Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece solo la trama.

¿Nana?

Capítulo 15

Adoraba estar con su familia, eso era siempre claro. Es decir, era divertido escuchar a su padre relatar cada pelea que ha tenido recientemente o los que tuvo en el pasado, no importa si ella se los supiera de memoria, no importaba si ella estuvo presente, es divertido ver a su padre sobreactuando cada pelea, ver a su madre sirviendo la comida mientras observaba a su esposo con una gran sonrisa. Con sus dos hermanos que a pesar de molestarla y llegan a discutir con ellos, era reconfortarte.

Estar en su hogar en la hora de la comida, teniendo esa misma interacción, en los que por sus trabajos no pasaban tanto tiempo, juntos, como ella quisiera. Dai trabajaba en las noches en un bar para poder pagar su universidad como también ya no vivía con ellos, Shou al ser menor de edad no trabajaba pero en ocasiones cuidaba a los niños del vecindario, su madre trabajaba en la mañana dando clases en una escuela cercana y su padre ganaba el dinero siendo un luchador.

El dinero no faltaba, pero todos debían dar su granito de arena, era algo que su padre siempre les inculcó desde niños, "El trabajo duro siempre daba frutos". Cada uno daba su mayor esfuerzo para conseguir sus objetivos, uno de los ejemplos era Dai con su universidad, el chico estudiaba fisioterapia en la Universidad de Tokio, trabajaba en un bar para pagar su universidad y su materiales, como también había decidido mudarse para poder estar cerca de su escuela y de su trabajo, el bar era de alta clase y de un sueldo bueno que le permitía a su hermano hacer sus gastos sin problema, y también era el hecho que en ocasiones era el asistente de su padre en sus peleas.

Y a pesar que ya no viviera con ellos, nunca faltaba a una comida familiar. Eran sagradas. Nadie se atrevía a faltar alguna. Como tampoco invitar a otras personas…. O eso creía hasta hace unos meses.

No finge su desagrado, como tampoco hacer muecas ante la intrusa en frente suyo que reía con esa voz chillona mientras su padre hacía un chiste sobre su pelea de la noche pasada. Esa niña ha invadido cada comida teniendo la atención de todos, su madre no deja de ofrecer cualquier cosa con tal de hacerla sentir cómoda, su padre no deja de presumir más de la cuenta sobre sus victorias como también presumir a su hijo mayor, incluso el mocoso de Shou le compartía algún que otro dato sobre un videojuego sabiendo que la niñita de faldas cortas y mirada de "no rompo ningún plato" no supiera sobre videojuegos.

Desde que entró a su casa como amiga de su hermano sabía que nunca dejaría de verla. Algo que se confirmó cuando su hermano la presentó después de algunos días como su novia. Esa niña que tenía el mismo estatus de Miyako, pero no podrían ser más diferentes, Miyako reconoce el trabajo duro de otra persona.

En cambio, Shirogane Miko, jamás requirió de trabajo duro, solo con tronar los dedos se lo servían como bandeja de plata. O tal vez de oro.

-Kaoru ¿Qué tal si le muestras a Miko tus fabulosas patinetas? -le dice su madre con esa sonrisa tierna, pero con un claro mensaje de que debía ser amable. -Kaoru es muy buena con las patinetas Miko, tal vez te pueda enseñar a usarla. Así podrán pasar tiempo juntas.

Su familia ha intentado que ambas se lleven bien, ya que ninguna disimula el desagrado que se tenían la una a la otra, Miko era todo lo que Kaoru odia en una persona, malcriada, falsa y creyendo ser mejor que todos, queriendo la atención todo el tiempo. Por lo cual no se ponía límite con sus comentarios directos y mala actitud.

-No creo que Shirogane quiera manchar su vestido -comenta con ironía -O romperse la cara… pensándolo bien…

-Kaoru -reprende Dai dándole una mirada de advertencia.

Kaoru rueda los ojos, devorando su comida haciendo más ruido de lo que normalmente hacía con tal de provocar aún más a la chica, que por su temblor de labios (en su intento de mantener su sonrisa) le hacía entender que comenzaba a desesperarse. Su padre con tal de mantener el buen humor comienza una plática con la chica, que ella "encantada" relata sobre cómo va con sus estudios.

El tema no le importaba así que toma su celular, notando el mensaje del idiota Him. Era un video gracioso que no dudo en sacar su carcajada, siendo un poco más exagerada con tal de aumentar el malhumor de la niña. Ignoro la reprimenda de su madre y continuó con la plática del pelinegro. Platicaba mucho con él chico sobre cosas tontas, mandando videos graciosos o de sus Youtubers favoritos, o solo en cosas banales para pasar el rato.

El chico era agradable si no comenzaba con su coquetería barata o llamándola "muñeca" (que para molestia de la chica sabía que Butch la había puesto con ese nombre como contacto de celular), sabía que el chico solo jugaba con ella, a pesar que en una ocasión aclaró que le gustaba… su atractivo.

-Lo digo porque a pesar de que eres irritante, tienes tu atractivo. Y me gusta.

Esas fueron las palabras y aunque en su momento fueron confusas, Kaoru llegó a una conclusión. Solo era un idiota mujeriego que de alguna forma comenzaba a ser su amigo, porque ambos eran amigos. De una manera especial, como lo era con cada una de sus amistades. Butch no tomaba nada serio, sabía por Miyako que andaba con muchas chicas porque era lo que le gustaba. No quería formalizar nada, y eso estaba bien, si ambas partes estaban de acuerdo. Aunque sus coqueteos era odioso comenzaba acostumbrarse, e incluso devolverlos bajando su ego. Si, se insultan de forma muy original, y si, parecía que no se llevaban bien, pero era parte de su trato.

Vuelve a ver su celular, riendo de nueva cuenta, pero esta vez de forma leve. No deseaba un castigo por no ser lo suficientemente amable con la niña rica. Termina su comida y después de lavar sus trastes, besa la frente de su madre y le da un ligero golpe a su padre en su antebrazo.

-¿Ya te vas? -pregunta su madre confusa.

-Debo ver a Momoko antes de trabajar, ya sabes darle ánimos a la rubia. - Compartía todo con su madre… O por lo menos la mayoría, jamás le diría que estuvo involucrada en su momento en meter a la cárcel a un Yakuza, no son cosas que cuentas a las madres en una tarde familiar. Pasa junto a Shou revolviendo el cabello del chico a pesar de las quejas de este. Le hace un gesto con su mano hacia Dai e ignora a la intrusa. Toma su patineta en la entrada y comenzar el camino hacia la mansión Him.

-Kaoru ¿Podemos hablar? –la pelinegra intento no gruñir, tomando una postura algo a la defensiva. La chica varias veces ha intentado convivir con ella, pero siempre terminan con una que otra mala mirada, porque la Shirogane no se atrevía levantarle la voz o siquiera discutir. Lo cual, lo hacía bastante aburrido.

-Creo que fui clara que tenía prisa.

Shirogane hace una mueca con su boca para después componer una sonrisa –Quiero que nos llevemos bien, ¿Qué te parece si el otro fin de semana vamos por un café? Para platicar, solo tú y yo.

Kaoru la mira como si fuera una loca, porque si, esa propuesta era descabellada, Shirogane y su hermano debieron discutir de nueva cuenta por su comportamiento, no era algo que le preocupa, era problema de esos dos, no de ella, si deciden meterla como motivo de sus problemas era porque ellos lo querían así, tenerla de receptor era bastante molesto ya que le provocaba problemas con los demás de su familia. Tenía su opinión de esa chica, y no cambiaría de parecer, Dai merecía alguien más suave e independiente, no alguien engreído y niña de papi.

-No creo que sea buena idea –le aclara –Si, es una pésima idea.

Con esto último comienza a alejarse de su casa, dejando a la chica sola en la puerta de su hogar.

Su familia era sagrada para Kaoru, respetaba la decisión de su hermano mayor en querer estar con esa chica, aceptándola en sus comidas sagradas y por lo menos llamándola con su apellido, pero no significa que tiene que llevarse bien con ella. Algo que desgraciadamente nadie logra comprender.

Cuando llega a la casa Him (después de tomar variedad de transporte), se detiene justo en la entrada marcándole a Momoko, quien le indica que entrara por la puerta trasera que daba directo a la cocina. Era forma de precaución, por el padre de Miyako. Algo que para ella era bastante ridículo y estúpido.

-Hola Kaoru –le da la bienvenida la cocinera con esa sonrisa que marca sus arrugas –Las chicas te esperan en la habitación de juegos. –Le pasa una bolsa pequeña donde sabía que contenía los dulces para merendar.

-Gracias Yoko –agradece llevándose uno que otro dulce a la boca, mirando por los pasillos, se encamina con rapidez a la sala de juegos, cuando abre la puerta no evitó la mueca de desconcierto y con ganas de matar a alguien. Miyako tenía un ligero moretón en su mejilla siendo atendida por Momoko que le aplicaba una pomada, Miyako le dedicó una sonrisa dándole la bienvenida mientras que Momoko la regañaba por moverse.

-¡¿Pero qué carajos te pasó rubia?! –Pronuncia acercándose a su amiga y dejando los dulces a su lado.

-Me resbale en el pasillo no alcance en poner mis manos. –dice Miyako encogiéndose de hombros. Kaoru observa a Momoko quien al igual que ella tenía el ceño fruncido. No era verdad.

-Pelirroja…

-Como escuchas es lo mismo que me dice, no quiere decirme la verdad –dice guardando la pomada y acomodando el cabello rubio de la chica –Incluso Brick no puede saberlo.

Su amiga rubia baja la cabeza, para después reírse de forma nerviosa –Es que se preocupara de más, no fue nada serio.

-Miyako –reprende Momoko tomando los hombros de la chica, Miyako le desvía ligeramente la mirada. Entreteniéndose con los dulces –Ambas sabemos que mientes, Brick sabrá que mientes, dinos que paso… Te deje por unos cuantos minutos mientras hablaba con la señorita Bellum, tenías el cabello desarreglado. Himeko no dejaba de reírse de nosotras. ¿Qué sucedió?

Miyako se encoge ligeramente, para después suspirar, Kaoru sabía que la chica era terca en ocasiones, no acostumbrada a que la mimen demasiado, si, sus hermanos la querían, era la hermana menor después de todo. Pero el pensamiento estúpido de preocupar a los demás le hacía reservada con sus problemas, era algo que Butch le expreso cuando salieron los seis por el álbum de Miyako.

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El chico no dejaba de mirar a su hermana que después de comprar el álbum Miyako parecía un poco más alejada de todos, usando a Brick como escudo. Kaoru había notado esa mirada triste en la chica, desde que salieron, como si estuviera desanimada, y algo perturbada. Su mensaje de adelantar los planes le había dado mala espina. Verla de esa forma y que el mediano de los Him con esa actitud fuera de lo común la tenía un poco inquieta.

-¿Se te pego la sobreprotección con tu hermana, animal? –su comentario obtiene la atención de Butch quien había arqueado la ceja confuso. –Te pareces a tu hermano, como si fueras un guardaespaldas.

Butch se encoge de hombros, el hecho de que no le devolviera el insulto, fue muestra suficiente para inquietarla aún más.

-Estas muy raro hoy, Momoko nos comentó que su padre vino de visita –noto la ligera tensión en su frente, algo tan rápido que pensó que había sido su imaginación –Y por tu reacción, Momoko no exagera que son malas noticias.

-Solo es un fastidio –comenta el chico disminuyendo sus pasos, haciendo que la chica hiciera lo mismo, estando un poco alejados de los demás. Ante esa distancia, Kaoru notó como Momoko murmuraba cosas en voz baja con Boomer y Miyako parloteaba con su hermano. Ella creía que debía estar al revés. –Brick hace un drama sobre todo, mientras lo ignores su compañía no se hace tan pesada –vuelve a hablar Butch, con la voz ligeramente neutra y no despreocupada que ella está tan acostumbrada. –Solo debemos evitarlo y está todo bien.

-¿Por qué parece que a ti también te cuesta ignorarlo? –supone, si fuera como Butch lo dice, el chico no tendría el comportamiento que tiene ahora, lo afectaba también, ya que sus insultos y discusiones no parecían el mismo grado de intensidad que ambos están acostumbrados, era como un juego de niños y parecía que ella está ganando mucho más de la cuenta. Y eso no le gustaba. No era divertido si no se lo ponía difícil –Es decir, si haces lo que tanto aconsejas, no estarías vigilando a tu hermana y tener esa actitud tan mediocre.

-Realmente te cuesta tratar a la gente con amabilidad Mastubara –Otro hecho, a ella siempre la llama "muñeca" muy pocas por su apellido. Algo que no era de su agrado, pero le servía como prueba a su teoría.

-No cambies el tema Him, los tres tienen un humor diferente… Tal vez el semáforo tenga la misma actitud de perros de siempre, ya sabes el que no me agrada nadie prefiero estar solo, pero Miyako está muy decaída aunque sonría o ría más de la cuenta. –aclara evitando en alzar la voz, lo que menos quería era que Miyako supiera que no lograba fingir con ella. –Y tú estás pensativo, y eso es un milagro en un animal como tú.

Butch rueda los ojos, y parecía que no comentaría nada más. Kaoru bufa como respuesta dispuesta a insistir, aunque sea dándole un ligero golpe en la cabeza. Pero esta vez el golpe lo recibió ella, y no, no en la forma que ella se los da a él, ni como se lo dan sus hermanos a ella. El chico solo posicionó su mano en forma de puño en la cabeza de ella, solo porque lo estaba viendo había notado la acción ya que ni siquiera el toque se sintió. Butch le dedicó una mirada seria.

-Solo actúo como Miyako quiere que lo haga, para que no se preocupe de más. –Baja un poco la voz, aumentando la lista de cosas extrañas que estaba el chico –Ella se esfuerza mucho por no preocuparnos, por no ser una carga –Kaoru hace una mueca –Solo te digo como ella se ve a sí misma, mi padre fue muy bueno metiendo esos pensamientos en su cabeza. –aclara regresando su mano dentro de su bolsillo. –Siempre ha sido así desde pequeña, de pasar en morderse el labio para no llorar en frente de nosotros paso a sonrisas y miradas raras, le cuesta mucho confesar un malestar, y Brick no ayuda mucho con sus constantes peleas con nuestro padre. Provoca que Miyako se sienta aún más culpable.

Butch se quedó callado un momento, para luego encogerse de hombros quitando esa mirada seria y sonreír a su forma picara. Kaoru no tenía que preguntar para saber que el chico estaba incómodo por expresar aquello. Ella tenía hermanos, que se contaban todo y siempre se apoyaba, a pesar de que suelen pelear. Los Him eran extraños para su criterio, toda la familia lo era. Los hermanos Him se querían, pero no era nada parecido su relación como la que tenía ella con sus hermanos, tantos secretos y cuidados no era muy sano.

-¿Así que decides fingir que no lo notas? –Pregunta con un poco de ironía – ¿Eso que ayuda?

-Si ella no desea contármelo, no puedo forzarla en hacerlo, por lo menos puedo hacerle ver que no debe esforzarse por algo que no lo vale –dice seguro regresando con su buen humor, Kaoru confundida iba a preguntar a qué se refería, pero Butch se adelante hacia los demás.

Dando a entender que la conversación acabó.

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Si el problema era la falta de confianza, la chica debía saber que tanto como Momoko como ella, son las más confiables, es decir, confiaron en ella para el problema de Momoko, (aunque haya sido de forma accidental, con Randy siendo impertinente como siempre) dejaron que su plan fuera en marcha, Miyako tendría que ser capaz de confiar.

El problema era el concepto de sí misma.

-Si no lo cuentas, se lo diré a Boomer -aclara, Kaoru no era paciente, si un amigo requería de ayuda quería saber el problema en el momento, así es como supo lo de Momoko, siendo insistente. Así es como debía ser. –Y por la escenita que dieron anoche, puedo asegurar que será peor que Brick.

Sí, esa escena de ambos juntando sus labios por unos segundos, aun le sorprendía, por el hecho de que Miyako fuera quien lo iniciara.

Miyako sonrojada, hace una mueca de angustia negando con la cabeza tan rápido que parecía que se safari el cuello.

-No…

-Dinos entonces, -dice sacando su celular, intentando mantener su seriedad –Una llamada al rubio pervertido, y él estará aquí en segundos.

Miyako, aún más asustada intenta quitarle su celular, obviamente falla ya que Kaoru era muy rápida y de buenos reflejos. Momoko que veía la escena intentaba detenerla aclarándole que no era la forma, Kaoru hace oídos sordos comenzando a marcar.

-¡Esta bien! ¡Está bien! –grita Miyako, deteniéndose. –Les diere pero cuelga, por favor.

Kaoru corta la llamada, cruzándose de brazos victoriosa, Momoko le dirige una mirada donde la regañaba por su forma brusca de tratar las cosas, Kaoru decide contestarle de la forma más madura que conoce, mostrándole la lengua como una cría.

Miyako se muerde el labio, para luego suspirar de nuevo –Iba a ir a la cafetería para que pudieras comer antes de la clase, pero… -duda, Kaoru muestra su celular como advertencia. Nada de mentiras –Me encontré a Himeko en los pasillos, me sujetó del brazo y después me tiró al suelo. No tuve tiempo de poner las manos, mi mejilla recibió el impacto. –Se encoge de hombros, para luego dedicarle una sonrisa nerviosa. –Y ya, sus amigas me levantaron y deshicieron mi peinado, dijeron que estaba mal hecho así que estaban haciéndome el favor de arreglarlo y se viera mejor. Y eso fue todo, nada por lo cual preocuparse.

-¡¿Como que no?! Miyako te agredió, eso es para preocuparse –exclama, mientras checaba el moretón, después toma sus brazos notando como la rubia se sobresaltaba y quejaba. Sube la manga de su playera notando las marcas de los dedos de esa chica que agredió a su amiga. Mira a Momoko – ¿Sabes quién es?

Momoko asiente, con el ceño fruncido. –Sí, Shirogane Himeko, tuve el placer de toparmela antes. Creí que solo perseguía a Brick… ¿Desde cuándo….?

-Espera ¿Shirogane? –menciona Kaoru, no creyendo que el mundo fuera tan pequeño.

-¿La conoces? –menciona Miyako, levemente asustada, Kaoru frunce el ceño.

-Conozco una Shirogane, -comenta, pero decide no indagar del tema… por ahora. – ¿Desde cuándo te molesta Miyako?

-No me…

-Una llamada, no me tientes.

-Desde hace tiempo, pero no suele ser tan agresiva, solo me hace comentarios sobre mi persona y ya.

-Deja de minimizar la situación –le reprende Momoko sujetando el hombro de la rubia, Kaoru conocía esa mirada, suele dedicarla cuando ella reprobaba algún examen o cuando Boomer tenía dudas de seguir viviendo en Tokio. Era la mirada de Momoko que se podría comparar fácilmente con una madre. –Esto no está bien Miyako, te lastimo y cualquier agresión verbal también es motivo para preocuparse. –Aclara, después la mira a ella, con una advertencia. –Iremos con la señorita Bellum, Miyako y yo para reportar la agresión, no lo haremos a tu manera. –Kaoru estuvo a punto de discutir, pero las palabras de Butch calaron en su mente, mira a Miyako de reojo que tenía la mirada baja mordiéndose el labio inferior, a este paso se sacaría sangre. Gruñe realmente molesta, no tenía caso contradecir a Momoko si la rubia creía que debía sentirse mal por la situación.

-Si no hace nada tu directora, seguiremos mi modo.

Momoko asiente.

Miyako alza la mirada, Kaoru supo que se iba disculpar así que no permitiéndole que lo haga (porque su humor comenzaba a estar en su límite) le pone una paleta en la boca de la chica, callándola.

-Veamos la serie que no dejas de mencionar. –Miyako asiente, retirando la paleta de su boca con una ligera mueca. –Y también más te vale que esta vez nos cuentes qué sucedió entre el rubio pervertido y tú. Te has salvado por varios días.

Miyako se sonroja, y su mueca de angustia se convierte en una sonrisa de ternura. Momoko entusiasmada con la noticia, abraza a Miyako con una alegría bastante exagerada, comenzando a parlotear sobre la pareja de ensueño que ambos rubios hacen y si habría una posibilidad de que existiera campanas de boda. Provocando más sonrojos a la pequeña de los Him.

Estaban tan concentrada que no notaron como Kaoru mandaba un mensaje de forma discreta. A su hermano Dai, si la Shirogane quería llevarse bien con ella, debe de ganárselo.

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Miyako comenzaba a considerar seriamente ir con algún doctor, en las últimas semanas su corazón no ha dejado de moverse tan rápido que estaba siendo sofocante, pero creía que era normal cuando se encontrara con el chico que le gusta, pero los últimos días había aumentado de forma algo preocupante cuando la escena del beso hacía presencia en su mente, aún estaba confundida por la declaración de Boomer (¿Por qué era una declaración, no?) no había dicho nada formal, le había pedido ir despacio. Aunque ella se atreviera darle un beso de la nada, ¿Eso era ir despacio? o ¿Solo es tomarse de las manos? ¿Cómo debía saludarlo, ahora? ¿Estrechar su mano?, ¿darle un beso en la mejilla o en los…labios? No parecía que Boomer estuviera enojado por eso, no se han visto desde hace una semana y solo hablaban por mensajes, Boomer estaba ocupado con algunos deberes escolares y ella con sus problemas… familiares, que solo hablaban por la noche ambos cansados. Ella no se atrevía a llamarle, para no tartamudear o decir cosas sin sentido a causa de sus nervios. Incluso en los mensajes tardaba en contestar pensando, escribiendo y reescribiendo lo que diría. No era tan valiente, el beso fue una excepción. Y el hecho de verlo nuevamente en su trabajo, se sentía en las nubes como también con ganas de salir corriendo.

Se vuelve a sonrojar evitando dar una risita, su moretón la molestaba en ocasiones cuando sonreía de más, pero no era nada que no pudiera soportar, lo que le molestaba era su brazo, el jalón de Himeko fue demasiado brusco que aún lo resentía. Puede que le moleste toda la noche pero no sería nada del otro mundo.

Estaba tan centrada en sus pensamientos que no noto a la figura que estaba sentado en uno de los sillones principales, tan centrada estaba que paso a su lado sin dar una ligera mirada o siquiera forma de reconocimiento, solo lo noto cuando dio la vuelta para cerrar la puerta de la cocina. Su padre estaba en el sillón leyendo uno de los libros de su estudio, concentrado en su lectura sin esa mirada dura de siempre, estuvo a punto de salir e intentar hacerle compañía, intentar tener una conversación que debía tener un padre y una hija.

Se detuvo.

Reconoció que no tenía caso.

Y a pesar de que su mente la recrimino, cerró la puerta y continuó con lo que tenía que hacer, saludo a Yoko y le hizo compañía por un rato, pido un poco más de sus dulces caseros y de lo que recientemente había comprado para ella. Y antes de salir, manteniendo la sonrisa y enfocarse en el recuerdo de la noche se dirige donde se encontraba sus demás amigas, ignorando la presencia de su padre con esa actitud serena que había tenido hace unos momentos, hasta llegar al final de las escaleras.

Fue extraño, y aún estaba la opresión en el pecho, pero estaba mejor que las otras veces.

Al entrar a la sala no se sorprendió ver a Butch dentro platicando con Kaoru a la forma única que ambos tenían, Momoko parecía estar a punto de gritarles a ambos, ya que se sujetaba la cabeza como si le doliera, se acomoda el cabello (que ahora estaba suelto para ocultar su pequeño moretón) con la idea de sugerirles en jugar una partida en MarioKart, hasta que los pequeños golpes de la puerta la desconcierta, y decide abrirla.

Su padre estaba al otro lado. Miyako de forma automática abre la puerta por completo haciéndose un lado, permitiéndole el paso, apenas pudo procesar que Kaoru estaba dentro de la habitación y en lo cual sería un problema para su padre. Noto como Momoko se levantaba de su sitio y obligaba a Kaoru hacer lo mismo, ambas amigas se inclinan de forma ligera, una siendo obligada por la otra. Butch en cambio se mantuvo en su posición, algo sorprendido de que su padre estuviera fuera de su estudio.

-Señorita Akatsutsumi creo que está al tanto de las visitas para los empleados en esta casa –Momoko asiente manteniendo su postura. Miyako iba a interponerse, pero Butch se adelantó.

-Kaoru es una amiga de Miyako, venía a hacerle compañía, Momoko solo se aseguraba que tuviéramos lo necesario.

-No pedí que hablaras Butch –reprende el hombre observando a Kaoru, la pelinegra había entrecerrado los ojos, Miyako imagino que su padre había hecho una expresión mostrando su desagrado. No se atrevió a moverse, no creyendo ser capaz de volver a retarlo como la última vez. Se dedicó en observar a Kaoru quien había cruzado los brazos. –¿Cuál es su nombre… Señorita?

Noto la tensión de Kaoru en sus hombros y como apretaba sus manos. –Matsubara Kaoru. –dice cortante. –Tal vez no lo sepa, pero Momoko no es una empleada… -Momoko se aclara la garganta, intentando callar a la pelinegra. Pero Kaoru no entendía indirectas, Miyako sintió su corazón acelerarse. –Que yo sepa está adoptada por ustedes, es parte de su familia ahora.

-Tiene una relación cercana con la nana –no era una pregunta y su tono aún se mantenía seco. –Y una falta de educación. El criterio de tu hermana comienza a ser cuestionable sobre su círculo de amistades. –Se dirige a Butch quien había rodado sus ojos. –Era de esperarse, la falta de criterio es decepcionante para nuestro apellido, como también con quienes nos relaci...

-¿Sabe que su hija está detrás de usted y escucha toda su mierda? –Miyako le niega con la cabeza tratando de que no continuara, pero de nueva cuenta la chica decide ignorarla – ¿Y yo no tengo educación? No está dando el ejemplo… Señor. –Había usado el mismo tono que su padre usó para referirse a ella.

-No toleraré que me falten el respeto en mi casa.

-Ni yo a mi persona. –Ataca Kaoru –Ni a mis amigas. Sea su padre o no.

-Kaoru ya se iba –menciona Momoko tocando el codo de su amiga, mientras la jalaba de forma ligera –La escoltare hasta la entrada señor Him…

-Pensé que nos iríamos las tres al…

-Lo pospondremos mañana. –Se apresura a responder Momoko, con el tono de voz un poco más alto. –Disculpe las molestias señor Him…

-¿Ir a dónde? -pregunta el hombre.

Si su padre se enteraba que trabaja en un restaurante nocturno casi a las afueras de la ciudad habría más problemas de lo que había, esta vez interviene cuando nota a Kaoru a punto de contestar.

-Al cine –contesta intentando que su voz no se notara el temblor. –Iba a ver una película que se acaba de estrenar… -Mira a su amiga esperando que esta vez entienda la indirecta –Kaoru iremos otro día, mi padre ha llegado después de mucho tiempo, espero que comprendas los cambios de planes.

Kaoru frunce el ceño, pero no comenta nada más y deja que Momoko la guie hasta la entrada, cuando la puerta se cierra después de que Momoko haga una ligera reverencia, (sin obligar a Kaoru esta vez ya que la chica se había zafado cuando noto sus intenciones) Miyako creyó que su padre se retiraría al instante, pero no fue así…

-Requiero hablar contigo Miyako –dice el hombre sin mirarla, no era una petición, era una orden. Miyako asiente –No es la forma correcta de contestar.

-Sí, padre. Lo siento.

Miyako sigue a su progenitor compartiendo una mirada con Butch quien se levanta esta vez.

-No te solicite a ti Butch. Es una conversación solo con tu hermana.

A pesar de su pánico, y ganas de salir corriendo le dedica a Butch una sonrisa que intentaba ser tranquila, intentaba mantener la calma como Momoko suele emplear en estas situaciones.

Solo consiguió una mueca.

Al salir noto a Brick salir fuera de su cuarto, tal vez curioso por el ruido, cuando la noto siguiendo a su padre vio cómo su expresión soñolienta cambiaba a una a la defensiva. Le negó con la cabeza pidiéndole que no se acercara, mientras bajaba las escaleras. También se topó con Momoko que le dedicó una mirada preocupada, pero a diferencia de sus hermanos no dio inicio de seguirla, sino le susurro sin pronunciar palabra, un "Tranquila" suavizando su mirada.

Cuando llegan a la oficina, Miyako desliza la puerta y la cierra, mientras su padre se posiciona detrás de su escritorio.

-La señorita Matsubara dio a entender que establece una amistad contigo –comienza el hombre, Miyako evita asentir con la cabeza ya que no era una pregunta. – ¿Se puede saber el cómo se dio tal amistad?

Miyako se muerde el labio, no podía decirle que fue después de una fiesta cuando estuvo en un estado de sobriedad. –Momoko nos presentó, cuando salimos a dar un paseo. –fue muy vago su respuesta, no le sorprendió que le dedicara una mueca de fastidio.

-¿Solo así?

-Coincidimos más veces, después de la muerte de la tía de Momoko, de Sanada Yuki. –intentando mejorar la imagen de Kaoru, trata de halagarla. –Fue de gran ayuda en el proceso de duelo de Momoko, una amiga leal y comprometida…

-No te pedí tus observaciones. –le corta, Miyako baja la mirada. –Me has demostrado carecer de ello. Uno más de tus fallas. –Miyako creía que no dolería tanto, no cuando ha comenzado a tener confianza de sí misma, pero dolió, no igual, mucho peor. –Una Him no baja la mirada como lo haces, una Him no establece amistades que está debajo de nuestra clase, y menos si le falta el respeto a su casa y a su… progenitor. Tu amistad con esa "chica" es inaceptable y errónea. –su voz era neutra, no era ni siquiera el tono duro cuando reprende a Butch o cuando discute con Brick. Era vacío, Miyako creía que ni siquiera se merecía ese tipo de trato. –Terminarás con dicha amistad, no es bienvenida en esta casa.

Miyako se muerde el labio, con el corazón a su límite y sus ojos llenándose de lágrimas, teniendo una mezcla de emociones nuevas para ella, la tristeza ya era conocida, pero nunca se mezclaba con el enojo que sentía, y sería reconocible si el enojo fuera para ella, no hacia su padre. El hombre no le comenta nada, dando entender que debía retirarse.

Ignorando su cabeza que la reprendió por no obedecer. Deja que su boca hable.

-Lo siento padre –pronuncia, con los temblores atacando, pero alzando la cabeza entrecerrando los ojos como lo ha visto hacer Brick. –No terminaré mi amistad con Kaoru. –Su padre vuelve a mirarla. Miyako se la sostiene y esta vez imita a Momoko, relaja su postura y le dedicó una sonrisa de disculpa –Es una persona muy especial para mí, de gran significado, nuestra relación es demasiado estrecha, no será posible el término de la amistad.

-Es una ord…

-Sé que es una orden suya –lo interrumpe como lo habría hecho Butch -Por lo cual me disculpo por no cumplirla, pero como dije no es posible el término de mi amistad con Kaoru, va en contra de mis deseos. –Se sentía extraña, embriagada con ese malestar que no la había dejado tranquila desde su llegada.

-Ten en cuenta que aun puedo rechazar tu pedido de compartir tu cuenta personal con la nana. –le aclara, Miyako piensa que su padre está furioso con ella, pero ese tono frío, con falta de emociones no le permite confirmarlo, hablar con él era como hablar con una máquina. O al menos siempre ha sido con ella.

-Lose, y agradezco que la haya aceptado –esta vez había imitando a su madre, incluso dio una ligera reverencia confirmando su agradecimiento. Aunque se sintiera rígida. –Pero rechazar ahora mi pedido no nos beneficia a ninguno –comenzaba sentirse más tensa al intentar mantener la postura relajada, intenta pensar en cosas que la tranquilice, un chico rubio de ojos zafiros fue lo suficiente para sentir un poco más segura –Debe recordar que Momoko está vista por nuestra sociedad como una prima nuestra, ¿Cómo explicaremos que un familiar Him tenga tan poco recursos económicos? –Su padre entrecierra los ojos, al fin mostrándole alguna expresión, y el parecido que tenía con Brick la distrajo por un momento –E-ellos notaran la diferencia, de-debe tenerlo en cuenta.

Se quedan en silencio, un silencio agobiante y bastante intimidante, Miyako tuvo que apretar sus manos, para evitar sus ganas de salir corriendo. O ponerse a llorar.

-Tiene prohibido la entrada en esta casa –le aclara, Miyako da un pequeño suspiro que no fuera tan notable. –Puede que tengas mi apellido, pero jamás serás lo suficientemente aceptable para merecerlo. –Miyako ya se lo esperaba, intentó mantener la mirada aunque comenzó a ver borroso por tener que aguantar las lágrimas. –Retírate.

Miyako hace una ligera reverencia, controlando sus temblores mientras se acercaba a la salida, después de cerrar se aleja lo suficiente para dejar que sus lágrimas recorran sus mejillas, mantiene sus labios apretados para no hacer ruido por sus sollozos. Al notar a Momoko con sus hermanos en la sala principal, limpia sus mejillas tratando de respirar, pero su quejido fue que llamó la atención de los tres.

Brick se acerca a ella, tomándola de los hombros. -¿Que...?

-Solo compartió sus observaciones de Kaoru conmigo –le dice intentando recuperar su sonrisa, sus labios temblaron. –Solo hay que darle tiempo de que la acepte.

-Te dijo algo más… -Miyako niega con la cabeza dispuesta a convencerlo y evitar una discusión – ¿Qué más pasó Miyako? –Miyako baja la cabeza, cansada, intenta irse. Pero Brick la mantiene en su lugar. –Dime. Dime para que…

-¿Para que vayas y discutas con él? –le contesta enojada muy enojada. Era bastante extraño, no suele ser así. – ¿Para qué Brick? Ya tengo suficiente de sentirme culpable por todo, de siempre estar arruinando aún más las cosas, solo por un segundo déjame tranquila –no gritaba, su voz temblorosa no se lo dejaba.

Se zafa del agarre, corriendo hacia su habitación con la cabeza hecha un remolino, solo necesitaba llorar. Después estaría como antes…. Como siempre.

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Momoko se pone enfrente de Brick quitándole el paso, mientras Butch había seguido a su hermana. Momoko se sentía mal por no poder ir a tranquilizar a Miyako, pero primero debía calmar al chico demonio de mirada roja.

-Quítate.

-Primero debes calmarte –le contesta manteniéndose firme. –Arruinaras las cosas si vas con tu padre en ese estado…

-No pedí tu opinión.

Momoko sintió el ligero empujón de Brick apartándola del camino, pero la chica no dispuesta en ceder, se vuelve a posicionar enfrente de él, poniendo las manos en el pecho del chico, deteniéndolo. Brick intenta de nuevo apartarla tomando sus hombros.

-Si vas y solo discutes con él, no cambiaras nada. Solo gastas energía, en algo que lo tienes perdida. –Momoko se aferra en la camisa del muchacho impidiendo que la volviera alejar. Brick la mira con sus ojos llenos de furia, con ceño fruncido y los dientes apretados. –No es tu pelea, Miyako tiene que aprender a afrontar sus propias peleas, no eres su padre, eres su hermano. –modera su voz evitando gritar, hacerlo no funcionaría ahora, solo lo pondría aún más a la defensiva. –Miyako decidió tener su propio espacio, y nosotros debemos respetarlo, lo mejor que puedes hacer como hermano es esperar. –Brick aprieta el agarre de sus hombros, descargando la frustración en aquel acto, le lastimo su agarre, pero no era nada que le dejaría marca –Por favor, Brick. Cálmate.

Solo unos segundos y Brick suaviza su agarre, Momoko hace lo mismo pero sin soltarlo, en ningún momento apartaron la mirada, por lo cual Momoko pudo ver como su expresión se suavizaba, y mostraba uno nuevo para ella, cansancio. No lo pensó mucho, no supo por qué lo hizo, tal vez era por el hecho de que él hizo lo mismo cuando estuvo en su momento más oscuro de su vida. Rodea la espalda del chico con sus brazos recargando su mejilla en su pecho, sintió su tensión y pudo imaginar la expresión de sorpresa. Pasaron unos segundos sin decirse nada, no le correspondió el abrazo y para ella no le molestaba, podía sentir como el chico comenzaba relajarse, cuando pensó que era suficiente contacto se aleja y le dedicó una sonrisa.

-Ve a tu habitación mientras acompaño a Miyako, debemos ir a trabajar –le murmura, mientras se dirigía a las escaleras. –¿Estás de acuerdo conmigo que es mejor que no esté aquí?

Brick asiente siguiendo a la chica, Momoko lo mira entrar a su cuarto y ella se dirige al de su amiga, llama la puerta sin recibir respuesta, decidió entrar. Miyako estaba en su tocador arreglando su cabello, perdida en sus pensamientos, a través del reflejo noto los ojos rojos. Momoko pensó que tal vez Butch estaría con ella, pero conociendo a la chica, tal vez le habría pedido que la dejara sola. Cuando Miyako es consciente de su presencia, la rubia desvió la mirada.

-Aún es temprano para irnos, Momoko.

-Lo sé –entra, cerrando la puerta, dejándose caer en la cama de Miyako, la rubia mira su acción con una mueca de extrañeza. Momoko se mantiene callada cerrando sus ojos, estuvo a punto de quedarse dormida hasta que Miyako vuelve hablar.

-¿Momoko?

-¿Si?

-No quiero ser grosera, pero ¿qué haces aquí?

Momoko abre los ojos, mostrando confusión – ¿No puedo entrar a la habitación de mi amiga para hacerle compañía? –se levanta cruzando sus pies –Y tu cama es más cómoda que la mía, quería dormir unos minutos antes de irnos. –Miyako parpadea aun estando confundida, Momoko suspira –Sea lo que sea que hablaste con tu padre, no te obligare a decírmelo. Tú sabrás cuándo hacerlo o si quieres hacerlo. –Confiesa volviendo a acostarse –Solo ten en cuenta que estamos aquí para apoyarte.

Miyako no le dice nada, pero Momoko siente como un cuerpo de más se posiciona a su lado, la pelirroja la mira mientras la chica escondió su rostro entre el edredón. Momoko sonríe de forma leve acariciando los mechones rubios de su amiga. Ambas se quedan dormidas, una ante la falta de sueño y la otra por relajarse después de tener los sentimientos tan expuestos.

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El viejo cascarrabias reprendió a Miyako después de romper por cuarta vez una taza, Boomer podía notar a la chica con la mirada baja mientras dejaba que el hombre rosado le pedía que se concentrar en su trabajo, no le gritaba como normalmente lo hace con sus cocineros, o con Kaoru. Tampoco le gruñía como lo hace con Momoko, era bastante relajado e incluso su tono de voz solo era más serio. Aun así Miyako no dejaba de disculparse.

Antes de llegar a su trabajo, Kaoru había llegado a su departamento azotando la puerta (siempre la tenía abierta para este tipo de visitas) gruñendo y gritando incongruencias, cuando se tranquilizó, le contó sobre su desagradable encuentro con el padre de Miyako. Después Momoko y Miyako llegan tarde al trabajo teniendo una leve reprimenda, Miyako estuvo todo el día distraída haciendo muchas equivocaciones y disculpándose más de la cuenta. No pudo hablarle ya que también tenía que hacer su parte del trabajo, pero cuando la chica fue llamada por cuarta vez a la cocina decide intervenir, y darle un poco de respiro.

-De le un pequeño descanso –le comenta a su jefe mientras tocaba el hombro de la chica. –Creo que Miyako se ha esforzado.

El viejo cascarrabias, entre cierra los ojos molesto por su interrupción. –Los dos los quiero en diez minutos trabajando el doble, fuera de mi vista.

Miyako vuelve a disculparse, Boomer toma su mano y la guía por la parte trasera del restaurante, alejados de los contendores de basura y pueden recargarse en la barandilla del lugar. Boomer se acerca a una máquina expendedora que estaba cerca. Sabía que a la chica le gustaba el té verde. Cuando tiene el producto se lo pasa sacando a Miyako de sus pensamientos, la rubia le dedicó una sonrisa agradecida.

Se quedan un momento en silencio terminando sus bebidas, hasta que Boomer decide romperlo. – ¿Sería malo tachar de la lista de las peores cosas que podrías hacer en tu trabajo, el tirar las tazas? –Miyako lo mira preocupada para después morderse el labio apenada –Para tu consuelo, el viejo cascarrabias está encantado contigo. Nosotros hicimos algo peor cuando empezamos a trabajar.

-¿Ustedes?

-Kaoru y Momoko ya trabajaban aquí cuando llegué, el primer día de los tres trabajando juntos… fue algo… difícil de olvidar… -Miyako lo mira curiosa, acercándose a él de forma inconsciente. Boomer se alegra de distraer a su… ¿amiga?, de sus problemas. –Será más divertido si los tres te lo contamos. Kaoru sabe cómo dramatizar las cosas.

Miyako asiente un poco más emocionada, pero de nueva cuenta su mirada se vuelve a pagar. Como si hubiera recordado algo.

-¿Estás bien? –una pregunta ridícula, cuando claramente se ve que la chica no estaba bien. Miyako empieza a murmurar un sí, pero decide ser un poco directo esta vez. –En una relación, se suelen compartir los problemas. –Miyako se calla desviando la mirada, Boomer sabía que insistiría en que no preguntara, no iba a acceder esta vez, -Si tú y yo, queremos que funcione… lo de estar juntos… tendremos que aprender cómo compartirlos –se acerca un poco más dejando que sus hombros se tocaran, -Y como poder apoyarnos. –Miyako lo mira dónde se notaba el tormento de pensamientos que pasaba por la mente de esa hermosa chica con cara de ángel, la sensación que picaba las manos como esa vez que se conocieron se hace más fuerte, deseaba abrazarla. –Hay algo que te ha tenido inquieta, que te molesta. Quisiera saber cómo… ser útil y ayudarte.

-Tú y las demás me ha ayudado mucho en estos meses –le murmura con un ligero temblor en su voz. –No quiero…

-No eres una molestia Miyako, y tú has hecho lo mismo con nosotros. No eres una carga para nosotros. –le murmura dejando que su necesidad se cumpla entrelazando su mano con la de ella. – ¿No habíamos quedado en conocernos? eso incluye los momentos malos.

Miyako sonríe de forma ligera, aun liberando una batalla mental la chica se mantiene en silencio por un largo tiempo, para después suspirar, relajando los hombros.

-¿Qué sentirías si tu madre llega a tu departamento porque viene de visita? –le pregunta, Boomer la mira confundido. –Sería una noticia alegre, ¿no? Es decir, tu madre viene a verte porque hace mucho que no se ven. Es lógico que la respuesta es felicidad como estar sorprendido. –le contesta cansada, Miyako aprieta su mano –Y si es una buena noticia, ¿Por qué la llegada de mi padre siempre es una mala? Es vergonzoso pensar de esa forma, está mal, es mi padre, quien no he visto por seis meses, quien me da una educación y todas mis necesidades económicas. Recibirlo debería ser con alegría y con gran emoción. –no gritaba, pero su voz era inusualmente más elevada. Boomer evita su sonrisa dejando que la chica se desahogue. Después puede pensar que era hermosa cuando tenía el ceño fruncido y las mejillas levemente inflamadas. -Pero es difícil cuando solo se dedica a ignorarte y tratarte como si fuera un decorado más de la casa, y ni siquiera soy de la que mira por un rato, soy las que ni ves de reojo. Es difícil cuando ves a tus demás hermanos ser felicitados o reprendidos por las leves noticias que llega a escuchar de nosotros, y solo te toque...nada. Por qué es lo que recibo de él en cada llegada, nada. No importa que sea buena en la escuela, no importa los concursos académicos que llegue a ganar, no importa si estoy enferma o bien. Tampoco importaría si llegara hacer alguna travesura. O la cantidad de regalos de su cumpleaños que le había mandado por correo. No importa que cada vez que llega a casa, me esfuerce por hablar con él, por contarle sobre mis logros, en compartir. Solo deja la habitación sin decirme nada, porque ni siquiera soy merecedora de que pida que me retire. –No lloraba, tenía la voz temblorosa y cada vez subía el volumen, pero Boomer creía que estaba más molesta que triste. –Pero ahora he tenido más contacto con él, que en toda mi vida, y a pesar de que incluso pedía que me hablara aunque fuera para una reprimenda, no mejoró en nada. Solo me recuerda cosas que mi cabeza ya sabe, que me ha dicho casi toda mi vida, y no, no me lo dice directamente, siempre se lo recrimina a mi madre y hermanos en cada discusión que tienen, que soy una inútil y lo único bueno de mi es el apellido Him. ¡Estoy cansada de ser el problema de todos! ¡De ser lo que me ha descrito mi padre en cada visita! –su respiración se acelera cuando termina de hablar. Boomer deja que la chica se recupere de su repentino grito, sin soltarle la mano.

Kaoru había dicho que todo el mundo exagera con la situación, Momoko decía que había que darle su tiempo, pero Miyako demostró que la situación le afectaba y sobretodo deseaba poder sacarlo, de poder expresarlo como ahora, ¿Por cuánto tiempo se mantuvo tan callada?

-¿Estas mejor? –le pregunta, cuando el silencio se había vuelto incómodo. –Parecía que te estabas ahogando.

-Lo estaba –le confirma –Toda estas semanas he hecho cosas que nunca creí que haría, desobedecer a mi padre y ser… imprudente era casi imposible de imaginar. Y a pesar de que mi cabeza no deja de regañarme, no me arrepiento. –Miyako le sonríe, esta vez de forma sincera. –Y aunque me duela, ya no me voy a esforzar por alguien más. Eso he concluido. Pero será bastante difícil cuando toda mi vida era solo enfocarme en eso, no miento cuando digo que estoy bien, comparado a otros años… Solo sean pacientes conmigo.

Boomer se contagia de la tranquilidad de la chica, y pensando que ahora él debía ser el valiente, le besa la mejilla muy cerca de sus labios, ríe por la cara de sorpresa de Miyako como su tierno sonrojo.

-Ser paciente me define bastante bien… Tengo a esas dos niñas como amigas y he soportado cada pelea suya. –acaricia la mejilla de Miyako con su nariz aprovechando la poca distancia de ambos. –Y acordamos ir despacio ¿no?

-Tú lo dijiste –le murmura aún más temblorosa, pero de una forma muy diferente. –Aun no entiendo lo que significa… ¿Esto es ir despacio?

-Puede –Boomer un poco embriagado por las emociones, la acerca sujetando su cintura con su mano libre. Esta vez su nariz acariciaba la de ella. –Aunque no creí que fuera complicado ser paciente en… ir despacio –Miyako entrecierra los ojos alzando su mano libre y le acaricia su mejilla, sintió su propio sonrojo hacerse presente en sus mejillas. – ¿Qué haces?

-Tus pecas, se ven mejor cuando te sonrojas. –le murmura aún enfocada en delinear la parte de su nariz y mejilla. –Y tú hiciste lo mismo la otra vez…

Boomer sonríe, si lo había hecho, había delineado su rostro porque era interesante como su sonrojo se había expandiendo por toda su cara. Eso provocó que el tiempo que no se vieron, cada vez que iba a dormir recordará la sensación, y deseara volver a tocarlo. Parecía que repetían las mismas acciones, con las manos entrelazadas con el espacio más reducido, con la diferencia de que ella tocaba su rostro y él recibía las caricias. Recordó el pequeño roce de labios que le dio Miyako como despedida, admite que la sensación aun le cosquillea en los labios y por la sorpresa no pudo retenerla un poco más, solo para darle un beso un poco más… largo.

Eso no era ir despacio, no como lo había imaginado, pero era difícil cuando Miyako actuaba a base de su curiosidad, sabe que la chica no tiene experiencia más que la que está teniendo ahora, él tampoco tiene demasiada. Había tenido unas tres novias, y la única que había durado demasiado estaba a kilómetros de Tokio. La única que sinceramente no quería recordar en este momento, no cuando Miyako seguía delineando su cara como si contara sus pecas. Con sus labios demasiado cerca.

-¿Besarse es ir demasiado lejos? -la pregunta de Miyako, hace que su sonrojo aumentara y tragara saliva. –Perdón, yo… no sé cómo….

Decide romper las reglas, y deja que ambos labios conecten. Primero como ella le dio la otra vez un pequeño roce, después la vuelve a besar acariciando su labio inferior, como un pequeño mordisco que le das a un helado, con tal de mantener el sabor en tu boca. Escucho el suspiro de sorpresa de Miyako quien algo dudosa quería imitar sus movimientos. Provocando que sonría divertido, era lento para que Miyako pudiera acoplarse, se volvieron a separar y esta vez Miyako comenzó el tercero, acariciando su mejilla con su mano libre. Realizando los mismos movimientos que acababa de enseñarle.

-¡Oh por todos los dioses! –ambos terminaron el beso, sin separarse. Miran a Kaoru que había rodado los ojos. –Su descanso terminó tortolos, ¡vuelvan a trabajar! No voy a soportar otro grito del viejo cascarrabias.

-Kaoru… -la llama Miyako, deteniendo a la chica malhumorada. Ambos aún estaban abrazados, y parecía que no deseaba deshacerlo –Lamento…

-Él que debe disculparse es tu padre –interrumpe Kaoru meneando su mano como si le quitara importancia. –No es tu culpa que sea un… maleducado. –Entra al restaurante donde se escuchó un potente grito de la chica, sobre "que no era un búho mensajero". El suspiro de Miyako llama su atención nuevamente.

-¿Mejor?

-Más que eso –le murmura, con un ligero tono soñador. –Gracias.

Boomer besa de forma rápida sus labios y en contra de su voluntad deshace el abrazo, pero no sus manos unidas. Con tal de regresar a su trabajo.

-Aun no entiendo lo que somos –le murmura Miyako antes de que abriera la puerta. – ¿Somos novios…? ¿Amigos…?

-Bueno… ya que no somos muy pacientes para ir despacio –le contesta divertido. –Podemos llamar esto como noviazgo… suena bien, para mí.

Miyako asiente –A mí también.

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Brick frunce el ceño mirando al rubio pervertido (apodo que escucho de Kaoru y decidió aplicarlo) yendo de la mano con su hermana, pero evitó hacer cualquier comentario con tal de no molestar de nuevo a Miyako, sabía que su enojo no dura mucho y puede que ahora lo trate con normalidad. No era la primera vez que peleaban, tuvieron muchas discusiones de hermanos de los más estúpidos (como romper un tentáculo de su pulpo peluche favorito) o hasta las más justificables. Pero no eran usuales.

Miyako le murmura algo en voz baja a….Boomer, para luego…. Momoko tuvo que detenerlo sujetándolo de la muñeca cuando intentó apartar a ese pervertido de mierda y alejarlo de su hermana.

-Tranquilo dragón, que no vas arruinar esto –comenta Kaoru, metiendo sus manos en los bolsillos de su chamarra. –Hazte la idea de que tu hermana ya está grandecita.

-No lo provoques, no está acostumbrado ver a su hermana de esta forma. –justifica Momoko, Brick arquea la ceja, cuando el siguiente comentario lo hizo sentirse como un perro rabioso. –Ya sabes, solo está acostumbrado a morder a cualquiera.

-Solo fue un beso en la mejilla, yo vi algo peor hace unas horas. –el comentario de la pelinegra provoca que intente de nuevo alejar a ese imbécil de su hermana, quienes no parecían ser conscientes de lo que pasaba a su alrededor. –Controla a la bestia Momoko.

-Ya, ya –murmura la chica tocando su cabello, se sobresalta por el contacto, pero no hace ademán de alejarse. –Tranquilo, no está pasando nada malo, todo está bien. –frunce el ceño alejando la mano de la chica de su cabello, escuchando la carcajada de Kaoru.

-No soy un perro.

-Lo parecías –le contesta Momoko –Y uno muy rabioso.

Brick rodea los hombros de Momoko y comienza revolver los cabellos de la chica, deshaciendo la coleta baja y posiblemente dejando unos cuantos nudos, Momoko comienza a pegarle con su codo a su estómago, pero apenas lo sintió. Cuando cree que el cabello sea un desastre, la suelta.

-Eres un imbécil Him.

-Tú empezaste.

Nota como su hermana se acerca a ellos junto con el rubio, decide mandar una mirada de advertencia, con tal de provocar esa mirada de sobresalto que el chico le dedicó. No le gustaba mucho las ideas que aparecía en su cabeza por ese ambiente que rodea a esos dos.

-Nos vamos ya Miyako –su hermana asiente manteniendo esa sonrisa soñadora, y antes de que pudiera ver una escena que pudiera sentirse bastante incómodo. Toma la muñeca de su hermana y después la de Momoko guiándolas hasta el carro, jamás salía del coche, prefería mandar un mensaje de su llegada y esperar que a esas dos subieran. Solo por el acontecimiento de hace unas horas provocó que saliera del carro, ahora se arrepentía. Escucho como la pelinegra se burlaba de él y su actitud sobreprotectora, como también referirse a Boomer como su… suelta a Momoko y le dedica el dedo del medio a la pelinegra, provocando que aumente sus carcajadas.

-Eres un inmaduro.

-Cállate –dice, dándose la vuelta para abrir la puerta del piloto –Que si ella tiene razón, te echare la culpa por presentarlos. –Aun no entendía como es que ese imbécil y su querida hermana se conocieron. Algo tuvo que ver la enana, de eso estaba seguro.

Cuando los tres estuvieran en el auto, arranca con el destino de ir a la casa a descansar. Brick saca la bolsa de compras que estaba aún lado de sus piernas, se lo da a Momoko que lo recibe confundida.

-Les compre algunas golosinas –dice aparentando desinterés, sin mirar a ninguna. Escucha el agradecimiento de ambas, que tomaban sus dulces correspondientes. Brick ignora el hecho de saber que conocía los dulces favoritos de Momoko. No quería indagara sobre eso.

Brick nota la mano a su lado izquierdo(*), percibe el olor de café y sintiendo el calor de la bebida a través de su mejilla, de lo cerca que estaba.

-Te hice un café latte… -escucha el murmuro nervioso de su hermana –Espero que te guste…

Brick lo acepta, mirando a su hermana por el retrovisor, ella le regresa la mirada con aquello ojos acuosos, que siempre parecía estar sorprendidos o llorosos. Brick se permite sonreírle, tomando del líquido.

-Gracias…

Era una disculpa no dicha entre ambos.

El regalándolo sus dulces favoritos, y Miyako preparando la bebida que suele tomar.

Brick compro los dulces con ese motivo, disculparse con su hermana, él no era como ella que podía disculparse por todo teniendo o no la culpa, a través de palabras. No le gustaba mucho hacerlo, prefería hacerlo con acciones como esas.

Se muerde el labio, no evitando mirara de reojo a la pelirroja a su lado, que comía los dulces uno tras otro con una rapidez alarmante.

Intenta no volver a pensar, sobre sus acciones con la enana. Intenta no sentirse igual que una mierda. Lo intenta… por obvias razones no funciona mucho.

Al llegar a su casa Miyako se despide de ellos, yendo directo a su habitación, Momoko y Brick de forma natural camina a la cocina. Donde él le preparaba el chocolate caliente y Momoko hablaba sobre su trabajo.

-¿Por qué fueron los dulces para mí también? –Le pregunta –Entiendo que era para Miyako, por lo que paso en la tarde… -Brick intenta no fruncir el ceño, Momoko podía ser bastante observadora o sensible con lo que pasa a su alrededor. Eso suele asustar. –Pero yo no he peleado contigo… o bueno, no con esa intensidad. No tenías porque…

-Estaban de paso y recordé que te gustaban –Estaba volteado cuando lo dijo, por eso no noto que Momoko se había sobresaltada y teniendo un sonrojo algo excesivo –Los tome para que no me reclamaras o algo así…

-¿Cómo que algo así? Yo no te reclama… -Brick esta vez se voltea arqueando una ceja, la chica ante esa acción se calla, comenzando a murmurar cosas incompresibles, inflando sus cachetes. –De acuerdo, pero esta vez lo hubiera comprendido…

-¿Quién te entiende? Solo agradece y ya.

-Gracias por los dulces –dice, algo bajo –Pero fue mucho dulce esta noche.

-Después de un momento muy amargo tal vez te lo merecías. –Duda por un momento, pero al final se traga cualquier sentimiento que lo retiene –Gracias por lo de antes.

Esta vez nota el sonrojo de Momoko, pero no le desvió la mirada –No hay de que… Soy tu nana ¿no? –Brick rueda los ojos, negando con la cabeza –He pensado… que sería bueno ir mañana (o bueno en unas horas) a mi… al departamento donde vivía –Momoko se acerca a él, solo para dejar la taza en lavabo. –Después o antes de mi consulta, fue difícil pedirle a Sana que cambiara por esta vez mi cita. Tuve suerte que le cancelaran, y pudiera recibirme en la tarde.

-Sera después de tu consulta entonces –declara Brick recargándose en la barra –Recuerdas lo que acordamos…

-Sí, sí, que entraras conmigo al cuarto. –Momoko suspira –Eres muy insistente Him… También recuerda que no me puedes hacer más preguntas, no es necesario…

-Esa parte no está en el contrato –declara, mirando la hora –Vayamos a dormir.

Momoko comienza murmurar de nuevo, Brick solo alcanza a escuchar un "yo no firme nada". Antes de dirigirse a su cuarto, sin la necesidad de espera a la chica. Requería dormir.

Algo le decía a Brick, que mañana seria aún más amargo, de lo que fue hoy.

Continuara…

(*) = Solo es una aclaración rápida, recordé que no todos los países tienen el volante en el mismo lado xD. En Japón, el lado del conductor es a la derecha… Solo era una aclaración si no les cuadraba la redacción.

¡UN PEQUEÑO CORTE COMERCIAL xD!

Verán, después de pensar mucho y ver algunas escritoras de Fanfiction hacerlo, me decidí en hacer una página en Facebook. Esto con tal de tener más comunicación con ustedes, avisarles que sigo viva, compartir algunas cosas… Tal vez darles algunos adelantos (no lo creo mucho porque no me gusta dar Spoilers) Y sobre todo también avisarle a través de la red social, sobre actualizaciones de esta historia o de lo que llegue a publicar. También hice uno en Instagram con el mismo propósito.

Los link están en mi perfil por si les interesa la idea

Ha… también puse mi perfil de Wattpad, ahí solo tengo una historia, sin usar personajes de otra franquicias xD. Es solo un proyecto que espero pueda tener alguna oportunidad. Por si se animan a leerlo…

¡En fin!

La verdad no puedo decir mucho de mi desaparición, ya no los quiero aburrir con eso. Ya saben que suelo tener mis razones…

Espero que le haya gustado este capítulo y puedan ver algunos cambios de los personajes. ¿Cómo van las apuestas? ¿Aun van ganado los rojos? ¿O lo verdes ya le dieron la vuelta?... Todo puede pasar *Insertar emojin de personita encogiéndose de hombros*

Nos leemos pronto.

Sayo.