Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.
Advertencia: SPOILERS del manga
Confesión
Marley, 878
Eren Reiss alias "Harry König" paseaba por el frondoso bosque oriental de Marley, sus pensamientos se centraban en aquellas palabras que le había dicho Murakumo, cuando descubrió que sabía del pasado de sus padres. El príncipe no les había dicho nada a sus amigos, porque no había visto mucho, y tampoco comprendía esos recuerdos. Se preguntaba si los lideres del Cuerpo de Investigación recordaban aquellas memorias. A eso se sumaba, que cada que veía una memoria, comenzaba a empatizar con Eren Jaeger, aquel tipo que pretendía destruir el mundo. "¿Me estaré volviendo loco?" se cuestionó el castaño, quien no se percató de que otra persona se acercaba.
–¿Harry, eres tú? –una voz femenina lo sacó de sus cavilaciones, al voltear hacia la persona, la reconoció de inmediato
–¿Evey? –dijo sorprendido de encontrar a la chica de Scavedia
–¡¿Lograste escapar?! –la voz de la rubia sonó entre feliz y molesta
–Si –el príncipe sonrió –me alegro que tu también estés a salvo –Eren notó la férula en el brazo izquierdo de la joven –bueno en cierta forma
–No fue grave –respondió la muchacha minimizando sus heridas –salí viva, aunque los demás no –su rostro entristeció
–Lo lamento mucho –Eren dijo con total sinceridad
–Creo que fuimos demasiado ingenuos –Evey Vikander suspiró –todo se salió de control
–Cierto –el príncipe apretó sus labios en señal de que sentía bastante culpa por arrastrar a Evey a sus problemas, ya suficiente tenía con haberles ocultado información a sus amigos
–Al menos aquí estamos a salvo... por ahora
–Evey –pronunció el joven con seriedad atrayendo toda la atención de la rubia –tengo que confesarte algo
–Dime –la muchacha no le tomó mucha importancia a su secreto
–Mi verdadera identidad no es Harry König –el castaño bajo la cabeza avergonzado –mi nombre real es Eren Reiss
–¿Reiss? –repitió la rubia asombrada –¿me estas tomando el pelo? ¡ese es el apellido de la familia real de Eldia!
–Así es –se tocó unos mechones de cabello –estoy de incógnito en una misión, de hecho teñí mi cabello
Evey quedó boquiabierta por unos instantes hasta que recobró la compostura y meneó la cabeza varias veces. –¿Esto es real?
–Sí, lamento haber tenido que mentirte así –pidió perdón el joven
–P-pero ¿que buscabas aquí? ¿realmente quieres comenzar una guerra contra Marley? –reprochó la rubia por ser engañada de esa forma
–Para nada, solo vine para recolectar información que nos lleve al paradero del origen de los nuevos titanes
–¿Y porque estas seguro que encontraras las respuestas aquí? –cuestionó con dureza la joven
–Por que aquí comenzó todo –respondió Eren viendo los altos arboles que los rodeaban –aquí Ymir Fritz obtuvo su poder
–¿Aquí? –cuestionó Evey sorprendida
–Es un decir –dijo Eren seco, aunque tenía un extraño sentimiento, algo como nostalgia y miedo
–Y me usaste para esto –dijo la rubia con un tono bajo que hizo sentir mal al príncipe
–No fue mi... –se interrumpió el chico al casi decir una mentira –no quise ponerte en peligro
–¡Ah! –suspiró la joven –de hecho soy yo la que te puse en peligro. Aún así me siento bastante molesta por tu engaño, pero también te comprendo
–¿De verdad? –cuestionó Reiss
–Si, creo que al igual que yo, buscas no solo un culpable para todo este problema, sino una solución
–Pues sí –confesó Eren –como parte de la familia real siempre me dije que mi deber era proteger a mi hermana y a mi nación, pero...
Evey notó como el joven príncipe se quedaba mirando el suelo con el ceño fruncido. –¿Eren?
–Desde que llegué aquí, me doy cuenta que el problema no es solo encontrar al responsable de la creación de los titanes, todo esto tiene una raíz mas compleja –las cejas del joven se fruncieron aún más y habló con mayor amargura –el odio entre naciones, entre personas, la lucha por el poder, ¿como resolver eso?
–No lo sé –respondió Vikander a una pregunta que ella misma también se había hecho varias veces
–Por un momento pensé que si uno de los dos: o Paradis o el mundo desaparecieran, sería lo mejor –mencionó Reiss para sorpresa de Evey –pero eso no terminaría el conflicto
–Karl Fritz se aisló del mundo con su gente y Jaeger casi destruye a la humanidad –dijo la rubia sentándose en un tronco seco para mirar las estrellas –así que ninguna de esas opciones probó ser la correcta
–Lo sé –Eren le siguió y se sentó a su lado –entonces que opción deberíamos tomar
–Respóndeme algo –exigió Vikander, a lo que Eren asintió –¿que piensas hacer tú para detener este conflicto?
Eren se mantuvo en silencio por unos segundos –No tengo idea, sin embargo... buscaré y buscaré hasta encontrar la respuesta
–¿Y si no la encuentras? ¿cual sería tu opción si en este momento llegases a ser rey?
Reiss tragó grueso pensando en esa posibilidad, esperaba de todo corazón que nunca le cedieran por algún motivo el trono –Supongo que me gustaría lograr un reino de conciencia, unido y pacifico, un verdadero paraíso
Evey comenzó a carcajearse ante la mirada atónita de Eren –Lo siento –decía la joven que se limpiaba la lagrimillas traviesas –no pensé que aún existieran príncipes verdaderamente nobles
–Tal vez sea un idiota que tiene el mismo ideal que Karl Fritz: un paraíso amurallado
La joven le colocó una mano en su hombro como señal de confianza y luego mirando el cielo nocturno le extendió una cuestión –La pregunta realmente es ¿Donde esta el verdadero paraíso?
...
Odiha, 878
Azumabito Furutaka regresaba a la casa residencial del clan, había logrado hacer unas buenas negociaciones con unos dueños mercantiles bastante famosos en aquellas tierras, después de todo, la líder del clan, Kiyomi seguía indispuesta para concertar aquellas reuniones y él debía suplirla. Al entrar a la casa la encontró demasiado quieta así que comenzó a dudar de que ésta estuviera en condiciones decentes, luego percibió un aroma picante que provenía del segundo piso, conforme fue siguiendo el rastro más comenzaba a molestarse, sin duda alguna provenía de la habitación de su hermano menor. Sin el mínimo tacto, abrió de golpe la puerta y entornó los ojos ante la escena: su hermano estaba dormido con varias botellas vacías de alcohol a su alrededor y en compañía de un par de damas de la vida galante. Enfurecido, ordenó a las mujeres salir y arrojo agua en la cabeza del ebrio.
–¡Que mierda! –exclamó el joven que dormitaba hace unos momentos, quien bajó el tono de su voz al ver a su hermano mayor al pie de la cama –Ani
–Supongo que te divertiste mientras no estaba –recriminó Furutaka con voz seria
–Deja que te explique... –pidió Shikishima mientras se sobaba la cabeza por el dolor que ésta le causaba
–No es necesario –dijo Furutaka levantando la mano en señal de alto
–Oí, no le digas a Kiyomi-obasan –rogó el joven que estaba semidesnudo
–No le diré nada –respondió el mayor –yo mismo me haré cargo –su voz sonó fría como el hielo
–Esta bien –Shikishima respondió en tono despreocupado, lo que hizo enfurecer aún mas a su hermano
–¡Tomate esto en serio! –Furutaka tomó de la nuca a su hermano atrayéndolo hacia el y obligándolo a mantener contacto con su mirada asesina –nunca has sido un miembro ejemplar dentro del clan, lo cual es hasta cierto punto normal, pero incluso dentro de la familia principal eres una escoria –el menor trató de hablar, pero Furutaka apretó su agarre silenciándolo –yo soy el sucesor a líder del clan, y siendo tu el siguiente deberías apoyarme, sin embargo solo sabes emborracharte, irte de juerga y dormir con cuanta mujer te topas. Incluso Asahi-kun siendo el menor tiene más sentido de responsabilidad que tú, pues tomó el lugar en el ejercito que te correspondía –luego Furutaka arrojó a su hermano a la cama mientras lo veía con furia –¿recuerdas nuestro lema?
–Honor o muerte –respondió Shikishima con pesadez
–Así es –dijo Furutaka acomodándose su elegante traje –nuestros ancestros fueron grandes guerreros que ayudaron a la unificación de Hizuru y luego gobernaron en nombre del Tenno. Así que te pido un poco más de respeto a su memoria
Shikishima resopló por el regaño, observó por la ventana la bandera de su nación que ondeaba afuera: la luna llena envuelta por una gran ola –Esta bien, ¿pero que esperabas que hiciera mientras tu viajabas?
–Esperarme tranquilamente –Shikishima rodó los ojos
–Por cierto, ¿has escuchado algo sobre los Azumabito de Paradis?
–Nada –respondió el mayor aparentando seriedad mientras por dentro se cuestionaba porque razón no logró encontrar a aquella mujer del clan, en la visita rápida que hicieron a la isla
–Es una pena –dijo el menor –realmente quería conocer a ese tal Murakumo
–Incluso él tiene más sentido de responsabilidad, por lo que sé, es soldado en su nación
–Es un mocoso –rebatió Shikishima sonriendo
–Shikishima –pronunció Furutaka –recuerda porque razón no has sido expulsado del clan
–Porque has intercedido por mí
–¿Solo por eso? –la mirada de Furutaka se ensombreció, el menor se quedó paralizado
–Te prometo que daré mi mejor esfuerzo –esta vez, las palabras del joven eran sinceras
–No me prometas nada –Furutaka abrió la puerta y sin mirar atrás, salió de la habitación –demuéstralo
–Sí –dijo Shikishima con determinación
Una vez con la puerta cerrada, el orgullo de Shikishima se sintió herido, por lo que olvidando su resaca, tomó la botella más cercana y la estampo contra la pared, justo donde estaba una foto del prestigioso clan de hace unos ayeres. Su mirada se mantenía sobre la líder y en sus padres, quienes fueron los culpables de su problemática vida actual, si no hubieran jodido tanto con aquello del honor, el dinero, la política y el ejercito, él hubiese sido un gran pintor. Sin alguno de esos talentos indispensables para la familia, él solo se dedico a llevarles la contraria teniendo una vida disparatada, aunque tenía talento en el Kenjutsu, su hermano menor Asahi, le superaba.
–¡Mierda! –golpeó la cama con sus puños, pero comprendió que él no podía cambiar su destino –¿A menos que...?
Se apresuró a levantarse y recogió su yukata con el emblema familiar manchado de licor y otros fluidos. Se dirigió al baño para ducharse y salir de la casa en poco tiempo.
"Mantente atento Furutaka-ani, te demostrare porque soy un digno miembro del clan Azumabito" sonrío arrogantemente.
...
Mitras, 878
La capital le daba la bienvenida al subcomandante del Cuerpo de investigación con una serenidad algo extraña, y es que pensaba que por los motivos que habían sucedido en los días anteriores, eso sería una misión suicida. Cuando se dirigió a buscar a los Blanchett, en el camino se fue enterando de todo lo que había sucedido, y se asombró al saber que el Cuerpo de Investigación estuvo a punto de ser aniquilado, tampoco es que estuvieran a salvo, de hecho por eso mismo estaba ahí, para empezar a preparar su declaración ante el parlamento.
Llegó a los cuarteles improvisados del Cuerpo de Investigación, bajando del caballo rápidamente, lo guió a los establos –Bienvenido padre –esa voz le erizo la piel, cuando volteó, se encontró con una chica castaña de aspecto cansado
–Anya –respondió sin extrañamente saber que hacer, si abrazarla efusivamente o preocuparse –¿que haces aquí a estas horas?
–¿Ya te enteraste de lo que sucedió hoy? –cuestionó la muchacha, llevaba los ojos hinchados
–Sí –respondió el rubio –no conozco bien los detalles, pero aún no estamos a salvo del todo, por eso estoy aquí
–Me alegra que llegases bien –dijo la joven en un tono melancólico que asombro a Armin
–¿Estas bien? –cuestionó Arlert intuyendo que su hija estaba bastante afectada por algo
–Si –minimizó la castaña –pero necesito preguntarte algo antes de que vayas con el comandante
–Dime
–¿Tu conociste a Jaeger?
La pregunta sacó de su impasibilidad a Arlert quien solo se tensó, lo que confirmó las sospechas de su hija.
–¿Cierto? –Anya agudizo su mirada buscando una reacción que delatará por completo a su padre
–¿De donde sacas eso... –Armin intentó evadir la respuesta
–Ya es hora de decirle la verdad –otra voz femenina se hizo presente
–Hitch –Arlert se inquieto al escuchar el tono de Dreyse y verla tan cansada como Anya
–Estuvimos en una persecución por parte del gobierno –mencionó Hitch –la única forma para calmar sus ánimos, fue que Jean negociará a cambio la información que todos saben pero que no recuerdan
–¿Que? –se cuestionó Anya, su madre también sabía cosas importantes
El subcomandante suspiró pesadamente y se dirigió a sentarse en un banco cercano –Me alegro que ambas estén ilesas, y sobre Jaeger... –Arlert miró los ojos azules idénticos a los suyos –es una larga historia y que tienes el derecho de saberla –Anya se acercó a su padre atenta a cada palabra y expresión.
–Lo conocí en Shiganshina, mi ciudad natal, cuando me defendió de un grupo de abusivos que me molestaban por mi inteligencia –los ojos de Armin parecieron brillar de felicidad por un momento –él vivía con sus padres y su hermana adoptiva, con quien también me encariñe. Pasábamos mucho tiempo los tres juntos, jugábamos, nos metíamos en problemas, molestábamos al borracho Hans, compartíamos nuestros sueños hasta que... –la mente de Armin trajo el recuerdo de aquel Colosal asomándose en la entonces impenetrable muralla María –un día apareció un titán que derribó la puerta de la muralla y con ello los demás titanes entraron...
Hitch quien se mantenía mas alejada también estaba inmersa en el relato, después de todo, ni ella ni Armin tocaban esos recuerdos dolorosos.
–Uno de ellos devoró a la madre de Eren –Armin notó como Anya arrugaba las cejas, olvidó un detalle importante –así se llamaba, Eren Jaeger
–¿¡Que?! –exclamó la castaña, era una increíble coincidencia que se llamará igual que el príncipe y que ambos sufrieran el mismo destino con sus madres
–Nosotros escapamos a tiempo y fuimos llevados a un campo de refugiados, luego trabajamos los campos para poder alimentarnos y una vez que tuvimos edad suficiente nos inscribimos al ejercito... –Armin siguió relatando sin omisiones, la vida que llevó al lado de su mejor amigo y como al final, éste llevó a cabo su plan del Retumbar, teniendo él que ponerle un alto
–¡E-entonces él... él borró las memorias de la gente! –dijo Anya titubeante, aún sin procesar del todo la información recibida –¡Incluso él destruyó nuestros registros!
–De forma indirecta –mencionó Armin –eso fue obra de los Jaegeristas liderados por Floch, quienes eliminaron todo registro de Eren para endiosarlo como el salvador de Eldia
–Pero lo más importante ¡¿porque no dijiste nada?! –reprochó la castaña a su padre
Armin cerró los ojos suavemente –Porque es muy confuso
–¡¿Como?! –exclamó la joven
–Los recuerdos no regresan así de la nada, primero debe haber algún factor que comience a despertarlos –Armin recordó que las memorias comenzaron a presentarse desde aquel día que conocieron a aquella joven de nombre Ryoko Azumabito –además son tan inexplicables que a veces no sabes si se trata de un sueño, de una ilusión o de una memoria ajena –Arlert rememoró aquella escena extraña en donde veía desde lo alto el puerto de Liberio arrasado por una explosión –fue hasta que Jean me contó que él padecía lo mismo, que comenzamos a unir pistas y comprender un poco más el asunto
–¿No pudieron decirlo? –cuestionó la castaña
–Si a nosotros mismos que fuimos cercanos a Eren, nos costó comprender ¿piensas que la demás gente lo aceptará fácilmente? –Anya volteó a ver a su madre, quien negó con la cabeza –luego llegaron los titanes nuevamente y... –Armin apretó los puños con fuerza –¡Lo siento Anya, no debí ocultarte esto!
La castaña se acercó aún más y por primera vez vio a un subcomandante al borde de las lágrimas, lo que la conmovió demasiado, colocó sus manos encima de las de su progenitor, transmitiéndole cariño –Esta bien papá, no fue tu culpa
–No te tuve la suficiente confianza, pese a que demostraste gran inteligencia y valor
"No fuiste el único" se dijo Anya en su interior, aunque comprendió un poco más la decisión del príncipe de no contarles nada de sus memorias –Nadie sabe quien esta en lo correcto, ni puede decidir lo que es justo
Armin levantó lo mirada y se asombró de ver a su hija demostrar mayor madurez, por lo que debía seguir luchando. –Así es –se levantó –es tiempo de sacar a la luz nuestra verdad
Hitch sonrió orgullosa, Anya por fin se sintió más tranquila y con más ánimos. Así, los Arlert se prepararon para la declaración del día siguiente.
...
Marley, 878
La noche en el espeso bosque de Marley era la guarida perfecta para un montón de refugiados rebeldes. El Cuerpo de Investigación que había estado infiltrado desde hace días, ahora había tomado la decisión de regresar a casa, después de que el señor S se negará a cooperar más con ellos, mañana antes del alba, debían salir de ahí como diese lugar. La mayoría de los soldados se habían ido a empacar y a descansar un poco, pues les esperaba una travesía para volver a casa, sin embargo, algunos no podían conciliar el sueño por lo que prefirieron darle un último recorrido a los bosques marleyanos.
–¿Tampoco puedes dormir? –cuestionó Paul a uno de sus compañeros que se encontró en su camino
–¿Paul? –mencionó el joven de cabellos rizados, quien caminaba sin poner mucha atención a su alrededor
–Quien diría que estas bastante nervioso Bastian
–¡No es cierto! –exclamó Bastian indignado, pero lego se relajó al haberse topado con un compañero que no le incomodaba –solo vine a tomar un poco de aire
–Pues estabas tan pensativo que ni siquiera te diste cuenta de mi presencia
–Bueno... –Steinbach estaba algo inquieto –es que no pensé que este bosque fuese tan tenebroso, me recuerda mucho al bosque gigante –Paul notó como su compañero temblaba ligeramente
–¿Te trae malos recuerdos?
–Nunca podré olvidar aquel día –confesó Bastian con dolor y Niehaus se sintió apenado
–¿Que harás cuando te encuentres con aquel titán?
–Realmente no lo sé –respondió el castaño –siempre que he pensado que lo primero que haré cuando lo vea será ir contra él con toda mi fuerza, pero...
–¿Pero?
–Me gustaría saber porque mató a Gil –el de cabellos rizados bajo la cabeza –¿que pasó por su mente en aquel momento?
–Eso será difícil de saber –mencionó Niehaus –quiero decir pueden haber muchos motivos para que hiciera eso
–¿Que clase de motivos? –cuestionó Steinbach con molestia
–N-no lo sé –respondió Paul sorprendido por el cambio de actitud de su compañero –tal vez este amenazado, o tuvo una infancia infeliz
–¿Y esos son motivos para justificar lo que hizo?
–¡No puedes saber que tan mal la paso! –exclamó Paul –¡tal vez también haya sufrido mucho!
–¡Todos hemos experimentado algún sufrimiento! –dijo Bastian –¡una perdida! ¡un trauma! ¡alguna decepción! ¡¿o tu no?!
El joven de ojos azules se mantuvo en silencio por algunos segundos –Sí, yo... yo he mantenido en secreto algo importante... y también finjo algo que no soy
–¿De que hablas?
–De niño fui educado de una forma en que mi verdadero ser tuvo que ser reprimido, nunca lo entendí hasta que cumplí catorce, cuando ya había ingresado a la Academia –el muchacho rubio se mantenía sereno pero su voz sonaba triste –ahí conocí a mi primer amor, pero eso es algo incorrecto según mi educación
–¿Incorrecto? –pensó Steinbach en que clase de amor podría considerarse incorrecto –No me digas que...
–Me sentí atraído hacia otro chico –confesó Paul
–Eso no es malo –opinó el llamado Cabeza de resortes –no comprendo porque te hicieron creer eso
–Porque nací de los "indeseados" y la única forma de salir de eso, es no actuar como uno –explicó Paul
–¿Indeseados?
–Los indigentes, las prostitutas, los opositores al gobierno, los fanáticos religiosos, los discapacitados, etc. Mi madre era discapacitada y ahora yo soy...
–¡Basta Paul! –exclamó Bastian –no se quien dijo que esas personas eran indeseados, ¡pero quien lo diga es porque es una basura!
Niehaus miró la expresión de su compañero, una muestra sincera de sus ideales, esa cualidad a no esconder lo que piensa y a decir sin tapujos sus creencias. Tal vez era esa "valentía" característica de Bastian la que lo empezó a enganchar.
–¿Crees que soy repugnante? –cuestionó Niehaus
–¿Porque lo haría? Que seas homosexual no cambia la percepción que tengo de ti
Paul parpadeó varias veces, en ese momento quise decirle lo que sentía y ser libre, pero de inmediato recordó que él escondía algo más, un secreto más oscuro.
–¿Que percepción tienes de mi?
–Pues ya sabes... el tipo responsable, buen líder, compañero ideal, valiente... –Bastian seguía enumerando cualidades pero Paul ya no las escuchaba
–Si te dijera que soy un asesino ¿aún tendrías ese percepción de mí? –interrumpió a Steinbach, quien se quedó pasmado con esa pregunta
–N-n... ¿eso que tiene que ver? –respondió nervioso el castaño
–Todo –la voz de Niehaus sonaba sombría como la noche –en el momento que elegimos nuestro camino, las campanas fúnebres sonaran una y otra vez
–¡¿Eh?!
–Este es mi secreto –Niehaus dio unos pasos hacia atrás y luego sacó una navaja pequeña con la que se hizo un corte en la palma de la mano, Bastian vio todo esto como si se tratara de una cámara lenta, por lo que solo pudo abrir la boca cuando una explosión lo aturdió
Lanzado algunos metros atrás, se incorporó con ayuda de un árbol y cuando sus ojos se volvieron a acostumbrar a la oscuridad, pudo observar como un gigante de unos quince metros, de apariencia negra como la noche, garras afiladas y ojos helados se incorporaba lentamente en el mismo lugar donde estaba Paul, causando un terror que le enchinaba la piel al reconocer aquel monstruo que había aparecido en el Bosque de Arboles Gigantes, solo que a diferencia de la vez anterior ya no había misterio sobre quien era el portador. "¡Realmente es él!".
–¡El titán Nocturno!
.
..
...
***Notas***
*A partir de este capítulo, tanto lo que sucede en Marley como lo que pasa en Paradis, ocurren al mismo tiempo.
*Cada que escribo a Shikishima siento que es una combinación entre la pereza de Shikamaru de Naruto y la arrogancia de Naoya de Jujutsu Kaisen.
*Para la bandera de Hizuru me inspire en la pintura "La gran ola" de Kanagawa.
*Sobre la amnesia aún falta aclarar más. Lo que toque en este capitulo es que las memorias no regresaron así de pronto y ya, sino que fueron como esos flashes que a veces nos llegan. No se si a veces les pasa que medio recuerdan alguna experiencia, sus familiares les dicen que hicieron algo y no lo recuerdan (generalmente de niños), o cuando de plano no saben si algo fue real porque se sintió como un sueño o viceversa. Así pasa con las memorias borradas.
*Por fin descubrimos quien es el portador del titán Nocturno, un aplauso a quien le atinó.
