Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama. Los personajes de Before the Fall son creación de Ryo Suzukaze
Advertencia: SPOILERS del manga
Negociaciones
La noche había caído ya y Eren estaba cansado, pues en tres horas se las arreglaron como pudieron para limpiar y escombrar el viejo castillo, había estado abandonado desde hace mucho tiempo, juntándose el polvo, las telarañas, la humedad y la hierba; además de administrar y guardar las provisiones. El pelirrojo tomó unos bocadillos y se dirigió a "su habitación", si así se le podía llamar al tétrico sótano del castillo. Tomando una linterna, bajo a ese lugar oscuro, tragó saliva al ver que en definitiva parecía salido de algún relato de terror de Achim, pero era una orden del subcomandante, tendría que hacerlo aunque no pudiese dormir. Apenas encendió unas antorchas para iluminar el pasillo y acomodó su lecho, cuando sintió una presencia cerca y a voltear se topo con un rostro oscuro que le hizo irse de espaldas hacia la cama y gritar del susto.
-¡Lo siento! -le dijo el hombre que había entrado en su habitación.- No era mi intención espantarte, solo venía a verte por orden del subcomandante
-Tal vez si llamas a la puerta -respondió el pelirrojo quien se levantó más calmado.- Así me evitarías estos sustos
El hombre soltó una carcajada .-Tú tienes el poder de los titanes, ¿porque temerías?
-Ahora mismo me asusta no saber nada de estos poderes -le comentó el príncipe
-¿El subcomandante no te contó sobre eso? -cuestionó el hombre de tez oscura
-Solo lo primordial -Eren se mostró consternado, lo que no paso desapercibido por el joven
-¿Así que no sabes nada más sobre los titanes cambiantes? -se acomodó mejor sus gafas
-No. Sería interesante saber más
-¿Quieres saber algo más? -el hombre le mostró una gran sonrisa acompañado de los movimientos de sus dedos juntándonse y separándose una y otra vez
-S-si -respondió el pelirrojo nervioso
-Toma asiento, será una larga charla -el hombre se sentó al revés en una silla, mientras Eren lo hizo en su cama.- ¿Por donde empezamos?
-Tal vez desde la fundadora Ymir -mencionó Reiss
-Bien, supongo ya sabes la historia de que Ymir Fritz hizo un pacto con el demonio y obtuvo sus poderes titanes con los que llevo prosperidad a su pueblo y luego extendió su dominio al mundo, blah, blah, blah...
-Sí, esa es la razón por la que aún somos mal vistos -habló Eren con tristeza.- Sin embargo, quiero saber la causa real del origen de los titanes, el pacto con un demonio se me hace tan absurdo
-Siendo honesto, pienso lo mismo -confesó Anansi.- Debe de haber una explicación científica a este fenómeno
-¿Y como lo comprobaría? Si los cuerpos de los titanes se pulverizan
-Es una buena pregunta -el joven miró fijamente al chico.- Aunque tal vez contigo sea diferente
-¿Porque lo sería? -cuestionó Eren
-Porque tienes los poderes de los nueve titanes cambiantes
-¿Nueve poderes titanes? -preguntó Eren con sorpresa
-¡Diablos! -el joven mestizo se palmeo la frente.- Eso aún no te lo decía el subcomandante
-No se lo diré -se apresuró a decir Eren.- Cuéntame más
-Ok -suspiró el mestizo.- Dentro de la jerarquía titán por decirlo así -hizo el signo de comillas con los dedos.- Los titanes cambiantes son más poderosos que los titanes puros, y entre esos nueve hay uno que es el principal: el titán fundador, quien posee la coordenada
-¿Que es la coordenada?
-Es el poder de comando que se tiene sobre los demás titanes, ya sean cambiantes o puros
-¿Yo tengo ese poder? -se cuestionó Reiss sorprendido
-Ah, pues veras -Anansi se rascó la mejilla.- Probablemente lo tengas, pero éste no funciona si no entra en contacto con la sangre real
-Eso significa que es inútil en mí -Eren bajo la cabeza avergonzado
-No te mortifiques, aún tienes otros ocho poderes
-Me podrías hablar sobre ellos -pidió el pelirrojo, a lo que el joven mestizo se entusiasmo
-No sé mucho sobre ellos, solo por lo que he recopilado de libros y de la tradición oral, ha sido una dura investigación -se ajustó sus gafas
-Estoy seguro que tu investigación es seria, si no quieres comentarme algo privado no lo hagas, solo cuéntame a grandes rasgos esos poderes
-Bien, bien. Lo primero es que esos ocho titanes cambiantes también tienen nombre: el titán Acorazado, el titán Colosal, la titán Hembra, el titán Bestia, el titán Carguero, el titán Mandíbula, el titán Atacante y el titán Martillo de guerra.
-¿El titán Colosal? ¿El titán Acorazado? -cuestionó Eren.- ¿No son aquellos que rompieron la muralla María en el año 845?
-Sí -le respondió al pelirrojo.- ¿Ahora tienes una idea de lo fuertes que son esos titanes?
-¿Y que poderes tienen los demás? -esta vez quien se entusiasmo fue Eren
-Pues la titán Hembra según los reportes puede atraer a lo titanes puros, el titán Bestia puede adoptar la forma de un animal, el titán Carguero puede permanecer meses en esa forma sin alimentarse, el titán Mandíbula posee una dura dentadura capaz de romper el cristal más duro y el titán Martillo de guerra, usa su cristalización para formar de armas.
-¡Increíble! -mencionó asombrado Reiss.- ¿Y que hay del titán Atacante?
-Honestamente lo único que encontré fue su extraordinaria habilidad de combate, supongo que por eso se llama así -dijo subiendo los hombros
Eren siguió preguntando algunas cosas más que Anansi con gusto contestó, así pasaron un par de horas sin que el sueño los reclamará, mas el joven mestizo recordó que tenía que hacer preparativos para el día siguiente, así que se despidió del príncipe.
-Me alegra que vayas entendiendo tus nuevos poderes
-Usted lo explico muy sencillo, aunque aún tengo mis dudas si podré manejarlos -dijo el pelirrojo
-Para eso estamos aquí, para que entrenes hasta que los domines, después de todo contamos contigo
-Lo sé -contestó el príncipe con determinación.- Por cierto no esperaba que le gustara mucho hablar de titanes -dijo al ver la exaltación del chico mientras hablaba
-Digamos que tengo gustos extraños -dijo Anansi.- Además, ¿como puedes combatir contra ellos si no sabes como es tu enemigo?
Reiss entendió las palabras del mestizo -Gracias subteniente
-¡Por favor! -le palmeó el hombro con brusquedad.- Llámame Anansi, yo no te digo Alteza o príncipe
-Es cierto
-Ahora descansa -recomendó el joven.- Porque mañana empezamos con las pruebas
-Sí, buenas noches -el pelirrojo se preparo para ir a dormir
-Que descanses -se despidió Anansi del chico titán que le había agradado mucho.
Marley, 878
La reunión había acabado y el Coronel General Emil von Ziegler se dirigía a su oficina, llevaba la mandíbula tensa y los puños apretados, y no era para menos, el Canciller de Eldia se había presentado en persona para avisar que ahora tenían en sus manos el poder de los titanes cambiantes y que con ellos pensaban acabar con la actual invasión titán en el territorio de Paradis. Él, como buen marleyano había propuesto declarar la guerra, pero Magath y la fracción comandada por Eldricht se opusieron, incluso el almirante Ian Pfeiffer y el mariscal Herschel dijeron que era una pésima opción; sin embargo, le pesaba más el orgullo herido de su nación al ser vilmente engañados por Eldia. Abrió la puerta de su despacho para encontrarse con cinco personas que lo esperaban ansiosamente.
-¡Jefe! -saludó un hombre pecoso y con largas patillas
-¿Que hacen aquí? -preguntó fríamente
-Lo esperábamos -le contestó un tipo alto con voz grave
-¿Para? -colocó su gabardina y su gorra en el perchero
-Para saber a que vino el eldiano -dijo la única mujer presente, quien se limaba las uñas
-Eso no es de su incumbencia
-¿No? -cuestionó un castaño de piel muy blanca.- Estoy seguro que nos darás ordenes, por lo menos dinos a que se debe
Emil torció la boca ante el habilidoso señalamiento de su subordinado.- Esta bien -suspiró.- Más les vale que no salga de aquí, o yo mismo los fusilaré
-¡Nunca lo traicionaríamos Jefe! -habló nuevamente el pecoso
-Eldia tiene nuevamente los nueve poderes titanicos -mencionó directo, sus hombres se quedaron callados ante lo dicho
-¿Es una broma? -cuestionó la mujer que había dejado de pulirse las uñas
-No
-¿Me estas diciendo que Jaeger sigue vivo? -mencionó el castaño.- O bien, ¿que cedió sus poderes sin que nos diésemos cuenta?
-Así es
-¡Eso es traición por parte de Eldia! -dijo el pecoso
-Eso mismo pienso -respondió von Ziegler.- El Canciller dice que incluso ellos desconocían el paradero de Jaeger y peor aún, no quieren decir quien es el nuevo portador
-¿Porque no lo dicen? -preguntó un hombre moreno de anteojos
-Porque sostienen que de esa manera descubrirán si existe algún infiltrado
-Hay que admitir que es una buena idea -exclamó el castaño.- De parte de ellos, pero de nuestra parte...
-¿Que hay de los espías? -interrogó el hombre alto
-No han dado ningún reporte -mencionó el Coronel General.- Lo más probable es que con esto los den por muertos, ni no es que ya lo están
-Pero y si no pueden comunicarse o tienen otros problemas -dijo el pecoso con preocupación
-Ellos debieron pensar en eso -contestó duro Emil.- Una vez que se den por muertos, ya no serán nuestra responsabilidad
-¿Y ahora que pasará? -cuestionó la mujer.- Por tu cara parece que los altos mandos se han negado a atacar Eldia
-Ni el Mariscal, ni el Presidente ni el Almirante -dijo Emil con tono frío antes de pararse y aventar con rudeza el tintero que tenía cerca.- ¡Esos imbéciles no tienen los pantalones para declarar la guerra! -gritó
Después de aventar otros objetos y escupir unas cuantas maldiciones, se calmó para dar indicaciones a sus subordinados que se mantenían expectantes, ellos ya conocían los arrebatos de su jefe, por lo que estaban acostumbrados a esas escenas.
-Bien -mencionó von Ziegler respirando hondo y arreglando los mechones negros que se despeinaron.- Voy a dar indicaciones a cada uno
-Dürer -el mencionado asintió.- Tú encargate de recopilar información de los titanes desde Ymir Fritz hasta Jaeger, busca todo sobre los poderes y debilidades de los cambiantes, todo lo que pueda ayudarnos a detenerlos
-¡Sí señor! -mencionó Philip Dürer, el hombre pecoso de cabellos rojizos y largas patillas, flacucho y con una sonrisa socarrona permanente que le daba aspecto de hiena.
-Erickson -le ordenó al hombre alto.- Mantente atento a cualquier movimiento de correspondencia o comunicaciones, en caso de que los idiotas de los espías apenas envíen información
Brendan Erickson asintió, su altura y musculosa complexión, más los rasgos toscos, hacían que el rubio fuera visto con terror, pues parecía uno de esos antiguos eldianos de los tiempos de Ymir
-Jahn -le indicó a la mujer.- Tú busca alguna pista entre los barcos y aviones, haz lo que sea necesario para que los guardias te digan si han visto algo sospechoso
-Así sera -contesto la mujer castaña y de ojos grises. Lieselotte Jahn, tenía una cara bella y un cuerpo bien formado lo que la hacía vanidosa, sumándole su carácter sádico y despectivo.
-Hanning -mencionó al hombre de anteojos.- Tu infiltrate con los eldianos que viven aquí y averigua si ellos saben la nueva noticia, no podemos permitir que formen algún colectivo rebelde
-De acuerdo -mencionó Kurt Hanning, un joven de negros cabellos atados en un coleta baja y ojos verdes
-Por último, Thiele -miró al castaño.- Tú trata de replicar el suero titán
-Sí -dijo Verner Thiele.- Aunque tengo una duda
-Habla
-¿Para que quiere la inyección?, no es más factible que trabajemos en mejorar nuestra tecnología, una guerra titán es ya obsoleta
-Eso lo sé Thiele -respondió Emil con una mirada furiosa.- Magath apuesta a la tecnología. Pero, por si alguna razón nos deciden atacar, al menos pienso quitarles los poderes titanicos y para eso necesitamos de un titán leal a Marley ¿Entiendes?
-Lo siento señor, quedó claro
-¿Alguna otra duda? -preguntó el Coronel General
Los soldados negaron y se enfilaron para salir del despacho de su superior, este día si que estaba molesto.
-¡Permiso señor! -clamaron los soldados a lo que su jefe les hizo la seña que podían retirarse
Ya solo, Emil von Ziegler se disponía a firmar unos documentos cuando recordó que había lanzado el tintero, suspiró y se recargó el silla.
"Debo controlar mi temperamento"
La tarde caía en la región de Rose, los puestos mercantiles se iban cerrando, un taller en especifico también cerraba, a pesar de eso una mujer se acercó para preguntar por el encargado del lugar.
-Busco al maestro Harkimo
-Señorita -respondió el joven que estaba por cerrar el local.- Es tarde, estamos por cerrar, venga mañana
-No puedo esperar hasta mañana -replicó la mujer.- Es urgente
-Pero señorita -el chico se estaba empezando a molestar por tan terca mujer
-Disculpe a mi ayudante. ¿Que se le ofrece? -preguntó amablemente un hombre que se interpuso
-Dialogar contigo -respondió segura la mujer.- ¿Tienes tiempo?
-Disculpe ¿la conozco? -cuestionó el hombre, a lo que la fémina mostró su identificación
-¡Como pude olvidarme de ti! -recordó el hombre de cabellos grises y algunas arrugas en el rostro.- ¡Pasa!
Invitó a la mujer a pasar a su habitación, donde le sirvió café y le ofreció algunos aperitivos
-¿Que te trae por aquí teniente Blanchett? -habló ya con soltura
-Necesito de tus servicios -dijo la mujer pelirroja
-Claro, sabes que pueden contar conmigo -sonrío el hombre.- ¿Como esta Matt?
-Muerto -respondió directo, algo que sorprendió y apenó al hombre
-Yo... lo siento, no lo sabía -su mirada se entristeció al saber el deceso del subteniente Cohn
-Es reciente -la pelirroja fijó su mirada en el hombre.- Por eso he venido, necesito una trampa algo compleja, y parece que solo puedo conseguirla en la Ciudad Industrial
-¿Entonces porque viniste aquí? -preguntó el hombre mayor
-Porque eres el único que puede diseñarla -le extendió la información que llevaba consigo
El hombre ojeo las notas, más cerro los ojos con pesar.- No creo poder hacerlo yo solo
-Por eso se elaboraría en la Ciudad Industrial
-Teniente, me apena decirlo, pero no creo poder ser de ayuda esta vez
-¿Porque no? -preguntó confundida.- Tú eres el coordinador de talleres y artesanos en esa ciudad
-Nunca he hecho algo que merezca ese puesto, solo se hereda por generación
-Tú antepasado, Xenophon Harkimo desarrolló el equipo de maniobras tridimensionales ¿no es así?
El rostro del hombre se ensombreció, luego fue a sentarse enfrente de la líder del escuadrón de élite.
-¿Chad te hablo de su familia? -preguntó el hombre mirando la mesa
-No -respondió Blanchett algo sorprendida de que mencionara a su compañero fallecido hace años.- Solo se que tenía una hermana mayor de nombre Corina
-Así es, y también desciende de una familia de artesanos herreros que residían en la Ciudad Subterránea
-¿En la Ciudad Subterránea? -cuestionó Elisa con curiosidad, Chad nunca demostró venir de ese lugar
-Fui yo quien los sacó de ahí -mencionó el descendiente de Xenophon.- Y fue porque tenía una deuda pendiente con su familia
-No entiendo, ¿a donde quiere llegar con esto? -exclamó la joven
-No fue mi antepasado quien desarrollo el equipo de maniobras tridimensionales, eso fue obra de Angel Aaltonen
-¿Angel Aaltonen? -repitió Elisa
-Él fue el verdadero genio detrás del dispositivo, pero mi antepasado fue quien injustamente se llevó los honores junto con los Inocencio -habló Friedrich Harkimo
-No tenía idea -aceptó Blanchett
-Su nombre no perduró, ya que él después perdió la vista y se retiró a la Ciudad Subterránea, donde mantuvo su oficio de artesano -Friedrich por fin miró a la chica.- El secreto se ha mantenido de generación en generación, más cuando supe que había dejado descendencia fui a buscarla, y me encontré a dos niños en condiciones deplorables
-¿Chad y su hermana?
-Tenían ocho y once años, sus padres habían muerto por culpa de unos maleantes cuando Chad apenas tenía tres años. Ellos solos se las arreglaron como pudieron.- Harkimo volvió a bajar la vista.- Y para reparar la injusticia de Xenophon, decidí llevarlos conmigo y darles por lo menos las herramientas para vivir humanamente
-Por eso entraron al ejercito -se dijo la pelirroja
-Sí, aunque la suerte no les favoreció. Primero Corina falleció en la Tragedia de Mitras y luego Chad
Elisa mordió su labio inferior y apretó fuerte su taza tratando de reprimir sus emociones.
-Me esforcé por sacarlos de ese hoyo y al final acabaron muertos. A veces me pregunto si fue una buena decisión
-Si conociéramos los resultados de una decisión, entonces no sería tan difícil tomarla -mencionó Blanchett
-Y ahora su amigo Matt ya lo ha alcanzado -dijo tristemente el hombre.- Solo queda usted teniente
-Sé que lo que diré es duro -habló con franqueza la pelirroja.- Ya es momento de un cambio y solo usted decidirá si es posible
-¿Que cambio? -cuestionó Friedrich
-Tal vez no sea un genio creativo, pero si puede ser un líder.- Elisa se puso de pie.- Y que mejor que en la Ciudad Industrial, que desde hace años no se le da la importancia que debe, siendo un lugar tan importante para Paradis
-Si hago eso, nos señalaran de rebeldes -dijo asustado Harkimo
-No hablo de rebeliones -mencionó Blanchett con una sonrisa.- Hay otra manera
-¿Como?
-Trabajando por supuesto
Marley, 878
Falco esperaba la hora para arribar al barco y regresar a casa, no tenía miedo, pese a que Marley no le agrado nada el motivo de su visita tampoco serían tan imbéciles para atacarlo. Él solo quería llegar a pasar tiempo con su familia, pues desde el juicio del príncipe se había mantenido ocupado. Mientras miraba el mar azul, escuchó unos ruidos a sus espaldas, al principio lo ignoró, pero minutos después de seguir escuchando esas exclamaciones supuso que lo llamaban a él, puesto que era el único recargado en el barandal.
-Pssst -dijo lo más discreto posible un sujeto con una gabardina y sombrero tipo fedora, un atuendo algo raro en plena primavera. Falco lo miró y se señalo así mismo, a lo que el hombre se acercó lentamente a él.
-¿Señor Grice? -saludo el hombre de tez clara y cabellos rubios.- ¿Podría acompañarme un momento? -pidió amablemente el hombre
"¿Que?" se cuestionó el Canciller por tan rara petición.- Lamento negarme pero no cree que es una petición algo ruda
-Tiene razón -admitió el hombre.- Sin embargo, la persona que desea hablar con usted es una persona importante en su país y desea negociar con Eldia
-Si es un asunto importante ¿porque no se presenta de frente? -retó Grice
-Porque no es bienvenido en estas tierras -mencionó lo más bajo posible el hombre
Falco pensó en quien podría ser el susodicho, Marley tenía a varios enemigos pero dudaba que uno muy importante se fuese a colar por querer hablar con él. Además el acento del hombre y su comportamiento le daba una idea de donde podrían venir, prefirió hacer una pregunta más para cerciorarse.
-Al menos dígame su nombre -pidió el Canciller
El hombre se quedó callado por un momento, luego respondió.- Me llamó Igor Kuznetsov
"Así que son de Gelus" se dijo Falco, sabía que esa nación los tenía en la mira, pero no imaginaba que darían el primer paso en la comunicación y menos estando en tierras marleyanas.
-Vera señor Kuznetsov -habló el canciller.- Tengo solo media hora antes de abordar mi barco, además no confío en ustedes, ¿como me pueden asegurar que saldré ileso de esa reunión?
-No demorará mucho -mencionó el hombre siempre serio.- Puede llevar escolta si desea, solo le pido que no nos denuncie a las autoridades marleyanas
Grice analizó las palabras del mensajero, podía darle una oportunidad al menos para ver que planeaban, llamó a uno de sus guardaespaldas.
-Bien, llévame a ese lugar -dijo Falco
El hombre lo condujo por unos establecimientos algo descuidados hasta dar con una taberna común, ahí lo condujo hasta una habitación en el fondo, donde pudo apreciar al menos a tres hombres, uno sentado en una mesa dando la espalda y los restantes parados cerca de él.
-Señor, he regresado -dijo Igor en el idioma de Gelus, el hombre sentado se dio la vuelta y se sorprendió al verlo acompañado
-Canciller Grice -dijo con un acento neutro, el hombre de cabellos grisáceos y ojos azules.- Es un honor que haya venido
-Supongo que debe ser alguien de renombre como para atreverse a tanto -mencionó Falco
El hombre sonrió y les indicó a sus hombres que se retirarán. -Cierto, no me he presentado, soy Yuri Lébedev -le extendió la mano.- Un gusto
-El gusto es mío, viceministro Lébedev -Falco estrechó su mano
-Así que me conoce -sonrió Lébedev.- He escuchado que es un hombre inteligente y por lo visto es cierto
-Gracias, si no es molestia podemos comenzar
-Bien -Yuri aclaró su garganta.- Creo que es simple y bastante obvio, queremos tener contacto con Eldia, ser aliados
-¿Y eso a que se debe? -Falco leía todas las expresiones del hombre frente a él.- No es que hayan querido mantener contacto antes, y cuando lo hicieron mandaron a dos infiltrados
-Nos apena bastante haber hecho eso y no haber tomado el camino diplomático, sin embargo al ser enemigos de Marley, fue suficiente para que ustedes nos vieran con sospecha
-Los vemos con más sospecha desde su intrusión en el año 859 -expuso Grice
-Cierto, lo empeoramos.- El hombre de cabellos grises suspiró.- Veo que Eldia no tiene interés en contactarnos ¿verdad?
-Mmm -Grice pensó en su respuesta.- Nos haría bien un nuevo socio comercial, no obstante dudo que la reina acepté
-Pero hicieron un trato con Balyak. Lo que nos mostró que ustedes no solo pueden depender de Marley y Hizuru
-Así es, más fue una jugada arriesgada y por la que tuvimos que pagar un módico precio. Con ustedes es más difícil, debido a su posición con Marley
-Sabemos de lo que Marley es capaz, sobretodo para deshacer acuerdos para su conveniencia. Por eso nos ponemos a su disposición si fueran traicionados
-¿Por que lo harían? -cuestionó el canciller retándolo con la mirada
-Primero, porque a comparación con otras naciones, nosotros no tenemos rencor contra ustedes y lo segundo porque... -relajo sus fracciones ante el escrutinio de Falco.- Los enemigos de nuestro enemigo son nuestros amigos
-Lo dice como si estuviéramos en guerra
-Aún no, pero las fichas se siguen moviendo Canciller y nosotros solo buscamos nuestro bienestar
-Mi barco esta por salir -dijo Grice.- Admiro su valor para buscarme
-El placer es mío y espero nos volvamos a ver pronto Canciller
-No puedo prometer nada -Falco se levantó rumbo a la salida
-¿Al menos lo pensará? -preguntó Yuri y pidió a sus hombres que lo escoltaran
-Esta bien -se despidió el rubio
-Da svidániya -se despidió el viceministro
Falco salió de ahí en compañía de su guardaespaldas, tenía una sensación de disgusto, causada no por la charla con el hombre de Gelus, sino por una de sus frases que la mantenía fresca en su cabeza y lamentablemente se podía percibir en las acciones de los demás países.
~~ Las fichas se siguen moviendo Canciller y nosotros solo buscamos nuestro bienestar ~~
Karanese, 878
Los novatos se estaban preparando antes de partir a su misión, ajustaban la montura o revisaban su equipo de maniobras y demás utensilios. Esta vez, también iban a ir con ellos varios veteranos, y es que no era para menos, la misión que tenían era: ir en busca de pistas y en el mejor de los casos encontrar el titán Nocturno que había escapado desde la noche de la excursión.
-¿Anya estas lista? -la pregunta la sacó de sus pensamientos
-Solo falta acomodarme el portalanzas -respondió la castaña, cuando de pronto algo impacto su cabeza.- ¡Ay! ¡¿Quien fue el maldito imbécil que... -se quedó sin palabras al ver a un trío de chiquillos que la miraban avergonzados
-L-lo si-siento -se disculpo en niño de unos doce años
-Esta bien -sonrió la castaña.- Fue un accidente -más los niños pasaron de avergonzados a asustados
-No deberían jugar por aquí -mencionó la voz dura de Murakumo quien tenía la pelota que impacto contra Anya.-Estamos por salir a una misión, podría suceder un accidente
Los niños bajaron la cabeza en señal de arrepentimiento, además de que Murakumo les daba algo de miedo.
-No seas tan duro -dijo Anya
Kirstein rodó los ojos, se acercó a los niños para devolverles la pelota.- Aquí tienen
-G-gracias -soltó la niña del trío, e inmediatamente después cuchichearon para incomodidad de los jóvenes, quienes prefirieron retirarse
-¡Esperen! -la voz clara de otro de los niños fue escuchada por los amigos que pararon.- Solo queremos decirles algo
-¿Que es? -preguntó Arlert con amabilidad
-N-nosotros admiramos a los soldados que luchan con titanes -dijo el que parecía ser el líder de los tres.- ¡Son tan valientes! -sonrió con inocencia, cosa que enterneció a los cadetes
-Es nuestro deber -mencionó Murakumo sonriendo y revolviéndole la rubia cabellera, gesto que emocionó a los niños
-El próximo año entraremos a la Academia para ser soldados -dijo seguro el niño rubio.- Recuerden nuestros nombres: Michael, Tristan y Adelheid
-Los recordaremos -contestó Anya como despedida pues estaban por salir
La tropa ya estaba formada, Thiago y Rania encabezaban la misión y como apoyo los acompañaban los lideres del los escuadrones logístico y cartográfico, Elias Kant y Patrick McGregor respectivamente. Llevaban galeras de suministros, así como trampas y armamento, esta vez el titán Nocturno no escaparía.
-¡¿Están listos?! -preguntó Rania
-¡Sí! -respondieron justo cuando se alzaba la puerta de Karanese
-¡Comencemos la misión! ¡Por Eldia! -gritó Thiago.- ¡Vamos!
La tropa empezó a moverse, justo cundo estaban por salir, Anya y Murakumo escucharon unas vocecitas atrás de ellos que les deseaban suerte. Voltearon para ver que el trío de niños con todo y pelota, agitaban los brazos y brincaban con emoción.
-¡Regresen a salvo! -fue lo último que alcanzaron a escuchar, y eso les ofreció un poco de calma a su ansioso corazón.
"¡Lo haremos!" fue lo que se prometieron internamente mientras se dirigían al bosque.
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****Notas****
*El cuartel general de investigación es el castillo donde Levi llevó a Eren cuando lo tomaron en custodia, no se con exactitud su ubicación.
*Before the Fall, es un spin-off que cuenta el origen del equipo de maniobras tridimensionales. Angel Aaltonen, Xenophon Harkimo y la Ciudad Industrial aparecen ahí.
*Si se han dado cuenta, he usado algunas cosillas de Before the Fall como los apellidos, personajes y ciudades. PERO debido a que este spin-off tiene unas cuantas inconsistencias y aquí trato de apegarme lo más posible al canon, tendré que modificar ciertos aspectos para que encajen con lo hecho por Isayama.
*Marley y Eldia andan en una relación tensa, donde ninguno ha dado paso a una guerra pero tampoco hay buenas relaciones.
*A veces siento que estoy contando otra historia que nada tiene que ver con SnK, pero así la estructure. La seguiré hasta que ya no le vea sentido.
