Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama


Invasión a Shiganshina, parte 1: Atentado

Shiganshina, 877

Un año más había pasado rápidamente y la tropa de recultas 123 entraba en la fase final de preparación militar, esta vez se encontraban en Shiganshina en su visita al Museo de la Memoria y por si fuera poco, coincidió con la visita de la reina Ymir para establecer la primera embajada proveniente del otro lado del océano. Como futuros soldados fueron invitados al protocolo de inauguración que se llevaría a cabo en una hora.

-¡No puedo creerlo! ¡Conoceré a la reina! -susurraba con emoción Desta Klaus

-¡Hey tú! -Lutz señalo al chico con descendencia de Iprafe.- Más te vale comportarte o te arrancaré la cabeza y se la daré a un titán

-¡Si señor!

-¡Escuchen parásitos! -gritó Lutz ante los pulcros y bien formados reclutas.- Estamos aquí como representación de la Academia Militar, así que no quiero que hagan tonterías, están prohibidos los juegos, burlas, desmayos, gritos, o mejor dicho cualquier cosa que no sean las respectivas ordenes de los altos mandos. Cualquiera que se atreva a romper el protocolo -su mirada fulminó al trío de bravucones y después al trío real.- se las verá conmigo aún si tienen grandes influencias.

-¡Si señor! -respondieron al unisono

Eren estaba un poco nervioso por ver nuevamente a su hermana, sabía que no lo iba tratar como príncipe, pues él mismo le pidió que lo tratara como un chico común, aún así la nostalgia le invadió, al saber que habían pasado dos años sin verse ni intercambiar cartas, se preguntaba si estaría orgullosa de él y como estaba ella en su puesto de reina. A decir verdad, no le gustaba mucho la idea de querer comercializar con más naciones del mundo como tanto quería Ymir, pues aún tenían bastantes problemas dentro de la isla como para asociarse con extranjeros: los titanes, el índice alto de desempleo e inseguridad, los radicales; además de los factores externos como el odio aún persistente hacia su raza...

Las trompetas sonaron y ella apareció. La reina Ymir se hizo presente junto a su comitiva, vestía un sencillo pero elegante vestido largo blanco, acompañado por una capa ligera de color beige, y su banda transversal. Por otro lado el señor Wilson y sus hombres iban enfundados en sus trajes de solapa de pico, corbata y bombín, más cómodos que cuando llegaron, pues creían que los de la isla estaban bastante atrasados, pero al darse cuenta que no era así, vistieron lo que normalmente acostumbraban.

La monarca dio un discurso de bienvenida y explicó el porque era necesario una alianza comercial con Balkay del Sur, los soldados permanecieron en silencio prestando atención a sus palabras. También estaban presentes los comandantes de los tres regimientos del ejercito, algunos miembros del Parlamento destacándose su líder Martin, y sus posibles sucesores Dix y Baumeister, así como el Canciller, importantes comerciantes y periodistas.

-Ahora inauguramos la embajada de Balyak del Sur en Eldia, como muestra de nuestra alianza y apoyo mutuo...

De pronto Boris Feulner tiró a la reina al suelo a la vez que la rodeaba, un sonido sordo hizo eco en la madera del estrado y con ello la paranoia de los presentes

-¡Tomen posiciones! ¡Protejan a la reina! -gritó con fuerza Feulner quien si no fuera por su rápida actuación, Ymir sería ya un cadáver

-¡Vamos evacuen rápido! -ordenó Lutz a sus alumnos, quienes aún estupefactos no acataron la orden.- ¡Muévanse! -grito aún más alto, haciendo que los reclutas corrieran a la salida

-¡Ymir! -alcanzó a gritar Eren al verse empujado por sus compañeros, solo observando como los soldados se agrupaban alrededor de la reina para protegerla.

-¡Saquen de aquí a la reina! -ordenó Feulner a sus hombres.- ¡Protéjanla con su vida!

-¡Señor Wilson acompáñenme! -habló con calma Rheinberger

-That is just madness! -gritó apanicado el hombre extranjero, corriendo junto con su comitiva hacia donde iba la comandante

-¡Ustedes también! -ordeno Rico a los parlamentarios y demás invitados de honor

Los disparos seguían llegando, por lo visto no solo era un atacante, en las azoteas de los edificios cercanos hombres con el rostro cubierto abrían fuego contra los gendarmes que hacían lo posible por detener el ataque mientras los demás se ponían a salvo. La reina y sus invitados fueron conducidos al interior del nuevo edificio que estaba siendo inaugurado por las balas, los vidrios de las ventanas volaban y los objetos nuevos acababan perforados.

-¡No podremos seguir así! -sugirió el Canciller quien pensaba que fue mala idea entrar a la Embajada

-¡¿Pero a donde vamos?! -preguntó Hans Martin.- ¡Estos terroristas nos quieren matar!

-De hecho son radicales -hablo Wanda.- Probablemente en respuesta al pacto con Balyak -ganándose una mirada de reproche de Dix al saber que ella lo decía como una acusación para él.

-¡Mantengan la calma! -clamó exhausta Brzenska mientras se pegaba a la pared buscando con la mirada un lugar más seguro

-¡Pero... -la voz de Martin fue callada por una bala en su frente, los gritos de algunos reflejaban el temor de acabar igual

-¡Deben salir de aquí! -una voz llamó la atención de los presentes.- ¡Es peligroso!

-¡Comandante Kirstein! -exclamó el rubio Canciller, quien fue el único que entendió las palabras de Jean.- ¡¿Como salimos de aquí?!

-Yo me encargaré de distraerlos -mencionó mirando el cuerpo de Martin, luego posó su mirada en el hombre frente a él, sabía bien de lo que era capaz.- ¡Guía a los demás al edificio del Museo! -posó una mano en su hombro en señal de confianza y le entregó una pistola.- ¡Te lo encargo Canciller Grice!

El mencionado tomó el arma y le sonrió a Jean -¡Confía en mí!

-¡¿Que tienes pensado Kirstein?! -preguntó Rico

-Solo apresurate a desalojar el edificio -le indicó Jean sin oportunidad de rechistar

-¡Vamos! -gritó Grice.- ¡Corran y no hagan tanto ruido! -La comitiva siguió a Falco, Jean se quedó en su lugar donde aún llegaban algunas balas

-¡Señor! ¡¿Cual es su orden?! -se le acercó una chica pelirroja

-Les distraemos para que ellos se refugien -comentó.- ¿Aún sirve la radio?

-Sí señor

-Envía un mensaje de emergencia, que vengan los escuadrones y estén completamente armados

-¿Es eso necesario señor? -cuestionó la joven

-Sí -tenía el presentimiento de que algo peor estaba por pasar.- ¡Ve ahora Blanchett, yo me encargaré de la distracción!

-¡Sí!


...

Los reclutas habían sido conducidos al cuartel de la ciudad, los jóvenes recibieron indicaciones de quedarse ahí, eran inexpertos, por lo cual enviarlos a luchar sería enviarlos a una muerte segura, Lutz también salió a combatir, pues no pensaba quedarse de brazos cruzados mientras otros peleaban, ademas de que quedaría como un inútil ante sus alumnos.

Las cosas afuera parecían caóticas, pues los radicales trazaron bien su plan y el ataque sorpresa sometió por unos momentos al Ejercito, sin embargo, el liderazgo y estrategia de los comandantes de la Gendarmería y del Cuerpo de Investigación logró darle la vuelta a la situación.

-¡Busquen en los alrededores! -clamaba Boris.-¡Eviten que lleguen a los civiles! - De repente alguien llegó a hacerle compañía.- ¡Kirstein! ¡¿Como vas?!

-Ya acabamos con los que parecían mejor entrenados, los demás caerán dentro de poco

-No puedo creer que llegaran a esto -dijo Boris con seriedad

-Sabían donde colocarse, parece que estudiaron bien su ataque

-Cierto, pero con dos o tres que queden vivos nos dirán quien fue el autor intelectual

Una explosión sacudió a los hombres, el edificio de la embajada empezaba a arder, lo que provocó el regocijo de los radicales y la incredulidad de los soldados.

-¡Ymir II ha muerto! -gritaban los hombres encapuchados aunque ya estaban siendo acorralados, ese grito logró que la incredulidad de los soldados se convirtiera en ira, no les perdonarían el acabar con la vida de la joven monarca.

-¡A la carga! -bramó un soldado infundiendo en sus compañeros el coraje necesario para aniquilar a los terroristas

-¡Esos malditos! -rugió Feulner dispuesto a ayudar a sus hombres, pero fue detenido por Jean

-¡Espera! ¿Estas seguro que la reina ha muerto?

Boris le lanzó una mirada de reproche por tan ridícula pregunta -Esa explosión fue lo bastante fuerte para matar a quien haya estado dentro del edificio

-Exacto, ¿pero si ya no había nadie? -le instruyó Jean

-¿Quieres decir que ella esta bien?

-Eso espero, pensé que ese edificio sería el principal objetivo y no me equivoque -mencionó Kirstein

-¿Donde están?

-Le pedí que fueran al museo, es más seguro y pronto llegaran mis hombres ahí

-Ahora entiendo porque Hitch te tiene confianza -le dijo Boris sonriendo levemente.- Y que ella le tenga confianza a alguien además de su familia es raro

-Bueno, ella tampoco es muy cercana que se diga... -Jean iba a seguir hablando, cuando recordó una variante que no había tomado en cuenta, se lamentó de que Armin no estuviera ahí para notarlo.- ¡Mierda!

El tono de esa expresión y el gesto en el rostro de Jean, le indicaron a Boris una mala señal -¿Pasa algo?

-¡Vamos al Museo! -ordenó Kirstein.- Trae a tus bomberos, ¡esta vez ella si esta en peligro!


...

Ymir corría con torpeza, su elegante vestido fue arremangado a la altura de las rodillas, no sabía bien a donde iba, solo seguía a sus guardianes y a ella la seguía su comitiva, tanto la eldiana como la extranjera, aunque temía por ellos, los radicales los tenían rodeados. Apenas habían entrado al edificio que albergaba el Museo cuando el instinto de Falco se volvió a activar, por lo que detuvo a sus compañeros y le gritó a la soberana y a los soldados de enfrente.

-¡Cuidado! -de pronto Ymir cayó al suelo con violencia, su mente le hacía recordar la hazaña de su madre antes de morir

Dos explosiones sacudieron el edificio y parte de las paredes salieron volando, unos metros antes de donde estaba la reina detonaron explosivos causando la muerte de los valientes soldados que custodiaban a la monarca, además de perder contacto con su comitiva puesto que el otro detonante fue justo a sus espaldas. Ymir solo sintió el retumbar del suelo, se preguntaba como estaba viva si parte del material del edificio salió proyectado, percibió una respiración cercana a su rostro.

-Majestad ¿se encuentra bien? -Ymir abrió los ojos de golpe, enfocando a la persona que tenía enfrente -¿Esta herida? -de nuevo su interlocutor hablaba

Ella solo estaba pasmada, pues la persona estaba muy cerca de ella, pero sin duda la había protegido con su cuerpo. El joven parlamentario Cramer la había salvado cubriéndola, siendo él quien sufrió heridas, pues en su delicado rostro corrían hilos de sangre, aunque su mirada parecía feliz de verla ilesa.

-Su Majestad ¿me escucha?

-Estoy bien -volteó la cara nerviosa

-Tenemos que salir de aquí -dijo el joven poniéndose de pie, aunque de pronto tambaleo, Ymir se dio cuenta que Ludwig también tenía una herida en el costado, lo que sería un inconveniente

-Veamos esa herida -ordenó Ymir, no quería que mas gente muriera por su culpa

-No es necesario, estoy bien -habló Cramer mientras se llevaba una mano al costado como queriendo detener el sangrado solo con presión

-¡Rápido! ¡No tenemos tiempo! -soltó molesta la reina

-No quiero estorbar, será mejor que siga sola

La rubia monarca le miró con hartazgo -Creo haber sido clara con mi orden.- De pronto rasgó una parte de la larga falda de su vestido para improvisar unas vendas.- ¿O piensas desobedecerme?

-Nunca -dijo rápidamente.- Pe-pero su vestido -balbuceó al no saber que más decir

-Entonces guarda silencio -se dedicó hacer lo posible por tratar las heridas.- Además la falda me molestaba para correr, no te preocupes por eso

-Bien -dijo soportando el dolor de sus heridas

Al terminar su labor, la soberana se puso de pie y le extendió su mano al parlamentario -Salgamos de aquí, no pienso que mi tratamiento sea en vano.- Pasando el brazo del joven por su cuello para servirle de apoyo, algo que sorprendió a Ludwig.

-Es usted muy valiente, Majestad -sonrió el joven, logrando que las mejillas de Ymir se sonrosaran

-Gracias -pronunció y se encamino hacia un pasillo al verse imposibilitada la salida por los estragos de la explosión, rogó internamente que no hubiese más peligros adelante.


...

En el cuartel, Eren estaba bastante alterado al igual que algunos de sus compañeros, a pesar de que se habían equipado con el EM3D y las espadas, temían que el lugar fuera atacado. Se escuchaban los gritos y las detonaciones de armas de fuego, también se escucharon tres explosiones, la tensión en los chicos aumentaba al no tener ni una noticia de lo que ocurría afuera, el instructor Lutz no regresaba y por primera vez deseaban volver a ver su malhumorada cara. Una nueva explosión bastante fuerte les puso los nervios de punta, el príncipe salió con rumbo a la calle, pero sus fieles amigos le dieron alcance antes de que saliera del cuartel.

-¡Espera Eren! -llamó Anya.- ¡Eren!

-¡Tengo que protegerla!

-¡Eren! -Murakumo lo sujetó fuerte del brazo para que se detuviera, Eren le dio una mirada de confusión.- Anya tiene razón -dijo con voz calma

-Si sales, te expones a que te atrapen, ¡solo seras un blanco fácil!

-¡Pero Ymir! -dijo Eren al no tener como debatir las razones de sus amigos

-Ella estará bien -mencionó Murakumo.- Sabes que no eres el único que no quiere perder a su familia

Eren contempló los rostros de preocupación de sus amigos, debido a su temor había olvidado que Murakumo y Anya también tenían personas por las estaban pendientes aunque no lo expresaran abiertamente, aún así, también estaban cuidándolo de hacer tonterías como aquella.

-Lo siento chicos -se disculpó por ser tan egoísta

-Mejor esperemos indicaciones -sugirió la castaña.- Si algo se pone peor, entonces salimos ¿de acuerdo?

-¿Que otra cosa puede ser peor? -cuestionó Murakumo

Anya estaba por responderle a su sarcasmo, cuando sintió el movimiento del suelo -¿Sintieron eso?.- El príncipe y el mestizo también lograron percibir las vibraciones que cada vez se hacían mas fuertes, como si de pisadas gigantes se trataran.

-¿No será ... -dijo Eren cuando recordó un momento similar ocurrido hace cinco años, de inmediato se hecho a correr rumbo a la parte más alta del cuartel

Los chicos miraron hacia la parte este del distrito cuando se percataron que había humo saliendo de ahí, pero lo que los paralizó por un momento fue ver como unos bultos blancos de gran tamaño empezaban a entrar por el agujero que se había abierto en la red. Los titanes comenzaban a invadir Shiganshina para sorpresa de todos los soldados y mandos militares que se habían liberado de los radicales, la verdadera batalla apenas comenzaba.

"¡No puede ser!" maldijo Eren


...

Jean no podía creer lo que sucedía en el lado Este de Shigashina, los titanes estaban entrando como si fuesen un enjambre de insectos. Apenas habían logrado detener a los radicales y arrestado al menos diez de ellos para declarar, los otros ante su negativa a rendirse fueron abatidos. Desde luego este día estaba por pasar de peligroso a trágico en unos minutos.

-¿Que hacemos? -preguntó Boris, quien a su lado tenía esposado a uno de los líderes radicales

-¡Es obvio! -clamó Kirstein.- ¡Ustedes llévense a estos tipos y evacuen a la gente! ¡Que las Tropas Fronterizas ayuden a colocar una red fortificada a la mitad del distrito! ¡Por lo menos no dejaremos que caiga toda Shiganshina!

-Aún no llegan tus hombres -le recordó Feulner.- ¿Como los detendrás por ahora?

-Préstame a tus mejores hombres -sugirió Jean

-De acuerdo.- dio ordenes a sus hombres para equiparse, en lo que ellos se alistaban dijo -Es extraño que los soldados encargados de la vigilancia de la red no reportaran nada

Jean asintió pensando lo mismo, mientras una sonrisa se formo en la cara deformada por los golpes del líder radical.

-¿Cual es la gracia? -le cuestionó el Comandante del Cuerpo de Investigación

-En verdad no te imaginas cual fue la causa por la que no avisaron -se carcajeo a la vez que le escurría sangre.- Tal vez ya estaban muertos

-¿Fueron ...ustedes? -preguntó Jean, esperando que su presentimiento estuviera equivocado

-Sí -clamó el hombre.- ¡Preferimos que todos los eldianos mueran a manos de esas bestias a aliarnos con las naciones que tanto nos odian! -se dirigió a Jean con la poca visibilidad que le permitían sus párpados hinchados.- ¿No lo cree Comandante? ¡Si no somos los reyes del mundo tampoco seremos los esclavos!

Un duró golpe le llegó tirándolo bruscamente.

-¡Bernhart! -nombró Boris a su subcomandante

-¡Lo siento señor! ¡Me deje llevar! -se disculpó aún molesta Ingrid

-Si ya están listos -mencionó Kirstein al ver a los hombres de la Gendarmería acercarse junto con la castaña subcomandante.- ¡Vamos!

-Ten cuidado Jean -le recomendó Feulner, el castaño asintió y se dirigió al frente.- Bernhart -volvió a llamar a su subordinada

-Sí señor

-Te encargo a estos -señaló a los arrestados.- Llévalos directamente a El Laberinto, necesitamos saber quien planeó todo esto lo antes posible

La mujer sonrió perversamente cuando su líder le dio la espalda, su orden iba a ser llevada a cabo por ella misma y conseguiría lo pedido.- ¡Si señor!


...

Los titanes entraron a Shiganshina provocando que los civiles que antes se resguardaban en sus casas, ahora huyeran despavoridos hacia el oeste para pasar al distrito de Ulklin, el caos reinó en la huida, pues a pesar de que era una situación de alto riesgo, algunos aprovecharon para robar y saquear casas, así como a las personas que llevaban objetos de valor, lamentablemente el número de efectivos de la Gendarmería y de las Tropas no se daba abasto, y los crímenes se daban en la confusión y el miedo. Eren logró percibir como una familia con varios niños pequeños era despojados de su dinero y provisiones, los ladrones incluso se mofaron de lo sencillo que fue, regalándole una fuerte patada al padre de familia, acto que hizo rabiar al príncipe, llevo la mano a su costado para desenfundar su espada.

-¡No lo hagas! -lo detuvo Murakumo

-¡Hay que defender a la gente! -señaló Eren

-No podemos, aún no somos soldados -razonó el mestizo

-¡Algo tenemos que hacer! -los gritos de Eren y Murakumo lograron que los demás perdieran el ya poco control que había, algunos murmurando, otros llorando y los demás gritando

-¡Silencio! -ordenó con firmeza un soldado de las Tropas Fronterizas recién llegado.- ¡Mantengan la calma!

Todos guardaron silencio, aunque no podían cumplir cabalmente con la segunda orden.

-¡Tenemos que evacuar! -gritó.- ¡Vayamos con la gente!

-¿Eso no será peor? -preguntó Shirley.- Atraeremos a los titanes

-Iremos en la retaguardia y los distraeremos si llegan a acercarse, hasta que la gente haya sido completamente evacuada a Ulklin

-Estamos equipados solo con espadas ¿eso será suficiente? -cuestionó Bastian

-¡Aún son reclutas! ¡No den batalla! -mencionó el soldado con voz de mando.- Si ven un titan solo muévanse con el equipo de maniobras y sáquenlos de la ruta de evacuación ¡Vamos!

Los reclutas pusieron en marcha su EM3D por primera vez en una situación real, pese a que todos sabían maniobrar en los aires, la tensión del momento al ver a toda la gente corriendo en pánico, les transmitió nerviosismo. Aún no habían visto un titán cerca, pero rogaban que no apareciera uno ahí, si bien llevaban consigo las espadas, todavía no estaban entrenados en el uso de las lanzas relámpago y eso era una desventaja para ellos.

-¡Ningún titán a la vista! -exclamó el observador Andrea

-¡No se detengan! -ordenó Paul al ver que Rose no quitaba su mirada de una anciana que no podía darse prisa.- ¡Tenemos que minimizar las bajas!

-¡Pero Paul! -comentó Mei.- ¡Nuestra misión como soldado...! ¡Tú dijiste...!

-¡Lo sé! ¡Pero esto es una emergencia y no podemos entorpecer! -recibió una mirada triste de la mestiza.- ¡Si surge la posibilidad regresaremos!

Eso pareció calmar un poco la angustia de Mei y de otros chicos que no creían en la frialdad de la situación, aunque a otros les generó más ansiedad

-¡Hugh! -gritó Desta al ver como su compañero no engancho bien sus cables y cayó, por suerte alguien lo alcanzó a sujetar clavando el gancho de su equipo en la pantorrilla del chico

-¡Hugh no te muevas! ¡Te subiré! -le habló una chica de cabellos grises que se encontraba en el tejado de una casa, después de un poco de esfuerzo logró subir al chico que temblaba como gelatina

-¿Estas bien? -le preguntó la chica

-S-sí -balbuceó y miró embelesado a su salvadora.- G-gra-cias

-No es nada -sonrió amablemente

"¡Es un ángel!" pensó el chico de cabellos rubios que tapaban su mirada, aunque luego recordó el pinchazo en su pantorrilla

-Creo que no podré moverme bien -habló con más claridad

-Lo siento, no pensé en eso -se disculpó la chica al apuntar a un punto tan importante como lo eran las piernas

-Sigue -le recomendó con voz quebrada.- Tú salvate

-¡No puedo dejarte aquí! ¡Eres nuestro compañero! -le exclamó determinada.- ¡Además fue mi culpa!

-Pero yo-yo -realmente era un ángel pensó

-¡Vamos! -sonó una voz dura y tomó a Hugh del cuello para que se levantara

-¡Oye! ¡M-me lastimas! -dijo llorosamente Hugh Thatch

-¡Sigamos! -mencionó otra voz femenina, el trío real hacía su aparición milagrosamente para ayudar a su compañero

-¡Irina! -llamó el pelirrojo.- ¡Salvaste a Hugh!

-Solo le evite la caída -se apenó por el halago del príncipe

-¡Cuidado! -gritó Anya al ver que un titan alcanzó el tejado y se acercaba a los dos jóvenes, sin embrago, una afilada navaja atravesó sus sienes dejándolo inmóvil

-¡Derek! -mencionó Irina al ver al responsable de la hazaña, el mencionado desencajo la espada del titan como si fuera algo normal y se acercó a la joven, sus grandes y profundos ojos azules como el zafiro mostraban un brillo singular

-Te dije que no te alejaras -mencionó con su voz grave que no mostraba ninguna emoción, aunque la joven lo conocía demasiado bien para saber que estaba bastante molesto

-N-no podía de-dejarlo así -habló con timidez

-Vamos -la tomó de la muñeca y se la llevó por la fuerza, pasando de largo a los otros chicos

-¿Que le pasa a ese gruñón? -habló Murakumo

-Mira quien lo dice -le contestó Anya, pero de inmediato se enfoco a la situación.- Creo que deberías ayudar a Hugh

Murakumo le miro fastidiado pero no tuvo otra opción que apoyar a su compañero -Sujetate bien.- le ordenó a Thatch una vez que lo cargo en su espalda

-Sí -respondió nervioso el rubio

-¡Bien! ¡Vamos... -las palabras de Eren fueron cortadas al percatarse de una otra gran sombra detrás de ellos


...

-¡Comandante! -llamó la pelirroja Elisa Blanchett.- ¡¿Cuales son las ordenes?! -Kirstein le dio una mirada significativa a Armin que había llegado con refuerzos, éste le respondió con una leve afirmación con la cabeza

-¡Atención a todo el Cuerpo de Investigación! -llamó en voz alta a los presentes reunidos.- Este es el plan: Los escuadrones Técnico, Logístico y de Comunicación junto al Subcomandante Arlert apoyaran en la colocación de la red de contención junto a las Tropas Fronterizas, los escuadrones Élite y de Armamento irán conmigo al lado este del distrito para distraer a los titanes en lo que colocan la red, por último los demás escuadrones se encargaran de sus respectivas tareas y ayudaran a eliminar a los titanes que se hayan filtrado en el distrito ¿Alguna duda?

Ninguno de los presentes replicó, la mayoría entendía su deber, después de todo ellos mismos entraron ahí sabiendo lo que les esperaba.

-¡Líderes de escuadrón, cuento con ustedes!

-¡Si señor! -respondieron los mencionados

Jean vio como sus subordinados empezaban a cumplir sus ordenes, volteo para ver a la única persona que seguía ahí para recibir ordenes, una mujer castaña de treinta años.

-Capitán, usted se encargara de cuidar a la familia real, asegúrese de deshacerse de cualquier amenaza -dijo Kirstein con calma, pero la fémina no lo tomó de esa manera

-¿Porque siempre me das estas tareas? -lo miró con molestia.- ¿Acaso yo debo hacerme cargo del trabajo sucio?

-Sabes bien que eres la única para este tipo de cuestiones, tu puntería es precisa -le dio la espalda para marcharse.- Además nosotros tenemos que encargarnos de los titanes

-Es mi karma -dijo con un tono apenas audible, Jean comprendió a que se refería y se sintió mal

-No -engancho sus cables.- Es tu deber como eldiana, recuérdalo.- dicho esto se lanzó para alcanzar a sus hombres

La mujer soltó un bufido, colocándose bien el fusil en la espalda se marchó hacia el museo a cumplir con su deber.


...

Rápidamente saltaron a los lados esquivando las fauces del titán que se había lanzado hacia el tejado donde estaban, Murakumo y Anya saltaron hacia la izquierda, mientras Eren saltó a la derecha aunque su posición era más visible que la de los demás.

-¡¿Que diablos?! -exclamó Murakumo ante la sorpresa.- Pensé que los titanes eran muy lentos y torpes

-Eso dijeron en la Academia -recordó la castaña

~ Los titanes son seres gigantes que tienen una estructura corporal distinta a la nuestra y de alguna otra especie conocida, carecen de órganos reproductivos y digestivos, aunque su única dieta hasta ahora sean humanos, ellos ignoran a los demás organismos -explicaba con paciencia el instructor Benson, encargado de la formación intelectual de la tropa.- Además de que poseen la capacidad de regeneración y su piel es muy resistente, aunque su comportamiento es lento y bastante torpe- eso asustó a los jóvenes

-¡Eso significa que son inmortales! -exclamó espantado Hugh

-No lo son, ellos tienen un punto débil -aclaró el instructor.- Su punto mortal es justo aquí -señalo en sus sienes.- Para eso necesitamos de un equipo que nos permita desplazarnos en el aire, para contrarrestar su tamaño.

-¡Wow! -exclamaron algunos al ver con sus ojos un equipo de maniobras tridimensionales que les mostraba el maestro

-Este es nuestro equipo, a través del enganchamiento de estos cables y por la presión del gas podemos desplazarnos por los aires- Luego mostró un par de espadas y una lanza relámpago desactivada.- Estas son nuestras armas, las espadas están diseñadas para cortar y perforar el cráneo -una de las espadas era puntiaguda, larga y recta, la otra era más ancha parecida a una hoja de navaja flexible, ambas con un filo azulado brillante.- con estas dos pueden causar cortes profundos y con la suficiente fuerza podrán atravesar la cabeza del titan. Sin embargo, son las lanzas relámpago las que eliminan por completo a los titanes, solo hay que incrustarlas en sus sienes y activar el detonador, solo tengan cuidado con eso, deben estar alejados cuando se detone, es bastante peligroso hacerlo cerca, podría hasta matarlos.

-¡Maestro! -habló Alan.- ¿Cuando podremos aprender a usar las lanzas relámpago?

-Eso será hasta la recta final de su entrenamiento, debido a que son muy importantes no podemos gastarlas

-¡Maestro! -preguntó Anya alzando la mano.- ¿Acaso no hay una forma más efectiva de eliminar a los titanes?

-Por desgracia no

-¿Entonces como pelearon nuestros antepasados? -volvió a cuestionar

-Bueno, toda esa información no sirve para esta nueva contienda -dijo Benson con pena.- Tenemos que empezar de cero, aunque de eso se encarga el Cuerpo de Investigación

-Ya veo -contestó resignada la castaña, era completamente extraño para ella que los titanes actuales fueran completamente diferentes a todos los demás descritos en la historia eldiana.~

-¡Muévete! -Murakumo empujó a la chica para evitar un nuevo ataque del titán.- ¡Maldita sea! ¡¿Porque actúan así?!

-¡No lo sé! -clamó Anya.- ¡Actúa de manera anormal!

-¡Oye tú! -gritó Eren desde otro tejado moviéndose de un lado a otro.- ¡Por aquí!

El titán cambio de dirección caminando hacia al pelirrojo, Eren lo estaba distrayendo para que sus amigos tuvieran la oportunidad de escapar.

-¿Que hace? -preguntó Murakumo aunque ya sabía la respuesta, vio como Eren se desplazaba lejos de ellos.- ¡Anya llevate a Thatch!

La castaña se mostró confundida por sus palabras -¿Que piensas hacer?

-No es obvio -le pasó al chico que estaba aterrado, se notaba por sus temblores.- ¡Ayudaré a Eren!

-¡¿Estas loco?! -gritó.- ¡No dejaré que te expongas así!

-¿Y que hay de Eren? ¿Lo abandonaras? -esas preguntas le cayeron mal, pues en el entrenamiento invernal en un principio se opuso a que el moreno fuera a buscarlo

-Nunca lo abandonaría -contesto débilmente.- Pero tampoco quiero que te pase algo a ti

Murakumo se sorprendió ante esa confesión, a pesar de sus años de amistad, Anya no era tan abierta a mostrar sus sentimientos, sabía que realmente los apreciaba, pero la estaba poniendo en un predicamento difícil. Él nunca tuvo mucho tacto y a veces decía cosas sin pensarlas, sin embargo, esta vez no quería lastimarla más de lo que ya lo había conseguido.

-No quiero perder a mis únicos amigos -se sincero la chica derramando algunas lágrimas

-Anya -la voz de Murakumo sonó suave.- Te prometo que regresaremos a salvo, confía en mí

-¡Lo hago bruto! -le soltó aún con la mirada llorosa.- ¡Más te vale traer al idiota de Eren a salvo!

Murakumo sonrío por aquella amenaza de la chica, aún en situaciones como aquella no dejaba atrás su fuerte carácter -Lo sé

Anya alcanzó a esbozar una leve pero sincera sonrisa, sujetó con fuerza a Hugh y salió de ahí, mientras Murakumo exploraba con la mirada sus alrededores.

"¿A donde se fue?"


...

Eren logró atraer al titan, aunque en su huida le aparecieron otros titanes, su escapatoria se veía cada vez más difícil, por lo que tuvo que replegarse a una casa, con un rápido salto atravesó la ventana. Se escondió hasta el fondo mientras recuperaba el aire, de pronto sintió una presencia a sus espaldas y un arma en la cabeza.

-¡Vaya que suerte! -le habló una voz masculina bastante conocida

-¿Q-que haces? -preguntó Eren al no entender su encañonamiento

-Te tengo justo a donde quería -le dijo el sujeto con sorna mientras le presionaba con la punta de la pistola.- Solo has lo que digo sino quieres perder la cabeza -carcajeo el sujeto

-¡Hay una invasión titán afuera! ¡Y tú con esto! -le dijo el príncipe

-Fuimos nosotros quienes rompimos la red -esa confusión desorbitó a Eren, no podía creer hasta donde podían llegar con tal de cumplir sus caprichos

-¡Eres un imbécil! -le gritó enojado el pelirrojo.- ¡Mucha gente morirá por esto! ¡Incluso tu podrías morir!

-Todo sea por un Eldia poderosa

-¡Estas loco Robert! -recriminó, cosa que hizo que Becker enfureciera y le propinara un culatazo con la pistola que lo dejo inconsciente

El chico fornido tomo a Eren como si fuese un costal, arrastrándolo en su camino, su objetivo estaba cerca de cumplirse, gracias al impulsivo príncipe.

-Tengo un asunto pendiente con la reina


.

..

...

***Notas***

*No se me da el english, puede que la expresión sea incorrecta.

*Me parece que esos tiempos ya se conocía la radio, al menos aquí no tenía mucho tiempo que llegó a Paradis.

*De nuevo destrucción en Shiganshina, de nuevo secuestran a Eren, de nuevo salen los titanes, es un clásico.

*Puse a Falquito como Canciller, porque quería que saliera con añitos de más y bien guapo como su tío y hermano, ok no. Pensé que al ser una persona empatica, con características pacifistas, alguien que nació en Marley y que sabe un poco más del mundo, sería un candidato ideal para el puesto.