Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.
Promesa
Mitras, 872
Habían pasado cinco días desde la aparición del gigante en Mitras y el ambiente seguía tenso y confuso, aún no se daba con alguna pista sobre el o los causantes de las desgracias del día de la Patria, pero tampoco llegó la invasión titán que tanto temían, más bien parecía una especie de atentado contra la monarquía o contra Eldia mejor dicho, pues después de que la noticia se expandió, las naciones aliadas se pusieron a la defensiva, empezando con Marley; solo Hizuru seguía manteniendo sus relaciones normales con Eldia, si a eso se le suma que nuevamente los extremistas llegaron a provocar uno que otro disturbio que no paso a mayores, la ideología del renacimiento del imperio eldiano seguía viva, solo que ahora seguían a un tal Lummer.
Los servicios fúnebres se estaban llevando a cabo en el palacio real, los féretros de las personas muertas aquel trágico día se llenaban de flores y lágrimas de sus seres queridos. Solo uno de los cajones se mantenía distante y siendo custodiado por los gallardos gendarmes, a su lado una joven vestida de negro y mirada vacía hacia guardia junto con un pequeño de rojizos cabellos. La princesa Ymir no lloraba pero parecía pérdida, pues sabía que aquel féretro estaba vacío, ella había visto con sus propios ojos como su madre era devorada por un titán. Eren en cambio mostraba molestia e incomodidad, él también sabía que no había cuerpo al cual guardarle respeto en ese ataúd, el prefería que dieran con el paradero de ese titán o lo que fuera, porque después de cometer el atentado, de su gigante cuerpo expulsó una especie de vapor y desapareció sin dejar rastro. Eren también contemplaba a las demás personas que lloraban a sus familiares, deseaba profundamente que sus amigos y su familia no fueran algunas de las decenas de víctimas, pues desde que Max Carstedt lo puso a salvo junto a la princesa, ellos quedaron resguardados sin alguna interacción exterior fuera de la milicia y políticos cercanos; tampoco deseaba escaparse como en otras ocasiones, Ymir se veía desconsolada como para dejarla sola, la reina siempre le pidió que ambos se cuidaran, y como última voluntad con aquella que fue como una madre, protegería y estaría para Ymir pasará lo que pasará.
Ya atardecía cuando la mayoría de los deudos se habían retirado resignándose a regresar a casa sin alguno de sus familiares. Uno de ellos era Jean Kirstein, quién dejaba un precioso ramo de rosas blancas al pie de una tumba.
-Lamento no haber pasado más tiempo contigo, lo siento mucho -decía con voz suave y melancólica.- Solo puedo prometerte que haré mi mejor trabajo para dar con el asesino -apretó los puños y cerró los ojos un momento para controlar su ira.- Y también... bueno seré una mejor persona, hasta que estés orgullosa y nos volvamos a encontrar.
Dio un suave beso a las rosas y se puso de pie dispuesto a irse, cuando se cruzó con una mujer de cabellos rubios, a quien inmediatamente reconoció.
-¿Cómo sigue? -preguntó directo
-No hay un buen pronóstico -contestó la mujer rubia bastante cansada y triste, cosa que no pasó desapercibida para Jean
-¿Has estado de turno todo el día verdad?
-Así es, no quiero dejarla sola
-Bien, descansa, yo me haré cargo
-¡Pero señor! usted también necesita descansar
Jean no tenía tiempo ni ganas de discutir, aunque fuera un gesto amable de su parte.
-Es una orden -mencionó seco
-¡Si señor! -la soldado no tuvo más remedio que obedecer
Así se encaminó al Hospital de Mitras donde se hallaban varios heridos del ataque, ahí se encontraba una persona especial la cual por fortuna salió viva, pero muy herida. Debía de ir a cuidarla, aunque él tampoco estaba en la mejores condiciones, suficiente estrés y además casi no había dormido, se sentía tan cansado que hasta llegó a imaginarse a cierto amigo del pasado ahí en los jardines del palacio, se talló fuerte los ojos para hacer desaparecer esa imagen y siguió su camino.
-Vaya suerte la mía
...
~ Flores silvestres meciéndose en el viento son manchadas de escarlata
Unas grandes fauces abriéndose y cerrándose salpicando sangre
Una persona siendo levantada del suelo
Un molino de viento de pronto rodeado por varios seres gigantes
Un ser humanoide entre árboles
Una gran sonrisa macabra ~
-¡¿Eh?! -soltó con angustia al despertar haciendo que el gato blanco a su lado huya
-¿Una pesadilla? -escuchó una voz femenina
-¿Ymir que haces aquí? -cuestionó el niño
-Vine a contarte una historia, y también me quedé dormida -mencionó la princesa mientras se acomodaba su cabello
Eren veía a la princesa bastante melancólica, no era para menos había perdido a su madre, pero el dolor de la joven era tan profundo que casi lo podía sentir.
-¿Ymir?
-Dime
-¿Qué harás cuando seas reina?
-¿Que? -preguntó confundida
Su mente le trajo un oscuro recuerdo de cuando la reina decidió criar a un bebé huérfano cuando ella tenía ocho años. En ese momento la detestó, porque sabía que ella fue criada por una nana de nombre Nora, a la cual le tenía un infinito aprecio y con la cual pasaba la mayor parte del tiempo; sin embargo, llevaba al hijo de un desconocido a vivir con ellas, captó la mirada dulce que la reina le dedicaba al bebé y se sintió celosa. Ella era su propia hija, le molestaba de sobremanera la actitud de su madre, ademas de los chismes que corrían dando a entender que la reina necesitaba un heredero varón y que ella sería desplazada del trono. Era aun muy pequeña para entender aquello, pero sus berrinches y desplantes llegaban a ser realmente molestos, y es que, en su inmadurez creía que mientras mas demostraba lo incomoda que estaba con el niño, lo regresarían al orfanato.
Cierto día, Historia molesta de las rabietas de la princesa decidió confrontarla, y se dio cuenta de que lo único que necesitaba su hija era un poco de tiempo de calidad, de afecto y comprensión, se asustó al pensar que estaba actuando como Alma Lenz, desde ahí, decidió demostrar todo su afecto a su hija y darle un espacio entre su apretada agenda real. También cuidaría del pequeño Eren y forjaría una familia, una no tan convencional pero de lazos fuertes y fraternos.
-Olvídalo -la miró determinado con sus grandes ojos verdes.- Lo que sea que hagas, yo estaré a tu lado
Ymir vio a aquel niño, que a pesar de ser tan travieso, era bastante maduro y cariñoso cuando se lo proponía, sin soportar la ternura que le causaba, lo abrazó. Se sintió realmente miserable, al recordar que de niña incluso planeo llevarlo a las caballerizas para que los caballos se lo comieran, y es que estaba realmente desesperada de perder su puesto de heredera, ese que ahora por primera vez le daba miedo asumir, ese que por primera vez tenía nervios de llevar la corona y que por primera vez se cuestionaba si Eren no hubiese sido una mejor opción.
-Gracias Eren
La heredera realmente estaba agradecida con por tener a Eren con ella, ahora más que nunca necesitaba un soporte, la muerte de su madre la devastó. Pero Eren, tan inocente y noble seguía a su lado y no planeaba abandonarla, una mezcla de sentimientos le llegó de pronto y viéndose libre de guardias, lloró por fin, aferrada al niño, quien solo se limito a abrazarla y darle ese afecto fraterno que ahora solo se limitaba a ellos dos.
Llegó el día de la coronación y el palacio rebozaba de gente que quería conocer a la nueva soberana, dentro de Eldia la esperanza crecía, una nueva era se iniciaba a la par de un nuevo monarca y es que fuera casualidad o simple coincidencia, la princesa tenía el nombre de su ancestro y fundadora de los titanes, Ymir Fritz. Además del momento en el que estaban, con una amenaza titán cerca y con la sospecha de las demás naciones, sacaba a flote el nacionalismo de la isla, y ponían en ella la salvación. Incluso los radicales hicieron un pacto de no agresión, siempre y cuando Eldia no recibiera ayuda extranjera, ademas la aclamaban devotamente como Ymir II. La joven de solo dieciocho años, se coronó en medio del júbilo de sus compatriotas y muy pocos aliados externos, entre ellos, los más importantes fueron los Azumabito, encabezados por Kiyomi. La nueva reina prometió defender a Eldia de cualquier enemigo o amenaza, tomó juramento a el Ejercito y al Parlamento, y para sorpresa de todos, proclamó a Eren como su sucesor, en caso de que ella no llegase a tener vástagos que le pudieran suceder.
...
Distrito Dirk, 872
El tiempo pasó y se cumplieron dos semanas desde el ascenso de Ymir, cuando la rutina de las Tropas Fronterizas se vio interrumpida por el avance en las playas de unos seres gigantes, parecidos al causante de la Tragedia de Mitras -como se llamó al suceso donde perdió la vida la reina Historia-. El lado sureste de Paradis perteneciente al distrito de Dirk, fue el campo de batalla que inmediatamente fue ocupado por las Tropas Fronterizas, mientras la Gendarmería evacuaba a los pobladores, el sonido de la diana marcó el inicio del combate.
Un novato con el uniforme de las rosas y el timón, miraba completamente asustado como sus compañeros eran devorados por esos seres, las bajas se hacían cada vez más grandes y el terreno poco a poco se iba cediendo. Lo que en un principio fue una carga confiada, se fue debilitando lentamente debido a dos grandes razones: la ignorancia y el miedo. La ignorancia jugó una parte mala a las Tropas Fronterizas, pues esos seres no eran como los titanes de hace tiempo, su punto débil no era la parte de la nuca, dando como resultado que la mayoría se llenará de miedo, al no saber qué parte atacar. Ya pasaba medio día y todo parecía indicar una gran derrota junto a un campo lleno de cadáveres, pero en el peor momento los refuerzos llegaron.
El Cuerpo de Investigación como tal, entraba por primera en combate contra los titanes, con sus equipos de maniobras y armas, se lanzaban a ese enjambre de gigantes que ya había hecho estragos.
-¡Recuerden el plan! -Clamó el comandante Kirstein.- Lo principal es hacerlos retroceder al mar.
-¡Sí señor! -respondieron los soldados
-¡Vamos!
Mientras Jean lideraba a los demás, Armin llegó hasta el mando de las Tropas Fronterizas, la Subcomandante Brzenska.
-¿Cómo va todo?
-¿En serio pregunta eso cuando puede verlo desde aquí? -preguntó con sarcasmo la mujer desde la torreón
-Me refiero a si han tenido un avance o alguna pista -suavizo la charla
-Todo lo contrario, esos monstruos no son como los anteriores, no mueren cortándoles la nuca
-¿Que? -se sorprendió ante la revelación, la nuca era la parte débil de los titanes, incluso de los cambiantes
-Son invencibles, nos aniquilaran -sentenció la de cabellos plateados
-Debe haber un punto débil, además de la nuca ¿Que otras partes han dañado?
-Todas, pero se regeneran, bastante lento pero lo hacen
-¿Algún otro detalle? -cuestionó Armin tratando de encontrarle solución a este conflicto
-Son aterradores -interrumpió el joven que se había salvado de milagro.- Ni siquiera se a donde miran
Armin le pidió al joven que le contará la descripción de los titanes, al escucharlo su semblante se volvió serio y hasta perdió un poco el color. ¿Que clase de titanes eran?, no se parecían a los titanes que él vio. Su color de piel era blanquecina con tonalidades verdes y grises, sus ojos eran blancos debido a la ausencia de pupilas, su piel era mas resistente logrando que solo se les hiciera daño grave con las lanzas relámpago, su regeneración era bastante lenta en comparación a los titanes convertidos por el suero, al dañarlos no derramaban sangre sino un líquido más viscoso y negro, su comportamiento era más lento y soso, pero cuando olían a un humano cercano se volvían más salvajes, además de la principal diferencia, ellos no morían con el corte en la nuca.
"¿Son realmente titanes? ¿De verdad son inmortales? ¿Cómo acabaremos con ellos en este caso?"
Jean sudaba por el intenso calor y por el arduo movimiento que hacía, aún no sabía como darle la vuelta a la situación. Estaba seguro que en temas de inteligencia e investigación Armin era el más capacitado, él era mas estratégico pues sabía contemplar el panorama completo y reconocía las capacidades de sus soldados, por eso es un buen líder y sus subordinados lo admiran. Pero incluso con esas cualidades, como Comandante nunca se había enfrentado a un problema de tal calibre, tomo el puesto cuando el Ejercito ya había renunciado a la guerra, así que las misiones ya sin titanes y sin soldados voluntarios extranjeros fue más fácil.
-¡No retrocedan! -gritó con seguridad, pero para sus adentros los nervios lo incomodaban, las imágenes de su primera vez combatiendo titanes en Trost se presentaban en su mente, acordándose del terror y la desesperanza que sintió aquel día, esos mismos sentimientos que ahora lo llenaban, solo que esta vez estaba a cargo de todo una tropa dispuesta a seguir sus ordenes. Parpadeo ante la grotesca imagen de un titán devorando a un joven novato, el modo en que le fue arrebatada la vida fue de la misma forma que aquel amigo que siempre lo apoyo cuando eran unos reclutas y que le dio un giro a su vida.
"Marco"
No lo dudo más, el sentimiento de desesperanza fue reemplazado por ira, lucharía, pero ya no con la impulsividad del ayer, ahora lo mejor que podía hacer era minimizar las bajas. Llamó a sus hombres y ordenó una nueva formación de ataque con el cual se detendrían un poco los sacrificios, al menos en lo que Armin lograba formular algún plan.
Armin seguía en la improvisada fortaleza mientras miraba el fatídico avance titán, aún no hallaba lógica para enfrentarse a esos seres. Hace mucho tiempo que no pasaba por una situación semejante y para ser honesto, se había bloqueado; aunque era el subcomandante, esta vez llevaba el peso de perder a tantos jóvenes y quería encontrar una pista para evitar más sacrificios. Miraba el mapa una y otra vez, casi rogándole a Ymir un milagro, alguna señal de esperanza.
-¡¿Aún nada Arlert?! -llamo Rico bruscamente
-No se me ocurre algo
-Si seguimos de esa manera, nos acaban en un chasquido
-No digas eso -dijo nervioso
-Pero eso parece, solo queda recluirnos en los muros hasta que encontremos una forma de eliminarlos
-Es bastante gente para solo dos muros, no podemos hacer otra ofensiva general
-Entonces solo tenemos de dos: combatirlos hasta que desfallezcamos o encerrarnos como pájaros en una jaula hasta que el gato se digne a devorarnos
"Eso es" Algo hizo click en la cabeza de Arlert.
-Tiene alguna sugerencia además de esa, algo sobre ¿como erradicar a los titanes? -preguntó ingeniosamente
-¿Un modo de derrotar a los titanes? Por supuesto que no conozco ninguno -contestó algo contrariada Rico
-Yo tampoco tengo uno, pero si un modo para contenerlos sin tener que resguardarnos en las dos murallas
-¿En serio? -se sorprendió Brzenska
-Esta vez serán ellos los enjaulados -dijo con determinación, para después de hablar su plan con la subcomandante
-¿Eso funcionará? -preguntó Rico al escuchar su idea
-Al menos ganaremos tiempo para averiguar algo que nos ayude a erradicarlos
-De acuerdo -contestó Brzenska resignada, sabía que tarde o temprano seguirían su avance, pero ella tampoco tenía un plan para eliminarlos.
Armin llamó a un soldado y le dio instrucciones para llevarlas con el Comandante Kirstein, él cual al recibir el mensaje, comprendió que en efecto no se podía hacer mas por ahora, y dio la orden de retirada. Los soldados se sorprendieron, pero tampoco querían acabar siendo comida de titán, así que marcharon a toda velocidad hacia las colinas que rodean el distrito Dirk, mientras los sosos titanes les daban persecución. Al llegar a esta barrera natural, las Tropas Fronterizas ya habían colocado redes con arpones en todo el perímetro de fácil acceso, los titanes quedaron atrapados ahí, seguían vivos y no se veían indicios de alguna anormalidad.
Mientras regresaban a las murallas, los lideres del Cuerpo de Investigación se arriesgaban a esperar a tener una oportunidad más clara para averiguar sobre los titanes y deshacerse de una vez por todas de ellos.
...
Mitras, 872
Caía el ocaso en Mitras, la joven reina se encontraba en el balcón mirando los jardines en espera de noticias del ejército, cuando cayó en cuenta que alguien se acercaba.
-¿Qué pasa Eren?
-Me preguntaba si podía hablar con usted
-Dejate de formalidades, somos familia -gruñó Ymir
-Esta bien, verás tengo un deseo y esperó que lo entiendas
-¿De que se trata?
-Entrare al ejército -soltó con seguridad
-¿Que? -cuestionó confundida, esperaba cualquier cosa menos aquello
-Seré soldado para pelear contra los titanes y protegerte
-¿Bromeas?
-No -dijo con seguridad
-Pero entonces ¿Porqué? -preguntaba estupefacta.- Eres el próximo en la sucesión, no puedes ponerte en riesgo
-¿De que sirve que sea Rey si no puedo proteger al pueblo?
Ymir abrió los ojos de sorpresa, tanto ella como Eren recibieron la mejor educación por su estatus, pero no creía que Eren resultará tan inteligente. En efecto, como soberana, tenía la responsabilidad de cuidar del pueblo, su madre siempre se lo dijo; es más, ahora que era la reina, la gente veía en ella una esperanza, de acabar con los titanes y recuperar su dignidad cómo nación. Pero ¿realmente era ella quien salvaría a su patria?, si ni siquiera entendía la decisión de su pequeño hermano.
-De acuerdo, tienes mi aprobación
Eren agradeció con una sonrisa y realizó el saludo militar
-Lo haré, y eliminaré a esos titanes o lo que sea el responsable, se lo prometo, Majestad
La reina también sonrió, aunque por dentro se estaba rompiendo, no quería que Eren fuera a la muerte segura, pero debía respetar su decisión, aún era joven y esperaba que cambiara su parecer. Más sin embargo, debía darle ánimos como su madre se los dio a ella, cada uno tenía un destino distinto. Haciendo el mismo saludo militar y con los ojos cristalinos, respondió:
-Y yo prometo ser una reina digna, y proteger al pueblo. Lucharé por Eldia hasta la muerte.
Los últimos rayos solares desaparecían, sellando la promesa de dos personas diferentes unidas por cariño fraterno inmenso, el cual de ahora en adelante sería su mas grande motivación.
O la causa de su perdición.
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..
...
***Notas***
*La ofensiva general de la que habla Armin, es aquella misión donde enviaron a una parte de la población para recuperar la muralla María y que en realidad fue para evitar la escasez de comida entre otras cosas, entre los que iban estaba el abuelo de Armin.
*La idea de Ymir de que los caballos se comieran a Eren, la saque de la película de Rugrats de hace unos ayeres XD.
