Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.
Advertencia: SPOILERS del manga
Persecución, parte 1: Traición
Mitras, 878
La luna iluminaba con su brillo total la ciudad capital de Paradis, entre aquella luz se escabulleron unas sombras hasta una bodega que era usada como almacén de granos. Una vez que entraron cerraron bien la puerta y mostraron sus caras, con algo de desconfianza.
–¿Que es lo que buscas con esto? –cuestionó directamente un hombre de cabellos castaños peinados hacia un lado –jefe del Parlamento
–¡Rilke! ¡Realmente viniste! –dijo otro hombre que provenía del fondo de la bodega, en efecto se trataba del elegante líder parlamentario y sus fieles ayudantes
–Dijiste que era algo importante –Leon Rilke, líder opositor observaba con precaución aquel lugar –aunque no imaginaba que nos reuniésemos aquí. ¿Hay algo que escondes?
–Exactamente –Rilke alzó una ceja confundido –pero no es algo malo, como una traición, bueno al menos para ti
–Explicate –pidió el castaño mientras seguía en una postura defensiva
–Ha llegado el momento de que seas el único líder opositor en el Parlamento –dijo Jürge Dix con determinación
–¿Disculpa? –cuestionó Leon Rilke –¿se trata de una broma?
–No, lo que te estoy proponiendo es que toda la fracción opositora pase a tu mando
–¿Porque deberían de hacerlo? ¿Que hay de Wanda?
Dix sonrío ampliamente y Rilke se comenzó a preocupar.
–¿Que le hiciste a Baumeister? –Leon no dudo en preguntar por su oponente en el Parlamento
–Aún no le hecho nada –respondió Dix –por eso te llame. Pienso que sería mejor que esta jugada cuente con el respaldo de la mayoría del Parlamento
–¿Y cual es esa jugada? –Rilke cruzó los brazos no muy interesado
–Arrestarla
–¿Arrestarla? ¿Bajo que cargos? –pidió Leon
–Mal uso de la información confidencial del gobierno –respondió Dix, mientras Ludwig Cramer le pasaba algunos papeles –aquí tengo las pruebas por si no me crees
–Pero ¿que fue lo que hizo? –Rilke se acercó con cautela para leer las misivas, después de un momento de ojearlas se dirigió nuevamente al líder político –¿son reales?
–Por supuesto –Dix notó la mirada de incredulidad en su compañero –podría falsificarlas realmente. Ella misma coopera con el Cuerpo de Investigación
–¿Porque lo haría? –se cuestionó Rilke, no veía una opción lógica para hacer eso
–Probablemente buscaba su apoyo –respondió Dix –o algún otro favor
–No se supone que ella fue con las Tropas Fronterizas hace un tiempo –Rilke se había enterado de ese movimiento de su adversaria
–Solo que a comparación con el Cuerpo de Investigación, ésta visita no fue a escondidas
–¿Entonces cuando comenzó a apoyarlos?
–Parece ser que desde que ocurrió la Tragedia de Mitras –dijo el hombre elegante
–-P-pero ¿como fue que no nos dimos cuenta hasta ahora? –Leon se encontraba intrigado ante tal descubrimiento
–Para ser honesto, yo había sospechado desde un principio, solo que no creí indispensable vigilarla –admitió Dix
–¿Que te hizo cambiar de opinión? –preguntó Rilke
–El hecho de que ella se mostrará a favor de sus ideas –Jürgen recordó el juicio al príncipe, la reunión sobre las consecuencias en Ciudad Industrial 1 –especialmente al aceptar tan descaradamente el plan de misión en Marley
Leon Rilke abrió los ojos desmesuradamente –ella quiere quedarse con el Parlamento
–Así es –mencionó el actual líder del Parlamento –o en el peor de los casos... solo quiere ser una heroína
–Eso sería ridículo –se mofó Rilke –aunque tiene agallas
–Entonces ¿que piensa? –preguntó Dix a su opositor –quitas a todos tus adversarios y controlas la otra mitad del Parlamento
–Suena bien –señaló el hombre castaño –pero ¿eso es todo lo que tienes para ofrecerme?
Dix le hizo una seña a Ludwig, quien le entregó al castaño un sobre sellado.
–Es un decreto que te exonera de la presunta culpabilidad en los eventos de hace nueve años
Rilke mantuvo el rictus serio por un momento –E-esto no nos supondrá problemas ¿cierto? –cuestionó como última precaución
Dix negó con la cabeza
–Bien –aceptó el castaño –pero si huelo algo sospechoso, yo me largo
El líder del Parlamento se acercó para estrechar su mano fuertemente –¿No sería agradable dar un paseo por la arena blanca cuando todo esto termine?
Sin más, los hombres salieron de ahí para preparar los planes.
...
Al día siguiente, Wanda Baumeister había cumplido con sus deberes diarios por lo que decidió adentrase en su oficina personal para revisar unos asuntos antes de partir a su casa. Mientras mantenía su lectura, uno de sus ayudantes entró rápidamente a la oficina sorprendiendo a la mujer.
–¿Que sucede Dean?
–Señora disculpe la interrupción –alertó el joven nervioso –pero unos oficiales de la Gendarmería han venido a interrogarla
–¿La Gendarmería? ¿Quien viene a cargo?
–Subcomandante Bernhart, a la orden –se escuchó decir a la mujer que entró sin invitación
–¡Ahhh! –la política y su ayudante se asombraron por un momento, más Wanda se sobrepuso de inmediato –¿En que puedo ayudarla subcomandante Benhart?
–Con unas pequeñas preguntas –dijo Ingrid Bernhart con seriedad, la parlamentaria tuvo un mal presentimiento
–Adelante –el monóculo de Wanda brilló desafiante
–¿Es cierto que mantiene una correspondencia secreta con el Cuerpo de Investigación?
–¡¿Eh?! –Wanda fue tomada por sorpresa pero evitó evidenciarse –No lo he hecho
–¿Así es? –Ingrid arqueo una ceja incrédula
–¿Porque razón me aliaría con ellos?
–Es lo mismo que me preguntó
–Aunque... –Baumeister interrumpió a la subcomandante de la Gendarmería –debo admitir que una que otra vez me he comunicado con ellos, más nunca en un sentido de negocios o intercambios
–Entonces si lo ha hecho –determinó Bernhart
–¿Cual es el problema oficial? –Wanda se veía tranquila
–El problema es que difundió información sobre el gobierno
–No –la dijo política determinada –eso jamás
–Pues tenemos pruebas que apuntan a que si lo ha hecho
–¡¿Cuales pruebas?! –Wanda pidió con voz alta –¡eso tiene que ser un montaje!
–Entonces acompáñeme al cuartel –pidió Ingrid –para que declare
Wanda se mordió el labio inferior, estaba en una trampa y si daba un paso en falso, estaría arruinada. Pensó en la mejor oportunidad de luchar contra eso.
–No me moveré de aquí –sentenció orgullosa –puede tomarme la declaración aquí mismo ¿cierto?
–Claro –respondió la subcomandante –aunque tengo que darle dos indicaciones, primero, revisaremos su oficina como investigación preventiva y segundo, no puede salir de aquí ¿comprende?
–Bien, siempre y cuando me den un abogado inmediatamente –exigió la parlamentaria
–De acuerdo –Ingrid hizo una seña a sus hombres, quienes de inmediato entraron para buscar algún indicio importante
Los soldados comenzaron a tirar libros y papeles desordenando la antes impoluta habitación.
–¡Oigan tengan cuidado con eso! –clamaba exasperado el joven Dean –¡Por favor son documentos importantes! –pedía cortésmente ante el caso omiso de los soldados
Wanda puso una mano en el hombro de su ayudante, indicándole silenciosamente que no tendría caso. Una vez que los soldados acabaron con su deber y se llevaron algunos documentos sospechosos, la habitación quedo en silencio nuevamente.
–¡No es justo! –se quejó Dean quien recogía los objetos tirados y los colocaba en sus lugares correspondientes –¡¿Que es lo que buscan?!
–Probablemente solo sea una farsa para quitarnos del juego –respondió Wanda que estaba sentada y apoyaba su frente en sus manos
–¿Justo ahora?
–Creo que eligieron el mejor momento
–¿Eh? –se cuestionó el chico
–No somos los únicos que estamos en aprietos –dijo la parlamentaria mientras alzaba el rostro para mirar hacia la ventana
–¡Diablos!
–No te preocupes Dean, estaremos bien –la mujer castaña le sonrío amablemente para tranquilizar a su ayudante
–¡Si señora! ¡en cualquier caso, yo la protegeré!
–Entonces no hay de que preocuparse –mencionó Wanda pasando la primera noche de su prisión personal
...
Ehrmich, 878
La noche nuevamente caía en Ehrmich y el comandante del Cuerpo de Investigación se sentía agobiado, si bien había recibido de Hitch una alerta de que algo sospechoso se estaba preparando por parte de los altos mandos, quería pensar que darían el paso hasta que los demás regresaran de Marley. Aún así, logró avisar a las familias de los implicados para que se pusieran a salvo y ya había dejado indicaciones a sus subordinados. Caminó un poco en la noche refrescante y fue a parar a un bar para tomar un trago.
–¿Que le servimos hoy comandante? –saludó ameno el tabernero
–Con una cerveza esta bien –Jean tomó asiento en barra, echo un vistazo por el lugar pero todo parecía en orden
–Aquí tiene Comandante –el barman dejo el tarro ámbar enfrente del hombre, quien agradeció con un gesto
Jean dio el primer sorbo, pensando mientras en la misión actual, en principio se opuso a ir a Marley, más después aceptó al ver las grandes probabilidades de encontrar algo de importancia. Sin embargo, él no pudo a ir a esa misión, debía quedarse frente al Cuerpo de Investigación y mantenerse firme en caso de que algo comenzará a salir mal del otro lado del mar, así como mantener vigilancia en los trabajos en Ciudad Industrial 1. Por otra parte, pisar Marley no le traía gratos recuerdos, desde aquella vez que se infiltraron en Liberio donde se percato del racismo contra su gente; tampoco olvidaba la vez en que pidieron ayuda para detener el Retumbar y no consiguieron más que desprecio, y aún así detuvieron a unos cuantos colosales, perdiendo a Connie y al instructor Shadis en el proceso. Y ni hablar de la última vez que fueron para negociaciones, donde se encontraron con el último –en ese entonces así lo creían– remanente Jaegerista, Yelena.
Kirstein vacilaba en sus memorias cuando notó que el asiento a su lado se ocupaba y una llamativa loción le inundaba las fosas nasales, se tensó un poco pero no volteó.
–Belle nuit –escuchó aquella voz nasal llena de seguridad
Jean quiso ignorar a la dama, sin embargo no podía ser tan grosero –Buenas noches madame Vinsonneau –dijo con seriedad
–No es común verlo por aquí –dijo la dama mientras pedía su trago –¿no le molesta que lo acompañe?
–No –mintió el comandante, quien quería un momento a solas
–¿Que lo trae por aquí? ¿estres? ¿penas? –Chloé Vinsonneau preguntaba sin delicadeza
–Un poco de todo
–¿No será en esa misión ultrasecreta? –mencionó la mujer castaña y de ojos azules con una leve sonrisa
Kirstein entornó los ojos y en voz baja preguntó –¿Como sabe usted de eso?
–Contactos –respondió la comerciante mientras agitaba seductoramente su copa
–Bueno, al menos no ha esparcido la noticia –dijo Jean como advertencia
–No –la mujer rió, aunque luego detuvo su risa y se tornó seria –con respecto a eso, también tengo algo que decirle
–Adelante
–Escuché rumores de que quieren darle un golpe al Cuerpo de Investigación
–Ah ¿en serio? –mencionó Kirstein precavido
–Si, creo que por su bien debería escapar
–¿Escapar? ¿a donde? –cuestionó Jean
–Yo puedo ayudarlo con eso, piénselo, usted no debe caer en las garras del Gobierno, justo ahora que Wanda Baumeister esta puesta en prisión preventiva –Chloé colocó una mano sobre la del hombre como incitándolo a aceptar su propuesta –¡Piense en sus hombres, en su pobre familia!
El comandante contuvo la respiración al escuchar la noticia de Wanda. Notó nuevamente su trago y pensó en sus camaradas, en su familia y en todos aquellos que lucharon por un mundo mejor, huir de esa manera era inconcebible. Tomando el último sorbo, dejo su pago y se levanto de su asiento, ante la mirada sorprendida de Vinsonneau.
–Tal vez si otras fueran las circunstancias habría aceptado –dijo Jean a unos pasos de la dama –pero tengo un deber con mis camaradas –sonrió con seguridad y salió del local
Mientras se acostumbraba nuevamente al aire nocturno, se percibió rodeado de una docena de gendarmes que lo apuntaban con sus armas, aunque el comandante de cabellos grises se adelantó a hablar.
–Jean Kirstein –dijo Boris Feulner –necesito que nos acompañe al cuartel general de Mitras
–¿Porque? –el castaño pestañeó un poco ante la solicitud
–Porque esta acusado de malos manejos con el Cuerpo de Investigación –dijo el peligris algo incomodo de hacer esa tarea
–Sigo sin entender
–Que no ha dado resultados importantes, y el plazo se esta por agotar
Kirstein frunció el ceño, pero ya había sido advertido por Hitch, por lo que no se opuso y prefirió seguirlos alzando las manos despreocupadamente. Dos gendarmes lo conducieron al carro, todo ante la mirada entristecida de Chloé Vinsonneau, quien soltó un suspiro recordando las primeras palabras que le dirigió Jean Kirstein cuando se conocieron.
"¿No sería bueno observar el sol y sentir la brisa marina?"
...
Ciudad Industrial 1,878
El amanecer hacía que la gente trabajadora de la Ciudad Industrial pusiera manos a la obra. En el taller de Friedrich Harkimo el trabajo para el Cuerpo de Investigación seguía en producción, las armaduras titanes estaban siendo diseñadas y supervisadas estrictamente para que no tuvieran fallas.
–Yo pienso que aquí tendríamos que cerrar más la abertura –opinó un joven artesano
–Pero eso no le dará la suficiente libertad de movimiento –dijo otro hombre
–Entonces aquí podemos poner un porta arma –mencionó otro joven
–Eso le entorpecería la visión –respondió Harkimo mientras que veía los planos de los titanes
–Sigo sin entender porque esos monstruos deben de protegerse –habló Ferdinand con su característica acidez –no se supone que ellos pueden endurecerse a su antojo
–Te recuerdo que la tecnología mundial ya los esta superando –opinó Harkimo –debemos hacer que logren resistir lo mas que puedan la artillería antititán y así mismo que los ataques sean cortos y eficaces
–No creo que sirva de mucho
–Como sea –resopló Friedrich apretando el puente de su nariz –tenemos trabajo, la Ciudad ahora esta revitalizada, eso es lo importante
–¿Y esto cuando será utilizado? –preguntó otro artesano joven –¿Vendrán aquí para probarlo? Solo tenemos dos armaduras, ¿también haremos las siete restantes?
Friedrich Harkimo notó las dos armaduras ya terminadas, eran buenos trabajos, pero ahora que lo preguntaban aún no les habían dicho la fecha de entrega, seguro porque el Cuerpo de Investigación tendía asuntos más importantes, sin embargo, se le hizo raro que ni siquiera la líder Audrey hubiese pasado a visitarlos o enviarles una carta.
En esos pensamientos estaba Harkimo cuando un torbellino se apareció de pronto, se trataba de Valerie Dok y compañía, el jefe de artesanos de la ciudad pronto tuvo un mal presentimiento.
–¿Comisario Dok?
La mujer de cortos cabellos negros y gabardina con el logo del unicornio coronado, se dirigió tranquilamente a la mesa de trabajo. –Señores es mi deber informarles sobre las últimas noticias
–¿Que sucede Comisario? –los demás herreros también estaban a la expectativa
–El Cuerpo de Investigación está siendo puesto en vigilancia hasta que los lideres respondan por sus actos
–P-pero el Cuerpo de Investigación esta haciendo su trabajo –opinó un joven –ya no hay titanes en la isla
Valerie le envió una mirada acusadora que intimidó al chico –Eso parece, más aún quedan algunas dudas en su proceder
–Disculpe Comisario –intervinó Harkimo preocupado –si bien el Cuerpo de Investigación ha usado métodos poco ortodoxos, ha sido gracias a eso que ahora tenemos trabajo y que se dio con el núcleo de la Fraternidad Fritz. ¿No estarán exagerando los altos mandos?
Dok simplemente se encongio de hombros –No podemos pasarnos las leyes de la isla, eso es por lo que ahora están bajo vigilancia
–¿Y que pasará con todo este trabajo? –cuestionó Ferdinand mostrando las armaduras titanes
–Es demasiado grande para moverlo, se quedará aquí –dijo la Comisario –más todos los demás planes tendrán que ser entregados para examinarlos
–Pero justo estamos trabajando en los prototipos –dijo un hombre barbudo poniendo sus manos los papeles en la mesa como tratando de protegerlos
–Ustedes no se opondrían al gobierno ¿verdad? –cuestionó con fría calma Valerie
Los demás artesanos se quedaron pasmados, sin embargo Harkimo recogió todos los papeles y con seguridad absoluta se los extendió a la mujer.
–Me alegra que lo entiendas Harkimo
–Solo déjenos seguir trabajando en armas y equipos de maniobras ¿eso no tiene nada de sospechoso?
–Continúen –se despidió Dok
–M-maestro Harkimo –dijo un artesano a su jefe una vez que los gendarmes se retiraron –¿porque hizo eso?
–Porque aún no estamos seguros de lo que esta ocurriendo, sería arriesgado darles razones de sospecha
–Tienes razón –habló Ferdinand –hay algo raro con estos soldados
–Por lo mientras... –ordenó el jefe de artesanos –seguiremos con nuestro trabajo normal hasta que tengamos que decidir que haremos
Todos los demás artesanos asintieron, con algo de preocupación pero confiando en que pronto llegarían noticias confiables.
...
Ehrmich, 878
La mañana se estaba volviendo caótica y es que con la noticia de la aprehensión del Comandante del Cuerpo de Investigación, algunos de los soldados que estaban en el cuartel comenzaron a moverse. Algunos que ya habían recibido indicaciones se encontraban fuera, pero la mayoría de los soldados veteranos estaba haciendo los preparativos para cualquier movimiento de parte de los altos mandos.
–¿Te quedarás aquí Bruno? –cuestionó Patrick a su compañero de cabellos castaños
–Así es –respondió tranquilamente el sublíder del escuadrón médico –no creo que tengan las agallas de entrar en un sanatorio
–Aún así, ten cuidado –dijo el hombre pelirrojo
–Espero los demás estén bien
–De Sara y Olivia no creo que tengan problemas con su tarea –argumentó el líder del escuadrón cartográfico –Audrey ya tiene cubiertas las armas, Edmund y James están protegiendo a nuestro titán cambiante, Logan esta preparando un plan de contraataque y Bruce esta preparando las provisiones
–Bien, ahora partan antes de que lleguen –dijo Bruno
–De acuerdo –el joven pelirrojo montó su corcel y paso rápidamente a las caballerizas para apresurar a Bruce Haase y a los chicos que lo ayudaban
–¡Partiremos en un segundo! –gritó Haase a su compañero desde dentro de las caballerizas
Aunque esa respuesta no era tan correcta, debido a que están teniendo dificultades para poder irse.
–¡¿Como es que esto sucedió?! –se preguntaba el joven líder del escuadrón veterinario
Primero, los costales con provisiones para los caballos habían sido abiertos y ahora estaban regados por todo el suelo, segundo, la carreta dispuesta para cargar estaba en malas condiciones cuando apenas ayer estaba bien, y por último los caballos estaban bastante inquietos.
Como pudieron improvisar, los jóvenes de la generación 123, Mei, Derek, Natan y Ralph estaban haciendo lo posible por ponerse en marcha. Cuando tuvieron la carreta lo suficientemente decente para el viaje, subieron y comenzaron la caminata. A su lado Bruce Haase iba bastante pensativo con respecto a lo ocurrido.
–¿Sucede algo líder Haase? –cuestionó Mei quien iba al frente de la carreta junto a Natan
–Solo pensaba porque sucedió esto
–Ahora que recuerdo –intervino Natan –solo nosotros sabíamos de este viaje, dudo que se tratase de una simple travesura
–Así parece –mencionó Bruce –por fortuna revisamos antes de salir, o algo raro sucedería en pleno viaje
–Aunque los caballos siguen algo tensos –dijo Natan mientras tenía algunos problemas para conducirlos
–Tranquilo –dijo el líder veterinario –creo que tomaremos un rumbo más calmado, aunque eso aumente nuestra localización
–¿Y a donde iremos ahora? –cuestionó Ralph dentro de la carreta junto con Derek
–A la región Rose, ahí nos juntaremos con algunos compañeros
–¿Incluidos los demás chicos? –preguntó Mei Tappert
–Así es
–Aún sigo sin creer que ahora somos unos fugitivos –opinó Ralph con desidia mientras miraba por la parte trasera de la carreta –y tampoco me creo que ya nos este persiguiendo
–¡¿Que?! –los demás clamaron sorprendidos al ver que a lo lejos una nube de polvo indicaba que ya iban detrás de ellos
–¿Como? –Haase de inmediato reaccionó, notó como los granos de los costales iban regándose dejando una pista –¡Mierda! –con coraje tiro por completo los sacos rotos ante la mirada atónita de Ralph
–¡Señor! –gritó Natan quien comenzaba a ponerse nervioso
–¡Tu sigue conduciendo! –ordenó Bruce mientras seguía cabalgando –¡Nos desviaremos un poco! ¡Síganme!
Bruce y su equipo se internaron a un camino de difícil acceso, una bajada empedrada que sacudía a los ocupantes de a carreta. En tan precipitada marcha, una llanta salió rota y la velocidad empezó a aminorar.
–¡Hey! –llamó Bruce a los jóvenes –¡Van a tener que compartir los caballos! ¡Dejaremos la carreta!
Los jóvenes se pusieron de acuerdo, la primera en montar al equino fue Mei, seguida de Ralph. Luego Natan sujeto las correas del caballo y animo a Derek a saltar.
–¡Vamos Derek! ¡Solo faltas tú!
En el momento que Derek iba a saltar, Bruce cortó las coreas que unían a la carreta y a los caballos, haciendo que el joven de cabellos grises perdiera el equilibrio y se quedará dentro de la galera.
–¡Líder! –gritaron los demás cadetes asombrados
–¡Ustedes sigan! –dijo Bruce Haase con una mueca de molestia, pues mientras cabalgaban se detuvo a pensar que la única persona que no parecía estar asustado era el joven Merian y siendo éste tan sigiloso, pudo fácilmente entorpecer la misión –¡Encuentren a los demás y avisen que hay traidores en nuestras filas!
Mei, Natan y Ralph veían como el líder del escuadrón veterinario se quedaba atrás, probablemente para darles tiempo a ellos. Pero nadie imaginó que detrás de Bruce, Derek se abalanzaría contra él, cortando con la espada la parte del torso del líder de escuadrón y haciendo que el carmesí de la sangre salpicará bruscamente.
–¡Noooooo! –gritó impaciente Ralph al ver como Haase caía abruptamente del caballo, mientras Derek Merian solo se reincorporaba fríamente con la espada ensangrentada –¡¿Porque lo hiciste?! –clamó el joven a su compañero
Merian solo los observó alejarse, no tenía ni una sola emoción en su rostro, lo único que hizo fue guardar su espada y esperar que los enemigos que los estaban persiguiendo llegaran por él.
–¿Porque? –dijo Derek con voz baja contestándose así mismo –Tal vez porque es mejor darse cuenta que hemos estado viviendo como esclavos
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***Notas***
*Ya me recuperé, pero me dio flojera escribir notas, sorry.
