Disclaimer: Shingeki no Kyojin pertenece a Hajime Isayama.
Mentiras piadosas
Mitras, 878
La mañana había estado parcialmente nublada, por lo que aparentaba ser más temprano, eso no evitaba que tuviera una audiencia a primera hora, por lo que escogió un vestido largo y un abrigo cómodo, decidió dejarse el cabello suelto, pues a veces sentía la cabeza pesada y debido a los eventos recientes, quería despejarse un poco de las formalidades. Se dirigió a la habitación discreta que había pedido y pidió a los guardias esperar a un metro de la puerta, al entrar vio a tres hombre y una muchacha que de inmediato le reverenciaron.
–¡Buen día Majestad! –saludaron los cuatro al unísono, ella devolvió el saludo y tomó asiento en un sofá individual de exquisito diseño
–Bien, comencemos con la audiencia –dijo Ymir con firmeza –quiere comenzar señor Rilke
–Por supuesto Majestad –mencionó el hombre castaño, estaba acompañado de Jean Kirstein, Wilhelm Bukowski e Irina Merian –me atreví a pedirle una audiencia para informarle sobre algunas cosas que se han descubierto y que tienen que ver con la familia real, así como con los titanes
"Oh no" se dijo mentalmente la rubia, estaba harta de hablar de su "tía" y saber que ella había sido la responsable de crear a esos titanes modificados. Jean adivinó su pensamiento y enseguida le explico –Majestad, esto tiene que ver más con la historia de los Fritz
–¿Los Fritz?
–Los de hace más de 100 años y de las familias nobles que custodiaban algún poder titán o especial –siguió aclarando el comandante Kirstein
–¿Porque me debería de interesar lo que sucedió hace más de 100 años? –Ymir no tenía muchas ganas de escuchar relatos de gigantes o reyes antiguos
–En parte, porque así comprenderá lo que tiene que decir esta chica –dijo Bukowski señalando a Irina, quien se incomodo ante el escrutinio de la monarca. La rubia de inmediato la relacionó a un episodio traumatico de su infancia
–Ella se parece... –comenzó a decir la reina algo nerviosa
–Tranquilícese Majestad –pidió Jean con delicadeza –hemos traído a Irina para que se disculpe y para que le explique las razones de su madre cuando la tomó de rehén
–¿Madre? –cuestionó Ymir extrañada –¿ella tenía hijos?
–En ese momento aún no los tenía –mencionó Leon Rilke –¿recuerda la vez en que se reveló que el canciller Merian fue asesinado por Stan el Verdugo?
–Sí ¿eso que tiene que ver?
–Ella es hija del canciller Merian y de la espía que la atacó hace años –confesó el parlamentario directamente, Ymir frunció el ceño y miro a Irina, ésta tembló ante la rubia
–Ella lo hizo por unas razones bastantes complicadas –intervino Wilhelm –no justifica sus acciones, pero al menos escuche su versión, por favor
Reiss siguió evaluando a Irina y después de no encontrar algo sospechoso, aceptó que la melliza diera su testimonio. Con las intervenciones históricas de Bukowski, la reina iba comprendiendo todo lo que había causado la Gran Guerra Titán y el porque los eldianos llegaron a esa isla. Aprendió de las dos familias especiales: los Ackerman y los Zwilling; y por último, se enteró de los poderes titanes y de las investigaciones del regimiento más letal del ejercito: la transferencia titán, el prototipo de antídoto y el núcleo de los titanes modificados.
–¡Esperen! –pidió Ymir cansada de toda esa información –¿todo esto es por las decisiones de mis antepasados?
–Podría decirse que sí –respondió Jean –aunque aún faltan muchas cosas por descubrir
–Entonces eso significa... –la rubia pensó por unos momentos, en principio creyó que todo el tema sobre titanes podía recaer en Eren y en el Cuerpo de Investigación, aunque desde hace dos días, su visión estaba cambiando por completo; por fin aceptaba que ella como heredera de la sangre real tenía un papel importante –que yo puedo cambiar algo o ¡incluso terminar con esta maldición!
–Hasta el momento, no hay registro de algún rey que quisiera eso –informó Wilhelm –el único que tomó una decisión parecida fue Karl Fritz, y ya sabemos como terminó
–Ahora que lo recuerdo –Ymir comenzó a desbloquear aquellos recuerdos de cuando tenía cinco años y fue tomada de rehén –esa mujer me dijo algo similar
–¿En serio? –pregunto Irina con inocencia
–Quería que la condujera con mi madre para que la ayudara a gobernar con sabiduría y hacer un país prospero –rememoró la reina, ahora que lo pensaba bien, aquella vez, la mujer le rogaba que la llevara con la reina Historia –también dijo algo del pacto de Karl Fritz –la espía no le amenazó, más cuando llegaron los guardias le puso una daga cerca del cuello, aunque su mano temblaba mucho debido al nerviosismo –nunca estuvo en sus planes tomarme de rehén
–Lo siento mucho Majestad –habló Irina con sinceridad –mi madre estaba algo desesperada por comunicarse con la reina Historia y no previó encontrarse con usted
–Entiendo –respondió la monarca –aunque, aún no acabo de comprender ¿porque no contactaron con mi madre después?
–Porque prefirieron cuidar de sus hijos, quisieron garantizarles una infancia normal –explicó la melliza –incluso así, alejados de esos ideales por algunos años, murieron prontamente sin confesarle su secreto a la reina Historia
–Y de ahí, ustedes pasaron con Inocencio –dijo Ymir con empatía
–Sí
–¿Hubiese cambiado algo el que mi madre supiera esa información? –se cuestionó la rubia con frustración –¿podríamos haber evitado que muriera?¿o saber que Florian seguía con vida y preparaba algo terrible?
–Eso ya no lo sabremos –mencionó Rilke, ya no valía lamentarse por cosas que no habían ocurrido –pero ahora esta usted aquí, como última del linaje real de los Fritz, y también esta presente la última descendiente de la familia Zwilling. Si necesita saber algo, es ahora
–¿Estas lista Irina? –cuestionó Bukowski, la melliza asintió determinada
–¿A que se refieren? –interrogo Ymir con asombro, pensó que ya todo había quedado claro
–Irina Merian heredo el poder de sus antepasados los Zwilling –declaró Kirstein –ellos podían acceder a las memorias pasadas para buscar información. Si usted quiere ver alguna memoria de sus antepasados, Irina puede mostrárselo
–¡¿Que?! –exclamó la soberana sorprendida –¿como?
–Solo necesita tomar mi mano y yo entraré en trance para que pueda acceder a las memorias de sus antepasados ¿quiere intentarlo?
–¿Ah? –la reina apenas procesaba todo aquello –¿es seguro? –cuestionó extrañada
–No puedo garantizarle que los recuerdos serán agradables –dijo Irina
Ymir quedó muda por un momento, reflexionaba si realmente necesitaba saber esa información, después de todo ¿que era lo que quería saber?. A la rubia se le presentaron varias incógnitas: el rostro de su padre, las razones de Florian para querer asesinarla, como fueron sus tíos Frieda y Uri, y un largo etcétera, pero luego se interpuso la imagen de Eren regenerándose y sudando angustiosamente el día de la Tragedia de Utopía, entonces comenzó a tomarse en serio el poder del linaje real. –Quiero conocer las razones del rey Karl para encerrarse en esta isla –dijo determinada
–De acuerdo –asintió Merian quien le extendió ambas manos, la reina colocó sus manos sobre las palmas de la melliza, quien cerró los ojos y comenzó a meditar. Ymir estaba ansiosa y falto poco para que quitara sus manos arrepentida, repentinamente sintió como si hubiese caído en un sueño profundo.
~ Habían llegado por fin a aquella isla, a ese lugar escondido del mundo, al "Paraíso".
La gente se encontraba cansada, aunque por fortuna la isla contaba con muchos recursos naturales que les facilitaron instalarse. La nueva Eldia comenzaba a construirse desde cero, pero con ello, también nacían inquietudes y temores.
–¿Y que sucede si Marley nos decide atacar? –preguntó Sagiri Azumabito viendo como el pueblo comenzaba a asentarse en pequeños grupos –ellos se quedaron con información de la ciencia titán y con 7 de los titanes cambiantes
–¿Porque nos atacarían? –cuestionó el rey, mientras contemplaba la inmensidad de las nuevas tierras
–Hay muchas razones: rencor, ambición, diversión –mencionó el oriental –tal vez no lo intenten ahora, pero no sabemos si en 20, 50 o 100 años se atreverán
Karl pensó por muchos días sobre esta posibilidad, su amigo Azumabito siempre era bastante intuitivo, por lo que siempre le pedía consejos. Sin embargo, ese tarea debía de cumplirla únicamente el rey... hasta que recordó a alguien que tenía un poder inconmensurable.
Un día, la gente despertó asustada por el movimiento del suelo, y se aterró aún más cuando vio a su alrededor a miles de titanes colosales formados en tres filas. Aunque al contrario de la fatalista imaginación de las personas, los colosales no avanzaron sino que fueron endureciendo su piel, hasta convertirse en piedras gigantescas, y luego se comenzaron a fundir entre ellos, formando una barrera impenetrable de casi 50 metros.
–Ahora, estas tres murallas nos protegerán de los enemigos –declaró el rey a todo su pueblo –María, Rose y Sina, serán nuestras guardianas –nombró las murallas como a las hijas de Ymir, al menos de esa forma agradecía su arduo trabajo –y esto va para Marley y el resto del mundo: si tratan de perturbar la paz de esta isla, en respuesta movilizare a millones de colosales que duermen en los muros, y entonces cada humano, cada civilización, cada ser viviente será aplastado bajo sus pies, serán aplanados y disminuidos a polvo
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Cuando recién construyó las murallas, la gente se sintió segura de ataques externos, no obstante, existieron algunos inconformes diciendo que los habían enjaulado cortándoles su libertad, otros pedían atacar directamente el mundo con aquellos gigantescos seres y otros más, lo creían un loco. Así que anhelando la paz que tanto sacrifico había costado, tomó una decisión bastante egoísta, y también pesada; con el poder del Fundador borró de su gente todos los recuerdos anteriores, dejándolos ignorantes del mundo exterior. Todo había salido bastante bien, hasta que...
–¿Porque lo hiciste? –Sagiri confrontó a su amigo una fría noche solitaria, Karl no comprendió a que se refería, por lo que el oriental le cuestionó directamente –¿porque borraste sus recuerdos de antes de llegar a la isla?
–¿Lo sabes? –interrogo Karl, que ahora usaba el apellido Reiss
–No soy del pueblo de Ymir
–Sagiri, por favor, no digas nada –pidió el rey, lo que menos deseaba era pelear con su mejor amigo –tu comprendes mis motivos ¿verdad?
El Azumabito negó con la cabeza –Esta vez no coincido con tu pensar. Esta utopía pacifista no va a durar eternamente
–Con el poder del Fundador, sí
–Karl-sama –el oriental le miró con profundo afecto y preocupación –comprendo tu ideal de no derramar más sangre, pero esta volviéndose una locura. Primero te exilias y ahora le provocas amnesia a tu gente ¿que es lo que buscas?
–No puedo redimir los pecados de mis antepasados, aunque si puedo evitar otra nueva guerra
–Mientras el odio exista, las guerras no cesaran –mencionó Sagiri con sabiduría
–No en este paraíso –respondió Karl levantándose y encarando a su amigo –¡y no permitiré que nadie corrompa mi paz!
–Comprendo –dijo el Azumabito serenamente –pero ni yo, ni mi familia participaremos en este absurdo complot –el hombre de ojos rasgados miró hacia uno de los pilares –¿cual es tu decisión Ackerman-san? ¿también te harás de la vista ciega?
–Yo... –el líder del clan Ackerman apareció de entre las sombras, aunque fueron las palabras de Sagiri lo que sorprendieron al rey
–¡¿Que significa esto Glenn?! ¡¿Tu también eres inmune al poder del Fundador?! –rugió Reiss
–¡Lo siento, Majestad! –Glenn Ackerman se inclinó frente a su maestro –¡Los Ackerman siempre le seremos fieles al rey! Pero...
–¿Que? –cuestionó el rey con impaciencia
–Es muy radical –dijo el moreno cabizbajo –hacerle perder sus memorias a la gente
–Es para mantener la paz
–Yo creo que es mediante los errores como podemos mejorar, ¡si la gente recuerda el dolor del pasado, puede evitarlo en el futuro! –mencionó el hombre de ojos grises –¡solo así podemos darle sentido al sacrificio de nuestros seres queridos, recordándolos!
Karl permaneció en silencio algunos minutos, Glenn y Sagiri también estaban callados esperando la reacción del monarca.
Reiss por fin emitió un profundo suspiro –Incluso con sus sacrificios no es suficiente para pagar nuestros pecados –admitió Karl, dejando a Glenn anonadado –así que decide ¿te opondrás a tu rey?
–Yo... quiero... –Ackerman desvió la mirada del monarca y apretó los puños en su ropa, recordando claramente las palabras de su medio hermano –seguirlos recordando –Karl arqueó una ceja interesado. –A Helos, al tío Faber, a Velma, a Lady Ariadne, a todos ellos –Glenn se incorporó y le mantuvo la mirada a su maestro –¡no quiero olvidarlos!
Karl se pasmó por un momento ante la declaración del más fiel de sus súbitos, se dejo caer en el trono, cansado y aceptando que en su perfecto plan habían algunos errores. –Bien, bien –dijo pasándose las manos por la cara, aún si sus mejores hombres estaban en su contra, nadie podía interferir en sus deseos –les advierto, si causan algún disturbio, si van diciendo lo que hay fuera de los muros y comienzan a alterar al pueblo. Me veré forzado a aniquilarlos –tanto Ackerman como Azumabito abrieron de más los ojos ante esa amenaza –es lo mejor para ustedes y para su familia, mantenerse callados –dicho esto abandonó el salón del trono, no volteó a ver a quienes alguna vez le ofrecieron su amistad y hasta su vida.
Para pesar del rey, ni Azumabito ni Ackerman cumplieron con aquella advertencia y con todo el dolor de su alma, mando a eliminar a cada miembro de esas familias. Sagiri cayó pronto, no así sus demás familiares que huyeron a las montañas; los Ackerman fueron más difíciles de combatir, y por cada miembro Ackerman asesinado, varios de sus hombres caían también, eso se estaba volviendo problemático.
Cinco años después, un contingente del ejercito llegó apresurado y fanfarroneando que habían capturado a una persona muy importante, Karl fue de inmediato a los calabozos al enterarse que ese hombre era Glenn Ackerman. Cuando lo vio, notó que ya no era el joven sumiso que le obedecía devotamente.
–¿Te dejaste capturar? –cuestionó el rey, conociendo perfectamente las habilidades sobrehumanas del Ackerman
–Así es –respondió aquel hombre que parecía cansado –quiero pedirte una tregua
–¿Una tregua? ¿Aceptas silenciarte?
Glenn emitió una sonrisa burlona –Los Ackerman somos inmunes al poder del Fundador, y así sera para las futuras generaciones
–Por eso debo eliminarlos –mencionó Karl con pesadez, en el fondo lo que menos quería eran mas masacres
–Tu aceptaste el plan de Tybur, aunque el mundo ahora te conozca como un cobarde –habló el de ojos grises –ahora te pido que aceptes mi plan, aunque la historia te recuerde como un asesino
–¿De que hablas? –cuestionó el rey confundido
–Estoy harto de esta persecución –el moreno jadeo exhausto –no quiero seguir viendo como los miembros de mi familia caen uno a uno ¿sabes lo frustrante que es no poder ni llorarles o no poder darles un lugar de descanso? –Karl bajo la cabeza avergonzado –Por todo el tiempo en que hemos servido a la familia real, ten consideración al menos de los niños, de Héctor, Clara e Ion –el rey por fin logró ver el rostro de Glenn, se veía muy demacrado y su mirada parecía perdida –¡Dejalos en paz!, ¡dejalos vivir a cambio de mi propia vida! ¡te lo ruego!
El rey sintió pena por el hombre, así que intento disuadirlo –Sometete a mis ordenes nuevamente, así nadie perecerá
Glenn negó –No puedo, es mi forma de honrarlos
–Piénsalo bien, te daré tres días –mencionó Karl antes de salir de las mazmorras
Al tercer día, el rey se dirigió hacia el caldaso esperando ver el arrepentimiento del líder del clan Ackerman, pero no fue así, lo único que obtuvo fue una triste mirada gris, como si él fuese el sentenciado y no Glenn. Presentando el cargo de traición, se llevó a cabo la ejecución, en el momento en que la cabeza de Ackerman rodó, una lágrima surcó el rostro del rey.
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Admiraba orgulloso aquella bóveda cristalina que era su última creación, la había preparado justo para ese momento, pues habían pasado ya 13 años desde que heredó al Fundador, era hora de pasarlo a la siguiente generación.
–Hijo mío, no temas –el rey habló dulcemente al niño de unos seis años que vestía una túnica blanca –esto es necesario para conservar la paz –le mostró un cajita que en su interior guardaba una jeringa y un frasco
–¿Papá? –se cuestionó el pequeño confundido, especialmente cuando lo vio llenar la jeringa
–Aún eres muy joven para gobernar, pero no te preocupes, yo te daré un regalo para que nunca vuelvan a cometer los errores de nuestros antepasados –los ojos de Karl se tornaron violetas y brillaron intensamente –escuchen bien, este es mi juramento de renuncia a la guerra –los demás presentes le reverenciaron como si fuese una deidad –Si en el futuro, Marley intenta dominar y tomar el control del poder de la familia real, yo lo aceptaré. Si Marley desea destruir a todos los eldianos, yo lo aceptaré. El pecado que cometieron los eldianos es tan horrible que jamás podrá ser expiado, los titanes no debieron de haber existido nunca, este error debe ser corregido, y eso también lo aceptaré
–Pero... –Karl dio un abrazo a su hijo y acerco la aguja al brazo del menor –hasta que llegué ese día, deseo que aquellos que moran dentro de los muros sean capaces de disfrutar un momentáneo paraíso, seguro y lleno de paz. Pido que me permitan este simple deseo –inyecto el suero al príncipe y éste no tardó en convertirse en un titán, quien haciendo caso a sus instintos salvajes devoró a su padre tomando el poder del Fundador ~
–¡Ahhhhhh! –Ymir gritó horrorizada mientras regresaba a la realidad, Rilke le pidió que se calmará y le abanico el rostro, mientras Irina también había salido agotada y fue auxiliada por Bukowski
–Tranquila Majestad –dijo Kirstein pasándole un vaso con agua –ya todo pasó
–N-no puedo creerlo –la rubia seguía anonadada y no sabía ni como procesar esas memorias
–Ahora comprende el poder de esta chica –mencionó Wilhelm señalando a la melliza
–Realmente... –la reina se levantó y se dirigió a la ventana para calmar su ansiedad –es aterrador
–Majestad –Jean notó que la rubia estaba bastante nerviosa y se arrepintió de haberla hecho pasar por aquella prueba, recién salida de un trago amargo –lo siento, no pensé que vería memorias tan desagradables
–Esta bien –Ymir respondió tratando de mantenerse serena –me han enseñado varias cosas, ya no soy la misma ignorante de antes –la rubia sonrió agradecida y Jean vio la imagen de Historia en ella –pero por el momento, déjenme pensar que haremos con todo este asunto –fijo su mirada en la joven de cabellos grises
–Nos retiramos –indicó Rilke haciendo una reverencia, los demás le siguieron, dejando sola a la rubia quien comenzó a llorar silenciosamente
–Aún después de todo lo que has pasado –levantó su mirada hacia el cielo azul –¿también vas a morir? –cuestionó pensando en Eren, pues la memoria de Karl Fritz era clara, el poder se sucede devorando al portador
...
Región Rose, 878
–¡Hemos llegado! –gritó el conductor deteniéndose en el pueblo más cercano al distrito Ehrmich
–Bien –dijo el pasajero, quien tardó en descender con su equipaje –aquí tienes –le extendió una bolsita con monedas
–¡Suerte chico! –se despidió el amable conductor
"Suerte es realmente lo que necesito" se dijo Murakumo mientras se acomodaba sus desordenados cabellos, había pasado toda la noche hablando con sus amigos, solo pudo dormir durante su viaje. Sin embargo, se sentía bastante abrumado de llegar a su hogar y encontrarse con cierta persona. Tomó su mochila y se dirigió hacia la casa mas cercana al bosque, mientras caminaba se preguntaba como iba a afrontar aquella situación, pues realmente estaba molesto por que le mintieran así, aunque tampoco podía odiar a sus progenitores. Suspiró profundamente cuando llegó a la cerca blanca que delimitaba su hogar, entró con pesadez por el jardín y dudo un poco al estar frente a la puerta.
Abrió lentamente, aspirando el aroma floral de la sala y el de pancakes recién hechos de la cocina. La primera en descubrirlo fue Louise, la veloz mujer se asomó para ver quien era el recién llegado, abrió la boca emocionada dejando el desayuno por un momento.
–¡Señora! –llamó la rubia –¡ha llegado! –corrió hacia la habitación de la señora sin permitirle a Murakumo saludar
–E-espera –alcanzó a decir el mestizo "¡Rayos! ¿Que hago?" se cuestionó el joven nervioso, y trató de distraerse revisando que su ropa estuviera decente
–Murakumo –el moreno se tensó al escuchar la suave voz femenina, casi con pánico volteo a ver a la mujer de la silla de ruedas que le sonreía
–H-hola madre –saludó y emitió una sonrisa robótica
–Me alegra verte sano –dijo la mujer cuyos ojos grises brillaban de emoción contenida, acercó su silla hasta estar frente a su hijo –¿comiste bien? ¿te hiciste algún daño? –jaló al joven para observar su rostro –parece que no has dormido bien
–Solo me falta un buen descanso –respondió Murakumo, alejando su rostro del escrutinio agudo de su madre –creo que me vendría bien uno ahora
–¿No vas a desayunar? –cuestionó Louise quien recordó que había dejado algo en el fuego y corrió a la cocina, dejando solos a madre e hijo
–Yo... –para mala suerte del joven, su estomago lo delató, provocando una mirada de reproche de la mujer de negros cabellos –desayunare con ustedes, solo iré a cambiarme... ya sabes, estoy todo... sucio –se excusó torpemente y salió corriendo hacia su habitación, dejando a su madre bastante extrañada
El desayuno transcurrió con tranquilidad, Murakumo agradeció internamente que Louise estuviera ahí, el problema fue cuando al terminar, la rubia decidió ir por las compras y de paso, darles a madre e hijo un tiempo a solas. Ni Ryoko ni Murakumo dijeron mucho mientras lavaban los trastos, el joven se mantenía sereno y respondía con frases cortas, hasta que llegó el tema de Marley.
–¿Que tal tu viaje a Marley? –cuestionó la mujer mientras secaba los platos –dicen que esta muy avanzado tecnológicamente
–Así es, esta repleto de nueva tecnología –Murakumo quedó en silencio por un momento y después se atrevió a sacar un poco de información –¿tu nunca fuiste a Marley? Digo... escuché que los Azumabito tienen una residencia en Odiha
–No
–¿Puedo saber porque? –cuestionó el joven que fregaba los vasos –ellos viajan constantemente ¿nunca quisiste conocer Marley?
–No estaba interesada, es todo –respondió la mujer, a Murakumo le dio la impresión de que no quería decir más
–Entonces ¿porque viniste a aquí? –interrogó el moreno –a la isla de los demonios
–Porque Kiyomi-sama me pidió que viniera –contestó Ryoko
–¿Porque? ¿acaso ya pensaba casarte? –soltó el joven y a su madre casi se le cae el plato –eso me dijeron en Marley, piensan que te casaste con papá por conveniencia –confesó Murakumo con cierto recelo
–Dicen tonterías –la voz de la mujer sonó dura –no todos los Azumabito se casan por interés
–¿Por eso evitas hablar de ellos? –el moreno siguió preguntando –ni siquiera mencionas a los abuelos
–Ellos murieron cuando era niña
–Pero nunca me has dicho como se llamaban –rebatió el joven
–No quiero recordar episodios tristes –aclaró Ryoko
Murakumo miró a su madre, quien estaba visiblemente irritada, aún así seguía manteniéndose firme en no revelar más información, el joven frunció el ceño y se decidió a enfrentarla con lo que descubrió en Marley. –¿Es realmente por eso? ¿o tal vez los abuelos ni siquiera eran de Hizuru?
–¿Eh? –exclamó la mujer confundida –¿de que hablas?
Murakumo estuvo cerca de creerle esa actuación, hasta que recordó que Verner Thiele le había comentado que los Ackerman son inmunes al poder del Fundador. –Un loco me contó una estúpida teoría –contó el joven con un tono sarcástico –dice que los Azumabito adoptaron a la última mujer del clan Ackerman y que probablemente haya regresado a esta isla ¿puedes creerlo? –el mestizo volteó a ver a su madre que se había quedado estática –¿mamá? –en ese momento confirmó todas sus sospechas
–Es algo... muy ridículo –dijo Ryoko entre silencios incómodos –nadie recuerda que paso... antes de la Guerra de Paradis
–Tienes razón –mencionó Murakumo –convenientemente "alguien" borró los recuerdos de que papá y el subcomandante Arlert fueron compañeros del tal Jaeger –el joven rió burlón –ahora comprendo porque tanto interés en Eren –se refirió al príncipe
Ryoko parpadeo incrédula, debido a tanto alboroto, Jean había olvidado notificarle que él mismo había revelado su pasado conectado al Demonio de Paradis. La mujer también olvido por completo, que el actual poseedor de los poderes titanes, podía acceder a las memorias de su predecesor.
–¿Acaso el príncipe...te ha... revelado...? –cuestionó con mucho nervio la mujer de cabellos negros
Murakumo negó con la cabeza –No fue él. Ese loco que te mencioné antes, me dijo que parecía un Ackerman
El plato se quebró en varios pedazos, la mujer había soltado su vajilla al escuchar aquel apellido. Sus ojos grises se abrieron de más y su respiración se sintió pesada.
–¿Tienes algo que decirme con respecto a eso, madre? –cuestionó el mestizo, Ryoko estaba asombrada de ver a su hijo tan firme y tan irritado –por ejemplo ¿cual es tu verdadero nombre? –la mujer notó la mirada fría del muchacho, era la misma que ella usaba de joven para intimidar a sus enemigos
–Murakumo... yo... puedo explicarlo –dijo la mujer, no encontrando otra salida. No obstante, Kirstein no quiso escucharla
–¿De verdad? –la voz del mestizo estaba cargada de acidez –porque no encuentro una razón suficientemente creíble para mentir así, para que escondieras tu identidad
–Los Ackerman estamos...
–¿Ligados a servir a un maestro? –completó el joven –escuché todo sobre ellos y tengo entendido que tu lazo fue con ese Demonio –explicó –pero eso no me importa. Lo que me importa saber es ¡porque Mikasa Ackerman se hizo pasar por Ryoko Azumabito todos estos años! –Murakumo alzó la voz, asustando a la mujer y sacándole las primeras lágrimas
–¡Lo siento! ¡No fue mi intención! –clamó la Ackerman desesperada –¡pensé que sin los titanes, el lazo se rompería! ¡pensé que seriamos normales!
–Yo no tengo ningún lazo de servilismo –admitió Kirstein –pero ¿tú? –Mikasa comenzó a sentir una fuerte jaqueca y recordó aquel episodio donde Eren Jaeger la salvó, asesinando a sus secuestradores –aún no eres libre ¿cierto?
–Él... esta muerto –dijo la azabache con voz queda
–Tus sentimientos por él ¿han cambiado? –Mikasa se sorprendió al escuchar esa pregunta, no contestó nada, pero la forma en que abría y cerraba la boca para intentar decir algo, le colmaron la paciencia a Murakumo
–Dime madre –el mestizo le enfrento cara a cara –¿que soy para ti? ¿tu familia o una distracción para olvidarte de ese bastardo? –la voz del joven sonaba intimidante, en definitiva le había heredado ese lado feroz –Porque es ridículo que quieras seguir manteniendo ese lazo, a pesar de toda la sangre que derramó, o peor aún, que ni siquiera pensó en cuanto sufrirías
La bofetada fue dura, dejando una marca rojiza en la mejilla de Murakumo, se sorprendió de la fuerza que aún conservaba. Cuando cayó en cuenta que había lastimado a su propio hijo, vino el arrepentimiento en forma de un mar de lágrimas.
–Murakumo, ¡lo siento! –exclamó la mujer arrepentida, el joven solo le miró entre sorprendido y molesto, se sobó la mejilla, el golpe realmente le había dolido
–"Los Ackerman no son tan diferentes a los esclavos", eso me dijeron también en Marley –dijo el mestizo manteniendo la mirada en el suelo –ahora compruebo que tienen razón –declaró el joven con amargura y salió de la casa apresuradamente
–¡Espera, hijo! –gritó la mujer, pero solo pudo observar desde el umbral como Murakumo se internaba al bosque cercano. Mikasa se quedó ahí, inmóvil y llorando amargamente. Cuando llegó Jean, ya se había hecho tarde y sus ojos estaban hinchados.
–¿Ryoko? –preguntó el Comandante, sorprendido de ver a su esposa en esas condiciones –¿que sucede? –miró a su alrededor buscando al otro inquilino –¿y Murakumo? Ya debería haber llegado...
Kirstein calló al escuchar los leves quejidos de la mujer, su instinto le decía que eso se debía a su complicado hijo. Se agachó para observar a su esposa, el flequillo le tapaba los ojos, aunque no podía esconder sus mejillas bañadas en lágrimas. –¿Que sucedió? –preguntó pacientemente, limpiando sus mejillas con delicadeza
–L-lo sabe –confesó Mikasa, Jean no tuvo que pedir mayor explicación, era algo que tarde o temprano el joven descubriría, el problema era como iba a reaccionar
–Ahora entiendo su actitud –mencionó el hombre, notando el cambio del joven al regresar de Marley
–Creo que me odia –suspiró la mujer
–No digas eso –respondió Jean tomándole de las manos
–Yo... me atreví –sus ojos ya no podían derramar más lágrimas, pero su voz se quebraba al recordar el golpe –¡a abofetearlo!
–Ryoko, no... Mikasa –Jean pronunció por primera vez el nombre de la mujer después de varios años de esconderlo –él jamás te odiaría, solo esta molesto y tiene parte de razón, le hemos mentido prácticamente desde que nació. Nosotros debemos corregir este error
–Pero... –la Ackerman sentía que todo el peso de la culpa recaía en ella, porque fue la única de la isla que se libró de la amnesia colectiva
–Es nuestro hijo –aclaró el castaño –ambos debemos hablar con él ¿de acuerdo?
Mikasa asintió y Jean la abrazo tiernamente, sin embargo, cuando la mujer miró al frente notó la presencia de Jaeger, con su ropa de siempre manchada de sangre, pero sobretodo, con esa mirada profundamente acusadora que le helaba la sangre. Mikasa cerró fuertemente los ojos, aferrándose a su esposo y esperando que aquel espectro desapareciera por completo de su vida.
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Marley, 878
Las elecciones habían logrado levantar el ánimo del pueblo, y eso podía notarse en las calles llenas de propaganda, en las plazas con bastante afluencia en los puestos de periódicos y entre la misma gente que hablaban mucho sobre el tema. Magath había querido descansar ese día, una especie de pereza extraña le había invadido y casi no sale de su cama, sino es porque el asunto sobre Emil von Ziegler y Lars Herschel escaló hasta el mismo Tribunal Nacional, que estaban ansiosos por debatir el castigo para von Ziegler y la investigación para Herschel, las elecciones se estaban manchando con acusaciones muy graves. Antes de ir al Tribunal quiso despejarse y pasó a visitar la estatua de Helos, aquella que le traía muchos recuerdos.
–Señor, tenemos solo 5 minutos –indicó su guardia mediante un susurro, pues era peligroso exponerse tanto
–De acuerdo –respondió Theo, colocándose un sombrero para pasar desapercibido, luego bajó del auto y contempló la estatua que era símbolo de la perfección marleyana –ha pasado tiempo –dijo con nostalgia, habían pasado más de veinte años desde la conversación de tuvo en ese mismo lugar con Willy Tybur
La guerra de Paradis fue algo que lo marcó fuertemente, nunca creyó ver de cerca el poder demoledor de los titanes, aunque por fortuna, gracias a la Alianza que se creó con los guerreros que el mismo entrenó, Jaeger cayó, y también sus aprendices. Recordó a cada uno a su manera, al prodigio e incomprendido Zeke, al perseverante y débil Reiner, a la fuerte y apática Annie, al tímido y obediente Bertholdt, a la sonriente y astuta Pieck, al temperamental y valiente Porco, al leal y fiestero Colt, y también a aquellos chiquillos a los que les había tenido cierta predilección: Gabi, Falco, Zofia y Udo. Aunque después de la incursión a Paradis, nunca más los volvió a ver, se alegró al saber que Gabi y Falco seguían con vida, y que ahora tenían puestos bastante importantes en la isla, sintió una especie de orgullo cuando vio llegar a Falco como Canciller y a Gabi como capitana del ejercito. Su corazón por un momento anhelo poder verlos una vez más y decirles lo feliz que sentía por sus logros, y también... les pediría disculpas por haberlos llevado a una guerra que casi extermina al mundo y en la cual ellos llevaron el peso de detener a ese loco de Jaeger.
"¿Me preguntó si algún día podrán perdonarme?" se cuestionó el presidente viendo que su tiempo se había acabado. Sonrió y confió en que había tomado las mejores decisiones para él y para su país.
–Vamos –ordenó a sus guardias, mientras se dirigía hacia el auto
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En un oscuro cuarto lejos de la ciudad, el Mariscal Lars Herschel y su fracción se habían escondido después de las declaraciones de Emil von Ziegler. Sabían que los habían descubierto y que probablemente la justicia los requeriría a declarar, aunque las pruebas eran bastante claras.
–¿Como pudo Emil atrapar a ese chico? –se preguntaba Imre Wózniak mientras caminaba en círculos –¿acaso no te aviso que regresaría?
–No –admitió el Mariscal –parece que quería escapar
–¿Que hacemos ahora? –interrogó la mujer robusta, Harriet Brown –Paul esta empezando a cuestionar
–¿Que hay de tu espía? –Herschel le preguntó a Imre
–No ha dado señales –respondió el de bigote gracioso
–Paul ha dicho que en Paradis también se presentó en titán Copiador, así que tu mocoso aún sigue ahí –señalo la mujer a Imre
–Fue una mala idea –dijo Lars con molestia –¡enviar a esos mocosos indeseados salió mal! ¡no debimos mandarlos por separado! Ahora el titán Marino esta en manos de von Ziegler
–¿Crees que tenga la idea de capturar a los demás titanes? –preguntó Harriet –nunca mencionó que aquellos mocosos también ganaban el poder de los titanes modificados
–Dudo que sepa de eso –mencionó Herschel –solo nosotros sabemos de los experimentos de Surt
–Y también están esos titanes nuevos, el Rodante y el Magnético, de los cuales no tenemos registro –aclaró Imre
–¡Ese bastardo! –exclamó Herschel golpeando la mesa, refiriéndose al científico de hace años –¡estaba demente y nosotros caímos en su trampa!
–¿Así que todo fue una trampa del tal Surt? –se escuchó la voz imponente de un hombre, seguido de varias pisadas
–¡¿Que?! –se preguntaron los tres altos mandos, más cuando quisieron atacar ya estaban rodeados de soldados del Departamento de Inteligencia y entre ellos se abría paso el Coronel de cabellos negros, quien sonreía triunfalmente
–¡Coronel von Ziegler! –exclamaron los prófugos con sorpresa y sobretodo, miedo
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***Notas***
*Las memorias de Karl Fritz es algo que siempre quise ver. Aunque por fortuna existen los fanfics y pues aqui no podía faltar. Además es como una secuencia del capitulo Helos.
*Tomé tres hechos muy importantes que hizo Karl: la creación de las murallas, el borrado de memorias y la persecución de los Ackerman y Azumabito, y el juramento de renuncia a la guerra.
*Algo que me cuesta mucho es la linea del tiempo, aquí tome que Karl construyo los muros exactamente 100 años antes de que cayeran, osea en el 745. Lo de Karl sucediendo el poder a su hijo de 6 años, suena ilógico, pero a mi parecer el tipo llego a los 29 años y tuvo tres hijos que se pasaron el poder y así sucesivamente hasta tener 7 reyes de 13 años y Frieda de 3 años de reinado.
*Sobre los Ackerman también me enrede un poco, pero contando que el abuelo Ackerman se murió cuando Levi iba a nacer y éste tiene como 30 años. Aquí supuse que el abuelo tenía un año cuando muere su papá (Glenn), y su nombre es Ion.
*La escena de Mikasa y Murakumo no fue el clásico encuentro tierno entre mama gallina y su pollito, ¿porque?, primero porque Murakumo se sintió muy herido por la mentira, además de que esta en la fase de adolescente rebelde, y también sintió celos de saber que su mamá aún piensa en otro hombre que no es su padre o él. Por su parte, si bien Mikasa ya supero su fase SIMP, aun no rompe su Ackerbond, y aparte siente una terrible culpa, que se manifiesta como el fantasma de Eren Jaeger vigilandola.
*A puesto a que piensan que por poner juntos a Jean y Mikasa, soy fan de la ship, pero no XD. Bueno, se me hacían una pareja crack estéticamente linda y ya, pero no daba ni un centavo por ellos. Le atine sin apostar?
