Capítulo 12
Dos semanas habían pasado desde que las chicas habían regresado y Hanji había dado la noticia de la protección de Annie e Ymir, decir que muchos no estaban contentos con lo que estaba pasando era poco. Nadie entendía como podían confiar en esas dos chicas de la noche a la mañana, pero a las chicas les importaba poco lo que estuvieran pensando de ellas, ya que, tenían cosas más importantes en las que concentrarse. Al mismo tiempo nadie quería hacer nada en contra de las chicas por miedo a que Hanji lo fuera a castigar, pero a quien le tenían más miedo era a Levi así que preferían no tentar a la suerte.
Luego de haber tenido una larga charla, las chicas habían decidido que era mejor que Alma y Akane se quedaran con ellas que con un extraño. Sabían que si las dejaban con alguien más, Alma tomaría a su hermana y las buscaría a como diera lugar. Además, Mikasa sabía que esas chicas serían perseguidas y ella no lo iba a permitir. Lucharía por ellas a como diera lugar.
Annie y Mikasa se habían acoplado a tener a las dos niñas en su habitación, con ayuda de Christa e Ymir les estaban ayudando a encontrar una cuna para Akane pero mientras tanto estaría durmiendo con Mikasa.
—¿Están listas? —pregunto Mikasa mirando a Annie y a las niñas.
La rubia asintió. —Tenemos entrenamiento. —dijo Annie con seriedad. —Tenemos que estar una hora antes de que las cosas empiecen y dejar a Akane con Hanji. —
Luego de muchos intentos para que la pequeña dejara que Hanji la cargara. Los primeros intentos habían terminado con Akane llorando y Hanji sin saber como reaccionar, tenían que ser sinceras, habían tratado con titanes, con adolescente, con viejos amargados pero con un bebe jamás. Ese era un nuevo territorio para todas.
—Tendremos que apresurarnos.—dijo la pelinegra mientras tomaba la mochila con las cosas de Akane y Annie tomaba las cosas de Alma.
En su camino hacia la cafetería se encontraron con Ymir y Christa quienes estaban más que listas para entrenar. Annie y Mikasa habían obligado a Ymir a entrenar con ellas, Christa al ver las caras serias de las dos mujeres no le había quedado más opción que entrenar con ellas. Las chicas le habían ayudado mucho con sus entrenamientos, ahora era más eficaz con todas las cosas que los comandantes les ponían hacer, hasta Levi había hecho comentarios sobre sus nuevos avances.
—¿Cuando...creen...que...salgamos...de expedición? —pregunto Sasha mientras masticaba un pedazo de pan.
—No hables con la boca llena. —le regaño Christa.
—Lo siento. —se disculpó Sasha un poco avergonzada.
—Nunca hagas eso. —le dijo la rubia a Alma quien solo asintió.
—Creo que saldremos la próxima semana. —dijo Annie de manera desinteresada.
Alma se tenso al saber que Annie y Mikasa tendrían que irse. Para Mikasa eso no pasó desapercibido y puso una mano en el hombro de la pequeña niña. Alma miro a Mikasa tratando entender lo que la pelinegra le estaba queriendo decir.
—No tienes de qué preocuparte. —dijo Mikasa en voz baja. —Nos aseguraremos de que tu y tu hermana estén con alguien que las cuide bien. —
Alma asintió tranquilizándose un poco.
Eren por su parte había decidido darle a Mikasa el espacio que necesitaba, se había enterado de lo que había pasado con esas niñas y sabía que la pelinegra no estaría en un buen lugar en esos momentos. Él quería ayudar a la pelinegra pero sabía que había cometido un grave error.
…
Era el día de la expedición y decir que Annie y Mikasa estaban un poco nerviosas era decir poco. Sabían que esta vez era diferente, sabían que esta vez tenían que regresar con el grupo y no una semana después.
Hanji era la que se iba a quedar a cargo de las pequeñas mientras que las demás iban a cumplir con sus misiones.
—¿Ellas van a regresar? —pregunto Alma.
—Siempre lo hacen. —dijo Hanji. —Por ahora solo hay que preocuparnos en que haremos hasta que ellas regresen. —
—¿Por que ellas son tan serias? —pregunto Alma.
Hanji sonrió al ver que la pequeña ya estaba tomando un poco mas de confianza, sabia que siempre hablaba con Christa e Ymir, que nunca se despegaba de Mikasa o de Annie.
—Ambas tuvieron un pasado que las hizo fuertes. —dijo Hanji.
—¿Tu las quieres? —
—Si. —dijo Hanji con un suspiro. —Se que esta fuera del protocolo pero nunca lo he seguido. —
Ante eso Alma se rio un poco provocando que Hanji levantara los puños en son de victoria, le era difícil hacer que Alma hablara con ella y que riera era peor.
—Vente. —le dijo Hanji a la pequeña. —Mientras esperamos a que regresen tendremos que buscar la manera de que tu hermana no llore ante lo ausencia de las chicas. —
Alma solo asintió y tomo la mano de la sub-comandante. Hanji sabia que la pequeña tarde o temprano seguiría los pasos de las mujeres que la cuidaban, así que, decidió que era bueno ensenarle a la pequeña a leer y escribir.
…
Los titanes los estaban atacando como era costumbre, pero esta vez Annie, Ymir y Eren estaban peleando convertidos en titanes, evitaban que los titanes se acercaran al carruaje. Sasha, Connie y Jean agradecían que siempre Annie o Mikasa les pedía que cuidarían del cargamento, ellos sabían que mientras ellos continuaban con la meta de llegar a las murallas, las chicas los protegían de cualquier peligro.
Smith se dio cuenta de que esta vez tendrían que pelear hasta el final porque las cuatro mujeres no se podrían como carnada, esta vez ellas regresarían con el escuadrón. El hombre podría decir que estaba orgulloso de que las chicas estuvieran siendo conscientes de que tenían dos pequeñas que las necesitaban, pero al mismo tiempo estaba preocupado de que fueran a perder a mas miembros.
Levi noto el rostro de preocupación del comandante, sabían que tenían que hacer algo para que nadie saliera herido o terminaran muerto a manos de los titanes. Ellos tenían que crear un plan, ahora tenían a tres titanes entre sus líneas que los podían ayudar a ganar.
—¡Estamos cerca de las murallas! —grito Smith. —¡Solo un poco mas! —
Vieron como las puertas de las murallas se abrían ante ellos y lograron entrar sin perder a ningún miembro del escuadrón. Los cuerpos de los tres titanes se deshicieron junto con el humo. Annie, Ymir y Eren parecían bastante cansados con todo el esfuerzo que habían hecho para evitar que los titanes pasaran sus líneas de defensas.
Annie miro a Mikasa y esta tenia unas pequeñas cortadas en el rostro, algunas en las manos. La rubia noto las cuchillas totalmente destrozadas. —Tienes que tener mas cuidado. —comento Annie.
Mikasa al inicio no había entendido a que venia ese comentario hasta que vio sus cuchillas. —Lo intentare. —replico la pelinegra, Annie solo asintió.
Los aplausos de los aldeanos ante la llegada de todos junto con el cargamento no se hicieron esperar. Ese escuadrón eran su única esperanza, ellos eran los que aun los mantenían con vida.
Annie y las demás no esperaron y se dirigieron hacia la enfermería. Sabían que en ese lugar encontrarían a Hanji y a las niñas. Entraron a la enfermaría con cuidado, no querían alertar a Hanji o despertar a Akane si esta se encontraba dormida. Las cuatro se quedaron en la puerta viendo como Alma tenia un libro en sus manos y trataba de leer en voz alta, mientras que Hanji le cambiaba el pañal a Akane. Christa casi se reía por lo bajo al ver que su sub-comandante se estaba quejando al cambiar el pañal.
—Estamos de regreso. —decidió interrumpir Annie.
Ante la voz de la rubia Alma no pudo evitar dejar caer el libro y correr para abrazar a las chicas. Hanji miro a las chicas y sonrió al ver que esa vez si habían llegado a tiempo.
—Bienvenidas. —dijo Hanji. —Ahora terminen de cambiar este pañal, mientras yo me encargo de curar a las heridas de Mikasa. —
Ymir no pudo evitar reírse al ver lo rápido que Hanji le daba la bebe a Christa para que terminara con lo que ella empezado.
—Lo mío son las heridas no lo pañales. —se quejo Hanji por lo bajo pero las demás la pudieron escuchar.
Mikasa se sentó en una de las camillas y dejo que Hanji le empezara a curar las heridas, veía como Ymir y Christa cambiaban a Akane, luego miro a Alma jalar la mano de Annie para que se sentara a su lado y decirle lo que estaba leyendo.
—¿Crees que ella siga nuestros pasos? —le pregunto Mikasa a Hanji.
La castaña sin detenerse respondió. —Ella mira como todas ustedes entrenan, cuando cree que nadie la esta viendo hace los pasos que tu o Annie hacen en sus entrenamientos. —dijo Hanji mientras empezaba a vendar las manos de la pelinegra. —A veces veo que intentar leer los libros que encuentra en mi oficina, son libros muy avanzados para ella. — continuo. —Me di cuenta de que tarde o temprano les pedirá a ustedes que la entrenen, va a ser una decisión muy difícil de tomar. —
—No podemos detener sus sueños. —dijo Mikasa. —Si el sueño de ella es pelear contra los titanes, no somos nadie para detenerla. —
Hanji miro a Mikasa a los ojos, entendió que la pelinegra solo quería darle la libertad que Alma necesitaba para poder encontrar lo que quería hacer cuando fuera mayor.
—Tienes que hablar con Annie de esto. —dijo la castaña. —Ella puede que no este de acuerdo con eso. —
Mikasa asintió, vio como Akane la veía y estiraba los brazos para que la cargara.
—Tengo que decirte algo. —dijo Hanji en voz baja, solo quería que Mikasa la escuchara.
—Dime.—dijo Mikasa, dándole toda su atención a la sub-comandante.
—Las niñas están aquí porque se los he permitido. —dijo Hanji. —Pero tu y Annie saben que para que ellas se puedan quedar de manera permanente las tienen que adoptar. De no ser así, ellas terminaran en un orfanato. — agrego la castaña, noto como Mikasa se tensaba ante la mención de un orfanato. —Tu sabes que los altos mandos están buscando una manera para que Annie e Ymir dejen el escuadrón, se que son unos desgraciados y usaran a estas dos pequeñas para su beneficio sino hay algo legal que los detenga. —
