Capítulo 2

La mañana llego rápido, eran las cinco en punto de la madrugada para ser más exactos y dos mujeres ya estaban levantadas haciendo sus rutinas, correr en los campos de entrenamiento, ejercicios matutinos para después tener su pequeña pelea corporal. Mikasa y Annie eran muy disciplinadas para su edad. Cuando ambas sintieron que ya era tarde se dirigieron a cambiarse e ir a comer para después partir hacia las afueras del muro.

Mientras que en la habitación de Leonhardt y Ackerman.

Annie había decidido tomar la ducha primero mientras que Mikasa busca su uniforme para tenerlo listo, pasaron unos minutos en los que la pelinegra se quedó pensando, ¿Por qué Annie la había seguido? ¿Por qué le había preguntó eso acerca de qué si ella podía ser un buen rival? No entendía nada, pero la verdad era que no le molestaba la presencia de la rubia a pesar de los problemas que tuvieron en el pasado. Quizás ya la había perdonado de corazón por querer asesinar a su hermano, pero como ella misma pensó en ese momento eso ya era agua pasada.

Mientras Mikasa estaba sumergida en sus pensamientos, Annie salió de la ducha envuelta en una toalla un tanto diminutiva dejando ver su esbelto cuerpo, sus músculos bien formados, sus piernas torneadas, su abdomen plano y bien definido.

—Mikasa, Mikasa.—decía Annie tratando de tener la atención de la pelinegra la cual estaba muy enterrada en sus pensamientos. —¡Mikasa Ackerman! —

—Hmm, ¿Qué pasa? Annie. —preguntó la pelinegra saliendo de su trance para ver a la rubia frente a ella envuelta en la toalla, con líneas de agua escurriendo por sus brazos, piernas y cabello.

—El baño ya está listo. —respondió la rubia.

—Bien, gracias. —

Annie noto lo distraída que estaba su compañera, pero decidió no molestar a veces hasta ella necesita su tiempo a solas para pensar o tan solo descansar de todo. Mikasa se metió en la ducha, mientras que Annie se vestía, y también pensaba en todo lo que había pasado en el transcurso de la mañana y del todo el tiempo que llevaba en el cuerpo de exploración, ella y Mikasa entrenando juntas, el entrenamiento donde Mikasa golpeó a Eren todo eso era muy raro para ella ya que jamás pensó que llegara a ocurrir, era como un milagro.

Las chicas terminaron de alistarse y se dirigieron hacia el comedor. Annie tomó su desayuno y se dirigió hacia una mesa al fondo del lugar, donde había poca gente y podía comer tranquila sin que nadie la molestara.

Mikasa también se dirigió a tomar su desayuno, pero había un problema no sabía dónde sentarse y estaba claro que no se quería sentar con Eren puesto que estaban enojados, si se sentaba con Sasha seguramente la chica patata le trataría de quitar su comida y no estaba de humor para aguantar sus tonterías, si se sentaba con Ymir y Christa pues Ymir se iba a poner caramelosa con Christa y eso le provocaría diabetes tipo dos, su mente en ese momento era un dilema hasta qué

—Hey Ackerman. —dijo Annie haciendo señas para que la pelinegra se fuera a sentar con ella, Mikasa no lo pensó dos veces, ya que, si se sentaba con Annie, estaba segura de que esta no le haría preguntas, no haría nada estúpido o suicida, así que sin dudar mucho se fue donde se encontraba la chica titán.

Los demás se quedaron boquiabiertos al ver a las dos chicas sentadas en la misma mesa, les sorprendió ver que las dos estaban calmadas, no comentaban nada, pero se sentía la comodidad entre ellas, era algo inexplicable. Levi que pasaba por ahí vio el panorama, también se sorprendió un poco, pero él ya había visto la relación que estaban llevando las dos mujeres desde que la rubia se había unido a la unidad.

….

Horas después todos estaban listos para partir.

—Escuchen todos pase lo que pase no pueden permitir que los titanes lleguen a Ackerman y Leonhardt.—anuncio Smith con seriedad.

—¿Por qué? —cuestiono Jean.

—Ellas dos solo unas únicas capaces de subir cargamento pesado sin necesidad de transformarse en titán o de necesitar las ayuda de más personas. —respondió el comandante. —Ahora ya no hay nada más que discutir recuerden eviten que los titanes lleguen a estas dos chicas.—

Las puertas se abrieron dando paso al horizonte, muchos sentían miedo de lo que pudiera pasar durante el trayecto, no sabían a cuantos titanes tenían que enfrentar en ese largo camino. No sabían qué cosas pesadas tenían que cargar las chicas más fuertes de la unidad, pero lo que si sabían era que tenían que protegerlas, aunque ellas dos se sabían proteger bastante bien solas.

—Ackerman, Leonhardt nos internaremos en el bosque para recoger los víveres que algunos de mis hombres dejaron ahí. Leonhardt has lo posible para evitar tu transformación, sabemos que eso atrae a más titanes. Si algo llega a salir mal no dudes en pelear. —dijo Smith, las chicas asintieron y siguieron cabalgando. Smith se adelantó un poco dejando a las dos mujeres atrás.

—¿Cómo supiste que eras un Titán? —preguntó Mikasa mirando al frente, Annie entendió que era para distraerse en el viaje y aliviar la tensión entre ellas y al mismo tiempo conocerse mejor.

—Lo supe desde que era una niña mi padre me obligaba a entrenar y a transformarme para poder manejar los poderes. Todo se basaba en entrenamientos estrictos se puede decir que mi infancia solo era pelear y pelear.—

—Debió ser duro. —comentó Mikasa mirando el norte sabía hacia qué lugares llevaban esos caminos.

—¿Qué te llevo a ser tan fría con todos? —

—La muerte de mis padres. —susurro la pelinegra.

—¿Tan duro fue? —preguntó Annie.

—El ver cómo los asesinaron frente a mí, solo para llevarme con ellos por mi descendencia.—

—Vaya, sabía que habías perdido a tus padres, pero nunca imagine que los habían asesinado frente a ti. —se sinceró la ojiazul.

—Nadie lo sabe. Solo los Jaeger, pero solo yo vi como ellos se desangraban frente a mí. Solo yo vi la cara de mis padres tratando de protegerme y morir en el intento. —la voz de Mikasa estaba sumida en dolor.

—Ahora entiendo más tu autocontrol. —

—Al igual que yo el tuyo. —dijo Mikasa.

Con cada palabra dicha, habían entendido el porqué del carácter de la otra. Por qué la frialdad, la indiferencia, el autocontrol y el aislamiento. Annie nunca se imaginó ver a Mikasa presenciando el asesinato de sus progenitores. Mikasa nunca se imaginó ver a Annie siendo obligada por su padre a entrenar para ser un titán, ambas tenían un pasado duro que les había obligado a esconderse detrás de una capa de frialdad para protegerse de un nuevo dolor.

La noche estaba empezando a caer eso les traía más ventaja, ya que, los titanes eran menos activos. Pero aun así aún había algunos que salían de repente causando problemas, pero hasta el momento Mikasa y Annie no habían intervenido en ninguna pelea.

Lograron llegar al bosque casi no había bajas, todos estaban felices por eso, pero aún les faltaba el regreso a las murallas. Todos estaban descansando mientras Mikasa y Annie subían el cargamento a los carruajes. Levi las observaba desde lo alto de un árbol, las chicas ya sabían que estaban siendo vigiladas.

Poco más de una hora y media las chicas ya habían terminado y no se sentía cansadas a pesar de la fuerza que habían aplicado en el trabajo, claro estaba que tenían más resistencia. Subieron a los árboles para tratar de descansar ya habían hecho lo más importante ahora solo tenía que proteger el cargamento.

—¿Crees que lleguen a ser amigas? —preguntó Levi.

—Ambas tienen mucho en común, solo ellas entienden el dolor de la otra. No dudo que llegue a ver algo más que una simple amistad. —dijo Smith observando cómo las mujeres más fuertes de su unidad buscaban un lugar para descansar más sin embargo no bajaban la guardia. Ellas habían aprendido a jamás descuidarse, porque sabían que eso les podía costar la vida. El comandante no podía negar que estaba orgulloso de ellas.

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El sol comenzaba a ser acto de presencia y era en ese momento donde debían aprovechar, ya que, los titanes aún no se encontraban muy activos. Todos los soldados subieron a sus respectivos caballos mientras que Annie y Mikasa iban al lado del cargamento, todos sabían que para ellas dos no iba a ser para nada difícil cuidar de los carruajes con las cosas. Pero aun así tenía que evitar que el peligro llegara a ellas.

Los titanes comenzaron a salir, todos peleaban Annie y Mikasa estaban atentas a cualquier cosa. Se había dado cuenta de que había más titanes de lo que podían pensar.

—Ackerman. —llamo Annie, Mikasa entendió el llamado y preparó su equipo de maniobras 3D. Annie sonrió para sus adentros con una palabra podían comunicarse entre ellas, quizás los entrenamientos habían dado frutos después de todo y de tantos esfuerzos en conocerse ahora les mostraba que si había valido la pena. En tan solo un mes habían aprendido a conocerse, pero aún les faltaba más.

Un titán apareció del lado de Annie, Mikasa le hizo señas a la rubia de que ella se hacía cargo, Annie solo asintió y siguió su camino. Mikasa le dio fin al titán como era de esperarse, pero cuando iba acercándose a Annie vio tres titanes más.

—¡Annie! —gritó Mikasa no tenía tiempo para formalidades y llamarla por su apellido, Annie se dio cuenta del porqué del grito de la pelinegra y uso su equipo de maniobras 3D. Smith le había dicho que nada de transformaciones lo haría así, pero si las cosas empeoraban sabía que no tendría otra opción. Annie y Mikasa danzaban entre los árboles buscando el mejor ángulo para matar a los titanes sin dañar las hojas de sus cuchillas, siempre se emocionaban de más y sus cuchillas terminaban rotas, se había dado cuenta de eso en los entrenamientos que habían realizado. Las chicas vieron a Jean cerca junto a Connie y Sasha.

—Chica patata. —llamo Mikasa a lo que Sasha la miro. —Llévense el cargamento nosotras les cubriremos las espaldas.—

Los tres chicos asintieron eso era mejor que pelear sabían que con las dos chicas cuidándolos ningún titán se les acercaría por nada del mundo asegurando sus vidas en un cien por ciento.

Annie y Mikasa vieron como los carruajes se alejaban junto a sus tres compañeros.

—¿Lista? —dijo Annie.

—Más que lista. —dijo Mikasa preparando sus cuchillas.

—Es hora de la función. —dijo Annie cuatros titanes se venían acercando, las dos chicas se prepararon.

—Si se acercan más no dudes en transfórmate. —dijo Mikasa con seriedad. —No podemos arriesgarnos y dejar que lleguen al cargamento. —Annie asintió.

Ambas se lanzaron usando los arneses para ir de árbol en árbol, eran cuatro titanes, así que, para hacer las cosas más fáciles dos cada una. No les tomo mucho tiempo, pero entre más, más titanes aparecieron, al parecer había algo en el cargamento que los estaban atrayendo o solo eran ellos. No sabían, pero de lo que si estaban seguras es que no iban a permitir que se acercara a ellos.

—¡Annie! —gritó Mikasa al ver que eran más de siete titanes, no podían tener apoyo ya que Smith y Levi estaban bastante ocupados al igual que sus compañeros. Annie lo dudo un poquito no quería causar ideas equivocadas. —No te preocupes yo te cubriré de los titanes con los que no puedas y del equipo en caso de que piense algo incorrecto. —dijo Mikasa.

Annie asintió y se transformó no sabía porque lo había hecho, pero ella había depositado su confianza en Mikasa, la persona que en algún momento casi la asesinaba en el pasado, pero sabía que las cosas eran diferentes ahora. Smith dirigió su mirada hacia la chica titán, por un momento pensó que los había traicionado, pero cuando vio a Mikasa en el hombro de la chica titán se relajó y siguió con lo suyo.

Poco a poco los soldados se fueron separando. Mientras que Sasha y los otros dos seguían adelante protegiendo el cargamento, mirando hacia atrás y pudieron ver a Mikasa y Annie en modo titán peleando mano a mano. Se quedaron asombrados nunca pensaron ver semejante cuadro. Vieron también a Eren en modo titán luchando, pero no se podía comparar con el trabajo en equipo de las chicas, había algo en el movimiento de las chicas que los hacía querer ver como luchaban.

—No sé si te vaya a doler, pero necesito usar tu cuerpo para balancearme. —dijo Mikasa en el hombro de Annie, esta solo asintió.

La pelinegra no dudo en usar sus arneses y usar el cuerpo de Annie como un eje, se movió de un lado a otro, evitando que titanes pequeños se acercaran al cuerpo de su compañera. Pocos minutos después Mikasa noto que tenían que salir de ahí lo más rápido posible.

—Annie corre. —dijo Mikasa, Annie le hizo caso y comenzó a correr atrayendo a todos los titanes que estaban atacando a sus amigos. —Sé que va a sonar loco y un poco suicida, pero hay que alejarnos más y darle la ventaja a los demás para que puedan llegar a las murallas. —Annie volvió a asentir y corrió hacia el norte, de vez en cuando Mikasa se paseaba quitándole a la rubia los titanes pequeños que se aferraban a sus piernas.

—¡¿Que mierdas hacen?! —dijo Levi mirando como las dos mujeres se alejaban del grupo.

—Nos están dando el tiempo para que podamos llegar a las murallas, no hagas que todo su trabajo sea en vano, has que todos se muevan rápido. —dijo Smith tomando un caballo. Levi lo siguió solo esperaba que el dúo regresara con bien, aparte de que ellas eran de las pocas que eran realmente fuertes.

Levi lanzó una bengala al aire anunciando que tenían que seguir con su camino. Eren llegó al lado de Levi.

—¿Y las chicas? —pregunto al no ver ni a la rubia ni a la pelinegra.

—Ellas se pusieron como cebo para atraer a todos los titanes y darnos una clara ventaja. —dijo Levi atento mirando para todos lados en caso de que algún titán hubiera quedado cerca.

—¿Por que las dejaron hacer eso? —preguntó el chico oji-jade con claro asombro.

—Nadie se los pidió, ellas juntas tomaron la decisión y no podemos hacer más que aprovecharla. Solo hay que esperar a que regresen con vida, sería una gran pérdida para el cuerpo de exploración si ellas dos llegan a morir.—

Todos lograron alcanzar a Sasha y los demás. Hicieron una nueva formación para proteger el cargamento. Todos allí se preguntaban dónde estaban Ackerman y Leonhardt, pero ni siquiera Smith o Levi tenían la respuesta solo les restaba esperar a que ellas dieran alguna señal de vida.

Horas y horas después llegaron a las murallas, habían peleado contra algunos titanes, pero no había sido tan malo. Cuando abrieron las puertas todos notaron las faltas de las dos chicas, sabían que si ellas dos caen significaba que cualquiera podía caer.

—¿Dónde están Ackerman y Leonhardt? —preguntó uno de los ciudadanos al no ver a las dos chicas entre las tropas.

—Ellas se separaron del grupo para darnos la ventaja de poder llegar, solo hay que esperar por ellas. —dijo Smith.

La noche llego y aun no tenía ninguna noticia de las chicas. Todos estaban temiendo lo peor, pero tenían que esperar un poco más después de todo eran las chicas más fuertes de la unidad no podían despreciar su fuerza así por así.

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Una Semana Después.

Ya había pasado una semana donde no se sabía nada de Mikasa y Annie, muchos miembros ya se habían dado por vencidos, ya habían aceptado que las chicas habían muerto después de ese acto tan suicida, pero a la vez tan heroico. Muchos se encontraban desayunando esperando a las nuevas órdenes del comandante Smith o de la Sub-comandante Hanji. De pronto las alarmas del campo de dispararon alertando a todos los soldados.

—¿Qué pasa? —preguntó Hanji.

—Hay un titán acerca. —dijo Smith fuerte y claro.

—¿Cómo logro pasar el muro? —dijo Jean asustado y sorprendido.

Cuando iban a responder a su pregunta vieron al enorme titán desplomarse frente a ellos, con humo saliendo de su cuerpo, cuando el humo se disipó lograron ver a Mikasa y Annie cubiertas de sangre, llenas de heridas y claramente desmayadas. No sabían cómo habían logrado pasar la muralla, pero estaban alegres de ver que las chicas estaban vivas.

—¡Traigan unas camillas hay que llevarlas a la enfermería lo más rápido posible! —grito Hanji todo el mundo se empezó a movilizar. Eren se iba acercar a Mikasa, pero les sorprendió a todos ver que Annie se levantaba y se ponía frente a la pelinegra pero lo que más le sorprendió al oji-jade fue ver la bufanda de Mikasa en el cuello de la rubia.

—Annie, ¿Que te pasa? Soy yo Eren, déjame ver a Mikasa. —dijo el chico asombrado por la actitud de la rubia.

—Largo. —susurró Annie con debilidad, todo ese tiempo Mikasa la había protegido mientras ella corría ahora era su turno de proteger a la pelinegra.

—Annie quítate. —dijo Eren perdiendo la paciencia.

—Largo. —repitió la rubia tosiendo y escupiendo sangre, Levi noto lo que en realidad estaba pasando, Annie los veía como sus enemigos al no estar cien por ciento consiente.

—Eren aléjate. —dijo Levi. —Leonhardt deja las revisemos. —dijo el cabo con tranquilidad, Annie levantó la mirada y asintió antes de caer de rodillas, pero Levi fue más rápido y logró detener la horrible caída de la rubia.

—¿Qué diablos le habrá pasado? —preguntó Smith, era la primera vez que alguien sobrevivía una semana fuera de las murallas, claramente el recordaba que las dos chicas eran perseguidas por más de 20 titanes y ahora las tenía aquí frente a él, vivas, llenas de heridas y quizás con muchas fracturas, pero vivas. Todo eso era digno de admirar.