medida que caminaba dirigiéndose a la playa empezó a preguntarse si habría sido una mala idea dejar al joven solo e inconsciente allí. Por primera vez ella notó que estaba la posibilidad de si ya había despertado se fuera de ahí y ella no pudiera encontrarlo otra vez, y peor aún, que lo encontraran ellos. Su estómago se tensó y la angustia creció.
-Debo darme prisa-Se dijo para sí comenzando a correr preocupada balanceando las bolsas hacia su hombro para que no le estorbaran al correr.
Kagome entre la confusión también se sentía con una sensación que no había tenido hace mucho, esa sensación se estaba extendiendo por su cuerpo, pero no logró ponerle nombre en ese momento. Ella eligió correr con mayor prisa sintiendo aflorar la urgencia de verlo donde mismo lo dejó antes de marcharse.
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-¿Por qué tenemos que venir aquí otra vez?-Preguntó el pequeño platinado con disgustó cruzándose de brazos mientras su madre intentaba agarrarle la mano que escondió para hacerlo entrar.
-Porque te harán una revisión médica-Repitió ella con la voz quebrada.
-No quiero, siempre me hacen cosas raras que duelen-El niño con orejas de perro iba a comenzar a enumerar todo lo que ya le habían hecho pero el abrazo estrecho de su madre lo interrumpió.
-Perdón… espero algún día puedas disculparme…-Le dijo ahogando un sollozo contra su blanca cabeza.
-¿Mamá?-InuYasha no sabía bien que hacer, él también quería llorar, le asustaba ir allí, la gente era fría y lo tocaban por todos lados como si fuera un objeto, él no entendía nada, solo quería regresar al pequeño pueblo a jugar en su cama saltarina.
-Lo siento…
-Que bueno que llegaron-InuYasha escuchó esa voz e inmediatamente comenzó a temblar, su madre lo notó y se puso delante de él como si de esa forma fuera a evitar que lo tocaran, era contradictorio, porque ella misma era quien cada una semana lo arrastraba ahí-Adelante-Se giró sobre sí mismo para que lo siguieran.
-Lo siento-Escuchó una vez más a su madre decir cuando le tomaba del brazo para entrar.
InuYasha se removió incomodo cuando su mente dejó enterrado un mal recuerdo, conectándose con el presente. Su cuerpo se sentía sobre algo granuloso y húmedo, movió sus manos palpando arena mojada, los ojos aun le pesaban, seguía sintiendo sus extremidades extenuadas, había nadado un día completo sin descanso, su brazo herido se sentía adormecido pero estaba recuperándose, se percató que los huesos se habían regenerado y ya podía mover sus dedos, sin embargo, la carne seguía abierta.
Lentamente pudo abrir los parpados, encontrándose con el techo rugoso de una cueva, cerca podía escuchar las olas del mar chocando con rocas y reventando en el borde de la arena, también en lo alto las gaviotas cantaban para comunicarse. Se enderezó sobre sus codos ahogando un leve quejido siendo consciente nuevamente de las heridas que aún se estaban sanando en su cuerpo.
Observó las pisadas que habían quedado marcadas al lado suyo, entonces recordó a la joven que se había acercado a él dentro del mar. Retuvo la respiración sintiéndose nervioso, no podía olfatearla con claridad debido al fuerte olor a sal, las huellas parecían de hace varias horas.
-Maldición-Gruñó, quizás ella lo dejó ahí o peor, fue por autoridades, si era así sería su perdición, no tenía idea si Naraku trabaja en complicidad con gente de alto rango, pero no se podía dar el lujo de ir confiando en cualquiera. Un segundo gruñido emergió de su garganta sintiéndose estúpido por haberse permitido creer que alguien podría ayudarlo en su precaria situación. Se rascó una de sus particulares orejas-Quizás se asustó de mi apariencia…
Se sobresaltó cuando vio a la figura femenina ingresar por la estrecha entrada de la cueva con varias bolsas, tenía la respiración agitada, apreció como lo miraba y su expresión cambiaba de la preocupación a una amplia sonrisa en la cara.
-Has despertado y no te has ido-Dijo con alegría y alivio acercándose a él con calma contenida para no exaltarlo, InuYasha la contempló estupefacto por largos segundos ante la desesperanza que había emergido recientemente-¿Cómo te sientes?-Le consultó abriendo una botella de agua para beberla apresuradamente. Realmente se había esforzado en llegar a su lado con premura.
InuYasha pestañeó varias veces antes de lograr encontrar su voz para responderle.
-Keh, estas heridas sanarán pronto-Clavó su vista en el suelo sin saber que más decir, había olvidado cuando fue la última vez que interactuó con alguien sin que eso incluyera corriente y extrañas cosas siendo metidas en su cuerpo.
Kagome lo miró unos segundos antes de desviarla sopesando si debía decirle inmediatamente lo que había escuchado, regresó la vista a él y se enfocó en sus heridas, él parecía mirar a cualquier lado menos a ella, pudo captar su nerviosismo. Kagome decidió que lo curaría y luego le comentaría el resto.
-Te traje medicina, también ropa y algo para comer-Le dijo Kagome mostrándole el contenido de las bolsas-Primero te curaré-Anunció mientras se desinfectaba las manos con el alcohol que había comprado en la pequeña farmacia del pueblo.
InuYasha levantó la mirada algo confundido, ¿por qué lo estaba tratando como si no fuera un fenómeno, por qué con esa naturalidad perturbadora y desconocida?...lo hacía sentir de una forma extraña, como si algo en su pecho se removiera.
Ella se acercó y él se alejó instintivamente, Kagome lo contempló un momento abriendo los ojos abruptamente y sonrojándose.
-Disculpa, ni siquiera me he presentado-Hizo una pausa acomodándose sobre sus rodillas-Mi nombre es Kagome Higurashi, ¿y el tuyo?-Él pensó un momento si era apropiado entregar esa información, los ojos de Kagome lo observaban de una manera que no supo comprender-No quiero hacerte daño, solo pensaba que si sabemos nuestros nombres, quizás no será tan incómodo para ti que te cure o pueda ayudarte…-Le expresó con suavidad comenzando a percibir la gran desconfianza de él.
-Keh, soy InuYasha-Resopló, tuvo la intención de cruzar los brazos sobre su pecho, pero su brazo herido le recordó que aún no podía moverlo con tanta libertad.
-¿InuYasha…?
-Solo InuYasha.
-Entiendo-Sonrió ampliamente-Es un gusto conocerte, InuYasha, ahora me gustaría poder curarte esas heridas.
-Realmente no es necesario, en dos días estarán como si jamás hubieran existido-Respondió de manera orgullosa.
-Me gustaría hacerlo solo como precaución-Insistió ignorando mayormente sus palabras, retirando la gaza de su caja aplicándole desinfectante.
Él la vio aproximarse pero esta vez no se alejó, dejó que lo curara en un largo silencio tenso, podía sentir sus pequeñas y suaves manos siendo cuidadosa con cada movimiento. Él apretó un poco el labio cuando punzó una parte sensible de su herida del costado, ella lo captó.
-Lo siento.
-Keh, no es nada.
-Y dime InuYasha, ¿Cuántos años tienes?-Preguntó para iniciar una casual charla cuando el silencio se volvió amplio e incómodo. La verdad era que tenía un montón de dudas llenando su cabeza, pero quería ser cautelosa en consultarle para no abrumarlo más de lo que estaba. Kagome comenzó a vendar su brazo lastimado con sumo cuidado y precisión.
-27 años…
-Vaya, te gano por uno, yo tengo 28 años-Kagome terminó su labor asegurando que los vendajes quedaran fijos, ella pudo visualizar en su rostro un pequeño corte que estaba ubicado en el mentón, acercó la mano con gaza y desinfectante pero él detuvo hábilmente su muñeca encerrándola con su mano fuertemente.
-¡No!-Grito, cuando a su mente vino la imagen de Naraku levantándolo de la garganta, Kagome se asustó ante su reacción, en medio del abrupto temor logró percibir que a ella no la estaba viendo en ese momento.
-¡InuYasha, soy Kagome!-Exclamó removiéndose, entonces él reaccionó y retiró su mano rápidamente apegándose contra la pared de la cueva respirando agitado y con el cuerpo tenso. Kagome se sobó su muñeca en donde sus dedos quedaron marcados, reflexionando si sería demasiado peligroso aceptar ayudar a alguien desconocido, fugitivo, con una apariencia extraña y probablemente lleno de traumas, pero algo más allá de eso la empujaba y estaba comprendiendo que era.
-No quería asustarte, es solo que yo…-Él se incorporó torpemente, desde su altura ella parecía aún más indefensa-No sirvo para estar con humanos…-Dijo bajito más para sí que para Kagome.
La joven también se levantó del suelo y se acercó a él con paso seguro, InuYasha retrocedió dos al percibir esa mirada decidida de ella, parecía determinada a decirle algo a lo que no iba a renunciar.
-Te ayudaré, lo repetiré todas las veces que sean necesarias, pero por favor, debes confiar en mí, así como lo estoy haciendo yo ahora, al confiar en ti sin saber porque huiste de no sé qué… -Kagome pausó un momento para tomar aire sintiéndose con deseos de poder soltar todo lo que había estado pensando-Si hubiese querido denunciarte, créeme ya estaría aquí la policía, pero no lo hice, vengo de una familia de templo, en donde siempre confiamos en nuestra intuición…
-¿Y qué te dice tu intuición ahora?-Preguntó alzando una ceja medio incrédulo, sentía el estómago apretado y el pecho con la persistente sensación de calidez que lo abrumaba.
-Que te ayude, asique preguntaré esto ahora y será la única vez, si te niegas lo comprenderé y haré como si jamás te hubiera conocido-Ella le sostuvo la mirada haciendo hincapié en la verdad en sus palabras- ¿Me dejarás ayudarte, InuYasha?-En el momento en que Kagome dejó escapar esa pregunta de sus labios lo comprendió, la sensación que estaba emergiendo en su ser, era emoción, era adrenalina, era el deseo de estar viva después de mucho tiempo.
Continuará…
Que tengas un lindo día, tarde o noche.
Gracias por sus comentarios y apreciaciones de la historia.
Espero tu reviews para saber tu opinión.
Un abrazo.
Fecha en la que terminé de escribir el capítulo: 15-01-2022.
Pd: Un breve recordatorio, yo solo público en fanfiction, si llegas a ver alguna de mis historias en otras plataformas te agradecería me avisara para tomar las medidas correspondientes.
