Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama
El trío E. M. A.
Stohess, 875
Después de la traumática bienvenida de parte de su instructor, Eren recorría las instalaciones de la Academia Militar. Desde que él recuerda, siempre vivió en Mitras y a veces tuvo la oportunidad de viajar con la reina Historia, pero generalmente eran viajes cortos y con un montón de guardaespaldas que no lo dejaban ni al dormir. Ahora por fin era independiente, no en la forma que hubiera querido, pero podría gozar de su vida sin que lo estuvieran vigilando a sol y sombra. Al menos de la Gendarmería si era libre, pero de las miradas sorprendidas, retadoras y hasta de desprecio, de parte de sus compañeros, eso apenas comenzaba. Lanzó un suspiró, sintiéndose por primera vez solo a pesar de estar rodeado de gente, por lo que decidió tomar aire fresco al patio.
-¿No serías capaz de hacerle daño a una dama? -escuchó una voz nasal cerca
-Entonces dámelo
-Esta bien, pero promete que no me molestaras más -pidió una voz femenina entregándole unas monedas
Eren solo pasaba por ahí, pero en cuanto escucho que una chica estaba en aparentes problemas se acerco a ver que sucedía
-Déjame pensar -dijo un chico de corpulenta figura, junto con otros dos bravucones rodeaba a una menuda joven.- ¿Que dicen?.- les preguntó a sus compañeros
-He escuchado que los altos mandos ganan bien, tal vez podríamos sacarle mas plata -dijo el mas flaco de los tres, los otros dos coincidieron con su opinión
-Te equivocas mi padre no gana tanto -dijo nerviosa la chica
-Ademas nos agrada la compañía de una linda chica -mencionó un tercero de cabello oscuro, con una sonrisa ladina, que inmediatamente la joven comprendió, soltándole una sonora cachetada
La chica de ojos azules se mostró sorprendida de su acto osado, pero también temía las represalias de esos bravucones, el tipo que recibió la cachetada solo se sobó la mejilla mientras respiraba pesadamente.
-¡Maldita perra! -de pronto estampó uno de sus puños en la pared con furia, la chica fue lo bastante rápida para esquivar el golpe
-¡Hey bastardos! ¡¿Como se atreven a levantar sus puños contra una mujer?! -se escucho una voz acercándose
-¡No son tus asuntos! -clamó el agresivo joven moreno
-Lo son, si veo algo tan bajo como ésto -contesto seguro el chico pelirrojo
La chica había abierto los ojos al escuchar una voz salvadora, sin embargo, para su sorpresa vio a un joven que ella conocía bien
-¡¿Eren?! -cuestionó sorprendida
-¿Anya? ¿Que haces aquí? -preguntó al notar que la chica que estaban molestando es su amiga de la infancia
-¿Eso mismo pregunto? ¿No deberías estar en el palacio? -siguió preguntando sin tomar importancia a los bravucones
-El palacio es de la reina
-Y tú eres el sucesor, ¡no deberías estar aquí! -regaño al pelirrojo
-¡No me regañes! ¡No eres mi mamá! -se defendió Eren
-¡Eres tan inmaduro! -bufó Anya cruzándose de brazos
-¡Ya basta! -gritó el líder del grupo.- No me interesa si se conocen, lo que realmente me sorprende es que tenemos alguien mas importante con quien jugar -sonrió maliciosamente
Los otros dos se acercaron a Eren, como si acecharan a su presa, pero al joven parecía no afectarle, Anya aprovechó para correr a su lado y jalarlo, sin embargo, Eren puso resistencia.
-¡¿Hey que haces?! -murmuró Anya.- Es nuestra oportunidad de escapar
-Tengo que darles una lección -sentenció Eren.- ¿No quieres que te vuelvan a molestar verdad?
-No -murmuró la chica.- Pero no tienes que hacer nada, son tres contra uno
-¡Oye tú, no debiste molestar a mi amiga! -ignoró la sugerencia de Anya
-¡Oh! ¡¿Quien me lo ordena?! -contestó el bravucón mayor.- ¿El príncipe de Eldia acaso? -dijo a modo de burla
-Te daré tu merecido -dijo Eren poniéndose en posición de ataque, algo que había aprendido de Max Carstedt a espaldas de la reina
-No quiero lastimarte, Alteza -dijo la ultima palabra con un evidente sarcasmo
-Bien, prepárate porque aquí no cuenta la jerarquía
El chico corpulento se lanzó primero al ataque, sin problema Eren pudo esquivarlos hasta ver que uno de sus puñetazos iba directo a su cara, en un movimiento rápido lo jalo hacia él y golpeo sus talones haciéndolo caer. Antes de poder levantarse, Eren lo sometió con varios golpes en la cara, Anya solo veía a su amigo, conocía la fuerza de Eren y más si estaba enojado, así que decidió no intervenir; sin embargo, los otros chicos viendo que su líder estaba siendo humillado, se fueron contra Eren, lograron derribarlo y empezaron a patearlo sin cesar.
-¡Hey! ¡Eso es trampa! -apenas pudo decir Anya, no podía ayudarlo más que para tratar de apartar a los furiosos abusivos jalándoles la ropa, aunque en uno de sus pobres intentos fue a caer de espaldas. Con los ojos llorosos por ver a su amigo siendo golpeado por defenderla y ella siendo débil, trataba de pensar en algo.
-¡Oigan! -sonó una voz masculina bastante intimidante.- ¿Que creen que hacen cobardes?
-¡No te metas donde no te llaman! -dejaron de patear al pelirrojo para ver a otro molesto intruso
-Deberías saber que es el próximo rey -dijo secamente el recién llegado, un chico de su misma edad pero de un porte algo amenazador
-¿Y que? ¿Vas a defenderlo? -se burlo un abusivo
-Solo quiero equilibrar las cosas, él es capaz de defenderse uno a uno -dijo mirando a Eren que se sobaba el abdomen
-Pues pruébalo -reto el tipo flaco, a pesar de tener esa aura de peligro, su apariencia no era tan amenazante, con su piel blanca, su cabello negro y sus almendrados ojos grises, parecía mas un muñeco de porcelana que un recluta del ejercito
-Como quieras -Anya iba a protestar pero los abusivos se volcaron contra el joven entrometido
De manera sorprendente el joven leyó los movimientos de sus atacantes y se adelantó a ellos, dándole un rodillazo al líder que lo dejo sin aire, luego le dio un codazo en la cara al flaco que se distrajo al ver a su amigo caer, unos dientes salieron volando por el brusco golpe. El último de los bravucones fue más sensato y prefirió observar antes de atacar, o eso haría, pues el joven ya lo estaba acorralando con una serie de puñetazos rápidos, en su intento de atacar dándole un golpe en el estomago, el de cabellos negros se giró para esquivar el golpe y de pasó aprovecho para tomarlo del cuello y del cinturón para impactarlo con fuerza en el piso. El bravucón soltó un quejido mientras su espalda se arqueaba por el dolor, mientras el joven ganador solo se sacudió las manos.
-Eso estuvo cerca -clamó Eren mientras se limpiaba el hilo de sangre de la boca, ayudado por Anya
-¿Ahora que hicieron? -cuestionó su salvador
-¡Murakumo! -chilló Anya.- ¡Gracias por salvarnos!
-¿Estas bien Eren? -preguntó preocupado
-Si lo estoy -en eso cayó en cuenta que sus mejores amigos estaban en la Academia para volverse soldados.- ¿Pero porque están aquí?
-¿Es lo mismo que me pregunto? -cuestionó Murakumo.- En especial tú Eren
-No es obvio, estoy aquí para convertirme en soldado y proteger a Eldia
-Creo que serías de más utilidad si te quedaras en el palacio -comentó francamente el moreno
-No quiero ser Rey -dijo Eren.- No hasta que sea lo suficientemente fuerte
Anya recordó que Eren había visto muy de cerca al titan de la Tragedia de Mitras, y peor aún vio la muerte de la reina Historia que lo había criado. Entendía un poco su causa, aunque también lo consideraba arriesgado por tratarse del sucesor al trono.
-Si la reina esta de acuerdo, supongo que no hay problema -soltó Murakumo.- Aunque a mí no me convence
-¿Y que hay de ti? -Eren miró fijamente a su amigo
-Solo quiero librarme de esos malditos monstruos que nos tienen prisioneros -dijo serio, mientras oprimía la bandana violeta que lleva en el cuello
-¿Y tu Anya? -pregunta Eren
-Ah pues... quiero ser de utilidad en el ejercito -dice con nerviosismo.- Después de todo, es de familia
Se forma un silencio entre los tres chicos, hasta que Eren lo rompe con una suave sonrisa.
-Así que estaremos juntos en esto, realmente me alegra estar con ustedes
-Así parece -es la seca contestación de Murakumo
-¡El trío E.M.A vuelve a la acción! -exclamó Anya feliz mientras los abrazaba y sonreía, para incomodidad de Murakumo y vergüenza de Eren
...
Ehrmich, 875
-¿Me llamaste? -preguntó una vez que entró a la gran y oscura habitación
-Sí -respondió el comandante Kirstein, parado cerca de su escritorio mientras le extendía una hoja doblada, Armin la leyó rápidamente y se la devolvió
-Nos seguirán reduciendo el presupuesto -dice Armin con frustración
-Sí -Jean acercó el papel al fuego de la única vela para que se consumiera.- Se excusan en el ahorro de recursos y en que aún no encontramos nada de crucial importancia
Armin recordó que en un principio la mayoría del parlamento los apoyaban, pero últimamente estaban más preocupados por reactivar el comercio y mantenerse en sus puestos políticos.
-¿Que haremos?
-Por lo mientras seguir sus órdenes, no podemos rebelarnos
-Ya tenía pensado un prototipo de arma y un nuevo equipo de maniobras -murmuró Armin, miro a Jean quien se había sentado colocando sus manos para apoyar su mentón, como si estuviese reflexionando.- ¿Tienes un plan?
-Solo pensaba que tal vez, podríamos modificar las espadas para que sean más resistentes y así ahorrar las lanzas relámpago. Además de crear escuadrones especiales que se dediquen a alguna actividad especifica que nos ayude, como medicina o logística.
-Es una buena idea -felicitó Armin.- Sobre las armas no hay tanto problema, pero los escuadrones serían algo precarios
-Es eso o nada, he estado atento a los soldados y creo que podríamos dividirlos según sus capacidades -al escuchar a Jean, Armin inmediatamente tuvó una idea
-Tal vez podríamos hacer un escuadrón especial con los mejores soldados
-¿Que?
-Recuerdas que después de que lo llevaron a juicio por descubrir su poder titán -Jean asintió.- Quedó a cargo del capitán Levi y de su escuadrón, por lo que recuerdo se llamaba Escuadrón de Operaciones Especiales, era algo así como lo mejor de la Legión
-Ha pasado tanto que ya ni recordaba eso -se sinceró apenado el comandante
-Podríamos hacer algo parecido, escoger a los mejores soldados y hacer que ellos busquen alguna pista discretamente mientras nosotros estamos ocupados -Jean abrió los ojos de sorpresa
-No puedo creer lo que dices, no va contigo hacer sacrificios -contestó Jean.- Pero por desgracia tienes razón, alguien más tiene que averiguar por nosotros
-No me malentiendas, no pretendo sacrificar a nadie -comentó Arlert.- Al contrario serán entrenados para salir ilesos tanto de titanes como de humanos
-Todo suena bien, pero no podemos exponernos a tanto, si los entrenamos de esa manera se levantaran sospechas
-Nosotros no lo haremos, estaba pensando en que ella sería una buena maestra
-¿Hablas de ... -murmuró Kirstein sorprendido
-Sé que aún no le tienes completa confianza, pero nos las debe ¿no es así? -mencionó Armin con una sonrisa un tanto macabra
Jean sonrió resignado -Entonces tendremos que cambiarla de puesto
-De hecho todo parece indicar que el nuevo Canciller sabe arreglárselas solo -dijo Armin al enterarse que el recién nombrado Canciller no gusta de tanta protección, aunque tampoco le sorprendía su actitud
-Bien, esta decidido, formaremos a nuestro escuadrón élite -ordenó Kirstein mirando a Armin cuyos ojos brillaban de emoción.- ¿Tienes algún nombre en mente?
-Por supuesto
-Te escucho
...
Stohess, 875
-¿En verdad es él?
Eren puede escuchar los murmullos sobre él, sabía que iba a ser incomodo, pero realmente prefiere pasar desapercibido, tal vez debió usar un tinte como lo había sugerido Ymir, así no sería tan notado por su inconfundible cabellera.
-Oye flamita -llamó Murakumo en voz baja.- No quieres que los vaya a callar
-Déjalos -bufó, ahora que lo pensaba no iba a ser tan fácil como lo creyó, levantó una vez más la mirada a sus compañeros que lo observaban intrigados desde las demás mesas
-Solo ignóralos, están emocionados, no todos los años tienen al príncipe heredero en el reclutamiento -sugirió Anya
-Tienes razón -siguió comiendo
En otra de las mesas un chico de ojos marrones fruncía el ceño al ver como toda la atención se la llevaba el chico pelirrojo, comprendía que se trababa de la realeza, pero nadie opacaba su increíble personalidad, incluso todas las chicas lo ignoraban por estar pendientes del príncipe y de su amiguito el guardaespaldas.
-No se que tanto le ven a ese tipo -dijo molesto
-Es el príncipe -comentó su compañero de mesa.- Y es un honor tenerlo aquí
-Lo que digas
-Tal vez deberías tratarlo primero antes de juzgarlo -recomendó el chico rubio que lo acompañaba.- Además es nuestro primer día, con el tiempo dejara de ser el centro de atención.- Las palabras de su compañero sirvieron para calmar al egocéntrico chico
-¿Eso crees? -sonó otra voz, un trío de jóvenes con actitudes rudas se sentaron en la misma mesa
-¿Porque lo dices? -el castaño no se inmutó por sus amenazadoras miradas
-Tuvimos un pequeño incidente con ellos y acabamos heridos -soltó el tipo corpulento
-¿Porque no le contaron al instructor? -no era tonto para saber que mentían, por su pinta y porque el labio del tipo flaco estaba hinchado, pero quería ver que tipo de información sacaba de ellos
-Tienen influencias, no nos creerían nada
-¿Y alguien más los vio? -cuestionó el chico rubio con timidez
-Nadie
-Entonces veamos que hacen con varios testigos -el castaño tenía un plan en mente, así que caminó directamente hasta la mesa del trío principesco, los cuales se sorprendieron al verlo llegar con tanta confianza
-Hola Alteza -saludo con una reverencia.- Soy Bastian Steinbach, ¿puedo sentarme?.- empezó con su idea de hacer quedar mal al príncipe ante todos los demás
-Eh, seguro -aceptó Eren con un poco de desconfianza
-Sigo sin creer que el príncipe Eren sea mi compañero de tropa, no sabe que feliz me siento -comentó con fingida modestia
-Gracias
-Pero me sorprende más el hecho de que se exponga así, siendo el único sucesor de su Majestad Ymir
-No es algo que a ti te incumba -respondió Murakumo
-Murakumo eso fue grosero -dijo Eren algo preocupado
-No tendría que serlo, si no estuviera inmiscuido con los bravucones de hace rato
-¿Crees que soy como ellos? -sonrió.- Todo lo contrario, por eso vine a averiguar por mi cuenta, no me gusta seguir los rumores
-No te creo -contestó Murakumo
-Relajate guardaespaldas, estoy hablando con el príncipe -mencionó mientras Murakumo le dedicaba una mirada de molestia
-¿Que quieres saber? -intervino Eren
-Primero, me causa curiosidad porque el príncipe decidió enlistarse en el ejercito, digo, tienes a un montón de guardias para protegerte ¿porque venir a pasar esto?. Ya probaste la comida, es insípida. Apuesto que lo que sirven en el palacio es delicioso. Además tienen un montón de sirvientes y la reina es como tu hermana, increíble suerte la tuya, el que la reina Historia te haya adoptado -seguía hablando el chico, mientras Eren solo apretaba los puños, Anya se dio cuenta de aquello.- Ha de ser genial ser príncipe, si estuviera en tu lugar ni de broma vendría aquí
-¡Ya basta! -exclamó Anya.- ¡Para! No sabes lo que dices -Bastian miró a la chiquilla sorprendido, parecía una dulce y tranquila chica, con ese rostro angelical enmarcado por su corta y ondulada cabellera castaña clara
-Pero es la verdad preciosa, nadie en su sano juicio haría lo mismo que... -no acabó de hablar pues de repente Eren lo había sujetado del cuello de su camisa
-Entonces según tu ¿yo estoy loco? -reclamó Eren, todas las miradas del comedor se posaban en él
-Solo creo que eres algo suicida -respondió con sinceridad
-¡No me importa tu opinión! ¡Ni la de los demás!
-Tal vez a ti no te importe, pero date cuenta que si algo le llega a pasar a la reina, todo Eldia estará en tus manos -dijo con seriedad algo que sorprendió a Eren
-Eso lo sé -gruño el pelirrojo.- ¡Por eso protegeré a la reina como soldado!
-Eso si llegas a graduarte
-¡Ya cállate!
-¿Acaso vas a cortar mi libertad a expresarme? -retó Steinbach.- Es una señal de represión
-¡Eren suéltalo! No vale la pena -intervinó Anya antes de que pasará algo peor, Eren esta vez hizo caso
-No eres más que un niño mimado -siguió hablando Bastian.- ¿No es así Principito suicida?
-¡Ya vete Cabeza de resortes! -dijo Eren en referencia a su cabellera castaña bastante alborotada por sus rizos, cosa que irritó bastante al chico egocéntrico al escuchar las risas de sus compañeros
-¡Por lo menos no seré comida de titán!
-Yo no tengo miedo de luchar contra ellos -mencionó Eren con resentimiento.- No como tú
-Esas cosas no dan miedo, solo espantan a los débiles -seguía discutiendo.- Ni siquiera viste al titán de Mitras
-Por supuesto que lo ví -el rostro de el pelirrojo se ensombreció y su voz sonó fría.- Ví lo que son capaces de hacer
En ese momento ya todos los chicos del comedor seguían la conversación, al grado que nadie más hacía ruido o hablaba para escuchar lo que decían el príncipe y el joven retador, incluyendo al trío de bravucones.
-¿Entonces si tan monstruosos son, para que verlos de nuevo? -preguntó Bastian
-Para evitar que se repita
-¿Que tan horrible fue lo que viste como para venir a la Academia? -Eren guardó silencio ante esta pregunta
-¿Y bien? -Bastian esperaba al igual que los demás, incluso Anya y Murakumo estaban expectantes, ellos tampoco sabían que había visto Eren ese día.- ¿Nos dirás? O queda claro que eres un mentiroso
-No es fácil -fue la simple respuesta del príncipe, mientras recordaba toda la destrucción hecha por el titán
-Sabemos que varios murieron por los escombros que arrojó el titán y algunos más por una estampida, pero no hubo algo horrible como dicen -al escuchar esto, Murakumo se levantó rápidamente para asestarle un golpe para callarlo, pero antes de lograr su objetivo una voz entrecortada lo detuvo
-¡¿Acaso te gustaría ver que un titan devore a tu madre?! -gritó sin pensarlo, demasiado fuerte que todos los del comedor lo escucharon, quedando estupefactos ante tal revelación.
La información que fue proporcionada como válida, fue que la reina había muerto por las heridas de los escombros que le cayeron encima. En el funeral había un ataúd bellamente decorado donde descansaba la monarca y se había levantado un mausoleo como su sepulcro. ¿Todo eso era una mentira?. Incluso Murakumo y Anya no sabían eso, por lo que fue como si un balde de agua helada les cayera de pronto.
-Ahora lo sabes -le dijo a Bastian después de un sepulcral silencio y se encaminó a la salida, después le siguieron Murakumo y Anya
-¿Estas bien? -preguntó en voz baja su compañero rubio
-Creo -suspiró, esta vez si se había comportado como un bastardo.- Vamos a dormir Sanderson
-Si -salieron del comedor que casi estaba vacío
...
Las estrellas iluminaban el cielo de Stohess, Eren caminó rápidamente hacia el patio, necesitaba espacio para pensar. El Cabeza de resortes lo había hecho enojar ya el primer día, sin embargo, tuvo razón en algo, si a Ymir le pasaba algo, la gran responsabilidad de guiar a Eldia sería de él. En realidad, ya no sabía si seguir o mejor retirarse. Se sentó en las escaleras que daban al patio mientras observaba el cielo estrellado esperando una señal. De pronto escuchó unos pasos en dirección a su lugar, era bastante obvio de quienes se trataban.
-¿Eren estas bien? -sonó una suave voz a sus espaldas
-Quería estar solo -respondió secamente
-Es una lástima, porque ya caminamos hasta aquí -comentó Murakumo haciéndole ver que no se irían
-Como quieran -Anya y Murakumo se miraron un momento no sabiendo que hacer, sabían que lo dicho por Eren fue doloroso. Eren se caracterizaba por ser un chico algo orgulloso que a veces escondía sus emociones y daba prioridad a sus deberes, ahora entendían porque nunca habló sobre ese trágico día. Anya por fin decidió sentarse en un escalón más abajo que Eren, Murakumo tomo asiento un poco más lejos
-Sabes Eren, todos tenemos secretos que no nos gustaría admitir -empezó a hablar la castaña.- Ya sea por vergüenza, dolor, tristeza o miedo. A mi en particular me encantaría llegar a tener un buen puesto en la milicia, poner disciplina y que todos cumplan mis ordenes sin protestar
-Eso no cuenta -dijo con más animo Eren.- Lo decías desde pequeña
-¿En serio? -preguntó divertida, alegrándose por ver a Eren de mejor humor
-Si, desde pequeña eres soñadora y mandona -dijo Murakumo
-¡Oye! ¡Yo no soy así! -se defendió Anya, mientras sus amigos la miraron con incredulidad.- Solo un poco terca -hizo una mueca de desacuerdo
-Ahora que recuerdo -sonrió levemente.- Cuando los conocí, fue porque Anya estaba en problemas
~El pequeño príncipe se encontraba en los grandes jardines del palacio real en compañía de un juguetón perro que corría tras la pelota, en un lanzamiento fuerte el canino se alejó demasiado, Eren fue tras el, sin embargo, al pasar por una fuente logró escuchar un sollozo que lo inquietó. Armándose de valor se acercó para descubrir que una niña lloraba acurrucada en el suelo.
-¿Que te pasa? ¿Porque lloras? -preguntó Eren
La niña solo se sorprendió por ser descubierta en ese estado, pero no pudo contenerse y siguió llorando mojando aún mas su vestido
-¿Te caíste? ¿Te perdiste? -seguía preguntando sin respuesta
La niña simplemente señaló hacia la fuente, al principio Eren no comprendió, pero luego visualizó un muñeco de felpa en el borde de la columna de la fuente.
-¿Es tuyo? -la niña asintió.- ¿Como llegó ahí? -ante tal pregunta la niña castaña solo se puso a llorar.- ¡No llores! ¡Lo bajaré!
Eren tenía un ideal bastante noble de ayudar a quien lo necesitara, en este caso a un niña que no podía alcanzar su muñeco. Lamentablemente sus buenas intenciones no bastaron para alcanzar el juguete.
-Lo siento, no puedo bajarlo -se sincero Eren después de algunos intentos, iba a seguir disculpándose hasta que escuchó una voz cercana
-¡Devuélvemelo! -gritaba un niño de oscuros cabellos tras el perro que en su hocico llevaba un avioncito de madera
-¡Rocko suelta eso! -ordenó Eren, el can soltó el juguete
-Ahg ¡esta lleno de baba! -mencionó el niño asqueado
-Lo siento, Rocko no es malo -defendió a su mascota
-Como sea -dijo indiferente, pero pronto captó a la llorosa niña.- ¿Porque lloras? ¿Acaso también te babeo la cara? -señalo al perro
-No -respondió Eren.- Ella quiere su muñeco -señalo a la fuente
-¿Porque lo subieron ahí? -cuestionó el chiquillo
-Pues...
-Porque unos niños malos lo aventaron ahí -por fin se escuchó hablar a la niña
-Bien, te ayudaré -sentenció confiado el niño moreno
-No podrás alcanzarlo -le dijo Eren.- Yo no lo alcance
-Tú eres un enano -le insultó, cosa extraña, porque hasta ese día nadie se había atrevido a insultarlo siendo hijo de la reina
-¡¿Que dijiste?! -Eren comenzó una discusión con aquel niño atrevido, pero para desgracia de la niña aún no bajaban su muñeco, por lo que decidió ella misma hacerlo
-¿Que haces? -preguntó Eren cuando la vió subirse al borde de la fuente y estirar sus manos hacia adelante.- ¡Te vas a caer! -corrió a hacia ella sujetándola de su vestido
-¡La vas a tirar! -comentó el otro niño que copió su movimiento
-¡Dejen de pelear! -gritó la niña para su sorpresa.- Solo sosténgame, cuando ya tenga a mi muñeco me jalan -los niños asintieron
Hicieron su movimiento como lo había dicho la pequeña, sin embargo, siendo aun niños el peso les arrastró dentro de la fuente.
Unos momentos después el joven Max custodiaba a los niños dentro del palacio, para que se cambiarán sus empapadas ropas y no se enfermaran.
-¿Porque no pidieron ayuda? -cuestionó Carstedt.- Por fortuna pasaba por ahí para sacarlos de la fuente
-Fue su idea -los niños señalaron a la pequeña castaña
La niña se cohibió tanto que de nuevo volvió a llorar, pero esta vez sus lloriqueos eran demasiado fuertes, Max solo suspiró cansado.~
-Hemos cambiado -dijo Anya
-Tienes razón -dijo Eren.- Excepto porque sigues siendo una gritona y una mandona
-¡No soy gritona! -le dió un codazo al príncipe
-Pues tu sigues siendo un cabeza de flama -apuntó con un gesto burlón Murakumo
-¡Que gracioso! -dijo Eren con sarcasmo
Los amigos empezaron una discusión acusándose entre ellos de forma burlona, pues a pesar de sus "peleas", Eren, Murakumo y Anya seguían manteniendo una sólida amistad que empezó hace varios años, prácticamente Anya y Murakumo eran la razón por la que Eren constantemente escapaba de sus habitaciones, los niños sabían que el príncipe no podía salir del palacio, por lo que pedían a sus padres dejarlos en el jardín trasero donde había varios guardias que custodiaban, así tanto ellos como el príncipe no corrían peligro. Pero después de la Tragedia de Mitras, todo se había complicado y fueron muy pocas veces las que se reunieron de nuevo, pero lo hacían en habitaciones vigiladas, sin nada más que hacer que hablar. De hecho, esa noche era la primera vez desde hace tres años que volvían a estar juntos, bajo el cielo y sin varios guardias acompañándolos.
Desde una de las ventanas del edificio, una persona veía con nostalgia esta escena. El subcomandante Arlert había ido a Stohess para discutir unos asuntos y de paso echar un vistazo a los nuevos reclutas, y en su andar se encontró con un trío de amigos que le trajo recuerdos. Sonrío al rememorar como él y sus amigos charlaban sin percatarse que alguien más los estaba escuchando, aquella vez que estaban por recuperar la muralla María.
Curiosamente la escena se repite, pero ahora es él quien ocupa el lugar del capitán Levi como oyente.
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***Notas***
*¡Ahora si salieron los protas! desde aquí en adelante, van a ser ellos los que llevaran las riendas de la historia. Necesitaba explicar un poco sobre la situación social y política y todo eso, por eso apenas los introduje.
*Murakumo esta basado en el personaje del mismo nombre y que es el protagonista del capítulo cero. Para quien no lo sepa, el capítulo cero es el capítulo piloto de SnK (donde Isayama realmente dibujaba feo). Quise ponerlo como una referencia al original, que es muy poco conocido y casi no hay nada de él.
