Los primeros en retirarse fueron Souiji y Matsuda, dejando a Kanako y a los científicos disfrutar del fresco mar. El oleaje estaba tranquilo, Souichi se encontraba flotando, dejando que el mar lo arrullara; Morinaga jugaba con Kanako.
- ¡Hagamos un castillo! - expresó Kanako.
- ¿Con este sol? - se quejó, el calor estaba infernal, y el mar estaba fresquito.
- Será divertido, por favor… - pidió Kanako. - Puedes venir también. - dijo a Morinaga, quien sonrió y asintió.
Souichi se quejó, pero no se negó.
Los tres salieron a la costa, Kanako fue rápidamente por herramientas y comenzaron a construir. Mientras comenzaban con la base del castillo, Kanako hablaba amenamente a Souichi sobre su día a día en su colegio, sobre sus amigos y profesores favoritos; cambió la conversación a temas como música, recetas de cocina y otras cosas. Souichi escuchaba, asintiendo o contestando cortamente, Morinaga también aportaba en la conversación; tiempo después, cuando estaban dándole unos cuantos detalles al castillo, Souichi se levantó.
- Ahora vuelvo. - dijo mientras se quitaba el exceso de arena.
- Pero… ya casi terminamos. - expresó Kanako.
- No tardo; Morinaga, si algo le pasa te mato. - dicho esto, se alejó de allí. Morinaga asintió bastante divertido, siguieron trabajando.
Naturalmente, Morinaga comenzó a tener sed. Iba a preguntarle a Kanako si quería una bebida cuando notó que Kanako estaba algo de enfado.
- ¿Sucede algo, Kana-chan? - preguntó Morinaga.
- Hace tiempo que mi nii-san y yo no pasamos tiempo juntos como antes… no sé, me hacía ilusión hacer un castillo para pasar un rato más con él, pero se fue a quien sabe dónde. No debería de estar tan molesta, pero lo extraño cada vez que regreso a la escuela. - admitió Kanako. - Pero él ya es un adulto, tal vez se hartó de hacer este tipo cosas… -
- No digas eso… él te adora. Tal vez sea muy serio, pero también te extraña. - dijo Morinaga tratando de animarle. Kanako le sonrió.
El castillo estaba prácticamente terminado, algo simple pero bonito. Ambos estaban por levantarse, con la intención de regresar a donde los Tatsumi cuando fueron detenidos por Souichi.
- ¿A eso le llaman castillo? - dijo confuso Souichi.
Ambos levantaron la mirada a Souichi, quien traía una de las cubetas en mano y dos botellas con agua.
- ¿Qué más le falta? - preguntó extrañada.
Souichi se hincó en la arena y volteó la cubeta que llevaba en mano, salieron bastantes conchas marinas de diferentes tamaños y colores, desde las típicas estriadas hasta caracolas largas y bonitas.
- Decoración. - Souichi le pasó las botellas. Kanako le regaló una gran sonrisa a su hermano, pues Souichi había ido a recolectar cosas para el castillo y no porque se había hartado. Recordando las palabras de Kanako, Morinaga se excusó y regresó donde el resto.
Platicaron bastante tiempo, Souichi sonreía por las historias de su hermana, una que otra risa se produjo. Vaya que ambos se habían extrañado.
