N.A. Primero que nada quiero agradecer a las personas que le dan fav y follow a mi descabellada historia, significa mucho para mí, eso me motiva a seguir escribiendo, si alguien quiere dejarme reviews para saber como les parece la historia se los agradecería un montón, ahora sin más empecemos el capítulo xD

También quiero decirles que si gustan pueden revisar mis redes sociales thashipdump en instagram y twitter donde tengo dibujos de Wally y Kuki y otros ships pero obviamente hay más de mi pareja fav de KND, les juro que no se arrepentirán

Era pasado el mediodía del sábado, los padres de Wally se encontraban en casa compartiendo en familia con sus hijos y Kuki que fue incluida en las actividades familiares solo que por alguna razón, estaba muy callada. Hablaba cuando le preguntaban cosas o cuando Joey demandaba su atención en el juego de cartas favorito del niño. El pequeño hermanito de Wally había desarrollado cierto apego hacia la chica, cosa que no había pasado por alto de parte del hermano mayor y claramente el pequeño había notado la mirada de su hermano más fija de lo normal encima de él cada vez que se acercaba mucho a la japonesa y eso al niño le resultaba divertido, molestar a su hermano le causaba mucha gracia. Las actividades fueron interrumpidas cuando sonó el teléfono fijo de la casa de los Beetles y el padre de Wally se levantó a contestar. Luego de unos 10 minutos regresó con la familia a dar las nuevas noticias.

Y así, Kuki se encontraba en el auto con el padre de Wally, que conducía con dirección a su casa, miraba por la ventana pero se sentía desanimada. No le había sentado bien la situación.

―Tu padre me dijo que tienes llave de la casa, no te preocupes y toma todo lo que necesites, si quieres regresar por más cosas te puedo traer o le pides a Wally que te acompañe― comentaba Sydney Beetles mientras conducía.

―Si, gracias por traerme― contestó la chica en un tono triste.

―Animo pequeña, tus padres regresaran tan pronto como puedan, mientras tanto no habrá problema en alargar tu estadía, mi esposa está muy contenta de tenerte en casa, es casi como tener una hija. Y estoy seguro que Wally estará encantado― pero el buen humor de Sydney no era suficiente para la chica.

Un par de minutos después, Kuki abrió la puerta de su casa y cuando estuvo adentro, prendió las luces. Todo lucía tal cual como cuando se fue hace casi una semana, los muebles y el piso apenas si tenían pequeñas partículas de polvo, probablemente se notarían más cuando sus padres al fin regresaran.

Subió a su habitación y tomó una maleta del armario y la empezó a llenar de ropa limpia, artículos de uso personal, zapatos, calcetines, su traje de baño a petición de los Beetles ya que llenarían de agua la piscina para poder usarse, su frazada favorita y por supuesto, tomó otro simio arcoíris y lo metió al fondo de la maleta para que no se notara a simple vista que llevaba otro muñeco a casa de Wally. Quizás era algo muy infantil pero necesitaba de alguna forma apoyo moral.

Tardó unos 20 minutos en arreglar sus cosas y salió de su cuarto y pasó al cuarto de su hermana. Abrió la puerta y prendió las luces, el cuarto de su hermana lucía como siempre, lleno de colores lilas y simios arcoíris y dio un largo suspiro, extrañaba a su pequeña hermanita aunque a veces fuera un fastidio. Echo un vistazo nuevamente a la casa para comprobar que todo estaba en orden, apagó las luces y se encaminó al auto de los Beetles.

―¿Ya tienes todo lo que necesitas?― preguntó el padre de Wally cuando la chica cerró la puerta del auto al entrar y ella le respondió que sí ―Excelente, regresemos entonces― y se dispuso a manejar.

Kuki seguía algo perdida en sus pensamientos, se sentía triste. Extrañaba a sus padres, a su hermana, a sus amigos, tenía a Wally y a Hoagie, pero ya no podía esperar para salir los cinco de nuevo. Sus padres no iban a regresar pronto por lo que le dijeron, se tendría que quedar en casa de los Beetles hasta nuevo aviso y eso la llenaba de una sentimiento de frustración que no lograba entender, quizás se debía a que no quería seguir incomodando a Wally, el era un chico ya grande, adolescente, testarudo, enérgico y de seguro no quería pasar todo el verano al lado de una chica cursi y tonta como ella.

―Kuki, ya llegamos, puedes bajar del auto― le dice el padre de Wally a la chica que no se había movido a pesar de llevar cerca de un minutos ya estacionados de vuelta en casa. Ella estaba tan distraída que no se había dado cuenta que el auto se había detenido.

Se bajó del auto y tomó su maleta, pesaba un poco pero no era nada que ella no pudiera controlar, a pesar de eso, Wally apareció y tomó su maleta para ayudarla y ella solo asintió agradeciendo el gesto. Subieron las escaleras en silencio y cuando Wally dejó la maleta en la habitación de Kuki, notó que algo no estaba bien, no la había escuchado pronunciar ni una palabra desde que llegó y eso no era algo usual en alguien con tanta energía como ella.

―Oye Kuki, ¿Te pasa algo?― preguntó el rubio rascándose la nuca simulando que no estaba preocupado.

―No es nada― dijo sin mirarlo

―¿En serio? Te conozco bien, no has dicho nada desde que entraste por esa puerta y tu no eres así de callada― el chico se sentó al lado de ella en la cama pero tomando una distancia prudente, lo menos que quería ahora es que estuvieran muy cerca y que sus padres los vieran solos en la habitación así.

―No sé, quizás los extraño mucho― empezó a hablar la chica ―Me agrada estar aquí pero no quería seguir molestándote a ti y a tu familia―

―¿Qué dices? Mi mamá está feliz de que estés aquí― y hubiera dicho " y yo también" pero eso es algo que no diría en voz alta y menos en presencia de la chica.

―¿Y tú?, ¿No te molesta que esté aquí todo el día? De seguro quieres salir a hacer tus cosas― empezó a jugar con su cabello en un reflejo de calmar su nerviosismo ―Salir con otros amigos, chicas, no se…―

―¿Por qué querría salir con chicas tontas? Tampoco es que tengo muchos amigos aparte de ti y de los demás que ya conocemos, ¿Por qué estas tan rara?― pregunto algo fastidiado el rubio, por lo general no era bueno con las palabras para consolarla, se esforzaba pero siempre decía algo que empeoraba las cosas, aun así lo intentaba para no verla triste.

―Disculpa yo, no sé qué… olvídalo. ¿Puedes dejarme sola un rato? Bajaré a la hora de la cena― le pidió la chica.

―¿No quieres salir?― le preguntó el chico de pronto ―Quizás esas malteadas azucaradas que te gustan te haga sentir mejor―

―¿Tú crees? No tengo ánimos― se excusó.

―Estando encerrada aquí no creo que se te suba mucho los ánimos, vamos antes de que me arrepienta, yo pago― se levantó de la cama y esperó a que la chica lo siguiera para salir juntos de la habitación. Kuki sonrió sin que el rubio lo notará, quizás Wally era muy tonto pero eso que dijo en el lenguaje de las chicas es casi como una cita, y el no lo sabía.

Un rato después llegaron al lugar de las malteadas que estaba lleno de adolescentes en grupos, y por supuesto en parejas. Kuki escogió una mesa y se sentó mientras que Wally ordenaba las bebidas y las trajera consigo, definitivamente lucía como una cita, de repente un chico se sentó con ella y todo pasó tan rápido que no le dio tiempo de reaccionar.

―Hola linda, ¿Por qué estás tan sola? Podría acompañarte, para mi sería un placer― le dice el chico que se sentó en la mesa sin que ella pudiera protestar ―Me llamo Richard, me encantaría si me lo permites, conocerte mejor― el chico bajó sus gafas oscuras en una pose para parecer más "cool" según él. Era alto, tenía una chaqueta de cuero y el cabello oscuro peinado hacia atrás con un mechón sobresaliente en la frente, ella se sintió algo torpe por como el chico la estaba mirando.

―Me llamo Kuki― dijo después de unos segundos ―Pero no estoy sola― se rió nerviosa al ver que Wally se acercaba con las malteadas.

―¿Y este qué?― pregunta Wally con el ceño fruncido cuando llega y ve a Kuki con otro chico que no es él.

—Oh, claro, una chica tan linda como tu por supuesto que tendría novio—

—Amm… yo… —empezó a balbucear la japonesa.

—Claro que sí— respondió Wally casi gritando —¿Ya quieres irte? Estás ocupando mi lugar— lo fulminó con la mirada a lo que el chico desconocido solo asintió, se levantó y se fue.

—Oye eso fue grosero— lo regaño Kuki cuando el chico salió del establecimiento.

—¿Vas a dejar que cualquier tipo se te acerque así en la calle?— le regaño pasándole su malteada.

—Pues no sabía que tenía que pedirte permiso— se cruzó de brazos enojada —¿Y desde cuando dices que soy tu novia? No recuerdo que me lo hayas pedido—

—Lo siento, ¿de acuerdo? Es que de otra forma no se iba a ir— le dio un sorbo a su malteada desviando la mirada.

―Le podrías haber dicho cualquier otra cosa―

―Te invite a salir para que te distrajeras, ¿Podemos hacer eso?― hablo de mala manera Wally, claramente estaba celoso pero él no lo iba a admitir, y menos con la chica que quería en frente de sus narices.

―Bueno, pero solo porqué trajiste mi malteada favorita― contestó Kuki y empezó a disfrutar de su bebida ―¿Vas a invitar a Hoagie para venir mañana a la piscina?―

―No lo iba a hacer, pero seguramente mi papá ya llamó a su mamá y estoy seguro que su hermano Tommy también irá a invadir mi casa― hablo sin pensar bien en lo último que había dicho.

―Entonces, ¿Estoy invadiendo tu casa?―

―Claro que no― se apresuró a responder, miró a la chica a los ojos y luego bajó la mirada ―No me molestas que estés en casa, ha sido bueno, divertido creo―

―Ya veo, entonces estás molesto con Hoagie, ¿Podemos hablar de eso?― preguntó Kuki. El rubio solo suspiro cansado.

―Estoy molesto con él― admitió ―Pero no puedo hablar de eso, se supone es un asunto privado entre él y yo, somos mejores amigos y es solo que… a veces me saca de quicio, me insiste en cosas que…― se detuvo pensando cómo proseguir, luego continuó ―Hoagie me insistía en un tema privado, por así decirlo, pero entonces él hizo todo lo contrario, no le importó nadie, ni siquiera me lo dijo y hasta Abby se fue por eso, de alguna forma siento que dividió el grupo―

―¿Entonces estás molesto porque Abby no está?― preguntó algo desanimada la chica, escucharlo hablar así le hizo pensar por un instante que quizás Wally estaba interesado en Abby como algo más que una amiga.

―Abby es mi amiga, así como lo eres tú y los chicos― dio un sorbo a su malteada que ya se estaba acabando ―Si alguien hiciera algo para lastimarlos yo los defendería siempre, pero es complicado cuando fue Hoagie el que arruinó las cosas, pues ellos, estoy seguro que tenían algo, eso no me incumbe claro― se cruzó de brazos ―no voy a meterme en eso, solo quisiera que él siguiera los consejos que él mismo quiere obligarme a seguir―

―¿Que tipo de consejos?― pregunta la chica mirándolo fijamente ―Espera, ¿Acaso te gusta alguien?―

Wally miró a su alrededor y se sintió incómodo al ver que todas las mesas a su alrededor estaban ocupadas por parejas melosas, incluso una pareja se estaban besando dando todo un espectáculo. ¿Qué se supone que debía responder? No podía hablar de eso con ella, no ahora.

―Creo… pero no tiene importancia―

―¿Como que no tiene importancia?― se exhaltó Kuki sin quitarle los ojos de encima ―¿Es alguien que conozco?, ¿Es linda?―

―¿Por qué quieres saberlo? Estás igual que Hoagie, siempre insistiendo con eso― dejó el vaso de su malteada a un lado y observó que Kuki apenas iba por la mitad ―No tiene importancia porque ella… bueno… no sé, no creo que se fijen en alguien como yo. ¿Quieres cambiar el tema? No quiero hablar de eso contigo―

―Pensaba que era tu mejor amiga― le habló en un tono triste, Wally lo notó y la miró a los ojos tratando de buscar las palabras adecuadas para continuar con la conversación, no podía decirle que creía que estaba enamorada de ella, no así. No estaba seguro, y tenía miedo de arruinar las cosas.

―Si lo eres, es solo que… cuando tenga una respuesta clara te lo contaré ¿De acuerdo?― esperó que eso fuera suficiente para que la conversación pudiera cambiar su rumbo.

―Sí― se limitó a decir la chica.

Ambos adolescentes estuvieron conversando de otros temas luego de eso, la tensión entre ambos se había suavizado, hablar de sus sentimientos uno con el otro siempre había resultado algo incómodo, especialmente cuando ninguno de los dos no estaban seguros de lo que sentían y tampoco tenían idea de que tal vez su afecto era mutuo.

Esa noche a Kuki le costó conciliar el sueño. ¿Quién será la chica de la que hablaba Wally? Si fuera ella probablemente él hubiera dicho algo diferente, ¿Por qué hablaría de que existe alguna chica y se lo comentaría?, ¿Sería acaso que fuera de una chica diferente a ella?, ¿No era ella? y por supuesto, ¿Por qué deseaba tanto que Wally le dijera que la chica que quería solo fuera ella y no otra persona?. Con tantas preguntas sin respuestas, logró dormirse pasada la medianoche.

Tal como Wally lo había predicho, Tommy cruzó la puerta de su casa cuando tocaron el timbre a la mañana siguiente, luego más atrás estaba Hoagie despidiéndose de su mamá que los habían dejado en casa de Wally para disfrutar del agua tibia de la famosa piscina de los Beetles.

―Genial, lo que faltaba― comentó el rubio en voz alta.

―Lo siento, ya sabes como es mi hermano con las piscinas, lo emocionan demasiado―

―Como sea, le diré a mamá que ya llegaron, aunque con todo el alboroto que armó tu hermano no creo que sea necesario―

―¿Y Kuki? De seguro usará un lindo traje de baño― se rió al ver que el rubio se había sonrojado con el comentario.

―No empieces, no te atrevas a mirarla así pervertido―

El chico junto con su amigo, llegaron a la parte de atrás de la casa donde Tommy y Joey ya estaban en la piscina con sus respectivos flotadores. Hoagie no necesitaba uno pues sabía nadar a la perfección, Wally había aprendido recientemente a nadar, se decía a sí mismo que si quería entrar a los equipos deportivos no podía flaquear en algo tan básico como la natación. El rubio se quitó la camisa mostrando un cuerpo adolescente más formado con ciertos músculos marcados debido al ejercicio que había estado haciendo últimamente.

―Definitivamente tienes que decirme qué dieta sigues― comenta Hoagie al mirarlo sin camisa.

Hoagie siempre había tenido unas libras de más, pero debido a la adolescencia, las hormonas y que ahora era uno de los más alto del grupo, lucía un cuerpo esbelto pero se sintió un poco cohibido al ver que su amigo ya tenía lo necesario para hacer a cualquiera chica derretirse por él.

―Siempre te digo que vengas al gimnasio conmigo pero tu no quieres porque eres "el hombre más ocupado del mundo"― dijo haciendo el signo de comillas con sus dedos en la última frase.

―Que te puedo decir, aún así las chicas me amaran―

Su conversación se vio interrumpida cuando Kuki finalmente hizo su aparición, miraba hacia abajo apenada, si bien era cierto que desde niños se juntaban en la piscina de Wally e iban juntos en la playa, la verdad es que era la primera vez que Kuki usaba un traje de baño de dos piezas, era de color rosado e incluso tenía el escote mas abierto de los que solía usar su amiga Abby. Hoagie miró a Kuki impresionado pero el que realmente lo estaba era su amigo que la miraba con la boca abierta y eso le causaba mucha risa. Se acercó a él para decirle algo que solamente él escucharía.

―¿Quién es el pervertido ahora? Bien escondido tenía Kuki sus atributos― le dijo en un susurro.

―Oh cállate― le gritó Wally y empujó a Hoagie a la piscina haciendo que callera de espaldas, todos solo reían con la escena.

"Gracias Abby, si logré impresionarlo" pensó la chica sonriendo entrando a la piscina como si no hubiera visto absolutamente nada. Luego hablaría con su amiga para agradecerle por haberle comprado aquel vestido de baño como regalo de navidad.