Capítulo 29.
Hamburgo.
Hermann Kaltz contemplaba con parsimonia a su amigo mientras éste se quitaba la venda de la muñeca izquierda. Wakabayashi no tenía lesiones de gravedad, tal vez su muñeca ni siquiera ameritaba un vendaje pero el médico del equipo sí consideraba necesario que mantuviera la compresión durante unos días.
- ¿No crees que deberías de dejártela unos días más?.- preguntó Kaltz aunque ya sabía qué le respondería su amigo.
- No es necesario.- negó Genzo, frotándose la muñeca afectada.- Casi no siento molestias ya.
- Sospecho que tu novia diría que la palabra clave es "casi".- replicó Kaltz, esbozando una sonrisa sardónica.- Pero en fin, tú sabrás si quieres agregarle una lesión mal tratada a tus problemas.
- Como si no tuviera suficientes.- Wakabayashi hizo una mueca.- Maldito Ëkdal, me provocó a propósito con el único tema con el que puede sacarme de quicio.
- A mí no me queda muy en claro por qué Ëkdal le ha puesto el ojo a tu chica, no creo que haya hablado alguna vez con ella, ¿o sí?.- expresó Kaltz.
- Se han visto un par de veces, precisamente en los partidos en los que la doctora Del Valle ha ido a apoyarme.- Genzo frunció el ceño.- Ella le gusta porque es hermosa, directamente me lo dijo.
- ¡Ja! Me parece que ése es un argumento muy flojo para querer quitarte a la novia.- replicó Kaltz, enojado.- ¿Por qué las personas se tienen que fijar sólo en el físico?
- Porque son excesivamente idiotas.- contestó Genzo, muy serio, dándose cuenta de por dónde iba el asunto.- ¿Quieres hablar de ello o consideras que las paredes siguen teniendo oídos?
- No quiero hablar de eso.- negó Kaltz, aunque no muy convencido.- Pero no porque las paredes no sean sordas sino porque no sé cómo sentirme al respecto. Leí el famoso artículo, hubiera sido imposible no hacerlo dado que no se ha hablado de otra cosa en los últimos días y no entiendo qué gana esa gente atacando a Bárbara. ¡No sé cómo demonios protegerla de esto, ni siquiera me lo vi venir! No entiendo por qué a alguien se le ocurrió pensar que ella estaba haciendo algo malo por acercarse a mí.
- ¿Eso es lo que te afecta, que no hayas podido protegerla?.- Genzo enarcó ambas cejas, asombrado.
- Sí, ¿por qué te sorprende?.- cuestionó el alemán.- No quiero que ella sufra por mi culpa.
- No es que me sorprenda, es sólo que ella estaba preocupada por lo que tú pudieras sentir al respecto.- respondió Wakabayashi, con una media sonrisa.- Por lo que veo, cada uno se preocupa por los sentimientos del otro.
Contrario a lo que el portero esperaba, a Kaltz esta noticia no le produjo emoción ni felicidad y Wakabayashi se cuestionó el por qué aunque de cualquier manera el mismo Kaltz estaba por hacérselo saber.
- Si eso es verdad, ¿por qué entonces Bárbara se ha negado a contestar mis llamadas, Gen?.- Kaltz se veía muy triste.- ¿Por qué me ha ignorado desde que Blind publicó esa porquería?
- ¿De verdad ella ha hecho eso?.- Genzo movió la cabeza de un lado a otro.- No puedo creer que sea tan estúpida.
- Eso es precisamente de lo que quería hablar.- suspiró Kaltz, resignado.- No tanto del artículo como de la actitud de Bárbara… Y no le llames estúpida, ella no tiene la culpa.
- Ni tú tampoco pero al menos te has tomado las cosas con más filosofía.- replicó Wakabayashi.
- No tanto como tú crees… .- negó Kaltz.
El alemán se sinceró con su amigo y le contó lo que había ocurrido desde que apareció el reportaje acerca de Bárbara y él en Blind: Kaltz no se enteró del asunto en cuando salió la nota porque, tal y como Wakabayashi ya lo había supuesto, no contestaba el teléfono cuando tenía días libres ni tampoco entraba a sus redes sociales; sus padres, con quienes estuvo algunos días y que de tecnología no entendían gran cosa, tampoco se enteraron de la noticia. Fue hasta un par de días después que un amigo de la infancia le hizo llegar la nota y Kaltz no supo qué hacer de primera intención porque creyó que todo era una broma de mal gusto, acabó aceptando que era cierto cuando vio que muchas páginas online republicaban el artículo original agregando comentarios de sus propias cosechas. Dando por hecho que Bárbara quería que no la molestaran, Kaltz no intentó contactarla de inmediato pero se cuestionaba cuál sería el paso que debía dar, si declarar que todo era falso o ir a romperle la cara al reportero de Blind.
- Lo cual, me parece, es la peor opción posible.- intervino Wakabayashi.- ¿Crees que yo no he tenido ganas de hacer lo mismo? A mí también me las debe ese tipo pero me resisto a darle su merecido porque sé que nos iría peor a la doctora Del Valle y a mí en nuestros clubes si me atreviera a ponerle un dedo encima; en cambio, ese imbécil obtendría un buen reportaje y un motivo más para hablar mal de nosotros.
- Por eso es que no he ido a desquitarme con él que si no le rompería un par de huesos, cuando menos.- Kaltz frunció el ceño mientras agarraba una toalla para secarse el sudor.- ¿Qué derecho cree que tiene para hacer juicios tan precipitados sobre Bárbara? Coincidimos entonces en que atacar al reportero no es la mejor de las ideas, en todo caso quizás lo que debería de hacer es declarar públicamente, o por lo menos en mi página de Facebook, que los rumores que publica Blind son falsos.
- ¿Y qué ganarías con eso?.- cuestionó Genzo.- ¿No crees que estarías dándole más importancia al asunto?
- Lo he pensado pero no quiero que la gente siga acosando a Bárbara.- suspiró Kaltz, apesadumbrado.- Me di cuenta de que cerró su cuenta de Facebook y eso sólo puede significar que se ha cansado de recibir mensajes anónimos. Por lo poco que alcancé a ver antes de que ella la cerrara, realmente la atacaron con todo. Me gustaría poder preguntarle cómo se siente y darle mi apoyo pero ella se ha negado a responderme. ¿Qué debo hacer entonces?
- En mi opinión, lo mejor que puedes hacer es ignorar el artículo, como hice yo.- sugirió Genzo.- Recuerdo bien que tú me aconsejaste que declarara públicamente que el problema era mío y que la doctora Del Valle no tenía la culpa de mis impulsos y eso sólo ocasionó que ella se molestara por querer dejarla de lado, así que decidí que lo mejor que podía hacer era negarme a dar cualquier entrevista que se relacionara al artículo de Blind, creo que eso es lo mismo que tú deberías de hacer, Kaltz. Al final de cuentas tú sabrás qué es lo mejor para ti pero no creo que Bárbara quiera que metas las manos al fuego por ella, no sin consultárselo antes.
- Ajá, y una vez más te pregunto: ¿Cómo saber qué piensa si no quiere contestar mis llamadas?.- bufó el alemán.- ¿Crees que estaría haciendo mal si le pido a tu novia que me ayude a hablar con ella? Son buenas amigas, ¿no?
- Hmmmm.- Genzo volvió a preguntarse por qué Bárbara no quiso seguir el consejo de ser sincera con Kaltz y en vez de eso prefirió esconderse.- Si quieres conversar con mi novia adelante, no creo que ella se niegue pero en mi opinión no sirven de mucho los consejos si no piensas seguirlos, Kaltz.
Esto lo decía por Bárbara, por supuesto, pues prefirió hacer caso omiso de las sugerencias que le hiciera Genzo unos días atrás, por lo que éste no creía que el que Kaltz platicara con Lily fuera a hacer una diferencia notoria. Vamos, que con quien Kaltz debía hablar era con la misma Bárbara y dejar de lado a los intermediarios, era la única manera de evitar los malentendidos pero ambos se mostraban renuentes a conversar directamente, quizás por timidez o por vergüenza. Vaya que el asunto era una broma de mal gusto o bien el mal guion de una pésima historia.
- Tienes razón.- suspiró Kaltz, aventando la toalla a un cesto de ropa sucia.- Insistiré hasta que Bárbara me conteste el teléfono, de cualquier modo no puede esconderse por siempre, ¿no es así?
- Supongo que no.- aceptó Wakabayashi, tirando al bote de basura la venda que acababa de quitarse.
- Oye, Gen, sin ánimos de ser indiscreto pero escuché que Ëkdal se mofó del hecho de que llamas a tu novia como "la doctora Del Valle".- comentó Kaltz, con cierta curiosidad.- No pretendo meterme en lo que no me importa pero, ¿por qué eres tan formal al momento de referirte a ella cuando hablas con otras personas? Después de todo es tu novia.
- Porque llamarle "Yuri" es algo verdaderamente muy personal.- Genzo esbozó una media sonrisa.- Es un apodo exclusivo para ella, no pienso arruinarlo usándolo delante de personas que no merecen escucharlo. Tampoco voy a usar su nombre verdadero porque, como sabes, en mi país sólo las personas a las que les tienes mucha confianza pueden llamarte por tu nombre de pila y dado que Ëkdal no entra en ese rubro, no pienso llamarla "Lily" delante de él.
- Vaya que sigues siendo tan reservado y recto como cuando nos conocimos, Gen.- a Kaltz no se le escapó el hecho de que él era alguien de mucha confianza para el portero, considerando que era una de las contadas personas que podían llamarlo por su nombre de pila, ni siquiera Tsubasa Ozhora lo hacía.- Nunca vas a relajarte, ¿eh?
- No le veo la necesidad.- replicó Genzo.
No había más que hablar sobre el asunto así que ambos jóvenes decidieron retirarse. Kaltz resolvió que le enviaría un correo electrónico a Bárbara en cuanto llegara a su hogar, no era la manera más correcta de dirigirse a ella pero dado que no había otra forma mejor, al menos por el momento, tendría que valerse de ello. Después de todo, enviar un e-mail es igual a mandar una carta en los tiempos modernos, quizás si Kaltz se sinceraba podría convencer a Bárbara de que aceptara hablar con él de frente.
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Múnich.
Debido a que Schneider andaba en las nubes, Sho fue el único que notó el errático comportamiento que estuvo presentando Levin en los últimos entrenamientos. Cierto era que el sueco andaba de lo más raro desde que la doctora Cortés lo había mandado de paseo pero Stefan pareció perder el piso en el momento en el que el doctor Jean Lacoste entró en la ecuación. Si bien el joven ya no se quejaba en voz alta, Sho lo había escuchado, en varias ocasiones, hablando en voz baja en sueco y, a juzgar por el tono de voz, se notaba que no eran frases alegres las que pronunciaba. Nela le había asegurado a Sho que Débora no estaba saliendo con el doctor Lacoste pero no había podido averiguar si éste tenía otras intenciones con aquélla; tanto Nela como Sho empezaban a fastidiarse del comportamiento de sus respectivos amigos, ambos tenían ganas de encerrarlos en un cuarto y no dejarlos salir hasta que se sinceraran aunque ella tenía la esperanza de no tener que llegar a ese extremo.
Esa tarde en particular, Levin se había obsesionado con realizar una modificación de su Levin Shoot para poder ejecutarlo con la pierna izquierda, tal y como Schneider podía lanzar el Fire Shoot con la izquierda en vez de con la derecha, como era lo habitual (dicho tiro, por cierto, recibió el nombre de Non Fire Shoot cuando Karl al fin pudo realizarlo de forma perfecta); sin embargo, el Dr. Stein y Lily ya le habían dicho a Stefan que para conseguirlo necesitaba como mínimo seis meses de fortalecimiento de los músculos de la pierna izquierda, que fue lo que Karl requirió para intentar realizar el Non Fire Shoot. Por supuesto, Levin comenzó con el fortalecimiento de su extremidad siniestra pero estaba lejos de ejecutar bien el disparo aunque esa tarde a él parecía no importarle.
- Maldición.- masculló Stefan cuando el balón salió muy desviado.- No logro conseguirlo.
- Ni lo harás porque aún no estás físicamente capacitado para eso.- comentó Shunko, con parsimonia.- Si bien dicen que querer es poder, el cuerpo tiene límites físicos que no hay que ignorar a menos que quieras sufrir una lesión.
- Vaya que Lily consiguió traumarte con su letanía.- replicó Levin, disparando a gol con la pierna izquierda.- De tanto que lo repite te ha hecho creer que es verdad.
- Porque es verdad.- insistió el chino.- ¿Qué es lo que crees que sucederá, que por arte de magia tu pierna recibirá el fortalecimiento necesario? ¿No crees que es más fácil que te lesiones? No te ofendas, amigo, pero por algo eres tú el primero que tira cuando realizamos el Rugido del Dragón.
- Eso es porque tu Cañón con Retroceso necesita forzosamente que se haga un disparo primero para que funcione.- contradijo Stefan, sin inmutarse.
- Eso es verdad pero también es cierto que si estuvieras más fortalecido que Schneider, serías tú quien tirara al final y no al principio, ¿no es así?.- insistió Sho, dando jaque mate a la discusión.- No creas que no me frustro por no poder tirar tan bien con la pierna izquierda como lo hago con la derecha pero no me enterco con hacerlo perfecto con ambas, tengo la suficiente fortaleza en las dos como para no resentir ese pequeño defecto, después de todo el único que puede cambiar fácilmente de pierna para disparar es Schneider.
El sueco, por respuesta, le lanzó una mirada fulminante, tan gélida como el Mar del Norte. Sho estaba seguro de que su amigo no estaba enojado con su desempeño futbolístico tanto como lo estaba con su desempeño amoroso y el chino ya estaba fastidiado del hecho de que Levin usara el fútbol para desahogarse en vez de enfrentarse directamente a sus problemas.
- Tú qué vas a saber de frustración si siempre has sido un jugador fuerte.- dijo Levin, con acidez.- Les causaste bastantes problemas a muchos rivales en China y en el Bayern no has hecho más que subir de nivel. En cambio, yo no he tenido un desempeño muy bueno en las últimas semanas.
- ¿Crees que no sé lo que es la frustración?.- Sho se puso repentinamente serio.- Me lesioné en las eliminatorias asiáticas para el Sub-19 y eso influyó en el desempeño de mi equipo, ¡ni siquiera pudimos calificar al Mundial! Esto me llevó a recapacitar y a darme cuenta de que, al final, ¡todo fue culpa mía! No sólo por haberme lesionado sino porque, con mis actitudes tan individualistas, conseguí que mi equipo no supiera jugar en conjunto y eso nos llevó a perder. ¡Odiaba formar parte de un grupo aun cuando practico un deporte que es obligatoriamente de conjunto! ¿Qué tan idiota puedo llegar a ser? Después de ese descalabro tuve que aceptar que mantenerme alejado de mis compañeros no beneficiaba mi desempeño futbolístico y me obligué a mí mismo a cambiar, a formar parte del grupo y a admitir que no puedo hacerlo todo yo solo. Si he mejorado es por eso, Levin, porque he aceptado que debo complementarme contigo y con Schneider para poder explotar mi capacidad.
- ¿Crees que fuiste el único que sufrió en el Sub-19?.- protestó Levin, enojado.- ¡Yo también lo hice y mucho más que tú! ¡Perdí a mi prometida antes de la contienda y no pude cumplirle la promesa que le hice de ganar el torneo por ella!
- ¿Otra vez con eso?.- Sho hizo un gesto de frustración.- ¡Ya supéralo, Levin!
- ¿Qué quieres decir?.- cuestionó Stefan, desconcertado.
- Que entiendo que perdiste a tu novia y que esa pérdida te ha dejado una profunda huella, sí, fue algo muy fuerte.- respondió Sho, sin inmutarse.- Entiendo que te haya afectado mucho y sí, reconozco que la pasaste peor que yo pero, ¿por qué sigues con ese afán de aferrarte a eso? ¿Qué es lo que ganas? De verdad, ya me tienes harto.
- ¿Harto?.- Levin estaba perplejo.- ¿Yo te tengo harto con el asunto de mi prometida muerta?
- Sí, y no soy el único.- aceptó Shunko.- A últimas fechas no has hecho más que usar a tu novia como escudo para todas tus cobardías, incluyendo tu asunto con esa pobre doctora. Dices que no quieres estar con ella porque no has superado lo de tu prometida pero todos sabemos que es sólo un pretexto para ocultar tu temor a enamorarte otra vez. ¿Sabes qué? A los problemas, o los enfrentas o dejas que te acaben pero no puedes pasarte toda la vida esquivándolos como si fueran toros. ¿Quieres un consejo de alguien que te ha visto sufrir por gusto? Mátate o deja ir a tu novia pero no sigas empeñado en querer seguir gimoteando por su causa.
- ¿Cómo…?.- Stefan no supo qué responder.- ¿De verdad acabas de decirme que me mate?
- Sí, mátate, tírate a un barranco, embriágate o qué se yo, lo que sea con tal de que dejes esa pésima actitud de lado.- suspiró Sho y suavizó el tono de su voz.- Si lo digo es porque de verdad que me preocupa que te aferres tanto al pasado, no es sano para nadie y, honestamente, ya nos tienes fastidiados a los demás.
- ¿Y, según tú, matarme será mejor que seguir gimoteando por ahí?.- insistió Levin.- ¿Quieres que me haga el hara-kiri, como acostumbran en tu país?
- Oye, que el hara-kiri es japonés, yo soy chino.- replicó Sho, fingiendo sentirse ofendido.
- Ya lo sé, imbécil, pero de alguna manera tenía que regresarte los insultos que acabas de hacerme.- gruñó Stefan.
- ¿Desde cuándo decirle sus verdades a la cara a alguien se considera un insulto?.- cuestionó Sho, con una sonrisa ladina.
- Pero tú has hecho más que decirme mis verdades a la cara.- protestó Stefan aunque sabía que su amigo tenía razón.- ¿De verdad los tengo hartos a todos?
- Sólo cuando te pones en plan depresivo por el asunto de tu prometida.- contestó Sho.- Mira, entiendo que no fue fácil para ti y que te costó trabajo superarlo, no te diría nada y no sería molesto si ella acabara de fallecer pero lo cierto es que, cuando llegaste aquí, unas dos semanas después de que lo hiciera yo por cierto, no tenías esa actitud tan depresiva, eras un muchacho normal con muchas ganas de superarse como futbolista, se notaba que habías dejado atrás el tema de tu novia, tan era así que nos acoplamos bien Schneider, tú y yo. ¡Somos el trío joven prometedor del Bayern! Y de buenas a primeras te encerraste en ti mismo y te pusiste a murmurar en sueco por los rincones, causándole lástima a los demás. ¿Qué carajos te pasó, Levin?
- Lo cierto es que no lo sé.- musitó Stefan, impresionado por las palabras del chino.
- No, lo pregunté por preguntar porque yo sí sé qué te pasó, su nombre es Débora Cortés.- continuó Shunko.- Y no estoy diciendo que ella tiene la culpa de tu estado, la culpa la tienes tú pero ella fue el detonante. Estás tan reacio a rehacer tu vida amorosa que te escudas tras tu novia muerta para no reconocer que la doctora Cortés puede llegar a ocupar su lugar. Y honestamente, pobre chica, nunca iba a tener una oportunidad contigo por mucho que se esforzara, en cuanto tú comenzaras a sentir algo por ella de inmediato le ibas a poner una barrera infranqueable para que no pudiera llegar más lejos. Ella es la razón por la que volviste a caer en la depresión, se te hizo más fácil volver a ser el que eras antes que aceptar que sigues vivo.
Levin se quedó callado durante un buen rato; por hacer algo, tomó un balón y se puso a patearlo aunque desistió de querer disparar con la pierna izquierda. Sho empezó a creer que había ido demasiado lejos pero estaba convencido de que Levin necesitaba que alguien le dijera las cosas de frente y, dado que Schneider era demasiado cortés para meterse en la vida de los demás, le correspondía a él hacerlo. Después de todo era el más cercano al sueco, irónicamente, dado que éste había insistido en mantener su distancia con el resto de los jugadores que no fueran Schneider y Sho.
- Lo siento, no quise ser tan insensible.- dijo el chino, después de un rato.- Yo no he perdido a alguien importante en muchos años, honestamente no recuerdo ya la muerte de mis padres, era muy niño cuando fallecieron en un accidente de tráfico así que no me acuerdo lo que se siente que se muera alguien tan cercano a ti, quizás por eso es que no puedo comprender tu actitud pero, a riesgo de sonar como libro de frases de consuelo y autoayuda, estoy seguro de que a tu novia no le gustaría ver que estás dejando escapar la oportunidad de ser feliz otra vez.
- No te disculpes.- suspiró el sueco y pateó el balón con fuerza hacia la portería con la pierna derecha.- Tienes razón en todo lo que has dicho… Karen se fue hace varios años y yo ya lo había aceptado pero…
- Pero te has vuelto a enamorar y no sabes cómo afrontarlo.- completó Sho, cruzándose de brazos.- Y tu mejor opción fue escapar hacia ella, según tú.
- Aunque con eso me llevé a Deb en el camino.- Levin miró fijamente hacia la portería.- Y tal vez a mí mismo.
- Bueno, no es demasiado tarde.- dijo Sho, recargándose contra una valla.- Ve, búscala, dile que eres un imbécil y que quieres que te de otra oportunidad. No pasa de que te mande al carajo y vuelvas a quedarte solo.
- Vaya que eres un buen amigo.- Levin lo fulminó con la mirada.- Además de ser excelente dando ánimos.
- Ya sabes, soy un dechado de virtudes.- Shunko se encogió de hombros.- ¿Ya puedo dejar de actuar como terapeuta marital?
- Sí, por favor, y a la próxima déjale las terapias a tu novia porque eres pésimo en esto.- replicó Stefan aunque sonrió después.- Gracias.
- ¿Por qué?.- cuestionó el chino.
- Por darme el golpe que necesitaba.- respondió el sueco.
- Para eso somos los amigos, supongo.- Sho tomó otro balón y se puso a jugar con él.- Qué curioso, nunca pensé que diría algo como eso.
Levin, por respuesta, le lanzó el Levin Shoot, el cual Sho tomó para realizar el Cañón con Retroceso; un dragón brillante cruzó a toda velocidad el campo y fue a perderse en el horizonte. Inesperadamente, Levin se sintió mejor y se preguntó si aún estaba a tiempo de corregir su error. ¿Sería que Débora querría darle otra oportunidad?
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"¡PELEA A MUERTE EN EL ENTRENAMIENTO DEL HAMBURGO!".
"El día de ayer llegó hasta nuestra redacción la noticia de que, en el primer entrenamiento que tuvo el Hamburgo tras la pausa de la Bundesliga, dos reconocidos jugadores extranjeros se hicieron de palabras fuertes y llegaron a los golpes, protagonizando una encarnizaba lucha que requirió que sus compañeros tuvieran que separarlos a la fuerza; tan grave fue la riña que uno de los participantes debió ser detenido y amenazado por el mismo entrenador Zeeman para que se controlara ya que, a decir de los presentes, el susodicho estaba 'fuera de sus cabales'. Nuestras fuentes confirman que ésta fue la gota que colmó la paciencia del entrenador, quien ha sufrido en los últimos meses con la actitud de uno de los protagonistas de dicha pelea, un futbolista que se ha negado a apegarse a su estilo de juego y que le ha ocasionado que sea retirado del puesto titular debido a las derrotas que el Hamburgo ha sufrido por su culpa.
¿Cuál fue la causa de que estos dos futbolistas, que no son otros que Alder Ëkdal y Genzo Wakabayashi, se enfrascaran en una encarnizada batalla durante un entrenamiento de fútbol? La razón de dicha disputa entre los dos fraternales compañeros de equipo fue una manzana de la discordia que ya ha sido protagonista de otro lío, una manzana que lleva el nombre de Lily Del Valle. Al parecer, la aún doctora del Bayern Múnich ahora se le ha metido por los ojos al líbero noruego, quien no ha tenido reparo en hacerle ver a Wakabayashi que su época ya pasó y que la jovencita tiene la intención de conocer otras lenguas extranjeras; por supuesto, el japonés no se ha tomado bien la noticia y descargó con los puños la frustración que no pudo descargar con las palabras.
No es novedad para nadie que la actitud de Genzo Wakabayashi ha dejado mucho qué desear últimamente; el Hamburgo, de llevar una racha ganadora en los primeros encuentros, ha pasado a perder ritmo y se ha dejado empatar en juegos que ya tenía prácticamente ganados gracias a su portero 'estrella', el que ha preferido concentrarse más en otras cosas fuera de la cancha en vez de dedicarse a aquello por lo que se le está pagando. No podemos hacer menos que felicitar a Zeeman por su decisión de removerlo del puesto de titular porque en algún momento el guardameta de Japón debe entender que, quien manda en el Hamburgo, no es él…".
- ¿Es esto una maldita broma?.- estalló Lily, al tiempo que estrellaba el periódico contra la mesa.- ¿Qué puñetero problema tiene este hijo de puta?
- Se pasó, esta vez llegó demasiado lejos.- Elieth rasgó con sus uñas una parte del ejemplar de Blind que Lily había dejado caer.- ¡Ya no es un periódico deportivo, se ha convertido en un maldito tabloide de chismes!
- Coincido en que esta vez se les fue de las manos y eso que a mí me hicieron una marranada también.- acordó Bárbara, frustrada.- ¿Cuánto de lo que dirá ahí será verdad?
- Para empezar: ¿Es cierto que Wakabayashi se peleó con ese tipo que te acosa, Lily?.- cuestionó Nela, desde su sitio frente a su computadora personal.
- No tengo idea.- confesó Lily tras morderse el labio inferior.- No he podido hablar con Gen porque ambos hemos estado ocupados así que no puedo asegurar que no lo haya hecho.
- Además, la estrategia de Blind es exagerar los sucesos, no inventárselos.- añadió Gwen, quien tenía en las manos un ejemplar de otra revista.- Por lo que he visto, todo lo que ha publicado tiene su parte de verdad aunque la exageran al extremo.
- Eso es totalmente cierto.- acordó Elieth.- La pregunta es: ¿Cómo es que Blind vino a enterarse de esa pelea primero que nosotras?
- Quizás Wakabayashi no quiso preocupar a Lily, siendo que apenas va recuperándose del daño que le hizo esa revista con su chisme previo.- sugirió Débora, mirándose las uñas.- Me da la impresión de que es la clase de cosas que él haría por ella.
- Es probable.- Lily suspiró y se dejó caer en un sillón.- ¡Pero qué reverenda mierda! ¿Cuándo nos van a dejar en paz?
Eran contadas las ocasiones en las que las chicas podían reunirse para pasar el rato; con las múltiples ocupaciones que cada una tenía era muy difícil encontrar un momento en el que todas estuvieran libres de manera que cuando ocurría, una vez "cada mil años" a decir de Deb, quedaban de verse en algún lugar para ponerse al corriente de sus respectivas vidas o, si había oportunidad, iban a uno de los múltiples restaurantes o cafés que había en Múnich o acudían a una buena obra teatral o al cine. En esa ocasión, sin embargo, el tiempo del que disponían era corto de manera que optaron por reunirse en el departamento de tres piezas que compartían Débora, Bárbara y Nela ya que las dos últimas tenían labores por realizar en casa, la primera por no poder acudir al hospital y la segunda a causa de su tesis. Desgraciadamente, los temas que iban a tratar no eran muy buenos, los periódicos estaban haciendo de las suyas y Lily estaba otra vez en el ojo de un nuevo huracán, a pesar de que Bárbara no había conseguido salir del suyo. Blind estaba divirtiéndose de lo lindo a costa de chismes exagerados de los jugadores de la Bundesliga aunque parecía que estaba ensañándose con los que pertenecían al Hamburgo.
La nota de la pelea entre Wakabayashi y Ëkdal agarró desprevenida a Lily, quien no tenía ni idea de que su novio andaba metiéndose en problemas; ella estaba consciente de que Genzo iba a enfocarse de lleno en los entrenamientos para tratar de mejorar su situación con Zeeman por lo que parcialmente lo justificaba por no haberle hablado de su riña con el noruego pero una parte de ella tenía ganas de armarle bronca por haberle ocultado un suceso tan importante.
- Yo esperaría que ese periodicucho se limitara a atacar uno a la vez pero por lo visto, mientras más gente tenga bajo los reflectores, mejor para él.- señaló Bárbara, decaída.- Su edición en línea no deja de republicar la nota que escribieron sobre mí y los ataques que me lanzan a través de ella son cada vez peores.
- No van a dejar de lado ninguna noticia que les genere seguidores y desgraciadamente la tuya es demasiado jugosa como para dejarla pasar.- señaló Nela, con presteza; alrededor suyo había pilas de papeles y libros que consultaba de vez en cuando antes de teclear algo en la computadora pero aun así ponía atención al tema que trataban sus amigas.
- Tengo que hablar con Genzo.- dijo Lily, inquieta.- Me tiene que aclarar qué de todo esto es verdad.
- Bueno, no necesitas hablar con él para descartar algunas cosas.- señaló Elieth, agitando el periódico destrozado.- Empezando por el hecho de que no creo que eso haya sido una "lucha a muerte", él ha aprendido a controlarse mejor y tampoco es verdad eso de que te le has insinuado a Ëkdal y que dejaste de lado a Genzo por su culpa.
- ¡Ni siquiera sé cómo fue que llegaron a esa conclusión!.- exclamó Lily, haciendo aspavientos con las manos.- Que yo sepa, ningún reportero me vio con Ëkdal las poquísimas veces que él se me acercó. ¿Cómo es que declaran con tanta seguridad que ellos se pelearon por mí? ¿Qué saben algo que yo no sé?
- No creo que sepan algo, es obvio que simplemente están lanzando conclusiones al azar para ver si alguna de ellas da en el blanco.- opinó Nela, sabiamente.
- O quizás alguien sí te vio con Ëkdal y llegaron a esa conclusión.- añadió Débora; la chica estaba sentada en el suelo con la espalda recargada contra el sillón y abrazaba un cojín.- Dices que él se te acercó en el partido amistoso entre Alemania y Japón, ¿no?
- Sí, y había mucha gente ahí, no sería tan descabellado que alguien nos hubiese visto.- suspiró Lily.- Quizás incluso vieron cuando Genzo nos alcanzó.
- Es probable porque, a menos que los de Blind hayan trabajado en la Inquisición Española, dudo mucho que tengan la manera de saber un detalle como ése dado que Ëkdal no ha hecho público que anda tras de ti. Sea como fuere, esto me está poniendo los nervios de punta.- dijo Bárbara, fastidiada.- Voy a hacer café, ¿alguien quiere?
Las demás chicas aceptaron su oferta y la joven se puso en pie para dirigirse a la cocina. Se hizo un silencio breve mientras Bárbara no estaba para que no quedara fuera de la conversación, en el cual sólo se escuchaba el ruido que hacía Gwen al pasar las hojas de la revista que leía. Sólo Nela se dio cuenta de que ella llevaba demasiado rato interesada en esa revista, lo cual resultaba muy extraño porque a Gwen no le gustaba leer revistas de chismes y moda.
- ¿Y bien, Elieth?.- cuestionó Bárbara al volver, llevando en una bandeja las tazas con café.- ¿Cuándo vas a contarnos que te acostaste con el Káiser?
La susodicha, quien se había acercado a la alemana pelirroja para ayudarla con la bandeja, se derramó el café encima debido a la impresión; Débora, tratando de contener la carcajada, fue a buscar una toalla húmeda para ayudar a Eli a limpiarse mientras Nela se marchó a su habitación a buscar una camiseta para que se cambiara de ropa.
- ¡Pero qué barbaridad!.- rio Lily, divertida, ayudando a sus amigas a limpiar el suelo.- ¿Cómo le dejas caer esa pregunta así como así, Babs? Ya tiró todo por culpa del susto.
- Menos mal que las tazas son de plástico.- Bárbara también reía a carcajadas.- ¿Qué querías que hiciera? Se niega a decirnos la verdad.
- ¡Tú!.- Elieth volteó a ver a Lily.- ¡Traidora! ¿Cómo pudiste decírselo a ellas? ¡Era un secreto!
- ¿Qué?.- exclamó Lily, sorprendida.- ¡Yo no les dije nada! ¡Soy inocente, Pepe el Toro la mató!
- ¿Qué?.- gritaron las demás, sin entender a la castaña mexicana.
- No le hagan caso, está tratando de desviar la atención.- Elieth frunció el ceño.- ¡Traidora!
- ¡De verdad, yo te lo juro que yo no fui!.- repitió Lily.- ¡Sabes que nunca te traicionaría!
- Te dije que Lily sabía.- le comentó Gwen a Bárbara, sin despegar los ojos de la revista.- Me debes diez euros.
- ¿Quién se los dijo entonces si no fuiste tú?.- increpó Elieth mientras Bárbara soltaba un suspiro resignado.
- Ey, tengo que decir que le estás reclamando al Del Valle equivocado.- aclaró Débora mientras tallaba la mancha de café en la ropa de la francesa.- No fue Lily quien nos contó tu secretito sino Leonardo.
- ¿Qué? ¿Y él qué derecho tiene de contarles a ustedes mis cosas?.- soltó Elieth mientras se quitaba su blusa para ponerse la playera que Nela le ofrecía.- ¡Condenado chismoso, así le va a ir cuando lo vea! ¿Por qué carajos no se quedó callado tu hermano, Lily?
- Porque le gusta fastidiar, ya lo conoces.- Lily se encogió de hombros.- No hagas tanto drama, ¿cuánto tiempo pensabas ocultar que te acostaste con Karl?
- Deja de repetirlo, por favor.- Elieth puso los brazos en jarras, haciendo que sus senos sobresalieran de su sostén púrpura.
- ¿Cuánto me dará el Káiser por una fotografía tuya en ropa interior?.- bromeó Bárbara, sacando su teléfono celular.- Tengo que recuperar los diez euros que acaba de quitarme Gwen.
- No te va a pagar nada, si ya la vio desnuda qué le va a importar verla en sostén.- replicó Débora, muy tranquilamente.
- ¡Voy a matarlas a las dos si no me dejan en paz!.- Elieth estaba muy ruborizada y se puso a toda prisa la camiseta de Nela.- ¡A ustedes y a ese chivato de Leonardo! Y para que lo sepan, esa noche que pasé con el Káiser no fue algo importante, fue producto del alcohol y nada más.
- ¿De verdad?.- Lily enarcó una ceja.- Yo diría que no estabas tan ebria cuando Gen y yo nos fuimos.
- Pues tú no sabes nada.- Eli le mostró la lengua después de hablar.- Ya les he dicho muchas veces que el Káiser me cae muy mal, si me acosté con él fue porque… bueno, pues… eh… fue producto de…
- De la calentura.- completó Débora, sin inmutarse.- Cuando queremos justificar que estuvimos con alguien que nos gusta pero que por alguna razón idiota no lo queremos admitir, le echamos la culpa al alcohol o a la calentura.
- Ella culpó a ambas cosas.- comentó Gwen, quien estaba al pendiente de la historia más de lo que parecía.
- En realidad no lo hizo, sólo le echó la culpa al alcohol y lo de la calentura lo dijo Deb.- Bárbara vio que Gwen estaba pálida y que seguía con los ojos fijos en la revista.- ¿Te sientes bien, Gwen?
- ¿Qué?.- la aludida saltó.- ¡Ah! Sí, sí, estoy bien, es sólo que he encontrado este artículo sobre Schneider que… No, olvídenlo, no importa…
- ¿Qué artículo?.- Elieth se puso seria.- ¿Otro de Blind?
- No, es de esta revista de chismes y no habla como tal de él.- Gwen sintió que había cometido un error y trató de corregirlo.- Realmente no importa.
- Si no importara no lo habrías mencionado.- Elieth se acercó a ella.- ¿Me dejas ver la revista?
- De verdad, no creo que debas, como te dije no es más que una revista de chismes sin importancia.- Gwen se puso nerviosa y trató de esconder el ejemplar.
- Gwen, de entrada Voguée no es "una revista de chismes cualquiera".- replicó Nela, tomando el suplemento.- ¿Qué artículo es?
- Eh, en realidad es una entrevista hecha a Hedy Lims.- explicó Gwen.- No es importante.
- ¿Hedy Lims, la modelo que hizo el último comercial de esa cerveza tan famosa que patrocina al Bayern?.- cuestionó Bárbara.- ¿Esta tipa flaca como palo y con menos personalidad que una zanahoria?
- La misma.- asintió Nela, peleando con Elieth para que no le quitara la revista.- Efectivamente, esa mujer menciona en su entrevista a Schneider.
- ¿Qué es lo que dice?.- quiso saber Lily.- No tenía idea de que esa mujer estuviera interesada en Karl.
- Oh, pues lo está.- respondió Nela.- Voy a leerles lo que dice la tal Hedy Lims al respecto:
"Por el momento no estoy con ningún hombre pero ya tengo a un prospecto en mente. Es atractivo, carismático, exitoso y alemán, como yo, lo conocí cuando grabé un promocional de la cerveza Paulaner con el Bayern Múnich. Sí, adivinas, se trata de uno de los futbolistas del equipo, el mismísimo Káiser de Alemania, Karl Heinz Schneider. Tardé mucho en darme cuenta de que es el hombre de mis sueños pero ahora que ya lo sé, deseo mucho ponerme en contacto con él otra vez para conocernos mejor. Ya sabes, en aquélla ocasión en la que trabajamos juntos fue muy amable conmigo, incluso me pasó su teléfono privado por si se me ofrecía algo así que puede quedarte en claro que desde el inicio hubo mucha química entre nosotros…".
- Y eso es todo.- finalizó Nela.- Después habla de sus planes a futuro, que a nadie le importan, ni siquiera a la misma entrevistadora.
- Se me hace extraño que asegure que Karl le pasó su número.- comentó Lily, pensativa.- Considerando que, cada que alguien le pregunta quién fue la modelo de ese comercial, él la confunde con Heidi Klum.
- Para empezar, ¿de dónde salió esa tipa?.- cuestionó Débora.- Es una modelillo cualquiera que tuvo su golpe de suerte con ese comercial y busca extenderlo pegándose como sanguijuela al jugador más famoso de Alemania para ver qué le puede sacar.
- Pues se lo puede quedar si quiere.- bufó Elieth, muy enojada.- ¡Se lo regalo envuelto en periódico para que acabe de madurar el muy imbécil!
- Esa frase no tiene sentido.- Bárbara frunció el ceño.- Como tampoco tiene sentido la aparición tan repentina de Hedy Lims en esta ecuación. ¿Por qué justo ahora tiene que venir a fastidiar?
- ¿A quién le importa?.- contestó Elieth, casi gritando.- ¿Quiere con Schneider? ¡Pues adelante, que se lo quede! Me va y me viene con quién quiera meterse él después, al final de cuentas lo que pasó entre nosotros fue pura diversión de una noche.
- Y si eso es verdad, ¿por qué estás tan enojada?.- quiso saber Lily.
- ¿Quién está enojada?.- replicó Eli, con el ceño fruncido.- ¿Por qué habría de importarme lo que él haga?
- Creo que estás celosa.- señaló Gwen, con mucho tacto.
- ¡Celosa, yo! ¿Del Káiser! ¡Ja! ¡Ya quisiera!.- gritó Elieth, dando a entender que sí estaba celosa.- ¡Ni que tuviera tanta suerte! ¿Saben qué? Voy al baño a lavarme que el azúcar del café me dejó pegajosa la piel.
La francesa se marchó muy indignada al baño y azotó la puerta con fuerza, dejando a sus amigas un tanto consternadas y muy desconcertadas. Ninguna supo qué decir durante un rato, hasta que Gwen se levantó del sillón diciendo que prepararía más café.
- Bien, esto no salió como esperaba.- comentó Bárbara.
"Ni como yo esperaba", pensó Lily, desanimada. Si de por sí iba a ser muy difícil quitarle a Elieth la idea de que Karl sólo querría tener de novia a una modelo, con las declaraciones de Hedy Lims la cuestión se había vuelto prácticamente imposible. Además, a la doctora le hubiese gustado tratar primero el tema con Eli a solas antes de que sus amigas lo mencionaran pero no contaba con que Leonardo se los diría. Sin duda ahora le iba a costar más trabajo a Lily conseguir que Elieth revelara sus verdaderos sentimientos por Karl pero no iba a darse por vencida. Después de todo, ella era la única que sabía que Schneider sí estaba enamorado de la reportera francesa.
Con el escándalo de la pelea entre Wakabayashi y Ëkdal, el acoso cibernético hacia Bárbara y los celos de Elieth por Hedy Lims, sólo Nela notó que Gwen estaba actuando de una forma muy extraña. Ahora que tenía en sus manos la revista que la rubia alemana había estado leyendo, Nela se dio cuenta de que había hojas rasgadas, hojas que contenían un artículo dedicado a la actriz Olga Schwartz. En dicha nota, la actriz declaraba que iba a mudarse a Múnich durante un tiempo para resolver "ciertas querellas familiares que quedaron inconclusas" y que quizás, si lograba arreglarlas, ella daría una noticia que "impactaría a sus seguidores". Nela ya estaba enterada de que la Olga había ido al Hospital Universitario para ser atendida por Gwen y se preguntó qué relación habría entre ésas dos y si Gwen tenía algo que ver con las "querellas familiares" que quería resolver Olga.
"Sin duda que con estas amigas que tengo nunca me voy a aburrir", pensó Nela, suspirando. "Todas somos expertas en meternos en problemas".
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Leonardo entró a laborar como "multiusos" en el campus del Bayern Múnich, trabajo que aceptó de buen grado a pesar de que Leo ya le había conseguido empleo como chófer de ambulancias en el Hospital Universitario; por fortuna, los horarios de ambos trabajos no chocaban entre sí de manera que el joven no tuvo reparos en quedarse con ambos, por la mañana acudía a Säbener Straße y por la tarde iba al hospital. Lily seguía sin averiguar qué había motivado a su hermano a abandonar México de manera tan repentina, a pesar de que ella ya había hablado con su padre al respecto, pues éste se negó también a darle información y se limitó a decirle que no la había puesto al tanto de lo ocurrido porque no quería interrumpirla en su trabajo. Lily supo entonces que tendría que armarse de paciencia para saber la verdad pero por otro lado se sentía feliz de tener a su hermano tan cerca de ella.
La mayoría de los trabajadores de Säbener Straße estaban conformes con el desempeño que el hermano de la doctora Del Valle tenía en el lugar, el joven lo mismo cargaba cosas pesadas como ayudaba a mantener el pasto de los campos o se encargaba de tareas que nadie más quería hacer, sin quejarse y sin tratar de evadir responsabilidades, lo que impresionó en gran medida a Rudy Frank porque no creyó que el hermano de Lily fuese a durar mucho tiempo trabajando en ese puesto que como tal no era algo fijo. Si el entrenador había aceptado darle un empleo a Leonardo fue sólo porque Lily se lo había pedido directamente, Rudy Frank sentía que estaba en deuda con ella por haberla castigado de manera injusta después de que ayudó en gran medida con el desarrollo de la técnica del Rugido del Dragón. Sin embargo, cuando el hombre estuvo frente a Leonardo Del Valle, se preguntó si de verdad ese muchacho con aspecto de soñador realmente podría servir para algo, si acaso él esperaba tener un puesto mejor debido a que su hermana formaba parte del cuerpo médico del equipo.
- Bien, supongo que a estas alturas ya debes de saber que fue tu hermana quien te consiguió este trabajo.- comenzó diciendo Rudy Frank, muy serio.- Por tanto, como tal no es un puesto fijo sino que vas a hacerte cargo de varias cosas, te moverás a donde seas necesario. No sé qué clase de empleo esperabas pero es lo que he podido conseguirte por ahora.
- Lo sé bien y se lo agradezco.- fue lo que contestó Leonardo.- No esperaba, de cualquier manera, que mi hermana me consiguiera el puesto de entrenador del equipo.
- Evidentemente no.- Rudy Frank no pudo evitar sonreír.- ¿Qué clase de respuesta es ésa?
- Una enfocada a tratar de romper el hielo.- Leonardo se tomó las cosas con calma.- Iba a decir que sé bien que no puedo tener el puesto del entrenador más atractivo porque ya está ocupado pero iba a sonar muy zalamero y fuera de lugar.
El entrenador Schneider soltó la carcajada, muy a su pesar, y se relajó al ver que Leonardo no era el muchacho engreído, soñador y desubicado que en un principio creyó que era.
- Lamento si he sido descortés, estoy algo tenso porque créame que estoy muy consciente de que soy un extranjero pidiendo trabajo en un club alemán.- continuó Leonardo, con cierto nerviosismo.- Le estoy muy agradecido por la oportunidad, la cual sé que me está dando porque Lily trabaja aquí de manera que, si yo le quedo mal, también haré que ella quede mal con usted, cosa que no pienso permitir que suceda, no voy a arruinar el trabajo de mi hermana. Cualquier trabajo que me quiera dar lo realizaré con gusto.
- Espero que sea cierto lo que dices y que no se quede en palabras.- asintió Rudy Frank, satisfecho con la actitud del joven.- Si veo que trabajas bien quizás pueda conseguirte algo más estable.
Pronto se haría evidente que Leonardo era sociable y extrovertido como buen mexicano, sincero, franco y un tanto irrespetuoso pero también demostró ser confiable y responsable. Los trabajadores de la Säbener Straße comenzaron a apreciar su esfuerzo y en poco tiempo él ya había logrado que lo invitaran a tomarse unas cervezas con ellos. Rudy Frank, al ver que Leonardo resultó ser un buen trabajador, dejó de preocuparse por él y se enfocó por completo en preparar al equipo para la Bundesliga, la DFB-Pokal y la Champions League; Karl, quien de momento puso en duda que tener a Leonardo Del Valle trabajando en el campus del Bayern fuese una buena idea, lo dejó en paz cuando vio que el joven buscaba mantener un perfil bajo y no meterse en donde no le llamaban. Era curioso pero, si bien Karl apreciaba mucho a Lily y la consideraba como una de sus amigas más íntimas, no sentía muchos deseos de acercarse a su hermano mayor por una especie de presentimiento aparentemente mal infundado que habría de cobrar sentido después.
Marie Schneider decidió llevar a su amiga Gretel a un entrenamiento del Bayern Múnich ya que ésta siempre había manifestado ser una grandísima admiradora del joven Káiser de Alemania, desde que él jugaba en el Hamburgo, y lo seguía admirando aunque Karl ya llevara años formando parte del equipo muniqués. Gretel estaba emocionadísima porque Karl le había prometido a Marie que se tomaría con ella todas las fotos que quisiera y que le regalaría una de sus camisetas autografiadas.
- Quizás, ahora que ya he crecido, tu hermano al fin se fije en mí y entonces seremos cuñadas.- dijo Gretel cuando iban entrando al campus.- ¡Podrías ser mi dama de honor!
- ¿No crees que estás llevando tus sueños demasiado lejos?.- Marie echó a reír.- Además, creo que mi hermano ya tiene novia.
- ¡Oh! ¿Es eso verdad?.- Gretel hizo un puchero.- ¿Quién es? ¿Alguna modelo o actriz? ¿Es bonita, al menos? Seguramente anda con alguna de esas chicas que parecen palillos. ¿Por qué a los famosos sólo les gustan las actrices?
- Ella no es ninguna de esas cosas, es reportera.- negó Marie.- Es muy linda, mucho más que cualquier actriz, y no es un ridículo palillo, ella se mantiene en buena forma.
- ¡Oh! ¿En verdad?.- repitió Gretel.- Me gustaría conocerla algún día. ¡Tengo que decirle que cuide bien de mi Káiser mientras él decide que yo soy el amor de su vida!
- Sí, Gretel, como digas.- Marie puso los ojos en blanco.
Las chicas se encontraban ya a medio camino del sitio en donde las estaban esperando Rudy Frank y Karl Heinz cuando Marie vio por el rabillo del ojo algo que le llamó la atención; giró la cabeza para ver de qué se trataba y se detuvo a medio paso al ver al joven de cabello negro y ojos miel al que ayudó en la Estación de Trenes cargando una caja que se notaba que pesaba mucho. El muchacho iba sin camisa y sus músculos se le marcaban por el esfuerzo que hacía al cargar la caja. Marie se ruborizó al instante y sintió que, a su lado, Gretel dejaba escapar el aliento.
- ¡Guau!.- dijo Gretel, impresionada.- ¡Pero mira nada más que cosas tan buenas tienen aquí! ¿Quién es él?
- No tengo ni idea.- respondió Marie. "¡Aunque me gustaría saberlo!".
Leonardo se dio cuenta de que dos jovencitas estaban observándolo y se detuvo, sorprendiéndose mucho al ver que una de ellas era la chica rubia de la Estación de Trenes, tanto que poco le faltó para dejar caer la caja. Cuando Marie vio que él había notado su presencia, le sonrió con cierta timidez pero también con una expresión de reconocimiento, a lo que Leonardo respondió con una sonrisa de oreja a oreja.
- Guten Tag!.- soltó Gretel, sin titubear.- Perdón que lo interrumpa en su labor pero, ¿sabe cómo podemos llegar al campo de entrenamiento principal?
Marie tuvo ganas de darle un golpe a Gretel porque era obvio que ésta sólo buscaba atraer la atención del chico ya que aquélla conocía perfectamente el camino que la llevaría al campo principal, cuestión que Gretel no desconocía.
- Por este camino, todo derecho, doblen a la izquierda en el primer recodo y ahí lo encontrarán.- respondió Leonardo, muy solícito.- Desde mucho antes escucharán los gritos de los jugadores, no es posible perderse.
- Gracias.- Gretel le sonrió de forma coqueta.- Es usted muy amable.
- Con gusto las acompañaría pero tengo trabajo qué hacer.- Leonardo, sin embargo, sólo miraba a Marie.
- No se preocupe, no queremos interrumpirlo.- Marie sintió que se ponía de mil colores.- Sabemos cómo llegar, muchas gracias por su tiempo.
- Es gibt kein problem!.- respondió Leonardo.- ¿Trabajan aquí? Perdonen que pregunte pero acabo de comenzar a laborar en este lugar y aún no los conozco a todos.
- No, vinimos a ver a mi hermano y a mi papá.- respondió Marie, casi sin pensar.- Ellos son los que trabajan aquí.
- Ya veo.- Leonardo sonrió.- Eso significa que existe la posibilidad de que te vuelva a ver, ¿cierto?
Marie soltó una risita nerviosa, se acomodó el cabello rubio con coquetería detrás de la oreja y empujó a Gretel, quien ya se había dado cuenta de que el joven sin camisa sólo le prestaba atención a su amiga.
- Muchas gracias nuevamente por las indicaciones, ya nos tenemos que ir.- Marie empezó a caminar, esperando que Gretel la siguiera.- Auf Wiedersehen!
- Adiós.- Leonardo respondió en español, lo que hizo que Gretel soltara un suspiro.
- ¡No es justo, siempre acaparas a los más guapos, Marie!.- soltó la susodicha cuando ambas se encontraban bastante alejadas del mexicano.- ¡No te quitó la mirada de encima, mala amiga!
- ¿Qué no se suponía que vienes a ver a mi hermano, al que quieres convencer para que se case contigo?.- replicó Marie, sin dar su brazo a torcer.
- Sí pero quizás estoy equivocada y tal vez ese extranjero tan guapo es el auténtico amor de mi vida.- Gretel hizo otro puchero.- Pero, para variar, tienes que cortar mis ilusiones de una forma muy cruel.
Lo bueno de Gretel era que tenía corazón de condominio y así como en un momento le había gustado Karl y en otro se había prendado del desconocido mexicano, más tarde se enamoraría quizás de algún preparador físico o de alguien a quien viera en el U-Bahn y se le olvidaría que el extranjero había puesto sus ojos en Marie. Menos mal porque, a pesar de que era la segunda vez que lo veía, ésta comenzaba a darse cuenta de que tenía muchos deseos de que el mexicano siguiera interesado en su persona.
Notas:
- Hedy Lims es un personaje creado por Elieth Schneider y es usado con su expreso consentimiento; Hedy NO está basada en Heidi Klum, yo usé el parecido entre sus nombres para hacer el chiste.
- En el manga de Captain Tsubasa no se especifica cómo murieron los padres de Sho, ni siquiera se aclara si están muertos aunque es lo más probable dado que él fue criado por su abuelo, pero conociendo a Takahashi lo más seguro es que hayan fallecido en un accidente de tráfico.
- En el arco del World Youth, Sho era un jugador muy individualista que odiaba formar parte de un grupo y al que rara vez se le veía cerca de sus compañeros, situación que cambió en el arco del Road to 2002 ya que se muestra que juega más en conjunto en el Bayern Múnich y que tiene una relación aceptable con sus compañeros.
- Con la frase "¡Pepe el Toro la mató!", Lily hace alusión a la película mexicana "Nosotros los pobres" aunque ella la modificó a su conveniencia.
- No está mal escrito, Voguée es una parodia de Vogue.
