Capítulo 14.
Sho había recibido un impecable pase por parte de uno de sus compañeros; Wakabayashi se encontraba en una mala posición con respecto a él, dejando una parte de su portería al descubierto. El chino tiró a contrapierna, confiado en que en esta ocasión Genzo no podría detener el disparo. Todos los presentes contuvieron el aliento, a la espera del desenlace de la escena.
Wakabayashi se estiró cuan largo era y con mucha dificultad consiguió desviar el balón, pasando éste por el lado externo del poste derecho de la portería. Los aficionados del Bayern exhalaron suspiros de desaliento, aunque Rudy Frank sonreía.
- ¡A pesar de estar a contrapierna, Wakabayashi saca la pelota con las puntas de los dedos!.- exclamó el narrador del encuentro.
- ¡Estuvo muy cerca!.- exclamaron Nela y Lily, la primera con pesar y la segunda con cierta emoción.
- ¡Maldita sea!.- soltó Sho, sin poder creer que a pesar de la excelente posición que tenía no hubiese conseguido anotarle un gol a Genzo.
- ¡Por poco!.- Wakabayashi soltó un suspiro de alivio.
A pesar del resultado, los jugadores del Bayern se mostraron esperanzados porque se dieron cuenta del esfuerzo que tuvo que hacer Wakabayashi para detener el tiro de Sho, gracias a la descolocación que tuvo por culpa de los pases rápidos.
"Es la primera vez en el partido en la que Wakabayashi no ha podido quedarse con el balón en las manos", pensó Stefan, haciendo eco de los pensamientos de sus compañeros. "La técnica del entrenador es buena, estoy seguro que hará cambiar el partido a nuestro favor".
Los aficionados del Bayern coreaban el nombre de su equipo, poniendo a vibrar al Allianz Arena. Ellos no se daban por vencidos, sus jugadores lograrían darle la vuelta al marcador en cualquier momento. Los fans del Hamburgo no quisieron verse menos y se dispusieron a apoyar con todo a su equipo, y tanto ruido hicieron que, a pesar de que el estadio era una marea roja, la mancha azul de una de las tribunas fue difícil de ignorar. Lily, que no había estado presente en la plática del medio tiempo que tuvo el entrenador con sus futbolistas, no sabía cuál era la táctica que había decidido utilizar el primero pero quedaba a la vista que se iría por los pases cortos. ¿Sería que al fin se arriesgaría a usar la técnica secreta que habían preparado especialmente para Genzo, y de ser así, funcionaría?
- Estamos en el minuto 25 del segundo tiempo.- dijo el cronista.- ¡El Bayern continúa con su táctica de pases rápidos, y el Hamburgo no puede contraatacar! ¡El encuentro está ahora totalmente en manos del Bayern Múnich!
"Jugar de esta manera no modificó significativamente la posición del portero, pero cansó a la defensa", pensó Rudy Frank. "Vamos según lo planeado".
Incluso Amaruso y Emanilson habían tenido que bajar a defender su propio arco, quedándose sin posibilidades para atacar. Zeeman comenzó a darse cuenta de que el equipo rival lentamente iba consumiéndolos físicamente, y se preguntó durante cuánto tiempo más podrían evitar lo que parecía ser inevitable. A pesar de todo, se negó a realizar cambios.
- ¡Resistan, muchachos!.- gritó Genzo a sus compañeros.- ¡Faltan sólo 20 minutos para conseguirlo!
Kaltz consideró la posibilidad de dejar su posición como marcaje permanente de Schneider para dar soporte a sus compañeros; aquél era el único jugador del Hamburgo que no se había movido de su posición inicial.
"¡No!", se dijo Kaltz. "Si voy a ayudar al resto de la defensa Schneider quedaría desmarcado, lo cual es muy peligroso".
- ¿Qué piensas hacer ahora, Kaltz?.- preguntó Schneider a su viejo amigo.- Lo sabes mejor que yo, el Bayern tiene los recursos necesarios para anotarle a Wakabayashi, aún sin mí.
Karl sabía que estaba muy cerca de conseguir su objetivo: librarse del marcaje de Kaltz. Para poder realizar la técnica especial, Schneider tenía que estar completamente libre para tirar, y tanto él como Sho y Levin lo sabían. Kaltz no tuvo tiempo de responder porque en ese momento los jugadores del equipo rival habían logrado romper la barrera que tanto trabajo le había costado construir al Hamburgo.
- ¡Han pasado!.- exclamó el comentarista.- ¡La defensa del Hamburgo se ha quedado paralizada!
- ¡Ahhhhh!.- exclamó Kaltz, no gratamente sorprendido.
En esa ocasión fue Levin quien consiguió quedar frente a la portería del Hamburgo y se dispuso a disparar, esperando ser más efectivo que Sho.
"¡Llegué, Wakabayashi!", pensó Levin, sonriendo de una manera un tanto petulante.
"¡Levin, te estoy esperando!", pensó a su vez Genzo.
Y una vez más la multitud rugió. ¡Era una clara oportunidad de gol!
- ¡Vamos, mi amor!.- gritó Débora, agitando su camiseta.- ¡Derrota a ese portero engreído! ¡Demuestra que eres mejor que Schneider, que Sho, y que todos los del Bayern juntos!
- Ya cálmate.- Nela jaló a su amiga de la camiseta, molesta por el comentario.- Aunque Levin consiga anotarle a Wakabayashi no significa que es mejor que Sho.
- Y dudo mucho que Levin esté de acuerdo en que lo llames "mi amor".- señaló Bárbara, muy atinadamente.- El que hayan salido una vez no los convierte en pareja.
Débora no respondió, quizás porque estaba muy concentrada en ignorar a sus amigas. Lily, una vez más, se mordió la lengua y apretó los puños en señal de ansiedad. ¿Lograría Levin obtener el tan anhelado y buscado gol?
- ¡Wakabayashi sale de su arco!.- bramó el comentarista.
- ¡Ahora es cuando!.- exclamó Levin, pateando el balón por encima de la cabeza de Genzo.
- ¡Levin intenta superar a Wakabayashi con un globo!.- continuó el narrador.
- ¡Maldición!.- Genzo derrapó y se estiró hacia atrás lo más que pudo, alcanzando a rozar la pelota con la punta de su dedo medio… Lo que bastó para que se desviara justo por encima de la portería aunque apenas por unos cuantos centímetros.
- ¡Increíble! ¡Wakabayashi alcanza a desviar el balón sobre el travesaño, al tocarlo apenas con la punta de un dedo!.- el cronista trinaba de gusto.- ¡Qué porterazo!
- ¡Maldita sea!.- gritó Levin, exasperado.- ¡Pero no ha terminado, eso es tiro de esquina!
- ¡Vamos muchachos, debemos aguantar!.- Genzo volvió a colocarse en posición y se ajustó la gorra.
- E-esta bien.- jadeó uno de los defensas.- Estamos haciendo lo mejor que podemos.
Kaltz contemplaba preocupado la escena. No había duda que el Bayern lentamente los estaba haciendo caer en la trampa que había preparado para ellos durante el medio tiempo.
"Esto no va bien, nuestros defensores están cansados", pensó el joven. "Aunque Wakabayashi se está esforzando para mantener la ventaja. Realmente podemos ganar este partido si damos nuestro máximo esfuerzo".
- ¡Muy bien, es momento de dar una mano!.- exclamó Kaltz, echando a correr hacia su portería, a pesar de que no había recibido indicaciones por parte del entrenador Zeeman.
Karl lo miró irse con una sonrisa de triunfo; al fin estaba desmarcado, era hora de ejecutar la técnica tan largamente planeada. Levin y Sho miraron a su capitán, sabiendo que había llegado el momento.
"¡Schneider está desmarcado!", pensó Levin, asombrado de que Kaltz hubiera decidido dejar solo a Karl.
"¡Es nuestra oportunidad!", se dijo Sho.
Elieth dio un respingo; había visto la expresión de Karl cuando quedó sin marca y supo lo que se avecinaba. Conocía bien la mirada de esos ojos azules que mostraban determinación, y supo que el momento había llegado. La reportera se apresuró a preparar su cámara y se acercó lo más que pudo al campo para tomar las mejores imágenes. La técnica por realizar sería algo nunca antes visto, ni en la Bundesliga ni en cualquier otra liga de fútbol se había preparado algo similar. Lily contuvo el aliento, visiblemente emocionada. ¿Por fin vería en acción el tiro que había ayudado a diseñar?
Mientras tanto, Kaltz ya había llegado junto a sus compañeros de equipo y se dispuso a darles ánimos.
- ¡Vamos, defendamos todos!.- gritó.- ¡Debemos mantener la ventaja si queremos destronar a los reyes de la Bundesliga!
Levin se apresuró a cobrar el tiro de esquina, realizando un saque corto a uno de sus compañeros, el cual de inmediato le devolvió el balón una vez que Levin se apresuró a entrar al campo para quedar frente a la portería del Hamburgo.
- ¡El Bayern Múnich opta por un tiro de esquina corto!.- dijo el comentarista.- ¡Levin está nuevamente en posición del esférico y se dirige directo a la portería adversaria, aprestándose a ejecutar su Levin Shoot!
Los jugadores del Hamburgo contemplaron con sorpresa los movimientos de Stefan porque éste no estaba en buena posición para disparar. Si Genzo ya había conseguido detener sus tiros estando el sueco en mejor ángulo, ¿qué le hacía pensar que esta vez sería diferente?
- ¡Levin está en un punto muerto!.- exclamó el narrador.- ¿Volverá a probar desde esa posición? ¿No ha notado que en el ángulo de tiro están el defensor y el portero?
Sin embargo, Stefan tenía otros planes, y en vez de disparar giró para realizar un pase a alguien que se acercaba al área de penales a toda velocidad. Era la primera vez que Levin usaba su Levin Shoot como pase y no como tiro directo, al menos en un juego oficial, y este simple cambio les hizo saber a algunas personas que el rugido de un dragón estaba a punto de dejarse oír en el estadio.
"¡Ha llegado el momento!", pensó Lily, atenta a la jugada. Elieth, por su parte, comenzó a grabar la jugada desde que Levin tomó posesión del balón.
- ¡Va, Levin Shoot!.- gritó Stefan.
- ¡Ah! ¡Levin cambia de forma imprevista la dirección y transforma el Levin Shoot en un pase!.- dijo el cronista.- ¡Espléndida lectura del juego por parte de Sho, que le permite tener en el balón en solitario!
"¡No puede ser!", pensó Genzo, al comprender las intenciones del chino. "¡Quiere hacer el Cañón con Retroceso usando el Levin Shoot! ¡Si tira de ese modo, el balón será realmente como una bala de cañón! ¡Pero no importa lo que sea, lo voy a detener a como dé lugar!".
- ¡Va!.- vociferó Sho.- ¡Cañón con Retroceso!
- ¡Lo pararé!.- aulló Kaltz, lanzándose a toda velocidad delante del chino para tratar de interponerse entre su poderoso disparo y la portería.
- ¡Kaltz entra en escena intentando detener el tiro!.- exclamó el narrador.
Sin embargo, él no se percató de que, al último segundo, Sho cambió la dirección y convirtió su disparo en un segundo pase. Kaltz y Wakabayashi quedaron petrificados ante el suceso. Un dragón apareció en el área de penales del Hamburgo, dirigiéndose a toda velocidad hacia un tercer jugador desmarcado, que no era otro que Schneider.
- ¡La táctica del Bayern no es una serie de pases sino de tiros!.- el comentarista estaba fuera de sí.- ¡Esto es algo único y nunca antes visto! ¡Schneider no está marcado y se dispone a disparar a puerta!
- ¡Va, Fire Shoot!.- gritó Schneider, recibiendo el tiro-pase y ejecutando posteriormente su propio disparo estrella.
- ¡Salió!.- gritaron Sho, Stefan, Rudy Frank, Lily y Elieth, casi al mismo tiempo.
El dragón que había producido Sho se encendió en llamas cuando Karl lo tocó, cruzando a toda velocidad la distancia que lo separaba de la portería y atravesándola por completo. El dragón en llamas rompió la red y fue a estamparse en la barrera ubicada detrás, desapareciendo entre el olor a cuerdas quemadas.
Los aficionados, tanto los del Bayern como los del Hamburgo, quedaron mudos ante lo que acababan de ver; era la primera vez que tres jugadores combinaban sus tiros estrella para crear un único disparo poderoso, capaz de vencer hasta al más imbatible de los porteros. Además, el efecto óptico del dragón del Cañon con Retroceso, ya de por sí increíble, se volvió majestuoso con el efecto de las llamas que le imprimió la pierna de Schneider. Cuando los seguidores del Bayern se dieron cuenta cabal de lo que había sucedido, estallaron en vítores y felicitaciones para su equipo, coreando su goal song a todo pulmón, mientras que los del Hamburgo lamentaban la pérdida de la ventaja tan difícilmente lograda.
"Wakabayashi, aún para un portero de tu calibre, recuperar la posición y detener el tiro es prácticamente imposible", pensó el entrenador Rudy Frank. "Y aunque hubieses estado en posibilidad de intentar atraparlo, el dragón en llamas te habría consumido".
Sho y Levin corrieron a festejar junto con sus compañeros. ¡Habían conseguido empatar el partido! Schneider, fiel a su personalidad, se mantuvo tranquilo y se limitó a elevar un puño al cielo a manera de celebración, tras lo cual se giró a ver a su padre.
"Lindo gol, Karl-Heinz", pensó el entrenador mientras sonreía y levantaba su pulgar derecho en señal de felicitación.
"Gracias, papá", Karl respondió con los mismos gestos.
El futbolista miró entonces en dirección al área de los periodistas, en donde Elieth había seguido atentamente, como todos, la técnica realizada. Karl esbozó una expresión de orgullo y Elieth, quien lo había estado viendo fijamente, desvió la mirada para evitar que él notara que ella había quedado fascinada con su actuación, muy a su pesar. La sonrisa del Káiser dio a entender que sí se había dado cuenta de esta fascinación por parte de ella, sin embargo.
- ¡El Bayern Múnich empata!.- exclamó el comentarista, eufórico.- ¡Schneider tiene éxito y realiza un gol espléndido, nunca antes visto!
- ¡Ése fue un tiro a la Schneider!.- gritó Gwen, emocionada.- ¡Grande, Schneider!
- Hay que admitir que fue algo soberbio.- contestó Leo, haciendo una mueca.
- ¡Y el SGGK al fin concedió un gol!.- dijo Bárbara.- Ni él pudo contra algo así.
- ¿Es que acaso no viste eso?.- exclamó Débora, emocionada.- ¡Fue increíble, un dragón en llamas! Aunque ese gol también es mérito de Stefan y de Sho, sin ellos Schneider no habría podido conseguirlo.
- Lo que me parece increíble es que Schneider soportara la fuerza de los dos tiros de sus compañeros sin lesionarse.- comentó Nela, agitada.- Sho también debió de recibir un impacto fuerte en la pierna al contra disparar el Levin Shoot.
- Se te olvida que la especialidad de Lily es evitar lesiones deportivas.- señaló Gwen, muy oportunamente.- Ella debe haber estudiado cómo esos tres podrían realizar ese conjunto de tiros-pase sin lesionarse.
- Kaltz fue estúpidamente arriesgado al interponerse en el tiro de Sho.- comentó Bárbara, a su vez.- Pudo haberse lastimado en serio.
- De verdad que sí, porque no habría tenido oportunidad alguna de detenerlo.- dijo Débora.- ¿De verdad no aluciné y sí apareció un dragón de fuego en el campo?
- Todos lo vimos, o todos alucinamos.- replicó Leo.- Veremos cómo reacciona Genzo ante esto.
- ¡Después de este gol, el partido se volverá a nuestro favor!.- gritaron los aficionados del Bayern, detrás de ellos.
Mientras tanto, en la banca del Bayern reinaba la algarabía. ¡Se había conseguido el empate, y con una técnica nunca antes vista! El doctor Stein se acercó a Lily, quien se encontraba a orillas del campo y le puso una mano en el hombro.
- ¿Has visto la maravilla que contribuimos a crear?.- le preguntó.- Tengo que admitir que no lo hubiéramos logrado en tan poco tiempo sin la ayuda de ustedes.
- Sí, lo he visto.- fue todo lo que respondió la chica, sin hacer grandes aspavientos.
Lily vagaba entre el gozo y la culpa; por un lado, al fin había visto al dragón en llamas en un partido en vivo, actuado en tiempo real, y la alegría que sentía por haber sido en parte responsable de esa técnica apenas y le cabía en el pecho, pero por otro lado el portero que había recibido al dragón de fuego había sido Genzo. Ella sabía que él no había tenido oportunidad alguna de detener ese tiro, y por ética profesional se había guardado el secreto evitando contarle a Wakabayashi cualquier cosa relacionada a esa técnica; la joven sabía que había hecho lo correcto pero eso no le quitaba el sentimiento de culpa.
- Ha sido magnífico, y de verdad que quiero volver a ver esta maravilla, pero me gustaría que para la próxima vez no sea Genzo Wakabayashi quien esté en la portería rival.- expresó Lily.
- Pero sabes bien que con ningún otro portero será necesario utilizar esta técnica.- replicó con gran acierto el doctor Stein.- Este súper tiro fue creado especialmente para él.
La chica no respondió y se limitó a seguir contemplando la portería del Hamburgo.
Elieth comprobó que hubiese conseguido plasmar en vídeo la técnica antes vista; ya después sacaría de ahí las fotos que necesitaría para el reportaje, pero sabía que la mejor manera de apreciar el efecto del dragón en llamas era en vídeo. La joven también se había quedado sin aliento, como todos, al ver el espectacular efecto de ese súper tiro, a pesar de que no era la primera vez que lo contemplaba. Sin embargo, en los entrenamientos había sido muy distinto debido a que no se había tenido el mismo nivel de adrenalina que hay en un partido oficial, ni a los oponentes tratando de bloquear los disparos, ni a Kaltz marcando constantemente a Schneider, además de que la velocidad de la técnica había sido más lenta; el asunto visto en tiempo real fue realmente impactante, y Elieth por un momento temió que Karl se hubiese lastimado al recibir el balón impulsado por la fuerza de los tiros de sus compañeros. Sin embargo, el alemán se mantenía incólume como siempre, y ella tuvo que admitir que él era uno de los mejores futbolistas del mundo.
A pesar de todo, por encima de la alegría que Elieth experimentaba se mantenía un ligero rastro de culpa, al igual que lo tenía Lily, por haber auxiliado al Bayern a que rompiera el muro que Genzo tanto se había esforzado por construir alrededor de su portería; habían sido sus fotos las que ayudaron a Lily a determinar que, para que la técnica secreta del Bayern pudiera realizarse, Levin debía ser el primero en disparar y Schneider el último (Sho por fuerza tenía que ser el segundo para poder realizar el Cañón con Retroceso con alguno de los otros tiros), ya que el sueco no tenía la capacidad física suficiente para soportar el efecto de los dos disparos combinados, cualidad que sí poseía Schneider gracias al entrenamiento exhaustivo que él había realizado para convertirse en el goleador de Alemania. Era cierto que era muy probable que el cuerpo técnico y médico del Bayern Múnich hubiese podido desarrollar esta técnica de los tiros-pase en algún momento sin la ayuda de Lily y de Elieth, pero sin duda habrían tardado mucho más tiempo y probablemente habrían conseguido que Levin o Schneider se lesionaran en el proceso al no saber indicarles cómo recibir adecuadamente el tiro-pase para no lastimarse con la energía cinética del mismo. Como le había dicho el doctor Stein a Lily, ella y Elieth ayudaron a adelantar el proceso al aplicar sus conocimientos.
- ¿Qué técnica ha sido ésa?.- se cuestionaban los reporteros a su alrededor.- ¿Alguien sabe si tiene un nombre en especial?
- Ni idea.- dijo el reportero japonés que había hablado con Elieth en el primer tiempo.- Pero es una lástima que Genzo Wakabayashi haya perdido su invicto.
- Se llama el Rugido del Dragón.- respondió Elieth, mirando hacia la portería del Hamburgo.- Ésa es la técnica secreta con la cual el Bayern Múnich ha conseguido romper las defensas del portero del Hamburgo.
Mientras tanto, en el campo, el guardameta japonés continuaba a cuatro patas sobre el césped, al que golpeó en una ocasión con rabia. ¿Qué estaría pasando por su cabeza en esos momentos? Era imposible decirlo. Schneider lo miró desde lejos, sin compasión ni lástima sino con el respeto que se le tiene a quien se considera un rival formidable.
"Wakabayashi, no tienes nada que reprocharte", pensó Karl. "Ningún portero en el mundo podría haber parado al Rugido del Dragón. Hiciste un trabajo estupendo deteniendo nuestros tiros durante la mayor parte del partido, pero te dije que iba a vencerte para demostrarte que estás en el equipo equivocado, Wakabayashi".
"¡El juego en equipo es la verdadera fuerza del Bayern Múnich!", se dijo Rudy Frank, quien estaba muy satisfecho con el desempeño de sus jugadores. "¿Al fin lo has entendido, Wakabayashi? Prácticamente has sido tú solo quien consiguió mantener el marcador a favor del Hamburgo durante gran parte del juego, y a pesar de tu tenacidad y fuerza, tú no puedes contra once jugadores. El fútbol es un deporte de equipo, y en el Hamburgo eres más bien un astro brillante perdido en un cielo sin estrellas".
Los jugadores del Hamburgo se veían descorazonados. ¡Tanto trabajo para nada! A pesar de todos sus esfuerzos el Bayern había conseguido empatar, y a esas alturas del partido parecía imposible poder anotar otro gol para lograr la victoria que tanto se merecían. De entre todos ellos, Kaltz era el que se veía más afectado, pues sabía que bloquear a Schneider era su responsabilidad en ese encuentro.
- ¡Todo esto es culpa mía!.- gritó Kaltz, apretando el puño enfurecido.- ¡No debí haber dejado la marca de Schneider!
Sus compañeros, cabizbajos, no pudieron encontrar palabras de consuelo para él. Zeeman apretó la boca en un gesto, molesto por el resultado, aunque de inmediato se recuperó. Su mente de entrenador planeó rápidamente una estrategia para combatir la técnica de Rudy Frank y lanzó órdenes a dos suplentes, los cuales se veían tan afligidos como los compañeros que se encontraban dentro del campo. Sin embargo, no todos los jugadores del Hamburgo estaban decaídos: Genzo se levantó, se sacudió el polvo del uniforme y se fue atrás de la portería para recoger el balón que había logrado quitarle lo invicto en la Bundesliga, tras lo cual se dirigió hacia sus compañeros con paso decidido.
- ¡Bien! ¡No pasa nada, muchachos, no se preocupen, el partido apenas comienza!.- gritó el joven.- ¡Solamente nos empataron, todavía no hemos perdido! ¡Es ahora cuando empieza el verdadero encuentro!
- ¡Wakabayashi!.- exclamó Emanilson, sorprendido de que el guardameta siguiera conservando el espíritu de lucha a pesar de haber recibido un gol en contra.
Kaltz, Sho, Levin y los Schneider compartieron el mismo asombro ante la tenacidad del portero rival. ¡A pesar de todo él no se daba por vencido! Lily esbozó una sonrisa de auténtico orgullo cuando vio la determinación que mostraba Genzo, quien se levantaba de su caída para luchar contra la adversidad, y fue en ese momento cuando ella se dio cuenta de que se había enamorado de él.
"¡Qué tonta he sido!", pensó la chica. "¡Yo sintiéndome culpable y preocupándome por Genzo y él, en vez de deprimirse por el tanto que le han anotado, muestra más determinación y coraje que antes! ¡Genzo Wakabayashi, eres un hombre digno de admirar!".
Tal vez Genzo sintió la intensa mirada que Lily le lanzó porque giró la cabeza en dirección a donde ella se encontraba, y al ver que la chica estaba al pendiente de lo que ocurría, sonrió. No era momento para hacerle señas o saludos, pero sabía que Lily había visto su gesto, dirigido exclusivamente a ella. Él se apresuró entonces a despejar el balón para que se reanudara el partido, pero entonces se dio el aviso de que el entrenador Zeeman haría sustituciones.
- ¡El Hamburgo, después del empate, no duda en hacer cambios!.- anunció el comentarista.- Salen dos jugadores, y es evidente que estas sustituciones son preventivas. ¿Estarán buscando conservar el empate?
El rostro de Genzo mostró una expresión de decepción cuando se percató de cuál sería la estrategia que Zeeman utilizaría para combatir al equipo de Rudy Frank Schneider. Al parecer, el mánager del Hamburgo se había dado por vencido y se limitaría a mantener el marcador a uno para ambas escuadras.
- Entrenador, ¿está seguro de que es lo mejor?.- cuestionó Genzo, en voz baja, mirando hacia la banca de su equipo.
Zeeman no le prestó atención. Estaba decidido a sacarle el mayor provecho a su visita a Múnich, y ya que la victoria parecía no ser posible, tendría que conformarse con algo menor.
- En el estadio Allianz Arena de Múnich resulta interesante la táctica adoptada por el entrenador del Hamburgo.- continuó el narrador.- Los dos jugadores que acaban de entrar al campo van a marcar a Stefan Levin y Shunko Sho; de esta manera, los tres jugadores pivote del Bayern estarán bloqueados. La situación parece mantenerse a favor del local, aunque es riesgoso marcar a los que crean las jugadas ofensivas del Bayern.
Ahora Karl, Stefan y Sho tenían a tres rivales siguiéndolos cual si fuesen sus sombras; no es que esto les preocupara mucho a los del Bayern, pero sí limitaba bastante sus acciones.
"No importa", pensó Levin, mirando de reojo a su marcaje. "El Rugido del Dragón es una técnica creada para ser utilizada sólo una vez por la dificultad y el desgaste físico que conlleva, además de que Wakabayashi no es un portero al que pueda anotársele dos veces con una misma táctica. Da igual cuánto quieran marcarnos, vamos un paso por delante de ustedes".
Sho se limitaba a contemplar a su "sombra" con cierto desdén, como si se hubiera dado cuenta de que lo mejor que podía hacer el Hamburgo era limitarse a tratar de contenerlos. Schneider pensaba lo mimo y se sintió molesto por el asunto. ¿Eso era lo mejor que podían ofrecerle Wakabayashi y Kaltz, dos rivales a los que apreciaba y respetaba como sus iguales? Si al entrenador Zeeman se le pasó por la cabeza el hecho de que estaba adoptando una actitud cobarde y mediocre, no lo dejó entrever. Con los brazos cruzados y la cabeza caída sobre el pecho, se limitaba a dejar que los minutos restantes transcurrieran sin más.
"Por ahora nuestra táctica de contención está funcionando bien", pensó. "Debemos seguir así".
Wakabayashi sentía que la sangre le hervía de indignación y rabia. ¡No era correcto limitarse a conseguir el empate, había que pelear para anotarle otro gol al Bayern Múnich! Pero con dos atacantes menos y dos defensas más, el asunto parecía poco probable.
"¡No está bien que sólo busquemos el empate!", pensó Genzo, sin dejar de lanzarle miradas inconformes a su entrenador. "¿Tiene que ser ésta la estrategia que debemos adoptar?"
Sin embargo, Levin, Schneider y Sho no eran los únicos en el Bayern con el poder de atacar, aunque al parecer Zeeman confiaba en que Wakabayashi pudiera contener a los demás.
- ¡En consecuencia a la maniobra adoptada por Zeeman, el nigeriano Nimba, el croata Shiken y el danés Corman intentan anotar con tiros de media distancia!.- dijo el cronista.- ¡Pero todos son detenidos sin problemas por el SGGK Genzo Wakabayashi! ¡A pesar del gol del Schneider que recibió, su ánimo está intacto! Con sangre fría él protege el arco del Hamburgo.
Los jugadores del Bayern maldijeron en voz baja; si a Schneider, Levin y Sho les había costado trabajo y una técnica complicada el anotarle a Genzo, los otros lo tendrían casi imposible. Sin embargo, quedaba claro que la ofensiva del Hamburgo estaba prácticamente anulada.
- ¡Qué manera tan más aburrida de jugar al fútbol!.- exclamó Schneider, fastidiado.- Siento pena por ti, Kaltz, al ver la forma en la que juega el Hamburgo.
"¿Y tú qué crees?", pensó Kaltz, indignado. "¿Qué a mí me gusta estar al fondo? ¡Por supuesto que no, pero es la tarea que me asignaron para hoy!".
De pronto, Schneider echó a correr y le pidió el pase a su compañero Nimba, sin dirigirle una mirada de advertencia a su amigo.
- ¡Pásame el balón!.- gritó, tras lo cual añadió.- Kaltz, sabes que no puedes estar sobre mí ni en altura ni en velocidad.
- ¡Maldito, no te dejaré controlar la pelota!.- respondió Kaltz cuando Schneider recibió el pase de Nimba.
- ¡Los dos amigos, Kaltz y Schneider, luchan furiosamente por la posesión del esférico!.- gritó el comentarista.- ¡El encuentro aéreo es violentísimo!
Karl y Kaltz saltaron al mismo tiempo para tratar de conseguir el balón, pero el primero fue más ágil y consiguió mayor altura; por efecto del movimiento y del impulso que llevaba, Schneider le propinó un codazo accidental a Kaltz en el rostro. Chorros de sangre brotaron de la nariz del alemán, quien quedó momentáneamente fuera de la jugada debido al dolor. Sin embargo, alguien más se les había adelantado e intervino oportunamente en la acción.
- ¡Pero Wakabayashi salta más alto que todos y agarra el balón!.- bramó el narrador.- ¡El Wakabayashi de hoy está fantástico con las salidas!
Mientras caía, Genzo no podía evitar seguir cuestionándose todo el asunto. ¿A qué extremo denigrante habían llegado sus compañeros y él para tratar de conseguir un mísero empate? ¿No se habían esforzado durante semanas para arrebatarle la victoria al Bayern en su propia casa? ¿Por qué de buenas a primeras acabaron cayendo en ese extremo de mediocridad?
"¿Está bien esto?", se preguntó el arquero. "¿Está bien adoptar una técnica así, sólo de defensa? ¿Qué harías tú, Tsubasa, si estuvieses en este equipo? ¿Ignorarías la indicación del entrenador o la seguirías al pie de la letra? ¡No, si tú estuvieras aquí seguramente estaríamos atacando para buscar la victoria!"
Pero en esos momentos, en el que Schneider y Kaltz permanecían tumbados en el césped a un lado suyo, Genzo comenzó a cuestionarse si de verdad quería seguir jugando al fútbol de esa manera, en donde un resultado importaba más que el amor al deporte. Era verdad que ahora él era un jugador profesional consagrado en su puesto y que había dejado de ser ese muchacho que peleaba por su lugar en el mundo, pero a pesar de eso se daba cuenta de que jugar a la defensiva no era algo que deseara hacer por ningún motivo, con todo y que su posición era el punto clave de la defensa del equipo.
"¿Es a esto a lo que al final hemos llegado? ¿Para eso nos estuvimos esforzando durante tantos años?".
No sólo el futuro de ese partido, también el de su carrera pareció mostrarse muy oscuro ante sus ojos en esos momentos.
"¿Todavía nos divierte jugar al fútbol?*", pensó Genzo, recordando las épocas en donde él, Kaltz y Schneider formaban parte del mismo equipo. "A mí… El fútbol me gusta… No me queda más que un recuerdo de cuando éramos parte de las fuerzas juveniles del Hamburgo, cuando Kaltz, Schneider y yo estábamos los tres tirados en el suelo, cansados por correr detrás de un balón con una inocencia pura que venía del corazón… En ese tiempo, el fútbol era divertido…".
Flashbacks de él y de sus dos amigos tumbados en el campo de fútbol regresaron a su mente como imágenes congeladas de una película. Ellos tres habían sido muy buenos amigos, habían compartido entrenamientos, triunfos, derrotas, lesiones y recuperaciones, siempre unidos por ese amor universal al fútbol que rompía barreras. En aquellas épocas, no importaba que Wakabayashi fuera japonés y Kaltz y Schneider alemanes, lo único que contaba era que los tres amaban el mismo deporte y con la misma intensidad.
Genzo regresó al presente cuando Karl se removió delante de él, evidentemente molesto. Kaltz aún no se incorporaba, quizás porque seguía aturdido por el codazo accidental que le había propinado el Káiser.
- ¡Qué juego tan más insulso!.- exclamó Schneider, enojado, mientras se ponía de pie.- ¿Es éste tu modo de jugar al fútbol, Wakabayashi? Había estado esperando con ansia este encuentro, el momento en el que podríamos enfrentarnos… ¿Sabes cuánto nos esforzamos por perfeccionar el Rugido del Dragón? Esperaba más de ti pero… ¡Me has desilusionado, Wakabayashi! ¡No haces más que escapar, es absurdo!
El arquero no atinaba a levantarse, y desde su posición en el suelo, sujetando aún el balón, miraba a Karl sin decir palabra. Genzo se sintió avergonzado ya que sabía que lo que Schneider le decía era verdad.
- Las tres primeras posiciones son las de prestigio en la Bundesliga, las únicas que permiten la clasificación a la Champions League.- continuó el alemán, viendo a su rival con desdén.- Pero si quieren quedarse con el segundo puesto, les conviene renunciar al ataque y seguir jugando así, aunque si insisten en continuar con esta forma tan mediocre de jugar, a la larga les será casi imposible ocupar uno de esos tres primeros lugares.
Wakabayashi no sabía qué responder. Las palabras de Schneider, aunque duras, eran ciertas, él también creía que jugando así no llegarían muy lejos, aunque escucharlo de boca de un rival al que siempre había respetado fue más duro de lo que creyó. Aun así, Genzo buscó justificarse tratando de explicar que él también se había entrenado arduamente para enfrentarse al Bayern, pero no tuvo ni oportunidad de abrir la boca.
Kaltz, desde su posición en el suelo, levantó su pierna derecha y lanzó una patada a Schneider, golpeándolo en la parte posterior de las rodillas. El silbatazo del árbitro no se hizo esperar.
Notas:
- *En el manga en español, la pregunta que Genzo se hace es: "Tsubasa, aún si tienes que jugar en un equipo de segunda división, te divierte jugar al fútbol?", pero dado que no he incluido ningún detalle acerca de la vida que lleva Tsubasa Ozhora en esta parte del manga, he cambiado la pregunta para no tener que dar demasiadas explicaciones al respecto.
- En anteriores capítulos escribía el nombre completo de Sho como "Sho Shunko" porque así lo había visto redactado y me acostumbré a usarlo en esta forma gracias a la usanza oriental de invertir el nombre y el apellido. Sin embargo, el nombre del personaje es Shunko y su apellido es Sho, por lo que a partir de ahora lo escribiré a la manera occidental.
- La técnica realizada por Levin, Sho y Schneider sí se llama el Rugido del Dragón (Dragon's Roar). El efecto del dragón en llamas no viene como tal en el manga (sólo aparece el del Cañón con Retroceso), pero se me ocurrió que algo así sucedería con la fuerza del tiro de Schneider, considerando que éste se llama Fire Shoot. Aclaro que en el manga da la impresión de que dicha técnica es algo que se les ocurrió de último momento a los del Bayern, pero yo modifiqué el asunto para poder incluir a mis personajes y a los de Elieth Schneider haciendo que el equipo tuviese planeada esta estrategia desde antes.
- Hubo cierta controversia entre algunos fans de CT por el codazo que le da Schneider a Kaltz, pues se decía que aquél lo había hecho a propósito. He visto la escena una y otra vez y llego a la conclusión de que en realidad fue accidental.
