Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.
Advertencia: SPOILERS del manga
Huida
Paradis, 878
La noche caía refrescante en las costas de Paradis, las estrellas comenzaban a brillar y los botes se quedaban quietos sujetos en el muelle. Las Tropas Fronterizas hacían su patrullaje con calma desde que los titanes dejaron de avistarse, por lo que varios soldados de las Rosas y el Timón dejaban sus labores incompletas, especialmente sus recorridos nocturnos. Al menos, un soldado maduro seguía cumpliendo su deber, mientras caminaba a lo largo de la costa también tomaba ese tiempo para reflexionar.
–Las estrellas se ven más claras desde aquí –dijo para si el hombre de largos bigotes y gorro de orejeras –hoy es otra noche tranquila –suspiró el soldado aliviado
Siguió su recorrido hasta llegar a los límites del pueblo y una vez que comprobó que no había nada extraño decidió volver al cuartel, aunque a unos pasos escuchó un ruido entre los desperdicios de un callejón, supuso que se trataba de algún gato callejero por lo que no le dio importancia. Esta decisión la lamentaría inmediatamente al ser tomado de un brazo violentamente y vendando su boca para impedirle el habla, fue arrastrado hasta el callejón y esposado, su raptor era alguien bastante fuerte que no le costo inmovilizarlo en el suelo.
"¡¿Porque diablos me pasa esto a mi?!" se cuestionó el hombre mientras rogaba internamente que tuvieran piedad.
–Escucha atentamente –pronunció en voz baja el captor –quedate en silencio y no trates de hacer algo estúpido
El soldado fronterizo asintió rápidamente debido al miedo, aunque la voz del sujeto sonó bastante aguda para él.
–Queremos que cooperes con nosotros –mencionó el sujeto que aún no se lograba ver –no te haremos daño, al contrario
"¡¿Que?!" se preguntó el hombre confundido, aunque se quedó quieto tal y como se lo pidieron, el captor entendiendo su sumisión lo incorporó para que se sentara y por tanto le quitó la mordaza de la boca.
–Privideniye! –exclamó el soldado cuando por fin vio el rostro de su verdugo, éste a su vez le propinó un golpe en la nariz que le hizo brotar sangre
–Tranquila Sara –escuchó otra voz que provenía de un lugar más alto –no te insulto
–No se que idioma es –sentenció el captor ahora revelándose que se trataba de una mujer –pero por si las dudas, le demuestro que yo no soporto los insultos
–Pues te llamó como lo hace usualmente Anansi –la otra mujer habló con tono claramente burlón
–No me lo recuerdes
El soldado que contenía el sangrado, levantó la vista para observar mejor a aquellas mujeres, la primera, quien lo había amordazado era albina y tenía un carácter pesado, a la segunda la cubría una capucha y estaba subida sobre un contenedor viejo, como si vigilará la entrada al callejón.
–¿Q-que es lo que quieren de mí? –balbuceó el soldado fronterizo todavía adolorido
La albina se acercó a él con una mirada fría y amenazante –Tú eres Vitus Ivanovich –mencionó como afirmación más que como pregunta
–S-sí –respondió el soldado
–Hemos venido a protegerte –siguió hablando la mujer albina –somos del Cuerpo de Investigación
–¡¿Eh?! –Vitus no pudo más que emitir ese monosílabo y parpadear confundido
La mujer subida al contenedor comprendió al pobre hombre y con voz más dulce explicó –Pronto te estarán buscando y no te irá muy bien
–¿Quienes? –preguntó Ivanovich sin entender nada
La albina chasqueó la lengua –Olivia deja que yo le expliqué
–Pues lo haces terrible –la líder del escuadrón de comunicación le sonrió a su compañera
–Como sea –Sara Zimmerman desvió el tema y dirigió su mirada nuevamente al hombre –hay alguien que te esta siguiendo y pronto vendrá por ti
–¿De quien se trata? –Ivanovich formuló impaciente
–De un antiguo camarada
–P-pero Olenka esta...
–¿Te suena el nombre de Stanislav Ilyin? –preguntó la soldado de élite
Vitus Ivanovich se mantuvo sereno por unos segundos hasta que su memoria hizo conexión con aquel nombre –¿Stanislav Ilyin? ¿el súper soldado?
–¿Sabes más sobre él? –Sara se arrodilló a su altura para escucharlo mejor, Olivia se mantuvo atenta a la conversación pero su mirada seguía en la calle
–Pues realmente son rumores, nunca lo conocí –se sinceró el hombre –además era algo así como parte de una investigación secreta
–¿De que trataba esa investigación?
–Solo sé que intentaban crear al mejor soldado –Vitus se encogió de hombros –y parece ser que él era un sujeto de prueba
–Eso tendría sentido –dijo Zimmerman recordando la fuerza que demostró en su pelea en Monzen
–Pero ¿para que me quiere él? –interrogó temeroso el hombre del ushanka
–¿No lo sabes? –Sara se sorprendió por la pregunta, pero decidió revelarle la información al soldado proveniente de Gelus –ese tipo fue asignado a monitorearlos a ti y a tu compañero cuando llegaron aquí, y en caso de fallar...
Vitus no necesitó que Sara le dijera lo demás, ahora entendía porque Gelus nunca envío ayuda. Aunque había otra cosa más –¿como es que él sigue con vida? ¿y porque no tomó mi vida en ese entonces?
–No tengo idea –la albina respondió sincera y sin tacto –pero se las arreglo de alguna manera, no por algo hoy es el criminal más buscado en Paradis
–¿Criminal? –Ivanovich tragó saliva ante la cruda confesión
–Tu antiguo camarada hoy es conocido como el Verdugo Stan
Vitus tembló de la impresión, de todos los criminales tenía que buscarlo el más sanguinario –¿Porque me busca? –cuestionó con un tono bajo
–Tal vez para callarte o para sacarte información
–¡Yo no se nada! –exclamó el hombre desesperado
–No lo comprenderá –sentenció Zimmerman inexpresiva –por eso estamos aquí, no te pido que seamos amigos pero si que confíes en nosotros ¿que dices?
Antes de que el hombre pudiese tomar una decisión, algo alertó a Olivia Macke –Alguien se acerca –susurró a su compañera
Sara no dijo nada, más que lanzarle una mirada de advertencia a Vitus, quien tragó saliva pesadamente...
Cuando dos hombres ebrios pasaron frente al callejón, éste estaba solitario.
...
Trost, 878
El alba generalmente era tranquilo, por lo que algunos comerciantes aprovechaban ese momento para abastecerse de producto o de intercambiarlo, para posteriormente ir a venderlo. Esta era la forma en que la compañía Reeves se suministraba de productos necesarios, así que el mismo presidente de la compañía estaba ahí haciendo negocios.
–¿Estas loco? ¡esto esta muy caro! –mencionaba Flegel con decepción
–Es lo que cuesta traerlo hasta aquí –respondió un hombrecillo calvo –sabes que el cerco comercial de Marley es difícil de atravesar
–Lo sé –dijo Reeves –¡pero esto es casi el triple! ¡y ni siquiera a pasado medio año!
–Ya sabes como son las cosas –mencionó el otro comerciante sin alterarse
–Escucha esta vez será la última vez que te compre –habló Flegel con seguridad mientras sacaba un fajo de billetes –no puedo estar subiendo precios constantemente sin razón aparente
–Culpa a Marley –rezongó el hombrecillo mientras tomaba de mala gana los billetes –o al inepto del gobierno por no saber hacer tratos
–En parte es su culpa como lo dices –Flegel le dio una mirada de asco –pero también gente como tú se aprovecha de la desgracia para beneficiarse
–No me digas que tú no lo haces –el hombre le sonrió cínico
Reeves hizo una seña a sus hombres de cargar la mercancía, sin responderle a su compañero de negocios.
–¡Oh! ¡Que tierno un comerciante honrado! –se burló el sujeto –entonces son ciertos los rumores de que proteges Trost a tu manera
–Mi padre me enseñó sobre los negocios –sentenció Flegel orgulloso –y también me enseño a cuidar a mis clientes
–¿A los soldados? –el hombrecillo lo encaró socarronamente
–A quien pague por mis productos –respondió Reeves sin alterarse –y con los soldados no tengo relación más que la laboral
–Pues anteriormente parecías tener cierta predilección por el ejercito –arremetió el sujeto –especialmente el Cuerpo de Investigación
–No
–Esta bien –farfulló el comerciante –de todos maneras deberías presionarlos a que recuperen los territorios de Dirk
–¿Eso que tiene que ver? –cuestionó Flegel confuso
–Pues que esa es nuestra razón para seguir aumentando precios –el hombre sonrió burlón, Reeves prefirió ignorarlo y caminar hasta su grupo, entre ellos una joven de cabellos negros y mejillas pecosas le salió al encuentro
–¿Que te dijo ese enclenque papá? –la muchacha cuestionó preocupada –te ves molesto
–Solo un encuentro con otro comerciante corrupto –dijo Flegel intentando parecer tranquilo ante su hija
Mona Reeves volteó a ver al hombrecillo que había conversado con su padre, su vestimenta costosa a simple vista indicaba un tipo codicioso. Ella estaba sumergiéndose en los negocios de su padre como futura presidenta de la Corporación Reeves y aprender a lidiar con todo tipo de gente era esencial para mantener al flote el negocio. Aunque en el tiempo que llevaba como aprendiz, ya había aprendido de ciertas mañas para comerciar, algunas de ellas algo sucias.
–Como sea, es hora de abrir la tienda –dijo Flegel acomodándose el saco, en ese momento se presentó uno de sus trabajadores con un mensaje que le susurró al oído. La cara de Reeves palideció, Mona lo notó enseguida –Mona y los demás adelántense, yo... –carraspeó algo nervioso –iré a ver a un cliente importante
–¿Iras tú solo? –cuestionó Mona, ante la actitud extraña de su padre
–Sí, no tardaré –Flegel sonrió para evitar preocupaciones en su hija
Los trabajadores asintieron y el presidente salió hasta el lugar indicado por el mensajero: un viejo almacén. Reeves suspiró profundo antes de entrar, tenía el presentimiento de que se encontraría con alguien indeseable.
–¡Hey Reeves! –sintió como un brazo lo rodeó por el cuello y la voz se escuchó cerca de sus oídos –¡Cuanto tiempo!
–S-señor Stan –tartamudeo Flegel ante la sorpresa del hombre de llegar por atrás –¿en que puedo ayudarlo?
Stan lo soltó y sonrió con diversión –¡Vaya! Estas muy amable el día de hoy
–No –Flegel tosió y luego recompuso su actitud de buen negociante –solo me tomó desprevenido, estaba surtiéndome con mi proveedor
–Lo sé –mencionó el traficante de cabellos grises –pero esta vez es algo urgente –su voz se tornó seria
–¿Porque? ¿sucedió algo? –quiso saber el hombre pecoso
–No ha sucedido nada... aún –respondió Stan jugueteando con una daga que puso los pelos de punta a Reeves
–¿Q-que planea? –cuestionó el presidente de la Corporación
–Es hora de eliminar las amenazas, desmantelaremos el Cuerpo de Investigación –el hombre vestido de negro sonrió socarronamente –...por completo
–Eso significa que... –Flegel comprendió que no solo iban a deshacer ese regimiento mediante la ley sino a eliminar a cualquiera que se opusiera –¿entonces quien se hará cargo de la seguridad de la isla? –preguntó el hombre quien no quiso verse preocupado
–Adivina –el traficante ensancho su sonrisa, Reeves tembló ante la respuesta
–¿Y yo que tengo que ver en esto? –Flegel cuestionó temiendo lo peor
–Tú fuiste su proveedor por varios años –sentenció Stan –conoces su estructura y a sus líderes, incluso a algunos soldados –Reeves pensó inmediatamente en Anansi
–¿Que quieres que haga? –interrogó el pecoso manteniéndose firme, aunque por dentro estuviera temblando de miedo
–Entregarme a los renegados –dijo el Verdugo sujetando la daga de su punta –y si te niegas, ahora no solo será tu negocio –el traficante lanzó rápidamente la daga a un costal que se partió a la mitad, regándose los granos en el piso –no querrás que algo le suceda a tu linda familia
Flegel Reeves recordó la valentía de su padre al oponerse a Kenny y al gobierno apoyando a la Legión de Reconocimiento hace años, incluso cuando eso le costo la vida. Recordó a la comandante Hans que le apoyó a convertirse en líder de la Corporación, y al hijo de ésta, que lo cuido algunos años como hijo propio. Sin embargó, pensó también en su familia, su madre, su hermana, su esposa y su hija, no las pondría en riesgo jamás, por eso había dejado que Stan le cobrará una "cuota de seguridad" para no meterse con el negocio ni con su familia. Balanceo las dos opciones y amargamente se decantó por una.
–Está bien –respondió con firmeza –te daré en bandeja al Cuerpo de Investigación
–Así se habla –el traficante sacó de su oscura gabardina un papel y se lo entregó al comerciante –no me falles Reeves
El Verdugo Stan dejó a su víctima sola, mientras detrás de un muro cercano, una joven de oscuros cabellos mantenía sus manos en su boca reprimiendo el sonido de su respiración para pasar desapercibida, cuando notó que el maleante por fin se fue, salió corriendo. Mona notó la angustia en el rostro de su padre y comprendió que él no deseaba hacer aquel trabajo, y ella no quería ver a su padre haciéndole algo malo a Anansi. Con las lagrimas cayendo por sus mejillas se dirigió a su casa, no iba a dejar a su padre cargar con semejante trabajo.
–Papa no estas solo
...
Ese día había tenido un extraño comienzo, pues desde temprano dieron la curiosa orden de salir del cuartel general de Ehrmich y reagruparse cuando les llamaran. Ella había decidido ir un pueblo cerca de la muralla Rose, tal y como le habían indicado, sin portar el uniforme militar, lo cual levantaba aún más sospechas. Cuando llego al poblado fue a resguardar a su caballo en los establos, cuando de pronto alguien la tomo por detrás tapándole la boca, Anya Arlert estaba por utilizar un movimiento defensivo cuando percibió un aroma conocido, empujó valientemente a su adversario para tenerlo frente a frente.
–M-mamá –susurró la castaña cuando reconoció ese rostro –¡¿que haces aquí?!
–¡Bah! Eres igual que tu padre –bufó Hitch –esperaba un ¡Mamá me alegra verte!
–¡Mamá, me asustaste! –se quejó Anya –¡¿como te iba a recibir bien?!
–Lo siento –Hitch se avergonzó –pero esto es algo urgente
–¿Urgente? –repitió la castaña reflexionando que su madre no dejaba su trabajo si no fuese algo realmente importante
Hicth asintió y revisando que no hubiesen merodeadores cercanos habló –Tienes que cambiarte de regimiento rápidamente
–¿Q-que? –Anya se sorprendió –¿Porque?
–Solo hazlo Anya –Hitch sentenció duramente
–Dame una razón convincente mamá –pidió la castaña retando a su madre
La mujer podía ser fría cuando de trabajo y negociaciones se trataban, pero cuando se trataba de su hija, ella no podía ser la recta e impasible inspectora del ejercito.
Hitch suspiró resignándose –Van a pedir los resultados al Cuerpo de Investigación antes de lo planeado y si no lo hacen los culparan de traidores a la nación
–P-pero dijeron que lo harían hasta que los demás regresaran de Marley
–Tal parece que "algunos" no quieren al Cuerpo de Investigación –dijo la inspectora, a la muchacha inmediatamente se le vieron a la mente las caras de Dix, Rilke, Cornell y algunos nobles
–Pero mamá, ¿acaso piensan dejar a Paradis desprotegida? –cuestionó Arlert alarmada –además los titanes fueron eliminados, ¿no es un resultado convincente?
–Precisamente por eso –mencionó la mujer –aunque suene estúpido, ellos creen que tu padre y Jean tienen algo que ver con el origen de los nuevos titanes para algún fin sospechoso
A Anya casi se le cae la mandíbula de la impresión, ¿era posible que los poderosos pensaran así de aquellos que daban la vida por defenderlos de los titanes?. Apretó los puños de rabia contenida.
–No puedo creerlo –la castaña pasó del enojo a la tristeza –ellos solo ven su propio beneficio
A Hitch le daba impotencia ver así a Anya, tan desanimada –Así es, puede que quieran crear un nuevo regimiento con gente de su confianza –la mujer recordó que desde su surgimiento, el Cuerpo de Investigación no fue bien visto, aunque las quejas se mantuvieron en silencio debido al apoyo de la reina Historia
–¿Y que hay de nosotros? –preguntó Arlert
–Los harán desertar o los cambiarán de regimiento –dijo en voz baja
–¿Y quien no quiera hacerlo? –Anya preguntó
Hitch evitó la mirada de la joven, con lo cual Anya comprendió –Por eso debes cambiarte de regimiento
–Mamá... –la chica de ojos azules comenzó a hablar con voz suave –yo no puedo dejar esto así, no cuando estamos a punto de encontrar una respuesta
–¿Como sabes que encontraran una respuesta? –cuestionó la inspectora cruzando los brazos
–Tengo confianza en papá y en mis compañeros –admitió la muchacha
–Anya eso no es suficiente –regañó Dreyse –el ir a una misión a Marley realmente se ve como una estupidez, no se que esté pensando tu padre, pero no quiero que te involucres en una rebelión
–¿No estuviste involucrada tú también en una? –la castaña rebatió inteligentemente dejando a su madre sin habla por unos segundos
–¡No uses ese tono conmigo, jovencita!
–¿Porque lo hiciste? –siguió cuestionando Arlert –¿Porque ahora eres una inspectora incorruptible?
Hitch arqueó las cejas sintiéndose acorralada, nunca creyó que su propia hija le cuestionaría su pasado. –Eso es un tema aparte
–Los demás no dicen eso –Anya habló por fin de lo que tanto se había guardado –muchos dicen que tenías una vida conformista cuando eras joven
–La gente no recuerda mucho esas épocas, solo son rumores –Hitch chasqueo la lengua recurriendo a aquellos chismes ridículos sobre ella, pues la extraña amnesia solo afectó a lo relacionado con la Legión de Reconocimiento no a la Policía Militar, por lo que si se recordaban sus hechos juveniles
–Yo no creo los rumores que dicen de ti –mencionó la castaña manteniendo la mirada en su progenitora –pero creo que algo te dejo huella... ¿o realmente sigues siendo complaciente?
–¡Anya! –Dreyse se molestó de pronto al escuchar como su hija ponía en duda su reputación, aunque luego detuvo su molestia cuando notó llorosos los ojos azules –Yo... nunca te he hablado de mi juventud ¿cierto?
Arlert negó con la cabeza –¡Que idiota! –Hitch se palmeó la frente, comprendiendo el sentir de la joven –debí habértelo dicho antes para que no te sintieras mal
–Sé que ni tú, ni papá harían algo de lo que dicen en los rumores –aceptó Anya –pero es molesto escuchar a la gente hablar mal de ustedes
–Lo siento cariño –pronunció la inspectora con voz dulce –creo que es hora de contarte todo sin secretos –tomó las manos de su hija acariciándolas
–¿Y que hay de la conspiración? –cuestionó Anya volviendo a la realidad –¿que harás?
Hitch hizo una mueca de desagrado y tomó unos minutos para pensar en silencio –Creo que a estas horas ya me darán por fugitiva –respondió pesadamente –así que no nos queda más que escondernos y preparar una respuesta
–Eso significa...
–No puedo obligarte a cambiar de regimiento –respondió Dreyse notándose despreocupada
–Pero serás una traidora también –dijo Anya sintiendo un nudo en la garganta
–Y dejar a mi familia siendo perseguida –sentenció la inspectora con orgullo –¡jamas!
–Mamá –mencionó la castaña con una ligera sonrisa –pero ¿a donde iremos?
–Mmmm –Hitch recordó a cierta persona conocida de hace años –tal vez ella pueda ayudarnos ¡vamos! –tomó a la muchacha de la muñeca y la arrastró con ella
–¿Con quien?
–Pronto la conocerás –dijo Dreyse con una sonrisa nostálgica
...
El atardecer pintaba de tonos rojizos y violetas el cielo despejado, a pesar de que a esas horas era difícil ver un carro avanzar en los caminos largos, una galera se dirigía hacia Shiganshina, si bien faltaba poco para llegar a su destino, los ocupantes de aquel transporte parecían nerviosos y no precisamente porque les cayera la noche.
–¿Entonces nos resguardaremos en Shiganshina hasta nuevas ordenes? –preguntó la mujer de rubios cabellos cortos
–Son las ordenes del Comandante –respondió el hombre que conducía la galera, hablaba en un tono bajo
–¿Esto es grave? –preguntó la mujer con nerviosismo
–Aún no sabemos el alcance que tendrá –respondió el hombre de espesa barba y en su cabeza llevaba una boina –pero es mejor movilizarnos
–¿Movilizarnos? –cuestionó nuevamente la rubia arqueando las cejas –¿Todo el regimiento esta moviéndose?
–Y las familias de los altos mandos –el hombre le miró de reojo –incluida la familia del Canciller
La mujer se asombró ante esa confesión, aunque pensándolo mejor era bastante obvio. –¿Podrían dañar a la familia del canciller?
–Claro –respondió el conductor –si el mismo Canciller Merian fue asesinado, porque no se meterían con la familia Grice
–¿Pero ellos están a salvo? –la rubia entristeció al saberlos perseguidos –¿también enviaron a alguien a ayudarles?
–Por supuesto Louise –dijo el hombre moreno viendo la cercanía con las puertas de Shiganshina –aunque no fue necesario enviar a ningún soldado
–¿Porque? ¡¿Que clase de soldados son, Thiago?! –Louise comenzó a reprender a su acompañante
–Porque tienen a un buen aliado –contestó el soldado de élite disfrazado de un hombre de mayor edad –el chef Niccolo ya les puso en aviso y en estos momentos de seguro ya están dirigiéndose hacia un lugar seguro
–Aún así...
–Te recuerdo que fue un soldado voluntario de Marley y es amigo de los jefes –señaló Thiago Jakobs –no te preocupes por él, mejor preocupate por que no nos descubran
A unos cuantos pasos estaba la puerta de entrada al distrito de Shiganshina donde había un control de seguridad a cargo de la Gendarmería Real. Dos hombres se acercaron al carro para inspeccionarlo.
–Bienvenidos –dijo sin muchos ánimos uno de los soldados –¿que los trae por Shiganshina?
–Hemos venido a ver a un doctor muy famoso que vive aquí –respondió Louise con amabilidad –el doctor Neumann
–Bien, antes de dejarlos pasar debemos hacer una revisión de seguridad –el otro soldado revisó el interior de la galera –¿que tenemos aquí?
–Es la abuela –dijo Thiago agravando la voz –necesita tratamiento para sus pulmones
–No parece enferma –dijo el soldado al ver a la susodicha sentada y cubierta con un chal y una bufanda cubriendo gran parte de su rostro y cabeza –¡Hey señora! ¡Revisión de seguridad!
Louise y Thiago se tensaron al notar como el hombre trepaba al interior de la galera para observar mejor a la mujer, el soldado le puso una mano en el hombro para que la mujer alzara su rostro, que en ese momento le vino un ataque repentino de tos.
–¡Abuela! ¡Tranquila, ya casi llegamos! –Louise saltó de inmediato a la galera para revisar a la mujer
El soldado que estaba en la galera notó como la anciana tosía desesperada por lo que bajó rápidamente y les dio el pase sin más cuestionamientos. –Entren, y lleven rápido al médico a esa mujer
–Muchas gracias oficial –habló Thiago y arreó a los caballos, entraron en Shiganshina sin ninguna sospecha, por lo que los ocupantes del carro por fin se relajaron
–¿Realmente se encuentra bien? –cuestionó Louise a su señora
–Estoy bien –contestó con claridad la mujer que iba en el interior de la galera
–Fue una actuación impresionante señora Ry... –opinó Thiago, pero justo cuando iba a soltar una imprudencia Louise le silenció de un zape
–No la llames por su nombre a la ligera –expresó molesta Louise –además ¿ahora que hacemos?
–Pasar desapercibidos y esperar indicaciones –comentó Thiago –aunque el comandante dijo que hay algunas cabañas en las montañas que podríamos usar
–Supongo que eso servirá por ahora –dijo la rubia
Mientras Louis y Thiago iban discutiendo los planes, la persona al interior de la galera se asomaba tímidamente a contemplar aquella ciudad que le traía recuerdos llenos de nostalgia y en la cual no había puesto un pie desde hace varios años. Sus ojos grises brillaron por un momento para luego alzar la mirada al cielo y rogar silenciosamente que sus seres queridos se encontraran bien.
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***Notas***
*Este capítulo se da en el mismo tiempo que el capítulo 43 Refugiados.
*Privideniye es fantasma en ruso (según).
*Mendiga inflación, todo esta muy caro hoy en día, ni Paradis se salva :(
*¿Que desmadre se viene con los de Paradis?
*Bueno, antes que nada, les seré honesta y es que ando enfermilla de covid, por lo que no tengo ganas de escribir y todo eso. Así que puede que los capítulos se atrasen, gracias por la comprensión.
