Capítulo 13.
Kaltz se encontraba tan cerca de Schneider que éste podría mantener una conversación con él; era irónico en cierto modo que ambos se encontraran en equipos rivales después de tantos años de amistad y de haber sido compañeros en el Hamburgo, equipo en donde los dos iniciaron su carrera futbolística.
- ¿Sabes algo, Kaltz?.- preguntó Karl, esbozando una sonrisa ligera.- En aquellas épocas nunca pensé que sería marcado por ti.
- Lo mismo digo, Schneider.- replicó Kaltz, sonriendo también.- Nosotros éramos el invencible equipo juvenil de Hamburgo.
Sin poder evitarlo, ambos jóvenes se pusieron a recordar las épocas en las que ellos y Genzo formaban parte de las ligas menores del Hamburgo, una época de gloria que no olvidaría ninguno. El momento en específico que Kaltz y Schneider recordaban se remontaba a una tarde en la que los tres jóvenes paseaban a las orillas del río Elba, en la lejana ciudad de Hamburgo.
- ¡Otra final ganada!.- exclamó Kaltz, cargando el trofeo obtenido ese día. Curiosamente, ni él ni Karl recordaban a qué evento pertenecía.- ¿Cuántas llevamos ya?
- Vaya a saber… .- Genzo se encogió de hombros.- Hace mucho que no las cuento más.
- Que cambiemos de equipo y que envejezcamos no hará que cambie en nada nuestra fuerza, ¿verdad, chicos?.- cuestionó Kaltz.
- Así será.- fue lo que contestó Schneider.
- ¡Mientras los tres estemos juntos no hay por qué temer!.- exclamó Genzo, a su vez.
- Wakabayashi, ¿cuándo te decidirás a nacionalizarte alemán para poder jugar el mundial con nosotros?.- cuestionó Karl, mirando a su amigo.- Tú lo has dicho: Nosotros tres no le tememos a nadie.
- ¡Ésa es una buena idea, Gen!.- concordó Kaltz.- ¿Cuándo lo harás?
- No lo haré nunca.- negó Wakabayashi.- Eso es imposible.
- ¿Eh?.- se sorprendió Kaltz.
- ¿Por qué.- quiso saber Schneider.
- Porque ya hice la promesa con mi nación.- respondió Genzo, apretando los puños.- ¡Hemos prometido llevar a Japón a la victoria!
- ¡Ja, ja, ja, pero a pesar de tu talento, Gen, sabes que eso es imposible!.- Kaltz rió con muchas ganas, mientras Karl enarcaba una ceja en señal de aprobación a lo que decía su regordete amigo.- Aunque Japón ya ha conseguido participar en el Mundial, dudo mucho que algún día puedan llegar a ganarlo*.
- ¡Pero se los aseguro!.- Genzo aflojó y apretó sus puños una vez más.- Un chico que conozco posee un sueño aún más grande que el mío. ¡Hemos prometido que juntos ganaríamos la Copa del Mundo!
- ¿Cuál es su nombre?.- preguntó Schneider, con curiosidad.
- Pueden apostar a que escucharán hablar de él en un futuro.- respondió Wakabayashi, con una sonrisa orgullosa.- Su nombre es…
El pitido del silbato del árbitro trajo a Karl y a Kaltz de vuelta al presente, al partido que tan aguerridamente peleaban ambos equipos. ¿Realmente había pasado tan poco tiempo desde entonces?
- En ese tiempo no tenía idea de que el fútbol japonés llegaría a explotar hasta llegar a su nivel actual.- comentó Schneider a su amigo.- Además de que también ayudó el hecho de que la copa del año 2002 fuese organizada en parte por Japón, el país natal de Wakabayashi.
- Sí, es la realidad.- dijo Kaltz, esbozando una sonrisa melancólica.- Así como también lo es que actualmente eres mi enemigo, a pesar de que somos compañeros en la Selección Nacional, Schneider.
- Lo lamento, Kaltz.- fue lo que contestó Schneider, sonriendo a su vez de una manera sardónica.
- ¿Eh? ¿Por qué?.- Kaltz se sorprendió.
- Porque mientras repetías nuestras viejas historias y te dejabas llevar por los recuerdos, ni siquiera te diste cuenta de que no me estás marcando.- aclaró Karl, señalando cómo ambos se habían movido ya hasta la media cancha.- Mira hasta dónde me has seguido.
Kaltz, a pesar de su asombro no acabó de entender cuál era el problema. Sí, era verdad que se había distraído pero aún así podía detener a Schneider. ¿O no? Para eso se había preparado, para bloquear a su amigo y rival.
- Eres mi amigo de la infancia, Kaltz, te conozco como la palma de mi mano.- continuó diciendo Karl.- Así que dime, ¿recuerdas quién de los dos es el más rápido en los 50 metros?
- ¡Ah!.- exclamó Kaltz.- ¡Maldita sea!
Mientras el joven trataba de recuperarse del impacto, Schneider arrancó a correr a toda velocidad. Desde antes de empezar a seguirlo, Kaltz sabía que llevaba las de perder; era cierto que ellos se conocían desde niños, habían entrenado juntos por muchos años y jamás, hasta ese momento, Kaltz había podido ganarle a Schneider en velocidad.
- ¡No! ¡Gen, detenlo!.- gritó el muchacho, a quien su amigo había dejado muy atrás.
En las tribunas, los seguidores del Bayern soltaron una exclamación. ¡El árbitro estaba por pitar el final de la primera mitad del partido, y Schneider se lanzaba a buscar una oportunidad de gol!
- ¡Zas! ¡Qué manera de librarse del marcaje individual de ese tipo!.- exclamó Débora, saltando en su asiento.
- No le digas así.- Bárbara sintió unos repentinos deseos de pellizcar a su amiga.
- Ah, sí, se me olvidaba que es tu novio.- se burló Débora.- ¡Veamos qué tan buen jugador es! Pudo anotar el gol pero no detener al adversario.
Bárbara tuvo ganas de arrancarle el banderín y golpearla con él. Si Débora se dio cuenta de esto, fingió una perfecta demencia, concentrada como estaba en seguir todos los movimientos de los jugadores del Bayern (más específicamente, los de Levin). Los aficionados gritaban al ver a Schneider acercarse al área chica; gracias a su velocidad, el goleador del Bayern pudo librarse sin problemas del marcaje individual de Hermann Kaltz y, al darse cuenta del cambio de situación, Levin le envió a su compañero de equipo un balón al área de penal.
- ¡Atrápalo, Schneider!.- exclamó el sueco, dando su pase.
- ¡El centro milimétrico de Levin obliga a Wakabayashi a salir de su arco!.- bramó el comentarista.- ¡Demostrando que tiene una condición física excepcional, Schneider nos deleita con su técnica "Dynamic Jumping Head"!
"¡No puede ser!", pensó Schneider, viendo la difícil posición en la que se encontraba. Todavía no tocaba el suelo y ya sabía que intentar disparar así sería un caso perdido. "¡Mi instinto de goleador me dice que no tengo ningún espacio! Este cabezazo será detenido por Wakabayashi en cualquier lugar que elija".
"¡Lo detendré!", pensó Genzo, a su vez. Schneider no tenía ángulo de tiro, no había manera en la que él pudiera anotarle desde donde se encontraba. Quizás lo conseguiría con otro portero, pero no con él bajo los palos.
Sin embargo, para sorpresa de los jugadores del Hamburgo, y aún de sus propios compañeros, Schneider no remató sino que se hizo un autopase, aterrizando con el balón en los pies.
"Schneider lo ha sentido", pensó Levin, mirando con asombro la jugada de su capitán. "Ha sentido el aura de poder que emana de Wakabayashi, quien se encuentra en muy buena forma. Si Schneider hubiese rematado de cabeza, el tiro habría sido detenido por aquél".
"Es una buena elección, Schneider", pensó Sho, sonriendo con orgullo. "Él tirará con el pie para asegurar el gol. Ya está dentro del área chica, en una zona en la que le puede anotar a Wakabayashi si echa a andar su habilidad de goleador".
- ¡Schneider tirará en cuanto toque el suelo!.- exclamó el comentarista.
"Mi viejo compadre Schneider", pensó Kaltz, riendo. "Ya me lo esperaba, sabía que no cabecearías sino que intentarías patear. Como bien dijiste, somos amigos desde la infancia, yo también te conozco como la palma de mi mano".
- ¡Oh, Kaltz regresa a marcar!.- soltó el narrador.- ¡Y utiliza su técnica Kaltz Clear!
- ¡Bien hecho, Kaltz!.- exclamó Amaruso.
Sin embargo, Schneider tenía todo previsto, incluyendo la inesperada llegada de Kaltz. Era difícil que alguien pudiera tomar desprevenido a Karl, y menos alguien con quien pasó muchos años entrenando.
"Te lo dije, Kaltz, te conozco muy bien, mi viejo amigo", pensó el alemán. "Incluso tu lado reñido que nunca abandona, todo eso lo conozco, y por eso es que he anticipado tu tacleada".
En el momento siguiente al que Schneider pisó el suelo, él hizo rebotar el balón en su pie derecho, evitando así que Kaltz le impidiera el paso, tras lo cual se dispuso a disparar con la pierna izquierda. Era conocido por todos que Schneider es un jugador diestro, por lo que podría pensarse que no se encontraba en las mejores condiciones para tirar, pero lo cierto era que él había estado entrenándose arduamente para poder hacerlo también con la pierna izquierda.
"¡La trampa, el bloqueo y el tiro!", pensó Schneider, encontrando que tenía un excelente ángulo para disparar.
"Bien hecho, Karl Heinz", pensó Rudy Frank, satisfecho con el desempeño de su hijo. "El tirar con la pierna izquierda te permite bloquear la tacleada de Kaltz con tu pierna de apoyo. Gracias a eso, no te puede tapar más".
- ¡Maldición!.- rumió Kaltz.- ¡Tirará desde el área de penales! ¡No puedo detenerlo!
- ¡Va a intentar disparar con la pierna izquierda!.- Lily se puso en pie de un salto.- ¿Será que Genzo pueda detenerlo?
El doctor Stein enarcó una ceja en señal de advertencia, pero Lily no lo notó. Por fortuna, el entrenador estaba demasiado concentrado en la jugada como para percatarse de cualquier cuestión ajena al partido.
- Schneider va a intentar hacer su Fire Shoot con el pie derecho.- dijo Genzo, sin quitarle la mirada de encima a su rival.- ¡Lo detendré!
- Durante la última temporada mi hijo se entrenó como loco para ser el mejor goleador.- dijo Rudy Frank a sus asistentes.- Él adiestró su pierna izquierda a fondo para sacar el máximo provecho de ella.
- ¡Va, Wakabayashi!.- gritó Karl, lanzando un potente disparo de pierna izquierda.
- ¡Schneider ve un pequeño hueco en el arco, pero Wakabayashi está a contrapié!.- bramó el narrador.
- ¡Lo tengo!.- exclamó Genzo, sin titubear.
El joven se estiró cuan largo era y consiguió tocar el balón con su mano derecha, dejando sorprendidos a todos los presentes. ¿Conseguiría detenerlo?
- ¡Incluso en una situación de semejante peligro, el SGGK hace una parada excepcional!.- gritó el emocionado comentarista.
"A pesar de todo, él no puede bloquear un tiro así", pensó Sho, mirando la jugada y dándose cuenta de que Wakabayashi no tenía el control total del esférico. "El balón aún lleva inercia, es mi oportunidad. ¡Lo conseguiré, esta vez es la buena!".
El chino se echó a correr a toda velocidad para continuar la jugada antes de que Genzo le pusiera fin, ante la atónita mirada de Levin, y de la misma Nela quien lo observaba atenta desde las gradas. Si algo había que reconocerle a Sho era que podía llegar a ser muy persistente, la inglesa era fiel testigo de eso.
- ¡Esto no ha terminado, Sho está siempre atento!.- el hombre que narraba el partido casi se caía de su asiento de la emoción.
- ¡Vamos, tú puedes, anótale un gol!.- gritó Nela, casi sin darse cuenta.
"¡Te mostraré que puedo bloquear un balón!", Genzo no se inmutó ante la presencia de Sho. "¡Para detener este tipo de tiros es para lo que he estado reforzando mis muñecas! Ahora son más fuertes que antes de mi lesión. ¡No soltaré esta pelota!".
Los ejercicios que había realizado el portero con pesas y aparatos de entrenamiento en los últimos meses habían tenido sus buenos resultados, pues su mano derecha fue capaz de bloquear el disparo potente de Schneider sin resentirse. Años atrás, muy probablemente los tendones de sus músculos habrían sufrido una buena lesión, pero esas épocas habían quedado atrás.
- ¿Qué? ¿Lo ha bloqueado con una mano?.- Sho se quedó perplejo, mientras Genzo usaba su mano izquierda para quedarse definitivamente con el balón.
- ¡Wow, no puedo creerlo!.- exclamó Elieth, mientras capturaba el momento.
- ¡Van a lastimarse!.- gritó Lily, notando que Genzo iba a estrellarse contra el poste, al ser empujado por Sho.
- ¡Qué perfecta parada de Wakabayashi!.- dijo el comentarista.- ¡Pensando que podía tirar, Sho Shunko ha sido atropellado por el portero del Hamburgo, y los dos se van contra el palo!
- ¡Wakabayashi!.- exclamaron los jugadores del Hamburgo.
- ¡Sho!.- gritaron a su vez los del Bayern.
Tal y como lo había dicho el narrador del encuentro, Sho no pudo detener el impulso y se llevó delante suyo a Genzo, quien recibió todo el impacto contra el poste izquierdo de su portería, la cual estuvo a punto de caer por el efecto del golpe. El guardameta quedó entonces prensado entre el poste y su rival, y aunque éste se incorporó lo más rápido que pudo, era evidente que Wakabayashi se había llevado la peor parte.
- ¿Estás bien, Gen?.- masculló Kaltz.
- ¡Noooo, Sho!.- gritó Nela.- ¡Que alguien lo ayude!
Evidentemente ella no había notado, o no había querido notar, que por la posición de ambos jugadores el más lastimado tendría que ser Wakabayashi, situación que no pasó desapercibida para Lily.
- ¡Genzo!.- la doctora corrió hacia la línea del campo, deteniéndose bruscamente al recordar que ella formaba parte del cuerpo médico del equipo rival de Wakabayashi.
En esta ocasión, la escena sí fue perfectamente notada por el entrenador Rudy Frank Schneider, quien se limitó a enarcar una ceja en actitud interrogativa.
- ¡Evidentemente esto es una falta!.- dijo el comentarista, cuando el árbitro hacía sonar su silbato.- ¡Podría ser incluso de tarjeta amarilla!
Sho, sin embargo, no había actuado de mala fe y estaba realmente preocupado por su rival, a quien por fuerza debía haber lastimado. Tal vez fue por esto por lo que el silbante decidió no amonestarlo con la tan temida tarjeta.
- ¡Perdón, Wakabayashi!.- exclamó el chino, apresurándose a socorrer al arquero.- ¿Estás bien?
- No te preocupes.- respondió Genzo, con una sonrisa confiada.- Para un portero los postes son sus amigos, esto no me ha dolido nada. ¡Un poste no me hará daño nunca!
Al ver que Genzo se levantaba sin problemas, Lily suspiró aliviada y se apresuró a recuperar su puesto al lado del Dr. Stein. Éste volvió a lanzarle una segunda advertencia a través de una mirada; quizás Lily no notó que el entrenador Schneider se había percatado de la reacción que tuvo cuando Genzo se estrelló contra el poste, pero el Dr. Stein sí lo había hecho y sabía que eso podría ocasionar que Rudy Frank le pidiera a Lily que se retirara a los vestidores en la segunda mitad del partido. Por fortuna, el mayor de los Schneider había vuelto a enfocar su atención en otro punto mucho más interesante para él en esos momentos.
Detrás de la jugada y de la falta marcada a Sho, el árbitro pitó el final del primer tiempo. Los aficionados del Hamburgo vitorearon a su portero, el cual había hecho una magnífica labor en los cuarenta y cinco minutos transcurridos hasta ese momento.
- ¡Y ha finalizado la primera mitad del encuentro!.- exclamó el narrador.- ¡La defensa milagrosa de Wakabayashi detuvo todos los ataques adversarios! ¡Aún después de un tiro realizado desde del interior de los 16 metros, él supo proteger su arco!
- ¡Grande, Wakabayashi!.- gritaron los aficionados.
- ¡Él puede, sin lugar a dudas, recibir el título de mejor portero del mundo!.- continuó el comentarista.- ¡Es el jugador japonés del Hamburgo, Genzo Wakabayashi!
"¡Mi objetivo es ser el mejor del mundo!".
- ¡Esto ha sido un primer tiempo muy emocionante!.- exclamó Gwen.- Los dos equipos han estado magníficos.
- Me pregunto si Sho estará bien.- comentó Nela, como quien no quiere la cosa.
- Seguro que a tu novio no le pasó nada, el atropellado fue Genzo.- replicó Leo, mirando cómo ambos equipos abandonaban la cancha.
- Pero quizás quieras ir a hacerle una visita conyugal a los vestidores y comprobarlo por ti misma.- sugirió Débora, en tono malicioso.- Seguro que cualquier dolor que tenga desaparecerá con eso.
- Ya cállense los dos.- gruñó la inglesa, mitad avergonzada y mitad molesta.
Bárbara vio a Kaltz caminando rumbo a los vestidores, acompañando a Wakabayashi; ambos se veían con actitud positiva, lo cual no era de sorprender considerando que habían conseguido darle un golpe al campeón en su casa y resistir el efecto de contragolpe. Sin embargo ella, al igual que el resto de los presentes en el estadio, sabía que restaban 45 minutos de juego, y que el rival a vencer era el poderoso Bayern Múnich, un equipo cuyo entrenador no se iba a quedar de brazos cruzados.
Y no se equivocaba. Rudy Frank había analizado detalladamente la última jugada y se había dado cuenta de que había una manera de anotarle a Genzo; durante la primera mitad, hubo un periodo durante el cual el entrenador dudó que fuera posible aplicar la técnica que tan arduamente habían estado practicando Sho, Stefan y Karl debido al excelente desempeño que realizó Wakabayashi, por eso no hizo el menor intento de pedirle a sus jugadores que la realizaran, pero ahora estaba seguro de que sí había una manera de llevarla a cabo.
"Ese gol en contra no es importante", pensó Rudy Frank. "Ya encontré el punto débil de Wakabayashi. Luego del descanso le marcaremos un tanto y después tomaremos la ventaja. Le transmitiré mi plan secreto a los jugadores en el medio tiempo".
Mientras tanto, Lily y el Dr. Stein eran abordados por Grissel, la capitana del equipo de porristas del Bayern Múnich, el cual haría su aparición en el medio tiempo para entretener a los aficionados presentes en el Allianz Arena. La capitana buscaba ayuda porque una de las chicas había sufrido un percance y se había lesionado un tobillo.
- Iré a ver qué ocurre.- dijo Lily al Dr. Stein.- Espero que no sea algo grave.
- De acuerdo.- asintió el hombre.- Llámame si necesitas ayuda.
Lily se apresuró a acudir al sitio en donde las animadoras esperaban su turno para entrar al campo, acompañada por otro integrante del cuerpo médico. Tras una rápida evaluación, la joven determinó que la porrista tenía un esguince de segundo grado del tobillo izquierdo, lo que no le permitiría realizar el evento del medio tiempo. El jefe del cuerpo médico acudió al saber el diagnóstico, descubriendo que las animadoras no se encontraban particularmente muy animadas con la noticia.
- ¿Y ahora qué vamos a hacer?.- preguntó Grissel, mientras Lily y compañía se apresuraban a colocarle un vendaje a la joven herida, bajo la supervisión del Dr. Stein.- ¡No podemos hacer el número sin Grëtchen!
- ¿Qué pasó con su suplente?.- cuestionó Lily, sin dejar de trabajar.
- Está supliendo a otra chica, quien se enfermó de gripa.- contestó Grissel.
- ¿Y es la única suplente que hay?.- insistió la joven.- Creí que ya tenían cubiertos este tipo de imprevistos.
- Ésta no ha sido una semana muy buena para nosotras, hemos tenido varias bajas por enfermedad.- explicó Grissel.- Y las dos chicas que están disponibles no se saben la rutina completa. ¡No sé qué vamos a hacer!
La doctora pensó que Grissel estaba haciendo una tormenta en un vaso con agua; a ella le molestaba que a una persona se le cerrara el mundo ante la más mínima eventualidad adversa, tal y como le estaba ocurriendo a la capitana de las porristas. Lo más fácil era realizar el número con una integrante menos, pero Grissel estaba a punto de hacer un berrinche por no poder llevar su plantilla completa.
- ¡Ya sé!.- a la porrista se le iluminaron los ojos.- ¡Hay otra persona que puede suplir a Grëtchen! Lily, tú podrías ocupar su puesto, ¿no?
- ¿Qué? ¿Y yo por qué?.- exclamó Lily, sorprendida.- ¡Yo no soy porrista!
- Pero te sabes la rutina y todo.- replicó Grissel.- Estuviste con nosotras durante todos los ensayos, segura estoy de que te sabes los pasos.
- Pues sí, estuve con ustedes vigilando sus prácticas por si ocurría alguna eventualidad, pero eso no me convierte en una experta en el arte de la animación de equipos.- rebatió Lily, dejando que alguien más concluyera el vendaje.- Además, hay pasos que yo no puedo realizar y…
- Te pondría en la última hilera, en la formación en donde no hay que hacer muchos movimientos.- Grissel tomó a Lily de las manos.- Vamos, son pasos fáciles, los conoces bien. ¡Por favooor!
- No.- negó la mexicana, bastante nerviosa.- No soy porrista, no tengo además un traje y tengo qué permanecer con el equipo médico.
- Por eso no hay problema, Lily.- intervino el galeno, muy divertido.- Será solo durante el medio tiempo y no tenemos jugadores lesionados, así que te doy permiso de hacerlo.
- Sólo será durante una canción de cinco minutos.- rogó la capitana de las porristas.- Y por el traje no te preocupes, creo que te quedará bien el uniforme de Grëtchen.
- No, no, no, no y no.- Lily se negó enérgicamente.- ¡No soy porrista y no quiero hacerlo!
Grissel lloriqueó y suplicó, pero Lily se mantuvo en sus trece; varios de sus compañeros y el mismo Dr. Stein le pidieron que aceptara suplir a la lesionada, sólo por esa ocasión, pero la joven se negó a realizar una labor que no consideraba apta para ella. Grissel, por respuesta, expresó que entonces tendría que cancelar el evento, y se hizo tal escándalo que el asunto llegó a oídos del entrenador. Cuando Rudy Frank se enteró de lo que sucedía, y considerando que no había tiempo qué perder porque el número debía presentarse ya, le pidió a Lily que ocupara el lugar de Grëtchen, si es que de verdad consideraba que se sabía la rutina lo suficiente como para realizarla sin mucho problema.
- De que me la sé, me la sé, pero no debería ser yo quien la cubra.- se quejó Lily.
- Lo sé bien, pero te lo pido como un favor especial.- pidió Rudy Frank.- Nuestros aficionados están decaídos porque vamos perdiendo por un gol y ha sido difícil derrotar al portero rival, lo has visto. Los fans necesitan que se les levante la moral, ya que ellos son el soporte psicológico de nuestro equipo. ¿No es tu función velar por el bienestar físico y moral de los jugadores?
Ante este comentario, Lily se quedó muda y soltó después un suspiro de resignación, tras lo cual le dijo a Grissel que se apresurara a darle el uniforme de Grëtchen para cambiarse lo más rápido posible. Unos minutos más tarde, la joven aguardaba a que diera comienzo el número de las porristas, sintiéndose increíblemente ridícula y "sexualizada", a pesar de que el uniforme le quedaba un poco ajustado.
- Estas porristas han de ser talla cero.- musitó Lily, molesta, mientras esperaba a que Grissel le diera indicaciones.
- O más bien tú subiste de peso.- replicó Arnold, el auténtico portador de la botarga de Berni, detrás de ella.
El muchacho fue acribillado por una mirada de tal magnitud de ira que se apresuró a ponerse la cabeza del oso y marcharse apresuradamente para ocupar su puesto, ya que él también aparecería en el número del medio tiempo.
Elieth, al darse cuenta de que su mejor amiga llevaba puesto un traje de porrista, se apresuró a preparar su cámara para tomar fotografías, aunque no entendía bien lo que estaba ocurriendo. Nela, Débora, Bárbara, Gwen y Leo no estaban menos sorprendidos pero de igual manera estaban dispuestos a averiguar qué estaba sucediendo. Muy seguramente, el entrenador Schneider le había avisado a sus jugadores del cambio ocurrido en el equipo de las animadoras, porque Sho, Levin, Schneider y compañía aparecieron para ver el espectáculo (algo que habitualmente no hacían) e incluso el mismo Genzo salió del vestidor del visitante para observar mejor lo que ocurría, acompañado por Kaltz.
- ¿Ésa no es tu novia, Gen?.- preguntó Kaltz, con una sonrisa animada.- ¿La porrista de la esquina izquierda de la última hilera?
- No es mi novia.- negó Genzo, aunque sonreía. "No aún".- Pero si me estás preguntando si se trata de la chica que ayer me llevó una pancarta de apoyo al hotel, sí, es ella.
- No sabía que es animadora.- comentó el regordete alemán.
- Yo tampoco, y honestamente no creo que lo sea.- replicó Wakabayashi, cruzándose de brazos y disponiéndose a ver el número de las porristas del Bayern Múnich.- Pero espero con ansias conocer la historia detrás de este suceso.
¿Cómo fue que se enteraron estos dos de lo que estaba por ocurrir? Probablemente ninguno tenía idea de que Lily aparecería con las animadoras y fue pura casualidad el que decidieran salir a ver el show. Sea como fuere, Lily deseó que la tierra se la tragara cuando vio que sus amigos del Bayern y el propio Genzo estaban presentes, y sabía perfectamente bien que Elieth estaría tomando fotos, ella no dejaría escapar una oportunidad como ésa.
"Ay, no, ¿por qué tenía que estar presente Genzo? ¡Voy a matar a Grissel por esto!", pensó.
El número de las porristas duraría aproximadamente cinco minutos, los cinco minutos más largos de la vida de Lily; además de sentirse pasada de peso (cosa que en realidad no estaba) y extremadamente estúpida y ridícula, sentía que no estaba coordinada con las demás muchachas, y que ella parecía un ganso desgarbado a comparación de las demás hermosas cisnes que eran sus compañeras, una comparativa que ciertamente la hizo enojar más por lo estúpidamente cliché que resultaba ser. La música a cuyo ritmo las chicas realizaban la coreografía era "The Concert Medley Seven Nation Army", conocida también la goal song del Bayern Múnich, que prendió a los espectadores. El equipo de porristas, el cual fue acompañado por el auténtico Berni, cumplió perfectamente con la función de levantar el ánimo de los aficionados del Bayern, quienes no tardaron en corear los fragmentos más conocidos de la canción, agitando los banderines e incluso bailando al ritmo de la música.
- No sabía que Lily podía moverse tan bien.- comentó Débora, a las carcajadas.- ¡Qué escondidas se tenía sus aptitudes de porrista!
- Y yo creo que hasta lo disfruta.- señaló Nela, con cierta maldad.- Mírala lo feliz que se ve, está como para tomarle una foto.
- Esta burla no se la va a acabar nunca.- rio Bárbara, mientras aplaudía.
- No sean así con ella, por favor.- pidió Gwen, aunque ella también estaba a las carcajadas.
- ¿Qué será más humillante, el bailecito de porrista de Lily o el que mi hermana haya usado la botarga de Berni?.- cuestionó Leo.
- Yo creo que ambos por igual.- respondió Bárbara.- ¡Tenemos material para burlarnos de las dos por largo rato!
Elieth no dejaba de tomar fotografías desde el ángulo en donde mejor se podía apreciar la interpretación de Lily. Ella ya había decidido que incluiría un pequeño apartado sobre las porristas en su próximo reportaje del partido, pues no iba a dejar pasar la participación de su amiga. Eso, si ésta no le rompía la cámara primero.
- ¡Vamos, Conejita, muévelo!.- gritó Elieth, sin dejar de apretar el botón de la cámara.
Al coro de "Ohhh oh oh oh oh ohhh" los aficionados acompañaron a las porristas y a Berni en su actuación, recuperando la confianza que habían perdido con el gol que llevaban en contra. Incluso los mismos jugadores cantaban el estribillo y aplaudían a las animadoras, aunque personajes como Schneider, Levin y Sho no podían evitar burlarse un poco de su amiga.
- No deberíamos estarnos riendo.- comentó Karl, aunque no por eso dejaba de soltar la carcajada de tanto en tanto.- Lily es nuestro médico y también nuestra amiga.
- Tal vez no deberíamos hacerlo pero hay que aprovechar ahora, porque Lily no nos dejará reírnos después.- repuso Levin.- Y lo sabes bien.
- Nos matará si se nos ocurre mencionárselo.- añadió Sho.
Schneider iba a responder, pero se distrajo al darse cuenta de que Elieth Shanks andaba por ahí tomándole fotos a su amiga; una sonrisa involuntaria se dibujó en el rostro del joven al recordar que la reportera no tenía mucho de haber hecho su propio ridículo al ponerse el traje de Berni, y se preguntó qué decisión tomaría ella acerca de la propuesta que le había hecho de convertirse en corresponsal del Bayern.
"Espero que tu respuesta sea un sí…".
Kaltz no dejaba de hacer comentarios sobre que, aunque no había visto a Lily usando una bata, sin duda el traje de porrista no le venía nada mal. Genzo se limitaba a mirar sin hablar, aunque una sonrisa de cierta complacencia adornaba su habitualmente impasible rostro.
- Sin embargo, y a pesar de todo, ella no se ve muy feliz, Gen.- comentó Kaltz, después de un rato.
- Porque quizás no lo está.- respondió el joven.- Seguramente se siente muy incómoda. Y cree cuando te digo que se ve mejor con bata, Kaltz.
- Si tú lo dices.- el alemán esbozó una sonrisita de complicidad.- Te creo.
Cuando las porristas acabaron su acto, Lily evitó mirar hacia la zona en donde se encontraba Wakabayashi, pues la vergüenza no le permitía averiguar qué cara habría puesto él al verla bailar, aunque por otra parte la mataba la curiosidad de saber qué había pensado Genzo al respecto. Al pasar por delante de Sho, Stefan y Schneider, sin embargo, la chica les dirigió una mirada iracunda.
- ¡Ni se les ocurra mencionar esto o haré que lo paguen!.- vociferó.
Los tres jugadores, por respuesta, se echaron a reír a carcajadas.
Sin embargo, no había tiempo para reír. Quedaban pocos minutos del medio tiempo y Rudy Frank debía comunicar a sus jugadores el plan que había ideado para derrotar a Wakabayashi.
"Llegó la hora de poner en práctica la técnica que con tanto esfuerzo han creado Sho, Levin y mi hijo. Es momento de demostrarle a Genzo Wakabayashi de qué está hecho el Bayern Múnich".
El portero, por supuesto, no tenía manera de saber lo que estaba por venir, ni tampoco sus compañeros. Wakabayashi y Kaltz quedaron sorprendidos cuando regresaron al campo y notaron lo confiados que se veían los jugadores del Bayern, a pesar de la desventaja. Zeeman, satisfecho como estaba del resultado obtenido por sus jugadores hasta ese momento, no les había dado indicaciones nuevas en el medio tiempo.
- ¡Los jugadores de ambos equipos regresan al campo!.- exclamó el narrador.- ¡Está por comenzar el segundo tiempo!
"¿Eh?", pensó Kaltz, con asombro. "¿Por qué tienen esa cara de confianza los del Bayern a pesar de que van un gol abajo?".
Schneider, Levin y Sho miraban a Kaltz y a Wakabayashi con desafío, como si estuviesen guardando un as bajo la manga. Y de hecho, lo tenían.
"Vamos, den vuelta a la situación en el segundo tiempo", pensó Rudy Frank, recordando lo sucedido en el vestidor minutos antes.
- Los pases rápidos son la respuesta.- les había dicho el entrenador a sus jugadores.- Para enfrentar al SGGK Wakabayashi, el único medio para crear una ocasión clara de gol es un juego de pases rápidos.
Frente al pizarrón, Rudy Frank explicaba su plan mientras sus futbolistas atendían a sus palabras. Una sonrisa de orgullo se dibujaba en el rostro de Karl al comprobar una vez más que su padre era un gran entrenador.
- Hasta el momento Wakabayashi ha podido proteger su área gracias a un excelente posicionamiento.- explicó el señor Schneider.- Si continuamos como en el primer tiempo, tirando sin ideas ni propósito fijo, no llegaremos a nada pues Wakabayashi sabrá cómo bloquearnos el paso, por eso es que hay que hacerlo modificar su posición a través de un juego de pases rápidos. Cuando el balón está en un ángulo de tiro, ya sea izquierdo o derecho, Wakabayashi siempre se mueve para cerrarlo, pero si en vez de disparar se hace un pase rápido, el portero se verá obligado a desplazarse. En este cambio de posición es cuando él pierde precisión y es susceptible de fallar. Hay que tirar cuando su posición cambie para cerrar el ángulo. Y sabemos bien cuál es el tiro que hay que realizar en esta situación, para asegurar el gol.
El entrenador dirigió sendas miradas a Karl, Stefan y Sho; los tres asintieron sin decir palabra. Por fin era hora de poner en práctica la técnica que tanto esfuerzo les había costado perfeccionar. ¿Funcionarían tantas semanas de entrenamiento arduo? Pronto lo averiguarían.
- Pero no realicen ese tiro de inmediato.- ordenó Rudy Frank.- Primero hay que calar a Wakabayashi y cansar a la defensa del Hamburgo con los pases rápidos, y cuando los tengamos en donde los queremos, Levin, Sho y Schneider tirarán a gol. ¿Entendido?
- ¡Entendido!.- exclamaron los jugadores.
El equipo rápidamente recuperó la confianza; la estrategia del entrenador era buena, y los tres jugadores estrella del Bayern tenían un tiro especial aguardando a ser estrenado. El Último Muro caería en la segunda mitad, era casi un hecho. Ni siquiera un portero como Genzo podría resistir un ataque así.
- Bien, es momento de que Wakabayashi vea el regalo que le hemos estado preparando, y más le vale recibirlo de buena manera.- dijo Karl a sus compañeros, levantando el puño.- ¡Vamos, equipo! Mia san mia!
- Mia san meister!.- respondieron los demás, a coro.
De tal manera que, en cuanto se puso en movimiento el esférico, se hizo evidente que el Bayern Múnich modificó radicalmente su estrategia; el Hamburgo, que no esperaba un cambio tan drástico, no atinaba a coordinarse para tratar de detener al oponente.
- ¡El Bayern ha cambiado totalmente su táctica para el segundo tiempo!.- dijo el comentarista, mientras los jugadores hacían pase tras pase, apoyándose en Levin y en Sho para realizarlos.- ¡Si la ráfaga de tiros no tuvo efecto en el primer tiempo, esta estrategia de pases está desestabilizando a la defensa! Van de un costado a otro sin saber para dónde mirar. ¡El Bayern efectúa largos cambios de lado a lado!
Genzo no era inmune a los pases rápidos que realizaban los muniquenses. El guardameta trataba de adivinar hacia dónde se desplazarían los atacantes pero no conseguía mantener el ritmo de la jugada, y sabía que su defensa estaba en una situación muy comprometida.
- ¡Ahora el Bayern hace un largo cambio de frente a la derecha, a la izquierda del arquero!.- bramó el narrador.- ¡Esto es algo que sin duda el guardameta del Hamburgo no esperaba!
- ¿Qué?.- exclamó Genzo, desconcertado.
- ¡El balón es hábilmente recuperado por Sho Shunko, quien recibe el impecable pase de su compañero!.- continuó el comentarista.- ¡Está buscando su oportunidad!
El japonés no se vio venir la jugada y ahora estaba en mala situación con respecto a Sho. El chino sabía que su entrenador había tenido razón y que ahora él tenía la ventaja. ¡Era momento de anotarle un gol a Genzo!
"¡Gracias a los pases cortos, Wakabayashi está ahora retrasado en su posición, a contrapierna y con mucho espacio a la izquierda!**", pensó Sho. "¡Voy a conseguirlo!".
- ¡Ahora es mi oportunidad!.- gritó el chino.- ¡Tiro de Sho!
- ¡Maldición!.- exclamó Genzo.
- ¡Wakabayashi, cuidado!.- gritó Kaltz, sin poder hacer algo más útil, mientras Karl seguía con atención la jugada.
- ¡Vamos, Sho, tú puedes!.- gritó Nela, desde las tribunas.
- ¡No creo que le pueda anotar a Genzo con eso!.- exclamó Lily, quien ya había recuperado su puesto y su uniforme médicos.
Rudy Frank miraba con satisfacción toda la escena. ¿Lograría Sho anotarle al fin un gol a Wakabayashi? ¿Funcionaría la técnica del entrenador Rudy Frank Schneider? ¿Perdería el Hamburgo la ventaja tan hábilmente conseguida en el primer tiempo? ¡Habrá que esperar para saberlo!
Notas:
- * En el manga en español, la frase que Kaltz dice es: "Japón nunca ha participado en un Mundial, y dudo mucho que algún día lo haga", algo que no me cuadra ya que, cuando se escribió este manga, Japón ya había participado en su primera Copa Mundial, la de Francia de 1998, y se supone que los eventos de esta parte de la historia de CT se sitúan entre este Mundial y el de Corea-Japón del año 2002. Las dos explicaciones que se me ocurren para esto es que, o bien fue error de traducción o bien la escena que recuerdan Schneider y Kaltz ocurrió antes del mundial de 1998 (hay una tercera opción, y es que a Yoichi Takahashi se le haya pasado este detalle, como ha sucedido en otras ocasiones). Sea como fuere, volviendo al punto ya mencionado en el anterior capítulo de que mi fanfic va en tiempo real y que actualmente Japón ya ha participado en varios Mundiales, modifiqué la frase para que vaya acorde con la historia.
- ** Originalmente, en la versión traducida al español del manga, Sho dice que Genzo tiene mucho espacio a su izquierda, pero en realidad desde el punto de vista del portero sería a su derecha, mientras que sí sería a la izquierda si Sho estuviese hablando de sí mismo.
- Cuando el Bayern Múnich anota un gol en el Allianz Arena, se toca la canción "The Concert Medley Seven Nation Army (Day and Night Mix)" de MAD, por eso es que esta melodía es conocida como la "Goal Song" del equipo. Me pareció apropiado que fuese ésta la canción que bailaran las animadoras del conjunto muniqués en el medio tiempo.
- No pude encontrar una fuente que me confirmara si el Bayern Múnich tiene un grupo oficial de porristas que anime los partidos, pero la escena del baile del medio tiempo la puse debido a un trato que hice con Elieth Schneider: para que ella me dejara vestir a su OC Elieth Shanks con la botarga de Bernie, yo tenía que hacer que Lily Del Valle se vistiera como porrista del Bayern y actuara con las animadoras. Fue un trato justo ya que ni a ella le agradaba ver a Elieth como Bernie ni a mí me gustó ver a Lily como porrista, jaja.
