La alarma del celular despertó a Wally, ya casi había olvidado ese odioso sonido. De alguna forma, debía cambiar luego la melodía a una más agradable para no despertarlo de mal humor. Comenzaba entonces el primer día de escuela. Se metió al baño y contempló su cuerpo en el espejo, no era algo habitual en él pero por alguna razón quería lucir decente, después de todo era el primer día. Su cabello estaba un poco más largo debido a que olvidó ir a que le hicieran un corte de cabello pero apenas se notaban esos mechones rebeldes, al menos podía ver por donde caminaba. Tomó una ducha rápida y se vistió, incluso se puso un poco de colonia. Su padre lo molestó durante la mañana en el desayuno, alegando que su campeón estaba creciendo y quería verse bien para las chicas. Wally no respondió a nada y comió su desayuno a regañadientes.
El señor Beetles llevaría a sus hijos a la escuela, en especial a Joey que iniciaba la primaria y lucía muy tierno con su mochila nueva. Wally no se tomó el tiempo para despedirse de su padre cuando lo dejaron en la secundaria ya que eso podía generar comentarios molestos de ser un niño de papi y no quería que hablaran de él tan pronto en los pasillos. Para ese día, tenía varias misiones que repasaba mentalmente.
Primero estaba el hecho de que quería ver a Kuki y al resto de sus amigos. No es como si no la hubiera visto durante casi todo el verano pero desde que se fue de su casa estuvo ocupada con los asuntos de sus padres y saliendo a comprar las cosas de último momento para iniciar las clases y no la vio luego de eso, lo mismo pasaba con Abigail y Nigel, aunque con este último, le había hecho una visita la tarde anterior y lo encontró muy bien acompañado, sin embargo las cosas no resultaron incómodas para ninguno y Wally pudo conversar con Nigel sin problemas. Con respecto a Hoagie, él lo había visitado a su casa el sábado donde pasaron una tarde de nachos y juegos en su habitación, como en los viejos tiempos.
Segundo en su lista mental y quizás lo más importante, anotarse en las admisiones a los grupos de deportes. No le importaba mucho en realidad dar todas las pruebas, pero deseaba por creces lograr entrar al equipo de fútbol americano, aunque no le importaba poder estar en dos equipos a la vez.
Tercero en la vida de un adolescente, no hacer nada que llamara la atención pues los chismes en los pasillos de secundaria corren más rápido que el viento. Después de todo, ¿Qué podría salir mal? Por alguna razón, empezó a desanimarse cuando recogió su horario y no vio a nadie conocido y se dirigió a su casillero. ¿Qué acaso era el único que se había presentado a la escuela? Ya se estaba sintiendo como un tonto.
―¿Es en serio?― una voz lo sacó de sus pensamientos y trató de no sonreír demasiado para que no se diera cuenta de que se sentía feliz de escuchar resonar su voz en sus oídos ―Que sorpresa Wally, tu casillero está junto al mío― se acercó Kuki y colocó la contraseña del casillero y este se abrió, haciendo que la chica vaciara la mitad de las cosas que traía en su pesada maleta.
―¿Si sabes que es el primer día, cierto?― le preguntó cruzando sus brazos ―¿Por qué traes tantas cosas?
―Quería hacer el casillero algo mío, muy personal, esto necesita decoración al estilo Sanban― comentó emocionada la chica mientras seguía acomodando sus cosas y pegaba unos stickers con brillos de simios arcoíris en el interior de la puerta.
―No se ni para que pregunte― cerró su casillero mientras miraba a la chica decorando ―¿Has visto a los demás?
―Claro― le respondió muy enérgica ―Abby está en su casillero en el otro corredor por si quieres saludarla y Hoagie lo vi en la oficina donde se retiran los horarios y vimos que compartimos algunas clases nada más y Nigel está en su casillero al final de este pasillo, mira allá viene― ambos adolescentes fijaron su vista hacia Nigel que caminaba hacia ellos.
―Ya llegó por quien lloraban no se me desmayen gracias― le dijo Nigel al saludarlos.
―Vaya Nigel, veo que creciste bastante durante el verano― la chica se acercó a Nigel y lo abrazó.
―Je, Je, Je, eso creo Kuki, que gusto verte, tu también creciste un poquito― dijo bajando sus gafas oscuras.
―¿Qué tal?― lo saludo Wally chocando los puños ―Espero que el próximo verano no te vayas a otro absurdo campamento porque sino tendré que golpearte por ir a cosas de niños otra vez.
―No te preocupes, mi papá me aseguró que era el último.
―¿Podemos ir esta tarde a la casa del árbol?― preguntó Kuki y regresó a decorar su casillero.
―Pero por supuesto, todos están invitados, necesitamos recuperar el tiempo perdido hay tanto que tengo que contarles― se acerca a Wally con una mirada pícara susurrando ―Entonces, ¿Qué pasó entre ustedes eh? Mira que estar juntos todo el verano, durmiendo bajo el mismo techo y ahora los encuentro muy juntitos, pero que barbaros son― dicho comentario hizo que se sonrojará.
―Ya te dije que nada pasó, no empieces― dijo en voz alta llamando la atención de Kuki ―No es nada, Nigel y sus cosas locas― se rasco la cabeza incomodó y busco la forma de salir de aquella extraña situación―¿Será que podemos buscar a los demás? Ya siento que ni recuerdo la cara de Abigail
―¿Que cuentan nenes?― los interrumpió una chica que sabían muy bien de quien se trataba ―No pude evitar verlos al venir por este pasillo, saben, llaman mucho la atención en especial ustedes dos― le hizo señas a Wally y a Kuki ―¿Me van a decir que ya pasó o se harán los idiotas?
―¡Abby!― la japonesa corrió a los brazos de su amiga y la abrazó con fuerza ―Pero que bellas estas, me encanta lo que le hiciste a tu cabello― comentó Kuki al mirar a su amiga que había cambiado durante su viaje. Su piel lucía más bronceada debido a todo el sol que tomaba en las playas de Hawaii. El cabello lo llevaba suelto en un estilo parecido al que llevaba su hermana mayor Cree, solo que mucho más largo y encima de eso, su peculiar gorra roja. Ahora llevaba un suéter largo azul con franjas blancas a los lados y un pantalón hasta la rodilla de color negro, dejando a la vista sus contorneadas piernas atléticas.
―Abby se alegra de verte Kuki pero me está costando respirar― dijo con un hilo de voz.
―Oh, lo siento. Creo que me emocioné demasiado― dijo algo apenada soltando a su amiga.
―No serías tú si no lo fueras.
―¿Se pusieron de acuerdo para una reunión antes de entrar a clases sin mi?― preguntó Hoagie acercándose al grupo.
―Ya me preguntaba dónde andabas― le dijo Nigel.
El grupo de cinco amigos al fin estaba reunido. A pesar de eso, Abby y Hoagie no se hablaban directamente pero nadie parecía notarlo, excepto tal vez Wally, que aunque nadie se sentía incómodo, él podía notar cierta lejanía, pero al menos esta vez, Abby no se iba. Su conversación fue interrumpida por la campana del inicio de clases. Wally y Kuki se fueron juntos porque por alguna razón, sus horarios coincidían demasiado, eran casi iguales, a excepción de un par de clases. El resto tomó las escaleras para dirigirse a sus respectivos salones. Ya se verían luego.
Algo que llamó la atención de Kuki era que un grupo de chicas en una esquina del salón no dejaba de mirar a Wally que se había sentado al lado de ella. Por un momento pensó que algo había mal con ella, creyó estar pasando vergüenza el primer día, pero cuando se fijó bien, en realidad sus miradas estaban enfocadas en el rubio. Si hacía una comparación usando su instinto de chica basado en la primera impresión, en ese salón Wallabee, un chico super fornido de cabello oscuro con una gorra verde y otro de cabello castaño, alto, con ojos azules como el mar, eran los más guapos de ese grupo.
Al principio no le tomó mucha importancia pues no sería la primera vez que la belleza australiana del chico llamara la atención, pero cuando reconoció a la chica que Wally había saludado en el gimnasio el otro día, entonces es que empezó a preocuparse. De seguro estaba planeado sus movimientos para acercarse a hablarle y coquetearle otra vez. Esto la molesto un poco el resto de la mañana.
Cuando llegó la hora del almuerzo, los chicos apartaron el lugar en una mesa al fondo de la cafetería, lejos de los grupos que claramente eran los populares, deportistas y porristas. Ya Abby se encontraba sentada con su bandeja en la mesa mientras el resto seguía en la fila. El siguiente en llegar fue Nigel que se le notaba algo nervioso pero la morena prefirió no preguntar. Hoagie estaba acompañado de su novia Alice, los cuales no aportan mucho a la conversación y comían en silencio.
Kuki y Wally terminaron de pagar su almuerzo y se encaminaron entonces a la mesa para reunirse con sus demás amigos. De repente, Kuki se dio cuenta que había dejado su monedero en el mostrador y tenía que volver.
―Debo regresar, olvide mi monedero en el mostrador de la caja, espero que nadie lo haya tomado― dijo algo preocupada.
―De acuerdo, dame tu bandeja― le dijo Wally y la chica obedeció ―Apresúrate, no creo que alguien se la haya llevado todavía.
Kuki regresó por su monedero y lo vio en manos de un chico que estaba apoyado a un costado de donde ella lo había dejado. Casi tropieza con otra persona pero fue lo bastante ágil para evitar un accidente.
―Disculpa, eso que tienes allí es mi monedero― habló señalando el objeto que tenía un bordado de simio arcoíris en color celeste y unas monedas a su alrededor.
―Con que esto es tuyo― comentó el chico acercándose a ella poniéndola un tanto nerviosa ―Pasaba por aquí y me preguntaba de qué chica sería este monedero, pero no me espere que fuera de alguien tan linda como tú.
―¿Crees que soy linda?― ella no pudo evitar sonrojarse ante su comentario. Algo en el chico no la hacía sentir incomoda, sino que le parecía interesante con ese extraño peinado que tenia, una franja de color al frente más claro que el resto de su cabello, una chaqueta parecida a un aviador y lentes oscuros.
―Por supuesto― se acomodó su cabello ―¿Te gustaría compartir una mesa conmigo y almorzar?
―Oh, bueno… es que yo, bueno me están esperando mis amigos, quizás en otra ocasión.
―Lo que digas dulzura, mi invitación sigue en pie. Por cierto me llamo Ace― le extendió la mano para saludarla y la chica la tomó sin pensarlo demasiado.
―Me llamo Kuki.
―Un placer Kuki, te devuelvo tu monedero. Me alegra saber que regresó a su dueña y no llegó a manos equivocadas.
―Gracias Ace. Supongo que nos vemos después.
―Eso tenlo por seguro― se despidieron y Kuki regresó a la mesa con sus amigos.
―¿Porque tardaste tanto?― le preguntó Wally cuando Kuki se sentó a su lado pero no dijo nada más cuando vio a la chica guardando su monedero en su mochila.
―Entonces, hoy hay reunión en la casa del árbol― empezó a decir Abby que había visto a Kuki hablando con un chico a lo lejos pero no tenía ánimos de escuchar a sus amigos argumentar nada al respecto.
―Por supuesto― respondió Hoagie hablando con la beca llena.
―¿Dónde están tus modales Hoagie?― le regañó Alice al ver el comportamiento inmaduro de su novio. ―Entonces, ¿Creen que pueda unirme a su club?
―No tengo problemas si Hoagie te lleva a mi casa del árbol. ¿Que clase de amigo sería si le prohibiera traer a sus citas? Y eso aplica para todos eh― les dijo mirando a todos los presentes.
De pronto se escuchó una voz resonando en todo el recinto. Prácticamente todos los adolescentes dejaron de hacer lo que hacían para prestar atención a la voz de una chica que hablaba por los altoparlantes.
"Bienvenidos sean todos a un nuevo año escolar. Les habla su servidora Rachel McKenzie de primer año, fui escogida para dar los anuncios de la escuela. Primero que todo, en los tablones de anuncios de cada piso a partir de mañana estarán las listas de inscripción a todas las actividades extracurriculares, ya sea que quieran pertenecer a un club escolar o por supuesto a nuestros prestigiosos equipos deportivos. Lo segundo en nuestra lista puede ser lo más relevante de este anuncio. La escuela dará un baile de bienvenida el viernes por la noche por el inicio de clases, vengan elegantes al gimnasio y busquen sus parejas porque esto estará buenísimo. Y tercero, el comité escolar siempre busca nuevos miembros que ayuden a realizar las actividades, se darán otros bailes y actividades así que pueden pasar por la oficina académica para apuntarse en la lista y ver si son lo suficientemente capaces de ser los líderes que necesitamos para el mañana. Eso es todo, se despide Rachel y sigan disfrutando su almuerzo."
Los murmullos en la cafetería se hacían cada vez más fuertes. Nadie se esperaba que la escuela organizará un baile escolar tan pronto. Para los de primer año eso podría representar un problema pues muchos eran nuevos y no conocían a nadie. ¿Cómo iban a hacer para tener una cita de aquí al viernes?
―¿Tanto escándalo por un baile?― habló Wally dándole una mordida a su emparedado.
―!Cállate!― dijeron las tres chicas al unísono.
―Había olvidado lo sensible que se ponen las chicas con un baile escolar― agregó Hoagie.
―Oh vamos chicos será divertido― rió nervioso Nigel, en realidad la noticia sí lo había emocionado.
―Si no te conociera mejor diría que alguien ya tiene una cita― le dijo Abby riendo.
―¿Quién, yo? No pero que bárbara Abby, ¿De donde sacas esas conclusiones?― se acomodó sus lentes.
―Yo solo decía― se encogió de hombros.
Kuki terminaba su almuerzo en silencio mientras miraba de reojo a Wally que parecía estar más entretenido en su comida que en los previos anuncios. Tenía muchas ganas de ir a ese baile y le emocionaba la idea de que tal vez Wally pudiera invitarla antes del viernes.
―Esperen un segundo― reaccionó Abby de pronto levantándose de la mesa, llamando la atención de sus amigos y de algunos chicos que estaban en las otras mesas alrededor ―¿Cómo se supone que vamos a conseguir un vestido de aquí al viernes?― dicha pregunta alarmó el rostro de algunos, especialmente de las chicas.
―Es un baile escolar, no una graduación, pónganse cualquier cosa― comentó Wally ganándose varias miradas de reproche de algunas chicas.
―¡Al fin alguien con sentido común en este lugar!― se levantó una chica pelirroja gritando a todo pulmón haciendo que más de la mitad de la cafetería les pusiera toda su atención ―¿A QUIÉN SE LE OCURRIÓ PLANEAR UN BAILE EN MENOS DE UNA SEMANA?
―Fanny cálmate, todos te están mirando― le dijo el chico guapo que estaba en la primera clase de Kuki esa mañana, respondía al nombre de Patton Drilovsky. Estaba sentado junto a la pelirroja y otros chicos más.
―Ella tiene razón― se levantó una chica de cabello oscuro ―¿A donde tenemos que ir para que cambien la fecha?
De pronto, muchas chicas se unieron a la conversación y en un grupo bastante grande, salieron rumbo a la oficina del director.
―¿Alguien me explica que acaba de pasar?― comentó Wally.
―No tengo idea amigo― le contestó Hoagie ―Casi todas las chicas se fueron, incluso Nigel accedió a interceder por ellas, que dramáticas se ponen por un baile.
―Lo dices así porque ya tienes una cita― se cruzó de brazos.
―Pues tú también ya la tienes, solo tienes que preguntarle a Kuki, estoy 99.99% seguro de que te va a decir que sí.
―No empieces― se levantó a dejar los desperdicios de su bandeja y colocarla en su lugar, dejando a su amigo completamente solo.
―¿Cual es su problema?― habló Hoagie para sí mismo.
"Bueno, Hoagie tiene razón, solo debo preguntarle y ella me dirá que sí, pero, ¿Es capaz de decirme que no? Tengo que pensarlo bien. Que fastidio estas cosas adolescentes." pensó para sí mismo Wally caminando por los pasillos vacíos de la escuela dirigiéndose a su casillero. Desvió su mirada al casillero junto a él que le pertenecía a Kuki. Si el destino los quería juntos, entonces las cosas solo sucederían.
N.A. Hola, quería publicar este capitulo antes de mi cumpleaños, ya faltan pocas horas, es que luego no me daba el tiempo. Con esto doy inicio a la segunda parte de este fic espero lo disfruten :D
