Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama

Advertencia: SPOILERS del manga


Un triste recordatorio

Mitras, 872

-¡Es hora de dormir! -mencionó la joven mientras empujaba al niño por el pasillo

-¡Aún no tengo sueño! -reclamó enérgicamente el pequeño, quién pone resistencia a ir a su habitación

-Mañana tendrás que madrugar, recuerda que debes estar presentable para la ceremonia

-Pero la princesa eres tú

-Bueno sí, pero tú también eres parte de la familia -dice la joven de dorados cabellos dedicándole una sonrisa.- Siempre lo serás

-¿Aunque no sea un príncipe? -dice el niño con melancolía

-Eso es lo de menos, eres mi hermano

-¡¿En serio ?! -exclama con emoción

-¿Me crees capaz de mentirte? -pregunta con fingida molestia

-¡Por supuesto que no!

-Bien, además recuerda que mañana también puedes ver a tus amigos

-¡Es verdad! ! Iré a dormir ahora!

-Recuerda que mañana lo primero será el aseo personal, después tomaremos un desayuno ...

-¡Hasta mañana Ymir! -las indicaciones quedan inconclusas ya que el niño con quién conversaba había emprendido la carrera como si de ella dependiera de su vida

-¡Eren! -grita frustrada la joven al ver que el pelirrojo se había escapado


...

El día de la Patria amanece con un cielo despejado y con la alegre vibra de eldianos, quienes ya esperan con ansias ver el desfile, para luego celebrar con sus seres queridos. Las calles están tapizadas con banderas eldianas: la estrella de nueve picos custodiada por dos espadas cruzadas con un fondo azul, como el mar que rodea a la isla Paradis; además de otros adornos sobre la fecha como titanes de papel y banderas de los regimientos del ejército, y es que justamente se celebraban diez años del reconocimiento mundial del Estado de Eldia, obligado a celebrarse en grande, primero con la emotiva ceremonia, luego con el desfile, seguido de la fiesta con feria, juegos, exposiciones y comida, y por último cerrar con pirotecnia.

Los mandos militares lucen sus pulcros uniformes, mientras que se dan los últimos toques a la ceremonia principal; Historia Reiss, la Reina gobernante del Estado de Eldia, camina elegantemente hacia uno de los patios del palacio real donde los niños pertenecen a la granja-orfanato que ella misma administra. Justo antes de llegar fue sorprendida por una persona que de inmediato entabla una conversación con ella.

-¿Que te trae por aquí Ymir?

-Solo quiero ayudarte con los niños

-¿En serio? -cuestiono divertida

-Si, es hora de que vaya involucrándome más en los deberes reales, además esos niños son especiales para ti

-Me alegra mucho que por fin lo entiendas, no viviré para siempre y tú serás la próxima gobernante de Eldia

-¡No digas eso madre! -soltó molesta, pero inmediatamente después surge una pizca de lástima.- Yo no creo llegar a ser tan buena reina como tú

-Yo llegué a pensar lo mismo, pero no tenía otra opción que aceptar la corona -mencionó con evidente melancolía al recordar cómo se había hecho del trono

-Mamá en verdad te admiro -dijo Ymir con toda sinceridad

Eso hizo que la Reina se detuviera impactada por las palabras, generalmente su hija no era tan expresiva y menos mostraba interés por los deberes y protocolos, pero este día hubo algo que la había hecho olvidar su apatía. Conmovida por la princesa, Historia se acercó lentamente mirándola con toda la ternura que una madre puede tener, sabía que no eran tan apegadas como quisiera, ya que sus obligaciones después de la Guerra de Paradis no le permitían gozar de mucho tiempo juntas, pero el poco tiempo para Ymir lo aprovechaba, dándole todo el cariño que ella nunca tuvo de su madre.

-Gracias mi amor -mencionó con una dulce sonrisa.- No temas, serás una buena reina, ya lo verás.- La tomo de la mano para juntas llegar donde sus pequeños invitados los esperaban

-¡La Reina! -infantiles murmullos las recibieron

-¡Buen día mis pequeños! -saludo firme pero amable la Reina, los niños le respondieron el saludo.- Hoy es un gran día para Eldia, así que como sabemos nos dirigiremos a ver el desfile y después irán a la feria a divertirse, necesito que no se separen y no hagan travesuras.

-¡Si Majestad!

-Procederé a pasar lista así que como vayan escuchando su nombre van formando una fila

Los infantes de aproximadamente diez años, esperan ansiosos poder ver a los militares y los carros alegóricos desde una tribuna especial para ellos, aunque algunos están más entretenidos jugando que oyendo a la reina.

-¡Sasha! ¡Connie! -Historia eleva la voz, los niños rápidamente se forman

"Son tan traviesos" piensa la princesa al reconocer al par de niños que siempre estan bromeando

-Marco, Thomas, Mina, Franz, Hannah, Daz ...

Ymir se mantiene seria desde su lugar, sin embargo, es lo suficientemente inteligente para notar como los ojos de su madre brillan al decir esos nombres, se pregunta porque esos niños son especiales. Sabe que fueron dejados huérfanos apenas nacieron por culpa de la Rebelión de los Muros, cuando se aceptó firmar los Tratados de Hizuru, los cuales, la fracción jaegerista que aún quedaba los consideraba humillantes para Eldia, y gracias a su terrorismo, un nuevo baño de sangre se dio dentro de los dos muros restantes. Los bebés fueron llevados hasta el orfanato donde se les procedió a nombrarlos: Erwin, Hans, Levi, Mike, Nanaba, Gelgar, Lynne, Henning, Moblit, Keiji, Nifa, Abel, Aurou, Petra, Gunther, Erd, Marlene, Dita , Lucas, Dirk, Klaus, Moisés, Lauda, Rashad, Dieter, Iván, Ilse, Keith, Sandra, Holger, Lobov, Isabel, Furlan, Sayram, Dot, Hannes, Marlowe, Ian, Mitabi, Darius ... y en especial Eren. Ymir siempre se ha preguntado porque de toda esa generación de niños, solo uno fue escogido por la reina para criarlo como hijo propio, aunque no tenía derecho a la corona, el simple hecho de llevarlo a vivir al palacio con ella, afirmaba un oscuro misterio en su tan perfecta madre.

-... Annie, Berthold y Reiner, son todos

Historia dio nuevas indicaciones, que sacaron de sus pensamientos a Ymir, la princesa obedeció junto con los alegres niños, mientras se preguntaba donde estaba Eren que aún no llegaba.


...

El pequeño de rojizos cabellos y grandes ojos verdes frunce el ceño, ante la negativa de su madre.

-Hay mucha gente como para que vayas tú solo, además llegaste tarde a la ceremonia

-Solo fueron cinco minutos Majestad -se excuso Eren.- además Ymir puede acompañarme -dice entusiasmado ante su idea

-Lo siento Eren, no puedo hacer eso

-Prometiste que vería a mis amigos

-Estuviste con ellos en el desfile -comenta Ymir

-Me refería a ...

-¡Majestad! ¡El área está despejada! -dice un soldado recién llegado.- Tenemos órdenes de escoltarla hasta el palacio

-De acuerdo, Ymir y Eren vengan conmigo -ordena Historia, cuando de repente cambia su gesto de seriedad a sorpresa.- ¿¡Eren !?

-Se escapó nuevamente -bufa Ymir ya acostumbrada a ese hábito del niño

-Lo mandaré a buscar y luego le daré un buen correctivo -exclama molesta la mayor.- Mientras regresemos al palacio

Eren logro escabullirse de su familia en un pequeño descuido, y ahora estaba en las calles de Mitras, sin embargo, el pequeño osado tuvo que admitir que su tutora tenía razón, porque en el mar de gente fue imposible distinguir a sus amigos, estaba en su concentrada búsqueda cuando topó con un agradable conocido.

-¡Max ayúdame! Solo salí para ver a mis amigos y me perdí

El joven soldado con quién se había topado, lucia su impecable uniforme de las Tropas Fronterizas, mientras que tenía una cara de disgusto

-¡Eren! ¡La reina mandó a buscarte! ¡Es hora de regresar! -recrimino el soldado

-Solo serán unos minutos, no tardaré -rogó poniendo ojos de cachorrito

El joven castaño resopló dándose por vencido, había conocido a Eren desde bebé y le había tomado mucho apreció, tanto que a veces pecaba de consentidor.

-Cinco minutos, si no los encuentras, regresaremos, no quiero causar el enojo de la reina

-¡Gracias Max!

No habían dado ni cinco pasos cuando de pronto un relámpago surca el cielo y la tierra se tambalea por unos segundos.

-¿Qué fue eso? -cuestiona Eren

-¿Un terremoto aquí? -pregunta confuso el joven Max

Ymir junto a su madre estaban siendo escoltadas por la Gendarmería Real, casi llegaban al palacio, cuando de momento se escuchó un tronido y el cielo se iluminó por un instante, lo que hizo que el carruaje se detuviera.

-¿Qué pasa? -cuestiono la reina

-Al parecer cayó un rayo -contesto su soldado guardián

-¿Un rayo con el cielo despejado? -Historia tuvo un raro presentimiento, pero sobre todo ese fenómeno le hizo recordar algunos hechos que parecían muy lejanos

Mientras la gente se preguntaba qué ocurrió, inmediatamente los cuerpos militares se movieron a averiguar el motivo del raro fenómeno

-Su Majestad es mejor que la llevemos al palacio

Ymir notó el nerviosismo de su madre, pero no se atrevió a preguntar nada. El carruaje apenas retomó su paso cuando un ser gigante apareció de la nada en medio de la ciudad, la gente primero se quedó pasmada en sus lugares debido al shock, incluso algunos creyeron que trataba de una atracción bastante realista, pero cuando el gigante de una patada sacó volando un carro cercano, fue cuando el caos se desató.

-¡Eso es ... -trato de hablar Eren a la vez que corría junto a Max y la multitud

-¡Un titán! -dice asombrada la reina desde la ventanilla del carruaje

-¡La reina! -recuerda Eren

-¡Ella está protegida, busquemos un lugar seguro! -dice Max.- No te preocupes la Gendarmería luchará con todo, antes de que esa cosa pueda tocar a la reina


...

Todos corrían con desesperación, provocando una estampida donde murieron varias personas, otras sucumbieron ante los escombros que cayeron sobre ellos, pues durante su avance al palacio real, el titán destruyó las casas de su alrededor. La Gendarmería Real que había hecho su aparición, dispararon los cañones provocando una humadera que por un momento dejo sin visibilidad a los presentes.

-¡No puede ser! -exclama un soldado con frustración al ver en una pieza al titán

-¡Usemos las lanzas relámpago! -sugiere otro soldado

En corto, los soldados atacan ágilmente a aquel ser gigante, mientras se preguntan de donde salió, si la Guerra de Paradis, extinguió a todos los titanes. El sonido de las explosiones hacen eco y algunos celebran la victoria; sin embargo el gigante no parece inmutarse por unos minutos, el humo se dispersa y deja ver el poco daño de las lanzas. En un parpadeo aplasta a todo el pelotón de soldados que lo habían atacado, sumiendo en un miedo inmovilizante a los demás. Eren ve desde lo lejos ésto, y soltandose de Max, se dirige en dirección contraria a la multitud que corre por su vida.

"La reina y la princesa están en peligro"

Ymir no puede creer lo que está pasando, el día más festivo y alegre de Paradis, está siendo manchado con sangre inocente por culpa de un titán. La gente corre desquiciada y los niños lloran cuando antes todos reían y gritaban de júbilo, los militares no pueden creer que las armas no le hacen ni un rasguño, acobardándose y hasta huyendo, y ella ni siquiera se puede mover, ni siquiera cuando el gigante se dirige a su lugar. Aquel ser de mirada gélida y tan alto como un edificio, camina solemne abriéndose paso entre cadáveres y humo, no era como lo esperaba, lo creía como una criatura deforme y tonta, hambrienta y débil; pero este titán de piel blanca solo le trae un solo pensamiento: muerte.

-¡Ymir! -escucha su nombre, su madre la sacude sacándola por un momento de sus devastadores pensamientos.- ¡Escúchame! ¡Tienes que vivir! ¡Vete ahora!

La princesa ve a su madre decidida, aun así, no quiere entender el significado de esas palabras, tiembla de pies a cabeza y permanece en el mismo lugar, hasta que siente vibrar el suelo y una sombra la cubre, el titán ha llegado hasta ellas.


...

Historia miraba impotente al gigante que apareció de la nada, o eso parecía, pues ella como Reina de las Murallas sabía cual era la causa de su repentina aparición, lo que no comprendía es como había pasado esto, después de que élse llevó la maldición titán en la guerra de Paradis. Se supone que todo había terminado allí, incluyendo su tarea de engrendrar a cuantos niños pudiera, quedándose solo con su adorada Ymir.

Aún con miedo, trato de luchar una vez más, sabía que no era una coincidencia que apareciera en este día y menos a unos pocos metros de ella, también sabía que no podía hacer mucho, salvo tratar de "hablar" con el titan y poner a salvo a su gente. Sacudió a Ymir que estaba pálida, le pidió correr y refugiarse del peligro, pero la joven estaba llena de miedo que no se movía; entonces le tomo del rostro juntando su frente con la de su hija:

-Ymir, por favor, vive, se fuerte, se feliz -suplicó la reina con tono suave

-¿Mamá?

-Recuerdalo Ymir, te amo -abrazó con toda su fuerza a su heredera, deseando nunca más separarse de aquella joven, que si bien fue concebida por conveniencia, la amaba con todo su ser. Ymir comenzó a llorar mientras se aferraba a su madre, deseando que todo fuera una pesadilla, por desgracia, eso era tan real que hasta que el suelo sacudió y pronto se oscureció.

Historia soltó a Ymir, llenándose de valor dio la cara a tan horrible ser, tragó saliva al ver que no se trataba de ningún titan conocido en sus épocas de ojos azules como el hielo y su extraño porte elegante le causaron escalofríos, sentía como si fuera la encarnación de la mismísima muerte.

-¡Soy Historia Reiss! -gritó.- ¡Soy la reina de Eldia, ¿quién osa manchar de sangre esta nación en tan digno día?!

El titán no contestó ni tampoco se movió, solo poso su mirada en la monarca.

-Dime ¿quien eres y que quieres para aparecer de este modo? -cuestiono enfurecida por ser ignorada, aunque tampoco creía que el responsable se aparecía así de la nada, lo más probable es lo que pensara lo mismo que Reiner, Berthold o Annie cuando se infiltraron.

-¡¿Que quieres?! ¡Dilo de una vez! -o tal vez sería como Grisha, pensaba, cuando arrebató el poder del titán fundador de Frieda. De pronto vio un destello en la mirada del titán, sin embargo, no era a ella a quien miraba, sino a su hija que estaba detrás. Su instinto materno fue lo suficientemente rápido para sacar a Ymir del área de peligro, aunque eso significara su fin.


...

-¡Eren! ¡Espera! -gritaba agitado Max detrás del chiquillo que se acercaba al palacio

Eren apenas y lo escucha, sigue su camino hasta su hogar, no sin antes pasar sobre los estragos hechos por el titán: cuerpos destrozados, escombros, pólvora, sangre; siente ganas de llorar y maldecir al mismo tiempo, nunca se imaginó que de verdad conocería a esas bestias que hacían mucho daño y por lo cual los eldianos se encerraron en los muros, ahora conocía el miedo y la impotencia de sus ancestros. Pero mientras su familia estuviera bien, podría seguir adelante, un poco más y alcanzaría a mujeres.

El titán está cerca, muy cerca, y lo único que puede hacer es observar. En un acto heroico, ve como Historia Reiss empuja con toda su fuerza a su única heredera, dejándola a ella sola al alcance del titán; el gigante extiende su brazo, tomando a la menuda reina, quién parece una muñeca ante su tamaño.

-¡Majestad! -grita Eren mientras lanza una piedra a los pies del titán

-¡No te acerques! -grita Max, quien pese al temor lo sigue

-¡Majestad!

-¡Espera! -grita el joven mientras forcejeaba con el niño

El soldado fronterizo siente la desesperación del chico, pero por más que trate de hacer algo, sabe que será en vano, haciendo uso de su fuerza bruta carga al niño con su brazo derecho, mientras que con el otro, jala a la temblorosa princesa, y se lanza lo más rápido posible lejos de la amenaza titán.

-¡Déjame ir! ¡Bajame! ¡La reina!

Historia desde lo alto escuchó al niño llamándola, dejó caer lagrimas de felicidad y tristeza a la vez, había criado a ese pequeño al cual le dio un nombre, junto con Ymir se convirtió en una de las sorpresas mas gratas de su vida. Vio como un soldado ponía a salvo a sus hijos, sonrió amargamente, recordando desde su tierna infancia al lado de la única persona que la quería, Frieda, pasando por su época de soldado, donde solía llevar una máscara de dulzura y sacrificio, la cual nunca pudo engañar a su mejor amiga, sobre la revelación sobre su origen real y todo lo que tuvo que pasar para que ella se coronara, así como la noticia de que había un mundo más allá de los muros y se sorprendió al encontrarse con gente de otras culturas. Visualizó una vez más todo lo que llevó a la Guerra de Paradis, a aquel que fue el motivo de la guerra y a esos amigos que llevaría siempre en su corazón.

El titán no escuchó los gritos desesperados del niño, apretando fuertemente a la reina, quién da un grito desgarrador al mismo tiempo que escucha el crujir de sus huesos.

"Ymir ... Eren ... vivan ... amén ... y luchen"

-¡Mamá! -grita eufóricamente Eren, inconsciente ya, de la forma en que se dirige a la reina.-¡Detente!

El monstruo dirige a su presa a sus fauces; mientras Max corre con todas sus fuerzas arrastrando a una princesa apanicada, que lo único que hace es cerrar los ojos y murmurar incoherencias, y cargando con un pequeño que no puede apartar la mirada de tan macabro espectáculo, viendo en cámara lenta cómo su madre adoptiva es devorada por un titán.

La sangre carmesí cae en forma de rocío, dando un ambiente salvaje e inolvidable, como si todo el horror de una pesadilla lejana regresara después de un parpadeo, pues en ese momento Eldia recibió un triste recordatorio: a pesar de todo lo realizado, siempre habrá alguien para destruir la paz ilusoria.


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***Notas***

*Puede que parezca una historia repetitiva y algo lento, pero como dije es una línea alternativa y es el principio, tenga paciencia.

*Gracias por leer.