N.A. Debo admitir que este capitulo me costo algo para terminar de escribirlo, a pesar de eso logre tener una actualización para este mes :D y ya tenia muchas ganas de incluir a Chad también. Espero les guste mi historia que todavía nos falta bastante para su desenlace, nos leemos.
La reunión con el director de la secundaria terminó con resultados favorables, especialmente para las chicas que eran las que más molestas se mostraban por poner un baile escolar en la primera semana de clases. ¿A quién se le ocurrió semejante barbaridad?
Gracias a la ayuda de Nigel Uno, que sirvió como vocero y líder del movimiento que las chicas habían formado en protesta por la fecha, el baile de bienvenida se celebraría el viernes por la noche de la siguiente semana. Con tiempo suficiente para que las chicas buscarán el vestido o atuendo perfecto para la ocasión.
Nigel ya sabía a quién invitar, a pesar de que había confianza entre ellos no podía evitar sentirse un poco nervioso.
Hoagie llevaría al baile a su novia, en realidad no tenía que preguntarle porque era bastante obvio pero quizás se lo diría en los próximos días.
Kuki se sentía ansiosa porque esperaba que cierto chico que tenía en la mira la invitara. En realidad, esperaba que se armara de valor para hacerle la propuesta.
Wally estaba de mal humor como siempre, pensando que las chicas se estaban tomando demasiado en serio un tonto baile. Por supuesto que tenía a la chica ideal en mente pero de solo pensar en invitarla le daba muchísima pena, sin embargo, haría el esfuerzo de hacerlo.
Abby no le daba mucha importancia como el resto de las chicas pero con gusto acompañaría a Kuki a escoger que ponerse de las tiendas que había en el centro comercial. Ella por su parte tomaría algún atuendo del armario de su hermana mayor Cree, que de seguro no le importará ya que ella está lejos y no le daría uso en los próximos meses. Ella estaría junto con sus amigos aunque estaba segura de que todos tendrían pareja. No le molestaba, pero tal vez en el momento del baile se sentiría un poco sola mientras todos bailan. La mesa de bocadillos definitivamente sería su cita predilecta de la noche.
Cuando ese día terminaron las clases, todos se dirigieron a sus casas a cambiarse de ropa, comer algo, en fin, hacer sus cosas antes de reunirse todos nuevamente en la casa del árbol de la casa de Nigel. La verdad tenía a todos, menos a Wally, intrigados con eso de que él quería decirles algo importante. Se comportaba un tanto extraño. Al atardecer, llegaron todos puntuales y ansiosos ya que hacía varias semanas no se reunían como siempre lo solían hacer.
―Definitivamente extrañaba venir aquí― dijo Abby muy relajada en un sofá mientras estiraba las piernas ―Ya quiero darle sus regalos a todos.
―Uhhh, ¿Nos trajiste regalos a todos?― preguntó Kuki muy animada sentándose al lado de su amiga mientras la observaba mejor. El cambio de look de Abby le favoreció bastante y no pudo evitar sentirse un poco inferior. Quizás ya era hora de hacer algún cambio en su imagen también.
―Por supuesto nena― le respondió abriendo un pequeño bolso que traía consigo. En ese momento entraron Hoagie y Alice a la casa del árbol pero Abby siguió en lo suyo sin mirarlos.
A Nigel le tocó un par de gafas de sol que el chico le agradeció un montón pues sus gafas que solía usar se estaban quedando un poco pequeñas para su rostro. Para Kuki, un llavero de edición especial de los simios arcoíris hawaianos que solo podías conseguirlo en la isla. A Wally le tocó una playera naranja con un diseño del sol y la playa en el frente y él solo se limitó a sonreír tímidamente, la verdad no esperaba ningún regalo de su parte. Por último, Abby se acercó a Hoagie y le dio un regalo envuelto, era el único que tenía envoltura. Alice notó algo raro en sus miradas pero decidió ignorarlo. Si bien era cierto que apenas si había intercambiado palabras con la chica, sabía que ellos llevaban siendo amigos desde siempre pero por alguna razón se encontraban peleados.
―Gracias Abby― el chico no pudo evitar sonrojarse un poco pero nadie parecía notarlo.
―Si me permiten― se aclaró la garganta Nigel llamando así la atención de todos, tenía puesta la mirada en su celular y luego lo guardó en su bolsillo ―Hay algo que quiero decirles, bueno, no es algo malo, al c-contrario es algo muy bueno, yo solo… realmente q-quiero pedirles que sean amables y me dejen esos chistesitos para después, en serio no quiero que bueno ya saben…
―!Ya dilo de una vez!― gritó Wally haciendo que todos los presentes lo miraran. ―¿Qué? Yo no soy Hoagie o Abby, a mi no me miren.
―¿Nigel?― se escuchó una voz femenina que nadie pudo reconocer viniendo de la entrada de la casa del árbol. En el umbral se encontraba Rachel T. Mckenzie, la chica nueva de la escuela que al parecer nadie lograba recordar. Nigel se acercó a ella con paso decidido y la tomó de la mano. Llevaba su cabello rubio suelto cayendo al frente y vestía un conjunto de top y pantalón de color verde agua.
―Chicos yo… q-quería presentarles a mi novia Rachel― apretó la mano de su novia y ella pudo notar que su novio estaba nervioso aunque no lo entendía, eran sus amigos desde hacía años, ¿Realmente lo juzgaran por salir con una chica como ella?
Además, no había mejor partido para Nigel en todo el mundo. Ellos se complementaban y se entendían a la perfección desde que se conocieron en sus días siendo agentes de la organización más prestigiosa a la que un niño podía pertenecer. A pesar de que Nigel en ese entonces tenía una novia llamada Lizzie, la verdad es que Rachel se entristecía por no haber tenido la oportunidad de conocerlo antes y hacer que se enamorara de él, pero la vida le había sonreído y los había juntado de tal manera que ella esperaba poder estar siempre junto a Nigel.
―Hola chicos, un placer― saludó tímidamente la rubia. A pesar de haberlos visto de lejos en la escuela durante el día, ahora que los tenía de cerca pudo notar como todos habían crecido debido a la pubertad.
―Hola― dijeron todos al unísono.
―Con que tienes una novia, te lo tenias bien calladito Nigel― se rió Hoagie.
―No empiecen por favor― dijo Nigel sobándose las sienes ―Escuchen, por favor sean amables con Rachel. Ella vendrá aquí frecuentemente como ustedes y yo bueno, me gustaría que se lleven bien.
―Pero que cosas dices tontito― Kuki se levantó y se colocó al lado de Rachel y pasó su brazo alrededor de los hombros de la chica ―Desde ya somos amigas, ¿Está bien?― le sonrió.
―Oh, c-claro, por supuesto. Gracias en serio― Rachel le respondió con una sonrisa de forma tímida y algo apenada por la situación. Sabía muy bien que todos sus amigos eran muy importantes para Nigel y lo que más quería era ser aceptada por todos.
El grupo de amigos siguió compartiendo en la casa del árbol como siempre lo han hecho y al cabo de un par de horas todos se fueron, excepto Rachel que se quedó con Nigel arreglando asuntos secretos que los demás no podían saber. Nadie notaba la puerta secreta que tenía el chico en su casa del árbol que daba acceso a un pequeño cuartel donde Nigel aún operaba como agente adolescente secreto de KND. Rachel también lo era, y los amigos de ella, Fanny y Patton, también pertenecían a esa división.
La razón por la cual los chicos lograban recordarse entre sí mismos y continuar con su amistad era debido a las modificaciones que Hoagie le hizo a la máquina de borrado de memoria justo antes de cumplir 12 años, conservando así las memorias de sus compañeros de equipo más cercanos. Con esto, se lograba evitar que los agentes una vez llegaran a la pubertad, no tuvieran interés en ser parte de los ninjas adolescentes ni tampoco querer destruir a los niños. Y vaya que funcionaba. Así ellos no perdían esa esencia de que alguna vez fueron niños y los números de nuevos reclutas de los ninjas adolescentes habían descendido significativamente.
Acercándose la edad adolescente peligrosamente a ellos, Hoagie no tenía ánimos de perder sus memorias, de perder a sus amigos, por lo que luego de varios de meses de estudios y pruebas, junto con los mejores científicos de la organización, lograron que las modificaciones fueran un éxito. Además, él no quería olvidar a Abby, aquello fue su motor principal para llevar a cabo este ambicioso proyecto.
Al día siguiente, Kuki se quedó dormida y llegó casi justo a la hora de entrada de la escuela. Se apresuró a llegar a su casillero a buscar un libro que necesitaba para sus clases y vió que Wally hablaba con Virginia, la chica que había visto en el gimnasio el primer día que lo acompañó. Él lucía tan desinteresado como siempre mientras que Virginia le hacía unos ojitos que bueno, Kuki no pudo evitar sentir una sensación extraña de molestia en su pecho. Cuando Virginia se dió cuenta de que Kuki los miraba, se acercó más a Wally y posó una mano en su hombro en modo de despedida y le susurró algo que Kuki no pudo escuchar. Apenas se fue, Kuki se acercó a su casillero y saludó a Wally.
―Buenos días Wally.
―Ahí estás, pensé que no vendrías hoy.
―¿Cómo crees? Apenas es el segundo día― frunció el ceño, estaba algo molesta ―Me quedé dormida― la campana de la escuela sonó y Kuki con algo de prisa acomodo su casillero y lo cerró con fuerza ―Como sea, mejor vayamos a clase.
―Claro― quizás era su imaginación pero, ¿Acaso Kuki estaba molesta?
Los días pasaban y las chicas solo hablaban del baile de bienvenida. En realidad, era el tema principal de todas las conversaciones en los salones, los pasillos, los baños, la cafetería, para Wally, era como si todos hubieran perdido la cabeza. Su mente estaba enfocada más en las pruebas de los equipos deportivos.
―De acuerdo niño bonito― le hablaba Abby a Wally el día que las prácticas de fútbol americano se llevarían a cabo ―Tengo información importante recién sacada de los baños.
―¿De qué estás hablando?― preguntó extrañado Wally mientras devoraba su almuerzo. La verdad se sentía un poco ansioso y se había servido comida de más buscando calmar sus nervios.
―Hablo de las pruebas de hoy― esto hizo que todos la miraran para prestar atención a sus chismes ―Según lo que escuche el capitán es Chad Dickson de último año, guapo, popular, muy queridos por todos, y si logras impresionarlo con tus habilidades puede que hasta te nombre su mano derecha. Al parecer en estas pruebas estará buscando un posible reemplazo de capitán para la segunda temporada de partidos del estado, ya que una vez termine la primera temporada, se quiere enfocar en asuntos universitarios.
―¿Yo capitán del equipo?
―¿Wally capitán del equipo? Esperen un segundo, ¿Por qué nadie me dijo que ibas a dar esa prueba hoy?― se levantó Nigel de la mesa.
―Cálmate oye, no es para tanto.
―¿Qué no es para tanto? Cancelen todo lo que tengan que hacer hoy, esta tarde acompañaremos a Wally en su prueba.
―Me parece genial― dijo Kuki aplaudiendo muy animada ―Estoy segura que a Wally no le molestará que vayamos todos a animarlos.
―No tienen que molestarse― se sonrojó de pronto por toda la atención recibida, nunca pensó que sus amigos querían ir a apoyarlo en su prueba.
―Las pruebas de porristas también se hacen en el campo al mismo tiempo, deberías apuntarte Kuki― comentó Hoagie alzando las cejas.
―¿Yo? Oh bueno, lo he pensado pero… creo que por ahora lo dejaré pasar.
―Vamos nena, estoy segura que Wally estará encantado de verte entre las porristas― le susurró Abby a Kuki haciendo que se sonrojara ―Si el te ve animando de seguro eso lo motivará.
―¿Eso crees? No estoy segura yo… yo creo que puedo animarlo perfectamente desde las gradas.
―Si tu lo dices― se encogió de hombros y siguió platicando con los demás.
Los adolescentes acompañaron a Wally esa tarde en su prueba. El podía sentir todo su enérgico entusiasmo pues eran el único grupo de las gradas que hacía tanto escándalo cada vez que Wally hacía una hazaña en su prueba. Ni siquiera el grupo de porristas lograba llamar tanto su atención. Al final, Kuki no dio la prueba pues se sentía insegura y decidió que podía animarlo desde cualquier lugar.
―Parece que este año los nuevos querían lucirse― dijo Chad revisando su lista de arriba para abajo ―Drilovsky, Johnson y Anderson, bienvenidos al equipo― los mencionados chocaron los cincos y se unieron detrás de Chad con el resto del equipo. ―Me queda un lugar en el equipo y debo decir que uno me impresionó bastante, ¿No es así entrenador?― se dirigió al hombre fornido que estaba a su lado y este asintió con la cabeza ―Beatles da un paso al frente.
Wally se sobresaltó al escuchar su nombre, lo que tanto anhelaba parecía que se iba a cumplir. Se colocó frente a Chad y este le extendió la mano y sin pensarlo dos veces tomó su mano y se dieron un fuerte apretón.
―Bienvenido al equipo Wallabee Beatles, estoy muy impresionado con tu desempeño, algunas fallas pero nada que un poco de práctica y mi dirección no puedan corregir, quien sabe quizás podrías llevar este equipo a la victoria.
―Gracias y-yo no sé qué decir.
―Considérate afortunado niño, lograste captar toda mi atención― colocó un brazo alrededor de los hombros de Wally y eso activó las señales de hasta las porristas al darse cuenta que Chad ya había escogido a su nuevo favorito, lo que hizo que la popularidad de Wally ese día se había elevado a niveles impresionantes, aunque eso claro, él no lo sabía.
―¿Qué está pasando allá abajo?― preguntó Hoagie al ver todas las porristas alrededor del nuevo equipo de fútbol americano ―Si Wally está metido allí significa que, ¿Ya es parte del equipo?
―¿Que no lo ves? Es obvio que iba a formar parte del equipo. Oh Wally, crecen tan rápido― dijo Nigel limpiándose una lágrima que se había derramado de sus ojos.
―¿Estas llorando?― pregunta Abby riendo ―En serio Nigel, no pensé que fueras tan dramático― le dio unas palmadas en su espalda para que se calmara.
―Es genial, de verdad lo consiguió― sonrió Kuki mirando fijamente a Wally y a pesar de la distancia, él pudo sentir que alguien lo observaba y vio a sus amigos eufóricos y casi podría jurar que Nigel estaba llorando desde las gradas pero Kuki, ella lo miraba con esa sonrisa que siempre le provocaba cierta calidez en su interior. Sin pensarlo, alzó la mano en modo de saludo y le sonrió directamente a ella. Kuki sonrió aún más y agitó sus brazos tan alegre como siempre.
