Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece, solo la trama.
¿Nana?
Capítulo 3
-Será mejor que se vayan, diviértanse –dice Momoko empujando a los dos rubios, el empujón hizo que Miyako se acercara a Takaaki quien la sujeto de la cintura para evitar que cayera.
-Vayan que tenía prisa –dice Takaaki, Miyako mira su cintura notando los brazos del chico, se sonroja sintiendo su corazón ir rápidamente – ¿Estas bien Miyako? Estas toda roja.
-S-sí, hm… -dice nerviosa –Podrías soltarme por-por fa-favor.
-Sí, claro –dice Takaaki soltándola, sonrojado de forma ligera, le ofrece su brazo – ¿Nos vamos, señorita?
Miyako le sonríe tomando su brazo y los dos caminan hacia el auto negro del chico y dirigirse a la fiesta que Miyako anhela en estar.
.
.
.
Boomer miraba el techo de su departamento aburrido, suspira por quinta vez, no tenía trabajo y se aburría bastante al no estar con sus dos amigas (era de esas veces que su horario no concedía en un día, cuando se trata de trabajar en la noche), hace tiempo que él vivía solo, dejo su madre Sedusa con la intención de independizarse y valerse por sí mismo (o eso fue los argumentos de su madre), al principio se sentía solo, pero al final termino acostumbrándose, suspira por sexta vez y mira su departamento al acabar de grabar cada detalle del techo.
Fue su celular que rompiendo el silencio que gobernaba por la habitación, Boomer estira la mano tomando al pequeño aparato.
-Diga –dice con pesadez.
-Boomer amigo ¿Cuánto tiempo? –el rubio frunce el ceño.
-¿Qué quieres Randy?
-No puedo llamar a un amigo –dice Randy, Boomer nota en su voz algo de sarcasmo.
-No cuando no lo somos –dice levantándose –Si llamas por lo de Momoko…
-Vamos Boomer no seas gruñón, solo quiero invitarte a salir, ya sabes a tomar algo. ¿Acaso tiene algo de malo?
-Viniendo de ti… puede –el rubio sonríe al escuchar un pequeño gruñido de su "amigo".
-Contigo no se puede –dice aclarándose la garganta -¿Quieres venir o no? Aunque no creo que tengas algo mejor que hacer.
Boomer mira su reloj notando que lleva dos horas acostado en su cama mirando el techo, la invitación de Randy era demasiado tentadora.
-Vamos hombre, no tengo toda la noche.
Lo piensa varias veces, ir con Randy y "divertirse" un rato, o por lo menos distraerse lo suficiente (siendo consciente de que Momoko era capaz de matarlo si se llegara a enterar) o seguir viendo el techo en la soledad de su habitación.
Suspira –Si haces una estupidez, me voy –dice tomando su chaqueta.
-Sabía que dirías que sí, apúrate que no te voy a esperar ni un minuto más.
Boomer cuelga el teléfono y se asoma por la ventana, donde el Toyota Prius de un color negro carbón perteneciente de Randy estaba estacionado adelante del edificio.
-Por supuesto –murmura dirigiéndose a su puerta después de tomar su sudadera azul marino, de asegurarse en cerrar bien y evitar algún robo. Si Momoko lo viera lo mataría.
.
.
.
Miyako mira el lugar algo confundida había pensado que la fiesta seria en la casa de Takaaki o un amigo suyo, pero no un antro, que estaba bastante lejos de su casa. La música se escuchaba demasiado fuerte incluso por fuera ya era escandalosa, la única iluminación era las luces de colores entre morados, verdes, azules, rosas, rojo, etc. Llena de humo dándolo un efecto algo sofocante, en el centro había personas bailando, pegando sus cuerpos siguiendo el ritmo de la música. Mira hacia arriba encontrando la cabina de sonido, donde dos personas era quienes se encargaban de todo el espectáculo.
-Vamos Miyako –dice Takaaki cerca de su oído, tomando su mano y llevarla a unas escaleras que la llevan a la zona V.I.P, o eso supuso ya que estaba apartado de las demás gente y algunas mesas tenían carteles de "reservado", reconoció a sus compañeros de clase a pesar de la poca iluminación.
-¡Takaaki! –Logra escuchar a la chica peli azul, que al verlos se lanza abrazar al chico casi empujando a Miyako –Te tardaste bastante, ya íbamos a empezar sin ti.
-Lo siento Erika –la chica le da un codazo haciéndolo reír, Miyako no le dio tiempo de siquiera de acomodar su vestido, cuando la chica la nota.
-¿Him Miyako? –Erika la miraba sorprendida, Miyako le dedica una sonrisa tímida, mira de reojo la mesa de sus compañeros suspirando de alivio, al no verla. Podía estar tranquila. Erika no era tan mala. -¿Qué haces aquí?
-Takaaki me invito – Erika mira a Takaaki y luego de nuevo hacia ella, noto el cambio de expresión, aunque fue tan fugaz que tal vez lo imagino.
Erika le sonreí de forma amble y alegre –Pero que hermosa estas, ven, siéntate conmigo –dice. Miyako se siente aliviada y se sienta a lado de la chica mientras Takaaki, se sentaba a su lado esto hizo que los demás la notaran.
Todos comienzan hablarle muy amistosamente igual de sorprendidos de verla, Miyako creía que al ser invitada por Takaaki fue la razón de que la hayan recibido bien, haciéndola sentir cómoda. Le costaba tenerse confianza consigo misma, pero por lo menos hablaba sin tartamudear y poder alzar la voz. Un mesero se acerca a ellos con bebidas, Miyako la mira con curiosidad sin saber que era ¿Refresco será?
-Vamos Miyako, pruébalo –dice uno de los amigos de Takaaki.
Miyako dudosa lo hace para luego toser, sintiendo que su garganta quemara.
-¿Qué es esa cosa? –dice aun tosiendo, y con algo de dificultad.
-Licor, Awamori (*) –dice Erika tomando uno sin dudarlo -¿Nunca has probado uno?
-No –dice arrugando la nariz –Sabe horrible.
Los demás ríen con lo dicho, haciéndola sonrojar, ¿Qué era tan gracioso?
-A veces eres tan tierna Miyako –dice Takaaki, Miyako ruega que el lugar sea lo suficiente oscuro para que no se note su gran sonrojo. –Creme el segundo trago te gustara.
Le acerca su bebida, Miyako niega con la cabeza rápidamente.
-No, gracias.
-¿Qué sucede Miyako? –Comienza Erika – ¿La pequeña de los Him no sabe divertirse?, Himeko dice que eres demasiado sosa para estas cosas, al parecer tenía razón. –el comentario de Erika hace que todos rían (excepto Takaaki), Miyako baja la mirada dolida por el comentario.
-Déjala Erika, si no quiere… -Miyako lo interrumpe tomando el vaso de su mano y tomar la bebida de un trago, sintiendo que su estómago y garganta ardían, todos vitorean y ríen ante las caras de asco de la inocente chica. Unos dos tragos no hacían nada malo, ¿verdad?
-Bien, hay que pedir más tragos. ¡Tráiganos tres botellas más! –Grita Erika al camarero quien hace lo pedido - ¡A divertirnos!
Todos vitorean, pero Miyako comenzaba a sentirse algo mareada.
.
.
.
-Dije que si hacías una estupidez me iría.
-No hecho nada malo, Boomer –dice Randy rondando los ojos –Solo estaremos aquí como los buenos amigos que somos.
-No vendrás a… trabajar ¿verdad?
Randy toma de su cerveza Jebisu (**) evitando contestar la pregunta. Boomer toma también de su cerveza viendo a las personas bailar, estaba junto al bar así que podía beber un poco con tranquilidad, nota como una castaña lo saluda levemente, el desvía la mirada. Era común llamar la atención, es decir, estaba en un antro después de todo. Algunos aprovechaban para buscar pasar el rato de una noche, de todas las maneras posibles. El solo venía a beber.
-Momoko aun trabaja contigo, ¿no? –dice Randy tratando de sonar desinteresado.
-Así que era eso –piensa moviendo su botella en círculos –Si, pero eso ya lo sabes. No la pierdes de vista, como un acosador.
-Quería conversar, para alejarla la tensión. –dice Randy, encogiéndose de hombros.
-Si piensas, que te ayudare en algo para que vuelvas con Momoko. Deshazte de esa idea ridícula. –Lo mira con el ceño fruncido –Sabes muy bien que están mejor así. Le hiciste mucho daño.
Randy rueda los ojos –Claro, claro, hazme el villano de nuevo–dice sarcástico, Boomer aprieta la botella –Tu también sabias que no iba a funcionar, debía actuar…
-Para salvarte y quien recibiera el castigo fuera ella. Vaya intento de novio.
Randy lo mira divertido, con esa sonrisa de lado. –Tengo que ver por mi ¿no?–comenta tomando un trago de su bebida –Por ahora, disfrutare mi soltería. Como también tu deberías hacerlo, mi querido amigo.
Randy le da dos palmadas en su hombro, Boomer no quiso saber el cómo sabía Randy sobre su rompimiento. Tampoco intento detenerlo ya que sabía perfectamente que iría a "trabajar". Boomer se aleja también, preguntándose el por qué vino realmente.
.
.
.
Miyako comenzaba a marearse, corrección todo el mundo parecía dar vueltas y era ella quien estaba quieta. Tenía la sensación de querer vomitar, sentía su lengua pesada, como también sus labios, era una sensación extraña y para nada agradable. Sentía que hablaba por hablar, pero ni siquiera ella entendía lo que decía. Pero no dejaba de tomar de esa gran botella que había traído el camarero como un espectáculo, entre un espectáculo de llamas azules.
-¡Fondo, fondo, fondo! –repetían sus acompañantes animándola en acabar, lo deja ya vacía sintiéndose peor que antes, pero grita de emoción siendo seguida por los demás.
-Ven Miyako, vamos a bailar –dice Takaaki tomando su muñeca, ella entre risas lo sigue tambaleándose en el proceso, trata de seguir la música casi cayéndose en cada movimiento que hacía. Takaaki tenía que sujetarla para no caer.
-Oye –dice con pesadez, tomando los hombros de Takaaki –Me siento muy mal.
-Miyako quieres…
-Takaaki baila conmigo –aparece Erika jalando al chico al otro lado de la pista y dejando a Miyako sola.
-¿Takaaki? –pregunta por qué todo se volvía muy borroso y no podía ver al chico a donde se dirigía. Siente unas manos en su cintura sobresaltándola voltea encontrándose a un chico de cabellera blanca y de ojos negros.
-¿Bailamos bonita? –le dice en el oído en un intento de coquetear, al parecer, acercándola a él, pero solo provoco más náuseas, asustándola.
Miyako le sonríe forzosamente y retira las manos de su cintura dice un "no gracias" algo arrastrada y sale casi corriendo de él. Se adentra a la pista buscando a su acompañante, recibiendo pisadas, se alza de puntillas y poder encontrarlo, casi cayéndose en el proceso.
-Allí esta –piensa emocionada al identificar el cabello azul de Erika, camina hacia ellos, recibiendo quejas de los demás, ya que en ocasiones sin quererlo los empujaba por su torpeza. Iba a llamarlos, ha ambos, a Erika y Takaaki.
Bailar y divertirse con ellos si era posible.
Se detiene al ver la escena enfrente de sus ojos Takaaki y Erika se besaban casi atragantándose al uno al otro, siente que su vista comienza a verse aún más borrosa por las lágrimas que se acumulaban en sus ojos, parpadea en un intento de evitar que cayeran, retrocede, dolida. No queriendo ver la escena que la lastimaba y correr a lado contrario.
Era estúpido sentirse de esa manera, pero Miyako no podía evitarlo, se sentía demasiado triste y mal, donde sus ilusiones de estar con el chico que le gusta se destrozaban completamente, como cualquier adolescente de su edad lo estaría.
-Boba, boba, boba –se repite en su mente dejando de correr tallando sus ojos y quitar algunas lágrimas que se habían deslizado en sus mejillas, ¿por qué creyó que Takaaki la vería como ella a él? Es decir, Erika era diez veces mejor que ella. No lo culpaba por preferirla a ella.
Además era demasiado sosa.
Decide ignorar sus pensamientos, ya que sentía que se le oprimía el pecho. Alza la vista con tal de buscar su mesa, tenía la intención de esperarlos y pedir que la regresaran a casa, fue una mala idea haber venido.
Pero…
¿En dónde estaba?
Parecía estar en otra habitación donde no encontraba su mesa, ni a sus compañeros, solo veía gente bailando casi asfixiándola en lo pegada que estaba de ella. Camina, pero un empujón hace que se desequilibre chocando con una chica, provocando que la pisen con su tacón de aguja, retrocede chocando con otra persona.
-Perdón, lo siento –dice tratando de esquivarlos, pero en cada paso sentía que caería, se toma de la cabeza como si esto lo resolvería, siente un fuerte golpe en su hombro desequilibrándola de nuevo y camina hacia adelante para recuperar su equilibrio, terminando en chocar con algo duro, pero suave a la vez, se aferra en ello para evitar caerse, respira donde el olor de hombre llega a su nariz, un olor que le agrado, unas manos toman sus hombros haciendo que levante la mirada notando que se estaba aferrando en el pecho de un hombre, se sonroja alejando sus manos.
-Lo siento yo… -levanta más su mirada, donde unos ojos azules oscuros, (zafiro los podía comparar) que reflejaban las luces del lugar haciéndolos brillar, y escureciendo las pestañas rubias, de bajo de sus ojos una pecas adornaban las mejillas de ese chico por lo que podía alcanzar a ver, de cabello rubio igual de claro como el suyo, ¿Acaso era un príncipe? –Yo… -se queda muda.
-Descuida no hay problema –dice el chico sonriéndole, Miyako se sonroja.
Abre la boca queriendo excusarse con algo, pero el mareo vuelve y mucho más fuerte, sentía el vómito subir por su garganta, lo empuja levemente y corre un poco lejos de él y terminar vomitando en la esquina del lugar, provocándole más arcadas. Siente como apartan su cabello, rozando su cuello.
-Creo que bebiste de más –dice aquel desconocido quien sujetaba su cabello –No eres muy tolerante al parecer.
Miyako ya más calmada, levanta su rostro tapando su boca con su mano. –No suelo tomar alcohol. –dice sin poder mirarlo a los ojos sintiéndose avergonzada.
-¿Vienes sola? –pregunta el chico llevándola a una mesa y tomar una servilleta para que pudiera limpiarse.
-Gracias –dice Miyako limpiándose la boca, su garganta estaba seca y sentía que arrastraba las palabras –No, vengo con unos compañeros de clase, pero no los veo. Creo que me perdí.
Miyako podía adivinar los pensamientos del chico, y lo posiblemente ridícula que se veía. De seguro tenía los ojos enrojecidos, las mejillas sonrojadas por el reciente esfuerzo de hace rato. Mira sus zapatos donde tenían una mancha de su vomito. Hace una mueca de asco.
Se levanta –Tengo que buscarlos –intenta caminar, pero casi cae en el proceso, el chico de nuevo la sujeta antes de que pase.
-Te acompaño.
-No es…
-Apenas puedes sostenerte –dice él. Miyako baja la mirada –Te llevare con ellos.
.
.
.
Brick mira el reloj impaciente ¿A qué hora piensa su hermana regresar? Ya era la una y media, y ella no aparecía. Camina en círculos dentro del cuarto de juegos.
-Sí, sigues haciendo eso, harás un hoyo –dice Butch jugando en su videojuego, ya que ninguno podía dormir, decidieron de forma no dicha estar en esa sala. –Estará bien créeme.
-No debí dejarla, es tu culpa en detenerme.
-Estoy de acuerdo con la nana –Brick lo mira con el ceño fruncido –Eres demasiado sobreprotector, no eres su padre.
-El verdadero ni siquiera la mira dos veces –Butch deja de apretar los botones algo serio –Yo me encargare de ella.
-Como quieras –Dice el mediano regresando a su juego, Brick rueda los ojos, sabiendo que su hermano no lo admitiría, pero también estaba igual de preocupado que él. Se sienta en una de la Puff del lugar.
Su padre era un tema delicado para los tres hermanos, no lo veían mucho ya que siempre está de viaje de negocios y su madre era su represéntate en el país, pero cuando él regresaba, lo primero que hacía era en meterse en su estudio y no salía de allí, más que a comer y dormir, los dos mayores Him lo prefieren lejos que tenerlo cerca, pero Miyako trataba hablar con él siendo ignorada y callada fríamente, haciéndola sentir rechazada. Brick odia a su padre y no trata de disimularlo.
Hasta los ricos tienen problemas
.
.
.
-No entiendo, estaban aquí –dice Miyako, ambos viendo la mesa vacía donde el dinero está encima de esta, haciendo entender que se había marchado sin ella.
-Tal vez pensaron que te fuiste.
Miyako sonríe tristemente, es obvio que la dejaron en ese lugar ¿Cómo regresaría a casa? Se preguntaba, donde el miedo la invadía, busca su teléfono dándose cuenta que lo había dejado en el auto de Takaaki, se golpea mentalmente ante lo estúpida que era. Respira y mira de reojo al chico, buscando una manera de llegar a su casa, no podía pedirle a un extraño que la llevara, no lo conocía, pero quedarse tampoco era una opción. Las ganas de llorar la invadían de nuevo impidiéndole pensar con claridad, su hermano tenía razón aún era pequeña para esto, se sentía mareada y no podía caminar sin tambalearse, la abandonaron y estaba demasiado lejos su hogar para caminar.
¡Ni siquiera sabía muy bien el cómo llegar!
-Maldición –maldice por primera vez en su vida, secando sus mejillas de algunas lágrimas traicioneras –No debí venir, me siento mal, tan rechazada ¡Odio las fiestas! Esta ni siquiera es una fiesta, solo es una…basura –oculta su rostro entre sus manos sentándose, tratando de evitar de sollozar –Solo quiero irme a casa.
Siente al chico sentarse a su lado, Miyako pensaba el por qué no la abandonaba igual que los demás. Era ridícula, era más que evidente que lo era. Ahora llorando desconsolada.
Alcanza a escuchar su suspiro –Puedo llevarte.
-No te conozco –dice – No sé si eres un asesino en serie o un violador que trafica mujeres –descubre su cara al notar sus palabras – ¡Eres un violador! –lo señala alejándose asustada.
-¡¿Qué?! ¡No! –Mueve sus manos negando la cabeza -¿Qué cosas dices? ¡Yo no soy violador!
-Lo prometes –murmura alzando su meñique, no sabía lo que hacía. Hacia lo que su mente pensaba… ¿o era instinto? –Por la garrita.
El rubio arque la ceja algo dudoso, cruza su meñique con la de ella –Lo prometo –Miyako sonríe, o fingía hacerlo. – ¿Entonces te llevo?
-Si…
-Espérame aquí –dice el muchacho levantándose de lugar –No te muevas de aquí, no sería seguro.
Miyako vuelve a sentir. Viendo como el chico se alejaba. Se levanta, no era tan tonta para caer, sabia con seguridad que debía llegar a su casa por su cuenta. Y ese chico aunque tenía la mirada amable, y linda. No garantizaba nada. Como puede, intenta llegar a la salida. Rogando en llegar a salvo a su casa.
.
.
.
Boomer busco a Randy por donde imagino que estaría, cuando al fin pudo visualizarlo, noto como le pasaba una bolsa pequeña del tamaño de su mano, a una chica que se veía más joven que ellos. Randy lo nota, cambiando su sonrisa a una mueca, Boomer decide ignorar lo que vio. –Necesito tu auto.
-¿Perdón?
-Que me des tus llaves.
-¿Alguna razón para darte mi apreciado tesoro?
-Necesito llevar a alguien.
-Vaya, vaya, pero sí el rubio se buscó algo de diversión al final –dice con esa sonrisa de lado.
-No es lo que piensas.
-Si claro –saca las llaves de su bolsillo –Tienes suerte de que vendrán por mí. Me debes una.
-Mejor agradece que no diga nada –dice arrebatándole las llaves. –Solo es una niña.
Randy rueda los ojos –Yo solo traigo pedidos –aclara sin más –Ningún rasguño o si no...
-Sí, sí, lo pagare.
Ambos hombres se alejan. Boomer intenta no sentirse tan mal, yendo con uno de los mesero del antro, indicándole que algunas mesas parecían llevar producto fuera del establecimiento, después vuelve con aquella chica de piel blanca delicada y de hermoso rostro, admite que su cabello rubio suelto le caí a cascadas de un amarillo brillante, era como un pequeño ángel. Había llegado a esa conclusión, pero no se permitió pensarlo más. Preguntándose el cómo alguien con ese rostro, estuviera ebria y en este lugar tan… inseguro. Sera mejor llevarla a su casa antes de que otra cosa sucediera.
Pero claro, la chica había desaparecido.
-¿Dónde está? –mira su alrededor buscando una cabellera amarillo brillante como el oro, la encuentra tambaleándose dirigiéndose hacia la salida ¿Qué está haciendo? Piensa el chico comenzando a correr para alcanzarla, al notar unos tipos ir tras ella. No tardó en llegar a la salida y la vuelve buscar por todos lados.
-No se acerquen –escucha su voz asustada y va hacia ella.
-¿Qué haces de nuevo tan sola bonita? –decía un chico que se notaba que estaba ebrio, pero su acompañante que era mucho mayor, parecía más perdido.
-Pero que linda –dice su acompañante de rostro repugnante.
-No estoy sola… -La chica estaba temblando, siendo acorralada por esos dos tipos que la veían de una forma que le provoco un nudo en el estómago. –Por favor, aléjense.
-No lo creo linda –uno de los hombres levanta la mano con la intención de tocar su mejilla...
-Aleja tus sucias manos de ella –había sujetado la muñeca del sujeto con fuerza, escondiendo a la chica detrás de su espalada.
-Vamos amigo, lo siento, no sabía que ya estaba ocupada –dice el hombre que tenía sujetado. ¿Ocupada? Pero que mierda… –Ya nos vamos.
Boomer suelta la mano dándole un empujón –Lárguense –dice cortante, los hombres no lo piensan dos veces y se van, voltea a hacia la chica –No es bueno que salga sola y menos en tu estado.
-Ellos iban… -dice aun asustada con un evidente mareo, siendo ligeramente consciente –Dios quiero vomitar.
-Sera mejor irnos.
-Eres un extraño podrías hacerme algo, como ellos lo intentaron hacer –Boomer evita hacer una mueca, tenía un punto. Y aunque el supiera que no le haría nada de eso. Ella tenía motivos para desconfiar.
-No creo que tengas muchas opciones –dice él, algo directo –Hagamos esto, nos presentamos. Rodwy Boomer, y seré tu conductor designado por esta noche –intenta bromear, la chica lo mira aun mareada. Noto como pensaba con rapidez, noto como parecía rendirse al final.
-Him Miyako. –Después de decir su nombre, tapa su boca mientras su cuerpo se arqueaba ligeramente. –Y soy la peor pasajera que te hayas topado.
-Permíteme ponerlo en duda –la peor de su vida ha sido una Momoko y Kaoru ebrias. –Bien Miyako, ¿nos vamos?
Miyako asiente, camina hacia él, pero en un solo paso casi cae al suelo. Boomer vuelve a sujetarla, esta vez de la cintura.
-Me da vueltas todo –dice riendo la chica, al parecer el alcohol decidió desconectar de forma ligera su mente –Todo el mundo da vueltas ¿Por qué yo no?
-Ya se me hacía raro que no hablaras de esa forma.
-Voy a vomitar –Boomer sonríe imaginando la cara de enojo de Randy al ver su lindo auto lleno de vomito.
-Puedes hacerlo dentro del auto.
Miyako lo mira –Eres tan guapo y adorable. Como un príncipe –lo toma de sus mejillas -¿Eres un príncipe?
-Tal vez –la carga tomando sus piernas en sus brazos y llevarla al auto -¿Por cierto dónde vives?
-No tengo ni la mínima idea.
-Bromeas ¿Cierto? –la chica le sonríe inocentemente al chico, ¿en que se metió?
.
.
.
-Estas segura que su hermano vino por ella. –murmura Takaaki mientras dejaba que Erika se pusiera encima de sus piernas.
-Claro Takaaki ¿Alguna vez te he mentido? – Erika le da un largo beso callándolo –Créeme ella estaba un poco pasada de copas, aviso a Ryujii que ya se iba.
-Me hubiera avisado a mí.
-No te preocupes –lo besa –Solo preocúpate en mi –comienza a besar su cuello y alejando cualquier preocupación de él.
.
.
.
Boomer no tuvo otra opción que llevarla al único lugar donde podría ayudarles: el restaurant donde trabaja. Donde espera que Kaoru y Momoko estuvieran aun. Pero que sorpresa se llevó, en tan solo cruzar la puerta, el grito de Momoko junto el ruido de algunos platos romperse ante la sorpresa, y el susto de ver a Miyako en ese estado. Nunca olvidara las palabras de Miyako.
-¡Momoko me encontré a un príncipe! –para que poco después casi vomitara en el piso.
Por suerte ya era tarde y no había clientes en el lugar, ni tampoco su jefe.
Reprime una sonrisa, también recordando los gritos de Momoko cuestionando a la pobre chica que trataba de no vomitar en su rostro, mientras que Kaoru veía todo esto confundida, para luego reaccionar y llevar a la rubia al baño, mirando de reojo a Boomer quien se encoge de hombros. Desde entonces, Miyako no ha dejado de vomitar.
La puerta abrirse llama su atención, mirando a su amiga pelinegra.
-¿Sabes cuánto tomo?
-No, ya estaba así cuando la encontré –dice, Kaoru ríe.
-Pues parece que tomo todo lo que había, tendrá una horrible reseca en la mañana –vuelve a reír -¿De dónde la conocerá Momoko?
-No tengo la mínima idea -dice sirviéndose un vaso de agua. Momoko sale del baño casi pálida como Miyako, uno pensaría por el asco que le dio, al ver a la rubia desechando todo su alimento, pero lo que realmente le preocupaba era la reacción de Brick al ver a su hermana pequeña, la más querida, quien sobreprotege mucho, borracha y que un desconocido la haya traído. Mira a Boomer
-¿Dime como la encontraste?
Boomer le cuenta todo, desde que ella se tropezó con él, como no encontraron a sus compañeros de clase, lo asustada que estaba.
-Se supone que iría a una fiesta de la casa de Takaaki y él se encargaría de ella –murmura Momoko bastante molesta –Demonios ese niño malcriado me matara si llega a enterarse –la pelirroja comienza a dar vueltas a su alrededor, murmuraba cosas que Boomer no entendía del todo. Con algunas maldiciones de promedio. Se detiene al llegar a una duda, mirándolo fijamente, con esa mirada entrecerrada. -¿Cómo es que estabas en ese lugar Boomer?
-Maldición –maldice internamente, mira de reojo a Kaoru quien también la miraba interrogativa, traga saliva, lo matara si sabe que se fue con Randy –Bueno... Lo que sucede es que…
-¿Momoko? –La llama Miyako saliendo del baño, Boomer suspira aliviado -¿Estamos en casa?
-No señorita Miyako –Kaoru y Boomer se miran entre sí.
¿Señorita?
- Solo Miyako, no señorita –gruñe la rubia tocándose la cabeza. Aún estaba afectada –Momoko quiero ir a mi casa –La rubia va hacia Momoko, abrazándola como una niña pequeña refugiándose en los brazos de su madre.
Momoko solo corresponde su abrazo acariciando su cabello en un intento de calmarla.
-Vamos niña deja de llorar, fueron solo algunos tragos –dice Kaoru a su forma poco delicada de ser –Es normal todo eso en la primera borrachera, la segunda te gustara.
-¡Kaoru! –la regaña junto con Momoko.
-¡¿Qué?! ¡Es la verdad! –mira a la chica –Si hubieras ido conmigo, te la habrías pasado bien, ebria, pero bien. Y no el trauma que te generaron ahora.
Momoko mira a Kaoru con su ceño fruncido –Ni se te ocurra Mastubara, Miyako no volverá a salir.
-Por dios Momoko ¿Acaso no confías en mí?
-¿Tengo que contestar eso? Te recuerdo lo que hiciste la última vez.
-¡Te digo que fue culpa de Boomer!
-¡A mí no me metas! ¡Yo no fui quien aposto!
-¡Pero bien que te uniste ¿No?! ¡Rubio pervertido! –Boomer se pone completamente rojo.
-¡Yo no soy…!
-¡CALLENSE! -grita Momoko dejando sorda a Miyako -¡Los dos son unos idiotas cuando toman y hacen variedad de estupideces que luego yo tengo que dar la cara y pagar! ¡Tengo que aguantar las babosadas que provocan!
-¡No te creas un angelito de dios! –dice Kaoru sonriendo con malicia – ¿O te tengo que recordar sobre el mesero?
El rostro de Momoko parecía que estaba compitiendo con su largo cabello pelirrojo.
-¡Ni se te ocurra! ¡Prometiste no mencionarlo!
-¡¿Que, tienes miedo que se enteren que la madura Momoko, se comportó como una niña de secundaria acosando a un mesero solo porque se parecía a un actor famoso?!
-¡Calla…! –la risa de Miyako hace que la repentina discusión se calamara.
-Lo-lo siento –dice tratando de tapar las risas con su boca –Solo que son muy graciosos. –Los tres amigos se sonrojan levemente ante el comentario de la chica. – ¿Cómo te llamas? –dice Miyako a Kaoru.
-Mastubara Kaoru –contesta.
-Un placer Kaoru, soy Him Miyako.
Kaoru hace una ligera mueca como si hubiera captada algo –Así que eres una de las que cuida esta vieja gruñona –Boomer escucha el gruñido bajo de Momoko mientras que Miyako algo confusa, asentía –Ahora entiendo.
-Sera mejor irnos –dice la pelirroja –Gracias Boomer por cuidarla –El rubio solo sonríe sacudiendo su cabello, Miyako lo mira con un pequeño sonrojo.
-Gra-gracias –le dice Miyako, bajando la mirada avergonzada.
-No hay problema –dice el chico también con un pequeño sonrojo que no pasó desapercibido por la pelinegra –Las llevare.
-¿Desde cuando tienes auto?
-Digamos que lo pedí prestado –les dice encogiéndose de hombros, sonriendo con un poco de culpa, las chicas se miran entre sí, sin entender.
Continuaran…
(*) Awamori = es un licor destilado de Ryukyu (la actual Okinawa) hecho de arroz de grano largo y cultivos de fermentación. Con un contenido de alcohol de 25 - 40%. En algunas marcas alcanza el 60%.
(**) Jebisu = Como lo mencione es una marca de cervezas muy conocida y más caras de Japón.
Cuando escribí este capítulo era una niña que no había ido a ningún antro en toda su vida, que creía que eran como las películas acarameladas. Ahora adulta conociendo alguno que otro, puedo garantizar que son los lugares que más insegura una se siente. Miyako tuvo suerte y que sea ficción.
Chicas y chicos, tengan los ojos abiertos estén alertas con lo que toman, vayan con personas que realmente confíen y que saben que no los dejaran solos o solas. No siempre se encontraran una persona amble que se ofrezca a llevarlos a casa, eso no pasa y aunque me gustaría cambiar la forma de conocerse de los rubios. Decidí mantenerla ya que sería un cambio drástico (si fuera cambiado) para la pareja.
La interacción de Randy y Boomer es mucho más cerrada de lo que se lee, y ahora que sé el que rumbo lleva el personaje de Randy en la trama, cambie las escenas de él. Para más congruencia.
Última edición: 07/12/20.
