Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece, solo la trama.

¿Nana?

Capítulo 7

-Ha este ritmo podremos pagarle mañana –explicaba Momoko con entusiasmo mirando a su tía –Miyako logro que su hermano Butch avisara a sus conocidos que vinieran. De alguna forma la tienda improvisada se volvió conocida en la escuela de Miyako.

Yuki sonríe ligeramente dando un pequeño sorbo a su chocolate caliente, mientras Momoko seguía explicando lo que habían logrado ella con su amiga Miyako. Trata de poner atención, pero era difícil seguirle la corriente a Momoko cuando estaba emocionada, siempre hablaba demasiado rápido donde las palabras se enredaban con otras, y solo podía captar algunas cosas.

Cuando se ponía de esta forma le recordaba a su hermana melliza, la madre de Momoko, siempre comparaba a su sobrina con su hermana, ambas tiene el mismo modo maternal que trata a sus seres queridos, esa sonrisa segura, el mismo tono de cabello, y esos ojos, sus ojos rosas que siempre desprenden alegría haciéndolos brillar. Si se parecían, pero era diferentes, su hermana era tímida e infantil, siempre hacia bromas y se comportaba con una niña pequeña, mientras que Momoko es responsable por que fue obligada y tiene un carácter fuerte, y demasiado madura para su edad. Esa parte suya le recordaba al padre de Momoko, lo recordaba que era algo serio, alguien un poco difícil en lidiar, pero de alguna forma era agradable cuando lo conoces, o eso le decía su hermana en sus días de novia.

Por eso, no fue problema para su hermana, que con su personalidad tan brillante lograra entrar al corazón del hombre, terminando casados y creando una niña que tendría casi todas sus cualidades. Momoko hacia que los recordara todos los días, tan solo al mirarle aquellos ojos rosas.

-¿Tía? –la nombra Momoko haciendo que salga de sus pensamientos.

-Lo siento, estaba recordando –murmura, Momoko asiente mordiendo sus labios después.

-¿Recordabas a mis padres? –Yuki mira de reojo a su sobrina, para después encogerse de hombros sin contestar la pregunta –Nunca me has dicho como eran.

-Nunca preguntaste.

-Sí, si lo hice –dice con ese tono brusco que rara vez emplea, Yuki desvía la mirada deseando que Momoko dejara el tema. –Solo quiero saber cómo eran, solo un poco.

Yuki suspira, negando con la cabeza, no podía, la culpa que sentía desde su muerte no le permitía hablar de ellos, como si no tuviera derecho de pronunciar sus nombres, creía que por su culpa su hermana y cuñado estaba muertos dejando a Momoko sola, jugo con fuego y en vez de quemarse a sí misma, quemo todo lo que amaba.

Jamás pensó que el hiciera eso.

-No puedo Momoko, lo sabes. –la chica asiente, Yuki conocía lo suficiente a su sobrina para saber que estaba evitando hacer una mueca.

-De acuerdo –Yuki pellizca la mejilla de la joven y luego hacerle coquillas en la parte sensible de su cuello, las únicas muestras de cariño que le da desde que era niña, Momoko ríe de forma leve.

-Algún día te contare y te diré todo lo que quieras saber –dice Yuki –Pero ahora no puedo. Dame un poco más de tiempo.

-¿Lo prometes?

-Lo prometo –murmura dudosa, sabe que siempre ha sido algo cruel sobre el pasado de Momoko. Ocultarle o negarle conocer a sus padres fallecidos. Pero las memorias eran dolorosas, no podía recordar, ya no quería hacerlo.

El abrazo de Momoko como siempre la toma de sorpresa, y la tensa. Aunque no lo mostrara, tener los abrazos de su sobrina era… muy buenos.

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-Lo siento por interrumpir –la entrada de Kaoru interrumpe el momento, Momoko se separa de su tía. –pero tenemos que irnos, Miyako acaba de llamar, nos necesita.

Momoko asiente tomando su chocolate y terminarlo en un solo trago, escucha a su tía Yuki regañándola diciendo que se ahogara.

-Te veo el domingo –Momoko le da un sonoro beso en la mejilla e irse con su amiga pelinegra, donde esta hacia un movimiento con su mano despidiéndose de la mujer mayor, Yuki corresponde el saludo.

Momoko no pudo evitar sentir un ligero apretón en su pecho, causa de la culpa que sentía en dejar a su tía sola en el pequeño departamento, suele visitarla los domingos y estar casi toda la tarde con ella. Pero en esta ocasión tuvo el permiso de la señora Keane de visitar a su tía en su hora de comida, ya que al parecer había dado un gran trabajo, después de un mes trabajando como nana. Mañana será un mes desde que comenzó a trabajar como nana de tres adolescentes, un mes donde la deuda será pagada.

Y eso.

Era la mejor parte.

Pronto su problema grande quedara en el olvido, y todo gracias a Miyako. La tienda improvisada que hicieron en el jardín daba resultados. Después del día que Miyako lo sugirió, al día siguiente ya estaba acomodando los mobiliarios y decidir a qué precio ponerle a cada prenda, al igual que Miyako hacia bocetos para crear más prendas, teniendo todo listo el lunes de aquella semana. Realmente ser parte de una familia importante tenía sus beneficios.

-Solo dos días más –murmura sintiendo algo que no había sentido por años. Tranquilidad –Parece algo irreal.

Kaoru asiente dándole un pequeño codazo mientras se dirigían a la entrada del metro.

-Pero es real. Todo gracias a mí.

Momoko arquea la ceja -¿A ti?

-Si –dice Kaoru con una sonrisa en sus labios cruzando sus brazos detrás de su cabeza –Si no fuera por mí nunca tendrías ese trabajo de niñera, nunca habrías conocido a Miyako, al rojito gruñón y el idiota Him.

Momoko rueda los ojos. –O sí, todo gracias a ti.

-¿Estas siendo sarcástica?

-No, como crees –Kaoru bufa haciendo reír a su amiga.

Tal vez tenía algo de razón, pensaba Momoko. Sonríe un poco más recodando el día que comenzaron a vender la ropa de Miyako, fue después de que Momoko llegara de la escuela, Butch había prometido traer a sus amigas, y Miyako había repartido folletos en su escuela al igual que Momoko en la suya con la ayuda de Kaoru. Al comienzo no llegaron muchas chicas, pero poco a poco comenzaron a llegar más, y después de algunas horas llegaron aún más, tanto que necesitaron llamar a Kaoru y Boomer a que ayudaran en atender a los clientes.

Lo gracioso de ese día fue la cara de Butch cuando miro a Kaoru entrar a su casa, que le hablara a su hermana como amigas. Butch tomo a Momoko del brazo haciendo que se escondiera detrás de la ropa, y comenzando hablar en susurros.

-¿Qué hace esa aquí? –dijo mientras la señalaba.

-"Esa" es mi amiga y se llama Kaoru –contesto Momoko, mirándolo curiosa -¿Por qué esa cara de terror?

-¿Terror? –Bufa con molestia –Para nada.

-¿Y cómo la conoces?

Butch había apretado sus labios mientras se tocaba su moretón, respondiendo sin querer a la pregunta de Momoko

-¡Oh por dios! ¿Ella te golpeo? –Momoko se tapa su boca fingiendo horrorizarse cuando realmente quería evitar alguna sonrisa.

-¡Por supuesto que no!

-Eso explica el por qué no contestabas mis preguntas –Momoko mira a su amiga pelinegra que había dejado de hablar con Miyako y ayudaba a una chica a escoger su ropa –No te sientas avergonzado, Kaoru tiene mucha fuerza, sobre todo cuando está enojada. –Momoko había fruncido el ceño al concluir en algo -¿Por qué te pego?

-Dejemos el motivo en misterio… -dice Butch gruñendo, Momoko decidió no insistir, no tenía caso discutir –Solo no abras la boca, tengo una reputación que mantener.

-Eres mi maestro en el Call of Duty –Momoko se encoje de hombros –Y Kaoru es quien deseo derrotar, mi lealtad está contigo –dice fingiendo respeto y dando una inclinación de cabeza –Maestro Butch.

Butch da una mueca, rodando los ojos con algo de diversión.

Después de eso, Kaoru los descubrió, para después regañarla por no hacer su trabajo, cuando su mirada para en Butch lo único que dijo fue: ¿Quién es él? Momoko lo presento como el hermano de Miyako y su maestro que la hará superar por que es igual o mejor de bueno en el Call of Duty, algo que causo gracia a Kaoru. Nadie le gana a Matsubara Kaoru.

-Si eres tan bueno –dice con ese tono de burla, cruzando sus brazos y mirándolo con superioridad –No te importara competir conmigo.

-No me importa –había dicho Butch con su habitual desinterés –Pero no me gustaría hacerte llorar, muñeca.

Momoko literalmente tuvo que sujetar a su amiga, antes de que la otra mejilla de Butch quedara igual de morado. Si hay algo que le cabreara a Kaoru es el hecho de que le llamen muñeca o de cualquier otra forma de ese tipo.

Desde ese día, Butch y Kaoru tiene una especie de competencia, la primera fue Halo(*), cuando la pantalla grande de Butch indicaba un empate entre los dos, dieron un grito al cielo, constantemente competían por cosas tontas y siempre había un empate entre ellos. Y también estaba el hecho que parecía no poder estar tranquilos si no se insultan uno al otro mostrando un odio mutuo.

-¿Qué te hace sonreír así? –Momoko parpadea saliendo de sus pensamientos.

-Solo recordaba –se abren las puertas del tren del metro –Hay que apurarnos.

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-Gracias por su compra -exclama Miyako con una sonrisa, guardando el dinero en la pequeña caja improvisada. –Nos está yendo bien ¿No crees?

Boomer asiente dejándose recargar en el mueble –Mientras no me pidan mi opinión, todo está bien.

Miyako sonríe, notando a sus compañeras de escuela mirando Boomer y susurrar entre ellas, no era difícil saber de qué hablaban, Boomer era un tema de conversación interesante hasta para ella, la diferencia es que ella lo hacía con su muñeco de pulpo, y no con sus amigas.

-Me he preguntado –comienza Boomer de nuevo – ¿Seguirás con este negocio después de la deuda de Momoko?

Miyako se encoje de hombros –No lo he pensado, pero me imagino que no.

-¿Por qué?

-No creo que a mi madre, le agrade la idea de que su casa se convierta por completo una tienda de ropa para adolescentes. –Miyako alza sus ojos al cielo imaginando la cara de su madre, con cara de frustración con el típico tic en el ojo que Brick heredo.

-Ya veo…

-Pero me gustaría seguir trabajando –Boomer la mira con curiosidad recargando sus codos en el mueble y mirarla fijamente, Miyako desvía la mirada sonrojada –Quiero decir, me gusta hacer algo, ser útil, normalmente siempre estoy dibujando o adelantando tarea para distraerme.

-¿Tienes mucho tiempo libre?

Miyako asiente mientras atendía a otra chica que se acercaba con una blusa que ella había diseñado, después de cobrarle y agradecerle, vuelve hablarle a Boomer.

-Puedes buscar empleo, te ayudare si quieres.

-Gracias, pero –Miyako mira de reojo a su casa –No creo que a Brick le guste la idea.

Boomer asiente dando a entender que comprendía, rara vez ha visto a su amigo cerca de su hermano mayor y cuando lo está, la mirada rojiza de Brick parecía clavarse como un cuchillo filoso, Boomer le había confesado que sentía como si miles de escalofríos recorrerle en su cuerpo. Que le daba bastante miedo, y daba su distancia con él. Pero como era igual de masoquista como Momoko (o eso concluyo Miyako después de unos días) el chico pareció acostumbrarse, a tal punto que existen ocasiones que Boomer le habla con confianza a su hermano Brick. Aunque el pelirrojo siga siendo igual de serio y reservado, por lo menos ya no ignora a su amigo cuándo le habla.

-Tal vez, si lo hacemos comprender…

-Es perder el tiempo con algo imposible –Butch da a conocer su presencia, había escuchado parte de la conversación –Brick dirá un montón de cosas sobre su seguridad, y cosas así, que me sé de memoria.

Miyako sonríe ligeramente, le hubiera gustado defender a su hermano mayor, pero era cierto lo que decía Butch. Poco después, Butch y Boomer comienza una plática sobre cosas que Miyako siendo sincera no le interesaba, como el Futbol, Butch era fanático de cualquier deporte y Boomer siendo amigo de Kaoru sabia del tema, no llegaba a ser aficionado, pero le gustaba conversar en esos temas y sobre todo verla por la tele e incluso practicarla, Miyako sabía que su deporte favorito era Basquetbol y que su jugador favorito era Stephen Curry un jugador Estadounidense que jugaba en el equipo de los Warriors, o algo así y que antes de mudarse en Tokio le gustaba jugar con sus amigos en su antiguo hogar.

Parpadea saliendo de sus pensamientos. Sintiendo que sus mejillas se calentaba. Por alguna razón siente vergüenza de saber tanto de Boomer.

-Pensando cosas sucias rubia –Miyako se sobresalta dando un pequeño grito, Kaoru ríe con malicia ante la reacción de la rubia –Tranquila será muy obvio si reaccionas de esa forma.

-Kaoru deja a la inocente Miyako en paz –Momoko la regaña –Ella no es como tú, con esos pensamientos pervertidos.

-Sí, es una niña buena –Kaoru rueda los ojos. Miyako da una mueca sintiéndose ofendida.

-Creo que puedo ser algo… rebelde.

-Lo dudo –comenta Kaoru –La otra vez te sentiste tan mal, solo porque no le regresaste bien el cambio de una chica, casi querías llorar. –Miyako desvía la mirada avergonzada mirando a Boomer de reojo, esperando que no haya escuchado.

-Ya Kaoru, deja la –Momoko rodea con su brazo los hombros de Miyako, aunque por su estatura tuvo que levantar un poco los pies para hacer la acción –La buena conducta de Miyako evita que nos matemos en nuestra discusiones.

Las tres amigas se sonríen con complicidad y diversión.

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Butch miraba a las tres chicas que contaban cosas que no lograba escuchar, sintiendo un poco de alivio, le agradaba ver a su hermana hablando con personas que llama amigos (a pesar que esta la irritable Kaoru-mala-perdedora-Matsubara) y pueda verse un poco más confiada. Esperaba no escucharla más, hablar con su pulpo de peluche como si este estuviera vivo. Vuelve a mirar a Boomer (quien comenzó a llevarse bien desde hace unos días), también observaba a Miyako con una sonrisa tonta, Butch bufa dándole una zape al rubio.

-Deja de mirar a mi hermana pervertido.

-Yo-Yo no la miraba –Dice Boomer sobándose la parte trasera de su cabeza, mientras sentía sus mejillas calentarse -Y no soy un pervertido.

-Si claro, no es lo que me han contado.

-Que fue por culpa de Kaoru.

-Si claro, hare que te creo –Boomer deja salir un suspiro. –Por cierto, Momoko me conto lo que le sucedió a Miyako cuando salió la otra vez. –Boomer se preguntaba si hablaba cuando la encontró borracha o cuando se perdió en el metro –Gracias, por salvarla de ese antro –Butch mira de nuevo a su hermana que estaba atendiendo a otra chica –Es muy torpe para esas cosas.

-No hay de qué.

Los dos chicos vuelven a su antigua conversación de deportes.

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-Momoko, ¿puedes traer más vestidos? hice unos en la noche, están en mi habitación.

Momoko asiente ante la petición de Miyako, camina hacia el otro lado de la mansión y llegar a la puerta principal (Yoko fue muy clara que la puerta trasera estaría cerrada). Hasta que una limosina se estaciona enfrente de la entrada fue lo que llamo su atención, extrañándola, todas la chicas que están haciendo sus compras en la tienda improvisada, venían algunas en grupos y sus autos están estacionados algo alejados de la mansión, Brick había dejado en claro que no quería un auto que no sea de la familia Him estacionado cerca de la entrada.

La puerta del chofer de la limosina se abre, dejando ver un hombre con uniforme del chofer y dar la vuelta con velocidad, abriendo la otra puerta que esta hasta al final de la limosina, una chica de cabellera castaña ondulado acomodado de manera elegante, una piel blanca sin ser pálida, ni bronceada, combinando a la perfección con el vestido morado que tenía puesto la chica, su cara era delicada y linda, donde se destacaba unos ojos morados.

-Tardaste –su voz era algo chillona, pero permanecía en un tono elegante –Si vuelves a tardarte, considérate despedido.

-Lo lamento señorita Shirogane

-No me sirve tus disculpas –la chica mira hacia el frente notando a Momoko, su cara irritada pasa a una sonrisa -¡Oh! Una empleada, perfecto. Ve a decirle a mi Bricky que ya estoy aquí.

-Perdone, pero yo no soy una empleada –dice Momoko dando una mueca, Butch le había pedido que no mencionara que era su nana si preguntaba, que solo contestara que era una amiga de Miyako.

-¿Crees que me interesa? Solo has lo que te ordeno diciéndole a mi Bricky que su novia Himeko ya está aquí.

Momoko se muerde el labio, asistiendo mientras entraba a la mansión. ¿Novia? ¿Enserio Brick puede tener a alguien que le guste? Dios santo, esa chica podía ser bonita, pero se notaba a lenguas que era horrible por dentro. No creía que Brick tuviera malos gustos. Llega a la habitación del chico tocando la puerta.

-¿Qué? – le contesta la voz del chico con su típico tono brusco

-Señorito Him, la señorita Himeko lo busca.

La puerta se abre donde Brick deja ver su rostro con una mueca -¿Himeko? –Momoko asiente –Dile que no estoy y por nada del mundo la dejes entrar a la man…

-¡BRICKY! ¡YA LLEGUE AMOR! –el grito de la chica resuena por toda la mansión casi haciendo que los vidrios tiemblen.

-Mierda –murmura Brick. El chico se notaba muy fastidiado, aunque a Momoko no le sorprendía mucho verlo de esa forma.

-Tiene una novia especial –comenta Momoko, sin quitar su mueca de disgusto -Hacen una pareja perfecta los dos, ambos son muy agradables. –No importo usar el sarcasmo.

Brick la mira mal –No es mi novia. Himeko no es muy…

-¡BRICKY! ¡SABES QUE NO ME GUSTA QUE ME HAGAN ESPERAR! –Momoko tuvo que taparse los oídos, juraría que las ventanas se romperían si seguía gritando.

-… agradable.

-Baje a recibirla –dice Momoko –No creo que mis oídos aguanten más gritos.

-No gracias, prefiero quedarme sordo antes de estar con ella a solas –Brick cierra la puerta de su habitación dejando a Momoko en el pasillo.

Momoko sin darle mucha importancia va a la habitación de Miyako por los vestidos que le encargo, hasta que escucha unos pasos subir las escaleras, y después otro grito horrible.

-¡BRICK, SE QUE ESTA ALLI!

Momoko ve a la chica pasar por la puerta de Miyako e ir a la de Brick, luego unos golpes se escuchan en la puerta.

-¡ABRE LA PUERTA! –Momoko frunce el ceño, ¿Acaso no tenía modales? ¿Cómo puede comportarse así una chica como ella? Deja los vestidos en la cama saliendo de la habitación, Himeko seguía pataleando la puerta donde parecía casi romperla. Momoko se preguntó el por qué Him no salía de su cuarto y hecha por sí mismo a la chica. -¡BRICK!

-Podía parar, en hacer escandalo –Himeko volta a ver a Momoko, arque la ceja frunce ligeramente la boca alzando su barbilla, Momoko juraría que esa chica trataba de hacerla sentir inferior con esa postura. –Ha quien busca, no está en su habitación.

-¿Y dónde está? –Momoko se encoje de hombros, algo sorprendida que el tono de voz de la chica regresara a la de antes. Decide ayudar a al malcriado Him. Ella no era una horrible persona.

-El seño… -se traba la lengua fingiendo una tos, no podía llamarlo como acostumbra –Brick no se encuentra, salió.

Himeko frunce más sus labios, acercándose a Momoko queriendo parecer intimidante, pero Momoko ni se inmutó, seguía con su expresión relajada sin bajar la mirada.

-Mientes, su auto estaba en la entrada –dice Himeko, analiza con sus ojos a Momoko dándose cuanta de algo -¿Y tú quién eres?... ¿Por qué entras con tanta confianza a la casa de MI NOVIO?

-Yo debería preguntarte eso –piensa Momoko, porque Brick acaba de decir que no era su novia. La chica entro como si la casa le perteneciera, demandando como si fuera la señora. Y eso, estaba muy mal. –Soy amiga de Miyako, y le ayudo con su tienda de ropa.

Himeko suelta una carcajada, Momoko queda confundida ante esa acción.

-¿Amiga de Miyako? que divertido –Himeko la mira con burla –Dime ¿cuánto te pago esa rubia descerebrada para que digieras eso? – Momoko no cambio su postura, aunque por dentro algo se revolvía con enojo –Esto es divertido, primero abriendo esa ridícula tienda para ganar popularidad y después fingir tener amigos. Me da tanta pena que busque formas desesperadas para no estar sola –Ríe más fuerte, siendo peor que sus gritos.

-¿Por qué dices eso? –dice con voz tranquila. Mirando la puerta, sabía que Him escuchaba. El movimiento de la manija, era notorio.

-¿Por qué? –Su sonrisa era cruel – ¿Quién querría estar con alguien tan insignificante como la muy idiota de Miya...? –Realmente el movimiento fue muy fácil, solo separa un poco más los dedos, alzo su brazo, y la mejilla de la chica castaña fue volteada cuando estrello su mano en esa parte, era una fácil y limpia cachetada. Momoko era madura, responsable y todo los demás adjetivos parecidos. Pero ella no soportaba este tipo de cosas, siendo igual o tal vez menos agresiva que Kaoru. -¡¿Cómo te atreves?!

-Fácil, solo di toda mi fuerza –Momoko seguía hablando tranquila, pero su rostro marcaba todo la ira contenida.

-Le diré a mi padre, te demandare por esto.

-Hazlo –se encoje de hombros –Pero si vuelves a hablar mal de Miyako, te deformo la cara.

La puerta de la habitación de Brick se abre dejando ver al chico, Momoko desvía la mirada, esperando una reprimenda por parte de él, aunque una parte suya pensaba que se había tardado en intervenir. Esa niña había hablado mal de Miyako a todo pulmón, el debió interferir antes. Podía sentir su mirada pesada puesta en ella.

-Bricky… –Momoko alza la mirada algo sorprendida ante el murmuro de la chica, quien estaba pálida, había retrocedido tres pasos cuando la mirada roja se posó en ella ahora. –Tu… Lo que dije no…

-Lárgate –Murmura de forma lenta, Himeko asiente, corriendo hacia las escaleras sin mirar atrás, Momoko voltea a ver al chico. Pero a diferencia de Himeko, no sintió ningún temor por esos ojos. Him le arquea la ceja después de hacer un suspiro -¿Te deformo la cara?

Momoko rueda los ojos –Tal vez exagere. –Brick tranquiliza su mirada –Linda novia.

-No es mi novia.

-Ella cree que si –Momoko relaja sus hombros sintiéndolos algo entumidos –Ya vio lo fácil que pudo ser, si usted la hubiera echado. –Brick rueda los ojos, murmurando de forma baja algo que no llego a escuchar. Momoko continua –Es verdad lo que dijo… ¿Sobre Miyako?

-¿Qué parte?

-Sobre que está sola –Momoko muerde su labio y continuar –Me ha dicho que no es buena haciendo amigos, pero… ¿Siempre ha estado sola?

Brick suspira –Nos tiene a nosotros –Momoko piensa que habla de él y de Butch, pero también sentía que se refería a ella –Buen golpe –la chica sonríe, viendo como Brick entraba a su habitación –No cambia nada.

Gracias por ayudarla, pero no cambia la intención de deshacerme de ti. Era la traducción real que Momoko pudo entender.

-No esperaba que lo hiciera.

Brick cierra la puerta, Momoko relaja sus hombros, de nuevo. Los ricos son muy problemáticos cada día.

-¿Momoko?

La pelirroja voltea mirando a Miyako, que sonreía de forma dulce y feliz.

-¿Qué sucede?

-Este… me hacen falta los vestidos –Momoko corre a la habitación de Miyako disculpándose en el proceso.

Momoko no sabría que Miyako aguantaba sus lágrimas en ese momento, había visto como Momoko la había defendido, los gritos se habían escuchado por el jardín y quería saber que sucedía, encontrándose con el chofer de los Shirogane y poco después observar la mitad de la escena en el pasillo. Miyako, no se sintió sola después de tanto tiempo.

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Kaoru estira sus brazos, clara muestra de su cansancio.

-Dios siento que moriré –Se queja en una de la mesas del restaurante que trabajaba, Momoko pone los ojos en blanco.

-Esto no es nada.

-Porque eres una adicta al trabajo –Se defiende –Las personas normales, somos menos activos.

-Lo dices, porque no se trata de deporte o fiestas –Kaoru le guiña un ojo.

-Exacto –Momoko niega con la cabeza pensando que su amiga no tenía remedio, mira la hora notando que faltaba una hora para salir de su turno, da una mueca, le gustaba mucho trabajar como mesera, le gustaba estar con Kaoru y Boomer y atender a familias, parejas, personas solitarias, etc. Y que cada vez que entra a la cocina, el aroma a comida y sobre todo los postres, invadiera su nariz, mareándola, haciendo agua en su boca. –Es la primera vez que te veo tan tranquila.

Momoko sonríe limpiando la mesa que acaba de desocupar una pareja joven –Lo estoy, tanto que me da miedo que deje de estarlo.

-Sí, es demasiado bello –Dice sincera su amiga –Pero al fin, tienes un descanso de todo esto.

Era verdad.

Momoko no ha dejado de luchar cada día para ayudar a su tía con lo que se había metido, nunca tuvo un respiro y si lo tenía, surgían consecuencias que luego las pagaba muy caro, un ejemplo seria la cicatriz de su codo. Momoko de forma distraída se acaricia esa parte afectada, recordaba muy bien aquel momento, en ocasiones lo revive en sueños, recordaba el dolor de los golpes, el cuchillo lastimando su piel con pequeñas cortadas en su torso, recodaba las amenazas, las risas, recordaba la mirada de Randy, en como la miraba pidiéndole perdón mientras le temblaba la mano donde sujetaba el cuchillo, recordaba haber aguantado las lágrimas, morderse el labio para evitar los quejidos de dolor, recordaba querer perder la consciencia, de no sentir.

-¿Momoko? –Kaoru sujeta su mano deteniendo su movimiento –Te harás daño.

La nombrada parpadea mirando su codo, se había comenzado rascar por debajo de la manga, Momoko sabía que había dejado un poco rojizo su piel por el ardor que sentía, suelta una risita alejándose del contacto de su amiga.

-Lo siento, me dio comezón –le sonríe con naturalidad, mientras recogía los platos –Hay que apurarnos –Camina hacia la cocina fingiendo naturalidad. Ignorando la mueca de Kaoru.

Pocas horas después, el restaurante cierra dejando solo a tres empleados de la cocina en limpiar, Momoko es llevada por Boomer en el auto de Randy (cuyo dueño no ha pedido que se lo regrese, y Boomer no se lo entregara hasta que lo haga) hasta la mansión de los Him, Momoko se despide de sus amigos y camina hacia la entrada de la casa. No le sorprendió que cuando entro, la luz de la cocina estuviera prendida.

-Buenas noches –saluda al chico que bebía su agua de cada madrugada, Brick asiente sin decir palabra.

En este mes Momoko se le hizo costumbre encontrase con Brick en la cocina cuando llegaba del trabajo, solo se saludaban (bueno ella saludaba) y después cada quien se iba a su habitación a dormir. Momoko saca una taza para luego preparase su café de leche con azúcar, aun extrañaba el chocolate caliente de su tía, pero no podía hacer nada para conseguirlo a esta hora.

-Su hermana hace un gran trabajo con la tienda improvisada –intenta conversar, pero sabía que sería en vano, Brick nunca le seguía con la plática –Y hace buenos diseño, toda la ropa que crea es fabulosa, tiene un gran talento. –Brick no dice nada aun tomando su agua –Me comento que quiere ser diseñadora, y entrar a la universidad de Tokio de diseño de moda, o trabajar en una compañía de esa forma, hasta lograr su línea de ropa –Momoko noto como la cabeza del chico asentía mientras se recargaba en el mueble, logro llamar su atención. –También Butch me ha dicho que quiere ir a España y estudiar comunicación en audiovisuales, dice que está buscando la forma de mejorar sus notas para conseguir el puesto en esa Universidad, que es un poco estricto.

-La tiene difícil –Momoko evita sonreí, había logrado que hablara de forma amigable –Debe hacer trabajos extras y conseguir puntos para que pueda mejorar su nota.

-Si es lo que me dijo, por eso le ofrecí mi ayuda para que mejore –Momoko frunce el ceño al recordar algo –Pero me dijo que no necesitaba la ayuda de su nana. –infla sus cachetes en forma de puchero, Brick rueda los ojos.

-Déjelo, ya es mayor para arreglar sus problemas.

-Puede ser –Brick deja su vaso en el lavabo dejando el tema e irse a dormir -¿Y usted? –Momoko lo mira de forma curiosa -¿Qué planea en el futuro?

Brick se encoje de hombros –No es de su incumbencia.

-¡Oh! Vamos, a usted le queda poco para los meses de registro –la voz de Momoko parecía llena de emoción, la idea de ir a la universidad era un sueño hermoso, una meta de gran valor por lo cual ella cumpliría. –Debe ya saber, qué es lo que se quiere dedicar, tal vez pueda dedicarse a la empresa de su familia o tal vez ser…

-Diablos sí que es odiosa –murmura Brick de mal humor, Momoko nota el tono aburrido que le dedica Brick con lo siguiente –Me aburre con todo eso.

Momoko desvía la mirada enojada y confundida, jamás entenderá porque aquel chico era tan grosero con ella. Tomando su café de un trago y evitando en darle un codazo a Brick cuando pasa a su lado, con tal de dirigirse a su cuarto. ¿Pero qué demonios le pasa? ¡No tenía el por qué hablarle de esa forma! Momoko respira aguantando el enojo, si dormía con ese humor no descansara a gusto. Necesitaba relajarse. Una luz llama su atención cuando termina de subir las escaleras, la luz de Miyako estaba prendida, extrañada se acerca, era muy tarde para que siguiera despierta.

Abre la puerta, sonríe con ternura. Miyako estaba recostada en su escritorio roncando ligeramente dando entender que estaba profundamente dormida, Momoko se acerca descubriendo otros diseños en el cuaderno que dormía encima Miyako. Acaricia su cabello despertando poco a poco a la rubia.

-Tu espalda se quejara por tu postura para dormir –dice Momoko cuando Miyako abre sus ojos y la mira.

-¿Qué hora es? –Miyako se talla los ojos, su mejilla estaba manchada de lápiz por los dibujos.

-Las cuatro de la madrugada –Momoko cambia su voz en un reprimenda –Es muy tarde para seguir diseñando, ya no es necesario hacer más ropa.

-Lose –bosteza –Solo que estaban en mi cabeza y si no los dibujaba, no iba poder dormir –Momoko se dirige al closet de su amiga y sacar el pijama de esta –Realmente mañana es nuestro último día de ventas, el dinero estará completo con lo que falta de mañana.

Momoko siente una opresión en su estómago, sabía que eran las típicas mariposas de los nervios. Mañana estaría completo, mañana le daría el dinero a Randy y la deuda al fin estaría pagada y no tendría nunca más contacto con él. Todo termina mañana. Siente picazón en sus ojos, sacude su cabeza para evitar las lágrimas.

-Mañana le llamare a Randy –Momoko sonríe que parecía que sus mejillas le dolerían –Y le llevare el dinero junto con Boomer.

-¿No quieres que te acompañe?

-Es mejor que no, podía ser peligroso.

-De acuerdo, mañana vendrá mi compañera y que se complete el dinero –Miyako murmuraba aun adormilada –y te lo daré para que lo guardes hasta que llegue el momento.

Miyako siente unos brazos rodearle su cuerpo y apretarla hasta el punto de asfixiarla, Momoko la abrazaba con tanto entusiasmo que lastimaba un poco.

-Gracias Miyako –Dice con alegría –Ese dinero es todo para mí, gracias, gracias, gracias.

Miyako le devuelve el abrazo embriagándose de la felicidad de su amiga, las chicas ríen de forma baja para no despertar a los demás habitantes de la mansión. Pero lo que ellas ignoraban era la persona que escuchaba toda la conversación escondido en la sombras.

Así que el dinero es todo para ella. –piensa con malicia.

Continuara…

Halo (*) = es una franquicia de videojuegos de ciencia ficción creada y desarrollada por Bungie Studios. La serie se centra en una guerra interestelar entre la humanidad y una alianza teocrática de alienígenas conocidos como Covenant o Pacto, y más tarde, se encontrarán más amenazas como los Floods y los Prometeos. Muchos de los juegos se centran en las experiencias del jefe maestro John-117, un súper soldado humano biológicamente mejorado, y su compañera inteligencia artificial (IA), Cortana.

Un dato interesante que les quería compartir de este capítulo, es cuando lo escribí no sabía muy bien qué pasaría con Momoko, la decisión final fue cuando ante una plática de una amiga sobre libros, comentamos que no seriamos tan crueles para matar personajes…

Vaya giros que da la vida. xD.

Última edición: 17/01/21.