Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama


Tormenta

Había pasado rápidamente el tiempo para la tropa de reclutas 123, generalmente cuando se cumplía un año de llegar a la Academia, llevaban a cabo el entrenamiento invernal para que los cadetes se fueran acostumbrando a condiciones extremas.

-¡No creen que es increíble! ¡Estamos más cerca de ver a los titanes! -dijo un chico de piel oscura

-Pienso que es aterrador -comentó otro de cabellos rojizos

-No seas miedoso -habló una chica de cabellos rubios.- A esas cosas debemos exterminar y todavía nos faltan dos años más.

-Pero según las leyendas, dicen haber visto a seres gigantes andando en las montañas -contó otra chica

-¡Esas son tonterías! -expresó otra persona

-No tienes otra cosa que decir -le refutó Lydia, la chica rubia, al entrometido compañero

-¿De verdad creen que los titanes van a llegar hasta aquí? -preguntó con sorna Bastian

-Uno se coló hasta Mitras hace cuatro años -habló el mestizo Desta, quien realmente estaba molesto con Bastian

-Solo bromeábamos -opinó el pelirrojo de nombre Ralph, mientras que otra chica de cabellos castaños muy cortos asintió de acuerdo con su compañero

-Son tan idiotas, como el principito suicida -dijo en voz baja, aunque los chicos con quienes compartía caminata si escucharon, no quisieron seguir discutiendo

-Por lo menos salimos de Stohess -mencionó con optimismo el rubio amigo de Bastian, Gilbert Sanderson.- ¡Miren hemos llegado! -señalo la bandera que coronaba el cuartel.

-¡Genial! ¡Somos los primeros en llegar! -gritó Lydia entusiasmada, aunque su alegría fue borrada cuando reconocieron a otro grupo

-¡Hola chicos! -saludó sonriente Gretel Frank

-Así que llegaron primero -dijo con resignación Desta

-Sí -habló un chico de nombre Lucien -. Pero un segundo lugar no es malo

-Claro -dijo secamente Bastian y paso directo a dentro del cuartel

-¿Que le pasa? -cuestionó Gretel, los chicos del equipo de Steinbach solo se encogieron de hombros por desconocer esa información

-Probablemente este agotado -justificó Gilbert

-Por supuesto -dijo Lydia.- Entremos también, no es bueno estar a la intemperie con este clima

-Tienes razón -secundó Otto .- Además parece que se acerca una tormenta

-Espero que los demás equipos se den prisa -rogó Mei


...

-¿No estaremos perdidos? -habló un chico de cabellos marrones

-Tranquilo Alan, vamos por buen camino -respondió un chico de cabellos cortos casi al ras de la cabeza.- Solo nos atrasamos un poco

-Eso no hubiese pasado si nuestro príncipe aguantara más -habló con sorna otro chico, uno musculoso y agresivo

-¿De que hablas? -pregunto Eren.- Solo tuve que ir a "descargar"

-Pudiste haber aguantado hasta llegar al cuartel

-¿Acaso es malo? ¡Tu también has orinado!

-¡Pero yo no retraso al equipo! ¡En cambio a ti, casi te limpiamos el trasero!

-¡Eso no es cierto!

-¡Eres una molestia!

-¡¿Cual es tu problema?! -alzó la voz el príncipe. Al ver que los dos estaban por llegar a los golpes, el líder del equipo intervino

-¡Basta! -ordenó.- ¡Robert! ¡Eren! ¡Estamos aquí para entrenarnos y llegar a ser soldados! ¡Dejen sus ridiculeces para otra ocasión!

Ante la amenaza y al ver como sus demás compañeros los veían con molestia y decepción, ambos guardaron silencio y siguieron caminando.

-Bien dicho jefe -habló una chica rubia al líder de equipo.- Digo Paul

-Solo quiero que no lleguemos en último lugar -dijo con pesar

-Pues en marcha -mencionó en voz alta haciendo que el resto siguiera con nuevos ánimos

Mientras el equipo seguía su caminar por la nieve, Robert se quedo hasta el último, mirando ferozmente al príncipe pelirrojo

-Me las vas a pagar -susurró con un tono amenazante y cuando vio su oportunidad se volcó contra el desprevenido príncipe.


...

-Estamos cerca -habló Paul mientras veía su brújula y un mapa

-¿D-de verdad? -sonó la voz aguda de una chica.- E-estoy congelándome

-Tranquila princesa -otra chica habló.- Si te congelas te dejamos aquí y es un peso menos para nosotros

-Tabatha ¡compórtate! -señalo el líder del equipo.- Deja de molestar a Rose, suficiente tuvimos con lo de hace rato -refiriéndose al altercado de Robert y Eren

-Hablando de príncipes ¿donde esta Eren? -preguntó Alan al no ver al pelirrojo cerca

-Ta-tampoco esta Robert -indicó Rose

-¡¿Qué?! ¿Acaso esos dos se desviaron por ir peleando? -el tono de Paul sonaba molesto

-O puede que se hayan separado y llegado hasta el cuartel sin nosotros -mencionó la rubia Tabatha

-Por desgracia no sabemos que camino tomaron, las huellas se han borrado -Alan revisó en la nieve

-¿Que hacemos? -cuestionó Rose

Paul Niehaus pensó en todas las probabilidades, la más lógica sería buscarlos en las cercanías pues por la nieve no podrían haber ido muy lejos, pero al ver la fatiga de sus compañeros en especial Alan y Rose, creyó que eso sería contraproducente.

-Iremos al cuartel, verificaremos que estén ahí y en caso de que no se encuentren lo reportaremos al instructor

-De acuerdo -asintieron sus compañeros


...

Ciudad Frieda, 876

-...estad -la voz de su acompañante la sacó de sus pensamientos

-Lo siento -se disculpó.- ¿En que estábamos? -el hombre suspiró

-Le preguntaba si realmente cree conveniente esta alianza

-¿Tenemos de otra señor Canciller? -preguntó con sarcasmo

-Tal vez no -habló con seguridad.- Como opinión, creo que es muy pronto para firmar algún acuerdo

-Pero el Parlamento esta de acuerdo -dijo la monarca

-Sí, aunque ellos quieren beneficios propios, no lo hacen por el bien del país -comento sinceramente el rubio

-¿Y usted que haría en mi lugar?

-Conocer más al nuevo socio e intentar comercializar con otra nación

-¿Como cual? -preguntó la reina

-Puede que Xin Zhou con su cantidad de productos alimenticios, el Medio Oriente tiene muchos recursos naturales y ¿porque no?, con Gelus

-¡Jamás! -sentenció con enojo Ymir

El Canciller miró detenidamente a la joven soberana, sabía la razón de ese resentimiento contra el país de hielo, aquel atentado contra la reina Historia donde se descubrió a dos espías de Gelus infiltrados, era un trauma de la actual reina, pues ella solo tenía cinco años cuando eso ocurrió y fue la primera vez que conoció los riesgos de ser parte del linaje real. Por fortuna tanto ella como la reina Historia fueron puestas a salvo, sin embargo, a pesar de que la reina le otorgó el perdón a uno de sus atacantes, Ymir no pensaba igual y aunque el susodicho estuviera en libertad condicionada, eso no le quitaba el rencor contra los de Gelus.

-Bien -se limitó a contestar para no incomodar a la reina

Ymir se dedicó a pensar en otra cosa que no fueran los peligrosos gelusianos, así que recordó la última vez que vio a Eren, con su pulcro traje y su maleta abordando el carruaje que lo llevaría a Stohess.

"¿Hace cuanto tiempo no lo veo? ¿Que será de él en la Academia Militar? ¿La estará pasando bien?"

A pesar de su preocupación por él, le había prometido que no enviaría a espiarlo y menos a exigir un trato privilegiado para él, quería sentirse como una persona normal y ella tenía que aceptarlo. A veces envidiaba esa parte de Eren, él por lo menos podía salir del protocolo, en cambio ella tenía que seguir las costumbres rígidas de la nobleza. Su madre logró suavizarlas, pero aún así eran sofocantes, se preguntaba como lidió su madre cuando se embarazó de ella sin estar casada con su padre.

"Por cierto, ya estoy en edad de que me cuestionen sobre mi descendencia, ¡Que horror!"

-Majestad hemos llegado -hablo nuevamente el diplomático

Ymir salió del carruaje y contempló el puerto principal de Paradis, hacía tiempo que lo había pisado, sentir la refrescante brisa del mar le tranquilizó un poco.

-¡Atención! -sonó una fuerte voz masculina.- ¡Firmes! ¡Saludar!.- Un grupo de soldados de las Tropas Fronterizas y de la Gendarmería Real hicieron el saludo militar sincronizado -¡Majestad!

El hombre de cabellos grises se acercó a la reina -¡Majestad! ¡A sus ordenes! -saludó impecablemente el comandante Feulner

Ymir asintió y siguió su camino al lado de su Canciller y de Feulner hasta el barco con bandera de Balyak del Sur. Pronto salió una comitiva de hombres enfundados en elegantes trajes, guantes blancos y sombreros de copa, el hombre que venía al frente, de rostro regordete y cabellos rubios parecía estar impresionado con el recibimiento.

-Your Majesty! -saludó reverenciando a la joven, Ymir arqueo una ceja, a lo que el visitante corrigió.- ¡Su Majestad! Disculpe mi imprudencia, aún no me acostumbro a este idioma

-No se preocupe, entiendo que vienen cansados de semejante viaje

-Así es -sonrió.- Pero valió la pena al ver la belleza de este país y conocer a tan hermosa reina

-Gracias -sonrió aunque en sus adentros se sintió incomoda.- Los llevaremos a un lugar fresco para que descansen señor...

-Arnold Wilson, a sus ordenes

-Señor Wilson el honor es nuestro -saludó el Canciller de Eldia estrechando la mano del hombre de Balyak.- Bienvenidos -recibió a los hombres que lo acompañaban aunque por dentro se preguntaba si era buena idea dejar que unos desconocidos llegaran a la isla, aún cuando la amenaza titán y el alto índice de criminalidad seguían latentes.


...

-¡Ahí vienen! -mencionó el chico que veía a través del catalejo

-¿Quienes son? -preguntó Shirley

-Reconozco a... -enfoco bien al grupo de personas que avanzaban hacia su dirección.- Es el grupo de Paul

Al escuchar esto Anya se levantó de su asiento, estaba empezando a preocuparse por Eren, pero por suerte ya iba en camino.

-Pero solo veo a cuatro personas -indicó Andrea.- Una es Tabatha y los otros dos son Alan y Rose

-¿Estas seguro? -preguntó Anya

-Sí

La castaña empezó a ponerse nerviosa, todos los equipos ya habían llegado, solo faltaba el de Eren, pero solo regresaban cuatro de los seis que formaban al equipo.

"¿Que le pasó a Eren?"

-Anya -sintió la mano de Murakumo en su hombro.- Ven -le indicó con los ojos a un lugar más apartado

-¿Que pasa? -preguntó cuando ya estaban lejos de la vista de todos

-Eren esta en problemas -dijo suavemente, aunque en su mirada se percibía la furia

-¿Porque lo dices?

-¿Quien más estaba en el equipo de Eren y no ha regresado? -cuestionó

-Falta... -la castaña percibió al compañero que faltaba, su nombre le produjo escalofríos.- Robert Becker

-Así es -Murakumo apretó sus puños.- Esos tontos nunca me han dado buena impresión, solo nos han hecho la vida imposible

-¿Pero no sería estúpido que el mismo se quedara varado con Eren?

-Tú lo has dicho, son estúpidos

-¿Y que tienes pensado? -preguntó Anya a la petición de alejarse del grupo

Murakumo chasqueo la lengua, a veces olvidaba que Anya era bastante perspicaz y lo había tomado desprevenido, él tenía una idea y decírsela a la castaña en frente de todos sería muy incomodo, por lo que optó apartarse, después de todo solo le comunicaría su idea, no iba a debatir con ella si era la estrategia adecuada.

-Yo puedo ir -dijo seguro tomando un trineo

-¡No puedes! -gritó Anya, el chico intuyó esa reacción.- Es bastante peligroso, incluso para ti, deja que algún grupo de expertos lo busque, es el príncipe se moverán rápido

-Ya te dije que yo puedo -recalcó Murakumo.- Además tengo más miedo por Robert que por el clima

-Aún así -alzó la voz.- La temperatura esta disminuyendo, parece se avecina una tormenta, sería un suicidio

-Ella tiene razón -se escuchó una voz determinada que sorprendió a los amigos.- Sería una locura que solo vaya uno -Anya abrió los ojos de la impresión, esas palabras significaban que él quería ayudar

-¿No pensaras ir también Paul? -preguntó la chica

-Yo estaba a cargo del equipo y no me percaté cuando desaparecieron, es mi deber buscarlos, le pediré a los demás que nos ayuden

-¡Nosotros no iremos! -sentenció el flaco Joe apenas acabó de hablar Niehaus

-Tu amigo también esta perdido -dijo Murakumo con molestia

-Él se lo busco -giró para llamar la atención de sus compañeros.- ¡Escuchen! ¡El príncipe se ha perdido!

Todos los chicos se asombraron por la noticia, más ninguno emitió un sonido de protesta o angustia.

-Y ahora sus amigos piden que nos expongamos a estas condiciones para buscarlo ¡¿Creen que es justo?! -gritó, los demás empezaron a murmurar

-¡No es buena idea! -mencionó por fin una chica.- Es mejor que esperemos al instructor

-¡Pero eso puede tardar! -mencionó Murakumo.- Eren y Robert tienen en contra el tiempo -Anya pasó por alto que no había autoridad para pedir apoyo para la búsqueda, el instructor por lo visto se había retrasado, ahora entendía la desesperación de su amigo

-¿Quieres sacrificar a tus compañeros por dos personas? -preguntó Joe.- Robert es mi amigo, pero aún así no quiero que nadie perezca por él -dijo con una actuación que convenció a varios incautos

Murakumo montó en cólera al ver lo hipócrita de aquel tipo, pero alguien intervino antes de perder por completo la cordura y lanzarse hacia él.

-¿Acaso esas dos personas no son nuestros compañeros? -preguntó con voz potente Paul.- Sabemos que esto es solo un ejercicio de supervivencia, pero aún así, las condiciones pueden crear un incidente como este

-Es su culpa por ser tan débiles y distraídos -mencionó otra recluta

-Si no quieres ir, no vayas, nadie te obliga -miró fijamente a sus compañeros de tropa.- Recuerden que seremos soldados, una de nuestras tareas será salvar vidas

-¿Pero si fuera un compañero normal y no el príncipe? ¿También lo ayudarías? -cuestionó Anton

-Lo haría sin importar quien fuera

-¡No lo haremos! -gritaron algunos compañeros bastante molestos

-Si ustedes estuvieran en este problema ¿Les gustaría que nadie fuera a buscarlos? -preguntó Paul logrando que varios reflexionaran la situación.- Hoy por ellos, mañana por nosotros

Anya y Murakumo se sorprendieron al ver como la mayoría de reclutas de la generación se acercaban para ayudar. Gracias a Paul y sus palabras, la posibilidad de encontrar a Eren crecía.

-¿Y cual es el plan? -cuestionó Otto

-Nos dividiremos y abarcaremos más espacio, pero no saldremos del radio cercano al cuartel, cuando se avecine la tormenta regresaremos -se volteo a ver al par de amigos.- No quiero exponer a nadie

-De acuerdo -dijo Anya

-¿Y que hay del instructor? -preguntó una chica bajita y menuda que parecía una niña de grandes ojos marrones llamada Lauren

-Bueno Rose quiere ayudar, aunque no esta en condiciones de acompañarnos, ella dará el mensaje apenas llegué el instructor o alguien más

-¿Que haremos para no perdernos? -habló un joven de nombre Norman

-Marcaremos los arboles con una cuenda roja -señalo el material en sus manos.- Lleven su brújula y no tomen decisiones a la ligera.

-Bien -los chicos se agruparon en grupos tal y como había recomendado Paul, la búsqueda de Eren y Robert estaba por iniciar.


...

Ciudad Subterránea, 876

Dos jóvenes gendarmes caminaban sobre el pútrido suelo del terreno que hacía de fosa donde iban a parar los muertos. Transportaban el cadáver de un hombre a quien habían asesinado recientemente, no era novedad que en la Ciudad Subterránea sucediera eso, lo extraño para los jóvenes es que últimamente parecía no tener fin.

-Este es el número seis en esta semana ¿verdad? -preguntó a su compañero queriendo minimizar la incomodidad que sentían por la labor que llevaban a cabo

-Así es, tal parece que hay un asesino serial

-¿Crees eso? -cuestionó con asombro

-No le encuentro otra lógica

-Pero incluso para una persona sería difícil matar a tanta gente en tan corto tiempo

-Bueno, hay crímenes que siempre se dan aquí, así que pueden ser menos victimas de las que aparenta

-No se mucho sobre este lugar, pero había escuchado que no eran crímenes tan graves

-¿A que te refieres? -sus palabras no le quedaron claras

-A que incluso con robos, extorsiones, violaciones, peleas, no habían tantos asesinatos y ahora hasta con los más débiles se meten -recordó que había victimas de diferente edad, sexo y condición.- Además algunos ni siquiera parecen ser de aquí.

-¿Sugieres que es una matanza desmedida?

-No tengo pruebas para decirlo así

-Eso sería exagerado, además para que les serviría tanto muerto

-Tienes razón -llegaron ante aquel foso de olor fétido.- Aunque me sigue preocupando el hecho de que tampoco encuentren al culpable

-Hay cosas que es mejor ignorarlas -sugirió el otro gendarme a la vez que aventaban el cadáver al hoyo

-Buen consejo soldado -sonó una voz femenina a sus espaldas, sacándoles un susto

-¡Señorita! -habló uno de ellos.- Perdón Subcomandante Bernhart

-¿Que hace aquí? -preguntó el otro joven, no creía que alguien como la recién nombrada Subcomandante de la Gendarmería se animara a bajar al subterráneo

-Superviso labores, ese es mi trabajo -mencionó la de cabellos castaños rojizos.- Ahora dense prisa, faltan más por traer

-Subcomandante -habló de nuevo el chico.- No sería una mejor opción incinerarlos, esta forma puede causar una peste

-Así son las ordenes -dijo cortante

-¡Si señor! -contestaron ambos

El joven curioso miró una vez más el foso donde varios cuerpos estaban amontonados, sin embargo, le dio la impresión que por más muertos que llegaran aún había capacidad, y extrañamente los cuerpos, al menos los más visibles, no estaban descomponiéndose rápidamente.

"¡Que extraño!, ¿sera mi imaginación?"

El sonidos de unos dedos chasqueando frente a él, lo trajo de vuelta a la realidad.

-¡Vamos soldado! -ordeno la voluptuosa mujer, a lo que sus mansos soldados obedecieron rápidamente.


...

-¿Aún nada? -preguntaba con ansias la castaña

-No -respondió su compañero que usaba el catalejo.- Además no es que alcance a ver muy lejos por las condiciones

-Calma Anya -mencionó Shirley mientras posaba su mano en su hombro para reconfortarla.- No te precipites

-De acuerdo -dijo resignada

-Oigan veo algo -comentó otro chico de nombre Waldo mientras señalaba en dirección contraria a ellos

Los chicos de ese grupo se acercaron más para en efecto encontrarse con uno de los buscados, casi arrastrándose se movía Robert Becker, por lo que todos de inmediato corrieron a su encuentro.

-Robert ¿que paso? -cuestionó Arendt

-E-esto-y bi-en gra-acias -murmuró Robert quien estaba congelándose, pronto Norman y Waldo lo arroparon con una manta

-¿Que le pasó a Eren? -preguntó Anya, aunque fuera descortés tenía que saber algo de su amigo

-N-o sé -respondió apenas audible

-Estaban en el mismo equipo y Paul mencionó que tuvieron un problema -rápidamente dijo la castaña, mientras al chico lo acomodaban en el trineo para auxiliarlo pronto.- ¿Que le hiciste?

-No l-e hice-e nada -fue lo último que dijo antes de perder la consciencia

-¡Maldición! -no pudo evitar maldecir ante tan mala suerte

-Anya -dijo Shirley mirándola fijamente.- Mientras más rápido lo atiendan más rápido obtendremos su confesión

-S-sí -su voz sonó apagada, pero el clima parecía empeorar y tampoco había noticias de los otros equipos, no quería hacerse a la idea de perder a su amigo, pero tampoco creía que sobreviviese a esas condiciones.

"Eren, ¡resiste por favor!"


...

~ La fuerza con la que empujo al príncipe fue tan grande que salieron rodando a una distancia considerable de sus compañeros, Robert estaba bastante molesto con el pelirrojo que sin pensarlo decidió tomarse su venganza sin pensar en las consecuencias. Tan pronto como Eren logro zafarse de su agarre le enfrentó.

-¡¿Que sucede contigo?!

-¡Eso debería preguntar yo! -gritó Becker

-¡No se que te pasa! ¡Siempre me estas molestando! ¡¿Cual es tu problema conmigo?!

-Tú eres el que crees que tengo un problema contigo. Piensas que el mundo gira en torno a ti -dijo Robert con resentimiento

-¡Yo no pienso así! -recalcó Eren.- ¡Y tu si me molestas! De otra manera ni me acercaría a ti

-¡Lo ves! Solo le pones atención a tus amiguitos privilegiados

-¡Eso no es cierto! ¡Son los bravucones como tú los que detesto!

Aquellas palabras fueron como un puñetazo para Robert, pues muy en el fondo lo que tenía era ese sentimiento venenoso y poderoso llamado envidia. Eren no recordaba, pero tanto Robert como Joe y Anton, eran parte de esa generación de huérfanos surgidos de la Rebelión de los Muros, los tres habían esperado ser adoptados algún día pero esa opción nunca se dio. Cuando aún eran niños, no tenían esa malicia y junto con los demás infantes gozaba de las atenciones de la reina Historia y veían al pelirrojo con admiración, pero al crecer y conocer el humilde origen del Príncipe Eren, esa admiración se convirtió en rencor, y ese rencor lo motivo a hacerle miserable la vida cuando lo vio en la Academia Militar como un chico normal más.

-¿Detestas a los niños del orfanato? -preguntó con un tono tan tranquilo que dio mala sensación

-¿Que? -preguntó confundido Eren con tan desviada interrogante.- ¿Por que me preguntas eso?

-No lo recuerdas ¿verdad? -se dirigió al pelirrojo con una mirada asesina.- Y la reina tampoco te lo dijo... sobre tu origen -Eren se sobresalto por ese tema pero decidió afrontarlo

-Eso no te incumbe

-Claro que sí, después de todo aún no puedo creer que un huérfano como tu tuviera tanta suerte

-Yo nunca pedí esto -se sincero el príncipe.- Pero tampoco puedo evadirlo

-Siempre me he preguntado que vio la reina Historia en ti como para criarte -Robert sacó ese venenoso pensamiento de su boca.- ¿Que hubiese pasado si me hubiera escogido a mí?

-Te llamaría Alteza -respondió Eren, el sabía que no tenía padres, pero la reina Historia jamás le dijo que provenía del mismo orfanato que ella administraba

-¡Exacto! -clamó Becker.- Y tampoco estaría aquí -reflexionó un poco y se dio cuenta de que Eren no estaba tan impactado como lo esperaba.- ¿Lo sabías?

-La reina Historia nunca me lo dijo -menciono con tristeza.- Pero su Majestad Ymir me daba pistas -miró a Robert con verdadera pena, no recordaba mucho de pertenecer a esa generación de huérfanos.- Lo siento, pero yo no decido el destino ni puedo cambiar las cosas

Esa noción de sabiduría irritó aún mas al chico robusto quien de nuevo se fue a los golpes y amenazas.

-¡Espera! -clamó el pelirrojo intentando ser empatico con el chico.- ¡Arreglemos esto de otra manera!

-¡No hay otra manera! -siguió lanzando golpes a su contrincante

-¡Basta! ¡Escúchame! -intentó razonar, pero Robert solo seguía perdiendo la paciencia

-¡Alguien como tú no puede convertirse en Rey! -rugió bastante alto lo que provocó que un sonido se acercará

-¿Que fue eso? -preguntó Eren con nerviosismo.- Tu escuchas...- No dijo nada más pues Robert vio en su distracción la oportunidad de noquearlo

El ruido se acercaba más, Robert inmediatamente salió disparado de ahí, solo volteo para ver que el príncipe seguía ahí a la merced de ese animal salvaje, una sonrisa se formó en sus labios.

"Hasta nunca principito" ~


...

-¿Alguna noticia? -cuestionó Lauren, la chica de voz aguda mientras hablaba con Gretel, quien solo negó con la cabeza

-Creo que deberíamos regresar -sugirió Alan al sentir como el viento soplaba con más fuerza

-Paul concuerdo con él, también esta por atardecer -mencionó Tabatha

-Demonios -susurró Niehaus mientras contemplaba el panorama, sus compañeros tenían razón por este día lo mejor era regresar, aunque de pronto diviso una abertura en la ladera.

-Ustedes pueden adelantarse, solo revisaré esa cueva -señalo el lugar, no estaba tan lejos de ahí

-Puede ser la guarida de bestias, no es recomendable -habló Lauren

-Pero también sirve como refugio, si Eren es inteligente puede estar ahí -se encaminó rumbo a la cueva

El viento arreciaba, por lo que se acomodó su bufanda, la visibilidad empezaba a hacerse menor.

-¡Eren! -gritó en un intento de salir de ahí lo más pronto posible -¡Eren!

Se acercó cuidadosamente a la entrada, no parecía ser la guarida de algún animal, pero notó algo extraño, esa cueva parecía estar cubierta de cristal, había escuchado que habían ciertas minas con rocas luminiscentes de donde sacaban la fuente de luz domestica, pero no sabía que estuvieran en esa región. En su recorrido visual se topo con un bulto en el suelo, reconocía esa ropa y ese cabello rojizo, era Eren, se acercó rápidamente rogando internamente que estuviera con vida. El cuerpo de Eren estaba frío pero una débil respiración se hacía presente, de inmediato lo cubrió y lo subió al trineo para salir de ahí. Estaba por salir cuando un sonido lo alertó.

Craggg..

Ese ruido le indicó correr, apenas salió de la cueva y ésta se desmorono creando una avalancha donde por más resistencia que puso fue arrastrado. Se sintió ahogarse hasta que algo lo jalaba a la superficie, unas voces fueron reconocibles.

-¡Sujetáte Paul! -gritaba con esfuerzo Tabatha, quien usaba el EM3D enganchado a un árbol

Paul logró sacar la cabeza y vio como sus compañeros se esforzaban por sacarlo de la ola de nieve, Tabatha y Otto lo sostenían de los brazos hasta que lograron sacarlo completamente de ahí. Una vez en el árbol respiró profundamente a la vez que era cobijado por la pequeña Lauren.

-Tranquilo estarás bien -dijo Gretel.- Hiciste un buen trabajo

Estaba por medio sonreír cuando recordó que faltaba aquel que fue el motivo de la búsqueda

-E-e-er-en -alcanzó a decir

-No te preocupes, él esta a salvo -Otto señalo al árbol cercano donde Murakumo y Anya auxiliaban a su amigo

"¡Que alivio!" pensó antes de cerrar los ojos por el cansancio, mientras sus compañeros tomaban el camino de regreso al cuartel

-¿Como esta Eren? -preguntó Lauren con una voz empalagosa dirigida a Murakumo

Ante el silencio del chico, Anya decidió contestar por él -Esta delicado, hay que darnos prisa antes de que se agrave la hipotermia -ante estas palabras unos profundos ojos zafiro se posaron en ella discretamente

-Esperemos que el príncipe se recupere -dijo la chica de baja estatura

-Sí -habló nuevamente Anya, quien miro a Otto que cargaba a Paul.- Todo fue gracias a Paul, le estaremos eternamente agradecidos

Los presentes sonrieron ante el resultado positivo de la búsqueda, trabajaron en equipo y lograron encontrar a Robert, y sacar a Eren y Paul de una avalancha, eso era algo que ni el propio instructor Lutz esperaba. Aunque en definitiva, una persona fue la que más mérito tuvo en esa misión, todos estaban de acuerdo que se trataba del joven de cabeza rapada.

-Es un buen líder -reconoció Zorbas mientras se encaminaban al cuartel antes de que la tormenta cayera.


.

..

...

***Notas****

*El entrenamiento invernal fue mostrado en el episodio 30 del anime (segunda temporada), no dice en que región se lleva a cabo, pero lo tomé de inspiración.