Capítulo 3
Todos siguieron las indicaciones de Hanji, llevaron a las chicas a la enfermería. Hanji logró curar todas las heridas que las dos tenían, pero aún no lograba entender porque Annie no se recuperaba rápido, si los titanes se recuperaban bastante rápido de las lesiones. Cuando Hanji había revisado a Mikasa le había encontrado más de tres costillas rotas, el brazo derecho dislocado. Annie tenía el brazo izquierdo fracturado y unas dos costillas rotas al parecer la que se había llevado más palizas había sido la morena.
—Hanji ¿Puedo pasar? —pregunto Eren.
—¿Qué quieres? —pregunto la castaña un poco seria y hostil debido a su concentración.
—¿Cómo esta Mikasa? —pregunto entrando a la habitación viendo a su hermana llena de vendas por doquier, era la primera vez que la veía llena de heridas, era la primera vez que la veía postrada en una cama.
—Para ser una humana está bastante bien. Tiene más de tres costillas rotas, el brazo derecho dislocado y algunas contusiones debido a los golpes, pero siendo como es ella se recuperará, al igual que Annie. No sé contra cuantos titanes se enfrentaron estas chicas, pero desde ahora puedo decir que las admiro más que a cualquiera persona en el mundo, ellas sobrevivieron una semana fuera de las murallas sin comida ni agua. —dijo la sub-comandante dándoles una mirada a las dos chicas que yacían en las camas. Se les notaba que no habían comido ni bebido nada durante esa semana.
—Espero que despierten pronto. —dijo Eren y como si fuera un milagro Annie despertó.
—Leonhardt. —dijo Hanji.
—Mi.…Mikasa. —dijo la rubia aun aturdida.
—Ella está bien—dijo la castaña acercándose para revisar a la rubia.
Annie tratado de acostumbrarse a la luz en la habitación hasta que por fin puedo abrir bien los ojos, analizó la alcoba y miró a su costado viendo a la pelinegra dormir plácidamente dejó escapar un suspiro de alivio.
—Lo…logramos. —dijo Annie.
—Vaya que si niña, espero que después me cuenten su aventura. —dijo la sub-comandante viendo como Annie se estaba empezando a recuperar gracias a sus poderes de titán. —Eren ve y trae comida, bastante y bastante agua también. —Eren asintió y salió corriendo.
Entro a la cafetería con rapidez tomo varios pedazos de pan y los puso en una bandeja, tomo un plato de sopa y un poco de arroz. Tomo un gran jarrón de agua.
—¿Eren y todo eso? —preguntó Armin.
—Annie acaba de despertar, Hanji me dijo que le llevará esto al parecer Annie y Mikasa no han comido ni bebido nada en toda esta semana. —dijo el chico titán dejando a todos con la boca abierta. Sin más el oji-jade salió corriendo con cuidado de no tirar la bandeja. Entró en la habitación Annie estaba sentada en la cama usando la almohada como respaldo.
—¿Cómo sobrevivieron? —pregunto Hanji ansiosa por saber toda la historia.
—Mikasa me dijo que nos dirigiéramos más al norte, después de correr como por dos horas llegamos a una cabaña al parecer ahí era donde Mikasa había vivido con sus padres. —dijo Annie, en el momento en el que Eren entraba y escuchaba el relato de la rubia.
—¿Cómo dejaste que ella pisaba esa casa de nuevo? —dijo Eren un tanto enojado, Annie ignoro el tono del chico.
—Era eso o morir. —dijo Annie tomando la jarra de agua hasta dejarla vacía, Hanji abrió los ojos como platos.
—¿Qué más paso? —dijo la castaña saliendo de su estado de shock y dejando paso a la curiosidad.
—Esperamos a que cayera la noche, pero el recorrido yo me había quedado sin energías, el cuerpo me dolía, así que, Mikasa salió a buscar alguna fruta cerca de la cabaña. —comenzó a relatar Annie.
…
Una semana antes.
—Annie ve más al norte ahí encontraremos una cabaña. —dijo Mikasa mientras bajaba por una de las piernas de la rubia para quitarle a un titán. Annie solo asintió y se dirigió hacia donde la pelinegra le había dicho
Llegaron a la cabaña y Annie salió de su cuerpo de titán pensó que iba a impactar contra el suelo, pero sintió unos brazos alrededor de su cintura, levantó la mirada y se encontró con unos ojos color ónix.
—Hay que entrar. —dijo la pelinegra con cierto dolor en la voz que no pasó desapercibido para la rubia.
—Gracias. —dijo Annie al saber que la pelinegra estaba dejando su dolor y pasado solo para sobrevivir.
—De nada, ahora hay que buscar la manera de regresar a las murallas evitando el enfrentarnos con los titanes.—
Entraron a la cabaña, Annie pudo notar manchas de sangre en el suelo, en las paredes y en la puerta cuando Mikasa, cerro. Después una mesa en el centro, una puerta al fondo.
—No me digas que ésta es…—
—Si, aquí fue donde vivía y donde mataron a mis padres. —dijo Mikasa sujetando a la rubia de cintura para llevarla a la que una vez fue su habitación. —Quédate aquí, iré a buscar algo de comer.—
Annie se quedó recostada en la cama, paseo su vista por la pequeña habitación, al igual que la cama, las sábanas están polvosas y olían a viejo. Le sorprendió ver que no eran de un color rosa sino gris. Al parecer Mikasa había tenido ese gusto por los colores oscuros desde que era una niña, sin poder evitarlo eso provoco una sonrisa en Annie. Observó más la habitación un escritorio pequeño junto con una silla. Un armario pequeño, todo ahí era pequeño. Se había quedado sumida en sus pensamientos que no había sentido que Mikasa ya había regresado.
—Annie. —llamó al pelinegra, la rubia se asustó un poco. —Es lo único que encontré. —dijo dándole un par de manzanas a la ojiazul.
—Gracias. —dijo Annie.
—Pasaremos la noche aquí, mañana revisaremos la casa para ver si encontramos algo que nos ayude, solo viajaremos de noche, ellos son menos activos. —dijo Mikasa comiendo una manzana. Annie no replicó ante lo dicho por la morena sabía que ella tenía razón.
—¿Por qué este lugar? —preguntó Annie un poco distraída al pensar en que posiblemente rondaría en la cabeza de la pelinegra.
—El punto era escapar de los titanes.—
—Pero por qué escoger un lugar que tiene recuerdos tan dolorosos. —
—No sabía dónde más ir, en este lugar alguna vez logré sentirme segura, además lo importante es sobrevivir. —dijo Mikasa. —Es mejor descansar, tú has gastado mucha energía.—
Annie no replicó, porque si necesitaba descansar y bastante. Se acomodó en la cama y en cuestión de minutos se durmió a pesar de estar en medio de la nada sin mucha comida. Ella se durmió plácidamente quizás porque sabía que Mikasa velaría por sus sueños.
Mikasa vio a la ojiazul dormirse sin ningún problema en mente. Acomodo mejor a Annie en la cama y se acostó a su lado, lo bueno que Annie era de cuerpo pequeño así podían caber las dos en la cama. No quería dormir en la alcoba que había sido de sus padres y además que la noche estaba fría y no tenían nada para hacer fuego así que era bueno mantener el calor estando juntas.
Día siguiente.
—Mikasa. —llamo Annie. —Mikasa. —volvió a llamar, vio como la pelinegra abrió los ojos lentamente.
—¿Ya es hora de irnos? —pregunto pelinegra.
—No, pero tenemos que buscar algo que nos ayude.—
Durante el día buscaron cosas que les ayudaran, aunque sabían de antemano que no lograrían encontrar ni comida ni agua, pero eso no las detendría, ellas tenía que volver a los cuarteles. Revisaron los equipos de maniobras 3D buscando que tan dañados estaban, pero solo los de Mikasa parecían mucho más desgastados.
—¿Crees que aguante hasta que lleguemos? —pregunto pelinegra mirando su equipo.
—Lo dudo mucho, pero si vamos a viajar de noche sería bueno que yo lo haga en modo titán y hacer lo mismo que hicimos ayer. —dijo Annie.
—Eso está bien, pero tenemos que parar en el día. —dijo después la pelinegra. —Sabes que no puedes quedarte sin tu equipo.—
—En noche iremos despacio no podemos arriesgarnos a que algún titán nos vea y en el transcurso de viaje buscaremos algunas cuevas para pasar el día. —
Mikasa asintió, limpio su equipo. Annie hizo lo mismo después de un buen rato la rubia se acercó a la ventana observando el panorama tranquilo del lugar.
—¿Dime que tan lejos estamos? —preguntó.
—No mucho, pero ahora con los titanes por doquier nos tomará tiempo, además de que no tenemos los equipos necesarios. —
—¿Crees que lo logremos? —
—No lo sé, pero daremos lo mejor.—
Las horas pasaron hasta que por fin la noche cayó, ambas chicas salieron de la casa. Mikasa le dio una última mirada recordando los momentos felices que había vivido con sus padres y guardándolo todo en lo más profundo de su corazón. Annie se transformó en titán, le extendió la mano a la pelinegra, la cual subió sin ninguna duda para después posicionarse en el hombro de la rubia y empezar con su duro viaje.
Annie corría no tan rápido, pero tampoco muy lento, Mikasa miraba para todos lados buscando algún peligro. Y como era de esperar salieron dos titanes Annie se encargó de uno mientras Mikasa del otro. Siguieron hasta que encontraron una cueva, no podían arriesgarse, así que entraron, esta vez no tenían nada para comer. Mikasa dejo que Annie durmiera para que recuperara las energías gastadas, ella cuidaba de que no hubiera ningún peligro podían estar en una cueva, pero eso no les asegura la vida.
Cuando cayó la noche las chicas salieron, Annie no dijo nada, pero sabía que su compañera no había dormido nada. Annie se encargaría de hacer que llegara hasta los muros, no iba a permitir que el sacrificio de Mikasa fuera en vano. Le sorprendió verla tan activa aun cuando no había descansado nada, pero sabía que lo hacía para poder llegar vivas a las murallas, nada era color de rosas durante las noches estaban teniendo encuentros con los titanes, en unos de sus encuentros los arcenes de Mikasa fueron agarrados por un titán haciendo que la pelinegra se estrellara contra el suelo provocando que sus costillas salieran fracturas. Annie le dio sus arneses a Mikasa, ya faltaba poco para llegar y necesitaba que la pelinegra la siguiera respaldando lo mejor que pudiera.
La pelinegra por su parte dejó caer su equipo el cual había quedado inservible y logró ponerse el de la rubia, luego se escondieron entre unos árboles Mikasa vigilaba mientras Annie trata de recuperar sus energías. La oji-azul se quedó dormida arriba del árbol. Mikasa se habían encargado de asegurar a Annie con las hebillas de su viejo equipo 3D para que esta no se cayera del árbol. La pelinegra sabía que tenía que buscar algo de comer antes de bajar le puso su bufanda a Annie para que entendiera que volvería.
..….
En la noche Annie seguía corriendo ahora sin importarle si los titanes la seguían o no, ya había podido ver las murallas, no se podía dar por vencida cuando estaban a punto de lograr su meta, varios titanes salieron siguiendo a Annie, entre correr la rubia mataba algunos titanes mientras que Mikasa hacia lo mismo.
—Annie salta y utiliza esa parte de la muralla como rampa. —grito Mikasa refiriéndose a unas enormes rocas cerca de la muralla.
Annie tomo más impulso y logro saltar hasta poder pasar el muro, siguió corriendo, pero no se había dado cuenta de Mikasa se había desmayado debido a que se había golpeado la cabeza. Annie empezó a caminar no quería llamar la atención de los guardias, pero eso fue imposible, todos la empezaron a seguir fue ahí cuando noto que Mikasa no hay hecho ningún comentario miro abajo y la vio colgando del arnés. La tomo entre sus manos con sumo cuidado y decidió dirigirse a las instalaciones del grupo de exploradores, ya se estaba sintiendo que no podía seguir sus poderes estaban empezando a desaparecer, pudo divisar el cuartel.
Miro a todos esperando seguramente para matarla, pero no le importo, no pudo más y cayó al suelo su cuerpo de titán desapareció ya no tenía energías para seguir. Miro a Mikasa llena de heridas, pero aún respiraba, cerró los ojos y sintió como alguien se acercaba a la pelinegra por instinto se levantó y se paró frente a ella para protegerla, escuchaba que alguien le pedía que se apartara, pero ella no quería y no lo haría. Después de unos segundos escuchó otra voz, logró levantar la vista y vio quien era el cabo Levi, así que, solo asintió y sintió como caía.
