Capítulo 28.
Múnich.
El timbre sonó en dos ocasiones, sacando a Elieth de su sueño profundo; ella tardó un poco en recordar por qué había un brazo masculino rodeándola y, cuando lo hizo, sintió que los 5 litros de sangre que circulaban por su cuerpo se le iban de golpe al rostro. ¿Estaría Karl despierto? Su respiración acompasada le hizo saber que ni siquiera se había inmutado ante el llamado y la chica soltó un pequeño suspiro de alivio. Cuando estaba comenzando a quedarse dormida, el timbre sonó una vez más y Elieth no tuvo más remedio que incorporarse con mucha suavidad para no despertar a Schneider. Miró el reloj de pared y vio que eran las 6 de la mañana. ¿Quién podría estar molestando a esa hora? Se suponía que Lily traía sus llaves, Bárbara iría a verla mucho más tarde y Leo tenía turno en el hospital al igual que Gwen, Nela y Débora. ¿Quién, en nombre de todo lo que es bueno, llegaba a interrumpir esos preciados momentos de tranquilidad al lado del Káiser? Para que éste no despertara, Elieth se resignó a salir de la cama, ponerse su bata de seda (consideró que usar la camisa de Karl habría sido demasiado cliché) e ir a abrir la puerta. Quizás Bárbara había decidido ir a verla más temprano, desconociendo que Karl se había quedado a dormir en el departamento, así que Elieth pensó en pedirle que regresara más tarde. Sin embargo, cuando ella abrió la puerta no fue Bárbara a quien vio sino a un conocido joven de cabello negro y ojos color miel.
- ¿Leonardo?.- exclamó ella, perpleja.- ¿Qué rayos estás haciendo aquí?
- Sí, también me da gusto verte, gracias.- respondió el aludido, mirándola con parsimonia.- ¿Está mi hermana aquí? He estado intentando contactarme con ustedes desde ayer y no he tenido suerte. ¿Para qué tienen teléfonos celulares si no los piensan responder?
De todas las personas que pudieron haber llegado a su departamento a las seis de la mañana, Leonardo Del Valle era de las menos probables que aparecieran, no sólo porque no vivía en el mismo continente sino también porque nadie esperaría que el joven atravesara medio planeta para ver a su hermana sin avisarle a ésta primero y Elieth estaba casi segura de que Lily no tenía ni idea de que su hermano estaba en Múnich.
- ¿Qué rayos estás haciendo aquí?.- preguntó Elieth mientras lo dejaba pasar.- ¿Cuándo llegaste?
- ¿A Múnich o a Alemania?.- contestó Leonardo, echando un vistazo a su alrededor.
- ¿O sea que no acabas de llegar al país?.- Elieth se sorprendió.
- No.- negó el joven, mirando a la rubia con curiosidad.- ¿Estoy interrumpiendo algo?
- Claro que no.- Eli se cerró aún más el cuello de la bata.- Es sólo que todavía es temprano, hoy no trabajo y no me cambies el tema. ¿Sabe Lily que estás en Múnich?
- No.- volvió a decir Leonardo.- Ella debe de creer que estoy en México, a menos que nuestro padre le haya hablado ya. Y por si te lo preguntas, llegué a Alemania hace un par de meses.
- ¿De verdad?.- Elieth enarcó las cejas.- ¿Y por qué no nos avisaste? ¿Qué te traes entre manos, Leo?
- Nada, de verdad.- respondió el muchacho, muy serio.- Quería hablar con mi hermana pero veo que no está aquí.
Antes de que Elieth pudiera contestar, se abrió la puerta de su habitación y a través de ella salió Schneider, descalzo y vestido únicamente con su pantalón. El alemán, quien no se esperaba encontrar a otro hombre en la sala del departamento de la chica con la que había dormido la noche anterior, se detuvo abruptamente, desconcertado. Era cierto que él no conocía a todos los amigos de Elieth pero aun así le asombró notar que no tenía idea de quién era ese tipo.
- Oh, sí que interrumpo.- comentó Leonardo, nada asombrado.- Lo siento, si hubieras tenido la cortesía de responder mis llamadas, Eli, habría tenido la precaución de venir cuando no estuviera tu novio.
- ¡No somos novios!.- soltaron Elieth y Karl al unísono, colorados al extremo debido a la incómoda situación.
- Sí, claro, y yo soy el Conejo de Pascua.- el muchacho no estaba impresionado.- Lo lamento, amigo, no buscaba interrumpirte.
- No lo hiciste, ya habíamos terminado.- negó Karl, tan abochornado que no se dio cuenta de lo que dijo.- ¡No! ¡Quise decir que no estábamos haciendo algo en específico!
- ¡Oye, cuidado con lo que dices!.- exclamó Elieth, más avergonzada aún.
- Sí, me queda claro que ya habían terminado.- Leonardo soltó la carcajada.- Lo siento, creo que debería retirarme y dejar que mi ex siga con lo suyo.
- ¿Tu ex?.- Karl miró a Elieth con cierto enojo.- ¿Éste es tu ex? ¿Por eso es que está aquí, porque es tu ex?
- ¡Por supuesto que no!.- negó ella, escandalizada.- ¡Leonardo está aquí por Lily, es su hermana! ¡Y deja de repetir la palabra "ex"!
- ¿Lily es tu hermana?.- Karl se giró hacia Leonardo.- No sabía que ella tuviera un hermano.
- Eso dicen nuestros padres.- el joven se acercó a Schneider y le ofreció la mano.- Leonardo Del Valle, mucho gusto.
- Karl Heinz Schneider.- Karl estrechó la diestra del otro.- Bienvenido a Alemania aunque sigue llamándome la atención el hecho de que seas el ex de la francesita aquí presente.
- Bah, fue hace muchos años y no quedan cenizas de ningún tipo, así que no te preocupes por eso, no estoy aquí para acosar a Elieth.- negó Leonardo, con parsimonia.- De verdad que no sabía que ustedes estaban ocupados que si no, ni me paro por aquí, sobre todo porque mi hermana no está. ¿En dónde se encuentra? Sé que la Bundesliga está en pausa así que no creo que haya ido a trabajar, sobre todo porque el goleador de su equipo está en paños menores en su departamento.
- ¡Ya basta!.- Elieth volvió a enrojecer.- Lily está haciendo lo que tú crees que yo hice con éste, ¿ya?
- Oye, tengo un nombre.- Schneider fingió sentirse dolido.- Y estoy seguro de que lo sabes a juzgar por lo mucho que lo gritaste anoche.
- ¡YA!.- Elieth tomó un cojín y golpeó a Karl con fuerza mientras Leonardo volvía a reír a carcajadas.- ¡Si no vas a hacer algo de provecho lárgate!
- ¿Para quién fue eso?.- quiso saber Leonardo.- ¿Para tu novio o para mí?
- Creo que fue para mí aunque, como ya dijimos, no soy su novio.- Karl evitó mirar a Eli a los ojos.
En medio de un vergonzoso silencio, Schneider regresó a la habitación de Elieth a ponerse el resto de su ropa. Para evitar preguntas incómodas que ella no quería responder, la rubia intentó investigar qué rayos estaba haciendo el hermano mayor de Lily en Alemania, a donde había llegado, al parecer, hacía bastante tiempo pero sin que aquélla estuviera enterada. Sin embargo, Leonardo esquivaba hábilmente cualquier pregunta enfocada a tratar de averiguar sus motivos para estar en Europa y Elieth comenzaba a cansarse aunque, muy en su interior, agradecía que él hubiese llegado de improviso porque evitó que ella y Karl tuvieran que hablar de lo sucedido la noche anterior. Al parecer, el alemán se sentía tan incómodo por dicho asunto como ella porque estaba tardando mucho en vestirse, como si temiera ya no encontrar a Leonardo al salir y tuviera que confrontar a Eli pero, para su fortuna, Lily llegó al departamento mucho antes de lo previsto. Cuando Leonardo dudaba entre decir la verdad de su situación a Elieth o continuar fingiendo demencia, la puerta de entrada se abrió ligeramente y a través de ella se escuchó la voz de Lily.
- ¡Hola! ¿Por qué está la puerta abierta?.- dijo la chica.- ¿Estás ahí, Gatita? Gen viene a despedirse porque tiene que regresar a Hamburgo antes de tiempo, recibió un mensaje de Kaltz y…
Lily había abierto ya la puerta y se detuvo al ver a Leonardo sentado en el sillón de la sala; por un instante, la joven quedó muda de la sorpresa y no supo qué decir, tras lo cual soltó un grito de alegría y saltó hacia su hermano.
- ¡Leo!.- dijo ella al tiempo que lo abrazaba con fuerza.- ¡Estás aquí!
El mexicano la atrapó y le regresó el abrazo con mucha emoción mientras reía; detrás de ella había entrado Genzo quien, al no saber qué estaba ocurriendo, miró con desconfianza la escena que ocurría ante sus ojos. Leonardo y Lily intercambiaron frases rápidas en español, sin soltarse, antes de que Wabayashi carraspeara para llamar su atención.
- ¡Oh! ¡Es cierto!.- soltó Lily al zafarse del abrazo de su hermano y recordar que no estaba sola.- ¡Gen, él es Leonardo, mi hermano!
- ¿Tu hermano?.- en el rostro de Wakabayashi se dibujó el alivio.
- ¡Sí! ¿No recuerdas que alguna vez te dije que tengo un hermano y una hermana?.- asintió Lily, jalando a Leonardo para que se acercara al portero.- Cuando tú me contaste que tienes dos hermanos mayores viviendo en Japón.
- Sí, lo recuerdo, pero creí que dijiste que vive en México.- Genzo se rascó una oreja.
- Eso dije porque se supone que así es.- Lily miró a Leonardo con una ceja enarcada.- Lo que me recuerda, Leo, que me gustaría saber qué haces aquí y por qué no me avisaste que vendrías.
- ¿Realmente quieren perder el tiempo en eso?.- respondió Leonardo, ofreciendo nuevamente su mano pero esta vez a Wakabayashi.- Gusto en conocerte.
- Genzo Wakabayashi.- el portero no supo bien cómo tomarse el asunto.- El placer es mío.
- Así que tú eres el que anda besuqueándose con mi hermana en los estadios de fútbol, ¿eh?.- inquirió Leonardo, frunciendo el ceño.- Muy bonito, señor Wakabayashi.
- ¿Qué? ¿En serio sabes eso?.- Lily enrojeció vivamente.- ¿Desde cuándo?
- Desde que ese periodicucho Ciego* lo publicó.- contestó Leonardo, sin dejar de mirar a Wakabayashi.- ¿Andas con mi hermana o qué?
- No empieces, por favor.- Lily frunció el ceño.
- Sí, estoy con ella, si es a lo que te refieres con "andar", éste es un término que no entiendo.- Genzo eligió usar la sinceridad, su mejor arma.- Lo que tengo con la doctora Del Valle no es un juego para mí, es algo muy real.
- ¿En verdad?.- el mexicano reprimió una sonrisa.- Bueno, ya veremos. Hay muchas cosas de las que tengo que platicar con mi hermana y una de ellas eres tú pero, aunque acabe de conocerte tengo que dejarte bien en claro que, si le rompes el corazón, yo te romperé la cara. O las manos, que por lo que sé, es mucho más fácil de hacer.
- ¡Leo!.- gritó Lily, tapándose la cara con las manos por la vergüenza.
Genzo sonrió abiertamente; no estaba muy seguro de si era por su sinceridad o por su falsa bravuconería pero se dio cuenta de que le agradaba Leonardo Del Valle. Por supuesto, esto no evitaba que el portero se sintiera desconcertado por su presencia porque no creyó que llegaría a conocer tan pronto a uno de sus cuñados.
- Pero bueno, que no debería de sorprenderme que ella ande contigo, siempre le han gustado los porteros, ¿sabías?.- continuó Leonardo.- De pequeña fue muy fan del mexicano Jorge Campos, después le gustó el alemán Andreas Köpke, después se hizo fan de Oliver Kahn, después de Manuel Neuer y… ¡Auch!
- Ya cállate.- Lily le dio un golpe en las costillas.- ¿A eso viniste, a dejarme en ridículo y revelar cosas que a nadie le importan?
A Wakabayashi le pareció divertido el asunto y soltó una carcajada; sin embargo, no le había pasado desapercibido el hecho de que Elieth estaba usando una bata de noche, lo cual levantaba muchas sospechas considerando que, antes de que Lily y él llegaran, la francesa había estado a solas con Leonardo. En esos momentos salió Schneider de uno de los cuartos y todo quedó muy claro para los recién llegados.
- Vaya, Schneider, no esperaba verte aquí.- soltó Wakabayashi antes de esbozar una sonrisa maliciosa.- No pensé que vendrías tan temprano a visitar a la Peque.
- Es que no llegó temprano, más bien me da la impresión de que llegó desde anoche.- anotó Leonardo, con el mismo tono malicioso.- Cuando yo llegué, ninguno de los dos estaba vestido.
- ¡Mentiroso, eso no es verdad!.- estalló Elieth, enojada.
- ¡Ninguno de los dos estaba desnudo cuando llegaste!.- reclamó Karl, a su vez.
- Porque ya se habían vestido, seguramente.- Lily volvió a enarcar su ceja derecha.- ¡Caramba! ¿A poco no te has ido desde ayer, Karl?
- Me voy ahora.- Schneider se apresuró a llegar a la puerta del departamento.- Leonardo, fue un gusto conocerte, Wakabayashi, piensa en mi oferta, Lily, te veo en Säbener Straße y Elieth… tengo que decir que fue un placer.
Y se marchó sin esperar a que alguien contestara; Elieth tuvo que soportar, como consecuencia, que los otros tres clavaran sus miradas en ella, interrogantes. ¿Por qué tenía que haber dicho Karl esas palabras?
- ¡Oh, vamos!.- protestó la francesa.- ¿De verdad eso va a ser lo más interesante de este día?
Como Lily había dicho a su llegada, Genzo había ido a despedirse porque tenía que marcharse más temprano de lo previsto. Kaltz le había enviado un mensaje avisando que el entrenador los había convocado un día antes de lo planeado y el japonés decidió no arriesgarse a darle otro motivo a Zeeman para aumentar su descontento con él. Por supuesto, el que el mismo Zeeman no le hubiese avisado a Wakabayashi que adelantaría el regreso a los entrenamientos no le dio buena espina a éste, era como si el entrenador quisiera prescindir de sus servicios pero no pensaría en eso sino hasta que estuviera en Hamburgo, no quería arruinar el final de las vacaciones que había pasado junto a Lily. Así pues, Wakabayashi se despidió de Elieth y de Leonardo y dejó que Lily lo llevara a la Estación de Trenes; ahí, los jóvenes se cuidaron de no ser vistos para darse un último beso y abrazo antes de separarse.
- Te voy a extrañar.- musitó Lily, abrazada a él.- Me acostumbré a verte en estos días.
- Y tú me vas a hacer mucha falta.- musitó Genzo, aspirando el perfume de su cabello.- Haré todo lo posible para venir a verte pronto.
- Bueno, que también yo puedo ir a Hamburgo.- replicó ella, con una sonrisa.
- Claro.- aceptó él, acostumbrado ya a que ella insistiera en que su relación fuera más pareja.
Cuando Genzo acarició el cabello oscuro de Lily, sus dedos toparon con una cadena de plata y la siguieron hasta llegar al dije que sostenía, una pequeña placa que, según contó ella alguna vez, tenía grabado un caduceo, el símbolo de los médicos; Lily había dicho que ese dije se lo regalaron sus padres cuando se tituló como médico y al portero le gustaba esa pequeña placa, había algo en ella que le llamaba mucho la atención, quizás era el hecho de que se trataba de un gesto de amor de un padre a su hijo, algo que Genzo nunca había recibido por parte de su propio padre.
- Te voy a regalar este dije.- comentó Lily, riendo al ver que Genzo lo contemplaba.- Veo que te gusta mucho.
- Me gusta lo que representa.- confesó él.- Es una pieza de joyería obsequiada por alguien que te importa, algo que tú usas porque lo consideras valioso por su significado.
- Eso es porque siento que en ella hay un poco del amor que me tiene la persona que me lo dio.- señaló Lily, mirándolo con ternura.
- Un concepto interesante.- acotó Wakabayashi, sonriendo a medias.- ¿Pensarías lo mismo si yo te regalo un collar también?
- Por supuesto, siempre y cuando me lo obsequies de corazón.- asintió Lily, sonriendo con dulzura.- Aunque créeme que no necesito que me des algo, no soy una interesada que sólo te busca por tu dinero.
- Eso lo sé perfectamente.- dijo Genzo, antes de besarla.- De no ser así, no estaría contigo, Yuri.
El tren llegó al andén, haciendo inminente la despedida de la pareja. Genzo y Lily se besaron con intensidad y se abrazaron con fuerza antes de que él tuviera que soltarla para abordar. Antes de subir, sin embargo, él se giró para hacerle un último comentario.
- Seguimos juntos en esto.- dijo Wakabayashi.
- Para siempre.- respondió Lily, sonriendo.
Mientras el tren salía de la estación, Lily se preguntó durante cuánto tiempo más podrían mantener una relación como la suya en donde sus lealtades, tarde que temprano, podrían interferir seriamente entre ellos. ¿Qué sucedería si el Bayern conseguía proclamarse nuevamente como campeón de la Bundesliga, dejando de lado a Genzo y su sed de triunfo con el Hamburgo? ¿El amor que había entre él y Lily podría ser más fuerte que la frustración que el portero pudiera llegar a sentir ante el fracaso? Sólo el tiempo lo diría.
Una vez de regreso en su departamento, Lily encontró a Elieth y a Leonardo preparando el desayuno. Por lo que alcanzó a escuchar de la conversación, él estaba contándole a la rubia un suceso que presenció la noche previa en el hospital, cuando fue a buscar a Leo para pedirle hospedaje en vista de que ni su hermana ni su ex novia se dignaron a contestar sus teléfonos.
- Y de sólo pensar que fue porque estaban revolcándose con sus novios me da más coraje.- dijo Leonardo, frunciendo el ceño.
- A ver, ya te dije que Schneider NO es mi novio y que NO estaba revolcándome con él.- protestó Elieth.
- ¿Siguen con eso?.- inquirió Lily mientras se disponía a poner la mesa.- Leo, si me hubieras avisado con tiempo que vendrías, habría estado más al pendiente del teléfono.
- Ni así lo hubieras estado pero al menos él tendría más justificación para quejarse.- replicó Elieth, llevando lo que había preparado a la mesa.
- En fin, ¿qué estabas contándole a Eli, Leo?.- quiso saber Lily.- ¿Qué llegó una actriz famosa al hospital anoche?
- Sí, así fue.- asintió Leonardo.- Olga Schwartz creo que se llama.
- He escuchado hablar sobre ella, es relativamente famosa por sus películas y series de televisión.- señaló Elieth.- No sabía que estaba en Múnich.
- Yo sí, se hospedó en el mismo hotel en donde se quedó Genzo, la vimos en dos o tres ocasiones.- señaló Lily.- De hecho, esa mujer nos ayudó a pasar desapercibidos; considerando que es más famosa que Genzo, los reporteros estaban más interesados en ella que en nosotros. ¿Qué pasó con Olga Schwartz en el hospital que es tan digno de mención?
- Bueno, pues estaba contándole a Elieth que esa mujer fue específicamente a buscar a la novia de mi tocayo.- explicó Leonardo.- Estaba hablando con ambos anoche porque, como dije, sólo él se dignó a contestar mi llamada así que fui a buscarlo al hospital, Leo acababa de presentarme a su novia cuando una enfermera llegó a decirle a ella que Olga Schwartz la buscaba.
- ¿Me estás diciendo que la famosa Olga andaba buscando a Gwen?.- Elieth abrió los ojos por la sorpresa.- ¿Específicamente a ella?
- Sí, ni Leo ni yo entendimos por qué.- asintió Leonardo.- Lo que nos llamó la atención fue que Gwen puso muy mala cara cuando la enfermera le dio el recado de la Schwartz, parecía que iba a desmayarse, se puso tan mal que Leo tuvo que decirle a la enfermera que ella no podría atender a la señora Schwartz pero que con gusto él lo haría. La enfermera se fue a dejar el mensaje, regresó y avisó que la Olga no quería que nadie más que Gwen la recibiera así que se marchó, asegurando que volvería en otra ocasión. No sé bien qué pasó ahí pero ella no quiso hablar más del asunto por mucho que Leo le insistió. Yo le dije a mi tocayo que quizás Gwen estaba ofuscada porque yo me estaba presente así que por eso me vine a buscarlas temprano, para que él pudiera hablar con su novia sin interrupciones.
- Vaya, que todo esto me resulta de lo más peculiar.- Elieth comprobó que Lily estaba tan asombrada como ella.- ¿Por qué querría alguien como Olga Schwartz ver a nuestra Gwen?
- Ésa es una buena pregunta, pensé que ustedes lo sabrían.- replicó Leonardo, encogiéndose de hombros.- Habrá que preguntarle a Leo si pudo averiguar algo.
- Todos querremos saber qué pasó ahí. Como sea, cambiando el tema a algo que sí me puedes responder, ¿vas a decirme qué estás haciendo en Múnich y por qué nadie me avisó que venías para acá, Leo?.- quiso saber Lily, presintiendo que no le iba a gustar la respuesta.- Hablé con mamá hace poco y no me avisó que pensabas venir.
- Lo cual es bastante raro considerando que Leonardo lleva dos meses en Alemania.- señaló Elieth, inmediatamente.
- ¿Qué?.- Lily se escandalizó.- ¿Es una broma? ¡Dos meses! ¿Cuándo pensabas avisarme, caramba? ¿Y por qué mamá no me dijo nada?
- Es una larga historia.- Leonardo puso cara de circunstancias.- Pero no quiero contarla ahora. ¿Podríamos desayunar sin problemas? Después de haber comido puede que tenga más ganas de hablar.
Lily y Elieth se miraron entre sí y suspiraron; Leonardo no estaba muy dispuesto a confesarse así que lo dejaron en paz por el momento. Durante el desayuno, fueron ellas quienes contaron qué había sido de sus vidas en las últimas semanas aunque Leonardo más o menos estaba enterado gracias a los artículos de Sport Heute y de Blind, que él tan diligentemente había leído. Leonardo estaba feliz de ver que su hermana estaba en vías de conseguir su sueño y de que Elieth hubiese logrado convertirse en uno de los reporteros cuyo criterio futbolístico más se apreciaba en Alemania.
- Sabía también que sales con Wakabayashi, era difícil que no me enterara de eso, hermanita, con el escándalo que se hizo.- señaló el joven.- Lo que no sé es qué tan serio es. ¿Va para algo verdadero o es un simple affair?
- Me preguntas cosas que ni yo misma sé.- suspiró Lily.- Como si andar con un famoso fuese algo simple, ellos no se rigen por las mismas reglas que sigue la gente normal.
- ¿Ah, no?.- cuestionó Leonardo, levantando una ceja.- ¿Y por qué no, sólo por ser famosos?
- Pero por supuesto, es bien sabido que los futbolistas son dados a andar con modelitos o actrices.- acordó Elieth.- Aunque claro, no es el caso de Genzo pero él es diferente, es seguro que se siente muy feliz contigo, Lapinette.
- Mira, hermanita, tú sabrás lo que haces pero como le dije a Wakabayashi, si juega contigo voy a romperle la cara porque me importa un carajo que sea futbolista profesional, si quiere estar contigo tiene que comportarse como un hombre decente.- replicó Leonardo.- Si me basara en lo que ha dicho el Ciego sobre ustedes, creería que él te busca para sacarte información sobre el Bayern Múnich pero llevo tiempo suficiente leyendo esa basura para darme cuenta de que no son más que mentiras disfrazadas de noticias, así que espero que sea mentira eso de que él está usándote.
- No lo hace y si quieres después podemos hablar más sobre Genzo.- suspiró Lily.- Siempre y cuando pienses quedarte aquí el tiempo suficiente.
- Pues no tengo un plan a largo plazo así que podría hacerlo.- Leonardo se encogió de hombros.- Y por cierto, Eli, es mentira que los futbolistas sólo andan con actrices o modelos, tú no eres ninguna de las dos cosas y estás con uno, ¿o no?
- No sé de qué hablas.- Elieth se puso colorada.- Yo no ando con ningún futbolista, lo que sucedió con Schneider fue… producto del momento, nada más.
- O sea que sí pasó algo con Karl.- señaló Lily, con malicia.- Ya se me hacía que era bastante extraño que él estuviese aquí tan temprano, era obvio que se quedó a dormir contigo. Pero así como dices que Gen es diferente, Karl también lo es, Gatita, lo conozco lo suficiente para asegurar que no es un superficial al que sólo le interesan las modelos o actrices.
- Ay, por favor, si seguramente lo que ocurrió anoche lo hizo para pasar el rato.- replicó Elieth, desviando la mirada.- ¿Por qué he de gustarle? No estoy al nivel de una famosa.
- Eso no es cierto, yo anduve contigo y puedo constatar que vales mucho más que cualquier famosa descerebrada.- la contradijo Leonardo.- Y por lo que vi, ese tipo está muy interesado en ti.
- Sí, como sea.- Elieth se puso en pie y recogió su plato.- Disculpen que los deje solos pero recordé que debo ir a Sport Heute hoy.
- ¿Dije algo malo?.- preguntó Leonardo, en voz baja.
- Sólo la verdad, que no quiere escuchar.- suspiró Lily.
Cuando los hermanos se quedaron a solas, Lily inició el arduo trabajo de convencer a Leonardo de que le contara qué estaba haciendo en Múnich y por qué no le avisó antes que ya llevaba un par de meses viviendo en Alemania. El joven, después de mucha insistencia, aceptó revelar que había tenido una pelea intensa con su padre que lo impulsó a dejar el país y que había acabado en Europa porque el primer vuelo disponible que encontró en el Aeropuerto de la Ciudad de México fue uno que iba para Frankfurt. Leonardo no tenía un plan establecido, sólo había huido para escapar de la presión y había sobrevivido en Alemania aceptando trabajos temporales.
- ¿No crees que fue excesivo irte de México sólo porque peleaste con papá?.- preguntó Lily, preocupada.- ¡Y no sólo abandonaste el país sino también el continente!
- Quizás, pero no me arrepiento.- contestó Leonardo.- Desde hace mucho que debí haberme ido de la casa de nuestros padres, Lily, y lo sabes; nuestro padre ha estado presionándome mucho porque soy un bueno para nada, según él, y me he hartado de decirle que sólo busco mi oportunidad.
- Supongo pero… .- Lily suspiró.- ¿Tienes una idea de lo que quieres hacer? ¿Piensas volver a México o vas a establecerte aquí?
- No lo he pensado, me he estado dejando llevar.- Leonardo miraba con parsimonia hacia un punto en la pared.- Leo me ofreció conseguirme un trabajo en el hospital, quizás lo acepte mientras decido qué quiero hacer con mi vida.
- También podría buscar algo para ti en el Bayern Múnich, si te interesa.- sugirió Lily, ansiosa.
- Gracias, te lo agradecería mucho.- aceptó el joven.- Leo me ha ofrecido vivir con él y voy a aceptar su ofrecimiento. Quién sabe, quizás aquí encuentre mi camino.
Tras hablar con su hermano, Lily se sintió más tranquila; más tarde llamaría a sus padres para avisarles que Leonardo estaba en Múnich y preguntarles por qué no la habían puesto al tanto de lo ocurrido con éste. Leonardo, por su parte, pensó que sería interesante quedarse en Múnich durante un tiempo; quién sabe, tal vez podría volver a ver a la chica de la estación, la preciosa rubiecita alemana que tan amablemente lo ayudó.
"Aunque sé bien que es casi imposible que me encuentre con ella de nuevo, Múnich es enorme y quizás ella sólo estaba de paso en la ciudad", pensó él, sin saber aún que el objeto de sus deseos estaba más cerca de lo que creía.
La pausa de la Bundesliga terminó por fin y los dieciocho equipos participantes regresaron a entrenar a sus respectivas instalaciones. En el Bayern Múnich, lo primero que hizo Rudy Frank fue llamar a Lily para la pospuesta reunión que tenía programada con ella y a la cual invitó también al Dr. Stein. Lily estaba nerviosa por lo que podría decirle el entrenador, temía que decidiera sacarla de manera definitiva del cuerpo médico y eso la asustaba. El Dr. Stein pareció pensar en lo mismo porque, mientras se dirigían a la oficina del mánager, aprovechó para decirle a su pupila que él defendería su trabajo de ser necesario, palabras que, si bien iban encaminadas a confortarla, la hicieron sentir peor. Sin embargo, el señor Schneider se veía muy tranquilo esa mañana, relajado como pocas veces había estado y con muchas ganas de reiniciar el trabajo duro, no parecía ser alguien que estaba a punto de despedir a uno de sus empleados. Una vez que los dos médicos tomaron asiento, Rudy Frank decidió ir al grano para no perder el tiempo.
- Doctora, te he mandado llamar porque debemos tratar el asunto de las labores que realizas actualmente con el equipo.- comenzó el entrenador.- Sabemos que están muy limitadas debido a las sanciones que se te impusieron por hechos pasados las cuales ahora veo que fueron excesivas. Sin embargo, espero que comprendas que, en su momento, la directiva y yo queríamos asegurarnos de que no ibas a traicionar al equipo pero ahora estoy seguro de que eres muy leal a tu trabajo y por eso es que voy a quitarte esas restricciones.
- ¿En verdad?.- soltó Lily, sin poder contenerse.
- Sí, estoy hablando en serio.- Rudy Frank esbozó una sonrisa.- ¿Por qué te sorprende? ¿Por haber acudido al partido entre Alemania y Japón usando una camiseta del portero del equipo asiático?
- Veo que ese detalle no le pasó desapercibido.- Lily enrojeció por la vergüenza y el Dr. Stein ahogó una carcajada.
- Verás, Lily, por mucho que pretendamos que sí, lo cierto es que nosotros, como club Bayern Múnich que somos, no tenemos autoridad para decirte qué debes hacer con tu vida fuera de la organización.- respondió el señor Schneider.- Obviamente, no aceptaremos que ninguno de nuestros miembros use la playera de un club rival ni que lo apoye abiertamente ni siquiera cuando no está trabajando pero no podemos impedirte que te pongas la camiseta de una Selección Nacional ni que apoyes a Wakabayashi cuando ése juega con Japón. Además, tampoco tenemos derecho a prohibirte que salgas con alguien que pertenezca a otro equipo, aunque te haya dicho que sí podíamos hacerlo.
- ¡Oh!.- Lily tuvo ganas de decir muchas cosas pero se contuvo.- Entiendo.
- De cualquier forma, admito que cometimos un error contigo y por eso es que he hablado con la directiva para solicitar que seas reincorporada desde hoy a las labores que hacías con anterioridad.- continuó el entrenador Rudy Frank.- Tenemos muchos compromisos por delante y necesitamos que el cuerpo médico trabaje al cien por ciento con todos sus integrantes, incluyéndote. Además, no falta mucho para que el FC Bayern Campus comience a funcionar y necesitaremos médicos allá y aquí, en Säbener Straße, así que mientras más personal tengamos será mejor. Doctor Stein, lo hice llamar a usted también para que esté enterado de estos cambios y reintegre a la doctora Del Valle al equipo.
- Como usted ordene, entrenador Schneider.- el Dr. Stein esbozó una sonrisa.
- Muchísimas gracias por la oportunidad, entrenador.- añadió Lily, feliz.- No se va a arrepentir.
- No hay nada qué agradecer, doctora.- señaló Rudy Frank.- Bien, eso es todo, gracias a ambos por su tiempo.
- Entrenador, hay algo que quiero pedirle si no es demasiado atrevimiento.- dijo Lily, poniéndose en pie.
- ¿De qué se trata?.- quiso saber el hombre.- Espero que no quieras pedir un aumento salarial.
- No, no es eso.- Lily sonrió.- Es un favor pero no para mí sino para mi hermano, él acaba de llegar a Múnich y está buscando trabajo, así que me preguntaba si usted no podría conseguirle algo aquí. No pide mucho, sabe hacer de todo y es cumplido con sus labores.
- Oh, no lo sé, tendría que ver en dónde podría acomodarlo.- Rudy Frank frunció el ceño.
- No tiene que ser un puesto alto ni especializado, sólo quiere un empleo que le dé de comer.- continuó Lily.- Hasta de recogepelotas puede meterlo, o de jardinero o de conserje, mi hermano no es exigente y sabe que tendría que empezar desde abajo.
- Bueno, en ese caso, veré qué tenemos disponible para él.- aceptó el hombre.- Te informaré si hay algo que sirva, Lily.
- Muchas gracias, entrenador.- agradeció la muchacha.- Usted es verdaderamente un buen hombre.
- Puedes dejar de lisonjearme que de todas maneras ya te quité el castigo.- replicó Rudy Frank aunque sonreía.
Lily sintió que le temblaban las piernas cuando salió de la oficina, no podía creer que el mánager decidiera quitarle su sanción. ¡Sin duda que sus esfuerzos por demostrar su lealtad al Bayern Múnich habían rendido frutos! Ahora el entrenador no sólo confiaba en ella sino que esperaba que siguiera formando parte del equipo a largo plazo, la mención al FC Bayern Campus así se lo hizo saber ya que faltaban cuando menos dos años para que éste entrara en funcionamiento.
- Muy bien, Lily, felicidades.- dijo el Dr. Stein, palmeándole la espalda.- ¿Ya estás lista para volver al ruedo?
- Por supuesto.- asintió Lily.- ¡Llevo deseando esto desde hace mucho tiempo!
- Ni siquiera debieron haber limitado tus actividades, Lily, nunca diste muestras de traición pero en fin.- soltó el Dr. Stein, encogiéndose de hombros.- A veces el señor Rummenigge puede llegar a ser muy paranoico.
- El entrenador Schneider ha hablado del FC Bayern Campus pero tenía entendido que falta mucho para que terminen de construirlo y equiparlo, ¿no es así?.- cuestionó Lily.
- No tanto, quizás esté listo en menos de un año.- negó el galeno.- Una de las razones por las que me contrataron fue precisamente porque quieren que me adapte cuanto antes al equipo para estar preparado cuando el Campus entre en funcionamiento.
El FC Bayern Campus sería la nueva residencia canterana del Bayern Múnich y estaría ubicada en un terreno muy cercano al Allianz Arena, a diferencia de las instalaciones de Säbener Straße; con un tamaño de 30 hectáreas, la nueva residencia del Bayern dispondría de 8 campos de fútbol, un pabellón multiusos, la residencia para los jugadores y varios edificios administrativos. La idea era que el nuevo Bayern Campus sustituyera en gran medida a las instalaciones de la Säbener Straße aunque éstas no quedarían en desuso cuando el Campus echara a andar por lo que se necesitaría del doble de personal para cubrir ambos lugares; el que Rudy Frank contemplara a Lily para trabajar en dicho Campus indicaba que esperaba contratarla una vez que acabara sus prácticas. Bueno, que era demasiado pronto para hacerse ilusiones pero no estaba mal soñar un poco.
La noticia de que se le había levantado el castigo a Lily se corrió muy rápido entre los jugadores, o quizás era que simplemente Karl ya lo sabía y se lo comentó a los demás pues, cuando la doctora Del Valle se presentó al entrenamiento, Sho y Levin ya la estaban esperando para felicitarla. La chica agradeció sus muestras de apoyo porque ellos fueron de los pocos jugadores que siempre creyeron que ella no había traicionado al equipo.
- Me da gusto que estés completamente de regreso.- señaló Sho, con una sonrisa.- Y ahora que ya hemos hablado de lo importante, pasemos a lo morboso: ¿Sabes por qué Schneider trae esa sonrisa de felicidad pegada a la cara?
- ¿Sonrisa de felicidad?.- Lily enarcó mucho las cejas.
- Sí, desde que llegó anda sonriéndole a todo el mundo, siendo amable y cortés con las personas con las que se topa y, en honor a la verdad, nos está asustando mucho.- explicó Levin.
- Le hemos preguntado qué mosca le picó y dice que ninguna, que sólo está feliz por haber regresado a entrenar.- añadió Shunko.- ¿La verdad? No le creo nada, tiene la cara que pone un hombre que ha tenido sexo.
La doctora, sin poder evitarlo, se echó a reír a carcajadas porque sabía que Sho tenía razón aunque no podía decirlo, ella no iba a andar anunciándole a todo el mundo que el Káiser de Alemania había tenido sexo con su mejor amiga. Sin embargo, obviamente Sho y Levin la miraron con extrañeza y Lily se dio cuenta de que tendría que inventarse algo para no levantar sospechas.
- Pareces saber mucho del tema, Sho.- señaló ella cuando se calmó.- ¿Así andabas tú después de acostarte por primera vez con Nela y por eso lo dices con tanta seguridad?
- Supongo.- Sho esbozó una sonrisa ladina.
- Pues tendré que preguntarle directamente a Karl, entonces.- replicó Lily, fingiendo demencia.- A ver si a mí sí quiere decirme la verdad.
No fue sino hasta la primera pausa del entrenamiento cuando Lily pudo acercarse a Karl sin temor a que alguien los escuchara pues el joven se había quedado practicando a solas sus disparos, tenía aún tanta energía que no quería detenerse a descansar. El alemán, al ver a su amiga acercarse, supo de inmediato cuál sería el tema que ella quería tratar pero trató de evitarlo lo más que pudo.
- Ey, Lily, felicidades.- fue Karl quien habló primero.- Ya supe que te quitaron el castigo.
- Gracias, Schneider.- sonrió ella.- ¿Tú tuviste algo que ver en esto?
- No, mi padre se dio cuenta por sí solo de que había cometido un error contigo.- negó Karl.- Además, ya te había prometido que no me metería en tus asuntos, ¿recuerdas?
- Sí, lo recuerdo y te agradezco que no hayas intervenido.- aceptó Lily.- Me hace feliz saber que tu padre ha aceptado al fin que le soy leal al Bayern.
- Bueno, no es un hombre tonto, sólo es despistado en cuanto a cuestiones amorosas se trata.- rió Schneider, poniéndose a hacer fintas con un balón.- Espero que sepas aprovechar tu oportunidad.
- Así será.- asintió ella.- Sabes, hay algo de lo que quiero hablarte…
- ¿De tu hermano?.- Karl trató de desviar el tema.- No sabía que tenías uno, por cierto.
- Bueno, nunca tuve la oportunidad de comentarlo.- ella se encogió de hombros.
- Pero vamos, que tú ya conoces a mi hermana Marie y tú no fuiste capaz de decirme que tienes un hermano.- replicó Karl, sin dejar de jugar con el balón.
- En realidad tengo dos, una hermana y un hermano, pero eso no importa realmente.- señaló Lily.- La verdad es que fue toda una sorpresa llegar al departamento y ver que Leonardo estaba ahí hablando con Elieth.
- ¿Es cierto que ellos fueron novios?.- Schneider no pudo evitar que lo traicionara el pensamiento.
- Oh sí, pero eso sucedió hace muchos años.- respondió Lily, sin darle mucha importancia.- Ya ni me acordaba.
- Pero, por lo que vi, él sí lo recuerda.- Karl frunció el ceño.- ¿Qué tan seria fue su relación?
- No lo suficiente como para que perdieran su amistad.- aclaró Lily.- Creo que sólo confundieron sus sentimientos. No es para menos, a mí me pasó con el hermano de Elieth, pasé tanto tiempo con él que fue normal pensar que lo quería como algo más pero en algún momento me di cuenta de que no es así. A Leonardo y Elieth les pasó lo mismo, por eso es que no llegaron muy lejos como pareja.
- Ya veo.- Karl no se veía muy convencido.- ¿Y qué vino a hacer tu hermano a Alemania? ¿Viene de visita?
- No, es algo más complicado que eso pero… .- Lily se sintió un tanto incómoda.- Eh, lo siento, es que es un asunto familiar del cual no me han hecho partícipe y no sé qué tan grave es, Leonardo no ha sido totalmente sincero conmigo.
- Lo siento, no quise incomodarte.- el alemán al fin dejó el balón en paz.
- No te preocupes.- negó la chica.- Le he pedido a tu padre que lo contemple para un puesto laboral aquí, espero que no te moleste.
- No tendría por qué.- replicó Karl.- Siempre y cuando se mantenga alejado de Elieth.
- Bueno, ya que la has mencionado, me gustaría preguntarte qué planes tienes con respecto a mi mejor amiga.- Lily agarró la oportunidad al vuelo.- No creas que no sé que ya te acostaste con ella. ¿Para eso querían que los dejáramos solos?
- Ey, que fueron Wakabayashi y tú los que tenían prisa por irse.- Karl enrojeció vivamente.- ¿Y quién te dijo que dormí con Elieth, en todo caso?
- Ella misma se delató, tal y como lo has hecho tú ahora, así que no te sirve negarlo.- Lily soltó una carcajada.- Ya en serio, Karl, me caes muy bien y te aprecio pero no voy a dejar que juegues con mi amiga. Digo, si los dos hicieron alguna especie de trato para tener sexo sin compromiso está bien, no soy quién para juzgarlos, pero si no han llegado a un acuerdo no sería justo que estuvieras jugando con ella sin aclarárselo.
- No, Lily, no hemos hecho ninguna especie de trato.- Schneider la miró con cara de "¿Estás bromeando?".- Y yo no estoy jugando con ella ni quiero hacerlo.
- ¿De verdad?.- Lily enarcó una ceja, sorprendida.- ¿Entonces qué es lo que quieres de Elieth?
Schneider suspiró; se había dado cuenta de que no iba a poder seguir engañando a Lily por mucho tiempo, o mejor dicho, no quería seguir negando sus verdaderos sentimientos aunque tampoco estaba dispuesto a gritárselo al mundo. Sin embargo, sí deseaba sincerarse con alguien y si estaba preparado para hacerlo, ¿con quién mejor que con Lily, que había demostrado ser una buena amiga? Así pues, Karl miró a su alrededor para asegurarse de que nadie los estaba escuchando antes de continuar:
- Lily, lo que voy a decirte no puedes contárselo a nadie, ni siquiera a la misma Elieth.- comenzó él, muy serio.- Así que espero que guardes el secreto sin necesidad de que tenga que pedírtelo. La verdad es que me he enamorado de Elieth.
- ¡Sí!.- gritó Lily, alzando los brazos en un gesto de triunfo y haciendo que muchas personas se giraran para mirarlos.- ¡LO SABÍA!
- ¡Baja la voz!.- pidió Schneider, tomándola por un brazo.- ¿Qué es lo que te acabo de decir con respecto a que es un secreto aún?
- ¡Lo siento!.- se disculpó la chica, bajando la voz.- Es solo que me ha emocionado tanto… ¡Yo sabía que ustedes harían una bonita pareja!
- Sí, bueno, pues aún estamos lejos de serlo.- suspiró Karl.- Empezando porque tu amiga es de lo más esquiva y no he podido hablar con ella acerca de lo sucedido. Le envié un par de mensajes por chat, intenté llamarle por teléfono y Elieth ha sorteado fácilmente mis intentos de comunicarme. ¿Por qué tiene que ser tan escurridiza?
- ¿Qué? ¿En serio?.- Lily puso los ojos en blanco.- ¡Ay, válgame con esa mujer! Voy a tener qué hablar con ella muy seriamente sobre este asunto.
- ¿Qué parte de "no puedes decírselo ni siquiera a Elieth" no te ha quedado clara?.- bufó Karl, indignado.- ¡Te estoy diciendo que guardes el secreto, no quiero que ella se entere por ti que la amo!
- Ey, que eso me ha quedado muy claro pero te recuerdo que Eli me dijo que durmió contigo, pensaba preguntarle por sus sentimientos y no decirle los tuyos, tonto.- replicó Lily, cruzándose de brazos.- Después de todo, yo soy su mejor amiga y tiene que contármelo todo.
- Oh, no, todo no.- negó Karl, avergonzado.- ¿Qué ustedes, las mujeres, no tienen pudor?
- Por favor, como si los hombres no hablaran de esas cosas.- Lily bufó.- De cualquier manera no me refería a eso sino a la cuestión sentimental. ¿Qué vas a hacer entonces, si ella no quiere hablar contigo?
- Seguir insistiendo.- respondió Karl, decidido.- En algún momento tendrá que aceptar verme, lo quiera o no, y de acuerdo a su reacción juzgaré si será oportuno declararme o si tendré que usar otra estrategia.
Conociendo a Elieth, seguro era que el Káiser tendría que usar otra técnica para acercarse a ella, pero aun así Lily estaba convencida de que ella también lo amaba a él, a pesar de que Eli nunca se lo hubiera confesado directamente. Y si hiciera falta algún empujón para animar a la francesa a sincerarse, Lily estaba dispuesta a dárselo.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Hamburgo.
Tal y como Genzo lo creyó, el que Zeeman no le avisara directamente que el entrenamiento se adelantaría fue una mala señal. El mánager del Hamburgo no contó mucho con la participación de Wakabayashi en la práctica y en vez de eso se valió de Schwaizer para armar la estrategia del próximo encuentro a disputar. El sentimiento de felicidad que Genzo había tenido en Múnich al estar con Lily iba desapareciendo conforme iba avanzando el entrenamiento; muy a su pesar tuvo que reconocer que la fractura entre el equipo y él, que tanto anunciaban los medios, estaba muy próxima, más de lo que creyó. Sin embargo, Wakabayashi no iba a dejarse vencer, se lo había prometido a Lily, a Kaltz, a Elieth y, más importante, se lo había prometido a sí mismo, que ganaría la Bundesliga con el Hamburgo y estaba decidido a hacerlo, sin importar cuántos obstáculos tuviera que sortear en el camino.
Kaltz, a su vez, tampoco se encontraba del mejor humor. Ya había leído el artículo de Blind y algunos malintencionados le habían hecho comentarios cizañosos al respecto. El joven había pretendido ignorar el asunto pero Genzo, que lo conocía bien, sabía que él estaba muy afectado por dicha nota. Durante una pausa en la que se encontraron a solas, Wakabayashi se acercó a Kaltz y le preguntó si podía ayudarlo en algo ya que lo notaba decaído y Kaltz había contestado que sí había un tema en específico que lo molestaba pero que no quería importunar al portero con pequeñeces. Genzo, por respuesta, había dicho que ellos eran amigos sin importar que llegaran a enfrentarse en el campo de juego de vez en cuando y que siempre podía contar con él para cualquier cosa, por mínima que fuera.
- Gracias, Gen.- había contestado Kaltz, con una sonrisa triste.- Nada me dará más gusto que hablarte de eso que tanto me incomoda pero será cuando nos encontremos en un sitio menos concurrido que éste, los chismosos podrán ser ciegos pero no sordos.
Con estas palabras, Wakabayashi concluyó que lo que estaba molestando a Kaltz era, efectivamente, el artículo de Blind. ¿Qué otra cosa podría ser, si no? La nota daba a entender que ninguna mujer con dos dedos de frente se enamoraría de él y esto deprimiría hasta al más optimista. "Un día de éstos", se dijo Genzo, "voy a romperle la cara al imbécil que está usando nuestras vidas privadas como actos circenses". Ciertamente que por el momento él no podría ir a descargar los puños contra el reportero de Blind pero no necesitaría ir tan lejos para pelearse con alguien.
Ëkdal estaba particularmente fastidioso ese día, quizás debido a que Zeeman estaba dejando de lado a Wakabayashi, quizás porque quería sacar a éste de sus casillas, quizás por ambas cosas. Sea como fuere, aquél fallaba a propósito los toques de balón que iban dirigidos a Wakabayashi con el afán de hacerlo quedar mal pero éste encontró la forma de corregir los errores del noruego. Al finalizar el entrenamiento, el portero se acercó al libero con toda la intención de hablar con él, no de su desempeño futbolístico sino más bien de Lily Del Valle.
- Ëkdal, hay algo que quiero hablar contigo.- soltó Wakabayashi, sin preámbulos.- No es un asunto que pueda posponerse para después.
- ¿Ah, sí?.- el noruego esbozó una sonrisa maliciosa.- ¿Sobre qué quieres hablarme, Wakabayashi?
- Sabes bien de qué.- replicó el otro.- De la doctora Del Valle, no creas que me han pasado desapercibidos los acercamientos que has tenido con ella en los últimos partidos en los que ha estado.
- No sabía que estaba prohibido acercarse a ella.- contestó Alder, insolentemente.
- Lo está si vas con segundas intenciones.- Wakabayashi frunció el ceño.- Quizás ella no se haya dado cuenta o quizás no quiera saberlo pero yo sé que tus intenciones con la doctora Del Valle no son buenas y no te voy a permitir que te pases de listo.
- ¿Cuál es tu problema, Wakabayashi?.- rebatió Ëkdal, retador.- ¿En qué te afecta que le hable?
- ¿Cuál es el tuyo?.- cuestionó Genzo, en el mismo tenor.- Me afecta por el hecho de que ella es mi novia y no voy a tolerar que sigas acosándola.
- No sabía que Lily ya es tu novia.- el líbero frunció el ceño.- ¿Desde cuándo?
- No te importa.- contestó Genzo, con frialdad.- Te basta saber que lo es y que te conviene mantenerte alejado de ella.
- ¿Ah, sí?.- Ëkdal no se amilanó por el tono que usó el portero.- ¿Y si no se me antoja alejarme? Lily me gusta mucho, quizás te la quite.
- ¡Como si eso fuera posible!.- exclamó Genzo, con altanería.- La doctora Del Valle no es idiota.
- ¿Así le llamas a la chica que se supone que es tu novia?.- se burló Ëkdal.- Pobre, no sabe con qué clase de iceberg se ha metido, se merece algo mejor.
- ¿Y tú pretendes ser "mejor" que yo para ella?.- Genzo esbozó una sonrisa sarcástica.- ¿En basé a qué? Ni siquiera la conoces lo suficiente.
- No necesito conocerla para que me guste.- replicó el noruego.- Es linda y tiene buen cuerpo, es lo único que necesito.
- ¿De verdad crees que voy a dejar que un tipejo se le acerque a mi novia para intentar conquistarla sólo para acostarse con ella un rato?.- Wakabayashi apretó los puños, realmente enojado.- Será mejor que te mantengas alejado o te pesará.
- ¿Qué me vas a hacer si te digo que no se me pega la gana alejarme de Lily?.- preguntó Alder, en actitud provocadora.- ¿Y si te digo que he estado planeando dejarme caer por Múnich para verla? ¿Cómo me lo vas a impedir, Wakabayashi?
- Te lo advierto.- la voz de Genzo era glacial.- O la dejas en paz o te haré pedazos.
- Pues tendrás que hacer algo más que amenazarme porque no será suficiente.- replicó Ëkdal al tiempo que lanzaba un puñetazo al rostro del guardameta.
Sin embargo, Genzo había practicado box el tiempo suficiente para poder esquivar sin problemas el derechazo de Alder tras lo cual le regresó el golpe con mucha fuerza. Ëkdal alcanzó a moverse y Wakabayashi sólo consiguió herirlo parcialmente en la mandíbula aunque la fuerza del impacto hizo que aquél cayera de espaldas.
- ¿Te basta con eso o quieres más, Ëkdal?.- bramó Genzo.- ¡Ponte en pie para que acabe de darte lo que te mereces!
- ¡Como quieras, Wakabayashi!.- Alder se levantó y lanzó un golpe a la cara de Genzo, que éste pudo esquivar nuevamente para encajar un derechazo en el pómulo izquierdo del noruego.
Ëkdal no quería darse por vencido aún y continuó agrediendo a su oponente con puños y rodillas, tratando de encontrar una manera de lastimar a Wakabayashi aunque éste no estaba dispuesto a dejarse vencer. Los demás jugadores se apresuraron a separarlos aunque Kaltz tuvo la impresión de que Ëkdal no estaba esforzándose en pelear, como si lo único que hubiera estado buscando era sacar a Wakabayashi de sus casillas. El suceso no pasó desapercibido para Zeeman, por supuesto, quien se acercó rápidamente a los jóvenes en cuanto se enteró de lo que estaba sucediendo, tan furioso que parecía que echaba chispas.
- ¡Wakabayashi, Ëkdal, basta ya de estupideces!.- gritó.- ¡En vez de estar riñendo como imbéciles deberían de estar mejorando su desempeño, que deja mucho que desear! ¡No voy a aceptar este tipo de comportamiento en ningún jugador, que sea la última vez que pelean o me encargaré de que la directiva les rescinda los contratos!
- Lo lamento, entrenador.- respondió Wakabayashi, sujetándose la muñeca que al parecer se había torcido durante la pelea.- Me disculpo por mi comportamiento.
- Igual yo.- masculló Ëkdal aunque no parecía tan sincero.
- Wakabayashi, estás en la cuerda floja, no lo olvides.- Zeeman descargó su enojo contra el guardameta.- No me tienes muy contento desde el partido contra el Bayern, no voy a tolerar que sigas boicoteando al equipo, más vale que mantengas un comportamiento adecuado o acabará todo para ti.
Zeeman no quiso ni escuchar los comentarios de los testigos que aseguraban que Ëkdal había tenido la culpa; no se trataba de quién había comenzado el asunto, se trataba del hecho de que el entrenador ya estaba harto de la rebeldía de Genzo Wakabayashi y de que era hora de ponerle un alto definitivo.
"Todo ciclo tiene un principio y un fin y aquí se ha acabado el tuyo, Wakabayashi".
A pesar de todo, Ëkdal estaba satisfecho pues había conseguido su propósito de haberle dejado en claro a Genzo que Lily Del Valle le gustaba y que no se la iba a ceder tan fácilmente, ignorando por completo el hecho que la decisión era de ella y no de él. El noruego no iba a alejarse de la mexicana sólo porque el japonés así lo quería, Alder ya había puesto sus ojos en Lily y no iba a descansar hasta hacerla suya, sin importarle que tuviera que quitar a Genzo del camino.
Lo peor para Genzo Wakabayashi estaba apenas por venir.
Notas:
- *Como ya lo había dicho anteriormente, Blind significa "ciego"; así pues, Leonardo y Kaltz hacen juegos de palabras para referirse a esta revista y no mencionar directamente su nombre, manifestando así su rechazo a la misma.
- El FC Bayern Campus realmente existe y se inauguró oficialmente el 1 de agosto de este año (2017).
