Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.

Advertencia: SPOILERS del manga


La Rebelión de los Muros

Distrito Rose, 878

Después del ataque en Jinae, el Cuerpo de Investigación se dio a la tarea de buscar al príncipe, pues el hecho de estar secuestrado podía considerarse como un atentado contra el país. Los lideres tomaron decisiones rápidamente por lo que esta vez mandaron a llamar a todos los integrantes, era una emergencia donde cada uno podía aportar algo, incluso los heridos leves como eran Murakumo y Anya, decidieron sumarse e ir a apoyar a la incapacitada Olivia Macke, quien ya se había recuperado de sus lesiones, aunque aún no podía batallar debido al molesto collarín que portaba.

–¿Entonces no se han comunicado? –preguntó la castaña, mientras viajaban en una carreta dentro de la madrugada hacia Erhmich

–No –dijo la líder de cabello oscuro y ojos ámbar –supongo que están pensando que hacer con él

–¿Alguna idea de para que lo quieren? –interrogo Murakumo extrañado de que los traficantes hayan tomado al príncipe hasta ahora

–¿Ellos sabrán que posee los poderes titan? –se preguntó Anya

–Hay una gran probabilidad –dijo seria la mujer –más no entiendo para que los usarían

–Probablemente solo quieren dinero –dijo Anya no muy segura de sus palabras

–Presiento que querrán un intercambio –mencionó Olivia –debe ser algo muy importante como para secuestrar al príncipe

–Ellos no tienen derecho a pedir a nada, siempre han sido unos criminales –habló Kirstein con enojo

–Puede que exista algo más detrás de ellos, al fin y al cabo también trabajan de mercenarios –reflexionó la líder de escuadrón

–Quien este detrás de esto debe ser muy poderoso ¿verdad? –apuntó Arlert

Olivia sonrío por la deducción de la chica –Así es –luego el semblante sereno de la morena cambió a uno más serio, creando dudas en ambos jóvenes

–Sargento Macke –dijo cautelosa Anya –¿usted sabe de quién podría tratarse?

–Pues supongo, aunque por las circunstancias deben intuirlo –dijo con seriedad

–¿Intuir que? –cuestionó Kirstein –¿Que debemos saber?

–Quien es Lummer –dijo Olivia –y todo lo que hay detrás de él

–¿Lummer? –preguntó Arlert –él tipo que ordenó el ataque en Shiganshina y que tiene bajo sus ordenes a un grupo terrorista

–Exacto, Holger Lummer siempre ha tenido ideales racistas y supremacistas, aunque se le creía muerto, el ataque a Shiganshina solo confirmó que seguía vivo y tenía varios seguidores

–¿Lo creían muerto? ¿porque razón? –interrogo Anya

–Él participó en la Rebelión de los Muros de hace dieciséis años –contestó Olivia –fue uno de los líderes de ese sangriento episodio

–La Rebelión de los Muros, casi no sabemos nada de eso –mencionó Murakumo –¿que pasó en aquella ocasión?

–Eso fue en el año 862, ustedes nacían por aquel año, por eso es normal que no sepan del tema. Y los sobrevivientes casi no hablan de eso

–Usted sabe algo líder Macke –preguntó curiosa Arlert

–No recuerdo bien que ocurrió, pero por anécdotas sé que fue algo espantoso –mencionó la morena –se que empezó como una protesta en contra de los Tratados de Hizuru, después la intensidad de las manifestaciones empezó a tomar un tinte racista hasta que un día de forma coordinada los Jaegeristas empezaron a perseguir y masacrar a gente mestiza, llegando a crear caos y que otros grupos delictivos se unieran para saquear, robar y matar. Fue hasta que la reina Historia ordeno que se sofocará la rebelión a cualquier costo. El resultado fue centenares de muertos, ciudades saqueadas y un alto costo económico para la isla

Tanto la joven castaña como el mestizo quedaron en silencio, ambos sabían que sus padres habían participado en esa misión, más nunca lo habían escuchado de sus propias palabras.

–Los Tratados de Hizuru se firmaron con sangre ¿no es así? –razonó Anya

–Podría decirse que sí –Olivia hizo una mueca de disgusto

–Rania llegó con nosotros tras eso –aportó Murakumo –supongo que ella fue uno de los huérfanos de ese episodio

–Hubieron muchos huérfanos –mencionó Macke –a algunos los acogió la reina y otros fueron adoptados, o dados en resguardo como Anansi

–¿El subteniente Anansi también fue víctima? –se sorprendió la castaña –solo sabía que sus padres habían muerto hace años

–Sí, lamentablemente el comandante Zoë y el instructor Onyankopon fueron algunas victimas de ese sangriento episodio, y Anansi fue a parar al cuidado de Flegel Reeves

–La comandante Zoë fue la décimocuarta y última líder de la Legión de Reconocimiento –recordó Murakumo a la antecesora de su padre –si ella murió, eso significa que aquellos asesinos eran bastante fuertes

–Así es, tengo entendido que había militantes del ejercito –dijo la sargento –por eso la reina Historia no tuvo más remedio que aplastar la rebelión con mano dura

–Eso significa, que ese loco de Lummer puede volver a repetir esa rebelión –señalo el mestizo

–Ese es nuestro mayor temor –opinó Olivia –y más ahora que tiene al príncipe

Anya sintió un terrible escalofrió, podía usar a Eren para conseguir algo importante o bien podrían armar toda una masacre. ¿Que plan tenían su padre y el comandante para este problema?.

–Por ahora no nos queda más que esperar que se contacten con nosotros o en el mejor de los casos detenerlos a tiempo –habló Macke

Ambos jóvenes asintieron pensativos en la gran apuesta que estaban llevando a cabo y rogaron en sus adentros que su amigo estuviera a salvo.


...

Mitras, 878

La habitación era de las únicas con luz en medio de la noche, pero siendo un funcionario cercano a la reina debía estar al pendiente, escuchó que llamaban a su puerta, sabía quien era la persona al otro lado.

–Adelante –dijo e inmediatamente ingreso una mujer rubia de ojos verdes

–Señor, ha llegado un telegrama desde Utopía –entregó el papel

–Así que se han liado con ellos –dijo Inocencio una vez que leyó el papel

–Se trata de Lummer ¿cierto? –cuestionó la joven

–Sí y por lo visto ha unido fuerzas con El Verdugo –mencionó Herman con una sonrisa de burla

–El es el líder de los traficantes –aportó June –eso complicará más las cosas

–¡Vaya lío que se ha armado! –dijo el rubio suspirando –realmente supieron como moverse

–¿Que hacemos ahora? –preguntó la mayor de las hermanas Inocencio

–Esperar, el Cuerpo de Investigación expuso así al príncipe, ellos deben recuperarlo

–¿Y lo lograrán? –Herman miró con intensidad a su hija –me refiero a ¿que no es primordial rescatar al príncipe?

–Sí, especialmente porque tiene los poderes titanes, pero eso puede significar que se vuelvan a sacrificar varias vidas

–¿Una nueva Rebelión de los Muros?

–Es probable, o al menos es lo que quiere que pensemos. Solo el Cuerpo de Investigación puede mover la balanza por ahora

Herman se levantó de su asiento y miró por la ventana, varios soldados custodiaban fuertemente el palacio.

–¿Como esta la reina? –cuestionó el hombre

–Le tuve que dar un somnífero en el té para que durmiera

–Es extraño ¿verdad? –peguntó el funcionario a su hija –que a la reina le importe tanto un niño que no comparte su sangre

June arqueó su ceja en una rara confusión –¿Que no adoptaste también a una niña hace tiempo y le diste tu apellido?

–¡Oh sí! La linda Rania no merecía vivir así

–Pero podría seguir con los Kirstein, ellos la trataban bien

–¿Y exponerla a más actos racistas? –opinó el hombre

–Eso puede pasar en cualquier lugar –dijo la rubia

–Pero al estar con nosotros, podemos protegerla por el renombre de nuestra familia

–Al final, acabó siguiendo al comandante Kirstein –dijo June –al parecer lo ve como un padre

–¿En serio? –preguntó el funcionario

–Eso dicen

–No es que me importe mucho lo que piensen los demás, Rania es mi hija –dijo Herman en un tono un poco más elevado

June Inocencio no entendía porque su padre se empeñaba en defender a su hija adoptada y burlarse cínicamente del príncipe adoptado.

–En ese caso me retiro –dijo la rubia decepcionada, quien a punto de tomar el pomo de la puerta escuchó su nombre, por lo que se congelo en ese lugar

–Antes de irte, puedes dar esta información al Cuerpo de Investigación –le ofreció su padre un papel doblado

–De acuerdo –la joven tomó el papel –aunque pensé que no los ayudarías

–Solo les estoy mostrando la probable ratonera

Herman sonrío y se dedicó a seguir contemplando el paisaje nocturno.


...

Gelus, 878

La fría mañana caía sobre los fastuosos palacios que alguna vez sirvieron a los emperadores pero que ahora el pueblo disponía, en especial los que eran parte del Consejo. Los delegados tenían ahí sus oficinas, en el caso del delegado de Asuntos Externos, éste casi no se presentaba pues su salud no estaba en buenas condiciones, por lo que su vicedelegado tomaba la mayor parte de sus deberes.

–Aquí esta la información que pidió vicedelegado Lébedev –dijo un hombre de mediana edad que ayudaba al responsable de la Delegación de Asuntos Externos

–Gracias Igor –el hombre de cabellos grises tomó la carpeta que su asistente le dio

Yuri empezó a leer los reportes y cuestionó a su asistente –¿Entonces los espías que se enviaron a Eldia nunca regresaron?

–Así es, Vitus Ivanovich y Olenka Borisova nunca regresaron aquí

–¿Sabes que ocurrió con ellos? –preguntó Yuri –aquí solo dice que Eldia se dio cuenta de ellos en el año 859, y fue porque amenazaron a la mismísima reina y su hija

–Tengo entendido que Borisova murió e Ivanovich aún paga su condena –respondió Kuznetsov

–¿Cual es su condena? –preguntó el delegado curioso

–No se sabe con certeza, pero los rumores dicen que hay un gelusiano en las tropas eldianas

–¿Se podría considerar traidor?

–Sí sirve para otro ejercito, ya no es digno de regresar a la Bienamada Gelus –dijo Igor Kuznetsov entre solemne y soberbio

–Así se habla –felicitó Yuri a su asistente, mientras le extendía otra carpeta con algunos papeles maltratados –¿Esto es?

–Son papeles relacionados directamente a esta misión –explicó el hombre –casi no quedan registros de ella

El vicedelegado se dedicó a observar esos papeles que parecían no tener mucha importancia, hasta que encontró algo de interés.

–Un momento –Yuri paró su lectura y le dirigió la mirada a Igor

–¿Que sucede señor?

–¿No se supone que solo fueron dos personas? –cuestionó el vicedelegado –¿Porque aquí aparece como si hubiese alguien más? Hay tres firmas –señalo un garabato de más en los registros

Kuznetsov observó atentamente el papel que había interesado a su jefe y encontró lo mismo abriendo de más sus ojos por la sorpresa –Es cierto, embarcaron tres personas

–¿Quien es esa tercera persona?

–Permitame –pidió Igor mientras examinaba un poco la firmas en el papel –parece que hay un nombre

–¿Puedes averiguar que dice? –preguntó Lébedev

–Por supuesto –el asistente sonrío satisfecho, podía con esa encomienda

–Queda en tus manos

–Sí señor

Yuri decidió salir a estirar las piernas, miró el cielo azul y respiró el aire puro que le transmitió tranquilidad, suspiró, tal vez era una de las últimas veces que sentía esa paz. Después de todo, las naciones poderosas y las emergentes estaban en constante duelo por dominar al mundo ante la cada vez más debilitada Marley. Y uno de los grandes anhelos de Lébedev era tener el apoyo de Eldia, una nación que no podía subestimarse, en su caso prefería tenerlos de aliados, aunque si ellos se aliaban con sus enemigos, tendrían que pasar por el cada vez más preparado Ejercito de Invierno.


...

Mitras, 878

El amanecer caía sobre el palacio real, sin embargo, en la habitación principal, la monarca de Eldia se movía constantemente sin poder conciliar el sueño, por lo que decidió levantarse de una vez. Colocándose su bata de seda y sin arreglarse, decidió salir por un té o algo que le calmará la ansiedad que sentía desde que le dieron la noticia de Eren.

Paso por los pasillos decorados de grandes cuadros que alguna vez se hicieron para el monarca en turno, aunque rara vez pasaban por ahí. Contemplo el último cuadro, era una pintura que representaba a la familia real de hace quince años; en medio, sentada la reina Historia vestía un sencillo vestido blanco acompañado de su banda transversal; del lado derecho estaba ella con un vestido infantil color beige y una pequeña corbata de bolo que la identificaba como sucesora; del lado izquierdo siendo sostenido por la reina, estaba un pequeño Eren vestido con un amplio ropón y una capota, ambos de color marfil. Emitió un largo suspiro.

Camino sin ser completamente consciente de por donde pisaba, hasta que en un cruce de pasillo le salió una persona con la que no pudo evitar chocar.

–¡Fijate por donde v...! –la reina se quedó callada al reconocer a esa persona –señor Cramer

–¿Esta usted bien Majestad? –preguntó con cortesía el hombre

–Sí, disculpe mi imprudencia –dijo algo nerviosa la mujer

–No discúlpeme a mí por no fijarme –el hombre escaneó rápidamente a la joven –¿Pero que hace aquí a estas horas?

Ymir se sonrojo al notar que estaba todavía en bata –Solo iba por un vaso de agua

–¿Esta preocupada? –dijo el parlamentario compasivo al notar las ojeras de la reina

–Sí –admitió la rubia con un tono de voz apagado

El moreno sintió empatía por la muchacha por lo que le ofreció un poco de apoyo –Si gusta, puedo prepararle un té relajante

–¡No! ¡No se moleste! –exclamó la reina negando con ambas manos

–No es molestia –mencionó Ludwig –además le debo un favor –y sin esperar el consentimiento de la reina, el joven parlamentario se dirigió a la cocina seguido de la monarca

Ambos entraron en la cocina, en donde solo estaban dos mozos que al verlos los reverenciaron, más el joven Cramer pidió su ayuda para encontrar lo que necesitaba, después les pidió que salieran y ellos así lo hicieron.

–Aquí tiene Majestad –puso frente a la reina una bebida de color oscuro, Ymir mostró desconfianza –lo siento Majestad, olvide que usted no puede ingerir cualquier cosa que no sea supervisada –se disculpó

La reina Reiss se avergonzó de ese habito, de que su comida debía ser estrictamente supervisada antes de probar bocado.

–Esta bien, confío en usted –la rubia bebió el té y lo sintió realmente agradable –esta delicioso –sonrío

–Me alegra que sea de su agrado, es una receta familiar

–Su familia tiene buen gusto –felicitó la reina

Ludwig sonrío con esa apacibilidad característica, que junto a la luz solar que se colaba en la cocina lo hacían verse más atractivo, casi como si se tratará de un ser celestial, Ymir no pudo evitar mirarlo quedándose embobada.

–Es bueno verla menos tensa Majestad –dijo el joven

–Llámame Ymir –dijo la rubia para disimular su aturdimiento

El joven abrió de más sus ojos azules sorprendido por esa petición y negó con la cabeza –No creo que sea adecuado

–Cuando estemos solos –habló la fémina –¡quiero decir ahora no hay nadie más! –exclamó atolondrada pero aún así el joven comprendió sus palabras

–De acuerdo, Ymir –dijo con un tono suave que provocó un ligero escalofrío en la monarca que le hizo olvidarse de Eren por un momento

–Es hora de prepararme –dijo solemne la mujer, quien rápidamente se puso de pie buscando un escape a esas raras sensaciones –Agradezco su bebida

–No es nada, lo importante es que usted este bien –el hombre observó que el gesto triste de la reina regresaba –No se preocupe, estamos trabajando para encontrar al príncipe, además él es fuerte

Ymir sonrió ante esas palabras y asintió con la cabeza para posteriormente marcharse, dejando a un Ludwig Cramer algo confundido por el extraño comportamiento de la reina.


...

Distrito Rose, 878

~ Las campanas anunciaban la buena nueva y los pétalos blancos le daban la bienvenida a los nuevos esposos. Recordaba que en ese instante lo que llamó su atención fue el gorro extraño que la novia portaba, pues nunca había visto uno igual en sus pocos años de vida.

¿Que es eso? –señalo el tocado de la mujer

Es un wataboshi –le respondió el hombre que lo cargaba en sus hombros

Un gatabochi –repitió erróneamente a lo que el hombre sonrió

En Hizuru acostumbran a vestir así a las mujeres que se casan –explicó el hombre de piel oscura

¿Porque?

Porque es una tradición

¿Y porque se visten diferente a las novias de aquí? –el niño preguntaba curioso

Porque es una cultura diferente

¿Ellos son diferentes? –cuestionó el pequeño

Sí, bueno no –el hombre se corrigió pronto –todos somos humanos, solo que pensamos diferente

Pero tú y yo somos oscuros –dijo el pequeño quien a pesar de su corta edad era muy observador –y ellos tienen ojos chiquitos –señalo a las personas enfundadas en kimonos que felicitaban a la pareja

Sí, tenemos algunas diferencias físicas, aún así todos somos iguales, todos comen, beben, sueñan, respiran y también aman; y es el amor el más importante –le señalo los novios a su hijo –porque no importa la nación donde hayas nacido, todos tenemos el don de amar

El hombre lucía un traje negro pero bastante elegante, mientras la novia usaba su kimono blanco, ella iba colgada del brazo de su esposo y ambos sonreían sinceramente. El pequeño logró entender el motivo de la boda, pues dos personas de lugares, formas de vestir y fisionomía diferente, se amaban sin importar esas diferencias y eso era motivo de alegría.

Entonces... –el chiquillo pensó un poco y tuvo una idea que no tardó en exponer –¿tu usaste ese gatabochi cuando te casaste con mamá?

El hombre sonrío nerviosamente –No exactamente –se limitó a contestar, el niño quedó con más dudas pero ya no dijo nada porque escuchó la escandalosa voz de su madre

¡Jeeeeaaaaan! ¡Ryoko! ¡Felicidades! –gritó chillonamente la mujer castaña abrazando efusivamente a la pareja

Gracias comandante –respondió el novio algo abochornado –nos alegra que este aquí

¡No podía faltar! –palmeó la espalda de Jean –Además te daré días libres para que disfrutes tu luna de miel –le dijo en un tono más bajo que avergonzó al subcomandante de la Legión de Reconocimiento

Comandante –dijo entre dientes el recién casado

¡Onyakopon trae el regalo! –gritó la mujer al hombre que cargaba al niño

Bien, es hora de bajar –le dijo el instructor al niño mientras lo depositaba en el suelo –es momento de ir a celebrar

El pequeño Anansi se quedo observando el movimiento de las personas, entonces descubrió que una boda no era una simple fiesta para ir a comer pastel y bailar –o embriagarse para los adultos –sino que era un verdadero motivo de festejo que dos personas se amaban sobre todas las cosas. Ahora entendía que la humanidad había sido bendecido con un don increíble. ~

El sargento cabalgaba rápidamente mientras recordaba su pasado, Anansi Zoë había descubierto –mediante una plática indiscreta– de boca de los trabajadores de Reeves, una noticia que podía darle una pista sobre el secuestro de Eren, ahora mismo se dirigía Yalkell para aclarar ese dato.

Sus manos temblaban de enojo y frustración a la vez, no quería por ningún motivo que ese sangriento episodio se repitiera, por eso entro al Cuerpo de Investigación, ya que no había titanes que perseguir, se disponían a seguir a otros monstruos. Pero el cambio que surgió en Mitras en el 872, hizo que nuevamente batallaran con los seres gigantes y descuidaron las tareas de vigilancia y espionaje. Aunque también la agradaba investigar titanes, detrás de esa extravagante curiosidad se escondía la búsqueda de quien eran los responsables de "revivir" a los titanes; aunque casi aseguraba que nuevamente era una estrategia humana.

Aún tenía frescas las imágenes que vivió en aquel noviembre del 862.

~ Ese día era tan normal como siempre, había acompañado a su padre en sus practicas de zeppelin –aunque él se quedase en tierra– le gustaba ver como su papá enseñaba a los temerosos miembros de las aún Tropas Estacionarias como volar en esos artefactos. Después de las clases volvían para comer en familia, cargaban algunas bolsas con los ingredientes para preparar deliciosos platillos, pues también era de su agrado cocinar junto a su padre y que después su madre comiera esos platillos con tanto fervor, que le era inevitable sonreír.

Mientras caminaban con calma por las calles de Trost, les llamó la atención un grupo de personas reunidas en una tienda de comestibles.

¡Instructor Onyakopon! –gritó un hombre al reconocer al soldado emigrado

¿Que sucede? –preguntó extrañado el hombre de piel oscura

¡Unos locos han bloqueado la puerta principal! –exclamó el hombre –¡ni la Policía Militar ni las Tropas Estacionarias han intervenido!

No pueden hacer eso –explicó el hombre proveniente de Iprafe –¿que razón tienen para hacer eso?

Son Jaegeristas que protestan contra los Tratados de Hizuru –dijo una mujer que portaba un hiyab –y que tampoco nos quieren aquí

Anansi se percató que ahí estaban reunidos personas de diferentes culturas, habían algunos parecidos a su padre, algunos portando un fez, otros turbantes, algunos kipás y otros mas luciendo un bindi en su frente. De pronto, un joven llegó corriendo agotado.

¡Ellos... están saqueando! –gritó el joven alarmado

No hacía falta mayor explicación, pues los gritos y los golpes empezaron a escucharse infundiendo pánico en las personas.

¡Tenemos que huir! –sugirió un hombre mayor

¡Pero la puerta sur también esta bloqueada!

¡Nos tienen acorralados! –exclamó otro hombre horrorizado, los demás también se asustaron, los Jaegeristas recientemente se estaban volviendo más agresivos con los inmigrantes y sus descendientes

¡Moriremos! –exclamó una mujer madura sollozando y aferrándose a su familia

Anansi instintivamente se acercó a su padre tomándolo de la mano, incluso no se dio cuenta cuando dejo caer las compras.

¡Esperen! –su padre alzo la voz –Aún podemos hacer algo –los demás lo observaron –¡Intentemos huir al sur!

¡Pero nos tienen acorralados! –gritó desesperado un joven, se escuchaban detonaciones de armas y explosiones

¡Aún podemos intentar pasar hacia Shiganshina! –Onyakopon le dio una mirada a su hijo –¡Al menos podemos lograr que los niños y las mujeres pasen!

Todos se quedaron pasmados, esa propuesta era difícil de escuchar incluso para Anansi que era un niño no intuyó algo bueno en esas palabras. El silencio se rompió hasta que un hombre maduro se separó de su esposa e hijos y con determinación aceptó.

¡Instructor por favor guíenos! –pidió el hombre ante las lágrimas de sus familiares –¡Le daremos una posibilidad a nuestras familias!

Poco a poco los demás se unieron, tomaron lo que tuvieron a la mano y se armaron de forma que los vulnerables quedaran en medio de dos frentes que los protegerían.

¡Papá! –exclamó Anansi al ver a su padre armarse

Anansi –le dijo el hombre con un tono suave –Todos existimos porque se nos quiso tal y como somos, nunca lo olvides

¿A donde vas? –estaba muy asustado como para reparar en la frase

Solo quiero que vivas –el soldado tomó al niño de los hombros –yo sobreviví a la Guerra de Paradis, ahora es tu turno, tu eres el futuro –derramó unas cuantas lágrimas

No se dijo más, padre e hijo se fundieron en un abrazo cálido y a la vez nostálgico.

Anansi veía como los hombres peleaban valientemente contra los "malos" y como algunos caían ante los ojos de sus familiares, corrieron por varias calles hasta llegar a la puerta, donde se dio el enfrentamiento más sangriento. La resistencia peleó salvajemente para hacerse un paso a los vulnerables, lo último que vio Anansi de su padre fue dispararle a varios Jaegeristas que se abalanzaban contra los indefensos, quienes después de pasar la puerta varios radicales empezaron a seguirlos.

El niño corrió junto a otros infantes y mujeres que sollozaban y temblaban, hasta que se escuchó una gran explosión en la puerta, cuando él volteó solo vio el fuego consumiendo parte de esa área sin rastro alguno de sus perseguidores.~

"¡No lo lograrán! ¡No esta vez, Fraternidad Fritz!" maldijo mientras una lágrima se deslizaba en su mejilla, tal y como lo habían hecho sus padres años atrás, ahora era su turno de evitar una catástrofe mayor, apresuró el trote para llegar lo más pronto posible a Yalkell.


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***Notas***

*Decidí emparejar a Hans con Onya (le llamaré así en las notas) porque pienso que ambos tienen probabilidades de sobrevivir al retumbar, además de que no veo ningún vinculo romántico entre Hange y Moblit o Erwin o Levi. Y me da la impresión de Onya podría enseñarle cosas del mundo devolviéndole esa curiosidad característica de ella (neta extraño muchísimo a la Hange de antes).

*Además ya saben mi gusto por las parejas cracks, viva el Onyahan (o como sea) XD.

*Aquí Hans fue la última comandante de la Legión de Reconocimiento, siendo Jean el primer comandante del Cuerpo de Investigación.

*Gelus esta más que inspirado en la URSS, tampoco trato de hacer una calca para no generar polémica.

*El wataboshi es un tocado que visten las novias tradicionalmente en Japón, es equivalente a un velo. El hiyab es el velo que cubre la cabeza y parte del pecho usado por las mujeres musulmanas. El fez es un sombrero que usan los hombres que se comenzó a usar en el imperio otomano. El kipá es el gorro que usan los judíos. Y el bindi es el lunar en la frente usado por la gente de la India y alrededores.

*Aún no se dice de donde viene Onya así que le dejaré que viene del equivalente de África.

*Ya sé, hay mucho blablablah y nada de titanes, pronto aparecerán.

*Probablemente el próximo capítulo salga más tarde, pues ahora si tengo un montón de trabajo :´(