Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece, solo la trama.
¿Nana?
Capítulo 6
Hay pocas cosas o pocos recuerdos donde Miyako los atesora en el fondo de su corazón, donde la mayoría de ellos los comparte con sus hermanos, y muy pocos con personas que no era su familia. Siempre ha sido una niña feliz, soñadora y tan inocente siendo un poco (para no decir mucho) fácil de manipular, desde su niñez su mayor defecto fue en confiar mucho en la gente, y teniendo tan mala suerte de ser siempre rodeada de persona interesada y egoístas, que aprovechaban su debilidad. Llego un momento que Miyako odio su apellido, se aguantó varias veces las ganas de llorar solo para no preocupar a sus dos hermanos mayores, siempre sonriendo aparentando estar bien, cuando sus ojos decían otra cosa. Era muy buena en eso, o eso se decía, lograba que ni Brick, ni Butch se enteren de su tristeza.
No solo era tener confianza a ciegas, sino también en ser popular con el sexo opuesto creaba la envidia de sus compañeras, siendo tan celosas diciendo rumores que no tenían nada que ver con ella. Por suerte Brick se enteró de esos rumores, importándole muy poco que sean mujeres, las amenazo a su manera, con su mirada roja penetrante o eso pensaba ya que el chico nunca quiso decirle como lo hizo. Ya nadie molesto a la hermana pequeña de los Him de nuevo. Pero claro ahora ninguna de sus compañeras se le acercaba.
Pero ahora.
Tenía una sonrisa tan grande que sabría que le dolería las mejillas por tanto sonreír, ni siquiera la mirada molesta de su hermano podía quitarla de su rostro, o que Momoko lo regañe por lo mal que conducía.
-¡Deje de ver a su hermana por el retrovisor y mire al frente! –Brick deja salir un gruñido, Miyako adivina que su hermano pensaba que Momoko era muy molesta como copiloto. Sonrió aún más por eso. –No sé cómo consiguió el permiso de conducir.
-El dinero Momoko siempre lo resuelve todo –dice Butch sobándose la mejilla, Miyako ríe.
-Sí, me lo imagino –Murmura Momoko mirando de reojo a Brick quien fruncía el ceño ante las quejas de su forma de conducir, Momoko sonríe levemente.
-Momoko –Miyako la llama haciendo que se voltee -¿Crees que estén bien que Boomer y Kaoru se fueran por su parte?
-No te preocupes Miyako, ellos viven cerca del local –Miyako asiente, tomando un papel arrugado de su bolsillo y mirar los dos nuevos números de celular que agregaría en sus contactos cuando recupere su celular, definitivamente este día lo atesoraría. –Miyako –la chica mira a su nana… a su amiga –Me alegro verte tan contenta.
Miyako nota las tres miradas a su persona, pudo ver por el retrovisor como Brick suspiraba resignado. Al ver a Butch, este solo le dedica su sonrisa coqueta de todos los días.
-Y usted me debe una explicación –Miyako regresa la mirada a Momoko que observaba a su hermano Butch con el ceño fruncido, aunque sus ojos mostraban preocupación -¿Cómo tuvo ese moretón en la mejilla? –Butch maldice murmurando algo como "Había destrozado su bello rostro" -¿Se metió en una pelea?
-¿Qué le importa?
-Me importa, porque soy su nana –Momoko relaja su expresión mostrando esa mirada maternal, Miyako vio cómo su hermano desvía la mirada incomodo, mientras ella se preguntaba el ¿Cómo podía pasar de una emoción a otra? –Miyako cuando lleguemos busca una pomada para tu hermano –Miyako asiente, Momoko le sonríe regresando su mirada al frente. –Está en alto, baje la velocidad –le indica a Brick, quien decide ignorarla, aumentando la velocidad. Miyako mira de nuevo a su hermano mayor, notando aquella mirada. Suspira compartiendo un mensaje no dicho con Butch, quien entiende, acomodándose en su asiento con esa sonrisa maliciosa. Ella también sonríe, porque al final era una Him, y también suele compartir la palabra de diversión de sus hermanos -¡Señorito Him! ¡Baje la…! –Brick aumenta la velocidad de un golpe, Momoko cierra los ojos asustada dejando salir un grito, Miyako también cierra los ojos, solo escuchando el chirrido de varios autos frenando de golpe y el claxon de ellos con los gritos nada agradables de los conductores.
No era la primera vez que Brick hiciera eso, algunas veces lo llegaba a hacer, era bueno con su auto, e ir con esa velocidad era emocionante para los tres. Admite que era una acción irresponsable.
Pero era divertido.
-¡Usted está demente, pudimos morir!
-Seguimos vivos, no se queje.
-¡Un mono manejaría mejor que usted! –Momoko estaba realmente asustada. Miyako evita su risa para no aumentar el malestar de su amiga. Brick da una vuelta a la derecha (un poco brusco) llegando al portón de la mansión.
-Entonces para la próxima le pide a un mono que la lleve –estaciona su auto, en el pequeño estacionamiento de la casa, y después apagar el motor –Y deje de gritar –Dice con tono aburrido mientras salía del coche. Momoko se desabrocha el cinturón de seguridad y sale del auto dando un portazo. Miyako parpadea ante la vibración de la ventanas –Tenga cuidado –dice entre dientes su hermano mientras ella salía del auto, Momoko entrecierra los ojos molesta tomando la puerta trasera (donde Butch salía en ella) y da un portazo aún más fuerte que el anterior, Brick parecía sufrir un tic en el ojo siendo causado por el enojo que sentía hacia la enana que teína como nana. –Es una infantil.
-¡Y usted un idiota!
-¡Gritona!
-¡Engreído!
-¡Enana insoportable!
-¡Riquillo malcriado!
Miyako miraba la escena de su hermano y amiga divertida, había algo que se la hacía interesante, Brick difícilmente perdía los estribos con alguien, solo cuando se trataba de su padre, pero Momoko lo lograba con gran facilidad, no sabía si eso era bueno o no. Miyako se aclara la garganta, con intención de llamar su atención, pero los pelirrojos seguían gritándose insultos. Toma la mano de Momoko haciendo que la chica centre su atención en ella, su expresión se relaja.
-Momoko hay que curar a mi hermano –la pelirroja se sonroja levemente haciendo una mueca.
-Sí, vamos –Murmura lanzando una mirada molesta a Brick mientras se dirigía hacia la puerta, en el camino toma la mano de Butch (que había permanecido callado divirtiéndose con la escena que hacia los pelirrojos) y jalarlo dentro de la casa. Brick cierra los ojos fastidiado al escuchar el portazo que da Momoko al entrar.
¿Qué tiene encontrar de las puertas?
-Me tiene hasta la…
-Hermano –dice Miyako no permitiéndole que termine su oración. –No digas palabrotas.
Brick deja salir un bufido.
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Momoko guarda la pomada dentro del botiquín, mientras que Butch sentía aun el golpe en su mejilla.
-¿Me dirá que le paso? –con voz calmada pregunta Momoko, Butch la mira de reojo por un momento.
-Solo fue una pelea –Miente Butch, por que no deseaba confesar el autor del golpe. -¿Le dirás a mi madre?
Observa a Momoko pensar por un momento para luego negar con la cabeza –No diré nada si no pregunta, debe tener cuidado que no note su herida.
-Puedes dejar de hablarme con usted –Momoko ladea la cabeza con clara muestra de estar confundida –Es extraño que me trates con formalidad, somos casi de la misma edad.
-Bueno… Tratare –un largo silencio se extiendo entre los dos, Momoko abre sus ojos recordando algo –Seño… digo Butch.
-¿Qué?
-Cuando estás jugando en parejas en el Call of Duty, y te dicen que debes cuidar las espaldas ¿Qué significa? –Butch arque la ceja algo confundido para luego contestar con toda sabiduría.
-Depende, por ejemplo, si tienes un arma de francotirador, debes quedarte en tu posición y desde las alturas proteger a tu compañero.
-Maldita sea –exclama con voz alta Momoko, sobresaltando al moreno -¡Ahora tengo que disculparme! ¡Yo que iba a pensar que era así!
-¿De qué demonios hablas?
Momoko sigue parloteando de las posibles humillaciones que iba a pedir su amiga ¿Kaoru?, se pregunta Butch mirando a su nana ir de un lado a otro, poco después Momoko se detiene y mira Butch por unos segundos, sus ojos brillan de repente de la emoción, como si hubiera encontrado su esperanza.
-Tú sabes cómo jugar ¿no?, ¿Al Call of Duty? –Butch asiente -¡Tú eres mi salvación! ¡Oh por favor! dime que puedes enseñarme.
Momoko junta sus manos, acercándose al muchacho. Butch desvía la mirada algo incómodo, esa mirada suplicante era igual que la de Miyako cuando le pedía de niños que jugara con ella. Era la primera vez que veía a esa chica comportarse como una… adolescente, como debía comportarse la mayoría del tiempo. Y no de esa forma estirada.
Momoko vuelve a pedir un "por favor", Butch suelta un bufido.
Malditas caras.
-De acuerdo –Momoko grita un "gracias", saltando en su sitio. –Pero a cambio de algo.
Momoko detiene su emoción mirando al pelinegro -¿Cuál?
-Mañana habrá una fiesta de una amiga, necesito que me cubras de mi madre –Momoko lo mira mal por un momento, bufa haciendo que su fleco se eleve en el aire por unos segundos y luego mirarlo divertida.
-Bueno solo no venga ebrio, lo sabré si llega de esa forma –dice con una sonrisa cómplice.
Le gustaba esa actitud de su nana.
-Trato –como si fuera un negocio importante, estrechan sus manos cerrando el trato de los dos.
La puerta se abre dejando entrar a la pequeña de la familia, miraba a Momoko con algo de seriedad.
Algo muy extraño, tratándose de su hermana.
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-Momoko ¿Podemos hablar? –dice con ese tono de voz calmada, Momoko aprieta un poco sus manos al sentirse nerviosa, tenía la esperanza de que Miyako olvidara de aquella conversación con Randy. Asiente.
-¿Comenzamos mañana en la tarde? –pregunta la pelirroja, Butch asiente.
Las dos chicas salen de la habitación del moreno y dirigirse a la habitación de la rubia, Momoko no puede evitar tragar saliva cuando Miyako cierra la puerta y mirarla con seriedad, no era igual de intimidante que su hermano, pero aun así los rasgos Him la hacía ver más madura.
-Ahora... –Comienza Miyako -¿Puedes decirme a que se refería ese chico con esa deuda?
-Pues… -duda, mueve sus manos hacia su largo cabello y jugar con él, evitando la mirada azul de su ahora amiga –Es….
-Momoko –la nombra con dulzura en su voz, Miyako toma sus manos haciendo que la mire -Somos amigas ¿Verdad? –Momoko asiente –Y te seré honesta no sé cómo es, por completo la amistad, pero sé que un amigo, un verdadero amigo no te da la espalda y te ayuda en lo que sea. No te abandona. –Momoko ladea la cabeza, algo le decía que Miyako lo decía por algo. –Y yo quiero ayudarte y saber qué es lo que pasa.
Momoko suelta un suspiro sentándose en la cama de su amiga, acomoda sus ideas y poder contarle a Miyako todo lo que le sucede en su vida. O por lo menos una parte.
-Te lo contare –dice al fin –Pero no le digas a nada a tu madre, ni a tus hermanos. Esto es privado, no puede enterarse más gente –Miyako asiente, se sienta a su lado y esperar, Momoko suelta un suspiro –Debes saber primero que… que soy huérfana desde que tengo memoria, no conocí a mis padres y no tengo ninguna foto de ellos, así que no sé cómo son realmente. Murieron en un accidente aunque tampoco sé muy bien la historia. Solo que era una bebe para recordarlo. –Miyako no puede evitar mirarla con sorpresa –La única familia que tengo es mi tía Yuki, sin ella, estaría completamente sola. Mi tía siempre tuvo problemas con el dinero…. –Momoko desvía los ojos –Y con otras cosas, y se complicaron más cuando tuvo que encargarse de mí… y para disminuir la carga, a los doce tuve que comenzar a trabajar.
-¿No eras muy joven? Quiero decir, normalmente no aceptan menores de edad –interrumpe Miyako.
-Si bueno, pude arreglármelas –dice con una sonrisa desviando el tema en ese asunto –En fin a esa edad, me puede enterar de esas otras cosas, que mi tía estaba metida en problemas.
-¿Qué eran?
-Era… deberle una gran cantidad de dinero a un Yakuza, y no estamos hablando de mil si no casi 300 mil yenes –Momoko se levanta de sopetón, sintiendo el poco rencor, dejando que su boca hable sin parar –Y todo por… -deja salir un gruñido de frustración –mi tía fue una adolescente estúpida, y tal vez siga siendo algo estúpida, pero no puedo dejarla sola, es mi única familia de mi sangre, la única que tiene mi mismo apellido. Sin ella, estaría con otras personas que tal vez sean horribles y tengan problemas mayores. Le debo mucho, pudo cuidarme y ser casi una madre para mí, tal vez no pudo darme algunos lujos, pero pudo darme un techo, comida, educación y sobre todo amor. Y deseo… quiero ayudarla con este problema, pero cada vez que estoy a punto de resolverlo, de nuevo tenemos esa maldita deuda, de nuevo estamos atadas a ese tipo, siempre ha sido así, parece que nunca tiene fin. Y ahora todo se puso aun peor, amenazan en matarnos (no es la primera vez) y si no le pago en un mes… Estoy algo desesperada.
-¿Y por qué no llamas a la policía? –Momoko la mira dándole una sonrisa débil, ojala fuera tan fácil –Ellos pueden encargarse, lo que estás metida es horrible, podemos hablar con mi madre….
-Miyako, ya lo intente una vez – Momoko alza su mano retirando su manga, (no le gustaba mucho usar las playeras cortas) y descubrir hasta la parte del codo, mostrando una cicatriz que marcaba de forma vertical toda la mitad del antebrazo hasta el final del codo, Miyako de nuevo se muestra sorprendida con una ligera mueca de miedo, Momoko vuelve a ocultar su cicatriz–Lo intente con Randy, con el chico que estaba hablando en Gamvers, lo intentamos los cuatro, Boomer y Kaoru me ayudaron, pero él… Randy, me traiciono. Esta cicatriz es una clara advertencia de que, con él, no se juega.
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La rubia desvía su vista de su amiga sintiendo molestia ¿Cómo podía ayudarla? En lo que estaba metida no era para tomarlo a la ligera, la idea de pedirle dinero a su madre está descartada ¿Cómo decirle sin meter en problemas a Momoko? ¿Cómo sacar dinero sin que su madre hiciera preguntas?, mira su cuarto pensando en cómo solucionarlo, mira su closet cuando un idea le surge de su mente.
¿Por qué no? Al fin acabo la mayoría no lo usa.
-Y si… ¿Vendemos mis cosas? –Momoko alza la vista sorprendida por lo que dijo Miyako y mirarla como si fuera un alíen.
-¿Qué?
-Que si vendemos mis cosas –Miyako abre su closet inmenso, lleno de vestidos y ropa que algunos ha diseñado y otros que le han regalado. Miyako sabía cuánto costaba la tela que usaba, cuanto costaba los vestidos que no fueron hechos por su mano. –La mayoría es de tela fina y muy cara podemos venderlo a tiendas o a personas que puedan cómpralo, no he usado la mayoría así que están como nuevas. –Se queda callada de nuevo, teniendo otra idea -¿Y si ponemos una tienda de ropa improvisada? Puedo crearte más vestidos, se hacerlo, tengo algunos en proceso. Kaoru puede ayudarnos hablando con sus amigos, o Boomer que nos ayude trasportarlos, tal vez Butch puede hablar con varias de sus amigas, lo ponemos en el patio de mi casa o el otro terreno que tiene mi padre, o tal vez…
-¡Miyako! –La calla Momoko regresándola a la realidad –No es tan sencillo, no podría aceptar que vendas tus cosas por mí, no es correcto y siento que te debería demasiado.
-Quiero ayudarte Momoko – dice con dulzura tomando sus vestidos que nunca había usado, se dio cuenta que solo los había hecho por simple placer. –Y realmente tengo con que hacerlo, podemos conseguir el dinero de la deuda, con la gente que me relaciono (o mi hermano más bien) tiene con qué pagar, te sorprenderías como gastan el dinero por cualquier cosa bonita. –Momoko mira los 30 vestidos que guardaba ese armario, Miyako también observa su closet afirmando que era demasiado grande, Brick había propuesto agrandarlo cuando comenzó a diseñar, y su madre hacia redecoraciones.
-Miyako –trata de detenerla Momoko, pero la rubia le lanza una mirada muy característica de los Him haciendo que Momoko se quede muda.
-No me importa lo que vayas a decir –Dice Miyako sonando demasiado seria, no solía usarla. –Te ayudare, no importa si no estás de acuerdo.
-Pero apenas me conoces –insiste Momoko -¿Por qué me ayudarías? Qué tal si finjo y solo trato de sacarte dinero.
-Tú no eres así.
-¿Cómo puedes asegurarlo?
-Solo lo sé.
-No deberías ser tan confiada Miyako.
-Si no debería –Miyako se encoje de hombros, mostrando una sonrisa un tanto triste –Un gran defecto mío… que tal vez nunca cambiaria. –Toma el teléfono de su habitación, saca de su bolsillo el pequeño papel que no había soltado y comienza marcar. Espera cuando la otra línea contesta –Hola Boomer, soy yo Miyako.
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Momoko mira a Miyako platicar con Boomer por el teléfono de la habitación. Con los sentimientos contrariados en su interior, ella no quería que ese plan se hiciera, es decir, estaba poniendo a Miyako de alguna forma no tan directa al mundo que a Momoko le obligaron vivir. El plan sonaba muy fantasiosa, demasiado fácil. Pero decidió mantener la boca cerrada, Miyako había sacado un carácter terco que no se notaba con su personalidad tan dulce, Miyako lo haría con su permiso o no.
Momoko suspira, cansada.
Muy cansada.
Pero ligeramente, esperanzada.
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Boomer cuelga el teléfono, metido en sus pensamientos, frunce ligeramente el ceño para luego deshacerlo y sonreír de forma tranquila.
-¿Qué significa esa sonrisa? –Boomer mira a su amiga pelinegra quien tenía una sonrisa burlona – ¿Acaso era Miyako?
Boomer se sonroja desviando la mirada –Si era ella –Kaoru levanta una ceja preguntando con eso: ¿Qué quería? –Me contaba de un plan para ayudar a Momoko sobre su deuda.
-¿Se enteró? –Boomer asiente -¿Cómo?
-Escucho a Randy hablar de la deuda. Tal vez Momoko le conto lo demás.
-¿Y cuál era su plan?
-Quiere vender sus cosas –Se sienta junto a Kaoru, mirando la pantalla donde el futbol americano se apreciaba en ella –Hacer una pequeña tienda improvisada en el jardín de su casa, quiere que la ayude en transportar las cosas, y que también hablemos con persona que les interese… de preferencia chicas.
Kaoru pone los ojos en blanco –Mis únicas amigas es la pelirroja mandona y la inocente de Miyako –Boomer no puede evitar sonreír, al escuchar la palabra amiga con el nombre de Miyako. –Y no creo que los idiotas que tengo de amigos quieran ver ropa de chica.
-¿Qué tal tu cuñada? –Kaoru entrecierra los ojos, mirando al rubio de una manera nada agradable – ¡Oh, vamos Kaoru! ¿Por qué no la aceptas?
-Es una niña malcriada, odiosa y cada vez que platico con ella noto su cara de asco hacia mí –la pelinegra se muerde el labio evitando un bufido de disgusto –Una niña rica sacada de una película mala, la cliché de siempre.
-Miyako es igual de rica...
-No es lo mismo, ella es diferente.
-… Tienes razón.
Quedan en silencio, siendo el único sonido el narrado del partido, Kaoru estira sus brazos dando un gran bostezo.
-¿Y bien?
-¿Qué?
-¿No me darás más detalles del plan? –Dice Kaoru –Al fin alguien se le ocurre un plan para ayudar a Momoko después de aquel estúpido día… debemos dar nuestro mejor esfuerzo.
-Sabes el por qué nos rendimos –Kaoru aprieta los dientes, Boomer podía escucharlos rechinar –Momoko casi muere… Los tres.
-Sí, lo sé –Kaoru apaga la tele –Si Randy no hubiera…
La mano de Boomer en su cabeza impide que acabe su oración, Kaoru endurece su mirada para luego relajarla, Boomer sabía que a la chica le molestaba a veces la forma absurda que tenía de tranquilizarla, sabía que le hacía sentir a veces como un animal salvaje que con una caricia de su dueño, era la forma adecuada de tranquilizarla. Deja salir un suspiro.
-Lo siento. –murmura Kaoru.
-Es pasado. Debes recordarlo.
Pasado.
Pero seguía en el recuerdo de los dos, aquel día donde una Momoko lastimada, con moretones en su cuerpo, con ligeras cortadas en su torso, con la más escandalosa que era la de su codo que le dejaría una cicatriz en la actualidad, le invadía en la mente de los dos, así aprendieron que con un criminal de verdad, con un Yakuza.
No es para tomarse de juego.
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-¿Para qué lo quieres hacer? –Keane miraba a su hija dudosa, Miyako sabía que su madre, después de un largo rato de trabajo, hablando con empresarios importantes, juntas interminables, y tener esa sonrisa de confianza pero al mismo tiempo con madurez, hasta que se le entumieran las mejillas. Su único anhelo era llegar a su casa ordenar un poco de café, darse un baño e ir directo a la cama. Pero su adorada hija, la única mujer, la más pequeña comienza hablarle de una idea única, para según, comenzar su negocio en el mundo de la moda -¿Y por qué en mi jardín?
-Por favor mamá solo será por una semanas para darme una idea sobre este asunto, sabes que mi sueño es ser una gran diseñadora.
-Mi niña sabes que puedo llevarte con una diseñadora –Miyako se muerde el labio, a veces el tema de mentirle era difícil –O incluso puedo pedirte un trabajo de medio tiempo en…
-No, yo… quiero hacerlo sola –sentía que sus manos comenzaban a sudar –Quiero hacer mi propia línea, ser independiente en eso.
Keane deja salir un suspiro mientras se daba un pequeño masaje en la sien –De acuerdo, pero si quieres hacerlo sola tendrás que ingeniártelas sola
-¡Gracias mamá! –Miyako abraza a su madre dándole un beso en la mejilla, Momoko (que ha estado presente en toda la plática sin emitir ninguna sola palabra) deja salir un suspiro resignada.
Keane le sonríe a su hija y luego mirar a Momoko –Podrías asegúrate que no haga ningún desastre en mi jardín.
-Por supuesto señora Keane.
La dueña de la casa deja salir un bostezo –Me iré a dormir –le da un beso a su hija en la frente e irse a las escaleras, desapareciendo en ellas.
-¿Ves? Te dije que sería fácil –Momoko le sonríe, para luego tomar su chamarra.
-Bueno… mañana comenzamos, tengo que ir a trabajar –Miyako asiente mirando el atuendo de mesera que tenía puesto Momoko, era una playera sencilla de manga corta, algo ajustado marcando su figura de mujer, una falda café que le llegaba arriba de las rodillas, con una botas del mismo color, una placa plateada estaba situado en el lado derecho de su pecho con su nombre escrito en ella.
-Bien por lo tanto estaré revisando el jardín, tengo que saber qué tipo de mobiliario usare para la ropa, tengo que checar los catálogos que usa mi madre para sus fiestas para la empresa que suele hacer aquí –Miyako comienza a sujetarse su cabello en una cola de caballo dejando al descubierto su frente –Y tengo que checar las telas para los próximos diseños, tenemos que tener casi todo listo para que el lunes comencemos.
Momoko parpadea mirando a Miyako -¿Tan pronto? Miyako esto toma tiempo, nos es tan…
Miyako alza una ceja cruzándose de brazos, Momoko por un momento noto el parecido de Miyako con la señora de la casa.
-Creme, se lo que hago. No es la primera vez que miro esos catálogos. –Dice la chica del pelo rubio –Por ahora solo preocúpate en llegar temprano al trabajo.
Momoko la mira confundida para luego ver la hora, maldice entre dientes tomando su bolso y gritar -¡Se me hace tarde! –Miyako ríe ante la escena cómica de su amiga que corría hacia la entrada pasando a todo velocidad a su lado -¡No duermas tarde! –Grita por última vez Momoko cerrando la puerta.
Momoko comenzaba a desenvolverse con más libertad en su casa, eso era muy agradable.
-No prometo nada –murmura Miyako, tomando su laptop y buscar un catálogo sobre muebles o cosas así para estas situaciones, sentándose en el sillón para tres personas.
El dinero no era un problema, aunque su madre haya dicho que tendría que arreglárselas sola, Miyako contaba una cuenta privada al igual que sus hermanos, su madre la había creado para una situación necesaria. Bueno, esto era algo necesario, había considerado la idea de darle el dinero a Momoko con esa cuenta, pero el problema era que aun siendo ella menor de edad el registro de saldo será notificado a su madre. Si ella mira la cantidad de dinero que retiro, sin ningún motivo de compra, querrá explicaciones. Y Momoko fue clara que no debía enterarse.
-¿Qué estás haciendo? –la voz de Butch la sobresalta, mira a su hermano que tenía su pijama puesta.
-Miro un catálogo sobre mobiliarios, planeo hacer una pequeña tienda de ropa en el jardín de la casa
-¿Tienda? –Butch se sienta a lado de su hermana, Miyako asiente -¿Venderás tu ropa?
-La mayoría no lo uso –Miyako suspira –Y es una gran oportunidad para saber si tendré futuro en el mundo de la moda.
Butch sonríe revolviéndole el cabello de su hermana –Aun tienes tiempo para eso –Miyako lo mira sin entender –Tienes algunos años antes de ir a la universidad, para decidir lo que quieres ser.
Miyako sonríe trasmitiendo confianza, era la primera vez que Butch hablaba de ese tema, o que tan solo lo mencionara.
-Desde niña se lo que quiero ser… como tú –Butch le devuelve la sonrisa, como Miyako tenía un don con la aguja, Butch tenía otro, aunque a muchos no lo crean tenía una gran habilidad con lo tecnológica, para él era demasiado fácil utilizarlo, su objetivo era ser diseñador de videojuegos o comunicación de audiovisuales –Bueno al menos nosotros –Butch asiente, donde los dos hermanos pensaban en una misma persona, su hermano mayor, Brick.
Al contrario de ellos que sabían lo que querían dedicarse, a pesar de tener un poco más de tiempo. A Brick solo le quedaba meses para mandar alguna solicitud universitaria y presentarse a los exámenes de ingreso. Los dos hermanos menores desconocen lo que el pelirrojo desea en su vida, siempre ha sido tan reservado con la gente, incluso con ellos, siendo difícil a veces saber qué era lo que pensaba su cabeza.
O que es lo que quiere.
Butch suelta un bufido, relajando sus hombros de nuevo aparentando desinterés de todo lo que le rodea.
-Como sea, espero que funcione tu tienda –se levanta con intención de irse, Miyako puede adivinar que tenía la intención de hablar con Shirogane Miko.
-Butch, necesitare tu ayuda –el pelinegro mira a su hermana arqueando la ceja, Miyako junta sus manos como si estuviera rezando y haciendo una mirada tierna, parpadeando sus ojos que aparentaban inocencia –Necesito que me ayudes a llevar clientes a mi tienda, sé que tú tienes amigas que tal vez les interese.
-Sí, vale, como sea –desvía la mirada –No era necesario esa cara, odio cuando la pones.
-¡Gracias! –de un salto Miyako rodeando el cuello de su hermano con sus brazos (después de alejar la laptop y evitar un posible accidente), dándole un abrazo fuerte y llena de cariño, Butch comienza a quejarse diciendo lo empalagosa que era, ocultando la sonrisa de su rostro y la satisfacción de ayudar a su hermana.
Continuara…
Al fin llegue a la mitad. Los errores ya no son demasiados.
La cicatriz de Momoko me di cuenta que nuca fui muy específica del cómo era, no es tan pequeña como lo emplee en este capítulo. Y es muy significativa.
Última edición: 30/12/20
