Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece, solo la trama.

¿Nana?

Capítulo 9

Una hora después

-¿Solo llegaron al departamento, y encontraron a la señora Sanada Yuki de esa forma? –pregunta el agente, mirando su cuaderno de notas.

Boomer no lo escucho, solo miraba como los paramédicos, cubrían el cuerpo de la tía de Momoko en una seda azul, era como si estuviera viendo una serie policiaca.

Pero era la vida real.

Y era terrorífico.

Sigue con la mirada el cuerpo sin vida, que es llevado hacia la puerta y dirigirse a la planta baja. Justo al lado de la puerta estaba Momoko sentada, mirando donde aún permanecía la sangre en la mesa de centro, con papeles que perteneció, al parecer, alguna foto por el tipo de papel que era. No sabían, de que era la foto. Estaba hecho pedazos, llena de sangre. Estaba irreconocible.

Momoko tenía los ojos abiertos, perdida en su mente. No reaccionaba, Boomer tenía que mirar fijamente para asegurarse que estuviera respirando. Había un paramédico a su lado. Hablaba y por su ceño fruncido, estaba frustrado que Momoko lo ignorara completamente. Deseaba con todas sus fuerzas ir abrazarla, pero debía tener la mente fría. Estaban en peligro estando fuera de la mansión. Miyako cumplió sus indicaciones y la policía no tardó en llegar, minutos después de encontrar muerta a Yuki.

Sabía que él no se acercaría con tantos hombres de la ley.

-Joven Rowdy –Boomer parpadea, y mirar de nuevo al agente.

-Yo… -fuerza su cerebro en recordar lo que haya preguntado el agente –Si, cuando abrimos la puerta y Momoko prendió la luz, ya estaba así.

-¿La puerta no estaba forzada?

-No, estaba cerrada.

-¿Qué tipo de relación tenía con la victima?

-Solo –trata de buscar las palabras correctas –Era la tía de mi mejor amiga.

-Su amiga Momoko, ¿Vivía con la victima?

-No, tuvo que mudarse al lugar donde trabaja –El agente alza la ceja, y seguir anotado lo que dice Boomer en su libreta pequeña.

-Bien, es todo. –Boomer asiente relajado sus hombros siendo cuidadoso, en que no lo note el agente. –Necesito que la señorita Akastustumi conteste algunas preguntas.

-¿Puedo hablar con ella antes? –dice Boomer, impidiendo que se acerque a su amiga. –Esta algo, alterada. Deje que la tranquilice y sea más fácil su trabajo.

El agente asiente, dejado salir un suspiro. Boomer le agradece, caminando hacia su amiga. Alcanza escuchar como el agente murmura: Suicidio.

No era eso, lo sabía él.

Sanada Yuki no se hubiera matado, sabía que seguiría aquí solo por Momoko. Nunca la dejaría sola. Al menos no voluntariamente.

Cuando se acerca a Momoko le pide al paramédico que los deje solos. El hombre asiente, rendido. Boomer se agacha quedado en frente de Momoko. Pero a de que sus ojos estaban posados en él, no lo miraba realmente. Eso ojos rosas estaba secos, sin rastros de lágrimas en ellos. Boomer concluyo que su amiga al estar siempre aguantando los sentimientos. Estos habían olvidado como hacerlo. Como liberarlos.

Cuando llegaron, Momoko había gritado de forma desgarradora, que le puso los pelos de punta, pero reacciono cuando vio la intención de ella de acercase a al cuerpo de su tía. La sujeto de la cintura, provocando que ella peleara y tratar de zafarse, gritaba el nombre de su tía, y la palabra "no" muchas veces. Boomer tuvo que darle una leve cachetada para hacerla reaccionar. Y evitar que siguiera lastimado su garganta con los gritos.

Logro callarla, pero ahora estaba ausente, sin decir palabra, sin mostrar nada.

-Momoko –la llama suavemente, ella seguía sin reaccionar. Boomer necesitaba que volviera en sí, necesitaba que tuviera la cabeza fría. Si no quieren que la policía se entere de él. Necesitaba que su amiga se concentrara.Su voz se vuelve seria y comienza hablar tan bajo que solo parecía mover los labios. –Sé que sufres, sé que lo último que quieres es hablar. Pero necesito que pienses. No podemos dejar que sepan de él. La policía cree que fue suicidio. Dejemos que lo crea y todo acabara.

Momoko parpadea de forma lenta, Boomer siente su alivio invadirlo.

-No fue suicidio –dice con la misma voz baja que empleo Boomer. Su voz al parecer estaba ronca, producto de los gritos –No lo hizo ella.

-Lo sé –le contesta –Pero sabes tanto como yo, que nos ira peor si la policía hace una investigación.

Momoko vuelve a parpadear – ¿Por qué? –pregunta un poco más alto, pero siendo todavía un susurro -¿Por qué lo hizo? ¿Por dinero?

-Momoko –le riñe, e impedir que se pierda de nuevo. Momoko parpadea otra vez, y solo asentir. A Boomer le dolía verla de esa forma.

Estaba rota su amiga.

La ayuda a levantarse, no era necesario decirle que debía decir al agente. Ella sabía cómo mentir. El agente se acerca a ellos. Siente como la mano de Momoko toma la suya con fuerza, como si fuera él su soporte temporal para no caer de nuevo en sus pensamientos.

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-Señorita Akastustumi necesito hacerle unas preguntas –Momoko asiente, mirando al agente de forma neutra. – ¿Sabe de algún problema que tenía su tía, Sanada Yuki, con alguna persona que quiera hacerle daño?

-No –miente, sintiendo como su garganta le raspaba y ardía, tenía la voz ronca –Mi tía no le gustaba socializar. Solo hablaba conmigo.

-El joven Rowdy dice que no vivía con ella ¿Correcto? –Momoko asiente -¿No vio un inicio de depresión, o que haya cambiado su actitud?

Momoko finge recordar, cuando realmente estaba pensando que decir –Antes de irme, estaba como siempre, cuando me fui y solo la venia a visitar, note algo de tristeza, pero ella me decía que estaba bien. –su voz estaba quebrándose, apretando con más fuerza la mano de Boomer.

-¿Dónde estaba cuando sucedió esto?

-En la casa donde ahora vivo. Había venido para cenar con ella. –se aclara la garganta, sintiendo algo de dolor –Los jueves cenamos juntas.

-¿Sabia del arma? –Momoko mira al agente, pensando con velocidad.

-No –contesta al final –No lo había visto antes.

-Los vecinos comenta que escucharon el disparo, pero como era común escuchar disparos en este lugar. No se alertaron. Pero sus gritos y la llamada de la señorita Miyako, fue lo que alerto a la policía. –El agente frunce el ceño mirando a los dos amigos -¿Cómo supo su amiga que tenía que llamarnos?

-Yo le dije –contesta Boomer –Le llame a Miyako después de tranquilizar a Momoko.

-Bien –guarda la libreta, y mira a Momoko con pena. La chica trata de no abrir la boca, y decirle que no la mire así. No quería pena. Quería a su tía de vuelta –Señorita Akastustumi, sé que ahora no es un buen momento, pero debe saberlo.

-¿Qué cosa?

-Usted es una menor de edad, ¿Tiene algún familiar aparte de su tía? ¿Sus padres?

-Murieron en un accidente cuando era una bebe, los trabajadores sociales ya investigaron, no hay ningún familiar vivo. Solo estaba mi tía, solo éramos nosotras dos.

El agente suspira sobando su frente, Momoko presiente que esto es una mala señal.

-Señorita Akastustumi, si no tiene ningún otro familiar, y por ser menor de edad, tendremos que llevarla con un trabajador social, y ponerla en el sistema de acogida.

Momoko parpadea, apretando la quijada, con molestia. Varias veces estuvo en peligro de estar ese dichoso sistema, cuando los trabajadores sociales venían de visita, pero siempre pudo zafarse de ello. Solo dos años para poder ser mayor de edad. Pero ella puede cuidarse de sí misma. Trata de mantener su rostro neutro, pero la molestia, comenzaba a reflejarse en ella. Estaba cansada, y no quería alejarse de las únicas personas que le importa. No quería dejar a Boomer, ni a Kaoru, ni a Miyako y Butch. Incluso, no quería separase del imbécil hermano mayor Him, no quería irse de la casa de los Him. Pero su mente le decía que era lo mejor, ella estaba en la mira de él. Si seguía con ellos, solo los pondrá en peligro. No sabía que le pasaría, Randy solo le dijo que se refugiara.

Randy

La preocupación la invade, sabiendo no que debería hacerlo, menos con él. Pero no podía ignorar a una persona, que en el pasado fue alguien importante para ella. ¿Dónde estará? ¿Estará bien? Se pregunta. Cierra los ojos.

-No es momento Momoko –se recrimina –Por una vez, piensa en ti.

Randy le dijo las mismas palabras, recuerda.

-Señorita Akastustumi –mira de nuevo al agente.

¿Qué debía hacer?

-Yo…

-Momoko –otra voz interrumpe la conversación, la pelirroja frunce el ceño, confundida.

-Señora Keane –dice para luego ser callada por el abrazo repentino de la elegante mujer. Se separa de ella. -¿Qué hace aquí?

-Miyako me conto –la mira a los ojos, parecía estar preocupada y llena de pena por ella. Pero la pelirroja podía notar que quería mandarle un mensaje. –Todo.

Sus hombros (que no había notado que estaban tensos) se relajaron. Y después tuvo deseos de reír histérica.

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Treinta minutos antes.

Miyako avienta sus zapatos sin parar y buscar el dinero en su armario. Escuchaba los gritos de Kaoru pelear con su hermano Butch. A veces odiaba que fuera tan curioso. Se lo toparon cuando salieron del cuarto de Momoko y no encontrar billetes verdes con valor. Kaoru tuvo que provocarlo (algo bastante fácil tratándose de Butch) y dejar que Miyako buscara en su cuarto.

Pero no había nada.

Avienta el último par de zapatos, con algo de frustración. Se desase su coleta de caballo, dejando que su cabello rubio se pegue en su frente por el sudor. Lo aparta de forma brusca.

El celular sonando provoca que de un brinco. Saliendo del armario de manera rápida, lastimando su dedo pequeño con la puerta del armario. Da un quejido, alzando el pie, y trata de sobarse, pero se resbala con la pequeña alfombra de flores, cayendo al suelo.

-Auh –se queja sobándose el trasero. El celular sigue sonando, alza la mano tomándolo de la cama. Da un suspiro al ver el nombre de su príncipe. -¡Boomer! ¿Dónde...?

-Miyako –la rubia se calla ante el tono de voz frio del chico en decir su nombre –Necesito hablar con Kaoru.

Miyako trata de alejar los sentimientos de tristeza, ante el tono tan frio que expresaba. Mira la puerta donde los gritos de Kaoru y Butch eran más groseros.

-No podrá, está ocupada –dice, controlando los nervios. Algo que no funcionaba, la voz le salía temblorosa – ¿Qué sucede?

Boomer queda en silencio, Miyako ignora su mente que le recordaba que él tenía motivos para no confiar en ella. ¿Qué podía hacer una niña, tan inútil como ella? Aprieta los puños.

-Boomer, estoy muy nerviosa y paranoica, Momoko y tú no regresan. El jodido dinero no aparece, acabo de lastimarme el maldito pie y mi trasero. Dime lo que sucede. ¡Ahora! –expresa inhalando fuertemente. Boomer se mantiene en silencio por un momento.

-Mataron a la tía de Momoko –dice al final. La mano de Miyako comenzó a temblar. –Necesito que llames a la policía. Les des la dirección, diciendo que hay un muerto, y que una chica está sufriendo crisis nerviosa.

-¿Momoko?

-Miyako solo has lo que te pido.

Miyako cuelga, llamando a emergencias de Japón, después de dar los detalles, su nombre sin decir su apellido, y dar la dirección. Cuelga, poniéndose el primer par de zapatos que vio. Sale del pasillo, tomando a Kaoru de la mano.

-La pelea termino –dice, mirando a su hermano –A tu cuarto Butch.

-¿Qué?

-A tu cuarto –Butch frunce el ceño ante el tono de voz tan seria, y asustada que hablaba su hermana pequeña, Miyako era un manojo de nervios. –Butch.

El nombrado asiente, para alivio de Miyako, siempre agradecía que su hermano entendiera las indirectas. Miyako mira a su amiga, cuando su hermano desaparece del pasillo.

-¿Qué...?

-Debemos ir con Momoko.

-¿Por?

Miyako parpadea varias veces y retener las lágrimas, en tan solo pensar el sufrimiento de Momoko, la hacía sentir inútil.

-La tía de Momoko –Kaoru cierra los ojos, sobándose la sien, no tenía que completar la frase.

-Iré yo, tú te quedas.

-No, iré.

-Es peligroso para ti Miyako.

-Y para ustedes –dice con firmeza –No dejare que mis únicos amigos, estén solos en esto. Quiero ayudar.

Kaoru suelta un gruñido bajando las escaleras con rapidez. Siendo seguida por Miyako, lo más rápido seria pedir a su chofer que las llevara (ya que ninguna de las dos sabia manejar) con el plan de sacar a Momoko y a Boomer, regresarlos a su casa, el lugar más seguro que conocía.

Pero cuando estaban a punto de abrir la puerta, su madre entraba sosteniendo sus tacones, la mujer mayor le dedica una sonrisa a Miyako, pero casi al instante que apareció, lo borra de su rostro.

-¿Estas bien hija?

Miyako se muerde el labio, apartando un mechón de su cara.

-S-si mamá –maldice su tartamudez –T-Tenemos que irnos.

-¿A las diez de la noche? –Keane arquea la ceja cerrando la puerta, Miyako traga saliva –Es demasiado tarde chicas, puede ser peligroso.

-No se preocupe señora – dice Kaoru con la voz ligeramente ansiosa –Tendremos cuidado. Se defenderme.

Keane sonríe divertida –Puede, pero no me arriesgo. –mira a su alrededor -¿Dónde está Momoko? normalmente es ella quien me recibe, para avisarme que se va trabajar.

Miyako y Kaoru se tensan, algo que no pasó desapercibido ante los ojos azules de Keane. Vuelve a desaparecer su sonrisa. Miyako sabía que su madre al tener dos hijos hombres, que siempre hacen de la suyas, como también que en su trabajo debe ser muy observadora estudiando a la gente, si no quiere que le vean la cara. Le desarrollo un sexto sentido.

-Miyako –dice seria, Miyako nota como su madre la observa de arriba abajo al igual que su amiga, notando los signos de terror, y desesperación, la señora de la casa frunce el ceño -¿Qué sucede? ¿Dónde está Momoko?

Miyako se muerde el labio, para de inmediato al darse cuenta de su error. Debía aparentar tranquilidad, si quería ir con Momoko rápido, debería mentirle a su madre. No era la primera vez que lo hacía. Pero claro, antes no tenía los nervios tan altos.

-Nada mamá –trata de sonreír –Solo vamos a la tienda, iremos a ayudar a Momoko con las compras.

Keane se recarga en la puerta -¿En serio? Entonces porque iras tan sudada, despeinada y sobre todo con los zapatos equivocados –Miyako mira sus pies que eran una unos zapatos verdes. Cuando está usando un vestido azul marino. –Sé que mi hija jamás iría a la calle en ese estado. –se cruza de brazos, con esa mirada entrecerrada, observándolas. –O me dicen que sucede. O podemos estar así toda la noche, sin que ninguna salga.

Miyako busco la forma de librarse de su madre, no era algo fácil, su madre a pesar de no estar con ellos las veinticuatro horas, los conocía con exactitud, era su madre al final, nada se le escapaba cuando se trataba de ellos. Sabía que se lo había prometido a Momoko, sabía que fue una las condiciones para que su amiga le confesara su secreto, pero ante esta situación, cuando Momoko estaba en peligro no vio otra solución. Toma el antebrazo de Kaoru que parecía aguantarse las ganas de hacer una llave a su madre para poder ir con Momoko, le pide disculpas con la mirada. Provocando que la chica, soltara una palabra.

-Joder.

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Momoko miraba a la señora Keane hablar con el agente, mientras Boomer y Kaoru (quien había venido con la señora Keane) estaban a su lado, ninguno le hablaba, se mantenía en darle su presencia, como forma de consolarla. Y para ella eso era suficiente. Aunque también quería que Miyako estuviera con ella. No sabía, si la vería pronto.

-Miyako... –dice Boomer, haciendo la pregunta que también Momoko quería hacer.

-Si –Kaoru lo confirma.

Momoko mira de reojo a Boomer, este solo asiente. Momoko esperaba sentirse enojada o incluso sentirse traicionada.

Pero solo deseaba irse a dormir.

La señora Keane se acerca a ellos, dejando al agente, toma los hombros de Momoko, sonriendo de forma muy leve.

-Podemos irnos –dice, confundiendo a Momoko.

-Creí que ira con un tra…

-Hablamos en la casa –la señora Keane mira a los chicos –Me gustaría que nos acompañaran. Siendo amigos de Momoko y Miyako, también deben estar enterados.

Kaoru y Boomer asienten, tomando los dos al mismo tiempo las manos de Momoko, la pelirroja trata de no bufar. Los cuatro salen del edificio, llegan al estacionamiento, notando la cantidad de patrullas y gente curiosa queriendo saber lo sucedido, Momoko reconoció algunas de esas caras, así que decidió mantener la cabeza agachada para no verlas. Boomer se lleva el auto de Randy con Kaoru mientras Momoko iba con la señora Keane. El camino fue rápido, ella solo puso atención a las luces de la cuidad pasar con velocidad, la señora Keane no trato hacer conversación algo que agradeció. Cuando Momoko menos lo espero ya estaba en la sala principal de la mansión Him, Miyako se acercó a ella, sin decir nada. No la abrazo, no le hablo, solo le tomo la mano y la guio al sofá para dos personas.

-Miyako, pídele a Yoko que prepare tazas de chocolate y pan de melón para todos.

La chica asiente, Kaoru nota que Miyako había recogido de nuevo su cabello y se cambió los zapatos.

-Señora Keane…

-Tu voz esta ronca –observa la mencionada, mientras se sentaba en uno de los sillones individuales que Momoko tenía enfrente -¿Te hiciste daño?

-Estoy bien –Dice de forma brusca –Señora Keane quisiera saber el ¿Por qué no estoy con un trabajador social?

La señora de la casa cierra los ojos, como si buscara la forma más relajada para darle la noticia. Miyako vuelve con las tazas de Chocolate y los panes de melón, con ayuda de Yoko. Los deja en la mesa de centro de la sala, Yoko da una inclinación de cabeza para dar su retirada, noto como Yoko la observaba de reojo. Momoko sabía que el chocolate había sido para la fiesta de celebración que habían planeado. ¿Cómo puede cambiar todo en segundos?

-Tomen algo para calmar los nervios –Kaoru y Boomer toman sus tazas. Dando un sorbo, Miyako come un pedazo de pan sentándose a lado de Momoko tomando su mano, mientras Kaoru se sentaba en el brazo del sofá, también a lado de Momoko y Boomer de pie detrás de ellas. –Toma algo Momoko.

-No tengo hambre –Dice mirando la taza de chocolate con recelo. Miyako intercambia una mirada con Kaoru y Boomer, que también estaba preocupados que su amiga (adoradora del chocolate) no fuera la primera que lo tomara. –Por favor, quisiera que me explicara el por qué no estoy fuera de esta casa.

La señora Keane asiente –De acuerdo, pero no quiero que me interrumpan hasta que termine. Las preguntas serán al final.

Los cuatro asienten.

-Miyako me conto todo, el asunto que tenía tu tía con los Yakuzas. Me conto lo que has tenido que hacer desde hace años, y todo el esfuerzo que diste para poder ayudarla y salvarla –Momoko siente como algo le estrujaba el corazón, no la había salvado –Me conto, que papel interpreta cada uno de ustedes, el verdadero objetivo de la tienda improvisada, y el dinero que desapareció.

-Lo robaron –murmura Kaoru –No pudo desaparecer así como si nada.

-Kaoru no tenemos pruebas.

-No hablen –dice Momoko callando a Boomer y Kaoru. –Prosiga.

-No debiste querer ser adulta Momoko, aun eres joven y hay cosas que incluso un adulto no sabe manejar sino tiene mas ayuda –Momoko evita rodar los ojos –Pero en fin, lo hiciste y entiendo porque ninguno de ustedes quiso decirle a la policía del problema. Kaoru fue muy clara en eso.

Momoko no tuvo que pensar mucho para saber que en algún momento su amiga amenazo a la señora Him antes de llegar con ella.

-Ahora, quiero que me digas cuanto es lo que le debes al Yakuza y pueda darte el dinero.

Los cuatro jóvenes miran a la mujer adulta con sorpresa ante sus palabras. Mientras la señora de la casa los miraba de forma tranquila tomando de su chocolate, que poco después hace una mueca.

-Mucho dulce. –Murmura dejando de lado la taza.

-¿Qué usted quiere que? –Pregunta Kaoru -¿Pagara la deuda de Momoko?

-Si –se encoge de hombros –No quiero sonar egocéntrica, pero el dinero es lo menos que me preocupa. Tengo demasiado.

-No –dice Momoko –No es correcto.

-Pues por lo que se, si no aceptas mi dinero –cruza sus pies de forma lenta y elegante, componiendo su postura. –Harías otro error. Y terminaras muerta o algunos de tus amigos, incluyendo a mi hija, pueden estar en peligro.

Momoko se muerde el labio, sintiendo como la mano de Miyako que sujetaba la suya, temblaba. Momoko no creía que Miyako correría peligro, ella sentía que la señora Keane lo decía para presionarla a ella o a sus amigos.

-Momoko –la llama Boomer –Se terminara, si aceptas.

Frunce el ceño. Su mente la invadía un montón de pensamientos, pero ella ya no quería pensar, ya no quería hacer nada. Por una vez, va en contra de sus pensamientos que le decía que no debía aceptar.

-De acuerdo –dice –Solo si me deja pagárselo.

-Querida, el dinero no es una necesidad para mí. –Keane la mira de forma dulce –Y ya no lo será para ti.

-¿A qué se refiere? –pregunta Boomer.

-Momoko eres menor de edad, sin ningún familiar vivo para que pueda acogerte. Por ley debes entrar al sistema de acogida o ir a un orfanato, hasta cumplir los dieciocho. –Se aclara la garganta –Por ello dejarías de trabajar, como también dejar de ver a tus amigos, las personas que quieres. Y en la mira de los Yakuza, dudo mucho que te dejen tranquila después de que les pagues. Esos Hombres no son de confianza, son criminales, y estarás en constante peligro, sin la seguridad de esta casa, o incluso puede que las personas que te acogen no sean amigables. –La señora Keane hace una ligera pausa –Has hecho tu trabajo de forma excelente, te has hecho amiga de Miyako, has hecho que Butch sea obediente, y eres la única nana que soporta a mi hijo mayor. No puedo dejar que te vayas. Para serte sincera no deseo buscar otra nana. Así que he decido que te adoptare, o por lo menos me hare tu tutora.

Quedan en silencio, Miyako mirando a su madre sorprendida, Kaoru fruncía el ceño abriendo y cerrando la boca como un pez, sin saber que decir. Boomer estaba atento a la reacción de Momoko. Y esta se había quedado en blanco.

-Sé que no estás en condiciones en pensar. –Prosigue Keane –Es mucha información para una noche, pero esto debe hacerse con velocidad. Debes salir de esta situación con los Yakuzas, si me convierto en tu tutora legal, estarás protegida por el apellido Him y nadie se atreverá a lastimarte.

-¿Solo por eso quiere adoptarla? –pregunta Kaoru.

-No solo por eso –contesta –No quiero que Momoko sufra más. Y lo hará si se aleja de ustedes, debe tener un respiro. Y ustedes dos, saben mejor que nadie que tengo razón.

Kaoru y Boomer asienten, Momoko suspira, tomando su cabeza con su mano libre, comenzaba a dolerle la cabeza.

-¿Puedo pensarlo?

-Lo lamento, pero no, un trabajador social llegara mañana para llevarte si no les damos una respuesta.

-¿Por qué tan pronto? –pregunta Miyako.

-Al parecer Momoko ha estado varias veces en peligro en estar en el sistema de acogida por la forma de como vivía. Buscaba una oportunidad para llevarla, al parecer, iban a ir por ella el viernes al tener pruebas que estaba atrasada en la colegiatura de su escuela.

-Cierto –piensa Momoko –No había pagado.

-Momoko, necesito una respuesta.

Todos la miran de nuevo. Como deseaba desaparecer, deseaba retroceder el tiempo y salvar a su tía. Deseaba llorar, reír, volver a llorar, golpear la pared para sentir verdadero dolor y no la que estaba sintiendo ahora que estaba ahogándola, deseaba volver a gritar, maldecir, rogar, y terminar tirada en un rincón llorando y sentirse miserable. Todos aquellos actos deseaba realizarlos, deseaba liberar lo que sentía. Pero no podía, estaba acostumbrada a no expresar sentimientos en momentos de desesperación. Era como un enchufe que ella decidía apagar con tal de protegerse. A veces pensaba que se volvería loca a este paso.

La "propuesta" (creía que la obligaban de alguna forma) de la señora Keane, no la dejaba procesar, que ya no tenía a la persona que más amaba en este mundo, la tenía en blanco.

No sabía qué hacer.

Podía rechazar y esperar que el Yakuza la encontrara y terminara con ella. Así tal vez, ver a su familia en el otro mundo que la esperaba, como solían decirle los adultos mayores de su edificio. Podía rendirse, sería fácil.

O podía aceptar la propuesta, tratar de superar el dolor, y continuar viviendo. Seguir con las metas que había planeado, ir a la universidad, ser doctora. Seguir con vida, con sus amigos, y al parecer dejar de preocuparse por el tema del dinero. Ninguna opción le agrada, no quería morir, tampoco quería seguir viviendo con esta angustia, con este dolor.

Todo lo que le dijo la señora Keane era demasiado bueno para ser verdad.

Comenzaba a creer, que cuando parecía tener una oportunidad, se va a la mierda.

Siente una opresión en su hombro, era la mano de Boomer, era su forma de decirle que no está sola. Momoko mira la mano que Miyako sujetaba y que ahora había entrelazado sus dedos con los suyos, mira a Kaoru, encontrándose con sus ojos jade.

Pasará lo que pasara con ella, piensa Momoko, ellos seguirán a su lado.

Alza la mirada hacia la señora Keane tomando un pan de melón, ignorando el chocolate, dudaba mucho que volvería a probarlo. A no ser, que fuera preparado por su tía.

-De acuerdo –dice después de tragar –Sé que está ayudándome, pero tengo condiciones que son esenciales para mí –La señora Him asiente, escuchándola atentamente, Momoko suspira temblorosa –No quiero que me quiten mi apellido, quiero seguir trabajando en el restaurante con Boomer y Kaoru, y quiero poder pagarle.

Keane ladea la cabeza pensativa –Momoko no es necesario…

-Lo es para mí –expresa –No quiero sentirme que le debo.

-Debería aceptar –comenta Kaoru –Es demasiado terca.

La señora Keane sonríe –Bien, de acuerdo acepto tus condiciones. Ahora dime, ¿Cuánto necesitas?

Momoko asiente, dejando que sus hombros se relajen, comienza a decirle cuanto le debe a él. Le habla sobre Randy diciéndole que es la única comunicación que tiene con el Yakuza para poder darle el dinero, la señora Keane sacara el dinero mañana en la mañana al igual que comenzar los trasmite de su tutela.

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-Cuando los forenses dejen de buscar alguna prueba de homicidio, y acepten que fue suicidio, me gustaría planear el funeral de tu tía –Momoko asiente, Keane sonríe tristemente –Bien, será mejor que vayan a dormir. –Mira a Boomer y Kaoru –Tengo entendido que tenía planes antes de que… bueno, que sucediera todo esto.

-Nos iremos.

-Ya es tarde, y están igual de cansado, además… –su voz se vuelve de forma maternal –Momoko les gustara tenerlos con ella.

-Quédense –Dice Miyako –Mi madre tiene razón.

Kaoru y Boomer asiente después de pensarlo, Keane le pide a su hija guiar a sus amigos a la habitaciones de invitados. Cuando los cuatro jóvenes desaparecen al subir las escaleras, Keane suelta un sonoro suspiro, dejando esa tranquilidad. Se soba la sien, quitándose los aretes finos.

-Vaya problema –piensa tomando otro trago del chocolate y hacer otra mueca. No le gustaba el dulce.

Tal vez Keane había hecho todo eso por mero instinto, cuando su hija le conto todo, y después ver a Momoko tan mal, con esa mirada destrozada cuando la acostumbro con su seguridad. Simplemente no podía. No podía dejar que esa chica sufriera más, el sistema de acogida era una mierda y ella sabía de eso. Tuvo suerte en encontrar una familia y luego encontrar el amor, formando otra familia. Pero no muchos la tienen, y no quería que Momoko pasara más malos ratos.

No creía que fuera algún problema para sus hijos, Miyako la adora, Butch ahora le daría exactamente igual si Momoko se quedara para siempre, pero Brick… no le agradara la idea, pero si le dice el motivo (claro con el consentimiento de Momoko) terminara en aceptarlo.

En cambio su marido…

Bueno, no tenía que enterarse hasta que regrese.

-Merezco una copa de vino –dice dirigiéndose a su estudio.

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Momoko miraba el techo, solo eso.

No pensaba, su mente ahora decidió desconectarse y dejar de llenarla con sentimientos. Escuchaba los ronquidos de Kaoru a su lado, la pelinegra había decidido quedarse con ella, alegando que alguien debía cuidarla. Ella le había dicho que no era necesario, pero Kaoru insistió, jurando que no dormirá hasta que ella lo hiciera, diez minutos después, estaba roncando perdida en el mundo de los sueños.

Momoko apreciaba el esfuerzo que hacían sus amigos para cuidarla, tal vez esta mañana se habría sentido alguien muy afortunada, llenándose de la calidez de la amistad. Pero no sentía. Ahora ya no lo hacía. Solo un vacío. Se sentía vacía, seca, como si no pudiera o no tuviera más el derecho de sentir.

Era extraño.

Se levanta de la cama, cansada de estar acostada. Había deseado dormir, pero sus ojos se negaban cerrarse. Por ahora su garganta le dolía, y quería un poco de agua. Con cuidado de no despertar a Kaoru sale de la habitación, camina en silencio procurando de no despertar a nadie. Al llegar a la puerta de la cocina, se detiene al ver reflejada la luz por debajo de la puerta.

Era Brick, era lo más probable, el chico se levanta a la madrugada por un vaso de agua. ¿Era tan tarde? No quería verlo, lo más seguro era una posible discusión o provocaciones por parte del chico. Pero quería el vaso de agua. Cierra los ojos por un momento y luego abrirlos. Dirige su mirada al piso. Y después desliza la puerta.

Camina hacia los cajones que guardan los vasos de vidrio, sentía la mirada de Brick en su persona, esperaba sentir algo de incomodidad. Pero solo seguía el vacío. Comienza servir el agua.

-¿Ahora dejara de ser una parlanchina molesta? –el comentario cruel de Brick, no la toma por sorpresa, es normal que el chico quiera hacerla enojar. Pero no sentía nada. –Es de mala educación ignorar a la gente.

Momoko lo mira de reojo, el color rojo de los ojos de Brick, le recordó a la escena que encontró en el departamento. Recordó la sangre escurriese de la mesa de centro hasta el piso. Aparta la mirada. Camina hacia la salida pasando a lado de Brick, ignorándolo, con una mirada ausente.

El chico no sabía el daño que había causado, a la chica que tenía delante.

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Brick estaba realmente confundido, no solo la extraña actitud de la enana que tiene como nana era diferente. Y no fuera ella quien lo despertara si no su madre (acto que era bastante extraño ya que la mujer mayor nunca lo había hecho), diciéndole que necesitaba hablar con él después de clases. También el haberse encontrado a los amigos de la enana, en su cocina, desayunando con sus hermanos. Butch parecía también de confundido que él, pues la imagen que tenían delante era algo deprimente.

Miyako movía su tenedor lado a lado, sin comer nada. Kaoru no discutía con Butch, y parecía estar furiosa. Boomer fue el único que lo saludo con una inclinación de cabeza. Pero las marcas negras de bajo de sus ojos. La mirada triste y casi ausente. Le recordaban la actitud de Momoko de esta madrugada. Incluso Yoko tenía los ojos llorosos, manteniéndose silenciosa.

No pregunto, solo desayuno mirando a Miyako, que aún tenía su pijama, al parecer no ira a la escuela. No pregunto quedándose con la duda, por alguna razón, no quería saber. Algo extraño ya que se trataba de Miyako.

Pero fuera de eso, su día fue igual de siempre, clases, el profesor Untonio recordándole que tenía que dar su trámite para ir a la universidad. Y evitando a Himeko. Pero al llegar a la casa, el carro de su madre estaba en la entrada, Brat le indico que debía ir al estudio de su madre donde los esperaba. Y cuando iban a entrar, Momoko sale del estudio. Se sintió incomodo al ver a la chica, tenía el cabello suelto, siendo un desastre, ojeras en sus ojos rosa, y parecía estar más pálida de lo que era.

-¿Momoko? –la llama Butch, la chica lo mira.

-Su madre los espera –voz estaba ronca. Y poco después se aleja, subiendo las escaleras y luego escucharse la puerta cerrarse.

-Brick, Butch –la voz de su madre los sobresaltan, la mujer parecía también estar cansada, pero seguía viéndose igual de elegante. –Entren.

Los hermanos obedecen, Miyako estaba adentro ya cambiada. Les dedica una sonrisa, pero parecía más a una mueca.

-Los llame por que debo darles una noticia –Brick se tensa pensando por un momento que se trataba de su padre –Es algo que involucra a Momoko, lo que les voy a decir es algo delicado y es mi decisión, los motivos se los diré, pero quiero que no hablen hasta que haya terminado.

Brick frunce el ceño, ¿Qué tiene que ver Momoko?

-He decidido ser la tutora legal de Momoko. –Dice con simpleza, Brick no puede evitar mirar a su madre de forma severa –Ayer por la noche la tía de Momoko, fue asesinada. La policía cree que Sanada Yuki se suicidó, pero Momoko me conto cosas de su pasado y presente.

Su madre comienza a relatar la historia. Sin omitir nada de lo que se enteró recientemente. Brick al principio escucho sin mucho interés con su ceño fruncido, pero cuando su madre les dice el motivo de la tienda improvisada que había creado Miyako por un mes, el dinero que desapareció, que dio como consecuencia la muerte de la tía de la enana. Trato de no mostrar nada en su rostro solo apretando sus manos.

-Por eso decidí hacerme cargo de Momoko –termina en decir su madre.

-¿Y tu esposo? –dice Brick, hace varios años que no se dirigía a su padre como tal.

-Está de acuerdo –miente. Pero los hermanos saben que su madre no planea decirle.

-¿Ya entregaron el dinero?

-El amigo de Momoko, Boomer fue a dejarlo. –Contesta la mujer mayor, ante la pregunta de Butch –Les pido por favor, que no molesten a Momoko. Ella no está bien, está sufriendo, está viviendo su propio duelo y lo menos que quiere, es que la molesten con sus bromas.

Butch y Brick asiente, hace mucho que no había hecho una hacia ella…

Bueno, eso piensa Butch.

-Pueden retirarse.

Brick sale de la habitación lo más rápido que puede, sintiendo las ganas de vomitar. Se sentía mareado, tenía una sensación desagradable invadiéndolo, sintiendo asco.

¿Qué había hecho?

Al llegar a su habitación avienta su mochila haciendo que choque con su laptop y que cayera en el piso rompiéndose la pantalla. Pero Brick apenas se fijó, porque su cabeza no le dejaba de repetirle el grave error que había cometido.

¿Qué había hecho?

-Fuiste tú.

La voz de Butch lo pone alerta, fijando su vista en él. Butch lo seguido, cerrando la puerta al entrar, había hablado en voz baja, pero sin perder la seriedad que era muy poco común en él.

-Tú robaste el dinero.

-No sé de qué…

-Lo hiciste –aclara, mirándolo con enojo –Miyako y yo te vimos salir de los cuartos de los empleados, tú lo robaste.

Brick aprieta la quijada quedándose callado. Esto era una mierda.

.

.

Butch esperaba que su hermano siguiera negándolo, no deseaba para nada tener la razón, no quería saber que sus sospechas eran ciertas, desde ayer en la mañana había pensado que Brick había actuado con una broma hacia Momoko, estuvo seguro después porque lo vio pasearse por el pasillo que daba a los cuartos de los empleados cuando Miyako y él había ido por palomitas, Brick había actuado algo extraño para su criterio, y con la leve conversación que tuvieron en el desayuno, se dio la idea que había hecho una broma a Momoko. Creyó que sería algo leve, por eso no dijo nada. Le sorprendió ver a su nana todo el día con su ánimo elevado y sin muestra de irritación, pensó que ya lo había manejado y que la broma de Brick no había funcionado. Pero escuchar lo reciente, pensó lo peor.

Necesitaba que Brick siguiera defendiéndose para alejar esa sospecha ridícula. Pero su hermano seguía callado, sin verlo a los ojos. ¿Por qué tenía que tener la razón, en esto?

-¡Joder, Brick! –Murmura con enojo evitando gritar -¡¿Por qué lo hiciste?! ¡Acabas de joder la vida de una inocente!

-Yo no la mate –Brick tampoco gritaba, tampoco tenía la voz temblorosa, era seca y brusca, carente de emociones.

-¡No de forma directa! –Butch camina de un lado a otro como un león enjaulado, tratando de pensar.- ¿Por qué lo hiciste?

-Escuche a Miyako y a Momoko, hablar sobre el dinero, pensé que era algo muy importante para Momoko, que lo utilizaría para su escuela, ella siempre dice que requiere trabajar. Pensé que si le quitaba el dinero y le acusaba de manipular a Miyako para su beneficio, madre la echaría.

-¿Dónde está el dinero?

Brick niega con la cabeza –No está aquí, lo quemare.

-Bien –murmura –Debes quemarlo pronto así nadie lo encontrara, o estarás jodido. –Brick arque la ceja, Butch rueda los ojos, no era momento de ser regañado por decirle que hacer. –Escucha muy bien, si no quieres que abra la boca. Porque créeme aparte de ganarte el odio de la enana, y de la paliza que te dará Kaoru si se entera. Miyako, dejara de verte con tanta admiración, y serás una gran decepción para ella.

Butch estudio la reacción de su hermano, que no mostraba nada con su cara indiferente, pero sabía que Brick, no le agradaba la idea de una Miyako decepcionada de él. Era lo único que Butch podía estar seguro, que a Brick le importe los sentimientos de la pequeña de los Him.

-Debes dejar en paz a Momoko, ya sufrió mucho por tu culpa. Y tendrás que aceptar la idea de verla todos los días. –tenía el tono de voz más seria que había empleado en toda su vida, pero debía marcar el limite a su hermano. Había jodido las cosas a lo grande –Promételo.

-Si –dice casi sin dudar –No creí que alguien moriría, solo esperaba que ella se fuera.

-Bueno… Las cosas no salen como uno quisiera hermano.

Los dos hermanos se quedan en silencio, hasta que Butch suelta un gruñido.

-Realmente la cagaste.

-Lo sé –Murmura Brick recordando los ojos vacíos de Momoko. –Lo sé.

Continuara…

Ya casi, ya casi.

Nota del capítulo: El asunto de la tutela, es muy diferente sobre la adopción. El tutor se hará cargo del niño, hasta que cumpla los 18. Quise usar la tutela, ya que el apellido de Momoko tendría que modificarse al Him si fuera adoptada. En cambio la Tutela, no, permanece con su apellido. Y yo quería eso, que Momoko fuera siempre una Akastustumi, y no una Him.

Dato curioso de este capítulo: cuando lo escribí me costó mucho redactar la perdida de Momoko, no había tenido un duelo ante la pérdida de un ser querido era algo muy desconocido para mí. Solo me base en películas y las reacciones de los personajes. Y como saben, unos meses después, me tocó vivir mi propio duelo. Y comprendí a mi personaje.

Otro dato curioso, la muerte de Sanada Yuki no estaba planeada al inicio, como dije fue mi lado rebelde de la promesa que hice con mi amiga casi hermana de no matar personajes. Ahora agradezco haberlo hecho, porque la trama se hizo más clara después de este capítulo. XD

Última edición: 21/02/21