Aclaración: Los personajes no me pertenecen, son de la genialidad y creatividad de Rumiko Takahashi. La historia es mía y uso los personajes para saciar mi mente de escritora frustrada.
"Necesito hacer bellas mis fantasías, mis visiones. De lo contrario no podré vivir"
El secreto de la isla
Capítulo 11: La verdad
InuYasha lo miró con ojos fulminantes, respirando aceleradamente, estaba haciendo un esfuerzo por contenerse, no levantarse de su lugar para tomarlo por el cuello y hacer que escupiera todo lo que sabía rápido. Por el contrario, el lugareño lo observaba con un rostro solemne, buscando las palabras precisas para comenzar a narrar la secuencia de los hechos trágicos que se desarrollaron allí.
Kagome se sentía incómoda entre los dos, desde fuera ella podía entender la inquietud de InuYasha y también la pausa del Señor Takashi, ella podía empatizar que para él debía ser una gran conmoción verlo después de tanto años, probablemente para InuYasha fuera parecido, solo que él necesitaba respuestas urgentes que solo se las podía entregar el lugareño.
-¿Cuánto tiempo más permanecerás callado?-Gruñó InuYasha sin poder controlarse más-¡No tienes idea del infierno que he debido pasar todos estos años, soportando cada humillación!-Explotó levantándose de su lugar y moviendo los brazos para darle énfasis a sus palabras, ver su cara solo había hecho traer recuerdos de su vida antes de ingresar, ni siquiera podía decir que era completamente feliz, porque constantemente debía ir a ese lugar a que le hicieran cosas dolorosas, ellos lo sabían, sabían que ahí le hacían cosas malas y no habían hecho nada-¡ME ABANDONARON ALLÍ, MALDITA SEA!-Gritó desbordado por el cúmulo de emociones que se arremolinaban en su interior antes diferentes imágenes que transcurrían en su cabeza como una película. La cotidiana vida en esa casa y de pronto el dolor de las pruebas que le hacían allá, su madre llorando, su madre dejándolo. Se había aferrado a que ella no tenía la culpa, pero ahora todo estaba colisionando en su interior y el silencio de su abuelo no ayudaba-¡YA HABLA, NECESITO RESPUESTAS, NECESITO ENTENDER…!-Su cuerpo comenzó a tiritar extendiéndose abrumadores sentimientos que se acumulaban en su pecho-Entender por qué tuve que vivir toda esta mierda… por qué…
-InuYasha…-Kagome tenía deseos de abrazarlo y llorar, llorar por todas la veces que estuvo solo, por todas las veces que le hicieron daño, abrazar su alma y llorar por él y con él, lo vio volver a sentarse, abatido, con la cabeza gacha tapándole el cabello plateado su perfil y las orejas planas en su cabeza. Ella finalmente se atrevió a colocar una mano sobre su hombro, temerosa de que pudiera apartarla pero él no lo hizo, se quedó muy quieto.
InuYasha al sentir su tacto fue consciente que había lanzado todo eso frente a ella, primero se sintió avergonzado de no haber podido controlarse, pero de alguna manera también agradeció que ella estuviera ahí para estabilizarlo. Lentamente su respiración se fue calmando en el silencio tenso que se generó.
Todo ese tiempo el abuelo lo contempló con ojos vidriosos y el mentón tiritón, él sentía que se merecía todos los gritos de InuYasha, realmente le alegraba que finalmente estuviera ahí para desquitarse con él. La culpa que había cargado por años por no haber podido proteger a su familia jamás se iría, pero al menos si InuYasha estaba ahí, él podía sentir que era útil. Por años creyó que estaba muerto, pero aun así se negó a abandonar la isla, pensando que quizás, si existía la posibilidad de que hubiese sobrevivido en algún momento volvería a casa. Ese día había llegado y la felicidad rondaba en su corazón mezclado con la culpa, la impotencia y la tristeza.
-InuYasha, puedes gritarme e insultarme, lo aceptaré todo, es lo que merezco por no haber sabido protegerlos, por haber creído en un embustero… jamás me perdonaré por lo que tú e Izayoi debieron pasar…-Su voz se quebró y su rostro se volvió más cansado, sus ojos profundamente tristes, InuYasha no se sentía preparado en ese momento para levantar la mirada, solo siguió observando sus zapatillas y los pies de Kagome a su lado.
-Solo quiero respuestas… dámelas, es lo único que quiero-Dijo agotado, había llegado tan lejos, esto era lo que necesitaba. Apreció nuevamente los zapatos de Kagome y su tacto en su hombro. Respiró profundo y alzó la cabeza-Cuéntame la historia-Solicitó rearmando su compostura, Kagome retiró su mano del hombro, él la miró levemente con calidez.
-Quizás… sería mejor que los esperara fuera-Insistió Kagome dudosa nuevamente de si era adecuada su presencia allí.
-Ya dije que te quedaras, por favor-Las palabras de InuYasha esta vez fueron cargadas de una súplica que ella tomó, asintió permaneciendo en su lugar con los deseos constantes de abrazarlo. Él hubiese deseado que su mano siguiera sobre él pero tenerla a su lado era suficiente. No podía ser codicioso.
-Partiré por el principio-Comenzó finamente Takashi-Eso fue antes de que nacieras… este pueblo siempre ha estada aislado, es una isla grande pero pocas zonas son habitables, el clima cambia constantemente, ya lo habrán notado-Pausó bebiendo un poco más de su té para ordenar cada palabra que debía decir-Se dice que nuestros ancestros llegaron en canoas al naufragar por los mares y se asentaron aquí, mucho tiempo después llegaron barcos japoneses y lo reclamaron como propio, esos serían nuestros orígenes. A pesar del clima que suele cambiar regularmente, la tierra es fértil y la pesca es buena, desde allí que pudimos surgir, pero no lo suficiente, seguíamos siendo demasiado pobres, aislados del mundo con precarias condiciones de salud y educación…
-Pero en algún momento eso cambió ¿no?-Interrumpió Kagome-Al llegar vi un gran hospital y escuela, también leí que es un lugar económicamente con estabilidad gracias al turismo-Kagome se relamió los labios nerviosa, quizás no debería haber hablado y solo escuchado.
-Estas en lo correcto, actualmente a pesar de todas estas adversidades la isla ha logrado cierta estabilidad por el turismo, esa es nuestra principal fuente, por ello es que nadie hablará del pasado… porque eso conllevaría que la gente ya no quisiera venir…
-Te refieres a lo que me hicieron a mí y los demás-Esta vez lo interrumpió InuYasha, ansioso de querer saber más.
-Así es… como decía, esta isla era precaria, muchas mujeres morían dando a luz o personas con enfermedades que quizás en el continente se podían curar, acá no lo lograban por la falta de avances médicos…-Miró a InuYasha con tristeza preparado para contar como todo se volvió un desastre-Entonces… llegó Naraku en un avión con un grupo de seguidores. Se presentó como un Pastor religioso que venía a ayudar a la isla, traía mucho dinero, demasiado… y con eso rellenó los huecos de esta isla que todos necesitábamos de forma desesperada, el hospital y el colegio fueron construidos gracias a él y su grupo. Ellos habitaron una zona de la isla algo más alejada, pusieron cercas y controles de vigilancia, quizás los han visto…-Ambos asintieron, recordando Kagome en su paseo del primer día que los vio de lejos, InuYasha lo había notado cuando estaba buscando a los tipos que habían viajado a la isla, no le dio mayor importancia en aquel momento-Ese era su territorio… solo entraban los de su grupo, después también podían ingresar los que se sumaban a su religión… quizás ahora parezca absurdo, pero a gente desesperada, pobre y sin educación, es fácil engañar… ver que alguien aparenta ser bueno y les da lo que necesitan genera fidelidad y admiración. Naraku tenía una personalidad atrayente y encantadora, pronto todos estuvimos siguiendo lo que predicaba y se volvió para nosotros en la palabra de un Dios…
InuYasha no pudo evitar que un sonido de asco emergiera de su boca al escuchar esas últimas palabras, para él solo era un ser deplorable y malvado, junto con quienes lo rodeaban.
-Nos embaucó… jamás pensé que sus objetivos eran tan oscuros, no lo aparentaba… una sola vez una niña mencionó que Naraku… la había tocado, pero ninguno de nosotros lo creyó-Su voz frustrada cortó el relato, llevándose la mano a la cabeza-Lo siento, para mí también es difícil recordar como las señales estaban ahí y no la vimos… nadie… nadie….-Su garganta se apretó, debió tomar otro sorbo de té para continuar, el cálido líquido lo reconfortaba.
Kagome sentía su estómago comprimido, comprendiendo que Naraku no era solo un psicópata maltratador, también había transgredido sexualmente a niños y niñas. Su corazón se estrujó al pensar que quizás InuYasha también lo había vivido. Podía suponerlo por la tensión de su quijada y sus puños apretados sobre las rodillas ante esa mención del lugareño.
-Naraku dijo que la niña era una prueba del diablo… todos le creímos a él, la mandaron a aislamiento para purificarla… tiempo después cuando salió del confinamiento se suicidó… se colgó, solo tenía doce años…-Sus manos aun sobre su cabeza reviviéndolo todo lo hacían sentir miserable-Naraku hizo una ceremonia advirtiéndonos de los pecados y de las tentaciones del diablo, de lo prohibido que estaba mentir o blasfemar el nombre de él… no intento justificarnos, pero para que puedan comprender, éramos todos ignorantes, sin estudios, era la primera vez que teníamos ayuda y él hizo calzar todo a su favor. Nadie se atrevía a contradecirlo… cuando ya estábamos atrapados en su telaraña comenzó con castigos físicos. Naraku se volvió el principio y el fin de la isla, era todo y nosotros lo seguíamos porque así debía ser, porque nos había salvado de la pobreza, porque había ayudado a nuestros niños, niñas, mujeres y ancianos-El abuelo miro a InuYasha y a Kagome con los ojos vidriosos-Era como si él incluso pudiera leer nuestros pensamientos, tenía miedo de pensar mal de él, me aterrorizaba cuando una idea así se formaba creyendo que él lo sabría…-Se rompió y las lágrimas surgieron, tapándose con las manos el rostro avergonzado, no pudo aguantar más la pesadez de su corazón, la culpa, la rabia, la tristeza, la impotencia, el pesimismo, todo era abrumador y confuso para el anciano en ese momento.
-Señor Takashi…-Susurró Kagome, levantándose de su lugar, acuclillándose frente a él, depositó su mano sobre su rodilla-Usted y todos fueron manipulados por él… es también usted una víctima de todo esto-Le dijo sin poder evitar que finalmente también de ella se deslizaran lágrimas-Tuvo que ser terriblemente difícil… para usted y para todos cuando el temor se instaló en cada uno…
InuYasha tenía deseos de salir corriendo directo a matar a Naraku, jamás había deseado tanto matar a alguien como ahora, incluso dentro de esa prisión su mayor anhelo era encarcelarlo para que tuviera la misma dosis, pero ahora, solo imaginaba diferentes formas de poder destrozarlo. Le asqueaba tener esos pensamientos, no quería rebajarse a ese nivel, era una batalla en su mente. Se centró en la espalda de Kagome y su cabello meciéndose suavemente por el viento, el aroma que desprendía, la calma que transmitía lo ancló nuevamente a la realidad fuera de su corazón atormentado.
-Todavía no dices como fue que nací en esto-Dijo InuYasha mirando sus garras y mostrando sus colmillos, Kagome se volteó a verlo un poco molesta por presionar al hombre, sabía que él estaba hambriento de respuestas, pero también a ella le afectaba ver al lugareño tan triste.
-InuYasha… quizás deberíamos parar aquí…-Ofreció suavemente.
-No-El lugareño se retiró las manos del rostro secándose las últimas lágrimas-Necesito sacar esto de mi ahora, por ti, nieto, por Izayoi, por todos lo que no están… gracias niña-Acarició la cabeza de Kagome con amabilidad-Ya estoy mejor…
Kagome asintió y retornó a su lugar junto a InuYasha, quien se había cruzado de brazos y movía la pierna rápidamente.
-Un día Naraku nos dijo que había tenido un mensaje divino, tenía la misión de crear una nueva raza para Dios, para ello tomaría a las mujeres más fieles… entre las elegidas estaba mi hija Izayoi-Su garganta se apretó nuevamente pero tragó fuerte para continuar-También mi sobrina Shio… que fueran elegidas era la máxima virtud de Dios, así nos lo presentó, así lo creímos, íbamos a ser testigos de algo maravilloso… y créeme que a pesar de todo, para mí lo es, porque Izayoi te dio luz a ti, InuYasha, Shio tuvo a Shiori… pequeños bebes con rasgos diferentes-InuYasha no sabía si sentirse alagado con ello, para él tener esas orejas de animal no eran algo agradable, quería ser igual que todos, deseaba haber tenido una niñez normal y no ser parte de esta trágica historia.
-¿Cómo fue qué la madre de InuYasha quedó embarazada?-Consultó Kagome queriendo entender mejor el orden de todo.
-Técnicamente no sabría decirte, pero Naraku y sus hombres construyeron en el terreno flotante que está en la parte posterior de esta isla un edificio… allá se las llevó, sé que las ultrajó… y que también le inyectaron algo a mi Izayoi y Shio… luego de eso quedaron embarazadas, pero no todas sobrevivieron, muchas no toleraron esa inyección al parecer y murieron, nadie lo cuestionó, era la voluntad de Dios…-Movió la cabeza en negación-Ahora que lo digo suena tan ridículo…-Rio sin ganas- Izayoi y Shio debían ir regularmente con InuYasha y Shiori a exámenes, luego comenzaron a probar sus habilidades… en ese punto Izayoi ya no quería ir más, porque cada vez que volvían InuYasha regresaba herido y llorando. Ese fue el punto en el cual comenzamos por primera vez a dudar de Naraku… ¿Por qué Dios le haría daño a niños y niñas?... para ese momento la mayoría de las criaturas que nacieron habían muerto…
-Los vi morir a mi lado, en cada maldita prueba, electricidad, balas, pruebas de fuerza siendo aplastados… los vi-InuYasha enterró sus garras en la palma de su mano para desviar el dolor emocional al físico-Pero mamá seguía llevándome… hasta que me dejó allí.
Kagome sentía que se iba a ahogar, tenía dificultades para respirar, era demasiada información cruel que procesar y no se sentía preparada para seguir escuchando, a su vez, quería permanecer allí para estar con InuYasha, para entender con él, para apoyarlo a él.
Kagome recordó su infancia dulce y tranquila, a pesar de la muerte de su padre, tuvo una buena vida con su familia, era amada y cuidada por todos, en su cumpleaños su madre le hacía su comida favorita, el abuelo le daba algún regalo absurdo del templo y Souta le cantaba canciones. Era afortunada de haberlos tenido como familia y crecer con ese amor.
Las lágrimas no paraban de deslizarse, pero estaba bien, sentía que estaba llorando dándole honor a todos esos niños y niñas que murieron por la maldad de un hombre. InuYasha la miró preocupado, ella le sonrió débilmente.
-Estoy bien, solo me emocioné… continúe, por favor…-Pidió la joven, preparándose para tolerar lo que siguiera del relato.
-Una semana antes, de manera secreta una embarcación salió de la isla por ayuda, todo esto de los niños y niñas muertos había sido demasiado, ya nadie podía seguir callando… Naraku por supuesto, tenía espías en varios lugares por lo que se enteró y días antes de que ellos llegaran con la ayuda, mandó a llamar a tu madre, Shio y una joven más que su hijo también había sobrevivido…
-Kouga.
-Si…Kouga…-Asintió, se frotó las manos sintiendo escalofríos debido a lo agitado que estaba su corazón- Naraku amenazó a Izayoi y a las demás, les dijo que debían trasladar a los niños antes de que llegara la ayuda o explotaría toda la isla por contradecir el deseo de Dios, temerosas de eso debieron hacerlo.
InuYasha apretó los puños rememorando aquel día que cambiaría su vida para siempre, era doloroso, como si su cuerpo reviviera las emociones donde el temor primaba.
-Cuando vinieron dos representantes del gobierno Japonés y dos de los que financiaban todo, hablaron con la comunidad, ellos no querían que esto se supiera, mancharía el honor de Japón y de cada poderoso que había creído en Naraku. Entonces ofrecieron altas suma de dinero e inversión en turismo para dejar atrás todo esto, se hizo una votación e increíblemente la mayoría acepto-Negó con la cabeza-Voté en contra, ¿Cómo podía el dinero tapar esto? Me parecía inaceptable, pero en la isla siempre se han respetado las votaciones, se acordó que quien hablara de esto luego de recibir la compensación sería encarcelado, sin derecho a juicio por violar un contrato que tuvimos que firmar. Luego ellos hicieron algo más, sin previo aviso bombardearon la zona donde estaba la base de Naraku en la isla posterior, nos dijeron que no quedó nada…-Guardó silencio un momento reconsiderando sus siguientes palabras, miró a su nieto como si lo viera por primera vez, alojándose el amor en su corazón-Pero no fue así porque estas acá…
-Siempre estuvimos ahí, eso fue un montaje, yo lo recuerdo… recuerdo que nos metieron en el subterráneo y nos dijeron que escucharíamos explosiones, escuché también a Naraku coordinándose con alguien en la isla que le decía que ya todos habían creído que habíamos muerto…esos tipos les mintieron, las explosiones no dañaron las estructuras… ¿Acaso ninguno de ustedes fue a verificar?-Preguntó enfadado ante la reacción pasiva que había tenido la gente en aquel periodo.
-No, ellos revisaron, dijeron que todo desapareció, pusieron cercas eléctricas rodeando cada parte de ese pedazo de isla, junto con unos vigilantes los primeros diez años, además la accesibilidad allí no es sencilla, quedó prohibido cruzar a esa isla, supongo que nuestros cerebros sumisos jamás lo cuestionaron… muchos se fueron de la isla una vez recibieron el dinero, actualmente quedamos pocos de esos tiempos…-Takashi se sentía estúpido, jamás había dudado.
-No puedo creerlo… todo este tiempo allí, en cambio ustedes con su dinero…-Su pecho dolía, parecía que su corazón se iba salir en cualquier momento de su lugar, todo era un espiral de silencio y complicidad en torno a un demente, ningún dinero del mundo podría compensar lo que él y los demás habían vivido allí. De pronto InuYasha frunció las cejas oscuras-¿Dónde está mamá?
Las lágrimas nuevamente desbordaron a Takashi, hundiéndose en su sillón.
-No lo soportó, no soportó un mundo sin ti y todas las situaciones horribles que ocurrieron, se suicidó al día siguiente que dijeron haber bombardeado la isla…
Algo dentro de él se rompió profundamente, la esperanza a la que siempre se aferró en sus días de niñez y mientras crecía, volver a ver la sonrisa de su madre, esta vez él fue quien no lo soportó, se levantó y corrió hacia el prado sumergiéndose en el bosque. Necesitaba estar solo, todo estaba desvaneciéndose a su alrededor.
Continuará…
Hola, espero estés teniendo un lindo día, tarde o noche.
Creo que ha sido de los capítulos más difícil de escribir por la densidad de los relatos y la crueldad de los hechos. Cuando surgió esta idea en mi cabeza pensando en lo ocurrido en Colonia Dignidad, sabía que sería una historia oscura y difícil de trabajar, pero quería plasmarlo porque me parece importante visibilizar hechos así y a su vez, también realzar la capacidad de resiliencia de las personas.
Espero haber logrado que en este capítulo hayas podido palpar mejor la emoción, pensamientos y sentimientos de los personajes.
Si sirve de recompensa, puedo asegurar que esta historia no tendrá un final triste, pero si, para ello nuestros personajes deberán ir resignificando sus experiencias traumáticas y eso es una montaña rusa de emociones.
Gracias por sus comentarios, me encanta leerlos.
Fecha en la que terminé de escribir el capítulo: 14-04-2022.
Pd: Un breve recordatorio, yo solo escribo en fanfiction, si llegas a ver alguna de mis historias en otras plataformas te agradecería me avisara para tomar las medidas correspondientes.
