Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son de la genialidad y creatividad de Rumiko Takahashi. La historia es mía, y uso los personajes para saciar mi mente de escritora frustrada.
Disfruta la lectura.
"Un monstruo me persigue. Yo huyo. Pero es él quien tiene miedo, es él quien me persigue para pedirme ayuda"
El secreto de la isla
Capítulo 5: En la cabaña
Para Kagome un recorrido que hubiese sido caminando de una hora se volvió solo unos minutos, ¿Cómo era posible que alguien pudiese ser así de veloz?
La joven había identificado a InuYasha como una persona con peculiaridades… pero ahora estaba comenzando a preguntarse, que tan humano era, o qué le habían hecho para que tuviese esa apariencia y habilidad. La curiosidad la estaba inundando pero sabía que debía ser cautelosa, no quería que se volviera a sentir ofendido. Cuando se bajó de su espalda le murmuró un tímido gracias, había disfrutado ese pequeño viaje, por un instante su mente se había detenido de pensar en recuerdos dolorosos y palabras crueles, había sido un analgésico momentáneo.
InuYasha observó la cabaña rodeada de naturaleza, diferentes cantos de aves, animales e insectos podía escuchar a su alrededor, respiró profundo sintiéndose complacido, apreciando por primera vez en mucho tiempo la biodiversidad que había a su alrededor. Sintió como sus pulmones se llenaban de aire limpio, de algún modo su estado de alerta disminuyó.
Esto era la libertad…
No, aún no podía pensar en la libertad completa, no si aún sabía que estaba Shiori y Kouga en ese lugar frío y oscuro, donde solo el dolor y la humillación los acompañaba a cada instante.
-¿InuYasha?-Llamó Kagome desde la puerta que había abierto con su tarjeta de huésped.
-Es un buen lugar-Comentó pasando por su lado entrando en la cabaña. Ella cerró la puerta suavemente- Esta muy aislado de los humanos.
-Si… por eso lo elegí-Kagome se percató que si este joven no era tan honesto como decía podía hacerle lo que quisiera y nadie se enteraría, ¿Cómo era posible que ella hubiese sido tan confiada?, pero quería ayudarlo y parecía ser buen tipo ¿no?... Si quisiera hacerle daño ya lo habría hecho, se consoló.
Observó como InuYasha revisó curioso los objetos de la cabaña y las habitaciones, lo vio en su recorrido tomar su caja de pastillas que estaba sobre la mesa y luego dejarla ahí con un encogimiento de hombros. Ella tomaba su medicación por las mañanas, se las había recetado el Psiquiatra, su función era darle un empujón de ánimo para el día. Kagome se quedó estática cerca de la puerta, cuando él terminó de inspeccionar se dirigió a ella con una leve sonrisa.
-No he dormido en una cama cómoda desde los once años, esto es como el paraíso-Dijo cruzándose de brazos y tirándose sobre el suave sillón siendo recibido por los acolchados cojines.
Kagome no podía creer lo que acababa de decirle, una punzada se clavó en su pecho.
-Tuvo que ser muy difícil…-Le dijo finalmente sentándose a su lado con ganas de querer saber de su historia. A InuYasha no le gustó la mirada que vio en ella de lástima, bufó por lo bajo algo molesto.
-No me compadezcas, lo detesto-Expresó alejándose un poco de ella en ese sillón.
-No te estoy compadeciendo… pero si estoy tratando de entender y ser empática con tu experiencia, si no, no sabré que necesitas para ayudarte-Ella le hablaba de una manera dulce que lo hacía sentir nervioso, su corazón palpitaba más rápido cuando decía cosas así, no estaba acostumbrado a ser tratado de esa manera, era incómodo, y más aún en el fondo, le gustaba esa consideración, pero mayormente él decidió que era incómodo y punto.
-Preferiría comer primero antes de tener que hablar de esas cosas o se me cerrará el apetito-Dijo de manera casual en un intento de poder extender un poco más esa atmosfera de libertad falsa y olvidar por un momento su rota existencia.
Kagome captó eso, no dijo nada más, solo se levantó, pensó primero en hacer ramen instantáneo pero luego se preguntó si él había comido en todos estos años algo que no fuera envasado. Decidió hacer fideos con salsa de tomate y de ensalada en un bowl picar apio, manzana verde, lechuga y piña, le agregó nueces, quizás no era algo tan elaborado pero era mejor que solo poner agua y polvo saborizante al ramen. Todo ese tiempo estuvo InuYasha observándola en silencio curioso con lo que iba haciendo, su boca estaba comenzando a salivar con el olor de la salsa, no recordaba cuando fue la última vez que había comido tantas verduras y frutas juntas, estaba internamente muy emocionado.
-¿Esta listo?-Preguntó sintiendo sus tripas rogarle por comida.
-Lo está-Ella colocó sobre la mesa los utensilios para comer, también dos vasos con agua y los platos, InuYasha se sentó y olfateó su comida sintiéndose en el paraíso otra vez. Kagome sonrió, le entregó el tenedor y él asaltó su plato con gran energía, ella se sintió complacida de que le gustará.
-ESTO ESTA DEMASIADO BUENO-Enfatizó con la boca llena y la salsa alrededor de sus labios.
-Si quieres repetir hay más…-Respondió, disfrutando de la felicidad que apreciaba en InuYasha por la comida. Descubrió que había olvidado como algo tan cotidiano como preparar alimentos y comerlos en compañía podía ser placentero.
-Sí que me repetiré-Dijo tragando su última porción, Kagome le sirvió lo que quedaba y él se lo volvió a devorar.
"Sabes InuYasha, también me gusta demostrarte mi cariño con la comida"
Recordó una frase vaga de su mamá que había sido dicha días antes de que se separaran. Él tragó su último bocado con un rostro solemne, Kagome notó ese cambio de energía en su cara.
-¿Estas bien?-Consultó preocupada, llevándose atrás de su oreja un mechón de su cabello, él fijo la vista en ella, se limpió con la servilleta los restos de comida que le quedaba sobre la boca, bebió un poco de agua extendiendo algo más el silencio, finalmente habló.
-Por alguna razón, desde que nací y si, nací con esta apariencia…-Kagome comprendió que comenzaría a contarle su historia, contuvo el aliento depositando toda su atención en él, exhaló- Debía ir siempre a un lugar a que me hicieran revisión, primero eran exámenes triviales, pero a medida que crecía me hacían hacer diferentes cosas, competencias de correr con otros niños, saltar muros, luego comenzó a subir de nivel, esquivar objetos en movimiento… después esquivar balas, a veces me daban…-InuYasha pausó notando la expresión de horror de Kagome, pensó que omitir algunos detalles de tortura era mejor-Como sea… para los once años ya no quería ir más, era doloroso…. Pero mi mamá terminaba arrastrándome igual, creo que la tenían amenazada con algo, porque ella también lloraba cuando me llevaba…no la culpo, solo creo que hay cuestiones más complicadas de las que no sé del por qué mi mamá debía hacer eso-Dijo encogiéndose de hombros, quizás para él decir eso era consolador y no hacía ver a su propia madre como una cómplice de las torturas.
-Entonces…-Kagome encontró su voz, ella tenía ganas de llorar en ese momento pero no quería hacerlo, quizás él lo tomaría de mala manera y era lo que menos quería-Primero entrabas y salías de ahí…
-Sí, no solo yo, mi prima, otros niños y niñas también, pero no todos sobrevivimos tanto, como sea… como estaba diciendo cuando tenía once años fui encerrado, me apartaron de mi mamá, no la vi nunca más, no sé qué pasó con ella… si la mataron o esta con vida…-InuYasha tomó otro trago de agua intentando calmar los temblores de su cuerpo por la rabia que emergía- Desde ahí hasta ahora que escapé viví allí… no entraré en detalles en cada cosa que nos hicieron…-La mano que descansaba sobre su pierna se apretó en un puño fuerte-Solo ha sido un montón de mierda horrible… de todos esos niños y niñas solo quedamos mi prima, yo y uno más… ellos se turnan para hacernos cosas…-Kagome se dio cuenta que InuYasha ya no estaba ahí con ella, estaba recordando todo lo que le habían hecho, se sintió apesadumbrada de hacerlo evocar momentos difíciles, instintivamente colocó su mano sobre el puño de él, InuYasha sintió su calidez y regresó a mirarla, no apartó su mano.
-Escapaste y quieres salvarlos, por eso necesitas de mi ayuda-Concluyó Kagome, ya no encontraba necesario indagar más, podía imaginarse que tipo de cosas aberrantes le hicieron por las cicatrices que apreció mientras lo curaba en la cueva. Él asintió lentamente-InuYasha, ¿Sabes quién esta atrás de todo esto? Es sumamente ilegal lo que les han hecho, me atrevo a decir que has sido parte de algún experimento desde antes que nacieras… -InuYasha asintió, un nudo en su estómago se formó al escucharla decir que él era un experimento, no quería que lo viera a él así, quería que siguiera tratándolo como la persona que era o que se sentía.
-Naraku es el líder de ese centro, no tengo idea si es algo permitido por el gobierno japonés, asumo que debe ser de Japón porque todos allí lo son… pero jamás vi a alguna autoridad visitándonos, quizás Naraku es solo un demente multimillonario que goza con esto…
-¡Puedo averiguarlo!-Dijo Kagome levantándose de su silla, la mano dejó de estar sobre su puño y por alguna razón se sintió frío-Tengo contactos lo suficientemente cerca como para averiguarlo.
-¿Qué quieres decir?-InuYasha no pensaba que fuera a ser tan fácil indagar ese tipo de cosas, prefería no ilusionarse con falsas esperanzas tan rápido.
-Pues… te acabas de encontrar con la mejor amiga del hijo del Primero Ministro de Japón-Exclamó con una amplia sonrisa, él no sabía si alegrarse o creer que le estaba jugando una mala broma.
Continuará…
Que tengas un lindo día.
Me imaginaba a InuYasha con una expresión bastante inocente y tierna mientras comía cuando estaba escribiendo esto, sería difícil no derretirse.
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¡Un abrazo!
Fecha en la que terminé de escribir el capítulo: 23-01-2022.
Pd: Un breve recordatorio, yo solo público en fanfiction, si llegas a ver alguna de mis historias en otras plataformas te agradecería me avisara para tomar las medidas correspondientes.
