Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama


Invasión a Shiganshina, parte 2: Asedio

Shiganshina, 877

La gente seguía corriendo, la mayoría estaba cerca del paso que conectaba a Ulklin, sin embargo algunos se quedaron muy atrás, siendo los primeros que veían a esos temibles monstruos acercarse.

-¡Corran! -gritó un hombre a sus familiares que estaban todavía a mitad de camino.- ¡Nos van a alcanzar!

A pesar que aún no estaban cara a cara, los titanes resultaron ser unos seres sacados de un cuento de horror para la gente. Los soldados ya se habían acostumbrado a su extraña y perturbadora apariencia, pero para la gente común era la primera vez que los veían de frente. En la toma del distrito Dirk, los pueblos fueron evacuados con mucha anticipación y ni decir que para ellos estaba prohibido acercarse a las redes. Así que bajo el temor de ser devorados por esos seres horripilantes muchos tomaban un impulso y otros solo se pasmaron para llorar su fin.

Un titan percibió a la familia y se lanzó en la persecución de sus presas, aún con su paso lento y torpe, sumía a las personas en un miedo brutal. El titán estaba a unos metros de alcanzarlos cuando el Cuerpo de Investigación hizo su aparición. Un soldado se balanceo delante del titán para llamar su atención, acto que funcionó. Inmediatamente otra soldado cortó sus talones de forma rápida, logrando que el titán cayera.

-¡No te muevas! ¡Esto no te dolerá! -sentenció un joven de piel oscura, mientras clavaba las lanzas relámpago en las sienes del titán.- Bueno solo un poco -activó el detonador y el titán explotó por los aires, dejando estupefacta a la familia.

-Uno menos -mencionó el primer soldado que llevaba una bandana negra en la cabeza.- Faltan unos mil -dijo con sarcasmo

-¿Podemos quedarnos con uno? -preguntó el joven que activó las lanzas

-No creo que sea buena idea -intervino la muchacha de ojos esmeraldas.- Y menos en esta ocasión -miró a la familia que no se había movido de ahí.- ¡Váyanse! ¡No es un lugar seguro!

La familia abandonó de prisa el lugar, mientras otros tres soldados se reunían con sus compañeros.

-Están avanzando muy rápido, así no podremos contenerlos -dijo Matthew Cohn, el soldado rapado.- ¿Tienes un plan? -le preguntó a su compañera pelirroja

-Nuestra misión es ganar tiempo en lo que colocan la red -dijo Elisa.- Así que nos dividiremos para ganar más terreno

-Solo somos seis -dijo el chico de la bandana

-Con eso bastará -mencionó con seriedad.- El comandante Kirstein estará detrás apoyándonos con más soldados, así que evitemos que lleguen al lado oeste

-¿Y como nos dividiremos? -preguntó la chica de ojos verdes

-Matt y Anansi irán hacia la parte más cercana al agujero -miró al joven rapado y al de piel oscura.- No peleen directamente solo deténganlos provocándoles daños en sus piernas. Rania y Thiago irán a la parte oeste, asegúrense que ningún titán llegue hasta ahí -les ordenó a la joven de ojos esmeraldas y al chico de la bandana negra.- Por último -miró a su compañera de blancos cabellos.- Sara y yo cubriremos la parte media

-De acuerdo -exclamaron los demás, preparándose para cumplir su deber


...

Anya llevaba consigo a Hugh después de despedirse de Murakumo, no era muy habilidosa con el EM3D y menos cuando llevaba un peso extra, trataba de concentrase al máximo para evitar perder el equilibrio al mismo tiempo vigilaba que los titanes no estuvieran cerca.

-¡Anya! -gritó el chico a su costado.- ¡Cuidado con la torre! -la castaña había enganchado su cable en una parte débil de una torre, no soportando el peso, el gancho se resbalo jalando a los chicos hacia abajo

-Lo siento -se disculpó Anya por su mal cálculo.- ¿Estas bien? -pero su pregunta no fue respondida, el joven Thatch estaba pálido mirando detrás de ella

-No me digas que... -giró lentamente el rostro para aclarar sus sospechas, un titán grotesco estaba a su espalda.- ¡Hugh corre! -se levantó como pudo y jaló a su atolondrado compañero mientras el titan los seguía

-¡Nos alcanzará! -lloriqueaba el rubio.- ¡Vamos a morir!.- La chica hizo caso omiso a los pesimistas pensamientos de su compañero, tampoco lo dejaría a su suerte, aunque siendo honesta ahora solo estaba estorbando

-¡Callate! -ordenó, sacando ese lado mandon e intimidante.- ¡Corre hacia allá! -indicó a los cuerpos fulminados de dos radicales, tal vez algo tendrían de ayuda

Los chicos se apresuraron llegando a donde estaban los cadáveres, que todavía tenían entre sus manos sus rifles de asalto, pero nada que pudiese combatir a un titán.

-¿Acaso ya no tienen bombas? -preguntó molesta mientras revisaba sus pertenencias

-Esto puede ayudar -mencionó Hugh sacando una pistola de los bolsillos del muerto y apuntándose a la boca

-¡No hagas eso! -reclamó la castaña al ver que ni siquiera era una pistola de verdad sino una de bengalas.- ¡Puede ayudarnos!

-¡Sí! ¡A mandarnos al paraíso! -clamó dramático Thatch como si hubiese encontrado una solución mágica

-¡Deja! -seguían forcejeando mientras el titán estaba en sus narices.- ¡Eh! -dijo sorprendida mientras Hugh se cubría temblando de miedo

Anya no sabía que hacer, los titanes parecían guiarse por el olor y la bengala no afectaría ese sentido, pero no tuvo otro remedio, sabía que gastaría ese disparo pero daría al menos un indicio de que ahí estaban, disparó rápidamente.

Un zumbido se dispersó, aturdió por un momento los oídos de los jóvenes quienes no podían creer que fuese una bengala de sonido. Anya estaba por aventar la pistola debido a su frustración hasta que vio al titán inmóvil.

"¿Que pasa?"

-¡Anya! -Hugh la sacudió.- ¡Es nuestra oportunidad!

-Sí -ambos se pusieron en marcha con sus equipos de maniobras.- ¿Oye no estabas adolorido? -preguntó a su compañero

-Sigo adolorido, pero hasta un tonto como yo se cuando escapar -dijo Hugh, que seguía nervioso.- No se que le pasó, parece como si se hubiese descompuesto

"¿Descompuesto?" se preguntó la chica a la vez que veía que el titán nuevamente se ponía en marcha pero ya lejos de ellos, era como si se hubiese aturdido por unos minutos

-¡Sigue! ¡Yo iré a otro lugar! -miró decidida el edificio de concentración de las Tropas Fronterizas

-¡Pero es peligroso! -lo dijo tanto como por ella, como por él

-¡Entonces acompáñame! -le sugirió.- ¡Y no hagas tonterías! -amenazó

"¡Que mandona!" pensó el rubio aunque no tuvo de otra que hacerle caso


...

-¿En donde estará? -se preguntaba desesperada la subcomandante Brzenska mirando el edificio que albergaba al museo, bloqueado en su entrada

-¡Tienen que tranquilizarse! -demandó la comandante Rheinberger.- No lograran nada con eso

-My goodness! -pronunciaba una y otra vez el señor Wilson, quien estaba sentado abanicándose la cara con su bombin

-¡Comandante! -habló un soldado que recién llegaba junto a varios compañeros.- ¡Los radicales han caído! ¡Pero los titanes siguen avanzando! ¡El Cuerpo de Investigación prestará ayuda en colocar la red de contención! -informó

-Bien -mencionó Anka con calma.- Ustedes protejan a los invitados. Yo tomaré el mando en esta situación

-No necesitas ir tú -le hablo Rico.- Yo puedo encargarme de eso

-Se muy bien que eres capaz de liderar, pero déjame esta situación a mí. Tú cuida a nuestros invitados -le lanzó una mirada discreta a Wilson quien al oír que los titanes se acercaban casi se desmaya

-Bien -obedeció Rico, entendiendo a que se refería la castaña

-Comandante Rheinberger -le llamó el hombre rubio.- Tengan cuidado

-No se preocupe Canciller Grice -le sonrió, aunque tenía una extraña corazonada.- Lo lograremos

Falco asintió, viendo a la mujer alejarse. Él había renunciado al Ejercito al ver que una parte de las decisiones vitales se hallaba en la política, al principio le costó acostumbrase a un ambiente corrupto y egoísta, pero con el tiempo aprendió a lidiar con eso, sin que llegase a corromperlo. Como Canciller, jugaba un papel sumamente importante para Eldia, a pesar de que sus antecesores lo hicieron bien, tenía que lidiar con varios problemas como los de ese momento. Él había sobrevivido a la cruel Guerra de Paradis, si se había levantado después de eso, también podría superar los obstáculos del presente.

De pronto visualizó a una sombra saltando hacia el museo por la parte de arriba, solo fueron unos segundos, pero reconoció a la persona enfundada en el uniforme negro de operaciones especiales. Sonrío cálidamente con la certeza de que todavía habían personas dispuestas a luchar por un cambio.


...

-Llegamos -pronunció Anya quedamente

-¡Chicos la ruta de evacuación es por allá! -indicó un soldado de las Tropas Fronterizas al verlos llegar

-Lo sabemos -respondió la chica.- Pero queremos hablar con el mando a cargo

El soldado les miró con confusión, pero les aclaró -Ustedes apenas son reclutas, no lo pueden hacer sin una petición escrita

-¡Es importante! -reclamó la castaña

-Sí, sí, ¿que tan importante puede ser para que lo digas en medio de una invasión titán? -le rezongó una soldado que se acercó a ellos

-Por esa misma razón

-Entonces ve y dícelo a tu papito -le contestó, logrando enfadar a Anya

-¡Solo quiero ayudar! -le gritó a la chica

-¿Vas a llorar? -se burló con una voz chillona

Anya estaba roja de coraje, pensando en que frase humillante soltarle de su más venenoso repertorio, aunque no se atrevía a tanto.

-Basta -sonó fuerte una voz femenina.- ¿Que es tan importante para estar peleando cuando una invasión titán esta en nuestras narices?

-¡Comandante! -saludaron todos los presentes, incluida la castaña pues también reconoció a la mujer que recién había llegado

-¿Que hacen los reclutas aquí? -cuestionó.- Deberían de estar evacuando junto a los civiles

-Comandante Rheinberger -saludó Anya, tratando de no parecer nerviosa.- Yo estoy aquí porque tengo información de ayuda

Anka la observó detenidamente tratando de buscar algún indicio de que ella estaba mintiendo.- Tu nombre recluta -ordeno

-Yo soy... -la castaña se sintió observada y comenzó a temblar, le provocaba incomodidad extrema lo que pensaran de ella

-Recluta -pronunció la Comandante.- No tengo tiempo para juegos, tengo que lidiar con titanes

Al escuchar eso, Anya se sintió mal, pero no por lo que pensaran de ella, sino porque ella estaba ahí por intentar salvar a sus amigos y a toda la población, si su teoría era correcta, debía intentarlo al menos.

-¡Soy Anya Arlert señor! -dijo con voz firme, digna de un veterano. Anka arqueó una ceja sorprendida

-Bien recluta, dime tus motivos para venir hasta aquí -mencionó Rheinberger, sabía de quien se trataba la chiquilla, pero ella no la iba a prejuzgar como otros lo hacían

-Comandante, estoy aquí porque tengo la teoría de que los titanes usan la ecolocalización y es probable que si lo usamos a nuestro favor ellos pueden asustarse y hacer más fácil su eliminación -dijo tan rápido que apenas y fue entendible

-¿Y como fundamentas tu teoría? -le preguntó con curiosidad

-Usamos una bengala de sonido por error y el sonido aturdió al titán, pudimos escapar ilesos por esa distracción -miró a Hugh para que la apoyara, éste solo asintió con la cabeza varias veces

-Eso no dice mucho

-Tiene razón, pero si une todos los acontecimientos vera que tienen un punto en común: el ruido -Anya empezó a hablar con más claridad, dejando a los demás asombrados.- Si aparecieron primero en Dirk fue porque ahí se estaba construyendo una mina, aquí no se habían acercado hasta que comenzó la construcción de varios edificios incluido el de la embajada, y por último las explosiones de los radicales, atrajeron a todos los titanes de la zona. Incluso parece que no emiten sonidos cuando abren su boca, pero si emiten alguno es de baja frecuencia que nosotros no alcanzamos a percibir, por algo lo aturdió la bengala.

Rheinberger sopesó lo que le había dicho la chica, dentro de las incógnitas que buscaban responder era como se orientaban los titanes, la teoría más aceptada era por el olor, sin embargo, algunos rechazaban esto, entre ellos estaba el subcomandante del Cuerpo de Investigación. Sabía que él no era tan ingenuo como para darle esa información a su hija, además de que ella no se expondría a tal riesgo por algo así, la miró fijamente una vez más, logrando que ella se tensará. Decidió hablar con ella con más privacidad, por lo que con una seña le pidió que se acercará y caminará a su lado.

-Una vez, un excéntrico borracho dijo: "Por ahora tendré en mente cualquier posibilidad hasta que puedas probar lo que dices" -mencionó Anka viendo el sol de mediodía

-¿Es solo una teoría? ¿Realmente la va a llevar a cabo?

-Creo que es la mejor opción en estos momentos -volteó a ordenar a sus soldados.- ¡Que vengan los soldados de élite para formar la nueva estrategia!

-Comandante le agradezco el haberme escuchado, tal vez no pueda hacer más que eso

-Los tiempos de paz nos han cegado -habló la Comandante.- Pero aún tenemos la oportunidad de combatir y de ganar, cada uno pelea a su manera recluta Arlert

-Puedo pedirle un favor -dijo tímidamente la muchacha

-Adelante, aunque lo haré si tu teoría acierta ¿de acuerdo? -le condicionó Anka

-De acuerdo


...

-¡¿Están todos aquí?! -preguntó fatigado Simon Lutz al grupo de jóvenes apretujados en el patio de un improvisado cuartel

Todos empezaron a mirar quien faltaba.

-Faltan Eren, Murakumo, Anya y Hugh -dijo Irina.- Se quedaron atrás y no los hemos visto desde ahí

-¡Maldita sea! -rugió Lutz al ver que de nuevo el trío real como los llamaba, estaban en problemas.- ¡¿Porque siempre que pasa algo, es a esos tres?!

-Debimos haberlos esperado -murmuró Irina a su acompañante, quien solo emitió un leve "Hmmp"

-También faltan Anton, Robert y Joe -exclamó Omar

-Ah... ellos -dijo Simon levemente, algo que extraño a sus alumnos

-¿Paso algo malo señor? -preguntó valientemente Mei

Simon mostró su rostro enfadado que espantó a los chicos, aunque viéndolo bien en sus ojos negros destellaba decepción.

-Iré a buscar a esos cuatro mocosos -mencionó refiriéndose al trío y a Hugh

-¿Y los demás? -preguntó la piadosa Rose

-Ellos no importan -dijo con un aura pesada.- Ellos no regresaran ni en sueños

-¿P-porque? -pregunto la misma chica

-Porque fueron ellos quienes dispararon contra la reina y rompieron la red

Los jóvenes se sorprendieron ante lo dicho, catalogaban a Anton, Joe y Robert como bravucones, pero ninguno se imaginó que llegarían es esas alturas.

-Yo mismo tuve que acabar con el recluta Joe -dijo Lutz con un tono apenas audible que congeló aún más a sus alumnos.- ¡No salgan de aquí hasta que se los ordene! -se retiró a seguir su búsqueda

-¿En serio ellos nos han traicionado? -preguntó Omar, una vez que Lutz había salido

-No pensé que fueran tan imbéciles -confesó Lucien

-¿Quien iba a pensar que había traidores entre la tropa? -soltó Kesia con decepción

-¡Irina! -una voz masculina señalo a la chica.- ¿Es cierto que el principito se quedo a pelear con un titán? -preguntó Bastian, desviando el tema de sus ex-compañeros radicales

-Ya venían, pero al parecer se les atravesó un titán -respondió

-¿Acaso es tan imbécil para arriesgar su vida? -se cuestionó en voz alta Steinbach

-Ellos estarán bien -habló Zorbas.- Creo...

De pronto Bastian decidió abandonar el patio, a lo que su fiel compañero le interrogó -¿A donde vas? ¡Las ordenes son esperar aquí! -le indicó Gilbert

-Ya lo sé, pero por lo menos quiero saber como va el asunto -se dirigió a la parte alta del edificio.- Tarde o temprano tendremos que lidiar con esto, y estar aquí esperando no creo que sirva de entrenamiento

-¡Puede ser peligroso!

-¿Entonces me hago de la vista ciega? -le miró con determinación.- ¡Si no voy a participar, por lo menos quiero ver con mis propios ojos esta batalla!

Los demás le miraron extrañados, conocían a Bastian Steinbach como un tipo fanfarrón, pero no creían que de verdad tuviera agallas, además de tener algo de razón.

-¿Quien diría que el Cabeza de resortes tiene las agallas de un verdadero soldado? -se mofó Alan

-Vamos con él, no dejemos que haga una tontería -sugirió Otto a sus compañeros, siendo la mayoría los que subieron al tejado a presenciar la reconquista de Shiganshina


...

-La mayoría ha sido aniquilada -habló el chico rapado Matt

-Bien -contestó su compañero.- Es mucho ejercicio por hoy

-Esto debería bastar para que coloquen la red y hasta unos que otros explosivos alrededor ¿no te parece Anansi? -le preguntó sonriente

Sin embargo Anansi no le contestó, lo que le provocó voltearse a verlo, notando que la oscura piel del chico palidecía -¡Hey Anansi! ¿estas bien?

-Matt, ¿no se supone que los titanes no pueden correr? -preguntó extrañado, cosa que desubicó a Matt, pues conocía a su curioso compañero, él no decía cosas así a menos que hubiese una poderosa razón.- ¡Mira!

Más allá del agujero en la red, una manada de titanes se acercaba a toda velocidad, nunca habían visto ese tipo de titanes, con paso tan rápido y coordinado. Inmediatamente los soldados se impresionaron ante tal espectáculo.

-¡Resistan! ¡Los detendremos aquí! -ordenó Matthew.- ¡Prepárense!

Los primeros titanes que ingresaban a territorio de Shiganshina fueron atacados inmediatamente por las tropas de Matthew Cohn.

-¡Subcomandante! -informó al subcomandante una soldado de negros cabellos.- ¡Los titanes están llegando rápidamente! ¡El equipo de élite se esta viendo superado!

Armin contempló que en lado Este se estaba librando una pelea ruda, pero la red aún no acababa de ser colocada y si eso no servía de contención, entonces los titanes pasarían sin contratiempos a Ulklin, logrando que Paradis perdiera más territorio.

-¡Necesitamos más tiempo! -miró a la chica.- ¡Macke informa al comandante Kirstein y al mando de las Tropas Fronterizas! ¡Rápido! -la chica acató la orden rápidamente

"¡Solo un poco más!"

La sangre negra caía por todas partes, aún así varios titanes lograron escabullirse de la élite del Cuerpo de Investigación.

-¡No puede ser! -exclamó Anansi al ver que otro titan pasaba de corrido, mientras el apenas y se daba abasto eliminando a otros dos.- ¡Son demasiados!

-¡No se den por vencidos! -rugió Matt a pesar de que ya se empezaban a dar las primeras bajas.- ¡Sigan con su deber! ¡Hasta la muerte!

Los soldados dieron un grito de guerra, en un intento de sacar su frustración, miedo y coraje, estos titanes anormales estaban invadiendo casi la mitad del distrito de Shingashina en tan pocos minutos y esta vez parecía no haber salvación.

-¡Por Eldia! -gritaba a viva voz el soldado rapado infundiendo ánimo en sus hombres.- ¡Por nuestras familias!

Se puso delante de la cara de un titán bastante grande y con unas extrañas protuberancias en la cabeza que parecían cuernos, apuntando su lanza relámpago en una mano y su espada en la otra, lo encaró con una osadía digna de un cuento de héroes.- ¡No pasarás!


...

-¡Eren! -Murakumo seguía gritando sin encontrar alguna pista, se balanceaba entre las casas para divisar mejor el panorama, de pronto sintió una ráfaga pasar justo cerca de él, por fortuna solo le rasguño una mejilla.- ¿Se puede saber que haces?

-¡Eres rápido Murakumo! -sentenció con veneno el joven de negros cabellos.- ¡No sabes cuanto he estado esperando en masacrarte!

-¡Eres idiota ¿verdad?! -contesto Murakumo.- Irte con los radicales no es una idea brillante

-¿Y ser carnada de titanes si lo es? -replicó Anton Parker

-Es mejor que ser carne de cañon -le siguió el juego, Anton rechinó los dientes ante tal respuesta

-Es por un bien mayor -clamó Parker ahora con falsa amabilidad.- ¡Eldia debe regresar a ser el gran imperio que fue!

-¿Y eso lo lograras matando eldianos?

-Solo a los que se opongan -dijo de mala gana, pero de inmediato cambio de actitud al saber que el mestizo no era tonto.- Pero tu eres diferente, eres fuerte.- Murakumo le miró con enojo, quien era él para juzgarle

-Dices muchas tonterías ¡ahora rindéte! -le señalo con una espada

-¿Que harás? -le retó.- ¿Me llevaras con tu papi?

-¡Patearé tu trasero! -Se puso en posición de combate dispuesto a llevarlo ante la ley, pero en su campo de visión se atravesó un titán.- ¡Quitate de ahí!

-¿Que? -preguntó Anton al ver el gesto aún mas irascible de Murakumo, en efecto, un titán estaba a su costado y él ni lo había notado

-¡Vete! -siguió gritando el mestizo

-¡Un titán! -gritó, pero con emoción.- ¡¿Lo ves?! -le preguntó a Murakumo

-¡Quitate de ahí o seras devorado!

-El señor Lummer dice que no debemos temer a los titanes, pues son como nosotros -mencionó con admiración

-¿Que dices? -el chico de negros cabellos aún no lograba entender la razón que lo hacía tan devoto, estaba por sacarlo de ahí cuando Anton se acercó aún más al titán

-¡Mira Murakumo! ¡No me hace daño! -palpó la barbilla del titán como si fuese un perro.- ¡Buen chico!

-¡¿Parker estas demente?! -demandó el mestizó ante tal falta de raciocino

-¿Aún no entiendo como pueden decir que son monstruos? -le dio la espalda al titán para encarar a su contrincante.- ¡Ustedes son los monstruos! ¡Matan titanes y no dejan que Eldia sea una potencia! ¡Es por eso que deben morir!

Casi como si fuese una orden, el titán agarró a Anton y lo llevó a su boca, el chico solo alcanzó a dar unos gritos agónicos antes de ser masticado. Murakumo por su parte se quedó pasmado ante tal espectáculo, por su mente pasó lo que Eren vivió con la reina Historia y las experiencias que su padre vivía día con día; en un principió se alistó a la Academia con el firme deseo de pelear con titanes y demostrar su fuerza, pero ahora sabía, que no solo se debía tener fuerza física sino también mental, y en ésta última era débil.

"¿Porque no hice nada?"

El titán lo ignoró y siguió su marcha hacía el oeste, el mestizo logró ver que solo había devorado una parte y lo demás lo había dejado caer, sabía que ver el cadáver no sería fácil, por eso su padre le había aconsejado que no fuera a la Academia y menos se alistará al Cuerpo de Investigación, escenas como esa eran comunes para ellos. Pero quería verlo y probarse que estaba preparado para todo, con una angustia creciente se fue acercando hasta topar con el cadáver, la parte inferior había sido arrancada, solo quedaba apenas parte del tronco para unir el brazo derecho y el cuello. Lo vio, los ojos carentes de vida y las muecas de terror, expresaban la espantosa forma en que murió. Parpadeo unos segundos desconcertado, la sensación de tristeza lo embargo, pese a todo, sintió pena por él.

"Esto es tan... lamentable" de dijo en sus adentros tanto por las víctimas como por sus sentimientos humanos que afloraban ante tal desgracia.

Se dispuso a seguir buscando a Eren, engancho los cables y se impulsó, pero en su camino salió de pronto un titán, maniobró como pudo para evitar sus fauces. No obstante, no se percató que el brazo del gigante iba en su dirección, dio una pirueta demasiado rápida, el ataque no le llegó a rozar pero si al equipo de maniobras, lo que lo sacó de balance y lo hizo estamparse contra una pared.

-¡Maldición! -soltó cuando aterrizó en el suelo, por fortuna el golpe no fue tan fuerte, revisó su equipo, el titan había abollado la parte del propulsor.- No sirve.- Lanzó el equipo dañado al suelo, sin pensar que eso atraería al titán.

Murakumo abrió los ojos de sorpresa al darse cuenta de la desventaja en la que estaba, corrió hacia una casa, por desgracia otro titán apareció cerrándole el paso, ahora si estaba en grandes aprietos, se escabulló de ellos con la intención de esconderse para después ir a ponerse el EM3D de Anton que aún servía y estaba cerca. Pero la suerte no le favorecía, pues justo antes de entrar a la casa, tropezó con una hendidura.

"¿Que diablos me pasa hoy?¿Tan mala es mi suerte?"

Levantó la cara para encontrase con los dos titanes que se acercaban cada vez más, en ese momento Murakumo sintió un escalofrío que no había sentido desde hace mucho tiempo.

~ ¡Murakumo corre! ~ Un recuerdo le llegó de pronto, inundando su ser de sentimientos negativos. Una lágrima cayó, mientras levantaba la mirada al cielo.

"Es como una pesadilla, es doloroso para mí"

Los titanes se acercaron, Murakumo no se movía, seguía mirando el cielo mientras aflojaba el agarre de las espadas y un ardor en el pecho le martillaba.

"Soy débil, al menos tuve una buena vida. Es mi fin"


...

El suelo se agitó de pronto como si un terremoto azotara la tierra, al estar en el tejado fue más notorio para los chicos que observaban incrédulos lo que pasaba en Shiganshina.

-No lo lograrán -dijo con pesadez Ralph

-Pero si esto sigue así, no solo invadirán Shiganshina, sino que Ulklin estará en riesgo también -mencionó Lydia

-¿Y ahora que hacemos? -preguntó Waldo, viendo que las ultimas personas por desalojar aún estaban alejadas de la salida, así como las cosas iban, los titanes los alcanzarían primero

-Podemos quedarnos aquí mirando o hacer algo por la gente -dijo Bastian contemplando el panorama

-¿Estáis desquiciado? -le razonó Zuria

-¿Que más podemos hacer? -pregunto Steinbach.- Ciertamente no estamos preparados para combatir, pero al menos podemos ayudar a la gente a apresurarse y en todo caso ganarles tiempo distrayendo a los titanes

-¡Eso es un suicidio! -clamó una chica de cortos cabellos castaños Charlotte

Bastian apretó la empuñadura de su espada, le molestaba solo quedarse ahí mirando, sabía perfectamente que tenían pocas oportunidades, pero debía arriesgarse, después de todo eso sería parte de su vida, que mejor que irse acostumbrando.

-Puede ser para los débiles -sonrió y tomo los dispositivos de enganche.- Pero yo confío en mis habilidades

-¿No estarás pensando en ir? -preguntó Gilbert

-No se preocupen por mí -caminó hasta el borde del tejado.- Preocúpense por el principito suicida - salió disparado rumbo a la multitud que iba a resguardarse

-Esta loco -sentenció Tabatha

-Pero tiene razón, si algo podemos hacer, es ayudar a esa gente -dijo Gretel

-¿Y lo que dijo el instructor? -mencionó Desta.- ¿Lo desobedeceremos?

-Como dijo Bastian -habló Shirley.- Quien este seguro de sus habilidades que vaya, quien no lo esté, que se quede aquí, nadie le recriminará

Ante esas palabras, varios se dispusieron a seguirla, entre ellos Alan, Omar, Lydia, Lucien, Mei, Andrea, Gretel y Waldo

-¿Que piensan hacer? -preguntó Tabatha a los que estaban dudando

-Pienso que es una locura -contestó Kesia

-Pero tampoco podemos dejarlos así -hablo Paul.- Somos un equipo ¿no es así?

-¿Estas seguro? -le preguntó Norman

-Sí ¡Vamos! -ordenó, seguido del resto de la tropa 123

-No te preocupes Paul -Otto le dio una palmada en el hombro.- Si tu estas a cargo, todo saldrá bien.- sonrió el pecoso

Gilbert caminó presuroso a alcanzar a sus compañeros pues prefirió recargar su tanque de gas, cuando sus pies pisaron un extraño objeto que nadie había notado.

-¿Que es esto? -examinó al objeto metálico y alargado.- Es un silbato -confirmo al ver su forma, al parecer con todos los acontecimientos dados, alguien lo había dejado caer sin darse cuenta

-¡Sanderson! ¡No te atrases! -gritó Desta al último de sus compañeros en lanzarse a apoyar los civiles

-¡Ya voy! -guardo el silbato entre sus ropas, pensando a quien podría pertenecerle y el porque no emitía ningún sonido.


.

..

...

***Notas***

*Bandana, pañuelo o palicate es lo mismo, aquí uso bandana

*El excéntrico borracho es Pixis :´(

*Puse unas leves referencias memisticas ¿las notaron?