Capítulo 38.

Tokyo (con enlaces a Múnich).

Los japoneses se marcharon al descanso con un gol de desventaja, dejando en duda la capacidad del entrenador Kira para dirigir a la Selección Preolímpica. Aún con el Shugoshin Genzo Wakabayashi, la Selección de Japón estaba perdiendo el encuentro y era imposible no sentirse desmoralizado, a pesar de que en las gradas los aficionados japoneses se esforzaban en alentar a su equipo.

- Ha sido un primer tiempo muy intenso.- comentó Gino en las tribunas, tras esbozar una sonrisa divertida.- Quiero saber cómo van a hacerle para recuperarse de ese gol en contra.

- Taro dará lo mejor de sí, estoy segura.- señaló Eriko, con acidez.- ¡Un gol en contra no es importante cuando se tiene a dos excelentes jugadores en el campo de juego, no olvides que Genzo está defendiendo la portería!

- Ciertamente que así es pero Wakabayashi falló en un punto clave, aunque admito que hasta yo pude haber caído con ese juego de pases.- señaló Hernández, pensativo.- Por cierto que aún no hemos visto un enfrentamiento directo entre Misaki y Ochado, quién sabe si este amistoso será el escenario para determinar cuál es el mejor o si Misaki sacrificará su lucimiento personal en favor del bienestar del equipo.

Eriko no respondió porque ella pensó más o menos lo mismo, que aunque parecía que Ochado buscaba provocar tanto a Misaki como a Wakabayashi, sólo éste había respondido a los retos del nigeriano, retos de los cuales no salió tan bien librado, por cierto.

- Quizás ha decidido que no vale la pena caer ante sus bravatas.- señaló Eriko, poco convencida.

- O tal vez siente que no está a la altura de las circunstancias.- replicó Gino.

La japonesa le lanzó una mirada de enojo y Erika se apresuró en intervenir.

- Ya no peleen, ¿sí?.- pidió la francesa.- Que ya falta poco para que inicie la segunda mitad y nuestras preguntas quedarán resueltas.

En ese momento, un grupo de aficionados se acercaron a Gino para preguntarle si él era el Perfect Keeper y, si la respuesta era afirmativa, consentiría en tomarse una foto con ellos. Gino contestó que sí a ambas cuestiones y se dispuso a posar con el grupo de japoneses, quienes se mostraron muy felices de poder tomarse fotografías con el ídolo italiano. Mientras esto sucedía, Erika aprovechó para preguntarle a Eriko algunas cuestiones sobre Taro Misaki.

- ¿Por qué no le has dicho a Genzo que estás saliendo con Misaki, Eriko?.- quiso saber Erika.

- ¿Por qué habría de hacerlo?.- la japonesa fingió demencia.- Me resulta difícil el poder mantener contacto frecuente con Genzo debido a los compromisos que tiene en Europa así que no es como si me la pasara contándole todo lo que sucede en mi vida, me limito a decirle sólo lo importante.

- ¿Y ser novia de uno de sus compañeros de Selección que además también fue su amigo de la infancia no es algo importante?.- Erika esbozó una sonrisa sardónica.

- Oye, que Taro y yo todavía no somos novios, sólo estamos saliendo.- la piel blanca de Eriko enrojeció al máximo.- Además, no creo que mi vida amorosa le interese a Genzo, considerando que él no avisó que tiene de novia a una latina tercermundista.

- Lo dices como si fuera algo malo.- Erika frunció el ceño.

- Lo es.- sentenció Eriko, con desdén.- Habiendo tantas chicas de su nivel, Genzo eligió meterse con una que no lo está, empezando por la nacionalidad.

Este comentario molestó a Erika. Ella conocía a Lily Del Valle y no le agradó que la japonesa la menospreciara, además de que Erika por ser mitad mexicana también resultaba afectada por la crítica pero no tuvo oportunidad de responder porque Gino regresó de su sesión fotográfica y se sentó entre las dos.

- ¿Listas para la segunda mitad?.- preguntó.- ¿Quieres apostar, Eriko, sobre si Misaki aceptará un desafío de Ochado? Yo digo que no lo hará. ¿Qué dices si apostamos y, si yo gano, le confiesas a Wakabayashi que te estás tirando a uno de sus compañeros de Selección?

Eriko se turbó tanto con el comentario que las palabras se le atoraron en la garganta, lo que hizo que Erika esbozara una sonrisa. A ella le dio la impresión de que su novio cortó la conversación a propósito, como si hubiera escuchado los comentarios racistas de Eriko y hubiese querido intervenir antes de que la discusión llegara a un terreno escabroso.

Mientras tanto, en los vestidores de Japón, Kira terminaba de dar las últimas indicaciones a los jugadores. Wakabayashi permanecía apartado, prestando atención aunque al mismo tiempo pensaba en sus propias estrategias de defensa. Ochado y Bobang lo engañaron de la manera más estúpida y por su culpa Japón iba abajo por un gol, eso era algo que debía corregir para la parte suplementaria.

"Mejor así, ésos serán los dos únicos goles que podrán anotar", pensó Genzo. "¡No me volverán a engañar!"

- Les diré unas últimas palabras antes de jugar el segundo tiempo.- habló Kira, con Hana a su lado.- Quiero avisarles que tampoco voy a convocar a los que están jugando en equipos extranjeros para las preliminares asiáticas de los Olímpicos de Madrid.

- ¿Eh?.- los muchachos, sorprendidos, intercambiaron miradas entre ellos.

- Pensamos que eso sólo sería válido para los partidos amistosos entrenador.- comentó Urabe, expresando en voz alta lo que todos, menos Genzo porque ya se lo había comunicado el entrenador cuando lo convocó, estaban pensando.

- Al principio sólo planeaba aplicar esta regla para los amistosos.- respondió Kira.- Sin embargo, he decidido que lo mejor será que continuemos por nuestra cuenta. Jugadores como Tsubasa Ozhora, Kojiro Hyuga, Akai Tomeya y Aoi Shingo ya están batallando con las difíciles ligas de los países europeos en los que juegan, no quiero cargarles también la pesada responsabilidad de ayudarnos a clasificarnos para Madrid. Así pues, confío en que ustedes podrán demostrar que tenemos la capacidad suficiente para ganar sin ellos.

- ¡Sí, entrenador!.- exclamaron los jugadores, a coro.- ¡Daremos lo mejor de nosotros!

Varios notaron, aunque no quisieron expresarlo, que Kira omitió mencionar a Wakabayashi. Éste no había aclarado el asunto con su equipo en Alemania y por tanto los demás no sabían si estaba en la misma situación que Tsubasa y compañía o si formaría parte del grupo que pelearía por el pase a los Olímpicos. En ese preciso instante, era altamente probable que ni el mismo portero lo supiera.

Hana se acercó a Wakashimazu y a Sorimachi e intercambió con ellos algunos datos que la joven tenía anotados en su carpeta, quizás estadísticas o algo de relevancia para la segunda mitad del encuentro. Si bien al principio los tres se comportaron de manera muy profesional y seria, al final Sorimachi hizo algún comentario y tanto Ken como Hana se echaron a reír, confirmando lo que ella ya le había dicho a Genzo, que era amiga de los otros dos desde hacía muchos años. Lo que a Wakabayashi le sorprendió fue el hecho de que Sorimachi no estaba en el equipo titular, por lo que el portero no comprendió el por qué Hana se dirigió también a él; quizás alguien menos inexperto en relaciones amorosas habría notado que Sorimachi no era más que una "tapadera" para los otros dos pero Wakabayashi no se dio cuenta, aunque sospechaba que algo extraño pasaba con Hana y Ken. De cualquier manera, Genzo desechó rápidamente el pensamiento para ponerse en modo fútbol, es decir, esa faceta suya en dónde sólo importaba el partido que tenía por delante.

- Bien, estamos listos.- Ken entrechocó los puños y se dirigió hacia el túnel de los jugadores.- Hagámoslo.

- ¡Sí, estamos en el equipo titular, por fin vamos a jugar!.- Shun Nitta y Mitsuru Sano se le adelantaron y entraron con entusiasmo al campo.

Las 3 M, es decir, Misaki, Misugi y Matsuyama estaban conectados también, dispuestos a darlo todo por Japón. Ellos, a pesar de que en la primera mitad no dieron los resultados que se esperaban, seguían siendo el pilar de ataque de Japón.

"¡Nosotros de seguro ganaremos este partido!".

Genzo se quedó hasta el último, analizando como era su costumbre el lenguaje corporal de sus compañeros para calar su estado anímico. La mayoría de los jugadores, por fortuna, se veían decididos a darle la vuelta al marcador, no había alguien que se viese derrotado o decaído antes de tiempo.

- ¿Estás bien, Wakabayashi?.- le preguntó Hana.

- Perfectamente.- respondió él, con una sonrisa.- Nigeria no volverá a anotarme, eso te lo garantizo.

- Era lo que esperaba escuchar de ti.- ella también sonrió.- Por cierto que pensé que aprovecharías el medio tiempo para hablar con tu novia.

- ¡Ah!.- Genzo enarcó las cejas por la sorpresa que le causó el comentario de Hana.- La doctora Del Valle no me envía mensajes en el medio tiempo de un partido porque sabe que necesito concentrarme al máximo.

- Oh, ya entiendo.- Hana lo miró con cierta picardía.- Perdona si fui tan directa, es sólo que me dio curiosidad.

El portero tuvo una sensación extraña de vergüenza al ser tan directamente cuestionado sobre una cuestión de su noviazgo. Vaya, que al final Hana resultó ser tan indiscreta como cualquier mujer, aunque al principio no lo pareciera.

Mientras esperaba a que el árbitro diera inicio a los 45 minutos restantes de juego, Kira contempló a su equipo con cierta aprensión, se sentía nervioso por el resultado aunque confiaba completamente en sus muchachos y sabía que tenían la capacidad de llegar lejos por sí solos.

"Yo sí creo que esta Generación Dorada, aún sin los jugadores que están en el extranjero, tienen la suficiente capacidad para clasificarse sin problemas a los Olímpicos", pensó el hombre. "Sólo es cuestión de darles una oportunidad".

Mientras tanto, en Múnich, Schneider, Sho, Levin y Lily ya estaban listos para la segunda mitad del encuentro. Para sorpresa de los cuatro jóvenes, Elieth apareció para unirse a ellos y ver la última parte del partido, aprovechando que el entrenador Rudy Frank y el jefe de Elieth estaban demasiado ocupados como para interesarse en el hecho de que ella se estaba reuniendo con Karl en la misma habitación. Éste se puso de mil colores al verla y no supo qué decir, pero ella le sonrió con cierta coquetería para tranquilizarlo.

- ¿Qué se supone que debemos hacer?.- cuestionó Sho, con burla.- ¿Hacerte reverencia y llamarte die Kaiserin?

- Idiota.- gruñó Eli, mientras Stefan y Lily se echaban a reír.

- Oye, que eso es lo que yo hago.- dijo Lily, entre risas.- ¡Es lo mínimo que merece!

- Yo no le veo la gracia.- Schneider continuaba ofuscado.

- Nosotros sí.- admitió Levin, quien ese día estaba de muy buen humor por alguna razón que nadie sabía.- ¡Salve, Emperatriz!

Pasado el bochorno del primer momento, los jóvenes se pusieron a hacer teorías sobre quién ganaría el encuentro y lo que podría suceder en la parte suplementaria. Ellos llegaron a la conclusión de que a Japón les hacía falta un líder en la defensa y que si Misaki, Wakashimazu o Nitta no se decidían a atacar, sería difícil que igualaran el marcador, ya ni hablar de darle la vuelta.

- Por mucho que Wakabayashi defienda la portería, Japón no está siendo equilibrado en el ataque y así será difícil que alguien anote.- opinó Schneider.- Con el marcador como está, los japoneses corren el riesgo de perder. La primera señal de que el entrenador considera que cometió un error en el primer tiempo fue cambiar a su primera pareja de creadores de oportunidades de gol por Nitta y Sano.

- Además de que la defensa también ha cometido muchos errores.- dijo Levin, pensativo.- Wakabayashi es un gran portero pero no puede hacerlo todo por su cuenta. Se nota mucho la ausencia de Hiroshi Jitto pues entre él y Wakabayashi podrían mantener la defensa del arco pero sin Jitto la cosa se le complica mucho a Japón.

- Con esto se verá si el entrenador ha hecho bien en no querer convocar a los que están jugando en el extranjero.- señaló Lily.- Muchos de ellos podrían hacer una diferencia notoria.

- Bah, que yo no creo que traer a Tsubasa Ozhora haga mucha diferencia.- Elieth puso los ojos blanco.- ¿O ustedes creen que sí?

- No podemos opinar al respecto, es el protagonista del manga en el que aparecemos y por tanto nos guardamos nuestras opiniones.- Sho esbozó una sonrisa de burla.- Estamos obligados por contrato.

La segunda mitad del partido comenzó con un saque de Nigeria, aunque Japón se apresuró en recuperar el balón; los aficionados se entusiasmaron al ver cómo Sano le hacía un pase a Misaki, quien se encontraba en el medio campo. Éste se echó a correr, siendo franqueado por Misugi y Matsuyama a cada lado; sin embargo, Taro no cedió el balón a ninguno de los dos, decidido como estaba a reemplazar a Tsubasa en los partidos en donde él no estuviera presente, así que se dirigió directamente a Bobang para burlarlo con su técnica Ruleta con Balón Flotante. Sin embargo, Ochado se acercó rápidamente para apoyar a su compañero y buscó enfrentarse a Misaki, más éste prefirió pasar el balón y esquivar una confrontación directa. El esférico entonces le llegó a Nitta, quien corrió hacia la portería de Nigeria pero fue detenido por uno de los defensas, lastimándose en el proceso y consiguiendo un tiro de esquina para Japón. Ochado no tuvo reparos en recriminar a Misaki por huir de su confrontación.

- ¿Por qué escapaste de nuestro duelo, Misaki?.- preguntó Ochado, con dureza.

- No escapé.- negó Taro, frunciendo el ceño.- Pero esto no se trata sólo de jugadas individuales, también cuentan los pases y éstos son mi especialidad.

- Ya veo.- Ochado lo miró con desdén.- Así que éste es tu fútbol, ¡qué decepcionante!

El nigeriano se dio la media vuelta y se marchó, dejando a Misaki perplejo; fue Matsuyama quien lo sacó de su bloqueo mental al recordarle que él debía cobrar el tiro de esquina. Mientras realizaba esta jugada con la pierna izquierda, la cual tuvo que reforzar tras su accidente, Taro pensó con enojo que él no deseaba escapar de ninguna confrontación. El balón se dirigió impecablemente hacia la portería de Nigeria, siendo Wakashimazu el que se dispuso a tocarlo para marcar un gol con la cabeza; sin embargo, el guardameta africano no tuvo problemas en atrapar el esférico.

- ¡Estuvo tan cerca!.- farfulló Eriko, frustrada.- ¡Maldito portero, ese cobro fue perfecto!

- El guardameta hizo su trabajo, simplemente.- replicó Gino, con expresión divertida.

Nitta quedó tan malherido que tuvo que ser sustituido por Kazuki Sorimachi, quien de inmediato hizo dueto con Wakashimazu, cuyo juego conocía desde que ambos estudiaban en la secundaria Toho. Japón se dedicó entonces a atacar la portería de Nigeria con disparos de Sano, Misaki, Matsuyama, Soda y Sorimachi, pero ninguno pudo vencer al arquero nigeriano. Mientras tanto, al ver que los esfuerzos del equipo local resultaban insuficientes, los aficionados comenzaban a perder la confianza.

- Claro, sin Tsubasa para armar ataques decisivos y sin Hyuga para anotar goles el equipo no va a llegar lejos.- decían algunos.- A esta Selección no se le puede considerar como la "Generación Dorada"…

(N/A: Ya sé que este manga es de Tsubasa Ozhora pero me desespera que Japón no pueda hacer algo decente sin él, que a pesar de tener otros jugadores muy buenos de todos modos tenga que batallar si el Niño Perfecto no está presente, en verdad que situaciones como ésta me hicieron odiar al personaje de Tsubasa).

Nigeria, por su parte, simplemente dejó de atacar, sus jugadores se limitaron a pasarse el balón entre ellos para perder los pocos minutos que faltaban de juego. El equipo africano dejó de tener interés en su oponente al creer que no ofrecería algo más.

- El juego se ha estancado.- comentó Schneider, reprimiendo un bostezo.- Ciertamente Japón lo ha intentado pero Nigeria ha sabido contenerlo bien.

- Nigeria bajó tanto la intensidad que Gen no se ha visto en la necesidad de actuar.-dijo Lily, decaída.- Hasta Ochado perdió el interés en retarlo.

- Seguramente ha de creer que, como ya le anotó un gol, no necesita seguir probándose con él.- señaló Sho.

- Desgraciadamente es probable que tengas razón.- suspiró Elieth.

"Sé que éste no es el resultado que esperabas, Gen, de hecho éste es el resultado que no esperaba nadie", pensó Lily. "Pero aunque llegaras a perder, no voy a dejar de estar orgullosa de ti porque lo hiciste muy bien; desgraciadamente, tu puesto como portero te limita demasiado a las acciones ofensivas pero quisiera creer que no todo está perdido, aunque falten pocos minutos".

Irónicamente, Nigeria estaba aplicando la técnica de Torikago (mejor conocida como "Jaula de Pájaro") a un equipo cuyo portero usó esta técnica muchas veces con sus rivales en el pasado.

"Maldita sea, ya veo", pensó Genzo, frustrado. "En la segunda mitad Nigeria dejó de atacar a propósito. ¡No nos menosprecien, carajo!".

Mientras Japón se desesperaba al tratar de romper el Torikago de Nigeria, Ochado aprovechó para acercarse a Misaki y mirarlo con desprecio contenido.

- ¿Ya entiendes por qué es decepcionante tu fútbol, Misaki?.- cuestionó el nigeriano, en francés.- En este partido, sin siquiera haber luchado contigo, me he dado cuenta de que no hay manera en la que yo pueda perder ante ti. Ni aunque te contratara el PSG serías capaz de quitarme mi posición, simplemente porque no estás a mi nivel. Si Nigeria hubiese jugado como siempre, la diferencia de goles entre tu equipo y el mío sería aún mayor. El Japón que lideras nunca podrá ganar porque sólo eres un "Artista del Campo", a diferencia de Tsubasa Ozhora, quien es un "guerrero del campo".

Ochado se dio la media vuelta y se marchó con andar arrogante, dejando a un perplejo Misaki parado a la mitad de la cancha. Las palabras de Ochado le habían calado en lo más profundo porque era cierto que, sin importar qué equipo dirigiera, nunca conseguía la victoria. Le pasó también cuando estuvo en la preparatoria de Nankatsu, en donde Taro pretendió liderar al equipo que capitanease Tsubasa en la secundaria para tratar de ganar los Campeonatos Nacionales de Preparatoria, sin éxito, pues en tres años consecutivos el Nankatsu perdió ante el Toho de Kojiro Hyuga, dejando el primer antecedente de que Taro Misaki no tiene madera de líder. No era la primera vez que le pasaba y quizás por eso fue que Kira no le dio el brazalete de capitán para ese partido, pero aún sin serlo terminó repitiendo la experiencia y esto le produjo a Misaki una honda sensación de malestar.

- Este partido está sentenciado.- comentó Gino, con parsimonia.- Estamos entrando en el tiempo de descuento y esto ya no tiene remedio.

- ¿Qué le habrá comentado ese nigeriano a Taro?.- cuestionó Eriko, sin hacerle caso.- Lo que sea que le haya dicho lo dejó muy pensativo en un mal momento. ¡Vamos, Taro, yo sé que tú aún puedes hacer algo!

- Sólo quedan los tres minutos que el árbitro ha agregado al tiempo regular.- señaló Erika, mirando su reloj.- En verdad que no va a alcanzarle a Japón para conseguir un mejor resultado.

"Y al final tuve razón, Misaki nunca aceptó un reto de Ochado", pensó Gino, sin sorpresa. "Y creo que fue porque sintió que no estaba al nivel".

Wakabayashi, desesperado por la situación, intentó presionar a sus compañeros de equipo para que se lanzaran al ataque. ¡Qué frustrante era ser el portero y tener que depender de alguien más para conseguir una anotación! Sin embargo, él sabía bien que Ishizaki ya había roto una Torikago en una ocasión anterior, una que el mismo Wakabayashi le aplicó cuando ellos jugaban en equipos rivales, así que si había alguien que podía romper esa "jaula de pájaro" nigeriana, sin duda que sería Ishizaki.

- ¡Vamos, línea defensiva, suban!.- les gritó Genzo a sus compañeros.- ¿Qué no piensan hacer algo antes de que esto termine? ¡Vayan al ataque aunque sea peligroso! ¡Vayan todos a recuperar el balón!

- ¡Sí, hagámoslo!.- Ishizaki salió tras el esférico.- ¡Justo como lo dice Wakabayashi, tenemos que hacer algo!

- ¡No vamos a darnos por vencidos!.- añadió Urabe, echando a correr tras su compañero.

- ¡La defensa japonesa se lanza hacia el medio campo en busca de la pelota!.- tronó el comentarista.- ¡Esto es un Gamushara Press de Ishizaki, quien está siendo respaldado por Urabe!

Matsuyama y Sorimachi se unieron a ellos para hacer presión en la mitad del campo y tratar de crear una ocasión de gol favorable para Japón, ante la atónita mirada de Misaki, quien continuaba pasmado por las palabras de Ochado. Sin embargo, la actuación de los japoneses hizo que Ochado se decidiera a lanzarse por una última ofensiva para darle el tiro de gracia a Japón. El capitán nigeriano le ordenó a Jacks que corriera rumbo a la meta nipona para enviarle un pase, el cual Jacks tomó con precisión. Sin embargo, Genzo no estaba dispuesto a dejarse engañar una vez más ni tampoco iba a dejar de luchar hasta el final. ¡Por lo menos debían empatar ese partido a como diera lugar!

- ¡Ante la ofensiva de Nigeria, Wakabayashi sale de su puesto y del área de penales!.- exclamó el locutor.- ¡Vaya manera de arriesgarse!

- ¡Ya estaba preparado para esta situación!.- gritó Wakabayashi, mientras corría por el campo para después barrerse sobre el nigeriano y tratar de robarle el esférico.

- ¡Wakabayashi velozmente se lanza por el balón!.- dijo el narrador.- ¡Pero Jacks lo evade con un salto! ¡La portería de Japón está vacía y es una gran oportunidad para Nigeria!

- ¡Nooo! ¡Gen, tienes que hacer algo!.- gritó Lily desde el otro lado del mundo.- ¡No dejes que ese cabrón te anote!

- ¡Ahhh, pero Wakabayashi no lo deja escapar!.- continuó el cronista.- ¡El portero extiende su pierna derecha para bloquear a Jacks, que ya lo estaba pasando, y logra recuperar el balón en el aire! ¡Jacks cae violentamente al suelo pero la entrada de Wakabayashi es limpia y no hay falta!

- ¡SÍ!.- bramó Lily, feliz.- ¡Vamos, mi amor, tú puedes, no dejes pasar esta oportunidad!

- ¡Lánzate al ataque, Wakabayashi!.- Karl la imitó, apretando los puños.- ¡No pierdas ni un instante!

- ¡Vamos, Genzo, anota o verás cómo te va a ir cuando regreses a Alemania!.- exclamó Elieth, a su vez.

- ¡Pero este imbécil no entiende!.- Sho se palmeó la frente con la mano.- ¡Ya le anotamos un gol por dejar desprotegida la portería en el duelo que tuvimos contra él y de todos modos lo vuelve a hacer!

- Es hombre de costumbres.- señaló Levin, encogiéndose de hombros.

- ¡Es su marca personal!.- replicó Lily, con energía.- ¡Les dije que Gen no iba a quedarse de brazos cruzados!

Sorimachi, Matsuyama y Wakashimazu animaron al portero para continuar con la jugada, ante la sorpresiva mirada de los nigerianos quienes no se podían creer lo que estaba sucediendo.

- ¡Después de recuperar el balón, Wakabayashi se lanza al ataque!.- bramó el comentarista.- ¡Vaya portero!

"¡No vine desde Alemania hasta Japón sólo para perder jugando para mi Selección!", pensó Genzo, enojado. "¡Le hice una promesa a la mujer que amo y también me la hice a mí mismo y la voy a cumplir! ¡No voy a perder!".

- ¡Va a tirar, no va a lanzar pase!.- soltó Gino, tan sorprendido como todos los que seguían el espectáculo.- ¡Éste es un portero que no se anda por las ramas!

- ¡El arquero Wakabayashi se prepara y tira un disparo largo!.- dijo el narrador.- ¡La defensa de Nigeria está paralizada! ¡Ahhh, pero el balón está desviándose hacia Misaki, quien rápidamente toma su puesto como creador de jugadas de riesgo!

Efectivamente, cuando Genzo estuvo dentro del área nigeriana, lanzó un potente tiro largo que, sin embargo, acabó siendo un pase desviado para Taro, quien tomó el balón a pesar de la sorpresa que le causaron las acciones de Wakabayashi.

"¡Misaki, te confío la última oportunidad de gol!", pensó Genzo. "¡Sé que tú puedes conseguir el empate!".

- ¡Vamos, Taro, hazlo!.- saltó Eriko.- ¡Aprovecha la oportunidad que te dio Genzo y anótales un gol a estos infelices!

Misaki, al recibir el balón, recordó las palabras de Ochado y soltó un rugido de guerra, sorprendiendo incluso a sus mismos compañeros; Taro no iba a permitir que alguien volviera a decirle que él no era un guerrero. Los nigerianos se prepararon para bloquearlo, preguntándose cuál de todas sus técnicas usaría o si realizaría un pase, pero no tardaron en quedarse perplejos cuando vieron que Taro no hizo una técnica si no que se dirigió en línea recta hacia la portería contraria utilizando el Dribleo en Línea Recta de Kojiro Hyuga. Nigeria no pudo reaccionar cuando Misaki realizó un potente disparo.

- ¡Vamos, Taro, tira!.- gritó el doctor Shibazaki, desde las tribunas.- ¡Demuestra que ya estás recuperado!

Pero Bobang alcanzó a bloquear el disparo de Misaki; sin embargo, el tiro era más poderoso de lo que Bobang creyó y éste no pudo despejar por completo el balón. Ochado intentó entonces realizar esta acción pero Taro, decidido a pelear hasta el final, se impulsó para saltar y patear la pelota con su pierna derecha justo en el momento en el que Ochado la golpeaba también. Con este bloqueo, Ochado quedó fuera de combate y Misaki aprovechó el empuje para darle un último impulso al balón con su pierna izquierda.

- ¡Misaki logra disparar!.- ladró el narrador.- ¡Es un Mid Air Loop Shot! ¡El portero nigeriano no puede reaccionar y es… AHHH, EL BALÓN HA PEGADO EN EL TRAVESAÑO! ¡Rebota en el pasto y no cruza la línea de meta!

- ¡No puede ser!.- bufó Eriko, frustrada.- ¡Estuvo tan cerca!

- ¡Nooooo!.- gritaron los aficionados japoneses.

Dos defensas nigerianos se dispusieron a despejar el balón; al mismo tiempo, Taro se lanzó tras la pelota, decidido a dar el último remate. ¿Quién de los tres jugadores llegaría primero a su objetivo? Al final, sin que los defensas pudieran evitarlo, hubo un choque violento entre ellos y Misaki, a quien acabaron empujando contra el poste de la portería con mucha fuerza, ocasionando que el japonés golpeara su frente contra el duro metal (alguien cómprele un seguro contra postes a este hombre, por dios).

- ¡Ahhh, esto ha sido un enredo pero el balón… el balón ESTÁ ADENTRO!.- gritó el narrador.- ¡Misaki logra anotar de cabeza y es GOOOOOL DE JAPÓN! ¡La Selección Nipona empata en el tiempo de descuento!

- ¡SÍÍÍÍÍ!.- Eriko se puso en pie, secundada por los demás aficionados.- ¡Ése es mi Taro!

- ¡GOOOOOOOOOOOOL!.- gritó la afición nipona, emocionada.- ¡ÉSTA SÍ ES NUESTRA "GENERACIÓN DORADA"!

- ¡Lo consiguieron!.- exclamó Gino, eufórico.- ¡Es increíble pero lo han logrado!

A Misaki lo único que le importaba era continuar jugando porque después de su audacia se puso en pie, tomó el balón y caminó con decisión hacia el área de penales, en medio de las miradas asombradas de los nigerianos y de los japoneses, quienes no pudieron reaccionar ante ese gol tan milagroso y espectacular.

- ¡Sólo hemos empatado, aún no hemos ganado!.- expresó el muchacho, mientras la sangre le escurría por el rostro desde su frente.- ¡Debemos reiniciar el partido de inmediato!

- Mi-Misaki, necesitas ser atendido.- farfulló Ishizaki, mitad sorprendido y mitad preocupado pues a su amigo parecía no importarle el estar sangrando profusamente.- ¡Te has abierto la frente!

- Está bien, Misaki, es suficiente.- fue el árbitro el que detuvo el ímpetu del joven.- Hice válido tu gol pero el tiempo se acabó.

- ¿Eh?.- Taro lo miró sin comprender.

- ¡Y termina el partido!.- exclamó el comentarista.- ¡El árbitro ha pitado el final tras consultar el reloj! ¡Tremendo encuentro que nos han regalado estas dos escuadras! ¡Japón luchó hasta el final y dejó el alma en el campo!

- Y me atrevería a decir que también la piel.- señaló Sho, refiriéndose a la herida de Misaki.

Taro siguió contemplando al árbitro con sorpresa durante algunos instantes, tras los cuales se derrumbó en la cancha, en medio del grito de los espectadores y de los demás jugadores. Antes de sumirse en la inconsciencia, a Misaki le pareció escuchar a Eriko gritar su nombre.

"Perdóname, Eri-chan", alcanzó a pensar Taro. "No fue suficiente…".

En ese momento, la pantalla gigante del estadio repitió la escena del último gol de Japón, pudiéndose ver cómo Misaki se lanzó valientemente para empujar la pelota, a riesgo de lesionarse por encontrarse en una posición tan peligrosa. Sus esfuerzos rindieron frutos pues, gracias a su audacia, logró hacer contacto con el balón antes que lo hicieran los nigerianos y eso le valió el empate. Sin embargo, cuando se vio cómo Taro se estrelló contra el poste, los espectadores soltaron gritos de horror.

- ¡Taro!.- Eriko, a quien la emoción se le bajó de golpe desde que vio a Misaki derrumbarse, se angustió aún más cuando vio la escena del golpe en las pantallas.- ¡Está gravemente herido! ¿Qué nadie lo va a ayudar?

- No creo que esté tan gravemente herido.- señaló Erika.- Pero sí necesita atención médica urgente.

- Hay que reconocer que dejó el alma en el campo.- Gino parecía más divertido que preocupado.

- ¡Misaki!.- los compañeros del muchacho corrieron a ayudarlo.- ¿Estás bien? ¡Despierta, Misaki!

- Sí, estoy bien.- la inconsciencia de Taro no duró mucho, por fortuna.- Creo que por el momento sólo necesito descansar.

La banca japonesa y el equipo médico se metieron al campo para ayudar a Misaki pues parecía tener problemas para incorporarse, mientras los nigerianos trataban de digerir lo que había sucedido. Incluso el mismo Ochado tuvo que reconocer al final que su opinión sobre Misaki estaba errada porque su fútbol tenía mucho potencial no desarrollado, un potencial que él no quiso demostrar por el bien común del equipo.

"Nos volveremos a ver las caras, Misaki", pensó Ochado. "Nuestro verdadero duelo será en los Olímpicos de Madrid".

Genzo fue el único que no salió corriendo hacia el sitio en donde se encontraba Misaki; él sabía que para un futbolista una lesión era algo frecuente así que no se preocupó tanto como los demás, quizás porque estaba seguro de que su amigo iba a estar bien. El portero estaba satisfecho porque su último esfuerzo tuvo un buen resultado, él tomó la elección correcta con respecto a quién debía enviarle su pase. Después de todo, Wakabayashi había jugado muchas veces con Misaki y conocía su fútbol, mucho más que el de Matsuyama y el de Misugi, además de saber que su espíritu de lucha no le iba a permitir que se diera por vencido.

"Misaki, estuve en lo correcto al confiarte la última jugada del partido", pensó Wakabayashi, mirándolo a la distancia. "Hemos conseguido demostrarle a Nigeria el verdadero espíritu del fútbol japonés".

Mientras tanto, Taro intentaba ponerse en pie con grandes esfuerzos. La afición coreaba alabanzas para el aguerrido número 11 de Japón, quien lo dio todo en los últimos minutos del encuentro para conseguir un honroso empate para su equipo. El apellido Misaki retumbó por el estadio al ser gritado por miles de almas que sólo podían sentir orgullo de su Selección.

- ¡Ah, Misaki está consciente!.- continuó diciendo el locutor.- ¡Está tratando de levantarse, apoyándose en su rodilla aunque se ve que a duras penas puede mantener la consciencia!

- Voy a bajar al campo.- dijo Eriko, poniéndose en pie.- ¡Taro está muy mal y los demás no hacen más que mirarlo como si nada sucediera! Si él queda con daño cerebral, voy a demandar al entrenador de Nigeria.

- No creo que te dejen pasar, Eriko.- señaló Erika, con mucho tacto.- No formas parte del cuerpo técnico ni tampoco del médico.

- No, pero soy pariente de la asistente del entrenador y del portero titular de Japón.- replicó la otra, enérgica.- Ya quiero ver que intenten detenerme.

La japonesa echó a andar rumbo a la escalinata, sin esperar a que cualquiera de sus dos amigos respondiera. Gino y Erika intercambiaron miradas tras lo cual él se encogió de hombros y ella suspiró.

- Es como estar con una niña de cinco años.- dijo el italiano, a manera de disculpa.

- Es peor, al menos a la niña de cinco años la puedes controlar para que se esté quieta.- la francesa puso los ojos en blanco.

Ellos decidieron que lo mejor era seguir a Eriko pues alguien tendría que controlarla para evitar que se metiera en problemas.

Wakabayashi se acercó a sus compañeros con deseos de participar del ánimo festivo que había entre ellos. Fue gracias a él y a Misaki que el partido no se fue al carajo y eso todos lo sabían, a pesar de que sólo se coreara el nombre de Misaki por el hecho de que éste casi se parte la cabeza en el proceso de conseguir el empate. Sin embargo, a Genzo no le molestaba esto pues no necesitaba que se le reconociera a gritos su labor.

"Yuri, creo que puedo considerar que he cumplido parte de mi promesa, aunque aún me falte mucho para hacerlo al cien por ciento", pensó Genzo. "Me conoces y estoy seguro de que sabes que no me voy a detener aquí".

- ¡Ganemos con este equipo!.- exhortó Wakabayashi a sus compañeros.- ¡Vamos a ganar con este equipo los preliminares asiáticos para ir a los Juegos Olímpicos!

- ¡Así será, Wakabayashi!.- exclamó Ishizaki, secundado por varios de sus compañeros.

- Pero, Wakabayashi, ¿no se supone que debes volver a Europa?.- preguntó Makoto Soda, con sorpresa.

El portero no contestó; por supuesto que aún tenía pendientes en Europa, personas por las que debía y quería volver. Sin embargo, su espíritu de guerrero japonés se había encendido en ese partido y no quería marcharse de Japón sin quitarse la espina de no haber ganado con su Selección.

"Perdóname, Yuri, pero no puedo volver a Alemania aún", pensó Genzo. "De cualquier manera no estoy jugando con el Hamburgo y esa situación no va a cambiar antes de la pausa de invierno de la Bundesliga. Sé que vas a entenderlo porque tú harías lo mismo que yo si estuvieses en mi situación…".

Soda comprendió que dijo algo que no debía y prefirió no insistir, dejando al portero solo con sus pensamientos.

Los jugadores se acercaron a la grada en donde se encontraba la mayor parte de los aficionados nipones para agradecerles su apoyo. Con la imagen de los futbolistas saludando al público, la transmisión del canal online que reprodujo el partido cortó señal, pasando comerciales de los patrocinadores en su lugar.

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Múnich.

Con una sonrisa de satisfacción, Lily cerró la página a través de la cual disfrutó del partido; el ver jugar a su novio ya era de por sí gratificante pero el verlo dar todo de sí en un último esfuerzo para conseguir el empate fue mil veces mejor. Ése era el espíritu del SGGK, el que hizo que Lily se enamorara de él.

- Gen, hiciste un gran trabajo.- murmuró la doctora, feliz.- Ya sabía yo que no te ibas a quedar de brazos cruzados, tu última jugada fue simplemente genial. Sé que éste no es el resultado que esperabas pero puedes sentirte orgulloso de tu actuación.

- Tengo que admitir que Wakabayashi realizó una barrida imposible.- comentó Karl, a su lado.- Jacks no hubiese podido hacer algo para evitarla por más que hubiera querido. Y su pase no estuvo tan mal.

- ¿"No estuvo tan mal"?.- Lily frunció el ceño.- ¡Fue perfecto!

- Tuvo sus fallas pero no estuvo mal para alguien que juega de portero, digo.- Karl se encogió de hombros.- Si los defensas hubiesen estado más avispados, seguro que le hubieran cortado el pase. Para su fortuna, los nigerianos estaban demasiado sorprendidos como para reaccionar.

- De cualquier manera Gen lo logró y es lo que importa.- replicó Lily.- Ése es el espíritu del hombre al que amo.

- Sin embargo, vuelve a quedar patente la inutilidad que el equipo de Japón presenta cuando juega sin Tsubasa Ozhora.- señaló Elieth, crítica.- Les hace falta un buen creador de jugadas cuando ese tipo no está, no es posible que un equipo que aspira a ganar la medalla de oro en los próximos Olímpicos tenga que depender de su portero para amar una jugada de gol, cuando ya están colgando del tiempo suplementario que el árbitro les regaló.

- Eso es triste pero cierto.- concordó Sho.- No vamos a negar que Wakabayashi, en general, hizo un trabajo decente en la portería y que su última jugada fue lo que le dio el empate a Japón, pero si él no hubiese estado presente, que en teoría es lo que debió de haber pasado sino fuese por la terquedad de Zeeman, es altamente probable que Nigeria hubiese ganado por goleada. Es malo no tener un buen portero pero creo que es peor no tener quién te genere jugadas de gol.

- Hay jugadores con potencial entre los japoneses.- señaló Levin, a su vez.- Los famosos 3M, como los llaman, han demostrado tener potencial pero simplemente algo les falta a la hora de definir y los goles no llegan. Con buenas intenciones y entusiasmo no se ganan Mundiales ni medallas de oro.

- Totalmente de acuerdo.- asintió Elieth.- Sin embargo, si Genzo continúa jugando seguro que Japón llegará muy lejos, ya sabemos lo obstinado que es y él no va a darse por vencido hasta que su Selección no clasifique a los Olímpicos.

- Pero Wakabayashi debe regresar a Alemania antes de la pausa de invierno de la Bundesliga.- Karl enarcó las cejas.- Debe resolver su situación con el Hamburgo para poder moverse de equipo antes de que se reinicie el torneo el año próximo.

- Ay, Schneider, a veces me da ternura tu ingenuidad.- suspiró Lily, con cierta resignación.- Seguro que soy yo la que más desea que Gen vuelva pronto a Alemania, pero todos sabemos que es altamente probable que acabe jugando las eliminatorias asiáticas para los Olímpicos.

- Bueno, aún no pierdo la esperanza.- Schneider se encogió de hombros.- De cualquier manera debe volver antes de marcharse otra vez. En cualquier caso, podemos seguir hablando de este partido después, que por el momento es hora de ir al entrenamiento, el mánager no tardará en llamarnos.

- Ja, meiner Káiser! Lo que usted diga.- se burló Lily, haciendo una reverencia para Karl, tras lo cual hizo otra más para Elieth.- Su Alteza Doña Emperatriz, la veo a la hora de la comida.

- Payasa.- bufó Elieth mientras Sho y Levin soltaban la carcajada.

Estos dos también hicieron reverencias de burla, a pesar de que Karl los amenazó con presionarlos al doble en el entrenamiento. Aunque Karl no dijo nada, tanto Lily como Sho y Stefan entendieron que el alemán quería quedarse a solas con Elieth así que se marcharon tan rápido como pudieron; ésta entonces se acercó a él con una sonrisa coqueta y Schneider abrió los brazos para recibirla. Karl y Eli se fundieron en un beso intenso, que amenazaba con volverse muy ardiente debido al riesgo que había de que los volvieran a descubrir intimando en las instalaciones de Säbener Straße.

- Eres peligrosa, Elieth Shanks.- murmuró Karl, cuando se separaron.

- Eso es precisamente lo que te gusta de mí.- respondió ella, tras soltar una risa traviesa.

- ¿Vamos a vernos esta noche?.- preguntó él, acariciándole el rostro.

- Oh, lo siento mucho pero no puedo.- Elieth puso cara de disculpa.- Hoy sí tengo mucho trabajo por hacer, trabajo que está directamente ligado al Bayern, por cierto.

- De acuerdo; lo que menos quiero es que dejes tus obligaciones de lado por mí.- Karl aceptó, resignado.- Sin embargo, vas a tener que recompensármelo después.

- Como usted diga, mi Emperador.- ella volvió a sonreír.

Karl le dio un beso corto antes de dejar que Elieth se marchara primero para no levantar sospechas, a pesar de que estaba seguro de que a esas alturas ya todos en Säbener Straße sabían que él estaba acostándose con la reportera de Sport Heute.

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Tokio.

Mientras tanto, en el Estado Olímpico de Tokio, Misaki estaba siendo revisado por el doctor Hashimoto. La herida en su frente era más profunda de lo que parecía y además el galeno estaba preocupado por el trauma craneal que recibió el muchacho. El doctor Hashimoto temía que hubiese fractura del hueso frontal y el hecho de que Taro se hubiese desmayado indicaba que su cerebro también había sufrido una lesión. Misaki, sin embargo, trataba de restarle importancia al asunto.

- Estaré bien, doctor, no es algo serio.- insistía Taro.- No es la primera vez, ni creo que sea la última, que me pego contra el poste de la portería.

- Los boxeadores reciben golpes en la cabeza todo el tiempo y eso no significa que no van a tener repercusiones a largo plazo.- replicó el doctor Hashimoto.- Voy a mandarte al hospital, quiero que se te haga una tomografía para valorar el estado de tu cerebro.

Wakabayashi contemplaba el asunto con parsimonia; él había acompañado a Misaki a su valoración médica debido a que tardíamente sintió preocupación por el estado de salud de su compañero, al ver que éste presentó muchas dificultades para ponerse en pie y tuvo que ser sacado del campo en camilla. Con cierta curiosidad morbosa, Genzo se preguntó qué habría dicho la doctora Del Valle si hubiese sido él quien se golpeara contra el poste de la portería, si le permitiría el intentar escaparse de la tomografía como pretendía hacer Misaki.

"Por supuesto que no, la doctora me amenazaría con dejarme caer las Fuerzas de Autodefensa de Japón para obligarme a ir al hospital", pensó Genzo, divertido.

En ese momento se escuchó un escándalo a las afueras del consultorio, lo que hizo que todos los presentes giraran la cabeza hacia la puerta. El ruido fue haciéndose mayor conforme las personas que lo causaban se acercaban al lugar, llegando a su punto máximo cuando alguien abrió la puerta de golpe.

- ¡Soy una Wakabayashi, a mí nadie me dice que no puedo entrar a un lugar!.- para enorme sorpresa del portero, la escandalosa era Eriko, a quien tenía años de no ver.- ¡Me tiene que dejar pasar, soy pariente del portero titular y de la asistente del entrenador!

- ¿Qué está sucediendo aquí?.- cuestionó el doctor Hashimoto, perplejo.- ¡Señorita, éste es un lugar restringido, no puede estar aquí!

- ¡Debo ver a Taro y saber cómo está!.- tan ocupada estaba Eriko intentando evitar que los guardias que la perseguían la sacaran que no se dio cuenta de que Genzo también estaba ahí.- ¡Taro, mon amour, ya estoy aquí!

- Déjela quedarse, doctor, por favor.- Misaki se incorporó a medias.- Sólo quiere saber cómo estoy.

Detrás de Eriko asomaron la cabeza el doctor Shibazaki, Gino Hernández y Erika Shanks. Genzo se sorprendió aún más al ver a la pareja pues eran las dos últimas personas a las que él esperaba ver ahí. Sin embargo, el guardameta japonés no pudo hacer las preguntas que deseaba porque otra cosa más impactante capturó su atención: Eriko se lanzó a abrazar a Misaki para después besarlo en los labios como si fuera lo único que importase en esos momentos.

- ¿Pero qué demonios…?.- soltó Wakabayashi, sumamente impresionado.- ¿Qué es lo que está pasando aquí?

- Y no tuve que recordarle a Eriko nuestra apuesta para que le revelara a Wakabayashi el asunto de su amorío con Misaki.- comentó Gino, muy divertido.- Seguro que ella ni se dio cuenta de que él está aquí.

- ¿Debería de llamar a la policía para que detenga a Genzo o me espero a ver cómo reacciona?.- preguntó Erika, burlona.- Aunque me gustaría saber cómo se toma él este asunto.

Entre tanto caos, el doctor Hashimoto no sabía qué hacer con los intrusos; el doctor Shibazaki trataba de explicarle que Misaki era su paciente y que por tanto quería saber cómo se encontraba, pero no hallaba la manera de justificar la presencia de Eriko. Sin embargo, en ese momento apareció Hana, con cara de vergüenza, para interceder en favor de su caprichosa prima. Mientras tanto, Eriko y Taro seguían abrazados, ajenos a todo a pesar de que eran ellos los causantes principales del problema. Erika no pudo evitar soltar una carcajada al ver el lío, más porque la cara de Wakabayashi era digna de una fotografía.

- Suficiente, Eriko.- Genzo salió de su asombro para acercarse a la pareja.- ¿Qué rayos pasa con ustedes? ¿Desde cuándo se conocen? ¿Son amantes o qué carajos?

- ¿Qué estás haciendo tú aquí?.- Eriko saltó como si la hubiesen electrocutado.

- Jugué el partido que acaba de terminar, por si no lo sabías.- replicó Genzo, frunciendo el ceño.- La pregunta es: ¿qué estás tú haciendo aquí? Y responde a mi pregunta, ¿eres amante de Misaki o no?

- ¿Qué te hace pensar eso?.- Eriko se puso de mil colores.

- Que nos vio besándonos hace un momento.- Misaki suspiró, avergonzado.- Lo siento, Wakabayashi, no quería que te enteraras así pero no te lo tomes a mal, que de todos modos hacía mucho que no te veía y no quería decirte por chat que estoy saliendo con tu prima.

- Esto tiene que ser una broma.- Genzo abrió mucho los ojos.- ¿Desde cuándo conoces a Eriko y en dónde fue que la conociste?

- ¿Eso importa, realmente?.- Eriko seguía coloradísima.- Lo que cuenta es que Taro y yo nos amamos y que somos felices juntos. Además, no es como si tú nos comunicaras sobre tus nuevas relaciones amorosas, ¿no es así?

- ¿De qué estás hablando?.- Wakabayashi sabía a qué se estaba refiriendo ella pero decidió no caer en la trampa.- No sabía que fuese mi obligación el contarte a ti un aspecto tan íntimo de mi vida privada.

- Tal vez a mí no pero a tu padre seguro que sí.- replicó Eriko, sin que viniera a cuento.- Él no está muy feliz con lo que has estado haciendo en Alemania con esa extranjera.

- Eri-chan, no es el lugar ni el momento.- susurró Misaki, a su oído.

- A ver, ya, que esto parece trama de telenovela mexicana y esto está muy fuera de lugar aquí.- interrumpió Erika, fastidiada por el rumbo que estaban tomando las cosas.- Hola, Genzo, qué gusto verte después de tanto tiempo.

- Hola, Erika.- Genzo agradeció la intervención de su amiga y le dio un abrazo rápido.- A mí también me da gusto verte, la Peque no me dijo que estabas en Japón.

- Porque no lo sabe.- Erika se encogió de hombros.- Vine aquí para acompañar a Gino.

- Ah, sí, que tampoco esperaba encontrarme con Hernández aquí.- Wakabayashi volteó a ver a su rival deportivo y le tendió la mano a manera de saludo.- En teoría ustedes dos deberían de estar en Italia.

- En teoría, tú lo has dicho.- Gino estrechó la diestra del otro portero.- Vine a Japón para que me revisara el doctor Shibazaki por una lesión que tengo en la mano izquierda; ya sabes que me lastimé cuando jugamos el Mundial Sub-19 y quedó resentida desde entonces así que vine para que el doctor me hiciera un chequeo y estableciera el tipo de terapia que necesito.

- Ya veo.- asintió Genzo.- Eso explica el por qué has estado tan inactivo a últimas fechas, Hernández.

- Eso es sólo momentáneo.- replicó Erika, con viveza.- Gino se recuperará pronto y entonces tendrás que cuidarte porque él va a arrebatarte el puesto de mejor portero.

- Gracias por el apoyo, Erika, ya que consideras que actualmente soy el mejor portero.- Wakabayashi sonrió.- Será un placer enfrentarte en la Champions League, Hernández.

- Lo mismo digo, Wakabayashi.- Gino también sonrió.- Espero que resuelvas pronto los asuntos que tienes con tu equipo.

- Bien, gracias por dejarnos de lado.- interrumpió Eriko, haciendo puchero.- No hemos desaparecido, ¿eh?

Misaki suspiró y se recostó el camilla, cerrando los ojos. De verdad que ése no era el mejor momento para avisarle a Wakabayashi que estaba saliendo con su prima así que decidió refugiarse detrás de su lesión para escapar del problema. Quizás no era tan mala idea eso de ir al hospital a hacerse una tomografía, después de todo.

Mientras tanto, los guardias del estadio se retiraron cuando Hana pudo convencer al doctor Hashimoto de que la presencia de Eriko no crearía problemas; el doctor Shibazaki, tras recibir informes sobre el estado de salud de Taro, se marchó al hospital a donde sería enviado el muchacho para ir preparando terreno. En ese momento apareció un reportero japonés para preguntar sobre Misaki y sin querer vio a Genzo y a Gino en el consultorio, sorprendiéndose al instante al ver a dos grandes porteros reunidos en el mismo lugar.

- ¡Oh! ¡Déjenme tomarles una foto, por favor!.- pidió el hombre.- No todos los días tiene uno la suerte de encontrarse a dos guardametas de talla mundial.

- Seguro.- Gino miró a Genzo y se encogió de hombros.- Por mí no hay problema.

- Por mí tampoco.- replicó Wakabayashi.- Me da lo mismo.

Así que los dos hombres se colocaron uno junto al otro, dispuestos a tomarse una fotografía para que el reportero pudiera lucirse un poco en su revista. Detrás de ellos aparecieron Erika, Hana y Eriko, que si bien no se acomodaron para salir en primer plano, tampoco pudieron moverse para no aparecer en la foto porque el espacio era relativamente pequeño. Tras tomar las imágenes que necesitaba y recabar información suficiente sobre Misaki, el hombre se retiró, dando las gracias a Wakabayashi y a Hernández por su amabilidad.

- Bien, llamaré a la ambulancia para que te lleven al hospital, Misaki.- anunció el doctor Hashimoto.- Supongo que usted lo acompañará, señorita.

- Sí, yo iré con él.- asintió Eriko.- Alguien tiene que encargarse de que Taro sea bien tratado.

- Muy bien.- el doctor Hashimoto prefirió no discutir.

Wakabayashi se dio cuenta de que ya no tenía algo que hacer ahí así que decidió retirarse; le hubiese gustado hablar un poco más con Eriko sobre su relación con Misaki pero no le gustó que ella hiciera alusión a su noviazgo con la doctora Del Valle y no quería darle la oportunidad de que volviese a tocar ese tema así que lo dejó pasar. Erika y Gino concordaron en que tampoco tenían asuntos pendientes por resolver ahí así que se marcharon también.

- Lamento no haberte dicho lo de Eriko y Misaki.- le dijo Hana a Genzo, antes de que éste se fuera.- Pero no creí ser la persona más indicada para contártelo.

- No te preocupes.- Wakabayashi esbozó una media sonrisa.- Esto no deja de ser un mero drama familiar, por lo que he visto.

- ¿Vas a marcharte ya a Alemania o planeas quedarte para el encuentro contra Paraguay?.- quiso saber Hana.

- No lo he decidido aún.- confesó el guardameta.- Dependerá de los planes que tenga el entrenador Kira.

Al fin los dos porteros y Erika salieron al pasillo, en donde los tres soltaron suspiros de alivio porque el ambiente en el consultorio se estaba poniendo muy pesado. A Wakabayashi le quedaba todavía una duda por resolver y decidió aclararla en ese momento en el que no había chismosos a la vista.

- No sabía que ustedes son pareja.- dijo Genzo a Gino y a Erika.- Elieth nunca lo mencionó.

- Hay muchas cosas que tú no sabes, querido Genzo.- replicó Erika, tras sonreír.- Pero supongo que estamos a mano ya que yo no sabía que tú eres novio de Lily Del Valle. Estamos parejos en cuestión de falta de comunicación.

- Debí suponer que tú también conoces a mi doctora.- Wakabayashi se encogió de hombros.- De verdad que el mundo es muy pequeño.

- Más de lo que crees.- Gino también sonrió.

Los jóvenes se separaron al llegar al vestuario de la Selección de Japón; Gino y Erika le desearon éxito a Genzo en cualquiera que fuese la decisión que tomase con respecto al Hamburgo y él a su vez les deseó un buen viaje de regreso a Italia a ambos y a Gino una pronta recuperación. Erika, además, pidió a Genzo que enviara sus buenos deseos a sus hermanos y a los Del Valle, a quienes esperaba ver muy pronto.

Al entrar al vestidor, Genzo notó que la mayoría de sus compañeros se había cambiado ya. Con toda la calma del mundo, se dirigió hacia el área destinada para él y buscó entre sus cosas su teléfono móvil con la intención de enviarle un mensaje a su novia. Sin embargo y para su sorpresa, halló un mensaje de voz en su buzón. Creyendo que se trataba de Lily, el portero lo escuchó con cierta emoción, misma que fue cortada bruscamente cuando en lugar de su suave voz escuchó una voz masculina férrea y autoritaria que le habló en un tono severo.

- Genzo, quiero que vengas a Nankatsu cuanto antes.- dijo Shuzou Wakabayashi, secamente.- Sin excusas, sin pretextos. Y no quiero que vuelvas a ocultarte detrás de Mikami. Te estaré esperando, no vayas a desobedecerme.

Shuzou no era particularmente bueno para comunicarse con sus hijos pero Genzo no necesitaba de un gran discurso para entender que ya no había marcha atrás y que esa misma noche debía hablar con Lily sobre ese tema que tanto había querido evadir.

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Múnich.

"¿Te parece bien si vamos a cenar en un par de noches para hablar sobre Millenium? Si estás interesada déjame tu respuesta y te responderé cuando esté desocupado, que por el momento debo irme a entrenar".

Débora contemplaba emocionada el mensaje que le había enviado Stefan, en donde directamente la estaba invitando a salir. ¿Qué rayos pasaba con ella? ¿No se suponía que ya había decidido superarlo y seguir adelante con su vida? ¿Por qué entonces se emocionaba tanto con esa cita?

- Ya deja de hacerte pendeja.- se recriminó a sí misma en voz alta.- Si bien que querías que esto sucediera, que él se mostrara interesado en ti otra vez.

"Me parece una buena idea", contestó Débora. "Luego veremos lo de los detalles, ¿sí? Que yo también tengo que ir a trabajar".

La joven dejó el teléfono en su casillero y se dirigió al área de tococirugía, muy feliz. Ese día no habría algo que pudiera ponerla de mal humor, o eso era lo que ella creía. Sin embargo, antes de llegar al quirófano, una mano la tomó por el brazo y la jaló hacia un rincón apartado.

- Tenemos que hablar.- fue lo que esa persona le dijo.

Débora soltó un suspiro. ¿Por qué simplemente no podía dejarla en paz?

Notas:

- Las Fuerzas de Autodefensa de Japón son el equivalente al ejército de cualquier otro país.

- Muchas de las escenas del partido no ocurren en el manga en el orden en el que las narré aquí (incluso agregué algunos diálogos), lo hice así para no perder tiempo en cosas sin importancia para este fic. Lo que pasa con Misaki en la enfermería es invento mío ya que no sabe qué sucedió con él después del encuentro, así como también agregué la preocupación de Wakabayashi por él ya que en el manga el muy cabrón ni se inmutó por la lesión de Taro, ja.

- Olvidé decir que Eriko, si bien fue la hermana de Genzo en muchas de mis historias, actualmente es su prima.