Capítulo 5

Eren se sentía cada vez más ignorado por su hermana, no entendía como Mikasa podía hacerle eso. Ymir y Hanji se dieron cuenta de las expresiones del chico titán y sabían que eso no quería decir nada bueno.

Las dos mujeres estaban listan para intervenir en cualquier momento, pero vieron que Mikasa solo se le quedo viendo a su hermano.

—¿Qué quieres? —pregunto Mikasa al ver que Eren no le quitaba la mirada de encima.

—Puedes dejar de actuar como niña y dejar de ignorarme.—pidió el chico titán.

Mikasa solo lo observo, pero también noto la reacción de Annie ante lo dicho por el chico. Mikasa sabía que el hablar con Annie sobre su pasado iba a crear lazos entre las dos. Mikasa la dejo entrar, le dejo ver que sus muros tenían heridas, pero Annie también le dejo entrar, le dejo ver sus debilidades.

—¿Cómo se supone que hare eso? —pregunto la pelinegra tratando de acomodarse en la cama, Eran iba a ayudarle, pero Annie se le adelanto.

—Parece que tendremos problemas.—dijo Ymir acercándose a Hanji.

—Sera divertido.—murmuro la castaña, Ymir solo se puso a reír por lo bajo.

—Solo espero que no haga enojar a Annie.—susurro Ymir.

—No sé a quién tenerle más miedo.—susurro Hanji. —Si a Annie o a Mikasa cuando están enojadas.—

Ymir solo asintió entendiendo el punto de vista de la sub-comandante.

Eren mira a Annie de mala manera, primera evitaba que ayudara a su hermana, después se quedaba con la bufanda que le había dado a Mikasa y por último se metía cuando quería ayudar a su hermana a acomodarse en la cama. Para el chico titán, Annie se estaba tomando demasiadas molestias.

—No lo sé.—respondió el chico por fin.

—No estoy para juegos Eren.—dijo Mikasa con cansancio.

Hanji lo noto y decidió que era hora de que todos dejaran descansar a la pelinegra, quizás había estado dormida por mucho tiempo, pero eso solo era para recuperar un poco de fuerzas, aun necesitaba descansar para sanar todas las heridas. Todos los chicos fueron saliendo, Eren noto como Annie se quedaba en la habitación, al lado de la cama de Mikasa, sin siquiera mover un solo musculo.

Cuando todos estaba afuera, Hanji noto que Eren no se movía.

—No culpes a Annie de algo que solo tú has provocado.—dijo la castaña alejándose.

Eren frunció el entrecejo ante eso, si quizás se había pasado al decir eso sabiendo que Mikasa probablemente lo escucharía, pero quería arreglar las cosas, quería que todo volviera a la normalidad.

…..

Dos semanas después.

Mikasa se estaba recuperando más rápido de lo que Hanji podía creer. Pero había un problema, a la pelinegra aun le costaba poner de pie por sí sola, el golpe en la cabeza había dejado su sistema nervioso un poco inestable.

—Necesitaras terapias.—dijo Hanji mirando a Mikasa.

Annie, Eren y Armin estaban en la habitación. Eren aun no entendía que hacia la rubia allí, ya no la necesitaban, ella ya estaba fuera de peligro.

—Le ayudare.—dijo Annie ganándole por milésima vez a Eren.

—Yo lo hare.—dijo Eren con enojo. —Tu no la conoces.—

Mikasa rodo los ojos en fastidio, le estaba empezando a molestar que cada vez que Annie decía o hacia algo Eren siempre salía enojado diciendo que él lo haría porque él era su hermano y que él la conocía más.

—Annie me ayudara.—dijo Mikasa sorprendiendo a todos.

—Pero…—dijo Eren sin lograr terminar la oración.

—Annie y yo estamos en la misma habitación, ella sabe que es lo que siempre hago, ella me conoce.—

Annie se dio vuelta sintiendo que su rostro se empezaba a poner caliente sin saber porque, Hanji se rio por lo bajo al ver la reacción de la rubia. Nunca creyó ver algo de ternura en la chica de ojo azules, sonrió aún más al darse cuenta de que dejar a Annie al cargo de Mikasa haría que ambas chicas dejaran ver su lado más tierno, su lado más humano y que todos se dieran cuenta de que ellas no eran simples armas para derrotar a los titanes, que ellas eran seres humanos, que sentía, que lloraban, que tenían miedo, pero más importante que podían amar.

—Annie sería bueno que llevaras a Mikasa a su habitación.—dijo Hanji. —Luego te daré las instrucciones que debes seguir para las terapias de Mikasa.—

Annie asintió, Eren salió de la habitación azotando la puerta, Armin dejo salir un suspiro y se fue detrás de uno de sus mejores amigos. Annie ayudo a Mikasa a sentarse en la cama, Hanji le trajo ropa y las dejo solas.

—¿Hasta cuándo? —pregunto Annie mientras ayudaba a Mikasa a quitarse la bata que Hanji le había puesto.

—No lo sé.—respondió Mikasa, ambas sabían que no había necesidad de elaborar las preguntas, Mikasa sabía que Annie quería saber hasta cuando trataría a Eren de esa manera.

—¿Aguantaras todos sus desplantes? —inquirió la rubia.

—Creo que él tiene que aprender que no soy un juguete, que soy una persona.—dijo la pelinegra encogiéndose de hombros.

Annie le dio los pantalones a Mikasa y se dio la vuelta para que la pelinegra se los pusiera.

—¿Crees que el aguante? —pregunto Annie mientras tocaba la bufanda en si cuello, le hacía raro tener ese accesorio, pero le hacía sentir tranquila.

—No me interesa.—respondió la pelinegra. —Solo quiero recuperarme lo más rápido posible.—

Annie entiendo que alguien como Mikasa odiara depender de alguien, ella también lo hacía. Pero algo le hacía sentir que el pasar más tiempo con la pelinegra le seria de mucha ayuda para entender cómo funcionaba la mente de esa pelinegra.

Mikasa solo miro a Annie darle la espalda, se empezó a poner los pantalones mientras pensaba. Siempre había tomado decisiones en base a las que Eren tomaba, siempre hacia lo que Eren le decía, como aquella vez que le dijo que su cabello estaba demasiado largo cuando ella sabía que no era así, pero decidió cortárselo.

Mikasa decidió que desde ese momento tomaría sus propias decisiones y la primera seria darse la oportunidad de conocer a Annie más a fondo. Ambas ya habían abiertos las puertas de sus mentes ahora solo era ver y conocer sin empujar para que la otra no la empujara fuera.

—Termine.—dijo Mikasa.

Annie se dio vuelta para ayudar a Mikasa a levantarse por completo de la cama, la rubia paso su brazo alrededor de la cintura de la pelinegra para sujetarla, Mikasa paso su brazo alrededor de los hombros de Annie para apoyarse.

Annie no quería ser ruda ni nada así que decidió ir a un paso que le hiciera ver a Mikasa que no la estaba tratando con una inútil. Mikasa internamente agradeció que la rubia no la estuviera tratando como una buena para nada.

Hanji, Smith y Levi miraban como las dos chicas se ayudaban.

—¿Cómo las ves? —les pregunto Smith a Hanji.

—Se llevan muy bien.—respondió la castaña.

—Pero…—inquirir Levi sin despegar sus ojos de las dos mujeres que caminaban por los pasillos.

—Eren.—dijo Hanji en un suspiro de frustración. —Está celoso de que Annie este cerca de Mikasa, de que Annie este siempre ahí cuando Mikasa la necesita. Ellas dos tiene esa comunicación sin necesidad de palabras, solo se miran y ya saben lo que la otra quiere o necesita.—

Levi miro a Smith, este solo asintió entendiendo todo el asunto.

—No se metan en nada.—dijo Smith. —Annie y Mikasa son dos mujeres capaces de resolver sus propios problemas. Eren es fuerte, valiente y todo lo que quieran, pero cuando se trata de su hermana él es insensible. Puede que ella no demuestre nada en su rostro, pero sigue siendo un ser humano.—