Capítulo 31.
Múnich.
Pasaron quince días durante los cuales la Bundesliga tuvo jornadas dobles para compensar los días de descanso que se tuvieron a raíz del amistoso entre Alemania y Japón. El Bayern Múnich, imparable, continuó ganando por goleadas todos sus encuentros, mostrando el regreso de un renovado Stefan Levin, quien volvió a anotar de manera certera en cada partido que jugó, demostrando la perfección de máquina sueca que fue durante sus épocas del Mundial Sub-19. Alguna especie de cambio se había operado en Levin que mostraba que estaba dispuesto a sacudirse la mediocridad que había tenido en encuentros pasados, aparentemente la pausa de la Bundesliga le había caído muy bien. El partido contra el Bayer Leverkusen fue el que marcó el gran regreso del sueco pues colaboró con dos tantos a la goliza d que le propinó el Bayern, siendo superado sólo por Karl Heinz Schneider, quien realizó su ya acostumbrado hat-trick. Tres días después, el Bayern se enfrentaba al Hannover 96 y Levin volvió a anotar, contribuyendo al 4-1 que consiguió el equipo de la Baviera. Se esperaba, pues, que el sueco se prestara para conservar la racha ganadora del Bayern cuando se enfrentara al Eintratch Frankfurt en la próxima fecha de la Bundesliga. Sin embargo, fue contra el Wolfsburgo, en las eliminatorias de la DFB-Pokal, en donde se demostró claramente que Schneider, Sho y Levin serían los pilares fundamentales del equipo muniqués pues acribillaron sin piedad la portería rival, demostrando a los demás clubes alemanes que su intención era llevarse a casa los trofeos de las ligas más importantes del fútbol nacional, la Bundesliga y la DFB-Pokal. Se acercaba, además, el final de la primera parte del torneo de la Bundes y Rudy Frank Schneider tenía la intención de hacerse con el Campeonato de Invierno, el cual conseguiría si el equipo se mantenía en lo alto de la tabla general.
La vida en Säbener Straße retomó su curso normal, con Leonardo Del Valle formando parte de la plantilla regular de trabajadores aunque seguía sin tener un puesto fijo. Marie Schneider se dejó ver tan frecuentemente en los campos de entrenamiento que Lily tuvo qué decirles a los Schneider que la joven iba a verla a ella, pues la alemana le había pedido que la presentara con su amiga Elieth. Esto calmó las sospechas del entrenador Schneider, quien comenzaba a ver con malos ojos que su hija tuviese tanta relación con el mexicano y al mismo tiempo le dio a Marie la excusa perfecta para conocer a su casi cuñada. Lily, sin embargo, le hizo prometer a la alemana que tendría que dejar de ser tan obvia porque su padre y su hermano comenzaban a sospechar que ella no iba a los entrenamientos para verlos a ellos.
- ¿Tú cuál crees que sea entonces el motivo por el que vengo a Säbener Straße si no es para ver a mi familia, Lily?.- quiso saber Marie.
- Yo no sé nada, realmente.- Lily frunció el ceño.- Pero lo que sí te digo es que no me quiero quedar sin hermano tan pronto.
La rubia enrojeció levemente y cambió el tema; sin embargo, limitó sus contactos con Leonardo durante sus visitas a Säbener Straße, manteniendo su distancia con éste para no levantar suspicacias en los dos varones Schneider. Leo Shanks habría de decirle a Lily después que Marie acudía frecuentemente al Hospital General de Múnich por las tardes aunque no parecía ir a consulta. Lily no necesitó de mucho más para saber que la chica no estaba interesada en visitar a un doctor.
- No sé cómo tomarme esto.- le confesó Lily a Leo Shanks.- Leonardo le lleva cinco años a Marie y no sé cuáles sean sus intenciones con ella, se lo he preguntado pero me contesta con evasivas.
- Bueno, no deberías de inquietarte tanto, Marie ya es mayor de edad y sabe lo que hace.- Leo Shanks se encogió de hombros.- Pensé que le darías más crédito a mi tocayo, después de todo es tu hermano.
- Precisamente porque es mi hermano sé bien de lo que es capaz.- Lily frunció el ceño.- ¿Te acuerdas que nosotros tardamos seis meses en enterarnos de que la Peque y él estaban saliendo? Y no sé si lo sepas pero Marie y Leonardo ya se habían visto antes, en la Estación de Trenes cuando él llegó a Múnich, y mi hermano le coqueteó descaradamente. Es obvio que tenía planes de invitarla a salir pero se contuvo cuando supo que es la hija de su jefe. Al menos debo darle crédito por eso pero sigue desconcertándome.
- Sí sabía que ya la había visto, me habló de ella cuando llegó a mi departamento pero yo tampoco sabía que se trataba de Marie Schneider.- asintió Leo Shanks.- Pero déjame y te digo que ella también se ve muy interesada en él, no es como si fuera la inocente oveja que va a ser devorada por el lobo. A mi parecer, ella es tan loba como él.
- Tal vez.- Lily esbozó una pequeña sonrisa.- Pero lo que me preocupa es que Karl no va a pensar lo mismo cuando confirme sus sospechas.
- En ese caso, deja que sean ellos quienes se preocupen.- rió Leo Shanks.- De cualquier modo, Leonardo debe hacerse responsable de sus actos y su hermanita debería de dejar de cubrirle las espaldas.
- Supongo.- Lily suspiró.- Por cierto, ¿no les incomoda a Gwen y a ti que Leonardo esté viviendo con ustedes?
- Para nada.- negó el médico.- Estamos muy bien con él, Gwen lo aceptó de buen grado, sobre todo cuando vio que hace el aseo del departamento sin que ella se lo pida.
- Le dije que se viniera a vivir con Elieth y conmigo pero se negó.- protestó la joven.- Que porque no quiere escuchar gemidos a medianoche, el muy imbécil.
- ¿Y qué no tiene razón en eso?.- cuestionó Leo Shanks, con una sonrisa burlona.
- Qué gracioso.- Lily enrojeció y le propinó una pequeña patada.- ¿Por qué no estás más indignado con el hecho de que Leonardo insinúe que tu hermana se esté acostando con el Káiser?
- ¿Quién te dice que no lo estoy?.- el francés se puso serio de repente.- Los últimos quince días han sido mortales para mí, he tenido que cubrir turnos dobles y he estado presente en muchas cirugías por lo que llego a casa sin saber cómo me llamo y la energía que me queda la ocupo en respirar; comprenderás que, en esas condiciones, el Káiser va a hacerme trizas si intento partirle la cara por acostarse con mi hermana, pero en cuanto tenga vacaciones iré a decirle un par de cosas a ese alemán insolente.
- ¿No podrías esperar un poco más?.- Lily puso cara de disculpa.- Que Eli apenas está aceptando sus sentimientos y si vas y golpeas a Karl es capaz de dejarle de hablar, la relación que hay entre ellos es frágil aun.
- Entre ellos no hay algo.- negó Leo Shanks, frunciendo el ceño.
- Y si eso es cierto, ¿por qué quieres golpear a Karl entonces?.- quiso saber la doctora.
- Touché.- bufó Shanks.- De acuerdo, tendré que decir entonces que entre ellos hubo algo. Tuvieron sexo, al menos, y yo he estado demasiado metido en el hospital en los últimos meses como para pelear por el honor de mi hermana pero eso está por cambiar.
- ¿Qué, vas a ir a retar a Schneider a un duelo, golpeándolo en la cara con un guante blanco y toda la cosa?.- preguntó Lily, irónica.
- Búrlate todo lo que quieras pero no estarás tan contenta cuando vaya y golpee a tu amiguito.- gruñó Leo.- No hay algo con lo que puedas impedir que lo haga.
- No te estoy pidiendo que no lo hagas, sólo que esperes un poco a que Elieth deje de ser tan tarada.- Lily suspiró.
- Si me espero a eso, me voy a morir de viejo.- replicó el francés.- Ya te dije, aguantaré hasta mis vacaciones para ir a plantarle la cara a Karl Heinz Schneider, ese tipo tiene que saber que Elieth Shanks tiene un hermano que va a defenderla, aunque se tarde meses en dar la cara por estar tan ocupado operando.
- Como quieras pero si Elieth deja de hablarle a Karl por tu culpa, lo pagarás.- la doctora rio.- Por cierto, ¿qué es lo que le sucede a Gwen? Ha estado de lo más extraña últimamente.
- Eso es algo que yo también quisiera saber.- Leo negó con la cabeza.- Desde que Olga Schwartz fue a buscarla al hospital ya no es la misma de antes. ¿Qué tiene esa mujer del demonio que sacó a mi novia de su tranquilidad habitual? ¿No te ha contado algo a ti?
- No, precisamente por eso estoy preguntándote qué le pasa.- negó Lily.- Le voy a comentar a Nela y tal vez ella pueda sacarle alguna información.
- Ojalá.- suspiró el joven.- Me gustaría que mi novia confiara en mí y me dijera directamente qué es lo que le sucede pero ella asegura que está bien.
- Tal vez no le pasa algo grave y estamos exagerando.- sugirió Lily aunque no estaba muy convencida.
- Y ya que estamos hablando de nuestras parejas.- Leo se puso serio.- ¿Qué es lo que ha sucedido con Genzo? He visto que la liga que Zeeman y él jalaban en sentidos opuestos al fin se rompió de tanto estirarla.
Lily sabía a qué se estaba refiriendo su amigo; los últimos dos partidos del Hamburgo no fueron buenos para Wakabayashi y los rumores se corrieron rápidamente, al grado de que la mayoría de las personas dejaron de prestar atención al caso de Bárbara y Kaltz. Triste cuestión para Lily porque, aunque estaba feliz porque al fin estaban dejando en paz a su amiga, había sido a costa del escándalo que se desató por el futuro de su novio.
- Sabía que esto sucedería tarde o temprano, se veía venir.- contestó Lily, sombría.- Los que somos más cercanos a Gen sabíamos que era cuestión de tiempo para que Zeeman encontrara la manera de bloquearlo.
- ¿Y qué es lo que piensa hacer?.- quiso saber Shanks.- ¿Has hablado con él recientemente.
- Sí. Está muy decaído pero se niega a darse por vencido, a pesar de que sabe que hay poco que pueda hacer.- explicó Lily, triste.- He tratado de darle mi apoyo y le he sugerido que siga su "plan B" pero lo veo muy renuente a hacerlo.
- Genzo se sigue aferrando al Hamburgo y eso tampoco es bueno.- opinó Leo.- Está en un punto donde el daño es irreparable y lo mejor que puede hacer es retirarse con dignidad.
- Lo sé bien.- suspiró Lily, decaída.- Pero es él quien tiene que convencerse de ello.
- ¿No le has sugerido que se venga para el Bayern?.- quiso saber Leo.- Digo, así ustedes estarían juntos y no tendrían el problema de que los demás crean que están "traicionando a sus equipos".
- Mira, sabes bien que Schneider le ha insistido en varias ocasiones para que acepte la oferta del Bayern.- suspiró Lily.- De hecho, en base a los acontecimientos recientes, la directiva le replanteó a Gen la oferta de venirse al club pero él no ha dado respuesta aún.
- Ya entiendo.- dijo el médico, pensativo.- Supongo que querrá analizar sus opciones, el Bayern no es el único equipo que lo quiere entre sus filas.
Un par de días después, Elieth y Marie coincidieron en Säbener Straße pues aquélla preparaba un reportaje sobre el "resurgimiento" de Levin y ésta estaba dándole a Gretel una última visita antes de que regresara a Hamburgo, tras casi un mes de vacacionar en Múnich ("lo bueno es que sólo venía de visita 'por unos días'", pensó Marie, divertida). Lily consiguió que la presentación entre ambas chicas se viese como si hubiera sido algo que se le ocurrió de momento pero lo cierto era que llevaba días planeándolo porque Marie había sido muy insistente al respecto y Lily sentía cierto impulso a ayudar a alemana, quizás porque algo le decía que dentro de poco iba a acabar llamándole "cuñada". El caso era que Elieth se encontraba tomándole fotos a Levin cuando Lily se acercó, acompañada por Marie, aprovechando que Gretel estaba tratando de conseguir una selfie con el croata Shiken.
- Hola, Gatita, espero no interrumpirte.- saludó Lily, risueña.
- No, Lapinette, ya terminé.- Elieth le colocó la tapa del lente a la cámara.- ¿Qué ocurre?
Decir que las cosas habían cambiado entre las amigas debido a la creencia que tenía la francesa de que Karl Heinz Schneider estaba enamorado de Lily sería mentir, pero sin duda que el comportamiento de Elieth en los entrenamientos era más bien distante con ambos, como si quisiera demostrarles que no le afectaban los sentimientos de Karl. Lily sintió este breve alejamiento pero decidió ignorarlo para no arruinar las cosas con Marie, ya más tarde se encargaría de darle un jalón de orejas a su terca mejor amiga.
- Quería presentarte a la hermana de Karl, Marie.- continuó la joven doctora.- Creo que ustedes no habían tenido la oportunidad de conocerse.
- No habíamos tenido la suerte de coincidir.- Elieth le sonrió a la otra chica.- Mucho gusto, Marie.
- Me da tanta emoción el poder conocerte al fin.- Marie la miró con complicidad.- Mi hermano ha hablado tanto sobre ti que tenía muchas ganas de hacerlo.
- ¿De verdad?.- Eli se ruborizó ligeramente.- ¿Por qué te ha hablado tu hermano sobre mí?
Lily tuvo ganas de patear a Marie. "Lo primero que le digo y lo primero que hace", pensó la mexicana. "Esta mocosa hace lo que se le viene en gana, por algo dijo Leo que es más una loba que una tierna ovejita". Sin embargo, Marie era el ejemplo perfecto de la inocencia, o al menos así se comportó.
- Oh, mi papá también lo hace, después de todo eres la corresponsal del Bayern Múnich.- respondió la alemana, encogiéndose de hombros.- Hablan mucho sobre los buenos reportajes que haces del equipo, incluso he leído varios de ellos y debo decir que son geniales. ¡Me emociono tanto leyendo tus crónicas!
- ¡Ah! Ya veo.- Elieth pareció desilusionarse un poco.- Muchas gracias por tus palabras, en verdad.
- No tienes qué agradecer, me encanta que una mujer fuerte como tú pueda destacar en un mundo lleno de hombres.- continuó Marie.- ¿Sabes? Estoy estudiando para ser fisioterapeuta porque a la larga quiero trabajar para el Bayern Múnich, y ver que chicas como tú y como Lily pueden triunfar aquí me da muchas esperanzas.
La doctora se controló para no echarse a reír. Marie estaba manipulando muy sutilmente a Elieth, primero haciéndole creer que Karl había hablado mucho de ella a nivel personal (lo cual seguramente sí hizo) para después aclararle que sólo lo había hecho porque era la corresponsal del equipo. Era como si Marie estuviese calando el lenguaje corporal de Elieth, lo que le pareció bastante curioso.
- Pues para eso tendrás que ser una buena fisioterapeuta, que el Bayern sólo acepta a los mejores, aquí la doctora Del Valle podrá decírtelo.- respondió Elieth.- Y tú tienes mucho más que demostrar porque tu padre es un entrenador excelente y tu hermano es un as goleador, llevas una herencia pesada en la espalda así que tendrás que esforzarte al doble para mostrar que vales tanto como ellos.
- Vaya, pensé que me dirías que tengo el puesto asegurado porque mi padre es el entrenador.- Marie se sorprendió genuinamente.- Es lo que me han dicho todas las personas a quienes les he contado mi deseo. Con excepción de los dos Del Valle, claro.
- ¿Y te ha molestado que te haya dicho eso?.- quiso saber Elieth.
- Para nada.- negó Marie, sonriendo sinceramente.- Al contrario, creo que ahora me caes mucho mejor.
Las muchachas continuaron intercambiando impresiones sobre el equipo y a Lily le fascinó la facilidad con la que ambas evitaban el tema Karl Heinz Schneider a pesar de que las dos lo tenían bien presente. Después de un rato, Marie se despidió para ir a rescatar a Shiken de las garras de Gretel, haciéndole prometer a Elieth que algún día irían a tomar un café. La francesa sonrió mientras Marie se alejaba, situación que no pasó desapercibida para Lily.
- ¿Te cayó bien tu cuñada, entonces?.- preguntó la doctora, con malicia.
- Querrás decir que es la tuya.- la corrigió Elieth, haciendo un puchero.- Y sí, me cayó bien.
- Me da gusto eso.- replicó Lily, pensativa.- ¿Y sabes? Tienes razón, dentro de poco Marie Schneider va a ser mi cuñada, creo yo.
- ¿Qué?.- Elieth sintió que se le iba el alma a los pies.- ¿Quieres decir que vas a terminar con Genzo por culpa de ese imbécil?
- Quiero decir que a mi hermano le gusta Marie y a Marie le gusta mi hermano, así que si ellos comienzan a andar, eso la convertirá a ella en mi cuñada.- Lily la fulminó con la mirada.- Y deja de llamarle imbécil al imbécil, digo, a Karl, que no es él quien piensa que yo le gusto.
La doctora se alejó sin permitir que su amiga contestara; un tanto avergonzada por haberse anticipado erróneamente a los pensamientos de Lily, Elieth destapó el lente de la cámara y se puso a limpiarlo de manera un tanto distraída. Por el campo ubicado frente a ella pasó rápidamente un rayo amarillo y rojo y levantó la mirada para ver a Karl correr a toda velocidad, realizando un sprint con el balón en los pies; al volver a su sitio de partida, él disminuyó su ritmo hasta dejarlo en un trote ligero. Cuando pasó justo frente a Elieth, Schneider le sonrió con coquetería lo que hizo que ella se ruborizara hasta la raíz del cabello.
"Idiota", pensó la francesa aunque le devolvió la sonrisa.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Hamburgo.
Tal y como Lily se lo había dicho a Leo Shanks, en el equipo Hamburgo las cosas no marchaban bien para Genzo Wakabayashi; en un movimiento que ya se veía venir pero que aun así causó mucho impacto, Zeeman decidió prescindir de los servicios del portero japonés y poner al suplente en su lugar. Sin embargo, harto de que la prensa lo atacara constantemente por sus malas decisiones, había encontrado la forma de dejar a Wakabayashi fuera de los partidos gracias a la regla de máximo tres jugadores extranjeros en una alineación para un encuentro. De acuerdo a esta regla, Zeeman podía meter a tres extranjeros a jugar y dejar a otros dos como suplentes, usándola a su favor para atar a Genzo a la banca.
Cuando el once inicial del Hamburgo salió al campo, los rumores no se hicieron esperar entre la prensa y los aficionados. Una vez más, Wakabayashi estaría sentado en el banquillo, viendo el partido sin poder participar en él. Muchos fans estaban desencantados y comenzaron a lanzar rechiflas contra el entrenador, a pesar de que el equipo había conseguido buenos resultados en sus últimos encuentros pues ganó contra el Borussia Mondengladbach y contra el Hoffenheim a pesar de que Genzo no estuvo defendiendo la portería del Hamburgo. En el presente partido, que se jugaría contra el Leipzig, se vería si la estrategia de Zeeman era la adecuada pues, al momento, dicho equipo se encontraba en el segundo lugar de la tabla general de la Bundesliga así que estaba catalogado como uno de los más fuertes.
- Tal y como ha venido sucediendo desde el reinicio de la Bundesliga, es el alemán Schwaizer quien estará bajo el arco del Hamburgo en este encuentro.- anunció el cronista del partido.
Algunos esperaban que Schwaizer cometiera algún error imperdonable que obligara a Zeeman a poner a Wakabayashi en la portería, o que aquél no pudiese contra la máquina goleadora del Leipzig. Sin embargo, el alemán hizo un trabajo impecable y el Hamburgo pudo terminar con un empate a uno que, si bien no mantenía en ceros la portería, al menos ayudaba a conservar el invicto. A pesar de eso, el descontento se dejaba sentir entre la mayoría de los aficionados aunque muchos parecían estar de acuerdo con el hecho de que Wakabayashi había rebasado el límite y por tanto merecía el haber sido sustituido.
- Genzo Wakabayashi, el gran portero del Hamburgo.- dijo el comentarista.- ¡No jugó por tercer partido consecutivo!
- Gen, lo lamento.- farfulló un agotado Kaltz, mirando hacia la banca.
El portero, resignado, recogió su maleta y decidió marcharse antes de que algún reportero quisiera tomarle declaraciones. Todavía había personas que le preguntaban si era verdad que se había peleado a golpes con uno de sus compañeros de equipo y si creía que ésa había sido la causa de su repentina sustitución.
- Una lástima por Wakabayashi.- dijo un fotógrafo, estirándose.- Hay que admitir que su suplente está haciendo bien su trabajo aunque no resulta tan espectacular como el japonés.
- Todos los ciclos se cierran en algún momento y el de Wakabayashi con el Hamburgo llegó a su fin.- contestó su compañero reportero.- Muchos jugadores permanecen con el mismo club toda su vida pero no será el caso de este portero. Hay que reconocer de cualquier manera que él no puede crecer más en el Hamburgo, si quiere superarse deberá cambiar de equipo.
- Y ofertas no le faltan, ciertamente.- asintió el otro.- Ya veremos qué es lo que ocurre con él.
En los vestidores, aprovechando que Zeeman y Wakabayashi brillaban por su ausencia, los jugadores del Hamburgo intercambiaban impresiones entre sí. La mayoría participaba en la discusión aunque Kaltz prefirió permanecer al margen; sin embargo, quedaba claro que estaba al pendiente de la conversación.
- ¿Creen ustedes que Wakabayashi ahora sí nos abandonará?.- preguntó Boisler.- Con éste ya son tres los partidos que ha estado en la banca, sin olvidar que fue sustituido a medio encuentro contra el Augsburgo.
- Se lo merecía.- soltó Ëkdal, quien también había estado en el banquillo por haber iniciado la pelea que tuvo con Wakabayashi.- Si cualquiera de nosotros hubiera hecho lo que él hizo contra el Bayern Múnich, nos habríamos ganado la banca de manera inmediata pero a él se la perdonó fácilmente el entrenador. ¿Y qué consiguió a cambio? Que Wakabayashi siguiera haciendo de las suyas hasta que no le quedó más remedio que sustituirlo por Schwaizer.
- No estamos negando eso.- aclaró Boisler.- Sé que se deben acatar siempre las órdenes del entrenador para que un equipo funcione bien pero yo admiro a Wakabayashi por las agallas que tuvo en el partido contra el Bayern. Sólo él mantuvo el espíritu en alto a pesar de todo.
- ¿Estás diciendo entonces que apoyas su rebeldía?.- cuestionó Ëkdal.- Dilo más fuerte para que te escuche Zeeman, así podrá reemplazarte por alguien más.
- ¿Cuál es tu verdadero problema, Ëkdal?.- intervino Amaruso.- Desde un tiempo a la fecha has estado atacando a Wakabayashi de una manera u otra. Ustedes siempre han tenido ciertos roces pero creo que últimamente estás muy agresivo con él.
- Su problema es que quiere quitarle a la novia y no ha podido hacerlo porque ella es consciente de lo que vale Wakabayashi y no va a cambiarlo por alguien que está por debajo de él.- intervino Kaltz, mordaz.
Los demás se callaron durante unos minutos, ciertamente incómodos; todos sabían que el motivo por el que Wakabayashi y Ëkdal se habían peleado en pleno entrenamiento era la novia del primero pero, aunque la mayoría estaba de acuerdo con que el japonés tenía la razón en ese tema (a ningún hombre le caería en gracia que un colega del trabajo quisiera meterse con su mujer), nadie quiso intervenir en una cuestión tan delicada.
- En cualquier caso.- continuó Boisler, tras un breve titubeo.- Se rumora que muchos equipos le han hecho ofertas a Wakabayashi, es casi seguro que él se marchará para mitad de temporada.
- ¿A dónde piensan ustedes que se irá?.- preguntó Emanilson.- ¿Creen que permanezca en Alemania o que probará suerte en otra liga europea?
- Si yo fuera él, me iría al Bayern Múnich.- contestó Amaruso.- Es su mejor opción, los porteros más sobresalientes de Alemania han salido de ese club. Además, su chica está allá, así resolvería el problema de la distancia y de los equipos rivales.
Todos parecieron estar de acuerdo con esto. Todos excepto Ëkdal, a quien no le había hecho gracia el asunto de que Genzo podría estar al fin más cerca de Lily si se marchaba para Múnich. Kaltz, a quien no le pasó desapercibido este detalle, se acercó al noruego cuando el resto de los jugadores dejaron el tema de Wakabayashi y se dispersaron.
- Oye, Ëkdal, ¿cuándo vas a dejar a la novia de Genzo en paz?.- soltó el alemán, sin rodeos.
- Es curioso que te metas a defender a las novias de otros cuando no eres ni capaz de arreglar los problemas con la tuya, Kaltz.- le respondió Ëkdal, con cizaña.
- Mira que él no es el único que puede partirte la cara de un golpe.- exclamó Kaltz, enojado, aunque respiró profundo para mantener el control.
- ¿Qué, tú también quieres acabar en la banca?.- rezongó Ëkdal, burlón.
- No vale la pena.- negó el alemán.- De cualquier modo, dirás lo que quieras pero no podrás ocultar que ese "roce" que mencionó Amaruso es en realidad envidia. Sabes que cuando Wakabayashi se vaya del Hamburgo irá a parar al Bayern Múnich, en donde se reunirá al fin con la doctora, haciendo que tus patéticos esfuerzos para llamar la atención de ella se vayan al carajo.
- Si yo quiero le bajo la novia a Wakabayashi aun estando él allá.- replicó Alder, enojado.- Si ella sigue con él es porque no me he esforzado por quitársela.
- Seguro.- Kaltz soltó una carcajada sarcástica.- ¿Qué te gusta de la doctora, en todo caso? Si lo que te atraen son las latinas, ahí están Adriana Lima o Shakira ya que, de cualquier manera, la doctora Del Valle no tiene tan mal gusto para estar contigo.
El alemán no esperó respuesta y se dirigió hacia su casilla, dejando a Ëkdal enojado porque sí le molestaba la idea de que Wakabayashi se fuese a Múnich, en donde podría ver a diario a Lily Del Valle. ¿Por qué esa obsesión con ella, de cualquier modo? Kaltz tenía razón al decir que Ëkdal no la conocía realmente y como que seguir buscando a una chica que lo ignoraba sólo para acostarse con ella ya era demasiado, habiendo tantas otras muchachas dispuestas a dormir con él sin que tuviera que rogarles. No era feo, tenía dinero y era relativamente famoso, tres factores que harían que cualquiera cayese rendida ante sus pies. ¿Por qué seguir insistiendo con Lily Del Valle, entonces? Quizás porque el noruego sí la conocía, no directamente sino a través de otros medios: había visto la presentación que ella tuvo con las porristas del Bayern y le habían gustado sobremanera su energía y su carisma; la vio también en Múnich, cuando le llevó el cartel a Wakabayashi a su hotel, y le agradó darse cuenta de que podían existir mujeres que hacían esa clase de detalles para sus parejas; además, secretamente Ëkdal estaba impresionado por el hecho de saber que la doctora Del Valle fue una de las personas que participaron en la creación del Rugido del Dragón porque, para eso, la muchacha debía de tener cierto nivel de inteligencia y conocimientos médicos. Y también era cierto que si bien Genzo Wakabayashi no hablaba de su vida privada delante de sus compañeros, en alguna ocasión lo escuchó haciéndole comentarios ocasionales a Kaltz sobre ella, que le permitieron conocer indirectamente el carácter de la doctora. Aun así, quedaba la duda de si Alder Ëkdal realmente sentía una atracción mayor por Lily Del Valle o si sólo estaba obsesionado con ella por la simple razón de que lo había rechazado.
Kaltz, por su parte, revisó por enésima vez su celular, buscando en su correo un nuevo email en la bandeja de entrada, o algún mensaje de texto o de voz en su Whatsapp, desilusionándose una vez más al darse cuenta de que no había algo reciente en ninguna de las plataformas.
- Así que al final me has rechazado.- murmuró el alemán, sombrío.- Es una lástima que hayas decidido que no me consideras lo suficientemente bueno para ti…
El joven arrojó el teléfono a su maleta deportiva, el cual produjo el sonido que hace la pantalla al quebrarse pero a Kaltz no le importó.
Sport Heute, en su versión en línea, publicó el siguiente artículo redactado por su corresponsal Thomas Braun con motivo del partido entre el Hamburgo y el Leipzig:
"Zeeman, director técnico del Hamburgo, puso de titulares para este encuentro a tres jugadores extranjeros, tal y como hizo en los dos partidos previos, quienes son Amaruso de Brasil, Meto'O de Camerún y Emanilson de Paraguay. Debido a que llenó el límite de extranjeros permitidos para una alineación, Genzo Wakabayashi, quien tampoco es ciudadano de la Unión Europea, no pudo jugar una vez más. El joven portero alemán Schwaizer, el cual tiene la misma edad que Wakabayashi, es quien ocupa su lugar frente a la portería, y con dos victorias y un empate en los tres últimos partidos, se ha demostrado que el equipo puede mantener su buena forma aún sin Wakabayashi. Los rumores de la ruptura definitiva entre Zeeman y el guardameta japonés han llegado al máximo, alimentados por los movimientos que realizó recientemente el director técnico. De repente se ha vuelto muy real la aseveración de que Wakabayashi será transferido a otro equipo aunque aún no se sabe a cuál. Los reportes extraoficiales revelan que el portero nipón ha recibido ofertas no sólo de equipos alemanes sino también de otros países. Entre los interesados por Wakabayashi en Alemania están el Wolfsburgo, el Borussia Dortmund, el 1. FC Köln, el Schalke 04 y el Eintratch Frankfurt; en Inglaterra lo busca el Middlesbrough Football Club; en España, el Villarreal Club de Fútbol y en Italia lo quieren el AS Roma y el ACF Fiorentina.
Por supuesto, no es secreto para nadie que el más interesado de todos es el Bayern Múnich, del cual se dice que ha vuelto a ofertar un jugoso contrato por los servicios del japonés. Habrá que ver si Genzo Wakabayashi se decide al fin a salir del Hamburgo para militar en un club en donde sí le den la oportunidad de jugar y desarrollarse como futbolista…".
Múnich.
Por su parte, el Bayern Múnich continuaba con su racha goleadora en el partido contra el Eintratch Frankfurt. Schneider estaba imparable, como siempre, y disparó su casi infalible Fire Shoot con el cual perforó la portería rival, para beneplácito de los aficionados del equipo muniqués.
- ¡El As del Bayern Múnich, Karl Heinz Schneider, anota por quinto partido consecutivo!.- bramó Stephan Lehmann, conocido locutor del Allianz Arena.- ¡Este muchacho es una auténtica máquina de hacer goles!
- ¡Qué golazo, Schneider!.- lo felicitó Sho al tiempo que corría para festejar con él, seguido por Levin, Shiken, Corman y Mimba.
"Si ya no puedes jugar en tu equipo", pensó Schneider". "Ven y únete a nosotros lo más pronto posible, Wakabayashi. ¡Sólo con nosotros podrás alcanzar la Gloria! ".
Desde su puesto en el área médica, Lily observaba el partido con atención mientras leía furtivamente la nota de Thomas Braun en su Tablet, con cierta inquietud. A ella también le gustaría, y mucho, que Wakabayashi se uniese al Bayern Múnich pero la decisión sólo dependía de él.
"Todos te recibiríamos aquí con los brazos abiertos, Gen", pensó Lily, suspirando. "Sólo es cuestión de que tú te decidas".
Lily no sabía si era verdad que todos los equipos mencionados por Sport Heute le habían hecho una oferta a Wakabayashi por sus servicios como portero, él sólo le había confirmado las de los clubes alemanes y las de los italianos, pero al parecer de Lily, el equipo mejor preparado y con mayor nivel futbolístico de todos los que ofertaron por él, era el Bayern Múnich. Por supuesto, ella estaba consciente de que quizás estaba siendo parcial pero quedaba claro que el Bayern era el club que tenía más posibilidades de enviar a Genzo a la Champions League. Bueno, quizás también el Borussia Dortmund podría hacerlo si conseguía mantenerse dentro de los cuatro primeros puestos de la Bundesliga, pero el Bayern estaba en su mejor momento futbolístico gracias a los Schneider, a Levin, a Sho y a la tríada Shiken-Corman-Mamba, situación que debía aprovechar Wakabayashi para llegar a la cúspide.
"Aunque por supuesto que esto es sólo mi sentir, yo sé que tú piensas diferente y que vas a dejarte guiar por tu corazón futbolero, Gen", Lily esbozó una media sonrisa. "Siempre has hecho lo que quieres, mi amor".
Lo cierto era que el futuro profesional de Genzo Wakabayashi estaba muy lejos de definirse.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Nela estaba a punto de terminar su tesis cuando recibió un mensaje de Sho, preguntando si podía visitarla. Debido a que ella estuvo muy ocupada con la bendita tesis, no pudo estar presente en el partido contra el Frankfurt así que aceptó que él le hiciera una visita rápida, le vendría bien para descansar y además Sho prometió llevarle algo de comer, preparado por él mismo. Desde que la inglesa descubrió que él sabía cocinar, prefería comer en su departamento, o en el de Sho, lo que sea que el chino hiciera para ella.
Media hora después, Sho se presentó en el departamento de Nela llevando un recipiente grande en las manos. Ese día él iba vestido de manera informal y despreocupada en un look que a Nela le fascinó aunque procuró no hacérselo saber. Mientras degustaban los alimentos que Sho cocinó, ella lo felicitó por su desempeño en el último partido, en el cual había dado las asistencias necesarias para que Schneider y Stefan anotaran estupendos goles. Sin embargo, la chica le hizo notar a Shunko que él no había realizado ninguna anotación y que eso le restaba puntos.
- Oye, quería que Levin se luciera, estuvo muy apagado en los partidos pasados.- se justificó Sho, con una media sonrisa.- Tiene que demostrar que vale antes de que el entrenador Schneider se arrepienta de haberlo traído al equipo.
- Lo que Levin necesita es un buen jalón de orejas.- señaló Nela, antes de llevarse el tenedor a la boca.- Alguien que le diga sus verdades.
- Amor mío, ya me encargué de eso.- replicó Sho, con cierto orgullo.- ¿Por qué crees que está tan entusiasmado? Ya le hice ver que su comportamiento apestaba y que era hora de dejar el pasado atrás.
- ¿Eso hiciste?.- Nela enarcó las cejas, con sorpresa.- ¿Cuándo?
- Hace un par de semanas.- contestó Sho.- La verdad es que ya me tenía harto su actitud de desconsuelo.
- ¡Vaya! Por fin haces algo bien.- Nela sonrió, satisfecha.- Qué lástima que eso no sirvió para hacerlo entrar en razón con respecto a Débora.
- ¿Qué dices?.- el chino se asombró.- ¡Pero si eso fue lo primero que le dije que tenía que cambiar! Le hice ver que huir de alguien de quien se ha enamorado no es la solución y que debía dejar atrás el asunto de su novia muerta para poder volver a amar de nuevo.
- Y si eso le dijiste, ¿por qué las cosas entre Deb y él siguen igual que antes?.- cuestionó Nela, con extrañeza.- Ella continúa estando igual de deprimida que antes.
- No lo sé.- Sho lucía realmente sorprendido.- Juro que, cuando hablé con Levin, él aseguró que iría a hablar con ella para pedirle que le diera otra oportunidad.
- ¿Y no han vuelto a platicar sobre eso?.- Nela miraba pensativamente hacia la pared.- ¿Cómo para saber en qué quedó ese asunto?
- Bueno, no realmente, no hemos tenido mucho tiempo para hablar, con la jornada doble de la Bundes y el partido eliminatorio de la DFB-Pokal.- Shunko jugueteó con sus palillos chinos de madera.- No tenemos tiempo para pensar en otra cosa que no sea fútbol. No sé, yo di por hecho que la cosa iría viento en popa.
- Qué extraño… .- Nela jugaba con su tenedor.- Creo que tendré que indagar un poco, quizás Levin no ha podido hablar con Débora todavía.
- Sí, es posible.- admitió Sho.- Pero dime, ¿no estás orgullosa de mí? Hice bien tu trabajo.
- Hmmm, creo que después tendré que darle terapia a Levin, no sea que lo hayas dejado con daño psicológico.- Nela puso los ojos en blanco.- Conociéndote le has de haber dicho cada burrada…
El chino rio a carcajadas y su chica lo secundó. Ambos hablaron de temas varios hasta que acabaron de comer y Nela recogió los platos para comenzar a lavarlos. Shunko se ofreció a ayudar pero la joven se negó ya que, según sus palabras, si él había hecho la comida, lo justo era que ella se encargara de lavar la loza.
- Por cierto.- comenzó Sho, con tono cauteloso.- Hablé con mi abuelo anoche.
- ¿Ah, sí?.- respondió una distraída Nela.- ¿Y qué te dice? ¿Cómo se encuentra?
- Muy bien.- continuó el chino.- Me dice que su amigo ShuYi ya está prácticamente recuperado…
- Eso es genial.- comentó la inglesa.
- … y me dice que podrá venir a Alemania dentro de unos quince días… .- finalizó Sho, mirándola.
De pronto se escuchó el estrepitoso ruido que hace una taza de plástico al caer al suelo; la taza rebotó varias veces, creando mucho escándalo, hasta que al fin fue a parar a los pies de Sho.
- Vaya que estas tazas son resistentes.- murmuró Nela, apresurándose a recogerla.- Ésta en particular ha soportado dos caídas…
- ¿Estás bien?.- quiso saber el chino, preocupado.
- Sí. No. ¿Es demasiado tarde para salir corriendo?.- soltó Nela, nerviosa.
- ¿Sigues preocupada por conocer a mi abuelo?.- Shunko sonrió.- Es un hombre genial, de verdad, te va a caer muy bien.
- El problema no es que me caiga bien sino que yo le caiga bien a él.- replicó Nela.- ¿Y si no soy lo que él espera?
- Mi amor, hemos hablado de esto muchas veces y te he dicho ya que no tienes de qué preocuparte.- él la besó en la frente.- Mi abuelo te va a adorar tanto como lo hago yo, créeme.
- Ojalá.- Nela se dejó besar tras lo cual se llevó la taza irrompible al fregadero.- Menos mal que para entonces ya tendré lista la tesis, espero.
- ¿Aún tienes el vestido que te envió mi abuelo?.- quiso saber Sho.
- No, se lo regalé a Bárbara para que haga vestiditos para perro con él.- ella lo miró, frunciendo el ceño.- Por supuesto que aún lo tengo. Tendré que verificar que siga en perfectas condiciones antes de ponérmelo, sin embargo.
"O en otras palabras, tengo que checar que aún me quede bien", pensó Nela.
- Te vas a ver hermosa con él.- señaló Sho, mirándola con cara de hombre enamorado.
- Cambiemos el tema o tendré que comprobar una vez más si esta taza no se romperá aun cuando la lance contra tu cara.- bufó Nela, sonrojándose levemente.
Por respuesta, Sho soltó una carcajada, mientras Nela continuaba lavando las últimas piezas.
"¡Ay, que alguien me ayude!", pensó la atribulada chica. En su interior había guardado la esperanza de que el abuelo Sho se arrepintiese de su idea de ir a Alemania.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Hamburgo.
Tras mucho pensarlo, Kaltz decidió visitar a Genzo en su departamento. Hacía tiempo que no hablaban sin que hubiese alguien cerca y era innegable que el portero necesitaba apoyo ahora que su futuro en el Hamburgo pendía de un hilo. Mientras se dirigía al sitio en donde Wakabayashi había vivido desde que cumplió la mayoría de edad según los estándares alemanes, Kaltz pensó en lo que debería de estar sintiendo su amigo; Genzo había iniciado su vida profesional en el Hamburgo y se había entregado por completo al equipo, a cambio de recibir la formación deportiva que se esperaba de un club de tan alto prestigio. Sin embargo, el Hamburgo fue decayendo de nivel en los últimos años y apenas era una sombra de lo que fue en sus mejores épocas; quizás, en algún momento se pudo llegar a creer que el club podría recuperar ese antiguo resplandor cuando Schneider, Wakabayashi y Kaltz jugaron juntos en él pero esas esperanzas se fueron al caño cuando el primero abandonó el equipo para continuar su camino en el Bayern Múnich. Ahora, quedaba claro que la mentalidad del Hamburgo no estaba hecha para albergar a alguien como Genzo Wakabayashi, de manera que éste tendría que enfrentarse a la desilusión de saber que el club al que tanto se entregó no estaba dispuesto a seguir teniéndolo entre sus filas.
El alemán no le avisó al portero que iría a verlo, confiaba en encontrarlo recluido en su departamento; tras tantos años de conocerlo, Kaltz sabía que Wakabayashi no solía salir por las tardes pues prefería ver los resúmenes de los partidos de otros equipos, ya fuesen alemanes o extranjeros, además de que a últimas fechas él ocupaba esas horas vespertinas en hablar con su novia a través de Skype, así que estaba seguro de encontrarlo aun cuando no lo hubiese puesto al tanto de su visita.
- ¿Qué hay, Kaltz?.- saludó Genzo, al abrir la puerta.
- ¿Estás ocupado?.- preguntó el otro, encogiéndose de hombros.- Pasaba por aquí y pensé en venir a saludarte.
- Adelante.- Wakabayashi se hizo a un lado para dejarlo pasar.- No estoy haciendo algo de provecho, si es lo que quieres saber.
- ¿No vas a hablar con tu novia?.- insistió Kaltz, entrando al departamento y sentándose en el sofá de cuero que se encontraba en frente de la televisión, el cual mostraba el resumen del encuentro entre el Real Madrid y el Villarreal, que los merengues ganaron por goleada.
- Más tarde.- contestó el japonés, cerrando la puerta.- Hoy estará ocupada hasta tarde. ¿Qué sucede, Kaltz?
- Supongo que te imaginas ya a qué vine.- suspiró Kaltz.- Estoy preocupado por ti, Gen.
- Y no es para menos.- Genzo se dejó caer en el sillón reclinable que se encontraba junto al sofá.- Me encerré en un punto en donde no hay marcha atrás.
- En la vida no suele haber botón de retroceso.- replicó el alemán, sabiamente.- Por mucho que deseemos que sí lo hubiera. De verdad lamento que Zeeman te esté aplicando la regla de los extranjeros para mantenerte atado a la banca, Gen.
- ¿Tú también crees que el entrenador hace lo correcto, como opinan los demás?.- quiso saber Wakabayashi.- Sé que hablan de mí en los vestidores después de los partidos, lo cual realmente no me importa lo que digan ellos pero quiero saber qué piensas tú.
- No todos creen que el entrenador hace bien al dejarte en la banca.- negó Kaltz.- Boisler, por ejemplo, es de los que te defienden. Yo pienso que haces bien en preservar tu posición pero desgraciadamente el entrenador sigue siendo quien manda, nos gusten o no sus decisiones.
- Lo sé bien.- suspiró Genzo.- Lo que resulta irónico del caso es que probablemente mi arriesgada jugada en el partido contra el Bayern no hubiera tenido tanta repercusión si yo no hubiese insistido en continuar con mi rebeldía en encuentros posteriores.
- Pero entonces habrías dejado de ser tú.- rebatió Kaltz, con una sonrisa.- Hay cosas que no se pueden cambiar, Gen. Tal vez no debería de preguntártelo pero, ¿qué es lo que vas a hacer ahora? ¿Vas a aceptar alguna de las ofertas que te han hecho? Veo que estás interesado en el desempeño del Club Villarreal y ahora que sé cuál fue el marcador de su último partido, entiendo por qué te quieren allá.
- Bueno, el Real Madrid siempre será un equipo de peso para cualquier portero rival.- Genzo se encogió de hombros.- No he decidido todavía a qué club me iré, Kaltz. De lo único de lo que estoy seguro es de que mi salida del Hamburgo parece inminente.
- Entiendo.- el alemán agachó la cabeza.- Primero el viejo Schneider y después tú. Ambos se parecen más de lo que creen, siempre están buscando superarse a sí mismos.
- Tú también eres así, Kaltz, aunque te gusta llevar tu propio ritmo y está bien.- señaló Genzo, conciliador.- Fue bueno mientras duró aunque aún no se ha hecho oficial mi salida.
- ¿Piensas seguir viendo los partidos desde la banca?.- preguntó Kaltz, ligeramente sorprendido.
- No.- negó Wakabayashi, poniéndose serio.- He recibido una convocatoria por parte de Kira Kozo, el actual entrenador de Japón y he decidido aceptarla.
- ¿En verdad?.- el alemán enarcó mucho las cejas.- ¿Vas a irte entonces a Japón?
- Por un tiempo, sí.- aceptó el portero.- Será mucho mejor que estar aquí sin poder hacer gran cosa, ya has visto que Zeeman incluso me ha apartado de los entrenamientos lo mejor que ha podido. Al menos la Selección Japonesa me necesita.
- Entiendo.- Kaltz tuvo curiosidad de preguntar otra cosa pero se contuvo.
- Por cierto, ¿qué ha sucedido con Bárbara?.- Wakabayashi decidió cambiar el tema.- ¿Te contestó ya?
- No.- el alemán se mostró consternado.- Ni una sola palabra he recibido de ella desde que comenzó este cuento. Pensé que cuando el asunto se olvidara ella se dignaría a hablarme pero no fue así. Al parecer, era cierto eso de que Bárbara Schmidt sólo me buscaba por mi dinero…
- ¿De verdad te lo crees o sólo buscas justificarte?.- replicó Genzo, con severidad.- No puedo creer que seas tan cobarde, Kaltz.
- ¿Cobarde, yo?.- el joven se sintió ofendido.- ¡Si no he hecho otra cosa que defender a Bárbara de toda esta mierda!
- Tal vez seas valiente para defenderla pero eres un cobarde cuando se trata de enfrentarla.- insistió el japonés.- ¿Por qué no vas a buscarla y le preguntas directamente cuál es su problema? Si te hablaba sólo por tu fama y fortuna, que te lo diga de frente.
- ¿Y crees que ella va a aceptarlo tan fácilmente?.- cuestionó Kaltz, enojado.
- Mira, Kaltz, lo que creo es que ustedes dos necesitan hablar cara a cara y sin intermediarios.- replicó Wakabayashi.- Basta ya de querer usar a terceras personas y a los medios electrónicos para tratar de arreglar un problema de esta magnitud, tienes que tomar el asunto en tus manos y resolverlo tú mismo. O como diría la doctora Del Valle, "hay que tomar al toro por los cuernos".
- ¿Y cómo pretendes que haga eso?.- insistió el rubio.- ¿Esperas que vaya a Múnich o qué?
- Eso es exactamente lo que deberías de hacer.- asintió Genzo, sonriendo.- Ve a Múnich, busca a la señorita Schmidt y habla las cosas directamente con ella. Aclaren este asunto de una buena vez, que ya llevan semanas perdiendo el tiempo con él.
- Tú no fuiste a buscar a tu novia a Múnich después del lío por el beso que le diste en el Allianz Arena.- señaló Kaltz, mordaz.
- Porque no fue necesario.- Wakabayashi se encogió de hombros.- La doctora Del Valle es menos dramática en ese sentido y aceptó hablar conmigo por video llamada, pero como Bárbara es un poco más complicada, tendrás que tomar medidas drásticas, amigo.
- Demasiado drásticas.- replicó Kaltz, pensativo.
- Hablando en serio, te diré lo mismo que le dije a Bárbara cuando hablamos en Múnich.- continuó Genzo.- No la conozco así que no puedo asegurar que no sea una caza fortunas, pero sí conozco a dos de sus amigas más cercanas y sé que ninguna de ellas tendría como amiga a una oportunista. Además, podría asegurar que la señorita Schmidt sí siente algo sincero por ti, Kaltz, aunque no sé si sea amor pero sí un gran afecto, por lo menos.
- Hmmmm.- gruñó el alemán.- Así que tu idea es que vaya a Múnich a buscar a Bárbara…
- Sí. Estoy seguro de que no se negará a recibirte.- insistió el guardameta.- Podríamos irnos juntos, si así lo deseas, yo también tengo que ir a Múnich antes de marcharme a Japón.
- ¿Para qué?.- preguntó Kaltz aunque casi inmediatamente adivinó la respuesta.
- Eh, no le he dicho todavía a mi novia que me iré de Alemania por un tiempo.- contestó Genzo, en voz baja.- Y no es algo que desee revelarle por teléfono así que iré a verla para contárselo en persona, tengo que asegurarme de que ella comprenderá mis razones.
- Estoy seguro de que lo hará, Gen.- Kaltz sonrió.- La doctora Lily siempre ha respetado las decisiones que tomas y además debe de saber que situaciones como ésta se dan muy seguido cuando eres novia de un futbolista.
- Eso espero, Kaltz.- a pesar de todo, Wakabayashi no se veía convencido.- Eso espero.
Lo cierto era que a Genzo no le agradaba la idea de dejar a Lily en Alemania mientras él se marchaba a Japón, no ahora que Alder Ëkdal había declarado sus intenciones de aprovechar cualquier oportunidad para intentar acercarse a ella; de buena gana, el portero le pediría a la doctora que lo acompañara a Japón pero sabía que sería egoísta de su parte, Lily tenía sus propias metas y no deseaba que ella las interrumpiera por su culpa. Además, esto podía ser una buena prueba: si el amor que había entre Genzo y Lily resistía a la distancia y a los que querían interponerse entre ellos, sería una señal inequívoca de que es real.
Y siempre quedaba la opción de mandar a Ëkdal al hospital a base de golpes cuando Genzo regresara a Alemania, por supuesto.
-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-o-
Múnich.
Lily había decidido que le compraría algo a Genzo, un pequeño dije o cadena que pudiera usar sin que le causara incomodidades durante sus actividades diarias; se le había quedado muy grabado en la memoria el interés que él sentía por su dije de caduceo y si bien Lily quería regalárselo, Elieth le hizo ver que no sería buena idea ya que el colgante era bastante grande y podría molestarle a Genzo a la hora de jugar o entrenar. Así pues, la doctora eligió comprar algo especial para él, haciendo alusión a lo que le dijo sobre que ese tipo de regalos eran una muestra de amor de la persona que los obsequiaba. Lo malo era que Schneider no dejaba de burlarse, Lily había tenido la mala idea de comentárselo y el alemán no perdía oportunidad de hacer bromas al respecto.
- Podrías agarrar un balón, cubrirlo de oro fundido, ponerle una cadena y regalárselo.- señaló Karl, con inocencia.- Seguro que le encanta.
- Eres un completo imbécil.- respondió Lily, enojada.- Le voy a decir a Elieth que se consiga a otro que sea menos idiota que tú.
En vez de preocuparse, Karl se rio a carcajadas. Pero, a pesar de las burlas, el joven aconsejó a su amiga lo mejor que pudo con respecto a joyería masculina, señalándole que alguien como Wakabayashi no usaría algo muy elaborado.
- A los hombres nos gustan las cosas simples.- dijo Schneider.- Y Wakabayashi es todavía más sencillo que la mayoría.
Con estos consejos en mente, Lily dio una vuelta por algunas joyerías de Múnich, esperando encontrar algo que llamara su atención. No había, sin embargo, dije o cadena que fuesen lo suficientemente pequeños y masculinos que llenaran sus expectativas, la doctora no se imaginaba a Genzo usando alguna de esas cosas, lo que en verdad la decepcionó pues sería difícil encontrar la pieza de joyería ideal y no tenía dinero suficiente para mandar a hacer una a su gusto. Se había dado ya por vencida cuando entró a una tienda de deportes a conseguir un bote de pelotas de tenis que Leonardo le pidió por quién sabe qué extraña razón; al acercarse a la caja para pagar, Lily vio una vitrina en donde exhibían artículos pequeños, tales como encendedores, llaveros y navajas de bolsillo; entre objetos varios, la joven encontró un llavero que tenía la forma de unos guantes de portero y le pidió a la encargada que se lo mostrara. El llavero estaba hecho de metal resistente pero tenía una cubierta dorada que le daba cierta elegancia y Lily supo que había encontrado lo que buscaba.
- Mucho más práctico que llevar una cadena.- murmuró Lily mientras guardaba sus compras en su mochila, satisfecha.
Sólo quedaba ver cuándo se lo daría a Genzo. Faltaba mucho para que el Hamburgo volviera a enfrentarse al Bayern pero quizás Lily tendría la oportunidad de ver a su novio antes de eso.
Notas:
- Los equipos que están interesados en Genzo no son nombrados en el manga pero sí aparecen sus escudos, de ahí tomé los nombres.
- De acuerdo a la regla de alineación de extranjeros, sólo pueden incluirse a tres en la formación de un equipo para un partido, permitiendo tener a dos más en la banca por si el entrenador desea realizar cambios durante el juego (por supuesto, para meter a otro extranjero se tiene que sacar a uno de los que estaban jugando si ya se tiene lleno el cupo). De acuerdo a lo estipulado, los futbolistas que provienen de países pertenecientes a la Unión Europea no son considerados como extranjeros en las ligas de fútbol de dichos países.
