Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece, solo la trama.

¿Nana?

Capítulo 12

Solo estaba experimentando, debe estar seguro.

Momoko hablaba, pero no la escuchaba, la ignoraba. Siempre lo hacía cuando ella habla de su trabajo nocturno. Normalmente escucha lo más importante para que la chica no le reclamé después. Pero esta vez la ignoraba completamente, o al menos ignoraba lo que estuviera diciendo. La miraba, la analizaba. La chica tomaba el chocolate que le había hecho, a su lado había otra taza, también con chocolate, pero está era hecha por Yoko.

Su plan había sido este. Cuando Momoko llegó de su trabajo, le dio el chocolate de Yoko sin decirle quien lo preparo. Momoko hizo una mueca al primer sorbo, diciendo que no sabía igual, Brick le dio la otra taza, que él preparo y la chica satisfecha había comenzado su charla.

Por alguna razón ese pequeño acto lo tenía preocupado.

No era la primera vez, la chica comía todos los dulces, pero dejaba el chocolate. Eso lo noto ayer, cuando lo obligaron estar con ellos en la sala de juegos.

Momoko estaba cambiando, ya no es la chica estirada que conoció cuando entro a esta casa por primera vez. Sigue siendo una chica gruñona, gritona e incluso aún lo reta con la mirada. Pero hay pequeños cambios que no pasan desapercibidos para él.

El cómo deja su cabello suelto y ya no se esmera en tenerlo siempre presentable, el hecho que cambia su gusto ante el chocolate. E incluso pasa más tiempo con él que con los demás.

Levanta la mirada para ver a la chica, se había quedado callada y miraba el chocolate mientras se rascaba su codo. Y también está ese hecho, varias veces está perdida en su mundo.

-Deberías dormir –dice, Momoko sale de su trance. Le sonríe avergonzada, mientras se acaba su bebida.

-No tengo sueño. –Contesta –Tu madre quiere que vaya mañana con un especialista. Para cumplir las condiciones del juez.

-Eso te molesta –No era una pregunta, era una afirmación.

-Bastante, estoy bien. No estoy loca.

-Ir con un especialista no es por qué estés loca.

-Ya lo afronté...

-Enana puedes engañar a todos, pero a mí no. –Momoko se muerde el labio, Brick sabía que la chica está reprimiendo sus ganas de aventarle la taza. –Hablar conmigo, no es tu solución.

-¿Desde cuándo te preocupa mi salud mental? –Brick se encoge de hombros, ignorando la hostilidad de la chica. –Eres un fastidio a veces.

-Y tu una terca, enana. Podemos seguir insultándonos, y no llegar a nada. Pero iras con ese especialista.

Momoko suspira, aunque parecía más un gruñido. Brick sabía que se iba arrepentir después de decir estas palabras, pero las dijo de todos modos.

-Te acompañare.

Momoko lo mira de reojo, para después desviarla a su taza vacía.

-¿Porqué?

Eres capaz de escaparte.

-Claro que no.

-Si fuiste capaz de meterte con un Yakuza, no me sorprendería que lo hicieras.

Momoko sonríe levemente, aun mirando su taza.

-De acuerdo, iré si me acompañas. Pero también quiero otro acuerdo.

-No estamos negociando enana.

-Iré, si me acompañas y que también convivas más con nosotros, no es sano tanta soledad.

-No estoy de acuerdo, es más un chantaje.

-Entonces no iré con el especialista.

-Es un chantaje.

-Vamos Him –Momoko toma su mano recargando su cabeza en él. Brick desvía la mirada. Le incomodaba el contacto.

-De acuerdo, bien, pero si ese rubio de tu amigo sigue coqueteando con mi hermana, le parto la cara.

Momoko ríe, soltando la mano del chico.

-Boomer es un buen partido, créeme que Miyako sería afortunada.

-Mi hermana no se merece a nadie. Nadie es bueno para ella.

-Hermano celoso.

-Cállate.

-Admítelo, Brick. Eres muy celoso y posesivo con tu hermana.

Brick rueda los ojos, tomado los trastes y ponerlos en el fregadero. Mira la hora dándose cuenta que pronto amanecerá. No le hace bien quedarse despierto, ni a Momoko. Pero los dos parecían no importarle, le gustaba, (aunque no lo admitieran) estar los dos juntos en sus horas nocturnas. Aunque tengan poco tiempo para dormir.

-Harían buena pareja.

-Deja de emparejar a mi hermana con ese chico.

Momoko ríe de nuevo.

Otra de las cosas, que ha cambiado. Y que no ha notado Brick, era su risa. Con él no era falsa, ni forzada. Era natural y sincera.

Ella no fingía, no con él.

.

.

.

Miyako comía durante la hora de descanso en su escuela. Con Momoko a su lado, y para sorpresa suya, también estaba Brick. Los tres estaban sentados en una de las esquinas de la cafetería. Momoko hablaba algo sobre, una película que deseaba ver con ella. Y que había leído el libro, por internet. Brick comía, parecía no poner atención, pero varias veces, noto como este miraba de reojo a su amiga, delatándose. Ella opinaba con Momoko contenta, amaba que Momoko estuviera con ella. Los días en su escuela eran mejores, cuando antes para matar el tiempo, Miyako paseaba por la escuela con tal de evitarse problemas con sus demás compañeras, pero ahora estando con Momoko, las miradas hostiles por lo menos ya no eran tan frecuentes.

-No creo que Kaoru quiera ir a verla con nosotros. –opina, comiendo su ensalada. –Por lo que me dices es muy romántica para ella.

-Si lose, por eso pensaba ir contigo y Boomer, a él también le gusta.

Miyako se imagina una escena de ella y Boomer en la sala de cine mirando la película romántica de Momoko. Se sonroja, sonriendo de forma soñadora.

-Sería divertido.

-Me imagino –murmura Brick de forma ácida. Miyako no se da cuenta el como Momoko le daba una patada por debajo de la mesa a su hermano y como el chico miraba mal a su amiga mientras le regresa el golpe con menos fuerza. Momoko hace una mueca y le da otra patada fuerte provocando que la mesa se mueva por un momento. Haciendo que Miyako se sobresaltara.

-¿Está temblando?

-No, sin querer la moví, perdón –le contesta Momoko, Miyako asiente quitándole importancia. De nuevo no nota la mirada de veneno que se dirigen Brick y Momoko.

-¿Vas a ir con la especialista, Momoko?

-Después de la escuela –dice, con algo de fastidio.

-¿Quieres qué te acompañe?

-No, Brick me llevará.

Miyako mira a su hermano, el chico seguía comiendo ignorando su mirada curiosa. Miyako no era distraída. Ni mucho menos. Es fácil de manipular, y su pecado siempre ha sido en confiar en la gente muy rápido, y seguir creyendo que no todos son tan malos como aparentan. Pero era muy observadora, notaba el cambio de su hermano, también notaba el de Momoko. Pero lo que más destacaba era el trato que se tenían los dos.

Parece una especie de amistad bastante rara.

No sé agradaban, varias veces Brick lo decía al igual que Momoko. Pero parecían tolerarse, tiene personalidades muy diferentes, y eso era lo que chocaba entre ellos.

-Si sigues comiendo como poseída engordaras enana.

-No te metas con mi comida Him.

-Subirás de peso, y en vez de enana serás tapón de alberca.

Momoko le lanza su servilleta, mientras Brick esquivaba el objeto.

-Púdrete.

-Exagerada.

E incluso en los insultos no se ponían límites, no ahora que Momoko no tenía que cuidar su empleo de nana. Aunque no sobre pasaba a los insultos de Kaoru y Butch.

La campana suena, Brick no pierde tiempo en levantarse e irse a su clase. Pero antes de irse le susurra algo a Momoko y después marcharse.

-¿Qué te dijo?

-Que después de llegar a la casa, vamos a mi cita con la especialista.

Miyako y Momoko sigue su rumbo a su clase, Himeko estaba en su lugar hablando con Erika. Miyako le sorprendía que la chica Shirogane no la haya molestado toda esta semana. No sabía el por qué.

Miyako llega a su lugar sacando su celular, nota los tres mensajes de Boomer. No duda en abrirlos.

Encontrado empleo, ¿Aún deseas trabajar? –B

No es tan difícil, y el ambiente te va agradar. –B

Olvide que estabas en clase. ¿Te he metido en problemas? –B

Miyako sonríe, Boomer le gustaba. Demasiado diría ella. Apenas lo conoció, apenas lo conoce, apenas ha tenido tiempo de saber sus gustos o lo personal en él. Pero comenzaba a enamorarse.

Si, aún quiero trabajar. –M

¿Dónde es? –M

Tranquilo esta en silencio, y apenas comenzó la segunda jornada –M

Para su sorpresa Boomer no tardó en contestar.

Me alivia saberlo, te llevare después de tu escuela. –B

Le diré a Momoko y a Kaoru. –M

No, solo vayamos tú y yo. :) –B

Miyako deseaba tanto saltar a su cama y gritar en su almohada por la emoción. Se muerde el labio evitando un grito.

De acuerdo. Nos vemos al rato –M

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Miyako no sabía que Momoko la miraba de reojo, también compartiendo una conversación con Boomer.

Por su expresión, puedo imaginar que aceptó. –M.A

Gracias por la idea. Eres la mejor amiga –B

Lo sé, yo me ocupo de Brick. ;) –M.A

Te compraré todos los dulces que quieras –B

3 –M.A

La suerte estaba de su parte, piensa Momoko. Qué Brick se ofreciera. le evitaba encubrir una escapada de su amiga.

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Kaoru patinaba, después de clases aprovecho pasar al parque de la cuidad y patinar un rato. Sus amigos estaban ocupados y tenía tiempo libre para ella. Algo que normalmente le molestaba. Pero esta vez, requería un respiro para ella sola.

Se impulsaba en su patineta, dejando que el aire rozará sus mejillas. Ya había iniciado otoño y con ello pronto seria las vacaciones de invierno.

Kaoru estaba metida en sus pensamientos. Estaba organizando sus días para lograr su objetivo de ganarle a Momoko en calificaciones, era una misión algo difícil, pero no imposible. La palabra imposible no está en su vocabulario, aparte esta apuesta tenía una ventaja, al aumentar su promedio le ayudaba en tener más oportunidad de ir a la universidad que quiere. Ella lo que quería, es el campo del periodismo, ¿Por qué? Muy fácil, su primera opción era ser una luchadora como su padre, pero comenzó a darse cuenta que no era algo que la apasionaba, si no, todo tipo de deporte que existe en el mundo (excepto el Golf), pero no le era posible practicar todos los deportes, entonces podía dedicarse en la información, era buena en buscando, sabia como hablar con la gente cuando quiere, y era un trabajo bastante peligroso si te metes donde no debes.

Si, era el trabajo perfecto para ella, y todos sus seres queridos lo saben, sobre todo su padre que esperaba que su hija pequeña siguiera sus pasos. El hombre que siempre llevaba una máscara, lloro de forma escandalosa por tres días.

Pero siempre mostrando su apoyo.

Se detiene cuando un chico bastante familiar le sonríe con picardía, y su característica aura burlona.

-¿Qué haces aquí, animal?

-Tienes una forma de saludar bastante curioso, muñeca.

Rueda los ojos, se había cansado de repetirle que no le llame de esa forma, nota la patineta en las manos del chico. Lo mira confundida.

-¿No estabas castigado?

-Pude librarme, Momoko y Brick fueron con el psicólogo, y mi hermana salió con Boomer. Tengo tiempo libre y me imagine que estarías aquí.

-¿Qué no tienes amigos? ¿O por qué me tienes que molestar a mí?

-Mi compañía no molesta a nadie, es más, deberías estar agradecida en tener mi atención.

-Estaría agradecida, a que tuvieras neuronas.

-Siempre tan tierna. –El chico suelta su patineta comenzando a patinar hacia al parque donde se dirigía Kaoru hace unos segundos. –El último invita la soda.

Kaoru pudo darse media vuelta y regresar a su casa, fue tentada en hacerlo, pero solo sonríe, alcanzando al chico de ojos verdes. Nunca lo admitiría, primero le cortan una mano antes de admitirlo. Pero la compañía de Butch, era divertida. Sobre todo, cuando puede callarle la boca al muchacho en sus constante discusiones.

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Debió imaginarlo, no le desagradaba la idea. Realmente era una de sus opciones, pero temía que sus amigos pensaran que los agobia por hacer lo mismo que ellos, con tal de estar más tiempo con ellos.

Pero allí estaban, el chico que comenzaba a gustarle y ella, en la entrada del famoso restaurante, nunca supo su nombre hasta ahora notando el letrero gigante, Sakura rest.

-¿Qué te parece?

Miyako mira a Boomer que espera alguna reacción de parte suya, le sonríe y mira al restaurante de nuevo.

-No sé cómo debería pedir trabajo.

-El viejo cascarrabias, sabe que vienes por el puesto de mesera, hace dos días que mi compañero dejo el puesto por problemas familiares. –Boomer, hace una mueca recordando algo –Pensándolo bien, nunca memorice su nombre.

Miyako suelta una pequeña risa, pero eso no evito que sus nervios aun estuvieran a flor de piel. Trataba de tranquilizarse tratando de recordar como respirar con normalidad y recordarse que Boomer es solo un amigo. Que le gusta mucho, y que cada vez que lo ve, sus piernas le tiemblan. Tenía problemas.

Conseguir el puesto fue muy atemorizante para Miyako había olvidado varias veces que era hablar, pero su curiosidad de la extraña piel del "viejo cascarrabias" que siempre le apodaban sus amigos a su jefe, la tenía distraída. ¿Era acaso por el calor de la cocina el tono tan rosado en la piel de su ahora jefe? Pero aparte de eso, solo fue sincera por su falta de experiencia, pero mencionando sus atributos como su... De acuerdo le costó trabajo darle alguna habilidad aparte de saber contar (se quiso darse varios golpes en la cabeza en la pared más cercana, por la gran tontería que dijo) y que podía memorizar los pedidos de las personas.

-Estarás a prueba niña —gruñe el hombre de piel rosada –Te daré una semana para que pruebes, que puedes con el trabajo, un error y te largas de mi negocio.

Sobra decir el miedo que experimentó la rubia con esa amenaza. En cambio, Boomer rodó los ojos, siempre se daba esa amenaza, se la hizo a él, a Kaoru y a Momoko. Y al final siempre se pasa la dicha prueba. Pudo decírselo a Miyako y quitarle la expresión de preocupación que se reflejaba en su rostro, pudo hacerlo, pero admitió que esa cara le hacía ver muy tierna.

No le dijo nada.

-No creo que pase la prueba —expresa la chica mientras frotaba sus manos al sentirlas frías. — ¿Y si me equivoco en un pedido y la persona se lo coma y resulte alérgica?

-No creo que...

-¿Y se derramó café caliente sobre alguien y demandé el restaurante?

-¿Quién demandaría por...?

-¿Y se me equivoco en el cambio como me pasó con mi compañera que por mi culpa tuvo un poco menos de dinero?

-Pero solo fue un...

-¿Y si se me olvida limpiar una mesa y la persona come en un lugar sucio?

-Oye Miyako…

-¿Y si prendo el horno de forma incorrecta y todo explota?

Boomer la tomo de los hombros y junto su frente con la suya. Miyako calla al instante, mirando esos ojos azules zafiro. Olvido que era respirar.

-Tranquila Miyako, lo harás bien. —le sonríe, provocándole un sonrojo a la chica. –Además puedes comprar el local y dejar de preocuparte.

Miyako frunce el ceño, muestra clara de su disgusto ante el comentario. Boomer tuvo que aguantar sus ganas de apretarle las mejillas de la chica que de forma inconsciente las había inflamado, como forma de berrinche.

-Eso no fue gracioso.

-Si bueno, por lo menos te distraje de tu paranoia.

Miyako esta vez, hace una ligera mueca con su boca, mientras se alejaba de Boomer molesta. Eso aparentaba.

-Eres un grosero.

-¿Eso fue un insulto? –tenía una sonrisa burlona, que contagiaba. Miyako tuvo que darle la espalda para no ver esa sonrisa. Debía aparentar seriedad, estaba molesta. ¿Entonces por qué ella sonreía también? –Sabes que una de mis mejores amigas, es Kaoru, cuyo concepto de insultos es demasiado para cualquier persona, es como un puñetazo en la cara. Eso apenas fue un empujón.

-No voy a insultarte.

-Bien, entonces podríamos ir por un helado y considerarlo como una cita.

Miyako no pudo evitar la sonrisa, ni su sonrojo, o que su corazón estuviera al borde de un colapso, o de varios paros cardiacos. Exageraba de nuevo. Pero los libros y películas románticas que vio en su infancia y parte de su adolescencia le habían enseñado que era esa la única explicación de su reaccionar. Claro omitiendo todos los hechos científicos, que a ella no le interesa saber ahora.

-¿Qué te parece?

Miyako se recordó por quinta vez que era hablar. Pero no lo logro, así que solo pudo asentir mientras solo miraba sus pies, con los nervios en todo su esplendor.

Boomer agradeció que no lo mirará, porque él también tenía a su cuerpo reaccionando de su repentina osadía.

Vaya pareja inocente.

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Recordó que una vez su tía asistía al psicólogo, cuando los trabajadores sociales asistieron a su casa con amenazas de llevársela. Lo hizo para tenerlo contentos. Esos días fueron tranquilos, su tía Yuki comenzaba a tener interés en vivir o eso sentía Momoko después de esas sesiones. Asistió casi la mitad del año, después no volvió.

Ella no creía que pudieran ayudarla, ella se ayudado por sí misma por mucho tiempo que realmente le molestaba el hecho de que tenga que apoyarse en alguien más. No quería apoyarse en nadie.

-Deja de mover tus pies, pones nerviosa a la gente. –Momoko para sus movimientos repetitivos para mirar el chico de gorra roja. Estaba entretenido viendo algo en su celular mientras esperaban a que la llamaran.

-Solo estamos nosotros.

-Por eso –Brick rueda los ojos, guardando su teléfono –Provocaras un terremoto si sigues pateando el piso de esa forma.

Momoko asiente, estira sus manos en un intento en vano de calmar sus temblores. Estaba asustada, algo aterrada, no deseaba tener que compartí su vida con alguien que nunca ha visto. ¿No podía conformarse en que hable con sus amigos?

-Hablando de amigos –Toma su teléfono mandando un mensaje a Boomer en cómo le está yendo con su intento de cita casual con Miyako. El chico no le responde el mensaje, Momoko esperaba que saliera todo bien.

-Akastustumi Momoko –la nombra la recepcionista como un tono monótona mientras no alejaba la vista del computador, la pelirroja no pudo evitar su sobresalto, se reprende mentalmente por ser tan expresiva con sus movimientos. Mientras se concentraba en no tropezarse con sus pies temblorosos, y quedar más expuesta de lo común. Aunque la voz de Brick le provoco otro sobresalto.

-Enana –Momoko lo mira, esperando que sus facciones no mostraran lo asustada que estaba. Irónico, podía retar a un secuaz de un Yakuza, pero el hecho de ir con un psicólogo le ponía la piel de gallina –Te veré cuando salgas.

No entendió a qué se refería, era obvio que lo vería al final de su cita. Pero conociendo la forma extraña de ser, del mayor de lo hermanos, entendía que era una forma de tratar de darle consuelo. Lo agradecía, pero una afirmación obvia no le ayudaba demasiado.

-Más te vale no dejarme –Murmura mientras arreglaba un mechón de su cabello. Para luego caminar a la puerta donde la esperan. Brick no evito su pequeña sonrisa como tampoco no evito notar el cabello pelirrojo de la chica que le llegaba a la cadera. Era demasiado largo. ¿Cómo aguanta tanta melena?

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-Akastustumi Momoko, ¿Verdad? –asiente mientras miraba a la mujer delante suyo. Aparentaba tener diez años más que ella. Un cabello blanco con puntas pintadas con azul y rosa, no eran llamativos. Se podía ver un tatuaje en su muñeca. No traía una bata como pensó y ni tampoco tenía lentes con una vestimenta formal… era bastante… Normal. – ¿Puedo decirte Momoko? Creo que sería más cómodo para ambas tutearnos.

Momoko vuelve a sentir, aun sintiéndose demasiado nerviosa como para hablar.

-Bien, entonces Momoko ¿Por qué estás aquí?

Momoko la mira confundida, ¿Los trabajadores sociales no la informaron? –Creí que los trabajadores sociales le dieron mi…

-Si bueno, siempre me dan uno por cada paciente que tengo –Comenta la mujer cuyo nombre Momoko acaba de olvidar –Pero siempre leo el nombre y hago esto –Toma el expediente de Momoko que estaba entre las piernas de la mujer (quien estaba sentada frente suyo) para luego tirarlo al bote de basura. –Debo ser sincera, no me interesa lo que varios papeles escritos por personas que solo se basan en lo superficial y no en la verdad. Me diga cómo es la persona que tengo enfrente. Cuando puedo saberlo por la boca de esa misma persona.

Momoko le devuelve la sonrisa que la mujer le dedica.

-Entonces dime porque estás aquí.

-Por que un juez lo pidió.

-Si eso lo se… me refiero del por qué lo solicito.

Momoko trata de pensar en algún sarcasmo o burla para evitar dar la verdadera razón. Al parecer aún se negaba. Aun se sentía perdida.

-Por qué… -Comienza –Al parecer no acepto que mi tía me haya dejado.

-¿Tu tía?

-Murió hace dos semanas, se suicidio.

La mujer se mantiene callada sin mostrar nada en particular. Momoko no deseaba hablar más. No quería. La mujer suspira, asistiendo con la cabeza.

-Dime Momoko, ¿Has llorado?

-Solo una vez.

-Al parecer sueles contener lo que sientes, antes de que preguntes de cómo lo sé, fue porque hace unos momentos parecías nerviosa y cuando comenzaste hablar, te pusiste tensa y hasta casi a la defensiva. –De forma inconsciente relaja sus hombros y postura. Provocando una sonrisa a la mujer. –Lo ves. Mira podemos estar así por varias horas, con silencios o esquivando sobre el tema. Pero eso complicara las cosas, porque requieres del visto bueno por mí para que esos trabajadores que te han molestado toda tu vida, al fin te dejen en paz, y tutelado este del todo tramitado. ¿Te parece?

Era directa, muy directa. Le agradaba, era una Kaoru combinada con una Miyako.

-Creo que sí.

-Bien, cuéntame de ti, y dejamos el tema principal por un rato.

Lo agradeció mentalmente, y las palabras iban saliendo un poco más ligero mientras contestaba las preguntas, relataba momentos que ella conserva para afirma de lo que dice. Si menciona a su tía, menciona a sus amigos, a los hermanos Him y todos los cambios que ha tenido que adaptarse, cumpliendo con la hora establecida de la sesión. Y quedar con la mujer en su siguiente cita.

-Me podía repetir su nombre –dice Momoko antes de cerrar la puerta y buscar a Brick.

-Sana.

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Comer un helado con la persona que te gusta parecía ser sacada de una película, reír con esa persona y rozar sus manos de forma casual, como el sonrojarse cuando el chico se anima a tomar por completo tu mano mientras caminaban por un parque, ya era demasiado una escena cursi de una película. Pero no importaba mucho, no para Miyako. Por qué el sentirse en una película, era perfecto para ella. Como el helado de vainilla que come.

-¿Entonces tu madre acepto que cambiaras de escuela y de vivienda, así de sencillo?

-Ella prefiere que conozca al mundo y no me quedara solo en un pueblo. Y el hecho de que ella también podía tener más libertas con mi ausencia.

-Debió ser difícil…

-Si al principio, pero bueno comienzas acostúmbrate y conocí a Kaoru y Momoko casi al instante así que no fue del todo malo.

Miyako nota la leve caricia del pulgar de Boomer en sus dedos, como el sonrojo de este y también del suyo. ¡Como deseaba calmar su corazón por unos momentos!

-¿Y por qué no vas a la misma escuela de las chicas?

-En la escuela que voy me da más oportunidad de entrar a la universidad que quiero. Sabes que quiero dedicarme a la cocina.

Miyako asiente, mientras se armaba de valor y dejaba que su cabeza se recargara en el hombro del chico, que con su estatura no era tan difícil, terminan sus helados y se encaminan a la casa de la chica. Brick no tardaría en llegar a la casa y si no ve a Miyako, llamaría a toda la milicia para buscarla. No exageraban.

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No notaban como Butch había contemplado toda la escena. Mientras esperaba que Kaoru buscara unas bebidas para ambos. Le agradaba que su hermana tuviera más vida, pero no le agrada del todo que este en una primera cita, aunque sea con unos de sus amigos. Que puede decir, son cosas de hermanos mayores…. En ocasiones.

-En teoría tú deberías ir por las bebidas

La voz de Kaoru hace que aparte la mirada mientras tomaba el refresco. –Si en teoría, pero sé que hubieras hecho un drama por eso.

Kaoru le da un pequeño empujón en su hombro, siendo algo fuerte de lo que aparentaba al principio. –Realmente eres muy idiota cuando hablas. ¿Miyako y Boomer tuvieron una cita no es así?

-Al parecer, y por el bien de los dos, Brick no debería enterarse. Y por el bien de Boomer, cuidara de mi hermana.

-Bueno, creo que ella puede cuidarse, como el rubio pervertido. –Le sonríe, mientras tomaba de nuevo su patineta con intención de volver a las rampas – ¿otra vuelta?

-Esto podía ser como una cita, no lo crees muñeca.

-No lo es, y si lo dices de nuevo. Te romperé la nariz.

-Siempre tan linda –toma su patineta, para luego decir –Pero es una cita.

Kaoru no fue lo bastante rápida de darle un puñetazo ya que el chico había comenzado a patinar. No era una cita, se repetía mentalmente la chica, no lo era. Y jamás lo seria. Butch no era el tipo de chico que ella se fijaría. Por lo menos sobria.

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- ¿Fue tan malo como pensaste? -la pregunta de Brick la saca de su cabeza, el auto estaba estacionándose en la entra de la mansión.

-No lo fue –murmura, tomando su bolso y suéter de los asientos de atrás –Un poco agobiante al principio, pero fue más por mí, que por Sana.

-Bien, así sabes que eres una dramática.

-Y tu un insensible mal conductor. –Le devuelve el insulto saliendo del carro junto con el chico que solo le dedico una ligera sonrisa. Ambos se acercan a la puerta, cuando Momoko vuelve hablar - ¿Por qué no llevas tu auto a la escuela?

-Por qué no.

-Podrías en algún momento dejar ser tan cortante.

-Y tú de ser enana.

Ambos se miran de forma retadora, hasta que Momoko se ríe y niega con la cabeza. Abriendo la puerta de la entrada, con un Brick sonriendo de forma ligera. Momoko comienza bromear con el muchacho sobre el humor de este, que era demasiado ogro como para asustar a un niño. Brick se defendía expresando, que el humor de la chica, tan aguafiestas y gruñona, era motivo para que un bebe se pusiera a llorar. Todo eso mientras se dirigían a la cocina y Momoko decide preparar Hot Cakes.

-Bueno, realmente hago llorar a los bebes –comenta Momoko mientras dejaba de mezclar las especies y comprobaba que el sartén se haya calentado lo suficiente. –Solo me miran y aunque les sonría, comienzan a llorar.

-Saben que eres gruñona y le provocas miedo.

-Me imagino que a ti te adora.

-Aunque tu sarcasmo sea bastante evidente. Debo admitir que soy yo el que no tiene paciencia con los niños.

- ¿Y Miyako?

-¿Ella que tiene?

-Debió ser niña alguna vez e incluso una bebe.

-Es diferente, era bastante tranquila y no lloraba mucho, y cuando lo hacía se mordía el labio para evitar hacer ruido –Por un momento su tono de voz cambia, Momoko deja la comida de lado. Mirándolo. –No le gustaba al señor Him a los llorones, menos si llevaban su apellido.

No comenta nada, y deja que el chico este perdido en sus pensamientos. No sabía que podía ser de ayuda para él. Toma dos platos, y reparte la comida para ambos.

-Espero que sea comestible –Murmura el chico, comiendo el Hot Cake. Por suerte si era comestible.

-No soy tan mala como Boomer y Kaoru alegan.

Ambos comen, mientras continua con su repentina conversación. Momoko se puedo dar cuanta que el chico comenzaba ser un poco más abierto con ella, no lo suficiente. Pero por lo menos no era la única que hablaba, y si, ella se daba cuenta cuando Brick dejaba de escucharla.

Todo iba bien.

Hasta que el celular de Momoko suena.

-Hola.

-Sabes, es bastante agradable saber de ti dulce Momoko.

-¿Randy? –Brick la mira pendiente de la llamada, mientras Momoko temblaba ligeramente -¿Dónde estás?

-Si te lo digiera irán a matarte. Estoy bien, si esa es tu duda, él me tuvo ocupado por mi descuido de tu antigua deuda.

Momoko evito el suspiro de alivio - ¿Te hicieron algo?

-Tú sabes cómo arreglan las cosas aquí, pero sigo vivo.

- ¿Por qué me llamaste? –Momoko nota como Brick recoge los trastes sucios y los deja en el fregadero.

-Solo necesitaba recordarme algo –Momoko no lo entiende, y eso está bien. Randy lo prefiere así. –Dile a Boomer que se quede con mi auto.

-El no planeaba devolvértelo

-Era mejor pensar que yo se lo regalaba.

No dicen más, él simplemente cuelga y ella deja el celular en la mesa.

-Antes de que preguntes, si estoy bien –le dedica una sonrisa floja. –Solo no lo esperaba.

Brick asiente, se quedan en silencio.

El silencio era la mejor compañía para ambos, sobre todo cuando estaban juntos.

Muy raro.

Continuara….

Este capítulo fue más rápido de corregir….

Última edición: 21/02/21.