Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece, solo la trama.

¿Nana?

Capítulo 10

Momoko no sabía si realmente hacia tanto frio. Pero su cuerpo temblaba, y sentía la punta de sus dedos congelados. Tal vez es su mente haciéndole una jugada. No tenía suficiente en creer que no podía sentir, sino también en olvidar el calor corporal. En ocasiones una pequeña voz la regañaba por dejarse caer de esa forma. Por permitirse ser vulnerable cuando había soportado, manteniéndose de pie y seguir adelante. Pero ella misma se contestaba. Antes tenía a alguien por lo cual aguantar, tragarse el dolor, y las ganas de llorar.

Pero ahora, ya no está.

Esa persona estaba dentro de esa caja de madera que tenía delante, apunto de ser sepultado. Momoko realmente pensó que sentiría el dolor y la tristeza cuando estuviera en esta situación. Pero seguía el vacío. Ni siquiera podía llorar. La Señora Him había hecho el funeral, los únicos presentes eran sus amigos, la familia Him y Brat con su esposa Yoko.

Los forenses habían tardado casi una semana. En esa semana la señora Him ya había logrado casi todos los trámites para su tutela. Solo faltaba la autorización del juez que será la próxima semana, donde le hará unas preguntas, con tal de evaluar, y dar al final el veredicto. Kaoru le había dicho que fue muy rápido, conseguir la cita con el juez, a lo cual Miyako le contesto que su madre uso el apellido Him a su favor.

El asunto con el Yakuza, ya había terminado. Boomer no se encontró con Randy al dar el dinero, sino con alguien más. Le decían serpiente por la forma de como arrastra la "S", y tener casi la cara de una. Momoko lo había visto una vez. La vez que le dieron su castigo. Y donde obtuvo la cicatriz.

Lleva su mano debajo del codo, esperando sentir la carne levantada de forma vertical. Pero solo fue la tela que sintió, como siempre que ocurría cuando llegaba a rascarse, llevaba un vestido negro de manga larga que Miyako le presto. La chica había tratado de bromear diciendo que deberían ir a comprar ropa y obligar a Kaoru en ponerse un vestido. Trato de reí, o por lo menos sonreír. Pero solo dio una mueca, preocupando más a Miyako. Sus amigos trataban que fuera como antes. Kaoru había intentado molestarla, y buscar sus típicas discusiones tontas.

Pero nada.

Su personalidad estaba tan mal, que no dudaba que al final del semestre, sus calificaciones fueran bajas, llega tarde a clase, no prestaba atención, ni siquiera alzaba la mano o contestaba las preguntas de sus profesores. Al final no importaba, ya que la señora Keane planeaba cambiarla al instituto de los hermanos Him cuando tuviera su tutela.

Incluso en su otro trabajo, su jefe lo notaba. No era normal en ella, equivocarse en los pedidos y no sonreírles a los clientes.

Tocan su hombro haciéndola parpadear y regresarla a la realidad. La señora Keane la miraba de forma maternal, a Momoko no le gusto esa mirada.

-Tienes que poner las flores –Momoko la mira confundida, para luego ver al frente.

¿Por cuánto tiempo estuvo pensando?

Habían terminado de enterrar a su tía. La tierra amontonada hacia contraste con el pasto alrededor. Se acerca sujetando las flores blancas. A su tía no le gustaban las flores, nunca supo la razón. Pero si el color blanco. Por ese color en sus pétalos lo había escogido. Solo por eso.

Deja las flores, agachándose, y como era ya costumbre ignora a los presentes. Mira la lápida blanca, el nombre completo: Sanada Yuki estaba escrito con letras amarrillas, la fecha de nacimiento y muerte estaba en negro. Acaricia el nombre como si fuera el rostro de su tía. Con ternura.

Siente como unas manos sujetaban sus hombros.

-Es hora Momoko –La chica asiente dejando que Boomer la levante. Mantiene su cabeza agachada no queriendo ver la preocupación de las personas que la acompañan.

Sabía que era su culpa, les da motivos para preocuparse. Debía tener un aspecto horrible.

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Brick miraba por el retrovisor a Momoko, estaba recargada en la ventanilla con los ojos mirando las calles. Las ojeras habían aumentado y su palidez solo lo hacía más notorio. Por lo menos su cabello estaba recogido en un moño. En los últimos días lo traía suelto completamente enredado, cuando antes ella era muy cuidadosa con su cabello. Lo sabía ya que una vez la vio cepillárselo (antes de todo esto) la delicadeza del como lo trataba, le dio la idea de cortárselo para deshacerse de ella.

Pero la idea del dinero era mejor.

Desvía la mirada sintiendo las náuseas invadirle.

Maldita culpa.

-¿Todo bien Brick? –le pregunta Boomer, el pelirrojo asiente.

El rubio manejaba su apreciado Audi(*). No había querido conducir. Por alguna razón rara, que ni el mismo entendía. Tal vez la causante estaba detrás de él con un aura miserable.

Solo estaban Boomer, la enana, Miyako y el. La amiga ruda y su hermano, estaba en el auto de su madre. Ambos carros yendo a la mansión Him.

-¿Quieres que le pidamos a Yoko un chocolate caliente al llegar Momoko? –Escucha la voz de Miyako hablarle a Momoko. Brick mira de nuevo por el retrovisor para ver la reacción de la chica. Pero esta ni siquiera había mirado a su hermana. Frunce el ceño al ver la mirada triste de Miyako.

-Le hicieron una pregunta, enana –cuando intento cerrar la boca ya era tarde. Pero por lo menos saco a Momoko de sus pensamientos. Ella lo mira a través del espejo retrovisor, de forma ausente. Él la desvió no soportando su mirada.

-Perdón Miyako –dice Momoko. No era el mismo tipo maternal, era diferente. Podía decirse que algo frio -¿Qué decías?

-Si querías chocolate al llegar –dice Miyako.

Brick noto como Momoko (al verla de nuevo de reojo por el retrovisor) no cambiaba su rostro inexpresivo y luego negar con la cabeza. –No, gracias. –vuelve a mirar por la ventana.

Llega a la entrada de la mansión, estacionando el carro. Brick sale del auto, y no tardan en imitarlo Boomer y Miyako. Mira a Momoko que seguía ausente. Toca la ventanilla sobresaltando a la chica. Brick abre la puerta dándole entender que tenía que bajar. Momoko lo hace dándole un pequeño "gracias" al chico.

-Ven Momoko, esperemos a Kaoru y a Butch en la sala de juegos –dice Miyako, Momoko solo asiente. Boomer rodea su brazo en los hombros de ella y guiarla. Miyako mira en su dirección -¿Quieres venir?

Brick niega con la cabeza –No, iré a tomar algo.

Mira como su hermana desparece al entrar. Hasta que el sonido de un carro, llama su atención. En ellos baja los que faltaban, su madre se acerca a él, haciendo la pregunta con la mirada.

-Está adentro con Miyako y Boomer. –contesta encogiéndose de hombros. Una excusa para poder relajarlos un poco.

-Bien –dice la madre suspirando –Tengo que ir a trabajar –comenta y luego dirigirse a Brat y Yoko –Les encargo a los chicos.

Los dos esposos asienten entrado a la casa siendo seguidos por Butch y Kaoru. Su hermano le dirige una mirada para luego desviarla.

Brick comenzaba a pensar que su hermano lo vigilaba, como si pudiera hacer otra cosa mal. Vaya mierda.

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Miyako mira como Momoko movía los dedos apretando los botones del control, pero no lo hacía con entusiasmo, no lo hacía con algo de fuerza como acostumbraba hacerlo. Lo hacía lento y podía decirse que aburrido.

-¡Vaya Momoko! ¡Me ganaste! –exclama Boomer algo exagerado, todos sabían que la había dejado ganar. Pero a estas alturas estaban desesperados por alguna reacción de la chica. Cualquier cosa.

Momoko lo miro, encogiéndose de hombros. Miyako de nuevo tuvo que aguantarse las ganas de llorar.

-Tal vez, esta vez logres ganarme Momoko. –dice ella sonriendo. Pero lo sintió muy forzado al punto de que sus mejillas se entumieron. –Hay que jugar.

-No –dice la pelirroja, seca, levantándose del suelo. –Jueguen ustedes, iré por agua.

Miyako abre la boca tratando de retenerla, pero Boomer sujeta su hombro evitando que hable. Momoko cierra la puerta detrás de ella, dejando a los dos rubios, con el televisor prendido.

-Déjala, hay que darle espacio o creerá que la agobiamos. –dice el chico apagando la consola.

-Pero está muy mal –dijo con angustia –No sabemos qué es lo que piensa, o si querrá hacerse daño. Si pensara…

-¿Matarse? –Miyako respira por la boca tan fuerte, que casi se provoca tos. Boomer continúa hablando ignorando la expresión de terror de la chica. –Créeme, si ella hubiera querido matarse no habría aceptado la oferta de tu madre. Para serte sincero, me sorprende que la haya hecho.

Boomer recibe un almohadazo, aparta el cojín de su cara sorprendido. Miyako tenía las manos levantadas, tenido otro cojín dispuesta a lanzarlo. Mirándolo de forma tan enojada que solo le faltaría el color rojo en sus ojos, y sería igual de intimidante como su hermano mayor.

-¿Cómo puedes decir eso? –exclama sin gritar. –Lo que Momoko necesita es que estemos con ella, que le demos apoyo. No debemos permitir que se sienta sola. Tenemos que cuidarla. Es nuestra amiga.

-Eso ya lo sé Miyako –Boomer trata de no gritar. –Pero el problema aquí es que ella sabe perfectamente que no lo está. Sabe que estamos con ella, pero se quiere aferrar en su dolor.

-¿Y por qué quiere hacer eso?

-Para no tener que volver a sentir.

-Eso no tiene sentido –Avienta el cojín golpeando de nuevo a Boomer, con un poco más de fuerza. Después tomar otro. -¡Lo que dices no tiene sentido! ¡¿Cómo sabes que es lo piensa?! ¡¿O el cómo se siente?!

Boomer sostiene sus muñecas dejando que se queden arriba de su cabeza.

-¡Solo por una maldita razón! –La mira a los ojos -¡Porque soy su mejor amigo! ¡Y la vi varias veces sufrir! ¡La vi tirada en charco de sangre, tan lastimada que parecía a punto de morir! ¡La he visto, ocultar lo que siente, guardarse la lagrimas con tal de seguir! ¡La vi muchas veces ser la fuerte para su tía, para mí o para Kaoru! ¡Sin importar cuan lastimada estuviera, dolida o cansada! ¡Así que no necesito que una niña que apenas la conoce, me diga lo que ya se!

Miyako abre un poco más ojos azules dejando de pelear, Boomer suelta una maldición soltando las manos de la chica. Se quedan en silencio, Miyako mirando el suelo y Boomer la miraba atentamente. Hasta el sonido de una respiración fuerte. Rompe el momento incómodo.

-Solo estoy desesperada –murmura Miyako con voz ahogada. –No sé qué hacer, solo quiero ayudar a mi primer amiga. ¿Por qué soy tan inútil?

-No dije eso –Boomer toma sus hombros, haciendo que lo mire, Miyako no pudo evitar que sus ojos estuvieran lloroso, donde algunas lágrimas se derramen en sus mejillas. –No eres inútil Miyako, has hecho mucho por ella. Realmente eres una gran amiga que apreciamos. Que Momoko aprecia. Pero a veces no puedes lograr en ayudar a todos. Es algo que debes entender, que debemos entender.

-Pero Momoko…

-Dale tiempo –dice sonriéndole con tristeza, mientras la atraía a su pecho y la rodeaba con sus brazos. Miyako suspira correspondiendo el abrazo. –Debemos esperar.

Miyako sentía que Boomer podía ser igual de maduro como Momoko. Mira la puerta donde la imagen de su amiga, con aquella mirada fría, se plasmaba en su cabeza. Varias veces su padre había dicho lo inútil que era, pero sus hermanos le hacían ver (o por lo menos lo intentaban) que no lo era. No importa lo que le haya dicho Boomer, no podía evitar sentirse que realmente era inútil, al final su padre tiene la razón después de todo.

Solo era una inútil

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Kaoru se detiene cuando ve a Momoko bajar por las escaleras, se preguntaba como no podía tropezarse si últimamente está más metida en su cabeza que en el mundo real, le daba miedo pensar que se movía por mero instinto, como un robot.

-¿A dónde vas pelirroja? –Le pregunta tratándola como siempre, Momoko la mira y luego mira al idiota pelinegro Him que tenía lado -¿Tienes miedo que te gane en el Call of Duty?

Momoko niega con la cabeza, sin ánimos.

-Debemos ver cuánto has avanzado –exclama Butch –No puedo permitir que mi aprendiz pierda práctica.

Esperaron una reacción, pero Momoko solo se encogió de hombros –No tengo ánimos –murmura seca y después en seguir caminando. –Jueguen ustedes.

Kaoru la ve irse, controlando su furia. Cuando la chica desaparece en el pasillo que va a la cocina, Kaoru golpea la barandilla, lastimando un poco su mano.

-Eso no resuelve nada –murmura Butch sin malicia en su voz, o burla –Te haces daño en vano.

-Era la barandilla o tú. Agradece tu suerte.

-Diría que estás perdiendo tu rudeza.

-No quiero pelear Him –Dice Kaoru para asombro de Butch –No estoy de ánimos, en decirte tus verdades de mierda.

-Creí que te ayudaría –Kaoru arque la ceja, confundida con el comentario –De alguna forma debes desahogarte, creí que te ayudaría en desquitarte por lo menos conmigo.

Kaoru lo mira atentamente, incomodando un poco a Butch.

-¿Quién eres y que le hiciste a la idiota desinteresado Him? –Exclama desconfiada –Al idiota que conozco no le interesaría en ayudarme.

-Por una vez que trato de ser civilizado contigo… -le murmura, Kaoru no imaginaba que realmente Butch se sentía como una mierda por ser el cómplice de su hermano, ocultando la verdad también se arriesgaba él. Se arriesgaba en el odio de su hermana, e incluso la paliza de su vida a manos de ella. No imaginaba que el chico que tenía delante, estaba altamente estresado y lo estaba agobiando.

-¿Civilizado? –Se burla Kaoru – ¿Un animal puede ser civilizado?

-Sabes que, olvida lo que dije.

Kaoru ríe, negando con la cabeza y después llevarse la mano derecha a su sien, mirándolo de arriba a abajo como si estuviera analizándolo.

-Es extraño que trates hacerme sentir mejor –dice, aun divertida. Butch abre la boca al parecer con la intención de contradecirla. –Y más extraño es que sienta, que tal vez lo logres.

Cierra la boca. Viéndola algo sorprendido, no era algo que esperaba al parecer. Pero por una extraña razón Butch regresa su sonrisa coqueta, Kaoru rueda los ojos adivinando lo siguiente.

-Tal vez pueda lograrlo de otra forma –le toma el mentón acercando sus rostros. Kaoru entrecierra los ojos dándole un manotazo.

-No te confíes Him.

Un sollozo fuerte sobresalta a los dos, miran por el pasillo que va a la cocina, Kaoru siete un pequeño temblor por todo su cuerpo recorrerle. Intercambia una mirada con Butch. Y después los dos se acercan a la cocina.

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Dos minutos antes

Momoko desliza la puerta de la cocina, masajeando su sien. Sentía dolor de cabeza, comenzaba a cansarse de los cuidados de sus amigos, podía notar el cómo se esforzaban en tratarla como siempre. Pero a veces exageraban, por ejemplo en dejarle ganar en el juego. No quería lastimarlos por su actitud. Sabía que se comportaba de una manera… grosera y egoísta.

El sonido de una maldición la trae a la realidad. Brick estaba allí con ella, acomodado el vaso que había tirado. Por suerte era de plástico y no se había roto.

-Perdone no lo había notado –murmura Momoko, haciendo ademan de irse. Últimamente no le gustaba estar cerca de Brick, no le gustaba mirarlo, el color rojo de sus ojos le recordaban mucho a la sangre, le hacía recordar aquella escena que la atormentaba en sus horas de sueño.

-No importa, yo ya me iba.

Era incómodo para los dos, él no podía verla si sentirse como un asco de persona, con ganas de vomitar, y ella, en su mente lo hacía relacionarlo con la escena que trata por lo menos en olvidar.

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Brick se detiene, casi tocado la puerta con las yemas de sus dedos, solo tenía que deslizarla y huir de ella. Sería más fácil si solo ignoraba la culpa, si solo la odiara para que por lo menos, se crea que se merece su desgracia. Pero el problema, es que no puede ignorar esa chica, dejarla sufrir. Nadie merecía sufrir de esa forma, ya sea si la odias o no. Y para ser sinceros, Brick no la odia. Lo desespera, y fastidia. Pero no la odia.

Se da la vuelta acercándose a ella, que parecía de nuevo perdida en sus pensamientos. La toma de los hombros mirándola directo a los ojos, la chica parpadea y después verlo confundida e incómoda. Si él fue el causante de todo, por lo menos debe arreglarlo. O por lo menos un poco.

-Está muerta.

Momoko frunce el ceño -¿Qué?

-Que está muerta, Sanada Yuki, está muerta. Entiéndelo, no volverá, ya no está.

-Suélteme –murmura Momoko con enojo y desviando la mirada, no era normal que hiciera eso. Y aunque antes, le irritaba su mirada retadora, Brick requería de esa mirada para obtener alguna reacción de la chica. –Suélteme.

-No hasta que entienda, que no puede seguir sintiéndose miserable, ya no hay nada que pueda hacer, está muerta.

Momoko aprieta la quijada con evidente enojo, sonrojando su cuello y sus mejillas. No se daba cuenta, que al fin, por una semana estaba sintiendo, que parecía estar viva y no como una muerta andante.

-¡Ya lo sé! –dice algo fuerte, sin llegar a gritar. Mientras alejaba a Brick de un empujón -¡No tiene que recordármelo! ¡Sé que está muerta, imbécil!

Brick la mira, tratado de no sonreír. Por lo menos le había sacado una reacción. Aunque no una muy buena.

-Entonces deje de preocupar a los demás con su melodrama –sabía que estaba siendo cruel, pero si la forma dulce (podía decirse) que la trataban los demás no funcionaba, tal vez esto si –No crea que es la única que ha perdido a alguien, el mundo no gira a su alrededor.

Momoko llena de ira le da una cachetada en su mejilla, el chico no trato de pararlo, sintiendo ardor en la parte afectada. Eso se lo tenía merecido. Momoko al parecer no satisfecha golpea el pecho del chico mientras hablaba.

-¡¿Que sabes usted?! ¡Usted no perdió a ninguno de su familia! ¡No perdió a la persona que más amaba y lo único que podía llamar como madre! ¡Usted no tuvo la responsabilidad de cuidarla, y fallar! ¡No tuvo la culpa de que mataran a la persona que más amaba! ¡Usted no la vio sin vida, con un arma en la mano llena de sangre! ¡No sabe nada! ¡Maldito malcriado!

Golpeaba su pecho sin cesar perdiendo fuerza mientras hablaba, Brick detiene sus manos sujetándola dejando que la chica recargue su cabeza en su pecho, podía sentirla temblar, como si contuviera el llanto.

-No lo sé –dice con suavidad, algo que solo ha hecho con Miyako. –Pero si se dé algo, que usted es tan terca queriendo en guardarse todo. No eres ningún robot, Momoko.

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Era la primera vez que nombraba su nombre, pensaba Momoko. Mientras contenía las lágrimas, no porque no quiera llorar, si no por costumbre.

-Llora –dice Brick, Momoko niega con la cabeza y tratar de alejarse –Eres humana, puedes llorar.

Momoko sigue negando, hasta que una por una, las lágrimas caen de sus ojos, deslizándose por sus mejillas hasta su mentón, no hacia ruido, mantenía la boca cerrada para no dejar salir sus sollozos. Algo que fue en vano, suelta un sollozo fuerte, cuando la sensación parecía ahogar su garganta, pidiendo liberarse. Mientras se recargaba más en el pecho de Brick, mojando la camisa de este. Su mente le vuelve a regañar diciéndole que de nuevo se veía débil, y peor aún, enfrente del mayor de los Him. Pero seguía llorando sintiendo un alivio, como si se quitara un peso de más encima.

Brick no la abrazaba, solo sujeta sus muñecas dejando que llore en su pecho, no le hablaba, no la tranquilizaba, solo estaba allí en silencio permitiéndole desahogarse, y de alguna forma le gustaba a Momoko. La confortaba a su manera.

No noto cuando Brick alzo la mirada al escuchar la puerta deslizarse, tampoco se percató de Kaoru y de Butch. Que la miraban como si fuera un milagro. O el intento de Kaoru de acercarse, pero fue Butch quien la detuvo. No noto ambos pelinegros, porque sus ojos estaban llorosos y solo dejaba que sus emociones se liberaran, mientras se recargaba en el pecho de Brick.

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-¿Qué Momoko, que?

-Estaba llorando –vuelve a decir Kaoru, mientras Miyako no cambiaba su cara de sorpresa.

Estaban en la sala de juegos. Butch había arrastrado a Kaoru en contra de su voluntad. EL chico no sabía si era buena idea dejar a Momoko sola con Brick, pero al verla reaccionar, pensó que sería mejor que Brick se encargara.

-¿Y Brick estaba con ella? –pregunta Boomer.

-Que están sordos –exclama Butch –Si, esta con ella.

Miyako jadeo ligeramente con la mirada en la puerta, fue Boomer quien le sujeto el hombro impidiendo que también fuera a la cocina.

-Creo que es mejor que esos dos estén solos un momento.

Kaoru y Miyako bufan, quedándose quietas. Quedan en silencio, cada uno en sus pensamientos, como Butch quien no sabía si su hermano lo hizo por la culpa, o para evitar que sospechen de él. Podía ser su hermano, pero Butch a veces piensa que solo se preocupa por sí mismo, teniendo solo como excepción a Miyako y puede que también a él.

Ser cómplice, y cubriéndole las espaldas. Era muy problemático.

-Irónico –el murmuro de Kaoru llama su atención –La persona que se supone que no la soporta, es quien la vuelve en sí.

Butch ladea una sonrisa, no era irónico. Era una maldita culpa.

-¿Qué hacemos? –pregunta Miyako, todos voltean a ver la pantalla.

-Si no hay algo mejor que hacer.

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Momoko miraba a Brick que estaba preparando algo, dándole la espalda. Había dejado de llorar, pero pequeños hipos salían de su boca de vez en cuando, la sensación de vacío se había ido. Ahora se estaba desesperando con los sonidos molesto que salía de su boca.

Se sentía extraña el pensar que Brick la viera de esa forma. Trata de hacer memoria, dándose cuenta que la única persona que la vio llorar fue su tía. Espero la sensación de vacío, al recordar a su tía. Pero seguía desesperándose con los molestos hipos.

-Tenga –Momoko mira la mano que le extendía el chico que sujetaba una taza, el olor a dulce llega a su nariz. Era chocolate caliente. Temblorosa toma la taza soltando un quejido al quemarse un poco, cuando derramo el chocolate. –No sea torpe.

Momoko lo mira mal, sacando una pequeña sonrisa a Brick. Prefería esa mala mirada, que la fría que tuvo por una semana.

La chica contempla el chocolate, algo dudosa. Sopla un poco para evitar quemarse la boca. El dulce se resbala por su garganta al tragar.

-Esta bueno –dice Momoko sintiendo algo cálido en su pecho. Le sonríe al chico, no era forzado, era sincero. –Gracias Brick.

El nombrado desvía la mirada dándole un ligero asentimiento de cabeza.

-¿Por qué? –pregunta Momoko, no tenía que ser específica, él entendía a lo se refiere. Pero este se encoje de hombros. –Pensé que me odiabas.

-No lo hago –contesta con rapidez –Solo eres irritante.

-Yo tampoco te odio, solo eres malcriado –comenta Momoko no insistiendo, toma otro trago del chocolate, recordando a su tía –Mi tía Yuki me preparaba chocolate caliente cuando llegaba del trabajo, antes de vivir con ustedes. No podíamos darnos muchos lujos, pero el chocolate nunca faltaba –Noto a Brick escucharla atento recargándose en la barra donde estaba sentada. –Creí que no iba a poder comer o tomar el chocolate sin sentirme sola. Que ridícula ¿no?

-Tal vez –Momoko a veces odiaba la sinceridad del chico –No sé de esas cosas, pero no creo que este sola. Hay cuatro personas preocupados por usted.

-Les hice pasar por un mal rato –Murmura, tomando más del chocolate. – ¿Debería disculparme?

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-Creo que si –dice, mirándola beber del líquido. Fue instinto preparar el chocolate, antes lo hacía para Miyako cuando tenía pesadillas. También su madre se lo hizo una vez hasta que descubrieron que no le gustaba. Realmente no le gustaba el dulce. –Ira a mi escuela, ¿Verdad?

-Después de que el juez le dé la tutela a su madre.

-Si es así, deberíamos dejar de tratarnos con "usted".

Momoko asiente. Ya no tenía sentido, ella ya no era una empleada. Sería raro tratarse de esa forma si ella ira a su misma escuela, como también el hecho de que vivirá en la misma casa que él, por un largo tiempo. Momoko regresa su mirada en él, dedicándole una sonrisa leve.

-¿Tengo que llamarte Bricky?

Brick rueda los ojos. –Por supuesto que no.

-Cierto, solo tu novia puede hacerlo.

-De nuevo vas a joder con eso, enana.

Momoko frunce el ceño –Me llamo Momoko, no enana.

-Para mí siempre serás enana –sonríe cuando escucha la maldiciones de la chica, por alguna razón había extrañado molestarla.

-Eres imposible Brick.

-Lo sé.

Un grito femenino de una grosería, provoca que Momoko frunza más su ceño, era obvio para ambos que había sido Kaoru. Al igual saber que estaban jugando con los videojuegos de Butch.

-Esa chica no sabe comportarse.

-Como su amiga enana

Momoko le da un pequeño golpe en su hombro, Brick se queja, sobándose en la zona afectada.

-Te estas tomando muchas libertades enana.

La chica se encoje de hombros, para luego tomar la mano del chico para sorpresa de este, y jalarlo hacia la puerta.

-Vayamos con ellos.

-Preferiría que no.

-No seas aguafiestas Him.

Brick protesta varias veces siendo ignorado por la chica, que solo lo jaloneaba hasta la sala de juegos.

Ninguno de los dos, no se había dado cuenta que era la primera vez, que había mantenido una conversación extensa sin querer matar al otro. Que parecían algo como amigos.

Momoko creía eso, que al final, puede llevarse bien con el hermano mayor de los Him. Solo tiene que saber cómo tratarlo.

Continuara…

Audi (*) = es una empresa multinacional alemana fabricante de automóviles de alta gama, lujo y deportivos. La que Brick posee es una Audi A6 Avant.

Dato curioso del capítulo: mientras escribía este capítulo mi abuela me puso esta melodía Yiruma- River Flows in You. Yo escribía y ella cocinaba. Se lo recomiendo por si quieren un poco de ambiente. Tuve que preguntarle a mi madre sobre la melodía porque solo recordaba cachos, estuvimos todo el día buscando xD

También otra canción que les recomiendo es la de Kamado Tanjirou no Uta, hay cover en español y para mí me gusta más el cover de amaia rodriguez. Esa canción es parte del anime Kimetsu no Yaiba, si no la han visto no sé qué están esperando xD

Última edición: 21/02/21.