¡ATENCIÓN!

Tengo una noticia importante que decirles después del capítulo, por favor leerme hasta el final.

Demashitaa! Powerpuff girls Z no me pertenece, solo la trama.

¿Nana?

Capítulo 18

Miyako reconoce que estaba haciendo muy mal, es decir, se dijo que no buscaría la aceptación de su padre, se reconoció que estaba cansada de todo eso, estaba cansada der ser ignorada y de sentirse tan miserable cuando estaba cerca de él.

Pero ahí estaba ella, caminando de puntitas hasta el estudio de sus padres.

Momoko tardaría en regresar de su trabajo semanal, Brick estaba profundamente dormido y ella podía garantizar que Butch estaba jugando en línea con sus cascos que le quitaban el ruido del exterior. Brat y Yoko ya terminaron su servicio, así que nadie la vería escuchar las pláticas nocturnas de sus padres.

Plática que no debería importarle.

Pero las viejas costumbres no se quitan tan fácilmente.

Aunque en esta ocasión no estaba esperando saber si tenía un avance de aprobación, sino saber si algo de su nueva actitud haya… afectado en algo en su progenitor.

Intenta convencerse que no era otra forma de tener la atención que siempre le fue negada.

De forma cuidadosa se recarga en la pared continua de la puerta, las voces eran claras y ella podía escuchar con precisión si regula su respiración de forma muy lenta.

-Me alegro que esto haya concluido –se escuchó la voz de su madre, arrastraba las palabras y se escuchó un ligero bostezo. –La presentación se dará antes de las fiestas, eso me dará tiempo de organizar la cena anual de la empresa de cada navidad.

-No quieras precipitarte. Aún hay detalles que deben ser evaluadas, antes de la presentación.

-Son mínimas cariño, cada detalle fue calculada. Dudo mucho que haya alguna anomalía. –Miyako alcanza a escuchar el sonido de algo golpear una mesa de vidrio. Una pieza pequeña.

No evita su sonrisa, porque podía imaginarse lo que hacían sus padres adentro. Ambos disfrutaban mucho jugar el ajedrez juntos, son tan buenos y analíticos, que el hecho de que conozcan las movidas del otro produce que alarguen su juego y las piezas permanezcan en la posición que lo dejaron la última vez que jugaron. Su madre no permitía que movieran las piezas de ajedrez, hasta que su marido regresara. A pesar de que fueran meses para aquello.

-Jaque –pronuncia su padre. Confirmando los pensamientos de Miyako. -¿Invitaras a los Shirogane a la presentación?

Se escuchó el bufido de su madre. – ¿En algún momento tuve opción de no invitarlos? Sé que son cercanos a tu familia, pero hasta tú reconoces que solo Miko, la hija mayor, tiene una personalidad más llevadera. –Se escuchó más movimientos de piezas, Miyako intento adivinar el juego que haría cada uno.

Ella conocía el ajedrez porque su madre adora jugarlo, le enseño a sus tres hijos. Recuerda que su madre usaba las jugadas que hacía con su esposo para poder enseñarle los nombres de tácticas y demás. Miyako se aprendió de memoria las jugadas que usa normalmente ambos padres, uno por la práctica y el otro con la esperanza de jugar con él algún día.

Sabía que su padre le gustaba hacer un movimiento que si no mal recordaba se llama "la tracción", donde en teoría el rey oponente se encuentra bien protegido, pero con tan solo hacer un sacrificio con alguna de las piezas puedes abrir una brecha en donde se puede atacar el resto de tus piezas con posibilidad de jaque mate, entonces el sacrificio material valdrá la pena. Si ese era el caso, su madre podrá librarse capturando la pieza amenazadora (que regularmente su padre usa la dama) usando una tercera pieza o interponiéndose colocando una pieza menor como el Peón.

Luego el juego se invertiría, y su padre podría estar en problemas, pero no garantizaría la victoria de su madre. Posiblemente terminen en Tablas(*).

–Tú no tienes que aguantarlos en las fiestas. Tienes la excusa del trabajo… -Mas movimientos. –Eso me recuerda, no me has dicho en donde debo reservar tu vuelo. ¿Regresaras a Shanghái? ¿O iras a Londres para hablar con los accionistas?

-No, termine mi labor en Shanghái y en Londres Walker puede resolver sin mi presencia. –dice su padre continuando con su juego al parecer. Miyako pensaba que su madre logro invertir la jugada ya que, no se escuchaba ningún movimiento de piezas. -¿Tablas?

-Tablas. –Acepta su madre. -¿Entonces donde debo reservar el vuelo?

-… Estaba pensando en alargar mi estadía en Japón.

Miyako se queda paralizada a pesar de que no se estaba moviendo para nada, sentía algo pesado caer en su estómago, se sintió mareada, donde crecía una angustia como si… Ni siquiera sabía con qué compararlo, lo que sentía estaba muy mal, su cabeza la regañaba por su evidente disgusto. Pero su pánico, la idea de estar días más encerrada en su cuarto y sentir su hogar como un alto peligro, era más elevado que fue fácil callar su cabeza.

-¿En serio? –Miyako hace una mueca ante el tono de voz de su madre. Era entusiasmado, con una evidente alegría que parecía que solo ella podía sentir. De nuevo su cabeza la regaña, ella debía sentirse alegre también. Pero no era así. -¿Por cuánto tiempo?

-Un mes. –Miyako tuvo que sostenerse del suelo para detener su mareo. –Por ahora se tiene previsto que será un mes. Mañana te acompañare a la empresa.

-¿Hace cuánto que no vamos juntos a trabajar?

Miyako no se quedó para escuchar el relato feliz de su madre, con mucho cuidado gateo hasta las escaleras, el mareo persistía, y no sabe el motivo. Con mucha dificultada sube las escaleras esta vez estando parada con las piernas temblorosas, tenía que tener cuidado de no hacer ruido para no llamar la atención de sus padres y ser descubierta.

Estuvo a punto de regresar a su cuarto, pero el hecho de hacerlo le pareció a una prisión. Era un mes quedarse en su habitación, con tal de evitar a su padre y sus acciones que le afectaban. Sentía que comenzaría una clase de sentencia.

Algo malo le sucedía, podía sentirlo, algo la estaba lastimando.

Pensó ir con Brick, pero el pensamiento en cuanto apareció se detuvo.

Abrió la puerta que estaba seguida a la suya. Sobresaltando a su hermano.

-¿Miyako?

Sintiéndose de nuevo débil, se deja caer al suelo. Soltando un jadeo por la boca, y descubrir que había aguantado la respiración. Y saber que su corazón dolía en su pecho y parecía expandirse.

-¿Qué te sucede?

Miyako alza la mirada a Butch.

Su hermano no tenía los casco como había pensado, tenía todo su cabello sujetado con una liga dejando al descubierto sus ojos verdes oscuros y partes de su frente. Miyako nota que su hermano parecía estar estudiando por las páginas de red que se mostraba en dos ordenadores y el libro que tenía abierto en el escritorio. Se entretiene un rato pensando que el hecho de que Butch estudiara era por causa de Momoko. Su amiga le preparo un temario de los temas, (aún era un misterio el como Momoko descubrió lo que tenía que estudiar Butch para sus clases), como también a veces suele revisar los trabajos o tareas del pelinegro antes de su entrega. Lo hacen de forma tan discreta que tal vez sea solo ella quien lo haya notado.

-Miyako…

Se vuelve a centrar, acercando sus piernas hacia su pecho, observando las huellas de gato de su pijama.

-Estaba… escuchando a nuestros padres en el estudio. –Butch no le mostro ninguna mueca de desaprobación o lo que sea que pudiera sentir culpable. Seguía viéndola esperando que continuara. -… Alargara su estadía aquí. Se quedara un mes más.

Esta vez Butch hizo una mueca, parecía querer decirle algo. Pero se detuvo de improvisto y después esa mueca cambio a una sonrisa y murmuro algo parecido a "Entonces no gana ninguno". Miyako ladeo la cabeza por aquella acción.

-¿Segura? –le pregunta, Miyako asiente. –Sé que esa noticia suena muy mal, pero has estado mejor que otros días, exceptuando ese día con Kaoru…

-He estado encerrada en mi cuarto –le murmura. –Y me convencí que solo me faltaba unos cuantos días… No creo poder aguantar un mes así…

-Sal con Boomer. –le contesta su hermano suspendiendo las máquinas y creando de nuevo la oscuridad, mientras hacía girar su silla para verla. –Con Kaoru, si es por Momoko ella puede cuidarse por sí sola.

Miyako se obliga a asentir, controlando los latidos de su corazón y de su respiración acelerada. Butch se mantuvo callado mientras la veía. Se produjo un extraño silencio entre los dos, y sabían ambos por qué. Butch nunca ha sido el hermano que suele consolarla, se mantenía al margen y hacia acciones indirectas que en ocasiones no son reconocidas por Miyako.

Brick era el que comúnmente, ambos buscaban una clase de consuelo. Butch descargaba su frustración y ella su tristeza. Miyako y Butch no suelen descargar las cosas negativas entre ellos, solo comparten alguna que otra… Pasatiempo… o algo que puedan congeniar.

-¿Por qué no fuiste con Brick? –Miyako se encoge de hombros, no sintiéndose cuestionada, Butch estaba confundido y posiblemente incomodo el tener que consolarla… Miyako recuerda que Butch lo intento esa vez con Kaoru y su padre, pero termino saliendo de su cuarto por pedido de ella.

-… No quería causar un problema. –murmura. Recargando su barbilla en sus rodillas. –Y tampoco quería ir a mi cuarto… Perdón si…

-Kaoru me pido decirte que la palabra "perdón" está prohibida para ti. –Miyako hace una mueca, mientras su hermano se sentaba en su cama. -… Y no me molesta, solo estoy sorprendido… No soy muy bueno consolando a pequeñas hermanas.

Miyako bufa, causando una risa a su hermano. Miyako se levanta menos temblorosa y se deja caer en la cama, de esta forma podía observar mejor el rostro de Butch.

-Deberías mostrar más tus ojos. –le susurra. Notando que el cabello de su hermano, estaba un poco más largo, no a la altura de Brick, pero no tarda en estarlo sino se lo cortaba. –Necesitas un corte.

-Si lo se… -Butch deshace su peinado improvisado. Miyako no le molestaba admitir que Butch tenía un perfil bastante atractivo, y la forma de que su rostro fue delineado por su cabello lo confirmaba. –El entrenador dijo que me suspendería si no lo cortaba.

-Puedo cortártelo. –Butch se queda callado pensándolo. Miyako se lo ha cortado un par de veces, y no era una experta, pero se defendía.

Butch se levanta prendiendo la lámpara de su cuarto que no iluminaba tanto la habitación, pero si lo suficiente para hacerla parpadear por el cambio. Miyako se levanta al ver que su hermano sacaba unas tijeras de su cajón.

-¿Te despunto el fleco? –pregunta cuando su hermano se sienta y ella buscaba una toalla en el baño.

-Creo que es momento de un ligero cambio…

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Brick jugaba con su desayuno, hacia el tiempo suficiente para mantenerse en la mesa y entretenerse en algo mientras el silencio reinaba en el comedor principal. Escuchaba los murmullos de sus padres hablar sobre negocios. Butch se estaba tardando en bajar a desayunar y el motivo era desconocido. Momoko estuvo mucho tiempo tocando la puerta de su hermano esperando una respuesta, él tuvo que decirle que se fuera a desayunar.

Así que podría escuchar en ocasiones el disgusto del señor Him de la falta del pelinegro.

El marido de su madre había decidió dar presencia en la hora del desayuno, eso significa que Butch y Brick deben comer junto con él, porque eso se supone que hacen las familias.

Aunque dudaba que muchas de ellas desconocen a una de sus integrantes solo porque la cabecilla de la familia, no le daba la gana tenerle cerca.

La puerta deslizarse hace que la plática de sus padres se detenga y él alza la cabeza mientras masticaba la comida de Yoko. Casi se atraganta cuando ve a su hermano.

-¡Buenos días familia! –exclama Butch dejándose caer sin gracia en el asiento continuo de Brick. Mientras tenía una sonrisa de oreja a oreja como el gato de Alicia. – ¡Yoko se lució esta vez! ¿No creen?

Brick mira de reojo la comida servida, si, Yoko siempre se luce con la comida. Pero lo que era muy diferente es el nuevo corte de su hermano, demasiado corto a lo que tiene acostumbrado, el fleco del chico se había reducido, solo tapaba parte de su frente de una forma algo irregular, la parte de atrás tenía menos melena, era corto, lo más corto que ha visto en Butch desde secundaria.

-¿Qué carajos te paso? –le pregunta después de tragar.

-Brick lenguaje –expresa su madre. –Me gusta tu corte Butch.

-Miyako me ayudo a cortarlo. Que tomara el pequeño taller de la escuela fue una gran ventaja.

Brick asiente. Pensado que tampoco le vendría mal un pequeño corte. No tan exagerado como Butch.

-Tengo un anuncio que darles. –Brick le dedica una mirada neutra a su padre, se extrañó ver a su madre tomar la mano de su marido y mostrar una sonrisa radiante. Eso le dio una mala vibra. –Voy a alargar mi estadía, por ahora se considera el tiempo de un mes.

Brick sentía su propia tensión procurando no cambiar su expresión, pero Butch decide hablar:

-¿Qué paso en Londres? –pregunta Butch sin mucho interés. Ni sorprendido. – ¿o era Shangai? … Bueno donde sea donde trabajas.

Brick noto como el marido de su madre hacia un ligero movimiento de cabeza, por alguna razón Butch no se sentía satisfecho sino conseguía que el señor Him expresara alguna inconformidad e incluso de irritación.

-No requieren de mi presencia por el momento. –los ojos del señor Him se dirigen a su hijo mayor. –Espero que este pequeño tiempo tengamos oportunidad de hablar de tu posición en la empresa Brick, tu deber con la familia.

Brick arque la ceja. –Tengo muchos deberes escolares. –expresa seco. Terminando su desayuno. –Vamos Butch se hace tarde.

-¡Pero no he acabado!

Brick lo jala de su suéter sacándolo a la fuerza del comedor. Escucho a su madre despedirse, ambos hermanos le contestan a la mujer (uno con un dificultoso adiós y el otro con un simple monosílabo) Brick llega a la cocina escuchando las risas de las tres mujeres. Quienes se sobresaltan por la presencia de los muchachos.

-¿Qué sucede? –pregunta Momoko, con esa mirada que era una reprimenda no dicha.

-Que Brick se cabreo porque nuestro padre se quedara un mes aquí –murmura Butch dándole la espalda a todos ya que Brick seguía jalándolo por el suéter. –Vamos pelirroja, usa tus dotes con él y cálmalo de su pésimo genio.

Brick sin ninguna delicadeza empuja a su hermano haciendo que termine en el suelo de lado en un seco ruido. Para luego ver a su hermana, frunce el ceño al ver que ella no mostraba ninguna sorpresa, e incluso tomaba su jugo con mucha tranquilidad.

-¿Ya lo sabias? –le pregunta a Miyako, en esta ocasión su hermana se sonroja y le desvía la mirada.

-Yo le dije. –expresa Butch. –Lo escuche de pura casualidad pasando por el estudio.

Brick mira la sorpresa marcada de Momoko cuando Butch se levanta del suelo y las miraba de frente, incluso Yoko detuvo su actividad de limpiar los platos también observando el cambio de Butch. La pelirroja se levanta de su asiento acercándose a Butch alzándose de puntitas y mirar los ojos del chico. Butch no retrocede solo le dedica una mirada confundida a Momoko quien había ladeado la cabeza curiosa.

-Te ves más atractivo así, tus ojos se lucen más –aclara la chica dejando de estar de puntitas. Mientras alzaba el pulgar –Tu nana aprueba tu cambio.

Butch le dedica su típica sonrisa coqueta a la enana, Brick solo rueda los ojos creciendo su malhumor. Momoko solo provoco que el ego de su hermano se alzara aún más.

-Creo que no corte muy bien tu fleco –murmura Miyako. Para luego soltar un bostezo. –Pero es cierto que tus ojos se ven mucho mejor así, Butch. ¿O tu qué piensas Yoko?

-Su hermano traerá más locas a las chicas, aunque no es como si no lo hiciera ahora.

Butch expande más su sonrisa y tal vez soltar un comentario de sí mismo con cinismo, como el narcisista que era. Pero Brick interrumpe tomando la mochila de la enana y dársela a su dueña quien se lo recibe como reflejo.

-Se hace tarde. –murmura. Caminando hacia la salida.

Escucha a Butch soltar un murmuro de "envidioso", escucha los pasos de Momoko seguirlo y de su hermana despedirse de Yoko.

Suelta una maldición cuando siente su cabeza dolerle. Comenzaba a tener una jaqueca.

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Momoko suelta una carcajada intentando mantener la risa bajo para no llamar tanto la atención de sus demás compañeros, pero el ver el sonrojo y la mueca de vergüenza de Miyako, le era imposible callar su risa.

-¡Ay, Miyako! Solo es un saludo, no importa como lo des. –le murmura con dificultar, intentando contener su risa.

-Es que… a veces… No se cómo debo actuar. –le murmura Miyako angustiada. –A veces pienso que debería dárselo en la mejilla o en los labios, pero luego pienso que tal vez no le gustaría o le molestaría o tal vez el solo quiere un saludo normal… No… No quiero arruinar esto, porque no sepa como deba actuar.

Momoko detiene su risa, observando la cara temerosa y soñadora de Miyako, una mirada que le provoco verdadera ternura. Momoko roba una de las salchichas de Miyako usando sus palillos.

-Realmente te gusta Boomer, ¿Verdad?

Miyako acentúa su sonrojo y mientras asentía. Momoko le sonríe a su forma natural, de esa forma maternal.

-No hay reglas exactas dentro de una relación, no hay un patrón exacto y la forma exacta de como debes saludarlo. –le murmura bajo. Miyako le pone absoluta atención, que podía provocar otra risa divertida, pero se contuvo. –La mejor forma de saber si tu novio le gustaría que lo besaras como un saludo o con un simple "hola" es preguntándoselo, pero ten en cuenta tu propia comodidad. La comunicación es fundamental es la base de todo. No te sientas incomoda por preguntarle a Boomer o de expresarle tu propias inseguridades o incomodidades.

Miyako la escucha con una ligera mueca de confusión, pero Momoko sospecho que el mensaje fue recibido de la mejor manera.

-Tampoco tengas miedo de preguntar a mi o a Kaoru. Creo que tendremos que explicarte algunas cosas que suceden comúnmente en un noviazgo.

Momoko no se molestó en explicar a lo que se refería cuando la mueca de Miyako incremento y parpadea claramente confundida. Momoko no le incomodaba platicarle a Miyako de los temas que en teoría la señora Him debió hacerle a su hija, pero algo le decía que el trabajo nunca le dio la oportunidad. Momoko conoce lo que su tía Yuki le explico a una temprana edad, tiene experiencia en algunas cosas gracias a Randy.

Un recuerdo quiso invadir su mente, haciéndola suspirar resignada y después alejarlo lo más rápido que podía.

-Tengan su propio ritmo Miyako –le murmura a la rubia. Pero Miyako no la escucho ya que estaba distraída mirando la entrada del aula. -¿Miyako?

-Butch está en la entrada. –Momoko alza la mirada.

-Esto es más ridículo que mis doramas –Piensa Momoko, viendo como Butch era rodeado por varias de sus compañeras que alagaban su corte. El muchacho tenía una sonrisa coqueta y encantadora recibiendo los halagos haciendo comentarios algo cínicos. Era tan narcisista que daba pena ajena mirarlo. –Pensé que Kaoru exageraba cuando decía que Butch se le subía la cabeza muy rápido.

Miyako suspira –Si supieras.

Butch camina hacia ella con una sonrisa bastante grande que Momoko tuvo que retener el deseo de pellizcarle la mejilla y reprenderlo por dejarse llevar tan fácil cuando se trata de su persona.

-Mi querida hermana y prima. –dice Butch tomando una silla cercana y arrástralo hacia el escritorio de Momoko que usaban para almorzar. Su sonrisa parecía aumentar. -¿Qué se siente ser familiares míos? Su popularidad ha incrementado gracias a mi encantadora presencia.

Momoko entrecerró la mirada mientras ladeaba la cabeza, con las palabras "¿Desde cuándo somos populares?" a punto de salir de su boca. Pero Miyako fue quien se adelantó.

-Un fastidio –el tono de voz que empleo era tan parecido a la de Kaoru, con sinceridad absurda e ironía, haciendo esa mirada de ojos que preguntaban si eras un idiota. Momoko la miro sorprendida para luego notar el leve temblor de manos, casi haciéndola reír. Miyako estaba haciendo la imitación a propósito, para bajarle los humos a Butch al modo Matsubara. –Tener que ser tus búhos mensajeros es lo que menos quería hacer en la semana hermano.

Al final Momoko, no contuvo su carcajada, no solo por lo que dijo Miyako, sino también al ver la expresión de asombro de Butch. Y el como Miyako se había sonrojado avergonzada de lo que dijo, pero sin cambiar su expresión, o eso intentaba ya que esa misma expresión comenzaba a temblarle.

-Me dueles hermana. –Expresa Butch. Con una mano en el pecho. –Y yo dándote el crédito de la obra de arte que hiciste… Lo esperaba de Momoko o incluso del semáforo de nuestro hermano, pero no de ti. Solo puedo confiar en Boomer.

-… Solo te corte el cabello. –murmura Miyako, incrementando el sonrojo. –Y no vuelvas a participar al taller de teatro… Pu-puede afectarte… –lo último lo murmura apenada y poco audible, provocando que Momoko no pudiera detener su carcajada, y Butch le murmurara a su hermana un "se reconoce tu intento" –Bueno… ¿Por qué has venido hermano?

Butch se encoge de hombros, buscando algo en su bolsillo de su sudadera que estaba debajo de su suéter del uniforme. –Venía con Brick, te iba a dar esto Momoko –Momoko recibe la bolsa de dulces que suelen vender en la cafetería. Momoko parpadea confundida, queriendo ignorar el sentimiento cálido y su corazón molesto.

Lo intento, pero como ha sucedido en los últimos días, no podía hacerlo. Y Brick no se la dejaba fácil.

-¿Y dónde está? –pregunta Miyako, recuperando un poco el color de su rostro.

-Himeko lo intercepto. –suelta Butch haciendo una mueca de consuelo, como si le diera un pésame a Brick. –Lo obligo a caminar con ella en los pasillos, sobre hablar como los viejos tiempos. –Momoko suelta un bufido soltando la bolsa de dulce con algo de brusquedad en la mesa. Para luego sonrojarse aún más por su arrebato, y sentir ese nudo en el estómago.

¿Qué carajos?

-Tal vez lo invite a su fiesta –contesta Miyako ofreciéndole a Butch parte de su comida que el muchacho acepta. –Ya lo hizo con la mayoría del salón.

-¿Lo intento con ustedes?

-Oh sí. –expresa Momoko con sarcasmo. –Somos la mejores amigas, hasta nos dedicó una pequeña serenata para que fuéramos a su querida fiesta. No recuerdo mucho el canto, pero una parte hablaba sobre: "el amor de amistad que compartimos, le quema parte de su corazón".

-¿Tiene corazón? –pregunta Butch con el mismo tono de Momoko. –Pensé que había una clase de duende diabólico que vive por la atención de todos. Miko juraba que lo vio una vez…

-¿Cómo vería algo que…? -comienza Momoko, cuando se traba con su propia saliva. Tose un poco para recuperarse. Pero algo malo sucedía.

Escucho el pitido de su oído, su corazón comenzó a dar palpitaciones más fuertes y rápidas que dolía, algo aplastaba su pecho, pero no tenía nada encima más que su uniforme. Comenzó a sentir el sudor que mojaba su cuello, y sentía que su bufanda la ahorcaba. Después llego el mareo, lo único que pudo hacerla reaccionar, fue al darse cuenta que no podía respirar.

Escucho a Miyako hablarle, pero fue algo lejano. Intento actuar normal, se excusó con ir al baño, caminado con rapidez fuera del salón. No sabe muy bien como llego al baño, su miedo de mostrar lo que le pasaba a Butch y Miyako fue lo que la guio un lugar donde esconderse.

Se aferraba al lavabo arrancando su bufanda de su cuello para luego obligarse a respirar lastimando su nariz y provocando que tosiera aún más.

No estas muriendo, no estas muriendo.

Inhala y exhala. Inhala y exhala.

No estás muriendo, no estas muriendo.

Suelta un jadeo cuando logra meter aire en sus pulmones, provocando que tosiera con más fuerza. Vuelve a inhalar igual de fuerte, y exhala casi al instante. Cuando su mente se aclara y su miedo de morir se aleja, sigue la instrucciones de Sana para recuperar el control de su cuerpo y mente. Concentrándose en sus inspiraciones y expiraciones, para desvanecer el peso extra de su pecho, imaginándolo como un color, como el negro y cambiarlo al rosa que es su color de (como Sana lo bautizo) "a salvo". Lo hace de forma pausada, ignorando su alrededor y solo centrarse más en su propio bienestar, inhalando por la nariz y expulsando por la boca.

Cuando el dolor se va, cundo el peso extra se aleja.

Se aferró al lavabo para no caer por la debilidad. Sintió el dolor de cabeza por el esfuerzo que hizo.

Un ataque… Momoko no le extrañaría, no últimamente, lo suele tener al despertar de sus pesadillas… Y era compresible para ella cuando fue a ver a su departamento…

Pero en esta ocasión no había motivo para tenerlo, estaba hablando con sus amigos, estaba haciendo algo común, no había estrés o miedo en eso.

-¿Ahora qué te pasa cabeza? –se murmura para sí misma con enojo. Abriendo la llave de agua fría y mojar su rostro.

Deberá comenzar llevar unas pastillas para el dolor de cabeza.

-Nunca había visto uno así de cerca. –Momoko se sobresalta por el comentario. Himeko estaba recargada en la puerta de uno de los cubículos. Tenía los brazos cruzados y la miraba de una forma extraña. Momoko suspira, lamentándose un poco. Tratando de relajarse.

Le costó y mucho.

Decide ignorarla, tomando su bufanda e ir a la salida. Pero Himeko se interpone cambiando su expresión. Momoko ladea la cabeza confundida por la expresión amable y la sonrisa ligera de Himeko.

-¿Necesitas ayuda? ¿Quieres que te lleve a la enfermería?

Momoko se queda muda por unos momentos. -… No hace falta.

Intenta de nuevo irse, pero Himeko alza su mano para detenerla de nuevo. Momoko sentía la cabeza dolerle aún más.

-¿Segura? Me preocupa que te puedas desmayar en los pasillos, si quieres puedo…

-¿Qué quieres Shirogane? –le suelta borde. El papel de compañera preocupada no le quedaba para nada a Himeko.

-Solo cuido tu bienestar. –Himeko no quitaba esa sonrisa, su tono de voz tenía ese aquel timbre agudo, que era algo chillón en ocasiones. Pero esta vez lo mantenía de forma suave que no era tan molesto como otras veces. –Sé que empezamos mal Momoko…

-Akastustumi –la corrige. Himeko parpadea sin cambiar su semblante, pero Momoko podía ver la quijada apretarse un poco. Se estaba irritando, pero quería mantener su tetra de ser una persona amigable. Una treta que Momoko no le estaba gustando nada. –No somos tan cercanas para que me llames por mi nombre…

-O cierto mi error. –Himeko se atreve tomar sus manos, Momoko se esfuerza de no apartarla solo para saber a qué quería llegar la castaña. –Tienes razón no somos cercanas, y me gustaría cambiar eso. Sé que empezamos mal, y que te di una mala imagen de mí la primera vez, quisiera disculparme por aquello. Eres la prima de Bri… Brick, y quisiera que nos lleváramos muy bien a partir de ahora, que seamos amigas.

¿La está jodiendo no? ¿Amigas?

Himeko la suelta sacando un folleto de su sudadera y dársela. Lo tomo por reflejo –No tenía tu teléfono para mandarte la invitación así que tuve que imprimir esto. Hare una fiesta y me gustaría que fueras, será una mejor forma de que conozcas más personas de nuestra escuela, e hicieras más amigos a parte de tu… prima.

Momoko se preguntó si realmente Himeko pensó que le resultaría todo eso. ¿Qué no recuerda la niña el por qué su mano fue marcada en su mejilla? No fue por como la trato. Sino el cómo hablo de Miyako, como se burló de su amiga y la insultaba. El por qué el verla le daba tanta rabia, al recordar esa marca en la mano de Miyako y en su mejilla. Que agrede a su amiga con toda naturalidad y libertad, y nadie le ponía un alto.

Le cosquillo la mano, tuvo que apretarla para no volver a caer a su instinto violento. Y mantener su expresión indiferente. El dolor de cabeza no le ayudaba mucho como el hecho de sentirse cansada por la falta de sueño.

-¡Te la vas a pasar muy bien Momoko! Sé que tú y yo podemos ser grandes amigas, te presentare a mucha gente y es una forma de que te adaptes…

-¿Estas bromeando no? –Pregunta. Momoko se reprende por dejarse llevar por su creciente enojo, pero su boca continua. – ¿Amigas? ¿Tú y yo?

Himeko tambalea su sonrisa, demostrando que la palabra tampoco le agradaba. –Sí, quiero que nos entendamos, creo que podemos comprendernos. -Momoko tenía muchas ideas del por qué nunca se entendería con Shirogane. Pero lo último fue lo que acabo su paciencia. –Temo que por tu mala… decisión de amigas, pueda afectarte tu estadía aquí.

Realmente se controló, agradezcan que Shirogane no tuviera su mejilla roja de nuevo. Pero Momoko no paro su boca.

-Sabes, nunca seas actriz eres pésima. –dice aún más borde. –Tu y yo amigas, créeme... es lo último que quiero ser de ti. –Himeko tambalea de nuevo su sonrisa dando distancia con ella. –Eso sí sería ser una mala decisión de amigas… Jamás seria amiga de la persona que lastima a una de las personas que más quiero. –Himeko desvanece su sonrisa por completo. –Se lo que haces con Miyako, veo el daño que le hiciste todo este tiempo y escucho lo que plagas sobre ella en los pasillos. Tienes suerte que la directora no pueda hacer nada contra ti, o que Brick no se haya enterado de esas marcas que le hiciste a Miyako…

Himeko ladea la cabeza confundida, fingiendo inocencia. –No sé de…

-Si lo sabes. –Declara –No quieras fingir conmigo, te lo dije, eres pésima actuando. –Momoko toma el hombro de Himeko procurando no aplicar una fuerza excesiva, casi con delicadeza la hace un lado para que pueda salir al fin del baño. –Gracias por tu invitación, pero no deseo tener algo que ver contigo.

Himeko bufa resignada. –Sabes, pensé que serías más lista. –su tono cambia a uno aburrido siendo muy abrupto el cambio de emociones de la chica. Momoko tuvo que darse cuenta que Himeko no estaba a la defensiva. –Si sabes lo que le hago a Miyako, entonces sabrás que puedo hacerlo contigo. Todo está escuela me escucha, y si digo algo de ti… Y viendo lo de hace rato, no sería tan difícil crear rumores.

Momoko se preguntaba enserio que tenía esta escuela que depende tanto de lo que digan sobre ti, Butch vive de adoraciones y él siempre le recuerda que debe tener cuidado con lo que diga sobre ella, Brick le dice que la mayoría de los alumnos de esta escuela deben dar el ejemplo por sus familias. Miyako es víctima de todo eso.

Ella nunca dependió de lo que le decían, eso nuca le dio dinero. Ella no está acostumbrada a depender que otros adolescentes critiquen o hablen sobre ella. Y ahora, depende mucho menos.

Y si se trataba de tener más amigos… Ella estaba muy feliz con los que tenía ahora.

Y no necesitaba más.

-Debes estar muy sola como para creer que me importa lo que vayas a decir de mí. –noto la tensión en los hombros de Himeko. –Solo alguien demasiado sola, depende tanto de otros. –No lo sabía, no sabía si Himeko suele sentirse así. Y para ser sincera, sinceramente cruel, no le interesaba saber. –Y lo que sea que quisieras conseguir con esa amenaza o esa tetra. No te resultara… -se soba un poco la cabeza sintiendo su dolor incrementar. –Así que seré directa contigo… Deja en paz a Miyako, intenta de nuevo tocarla...

Himeko rueda los ojos, una expresión que no esperaba Momoko y que hizo callarla. –Sí, lo sé, iras directo hacia Brick. Como últimamente no dejas de hacerlo, como un perro faldero.

-Yo no soy quien mueve la cola por un poco de atención. –Contesta Momoko haciendo que esta vez Himeko muestra su enojo. Momoko no planeaba decirle a Brick, pedido de Miyako. Pero prefiere no poner sobre aviso a Himeko sobre Kaoru. –Aléjate de Miyako.

Sale del baño azotando la puerta, camina hacia su salón sorprendida que la clase aun no comenzara, tira el folleto en el primer basurero que encuentra, pero justo en la entrada de su salón, se encuentra una mirada roja irritada de siempre y un azul preocupada.

-Momoko, ¿estás bien? Brick y yo íbamos a buscarte, Butch tuvo que irse. –exclama Miyako tocando la frente y después las mejillas de la pelirroja. Momoko intenta no quejarse. – ¿Te sientes mal? Estas algo roja.

-Estoy bien –murmura, mirando a Brick quien le arqueo la ceja. Le exigía saber lo que la haya pasado, Momoko desvía el tema de su ataque de su mente (queriendo hablarlo mejor con Sana) con el disgusto de hace rato. –Tuve una plática con tu novia.

Brick le frunce el ceño. Pero fue Miyako quien siguió hablando. -¿Brick tiene novia?

Momoko se entretuvo un poco en fastidiar a Brick.

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Estoy en el estacionamiento, no hubo inconveniente esta vez —B.

Boomer no espera respuesta sabiendo que Miyako estaría todavía en clase. Decide salir del auto para esperarla, y estirar las piernas. Fue reflejo saludar de nuevo a los oficiales a pesar de que no tenían la mejor cara a su persona. No lo retuvieron como el día anterior, pero si se sintió igual de juzgado. Una Momoko malhumorada era de pensar dos veces el decirle un "no", la única quien lo hacía era Kaoru.

Pero la razón del por qué Boomer se encontraba de nueva cuenta en el estacionamiento de la escuela de su novia y amigos, es porque Miyako le envió un mensaje pidiéndole (con muchas disculpas de por medio en su pedido) una salida para ambos, solo para ellos, la chica lo invito a salir en una cita. Mencionando como una salida simple en algún parque o en cualquier sitio que les permita algo de diversión y privacidad. (Boomer rio un poco por el mal uso de palabras de su novia, para luego incriminarse de mal pensar las palabras). Era claro que él acepto ya que desde que han comenzado a salir, de ser pareja y no amigos, no han tenido ninguna sola vez una salida o cita entre ellos dos, siempre era en compañía de los demás.

Y deseaba estar con Miyako, sin la compañía de Momoko o de Kaoru de por medio, no había nada de malo estar con sus amigas. Pero una vena posesiva o egoísta, lo hacía anhelar solo tener la atención de su novia solo para él.

Suelta un suspiro avergonzado por sus pensamientos, mientras escucha a los alumnos comenzando a salir de sus aulas y acercarse a la entrada principal.

Momoko durante el trabajo, suele relatar todo lo que la tiene asombrada e incómoda de su escuela. Comparándola con sus mangas de romance, y su gran emoción de la biblioteca tan grande que poseía, comentando que deseaba leer cada libro. Mientras la quejas eran más a las actitudes de sus compañeros de clases.

-¡Todo es muy caro! ¡Y ellos lo gastan sin preguntar por su precio! ¡Lo pagan incluso con tarjeta de crédito! Y a mí me miraron raro cuando les di efectivo.

Era obvio que Momoko no estaría del todo cómoda con su nueva escuela, que incluso tendría esos roces. Tenía una pequeña puesta con Kaoru de cuanto tardaría Momoko en comentar al consejo estudiantil sobre sus exagerados precios en la alimentación, que en teoría no debería estar permitido por ley.

-Disculpa -Boomer parpadea volteando la cabeza. Había una chica castaña ondulada mirándolo con una ligera mueca de confusión en sus ojos morados. – ¿Buscas el servicio estudiantil para una beca? ¿O estas esperando a alguien?

Boomer sonríe, pensando que debe ser alguien del consejo estudiantil. –Espero alguien en realidad, ya hable con los oficiales antes. Lamento la intromisión.

La chica cambia su expresión a una de compresión, para luego llevar su mano derecha a su mejilla, como si estuviera avergonzada.

-Perdona si fui grosera, solo que… me aseguro que se dé la seguridad de mis compañeros. –murmura mientras le dedicaba un ligera mirada, para luego desviarla. –Nos conocemos la mayoría, incluyendo los choferes, es extraño ver caras nuevas, si no es para solicitar becas…

-Lo comprendo –Boomer le dedica una sonrisa más relajada para tranquilizar a la chica –Es amable de tu parte que tengas en cuenta a tus demás compañeros.

La chica suelta una risa ligera, aun avergonzada. Mientras hacia un movimiento con su mano de acomodar un mechón de cabello detrás de su oreja y ladeaba con gracia su cuerpo. Boomer parpadea ante eso, y notando como el espacio se reducía un poco. No lo suficiente para invadir el espacio personal, pero aun así era algo cercano.

-Mientras esperas, podría mostrarte algunos de los folletos de nuestra escuela, recientemente ha aumentado el descuento en la colegiatura. Y otras becas que podrían interesarte.

Boomer da un poco más de distancia mientras desviaba la mirada hacia la entrada. –Ya estoy matriculado en otra escuela, pero gracias por tu sugerencia. –murmura, hasta que nota a Miyako a una distancia de ellos.

Con una expresión de horror en su rostro.

Boomer frunce el ceño confundido alzando su mano, aquella acción hizo parpadear a su novia, pero no daba ningún paso hacia él.

-Oh, ¿llego quien esperas? –pregunta la chica mirando detrás suyo. Donde su expresión amable cambiaba, observando a Miyako.

Boomer ve como Miyako se sobresalta al ser observada por la castaña, incluso dio un paso hacia atrás temerosa. Boomer dirige su mirada a la castaña donde su cabello se interponía en observar su rostro, pero los hombros se veían claramente tensos. De nuevo regresa la mirada a Miyako, quien estaba muy indecisa por alguna razón que Boomer no comprendía.

Por esta ocasión, decide por ella.

-Sí, ya llego mi novia. –dice con simpleza, sobresaltando a ambas mujeres. Boomer camina hacia Miyako, quien la miraba aun asustada pero aun así dejo que le quitara su mochila. Boomer rodea los hombros temblorosos de Miyako con su brazo, dándole una ligera acaricia. -¿Cómo te fue?

Miyako miro de reojo a la castaña antes de contestar. –Bien –murmura -¿y tú? ¿Cómo ha ido tu día?

-Ahora va mejor –le contesta esperando que entendiera que era por ella. Miro con satisfacción y ternura como las mejillas de Miyako se coloraban en ese tono rosado. Lo había comprendido.

-Oh… -la exclamación de la chica llama la atención de ambos, y de nueva cuenta Miyako se sobresaltaba. –Así que al fin nuestra pequeña Him ha dado un sí. –la chica castaña sonreía, pero no de la misma manera de hace un rato. Había un tono en su voz que no estaba también, era más agudo. –Es una gran noticia, Miyako no deberías guardarte estas cosas. Somos compañeras de clase, y nuestras familias son amigas. Creía que éramos cercanas. –hubo algo en su tono y la forma en como miraba a Miyako que no le gusto para nada a Boomer.

-… No hubo oportunidad –murmura Miyako.

-Me lo imagine, pero descuida, entiendo que a veces seas tan… despistada. –Boomer evito fruncir el ceño de nuevo, no queriendo mal interpretar aquel pequeño silencio. La chica le dedica una mirada, y si hubo algún eje de coqueteo hace un rato, desapareció con esa expresión desinteresada e incluso lo miraba de abajo hacia arriba juzgándolo claramente. – ¿No me presentaras como se debe a tu… novio?

Boomer no reprime su mueca ante el tono mandón de la chica. Miyako algo indecisa no habla por un rato. Hasta que lleva su mano en la espalda baja de Boomer, lo incitaba a moverse.

-… Lo siento, tenemos algo de prisa. –dice con voz más alta y no en un murmuro. -… Nos vemos mañana.

La chica ladea la cabeza –Claro, nos vemos mañana Miyako.

Boomer guía a Miyako al auto, abriéndole la puerta del copiloto y después cerrarla cuando ella termina de acomodarse en el asiento. Boomer mira de reojo a la chica que caminaba hacia su propia… limosina con su chofer saludándola y agarrando al aire la mochila que esa desconocida dejo caer, la chica nota su mirada, esta alza su mano como de despedida antes de subir a su limosina.

Extrañado por el cambio de comportamiento se sube a su propio auto.

-¿Quién era ella?

Miyako hace una mueca, para luego suspirar. –Es Shirogane Himeko.

Boomer parpadea, para luego hacer una mueca observando como la limosina avanzaba a la salida.

-La chica que te lastima. –dice comprendiendo él porque del actuar de Miyako. –Así que es ella.

-¿De que hablaron? –Boomer regresa la mirada a Miyako, quien tenía la cabeza baja y apretaba sus pulgares entra sí. Boomer se preguntó si era una clase de celos, pero le costó imaginar a Miyako celosa, algo le decía que sus pensamientos iban hacia otro lado que para él no sería compresible.

-Solo me pregunto el por qué mi presencia, al parecer preocupada por la seguridad de sus compañeros. –dice vagamente, ve la mueca de confusión de Miyako. Admira como el rostro de la chica cambiaba por sus propios pensamientos, haciendo alguna que otra mueca graciosa. –Creo que intentaba coquetear, no lose con certeza, pero se estaba volviendo algo risueña antes de que llegaras.

Miyako asiente, haciendo una ligera mueca en sus labios. Boomer sonríe, con un extraño burbujeo en su estómago e impresionado.

Tal vez, si estaba algo celosa.

Boomer acaricia la mejilla de Miyako, solo para provocar que ella volteara el rostro. Tomo esa oportunidad para besar con delicadeza los labios de su novia, una pequeña caricia, breve. Que su novia acepto.

-¿En qué pensabas? –le murmura bajo, aun cerca de ella. Miyako parpadea.

-… Que… No me gustaba la idea de que ella te conociera. –dice con un tono de culpa en su voz. –No quería que ella supiera de ti.

-¿Por? -Miyako se encoje de hombros, mirando de reojo hacia sus labios. Boomer sonríe coqueto provocando que la chica se pusiera roja.

-… N-No lo sé, me sentí… rara verte con ella. –confiesa bajando un poco la mirada como si hubiera hecho algo malo.

Miyako iba continuar hablando, pero Boomer supo que sus siguientes palabras eran una disculpa, y Kaoru fue muy clara que Miyako lo tenía prohibido. Boomer de nuevo la besa, siendo igual de cuidadoso y guiándola. Cuando se separa Miyako lo busco para seguir besándose, pero él la detuvo acariciando su mejilla.

-A veces es normal sentirse así. –dice delineando su pómulo. –Siempre y cuando no desconfíes de mí, si eso pasa debes hablarlo conmigo para resolverlo ambos. -Miyako asiente, ladeando su cabeza hacia su mano, para mayor contacto. –Y solo para dejarlo claro… -La besa aumentando intensidad, provocando un ligero jadeo a Miyako. –Jamás me gustara alguien que lastima quienes me importa.

Miyako asiente, con una sonrisa enorme y un sonrojo marcado en mejillas y cuello.

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Brick suspira recibiendo el vaso de agua que le ofreció a recepcionista de la psicóloga de Momoko. Comenzaba una clase de amistad extraña con aquella mujer mayor de las muchas veces que ha estado en la sala de espera, interacción que se limita en saludos, preguntar por el bienestar del otro, la mujer ofreciéndole una taza de té, café o agua, después alguna platica vaga hasta que Momoko sale de la sesión.

-Vinieron de improviso –exclama la mujer regresando detrás de su escritorio. -Sus citas son usualmente los jueves…

-Tampoco lo sé, Momoko solo me pidió llevarla –dice sincero, observando el pasillo donde está la consulta de la psicóloga.

-Estas cosas suelen pasar. Tuvieron suerte que hubiera un espacio el día de hoy.

Brick asiente. Tomando de su vaso de agua y la mujer regresaba a su trabajo. El chico observa de nuevo hacia el pasillo sacando su celular de su bolsillo, había instalado una aplicación de juego que Butch y Kaoru le recomendaron, la chica le explicó lo básico pero aún se le hacía difícil de entender, hace una mueca cuando de nuevo es asesinado y debe esperar en reaparecer.

Alza la mirada cuando ve a Momoko salir de la sala con una mueca en los labios, tenía un papel en la mano.

-¿Terminaste?

-No –expresa con amargura. –Sana quiere hablar contigo.

Es el turno de Brick en hacer una mueca -¿Por qué yo?

-Quiere alguien cercano a mí –dice acercándose a la recepcionista –Eso o iba hablar con tu madre…

Brick suspira pasando a lado de ella y observar de reojo el papel. Pero Momoko noto sus intenciones colocándose entre el papel y en él.

-Ve, que aun debemos hablar de algunas cosas. –Brick le dedica una mirada desconfiada antes de seguir su caminando hacia el consultorio de la psicóloga.

Escucho a Momoko murmurar con la recepcionista antes de llegar a la puerta. Toca, recibiendo un "adelante" de la psicóloga.

-Es un placer conocerte Brick. –el nombrado asiente, extrañado por la familiaridad que se expresó la psicóloga. –Siéntate por favor.

Brick hace el pedido, incomodo observando la decoración del lugar, tenía detalles coloridos en sus paredes como frases motivacionales en la parte superior en ellas, la psicóloga (cuyo nombre debería recordar porque Momoko suele decírselo pero su cerebro prefiere no recordarlo) se sienta enfrente de él ignorando el escritorio que parece no ser usado usualmente.

-Bien Brick, te diré el motivo del por qué pedí que vinieras conmigo –comienza la psicóloga dedicándole una sonrisa tranquila y se reacomodaba su cabello blanco con mechones de colores. –Le pedí a Momoko trae a su tutora en la siguiente sesión, no parecía muy convencida así que le di la opción de que fuera alguien cercano a ella.

-¿Había programado la cita para hoy?

La psicóloga ladea la cabeza de un lado a otro –Algo parecido, me dijo que no sabría cuando podría tráeme a esa persona o a su tutora así que despeje mis citas de estas horas de miércoles a viernes para darle un poco de tiempo. –La mujer le dedica una mirada cómplice –Como ya sabrás Momoko no es alguien que le guste ser guiada por otros. Es mejor darle opciones para que coopere.

Brick suelta un bufido, estando de acuerdo con ella.

-Entonces lo habrá olvidad, no creo que sea él más cercano a ella… -dice teniendo a Boomer y a Kaoru en mente.

-Momoko tiene otro tipo de criterio –expresa la mujer provocando confusión en Brick. –Quiero hacerte algunas preguntas sobre Momoko, simple preguntas, sé que suelen pasar el tiempo juntos –Brick solo asiente -¿Cómo le va en la escuela? En tu punto de vista la ves adaptarse y estar cómoda en su nueva escuela.

-… Se está adaptando a su ritmo, convive mucho con Miyako mi hermana.

-¿a qué te refieres con su ritmo?

Brick se encoge de hombros. –Mi escuela no es… tan normal como las otras.

La psicóloga asiente, con una expresión no del todo conforme por la explicación. –Bien, y en tu casa, ¿Momoko se está adaptando a su ritmo también? o ¿las ves más tranquila?

Brick vuelve encogerse de hombros –Esta normal, eso creo.

-¿Qué es normal para ti?

-… No lo sé, no entiendo muy bien dónde quiere llegar con estas preguntas.

La psicóloga se queda callada mirando fijamente a Brick, este le regresa la mirada incómodo. Pero como era costumbre, la psicóloga no pudo aguantar su mirada pesada, pero no hubo muestra de incomodidad.

-Seré clara entonces Brick, todo lo que te voy a decir es a consentimiento de Momoko, ella me expreso tenerte la suficiente confianza amo para comentarte lo que ocurre con mi paciente y el apoyo que voy a requerir de ti. –Brick siente el típico pinchazo de culpa pero mantiene su mismo semblante. –Momoko está teniendo una fase de despersonalización, que quiero decir con esto, Momoko no se siente ella misma desde su reciente perdida, ¿has notado acciones irregulares en sus actividades, gustos, acciones o incluso expresiones?

Brick piensa el como Momoko desprecia cualquier chocolate que no sea preparado por él, cuando antes, por palabras de Boomer, Momoko era un adicta al chocolate. Como el hecho de que su aspecto era bastante vago y descuidado cuando antes parecía siempre estar impecable. Como la chica comenta sufrir dolores de cabeza y confesarle de agobiarse estar tanto tiempo con sus amigos, y el hecho de que la chica ya no tiene el mismo interés de aprender y ser la mejor en el Call of duty como antes. El hecho de que en ocasiones parecía estar muy metida en sus pensamientos y no era consciente en lo que ocurre en su alrededor, como también sus horas de sueño parecían cambiar dependiendo de lo que sea que no la deja dormir.

Eran acciones pequeñas, pero parecían importantes.

-Sí, las hay.

-El proceso de duelo es variado y no siempre lleva un orden para cada persona, Momoko ha superado algunas de sus fases y se encuentra ahora en lo que consideramos la penúltima de ellas. Que es la depresión –la psicóloga mantiene su expresión calmada. –Como te dije, sus comportamiento ha cambiado, no está del cómoda consigo misma y esta, vamos a decirlo de esta forma, descubriendo el mundo de nuevo, sin la compañía de la persona que amo y perdió. Esto afecta en sus emociones, sus rutinas, sus gustos e incluso su forma de pensar.

-¿No debería hablarlo esto con mi madre? es decir, la tutora de Momoko.

-Sí, lo hare. Cuando Momoko se sienta cómoda de hacerlo, no puedo exponer lo que hablo con mi paciente sin su permiso y comodidad, ella decidió que lo hablara contigo por que como dije, te tiene la confianza. –la psicóloga da un pequeño silencio como si permitiera a Brick en procesar en todo lo que ha dicho. –Como decía, hemos trabajado sobre ese cambio y ese recuentro, hemos trabajado con el manejo de emociones sanamente y hemos aprendido defensas en cuanto a las crisis.

Brick hace una meuca ante esa palabra, la mujer nota su expresión.

-¿Has presenciado alguna?

-Solo una vez.

-¿Qué tanto te ha hablado de ellas?

-No mucho, y no pregunto realmente.

La psicóloga asiente –Como dije, cada persona es diferente, Momoko presenta estas crisis antes cuando hay estado de estrés, cuando lo que ella creía manejar con facilidad ahora le es difícil afrontar, o al revivir ese día que encontró a su tía. Se trabajó con Momoko técnicas de cómo afrontarlo… y ella me comenta que da resultado.

-Si –dice por decir algo.

-Aunque recientemente Momoko me comento que sufrió de una crisis sin tener esos factores ya mencionados. Solo platico con sus amigos, cuando sucedió.

-¿Eso es normal?

-Bueno, en ocasiones. Como dije cada quien es diferente. –dice son sinceridad –Ahora, teniendo todo esto en cuenta. Podemos llegar al motivo del porque te he llamado. Es común decirle a mis pacientes que el duelo, lo debe trabajar individualmente, tengo entendido que Momoko cuando se trata de sí misma, lo hace sin involucrar a sus redes, quiero decir, a las persona quienes se apoya. Lo ha hecho desde muy pequeña y eso se volvió una represión y este estallido de emociones que ahora experimenta no logra controlarlo como lo haría hace meses atrás. –Brick ponía la absoluta atención ante las palabras de la psicóloga. –Esas redes de apoyo, disminuyeron ya que Momoko no quiere hacerles experimentar de nuevo ese vacío que sintió cuando fue reciente su perdida. Estipula no querer incomodar y sentirse sofocada.

-¿No entraría yo en eso?

-No, Momoko dice que no la fuerzas a nada y no la sofocas, que sabe que estas al pendiente de ella, pero discreto. –Brick decide desviar la mirada, sintiéndose incomodo de nuevo. –Por eso mi petición es sencilla. Mantente como su red de apoyo, no te pidió que la vigiles y estés como un enfermero, te pido que mantengas lo que haces con ella, estar cuando ella te lo pida, interferir si notas que ella no logra hacerlo por sí misma y también establecer límites. No queremos se vuelve una codependencia de Momoko hacia a ti, debe existir un desapego de ambos para que Momoko sea una persona funcional individual.

Brick le dedica una mueca confundida –Eso suena complicado.

-Lo es, por eso quisiera hacer algunas sesiones contigo presente, esto lo hable con Momoko con anterioridad y ella acepto después de algunos días. –La psicóloga se levanta de su asiento –Tengo entendido que tienes ya los dieciocho años… -Brick se limita asentir –Entonces solo necesitare.

-Sí, está bien. –dice sin dudar. A pesar de que no lo sentía correcto, pero no era algo que podía contar a la psicóloga sin decir lo que Momoko oculta para la seguridad de la mujer y de los demás. Y lo que el mismo oculta por mero egoísmo. –Entonces estaré informado de lo que ocurre aquí con Momoko

-Si, en ocasiones. Solo lo que se necesita y lo que Momoko me permita. –la psicóloga vuelve a dedicarle una sonrisa amigable. –Pero esto ser algo difícil, por eso es necesario brindarte una guía.

-Bien. –Brick se levanta reacomodando su gorra. –Si eso es todo, me retiro.

La psicóloga asiente abriendo la puerta de su consultorio –Por cierto Brick, Momoko no duerme lo adecuado, la envié con mi recepcionista para que les de informes sobre unas gomitas para el insomnio. –Brick lo mira extrañado –Son inofensivas, no requieren de recetario y son legales. Pero quisiera que lo consultaras con tu madre antes de que Momoko los compre por su cuenta, en esta parte requeriré de su cooperación y firma.

Brick asiente por última vez dando una ligera reverencia, hasta ir con Momoko.

La chica está sentada, apretando sus dedos unos con otros, y el pie moviéndose con impaciencia. Momoko se levanta como un resorte y caminar hacia él.

-¿Ya acabaron?

-Sí, ya acabamos.

Momoko suspira desviándole la mirada y caminar hacia el consultorio. Brick la detiene.

-Dámelo.

-¿Qué...?

-El permiso, para esas gomitas y los informes. Dámelo.

Momoko bufa, regresando al asiento y sacar de su mochila los papeles. –Le quería dar a tu madre yo misma.

-No, no lo ibas hacer. Yo se lo diré y te los comprare si veo que son seguras.

Momoko murmura cosas en su contra dándole los papeles de mala gana y caminar de mal humor hacia su psicóloga.

-¿Quieres una taza de té? –pregunta la racionista.

-Café por favor. –espeta Brick, con el nudo en su estómago.

Él no era la persona adecuada para ayudar a Momoko, aquel pensamiento se taladra con fuerza.

Él era un problema para ella.

.

.

.

-¿Y ese corte? –pregunta Kaoru saliendo de la pista de patinaje. Estuvo ayudando a una niña en hacer girar su patineta en el aire, en ocasiones les enseña a niñas a usar la patineta como un pasatiempo. Que a veces son pagados con golosinas de las pequeñas. Butch llego sin avisar.

-Decide hacerme un cambio, Miyako lo corto –estipula Butch con un tono coqueto. -¿Qué te parece muñeca?

Kaoru lo observa de nuevo. El insulto apareció en su mente como algunos comentarios ofensivos, pero por alguna razón su boca decidió ignorarlo y decir lo que pensaba realmente.

-Te queda bien. –dice sincera, demasiado sincera para su gusto. Lleva su mano al cabello de Butch y sacudirlo un poco. –Ese fleco de emo, ya estaba siendo molesto. –Butch le sonríe, pero su sonrisa no parecía coqueta. Kaoru desvía la mirada, incomoda, esa sonrisa parecía de satisfacción -¿Qué haces aquí?

-Vine a verte. –aclara el chico sentándose a la orilla de la pista. Kaoru lo sigue, observando de reojo a su pequeña estudiante que aún seguía practicando la pirueta. –Y saber cuál es tu plan con Himeko.

Kaoru bufa. –No tengo nada concreto, por ahora debes llevarme a esa fiesta como tu invitada… ¿Esta invitado no es así?

-Si lo estoy. –Butch muestra en su celular una imagen de la invitación, Kaoru muestra una mueca de desagrado al ver la animación de la invitación. Era ridículo. –Pero aunque fueras mi acompañante Kaoru, Himeko no te querrá adentro.

-¿Por?

Butch la mira, de arriba hacia abajo, para después esquivar el golpe que Kaoru tenía intención de darle.

-Imbécil.

-En mi opinión eres linda tal y como estas. –expresa el chico, Kaoru le dedica una mirada aun molesta. –Pero Himeko tiene la cabeza llena de estereotipos y tú no eres exactamente la imagen perfecta de una chica que ella está acostumbrada.

Kaoru vuelve a bufar, su pequeña estudiante suelta un grito de emoción llamando su atención. La niña le estaba mostrando que había logrado la pirueta, Kaoru alza ambas manos mostrando sus dedos pulgares. Observando el vestuario de hada de la niña, teniendo sus rodilleras y casco. Su patinete tenía dibujos de mariposas azules.

-¿Qué harás en la fiesta?

Kaoru se encoge de hombros. –Solo limítate en llevarme y presentármela. –estipula. –Lo demás me encargo yo.

Después de eso se deja caer en la rama para llegar con su pequeña alumna, y regresar con sus clases.

-Sera como nuestra segunda cita Kaoru.

Se detiene por lo dicho hacia Butch. Ve de nuevo esa mirada coqueta, era un imbécil narcisista andante. Pero en vez de dedicarle algún insulto, sarcasmo y demás palabras que no eran agradables, cosquilleando en su lengua para pronunciarlas, Kaoru desvía sus intenciones y ser de nuevo sincera.

-Lo es Him. –ve la mueca incrédula de Butch. Es el turno de Kaoru dedicarle una sonrisa coqueta –Tendremos una cita, por el bien de tu hermana.

Continuara…

(*) Tablas = El resultado de tablas se produce cuando ninguno de los dos jugadores puede ganar o perder y la partida acaba por lo tanto en empate. Cualquiera de ellos puede ofrecer tablas a su oponente y una vez se firma el empate, se reparten medio punto cada uno.

¡Alo!

Nos volvemos a leer de nuevo, este capítulo debía salir a la luz. Prontamente estaremos llegando con un poco más de drama y una de la muchas escenas que tanto anhelaba en escribir.

También, quisiera compartirle algo de mayor importancia para mí, un pequeño proyecto que he estado haciendo todo el año pasado. Es un gran sueño cumplido que deseo mucho compartirles.

¡Publique un libro!

Como lo leen, tengo un libro publicado con ayuda de una editorial española que me abrieron las puertas cuando me dieron el sí, y valoraron mi manuscrito.

¡Es un sueño hecho realidad!, este logro me ha mantenido a flote con todo lo que ha sucedido en estos dos últimos años. No puedo describir muy bien mi emoción con lo que hecho.

Y si les interesa saber o leer este maravilloso libro, les dejare el link de compra en mi perfil, como también una pequeña sinopsis.

Nos leemos después.

Sayo.

En mi perfil esta publicado el link de mi página de Facebook o Instagram, donde publico mis actualizaciones, o pueda hablar con ustedes, sobre cualquier cosa, como anime, series, lo que sea. Esto con el fin de estar allegada a ustedes xD