Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.
Regreso
Habían pasado tres días desde que los apresaron y aún no había ni un solo indicio de negociaciones. Los habían tratado relativamente bien, pues no los habían torturado ni intimidado, aunque los modos groseros y miradas de desprecio eran constantes. Los soldados de Paradis, se preguntaban cual sería su destino y cual sería la consecuencia de esto en la isla.
–¿Ellos ya sabrán de esto? –se preguntó Gretel que estaba sentada apoyando su mentón en sus palmas
–Puede que ni siquiera lo conozcan –dijo Achim negativo
–¿Que será de los demás? –se cuestionó Kesia, pensando en la teniente Blanchett y su equipo, así como en el líder administrativo Klaus Anders, que aún estaban dispersos en Marley. También por su mente pasó la capitana Gabi, alejada de ellos
–Creo que ellos se pueden cuidar bien –opinó Bastian melancólico, recordando que ahora Paul ya no era tomado en cuenta como parte del equipo
–Tampoco pudimos rescatar a Irina –pronunció Hugh con semblante triste, Eren lo miró curioso
–Hicimos todo lo que estuvo en nuestras manos –habló el príncipe, cuyo cabello estaba retomando su color natural al deslavarse el tinte
Hugh volteó a ver a Reiss y sus miradas se conectaron, Eren tuvo miedo de ver en la cara de su compañero molestia o desprecio por convertirlo en titán, pero parecía ser el mismo chico tímido de siempre.
–Lo sé –contestó Hugh resignado –pero ahora... ya seré de mayor utilidad –apretó su puño derecho como si se prometiera aquello
–Aún no sabemos cual es tu poder titán –intervino Anansi tratando de relajar el ambiente –¿Cual te gustaría que fuera?
–Creo que... cualquiera estará bien –dijo el rubio –le sacaré el máximo provecho posible –esta vez mostró una ligera sonrisa
–¡Murakumo Kirstein! –clamó uno de los guardias, sacándoles un susto a los presos
–Aquí –mencionó el muchacho levantándose de su asiento y acercándose a los barrotes
–Tienes visita –dijo el guardia que abría la reja y permitía la salida del mestizo
–¿Que? –se cuestionó Kirstein sorprendido
–Acompáñame –el guardia jaló al joven, quien dirigió una mirada de asombro a sus compañeros, temía que fuesen a hacerle lo mismo que cuando cayó en manos de Verner Thiele
Murakumo fue conducido hacia una pequeña sala donde estaba una mesa y dos sillas de madera, una frente a la otra, tragó saliva preparándose para un posible interrogatorio. El guardia lo dejó esposado de manos, en espera de su interrogador, pronto escuchó el sonido de unos pasos acercándose, distinguió que eran dos personas, clavó su mirada fría en la puerta que se abrió dejando el paso a una mujer y un hombre tras ella.
–Oh ¡por los cielos! –clamó la mujer adulta de cabellos negros y ojos rasgados, vestía un abrigo largo de color gris, debajo, lucía una falda tableada blanca –si que ha pasado tiempo
Murakumo se quedó pasmado, la mujer lo había tratado con amabilidad, así que solo la siguió con la mirada sin decir nada, la mujer tomó asiento frente a él. El otro joven vestido de traje azul marino, se quedo de pie a la izquierda de la dama. "¿Podrán ser?".
–¿No me recuerdas? –cuestionó la mujer mirándolo fijamente –¡cierto! ¡solo eras un niño la vez en que te conocí!
La mujer sonrió y mostró el emblema en un botón dorado que adornaba su abrigo –Soy Kiyomi Azumabito, la líder de la prestigiosa familia Azumabito de Hizuru
–Ahhh –Murakumo entorno sus ojos grises y se mostró educado –Lamento no reconocerla, Kiyomi-sama. Soy Murakumo Kirstein, hijo de Ryoko Azumabito que vive en Paradis –el chico mostró un saludo reverencial que le hizo gracia a Kiyomi
–Sé quien eres –mencionó la mujer oriental –y me alegra verte, aunque no en estas condiciones
–Es algo bizarro –opinó el joven de traje azul marino, Murakumo lo miró confundido –¡Cierto! Yo soy Furutaka Azumabito, futuro líder del clan. ¡Un gusto conocerte!
–Igualmente –respondió Kirstein serio
–Bueno, dejando a un lado las presentaciones –comenzó a hablar la mujer –a lo que vinimos, es para conocer tu punto de vista sobre...
–Nuestra misión en Marley –completó el mestizo ganándose una mirada de reproche de Furutaka
–Así es –dijo Kiyomi –¿que fue lo que les motivo a pisar suelo marleyano así tan imprudentemente?
Murakumo contó todo lo que habían pasado, desde que regresaron los titanes con la aparición del titán Gélido en Mitras, su incorporación al Cuerpo de Investigación, el hecho de que Eren Reiss fuese el titán Fundador, y el núcleo que encontraron en Monzen. Kiyomi y compañía mostraron algo de sorpresa ante el relato del mestizo.
–Entonces fue por esa razón que procedieron –la mujer tomó las manos del chico y le comentó sincera –lamentó lo de tu abuela y lo de tu madre, no tenía conocimiento que Ryoko-san estaba inmóvil
–Comprendo, mamá no habla mucho de su origen –suspiró el chico –parece que le avergüenza
–Tal vez siga algo molesta –sonrió la mujer –nosotros queríamos que se uniera a alguien con mayor poder –el mestizo rodó los ojos "Así que realmente son avariciosos"
–Pero a pesar de eso –Kiyomi le miró con algo parecido a la dulzura –le prometimos a tu madre, que en honor a sus generaciones pasadas que mantuvieron nuestro legado, la protegeríamos, y eso también va contigo
–Así que necesitamos saber si los de Marley te hicieron daño –intervino Furutaka –y si fue así, pondremos nuestra queja
–Yo... bueno... –Murakumo no quería confesar la verdad, se sentía un debilucho por dejarse atrapar
–Así fue ¿cierto? –intuyó Kiyomi ante el silencio de Kirstein
–Sí –confesó finalmente el mestizo
–Entonces procederemos a exigir una compensación por daños –mencionó Furutaka anotando en una libreta –¿Que fue lo que te hicieron?
–Pues... me mantuvieron cautivo, me hicieron pruebas de sangre, y me dejaron sin comer por algunos días
–¡Por los cielos! –exclamó la oriental –¡Eso les saldrá caro a Marley!
Entonces Murakumo tuvo una idea que no dudo en exponer –¿Ellos... pueden reparar el daño, dejándonos libres?
Kiyomi y Furutaka compartieron miradas, después Kiyomi bajó la mirada y Furutaka frunció el ceño –No se puede –explicó el joven oriental –solo podemos abogar por ti porque tienes lazos con nuestra familia, tus compañeros tendrán que pagar su osadía
–P-pero...
–Entiendo tu punto Murakumo-kun –mencionó la mujer –pero nosotros ya abogamos por Paradis hace años y tomamos la responsabilidad de negociar el pacto de Hizuru
–¿Así que yo saldré mientras ellos se quedan aquí? –dijo retador el mestizo
–Si eres capaz de comprobar que ese "núcleo" proviene de aquí, tal vez los dejen en libertad –mencionó Furutaka
–¡Demonios! –Murakumo golpeó la mesa enfadado
–¡Hey! ¡Ten confianza! –animó la mujer que ya presentaba más arrugas en su cara y algunas canas en su negro cabello –Siempre habrá algo con que negociar –le aconsejo la oriental quien también le reconfortó tocando su cabeza –Tenemos que irnos, pronto te mandaremos buenas noticias
Murakumo asintió silenciosamente, por lo que los Azumabito lo dejaron solo. El mestizo se maldecía internamente "Primero soy especial por ser un Ackerman, ahora tengo beneficios por ser Azumabito... y lo peor es que no se como ayudar a los demás con eso".
...
Los altos mandos de Marley se habían reunido por séptima vez consecutiva para debatir el destino de los soldados de Paradis y el castigo a imponer. En la sala seguían las discusiones y señalamientos, especialmente contra Arthur Rooney quien seguía respaldando la peligrosidad de los titanes modificados y contra Magath por ser demasiado tibio.
–¡A estas alturas ya debíamos haberlos ejecutado y pedir compensación de daños! –gritaba eufórica Harriet Brown –¡Somos conscientes del peligro que representa mantenerlos con vida!
–Pues en estos días ya no se han presentado más incidentes con titanes –señaló Rooney –es una casualidad que ahora que están presos, no aparezcan más estos titanes
–¡Precisamente por eso! –comentó el viejo almirante Pfeiffer –¡ellos ya no tienen la libertad de transformarse!
–Aún hay más soldados de Paradis esparcidos –dijo Arthur –si ellos quisieran, ya hubieran hecho cualquier cosa para liberar a sus camaradas
–¿Porque los defiendes tanto Mayor Rooney? –cuestionó el hombre de bigote gracioso, Imre Wózniak –¿no será que tu estas aliado con ellos? –el entrecejo de Rooney se frunció evidentemente, aunque no contestó nada
–Tal vez, el Mayor Rooney tiene razón –se escuchó la voz del Coronel von Ziegler
–¡¿Que?! –no era secreto que ambos se llevaban mal, por lo que salir en defensa del rubio, impresionó a todos, incluido al mismo Arthur
–Explicate von Zigler –pidió el Mariscal Herschel
–Si señor –acató el moreno y le pidió a su subordinado Verner Thiele unas carpetas –aquí tenemos unas pruebas que pueden demostrar que el peligro de esos titanes modificados es realmente alto
–¿De donde sacaste eso? –cuestionó el Coronel Eldritch
–Son registros que logramos rescatar de la Sociedad en Investigación Titán, por lo visto algunos documentos se salvaron del voraz incendio
–¿Y que encontraste en esos documentos? –preguntó Theo Magath
–Son anotaciones de fórmulas químicas y observaciones, pero también algo que nos sorprendió bastante –Emil mostró lo que parecía ser un boceto a lápiz –este dibujo a simple vista no es importante, sin embargo al compararlo con la descripción del titán Excavador, se asemejan mucho –el moreno pidió a Thiele que pasará esa hoja a Rooney, quien al verla entornó sus ojos verdes –¿cierto Mayor Rooney?
–Ah –Arthur por primera vez se demostró nervioso ante sus camaradas –Sí, son muy parecidos
–Y además encontramos una correlación de palabras bastante extraña: titanes, modificación, ecolocalización, resistencia, fuerzas de la naturaleza, terremotos, miedo, caos mundial
–¡Espera un momento! –clamó Emmanuel Krantz, quien había salido de Kaloven para enterarse del alboroto –¿estas diciendo que entonces esos titanes modificados fueron creados aquí?
–No –respondió Emil impasible –pero puede que si los hayan ideado aquí. Quiero decir, bajo las investigaciones de la Sociedad de Investigación Titán, pudo involucrarse alguna mente que sacó esa información y la llevó a algún otro lugar
–¿Quedan registros de los que trabajaban ahí? –cuestionó Denis Eldricht
–Ninguno, aunque algunos nombres siguen siendo recordados, como el del doctor Tom Xaver
–Dudo que Xaver estuviera involucrado en ello –intervino Magath –él estaba mas interesado en las modificaciones hechas por el poder del Fundador
–¿Usted recuerda algún otro científico importante, señor Presidente? –interrogó Emil
Magath comenzó a recordar, pero aparte de Xaver, él no convivía mucho con los demás investigadores. –No
–Ni siquiera quien supuestamente fue el responsable indirecto del incendio que destruyó los laboratorios, el jefe de investigación de esos tiempos –Emil miró fijamente al Héroe de Guerra –su nombre era Surt
"¿Surt?" se cuestionó Magath internamente, rememorando sus días como instructor de marleyanos honorarios y entonces dio con él. Era un adulto de presencia formal y cortés poco vista en el área científica, un hombre castaño de boca ancha, cejas finas y ojos muertos, lo que le proporcionaba una expresión inescrutable, misteriosa. Casi nunca intercambiaron palabras, más que los saludos y discusiones protocolarias, él no era el jefe de investigación, pero si era un investigador asiduo a los titanes como lo fue Xaver, de ahí que él pareciera ser más el jefe que el propio designado.
–Esa persona que mencionas era Surt Weldon –dijo Magath –pero él no era el jefe de investigación
–¿Entonces no fue por su causa que se incendio la Sociedad de Investigación? –cuestionó asombrado Verner Thiele
–Eso es el rumor más extendido –aclaró el Presidente –pero no entiendo porque alguien con ese interés a la investigación haría eso
–Tal vez para encubrir algo como esto –Emil señaló la investigación puesta en la carpeta
–¿Pero entonces él escapó? ¿o como llegaron sus conocimientos a otro lugar? –se preguntó Eldritch
Emil se mantuvo callado por un momento –Debo admitir que es difícil para mi, creer esto
–¿Que es? –exigió el Mariscal Herschel
–Parece que hay ratas que consiguieron esa información y se la llevaron para sus propios fines –los presentes exclamaron sorpresa por estas declaraciones
–Se me hacía bastante extraño que el titán Excavador se presentara justo en un lugar que íbamos a tomar como base –mencionó el rubio Rooney –alguien quiere interferir en nuestros planes, y por lo visto es alguien que esta entre nuestras filas
–¿No será ese Cuervo que apoya a los rebeldes? –preguntó Harriet
–Puede ser una posibilidad –dijo Krantz pensativo
–Coronel von Ziegler –llamó Theo al líder del Departamento de Inteligencia –te encomiendo la tarea de dar con esas ratas
–Si señor –Emil reverenció al Presidente
–Por ahora dejaremos esto aquí –mencionó Theo cansado –tomemos un descanso hasta próximo aviso
Los demás no reclamaron, realmente ese asunto de los titanes modificados y los eldianos estaba siendo más enredado de lo que habían pensado. Arthur Rooney salió pensativo de la sala, si bien, estaba sorprendido de que Emil von Ziegler saliera en su ayuda, también le desconcertó el hecho de que esta vez se mantuvo calmo, incluso cuando mencionó que había traidores en sus filas. Apretó los puños, en este punto debía ser extremadamente cuidadoso.
"¿Que tienes en mente Emil?" se dijo el rubio intuyendo una jugada por parte del Coronel von Ziegler.
...
Balyak del Sur, 878
La tarde caía en los palaciegos salones de la Mansión Marfil, los rayos de luz iban retrocediendo de las pinturas que adornaban los pasillos, mientras afuera la bandera de la antorcha listonada se mantenía casi estática. En uno de los salones, grande y recóndito, se daban cita al menos seis personas que tenían en sus manos el control de todo el país.
–Señores –habló un hombre de cabellos cenizos y ojos azules, su rostro ya mostraba arrugas pero aún mantenía su jovialidad –los he llamado para hablar sobre el futuro de nuestra nación, ahora que hemos dado el primer paso
–Con todo respeto señor Presidente –habló un hombre de faz dura y piel bronceada –creo que el plan que teníamos se ha complicado, no solo nosotros tenemos a uno de esos titanes modificados, también han aparecido otros tres y no sabemos para quienes trabajan
–Eso fue sorpresivo, sin lugar a dudas –habló un hombre flaco de risa incomoda
–No fue sorpresivo –comentó un rubio de gafas, vestía un elegante traje negro e incluso guantes del mismo color –ya había aparecido uno hace años, el que parece ser que mató a la reina de Paradis
–Cierto –mencionó el hombre de cabellos cenizos –por eso enviamos a Wilson y a Elliot para que investigaran más a fondo, pero todo indica que ni los mismos eldianos saben de donde viene ese titán
–Entonces eso puede tomarse como una confirmación al hecho de que la misma persona que nos dio al titán haya creado a los otros cuatro –cuestionó nuevamente el rubio
–Es casi seguro Clint –completó el hombre bronceado –la cuestión es ¿porque repartió los poderes modificados a distintos países?
–Tal vez quiera iniciar una guerra –advirtió el tipo flaco
–Eso sería bastante macabro, sr. Murphy –opinó el presidente –dudo mucho que mis antepasados hayan pensado en eso
–¡Lo siento Presidente Klein! –se disculpó Trevor Murphy –no sabía que su familia fue quien trajo ese titán hasta aquí
–Es una larga y aburrida historia –mencionó el hombre que fungía como presidente de una de las cuatro potencias mundiales, Lawrence Klein –¿cierto George? –se dirigió a un hombre rechoncho que se había mantenido callado
–Sí –respondió apático el mencionado
–Tú que visitaste Paradis ¿viste a alguno de esos cuatro titanes modificados? –cuestionó el presidente Lawrence
–No –respondió George –aunque encontré otras cosas de valor: levadura, metales y hasta pechblenda
–¿Pechblenda? –cuestionó otro hombre de espesa barba castaña, Kirk Jordan –el mineral que contiene uranio
–Así es –comentó George –lamentablemente no podemos sacar de ahí muestras para su análisis, aunque el sr. Elliot convenció a una investigadora famosa de Paradis para que someta la pechblenda a un riguroso estudio que determine si puede convertirse en fuente de energía nuclear
–Eso puede acarrearnos grandes beneficios –comentó Murphy, ministro de Economía –¿pero porque no se puede comercializar la pechblenda?
–Los yacimientos donde se encuentra la pechblenda, están en un distrito dominado por titanes, para trabajar esas minas, primero deben acabar con todos los titanes –explicó George
–Si tan solo pudiésemos obtener ese mineral –dijo Kirk, el científico del gabinete –entonces no solo podríamos controlar el cielo, sino todo el mundo
–Por ahora solo podemos seguir fortaleciéndonos –mencionó el hombre bronceado, que era ni más ni menos que el General al mando del Star Militia, Jeffrey Kane
–Estoy de acuerdo –apoyó el rubio Clint Powell –seguiremos manteniendo una estricta vigilancia desde la Agencia Secreta de Información
–Tampoco podemos descuidar nuestras empresas en todo el territorio –dijo Murphy, refiriéndose al resto del continente
–También envíen más tropas a Zaibur ¡aprovechemos que ahora están desconcertados por la aparición de esos titanes, para quitarles de una vez por todas esa región! –ordenó el presidente Klein
–A la orden –clamaron los presentes y minutos después todos salían de la mansión con total discreción
Mientras tanto los hermanos Klein caminaban entre los pasillos de aquella gran casa que servía de hogar a los presidentes. George se veía bastante preocupado que lo que notó Lawrence y le cuestionó su razón.
–Solo te pido que no pongas en más peligros a Ruth –pidió el hombre regordete en voz baja
–¿Peligro? –se preguntó el presidente Lawrence –no se supone que al ser un titán es casi invencible
–Casi –respondió George –Elliot me ha escrito que últimamente han habido movimientos extraños dentro del gobierno de Paradis, incluso hay un rumor fuerte de que los titanes que rondan la isla están por ser reducidos por armas y otras maniobras de parte del ejercito
–¿Todos?
–Probablemente –dijo George algo inseguro de su respuesta –pero de verdad, te pido que dejes a Ruth disfrutar de su vida, especialmente ahora que esta casada
Lawrence bufo y miro fijamente a su hermano menor –Ella sabe lo que le espera, aún así, me convenciste de dejarla casarse con Reynolds
–P-pero...
–Pero tarde o temprano heredará su poder –mencionó imperturbable el presidente con los brazos colocados detrás de él –no olvides que Ruth D. Klein es un arma
George se limitó a asentir quedamente, Lawrence le dio unas palmaditas en la espalda y se alejó de ahí rumbo a su despacho, mientras el hombre regordete recordaba la sonrisa sincera de su sobrina.
...
Marley, 878
Pasaron nuevamente cinco días de arresto hasta que se enteraron que el canciller Grice había llegado a Marley para poder negociar su liberación. Así mismo se enteraron que en Paradis habían intentado disolver el Cuerpo de Investigación, razón por la que Falco llegó con retraso.
Tras una serie de audiencias e investigaciones, donde los Azumabito también intervinieron –aunque solo a favor de Murakumo– y donde los de Marley no encontraron pruebas sólidas para comprobar la culpabilidad de los de Paradis en el ataque de los titanes Rodante y Excavador, tras quince pesados días aceptaron dejarlos en libertad, aunque con una condición por demás injusta: ningún transporte proveniente de Paradis podía pisar territorio marleyano.
–¡Demonios! ¡¿y ahora como regresaremos a casa?! –cuestionó Klaus Anders quien se había reunido con sus compañeros dispersos
–Solo queda desplazarnos a Odiha y pedirle a los Azumabito el favor de que nos transporten a algún lugar de transición –dijo apenado Falco, todos se encontraban en una posada de clase media
–Los Azumabito nos ayudaran seguramente –opinó con optimismo Kesia mirando al Murakumo –¿cierto?
–Solo me ayudarían a mi –dijo Kirstein sin delicadeza
–¿Podemos ir a otro país? –cuestionó Bastian
–Claro –respondió Elisa Blanchett –pero ningún país queda cerca, Iprafe y el Medio Oriente no son precisamente una buena opción
–¿Y si nos movemos al lado occidental de Marley? –opinó Gretel –es decir al continente de Balyak y de ahí pasamos al sur donde están nuestros socios
–Debemos cruzar el mar –señalo Irving seriamente –nadie nos puede proporcionar un barco
–¿Y si usamos algún poder titán? –preguntó Hugh como si fuera obvio
–No esta permitido –respondió Falco, dejando al grupo en silencio. Achim Frey se mantenía cerca de la ventana cuando notó la presencia de un hombre que se acercaba, dando aviso prontamente
–Todos manténganse atentos –ordenó Gabi mientras ella se acercaba a la puerta, en la cual sonaron tres toques, con precaución la capitana tomó el pomo –¿Quien es y a quien busca? –preguntó
–Soy Wilhem Bukowski y vengo a ver a Harry König –respondió el hombre tras la puerta, Eren reconoció la voz y el nombre de esa persona –solo vengo a dejarle esta carta
Gabi miró a Eren y luego abrió la puerta, observó al hombre que en efecto llevaba un sobre –No esta en casa, pero yo le daré su carta –arrebató la carta y cerró rápidamente, sin permitirle hablar al hombre
–¡Capitán! ¡Eso fue grosero! –exclamó Eren indignado y fue hacia la mujer, quien veloz abrió la misiva. Después de leerla, Gabi entornó los ojos asombrada
–¡¿Que dice?! –pidieron saber los cadetes, los veteranos también estaban a la espera de una noticia
–Irina... esta viva –anunció la castaña –ella es quien envía esta carta... y dice que ha encontrado una forma de salir de aquí
Los soldados se sorprendieron por la noticia, aunque los jóvenes se alegraron de escuchar que su compañera estaba viva, los demás se mantuvieron cautos.
–¿Eso será cierto? –cuestionó Anansi
–Era la voz del señor Bukowski, es inconfundible –dijo Eren seguro
–¿Que deberíamos hacer? ¿Nos arriesgamos? –cuestionó Rania Inocencio
–Lo comprobaremos como siempre –dijo Gabi Braun tajante
Al día siguiente Gabi y los cadetes, a excepción de Eren y Murakumo, fueron al lugar indicado en la carta, los demás se mantuvieron en una posición cercana. Para su estupor, Irina Merian realmente los estaba esperando en ese lugar alejado de las ciudades.
–¡Chicos! –exclamó la melliza al reencontrarse con sus compañeros, quienes efusivos la abrazaron
–¡Irina, gracias al cielo que estas bien! –dijo Gretel –¡Pensamos lo peor! ¿Pero que es eso de que encontraste como salir de Marley?
–Es una historia larga –respondió la chica de cabellos grises –se las contaré una vez que embarquemos
–¿Embarcar? –cuestionó Kesia
–Se que parece inverosímil –dijo Irina –pero dudo que quieran hacernos daño
–¿Quienes son? –cuestionó Gabi
–Lo verán cuando lleguemos ahí, y ustedes decidirán si aceptan su trato o no –mencionó Merian –¿están todos listos?
Eren y los demás salieron de su escondite aceptando correr el riesgo después de ver que Irina confiaba en su salvador anónimo, mientras en las sombras una persona veía esta escena con gran rencor "¿Así que nuevamente me dejan aquí?".
Irina Merian los guío hasta las costas, específicamente a un barco que los esperaba.
–¿Gelus? –se preguntó Falco asombrado al distinguir la bandera del barco
–Así es –se escuchó a un hombre hablar mientras descendía del barco –Bienvenidos al Aurora, soldados de Paradis
–¡Ministro Lébedev! –exclamó el canciller eldiano
–Nos reencontramos nuevamente Canciller Grice, se que es sorpresivo –mencionó Yuri Lébeved –pero nos enteramos que tienen un problema para salir de aquí, y como muestra de solidaridad venimos a llevarlos a casa
–¿Porque? –cuestionó Grice, algo aturdido y pensando en la posibilidad de un intercambio
–Bueno –Yuri se acerco a Irina y le tomo de los hombros amablemente –nos enteramos que hay descendientes de compatriotas entre los suyos
Falco inmediatamente intuyó a lo que se refería, los demás no comprendían que importancia tenía Irina.
–¿Y bien? ¿Van a subir? –cuestionó Lébedev sonriendo
–Si –Falco aceptó, siendo el primero en subirse al buque de Gelus, seguido por los demás
El buque por fin avanzó alejándose cada vez más de las costas marleyanas para tranquilidad de los eldianos, a pesar de que tampoco estaban muy cómodos en el transporte gelusiano, aunque después de unos días el cansancio les vencía y dejaron de pensar en conspiraciones. Cierto día, Bastian despertaba con los cabellos alborotados, se acercó al barandal para ver el amanecer en el mar, cuando a lo lejos distinguió algo.
–¡Hey! ¡Despierten! –les gritó a sus compañeros
–¿Que sucede? –cuestionó Gretel tallándose los ojos
–¡Vengan a ver! –dijo Bastian y saltó hacia afuera, los demás lo siguieron a un ritmo lento por recién despertarse, sin embargo, cuando llegaron a la proa se quedaron boquiabiertos
–¡Por fin! –chilló Hugh
–¡Lo logramos! –exclamó Kesia abrazando a Irina
–¡Sí! –los demás jóvenes se mostraban alegres, y lo externaron vitoreando y saltando, mientras el príncipe veía con nostalgia como se acercaban a una gran isla
"Estamos en casa" sonrió el pelirrojo con alivio.
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***Notas***
*En MI OPINIÓN creo que los Azumabito y su relación con Mikasa fue bastante desaprovechada.
*El nombre completo de Murakumo esta bien novelero: Murakumo Kirstein Ackerman Azumabito (de los Sagrados Caminos de Ymir) jaja.
*A Surt le asigne una apariencia misteriosa y elegante como la del actor Mads Mikkelsen (el nuevo Grindelwald, aunque lloren los haters).
*Por fin se muestra lo que hay del otro lado del océano, Balyak o la Gringolandia de esta historia, y sus motivos.
*Zaibur es el Brasil de esta historia y es la única región del continente americano que aún sigue en manos de Marley.
*Ruth D. Klein es una cadete que se murió en Trost junto a Marco y otros, aquí la reinserte con otra historia diferente.
*Con esto se acaba el arco en Marley, pero... aún faltan otros 7 capítulos para cerrar el tomo II.
*¿Que les pareció la ultima temporada del anime?. La verdad yo no la he visto, solo me gusto mucho su opening, pues para mí el peor opening es el 5.
