Capítulo 19
Annie no podía dejar de pensar en todo lo que había pasado en los últimos días, trataba de entender pero en esos momentos su mente estaba completamente en Mikasa y las niñas. Había evitado encontrarse con Eren durante todo ese tiempo, sabía que en cualquier momento perdería los estribos y lo último que necesitaba en esos momentos era meterse en problemas cuando Mikasa estaba inconsciente.
Lo único que Annie quería era que Mikasa despertara, que todo volviera a estar tranquilo y lleno de felicidad. La rubia no era tonta, podía sentir la preocupación emanar de Alma al no saber si Mikasa se repondría de todo el daño.
Entró en la habitacion de Mikasa, se encontró con Hanji moviéndose de un lado a otro leyendo algún libro médico mientras Alma entretenía a Akane y trataba de poner atención a lo que sea que Hanji estuviera murmurando.
—¿Te quedarás parada ahí o que? —Pregunto Hanji con una ceja enarcada.
Annie solo rodo los ojos y entró en la habitación. —¿Cómo sigue? —Pregunto acercándose a Alma y Akane.
Hanji dejó salir un suspiro. —Su estado ha mejorado en los últimos días.
—¿Pero?
Hanji solo se encogió de hombros. —No hay peros lo único que podemos hacer es esperar a que ella despierte.
Annie dejó salir un enorme suspiro que no pasó desapercibido por Hanji, sabía que en esos momento la rubia estaba tratando de evitar que pensamientos negativos inudaran su mente. Podía ver cómo esto podría causar problemas en la relación que se estaba desarrollando entre Annie y Mikasa pero esperaba que ambas mujeres se dieran la oportunidad de hablar antes de terminar algo que apenas había empezado.
Annie sabía que tenía que ser paciente, tenía que mantener la calma por el bien de las demás. Durante mucho tiempo había pensado que su vida no tenía sentido alguno, cada entrenamiento le servía para hacerse más fuerte pero antes no tenía a quien defender, si había defendido a muchas personas pero eso no quería decir que sintiera que tenía un propósito porque no era de esa manera. Miro alrededor de la habitación y se dio cuenta que ahora sí tenía un propósito para pelear, un propósito para regresar con vida a casa, un propósito para hacer que su nueva familia estuviera sana y salva, sabía que había fallado ya que Mikasa había salido lastimada.
Annie dejó salir otro suspiro, cuando Mikasa se recuperara, esta sería la última que permitiría que la pelinegra saliera lastimada. No se confiaría en quien estuviera detrás de ella, se aseguraría de estar alerta en cada momento de cualquier misión que se les fuera asignada. No iba a permitir que por otro error de Eren su familia se viera afectada.
Alma se acercó a Annie al ver que la rubia estaba muy hundida en sus pensamientos.
—Ella se va a recuperar.—Dijo Alma sentadose al lado de Annie. Annie ante el comentario salió de sus pensamientos y miró a la niña a su lado.
—Lo se. —Replicó Annie. —Ella es muy fuerte.
—¿Cómo crees que reaccione?
Alma sabía que no tenía que elaborar sabía que Annie entendería a lo que se refiere. Miro a Annie mirar de Akane hacía Mikasa y pensó en cuál sería la reacción de la pelinegra al escuchar a Akane llamarla Mamá.
—Creo que se sorprenderá pero estará feliz de escucharlo. —Dijo Annie sin dejar de mirar el rostro tranquilo de Mikasa.
—¿Crees que sea algo que solo Akane puede decir?
Annie dejó de mirar a Mikasa y posó toda su atención en Alma quien tenía toda su atención en Mikasa. —Es algo que tu y ella pueden hacer, siempre y cuando estés lista y no te arrepientas.
—¿Podemos hacerlo contigo también?
Tal pregunta dejó a Annie en shock, no era algo que esperaba. Ella se había hecho la idea que ahora tenía dos hijas pero no pensó que en algún momento le fueran a llamar Mama, dejo salir un suspiro y miro como Alma la miraba esperando por su respuesta, dirigió su mirada hacia Akane quien se estaba arrastrando en su dirección y en ese momento supo que no le molestaria en lo absoluto si esas pequeñas le llamaban Mamá.
—Lo pueden hacer. —Dijo Annie. —Cuando estés lista. —Agrego para luego levantar a Akane del suelo y sentarla en su regazo, la pequeña no hizo más que darle una gran sonrisa a la rubia.
—Si en algún punto de mi vida quiero formar parte del cuerpo de exploración. —Comenzó a decir Alma atrayendo la atención de Annie nuevamente. —¿Tu y Mikasa me apoyaran?
En ese momento Ymir, Christa entraron en la habitación y al ver que Annie y Alma estaban conversando decidieron acercarse a Hanji y preguntar cómo estaba Mikasa, pero ninguna de las tres mujeres dejaron de prestar atención a la conversación que Annie y Alma estaban teniendo.
—Si eso es lo que deseas te apoyaremos, quizás no estemos contentas con la decisión porque sabemos lo que sucede fuera de las murallas, pero no te detendremos, quizás hasta te entrenemos. —Dijo Annie encogiéndose de hombros.
La rubia no le iba a mentir a la niña, sabía que ni ella ni Mikasa estarían felices con que una de esas pequeñas entrara al cuerpo de exploración pero sabían que no podían detenerlas. Simplemente le ayudarían en todo lo que pudieran, solo deseaba que ese momento jamas llegara, esperaba que cuando Alma estuviera en la edad para poder entrenar para entrar en el cuerpo de exploración que los titanes ya no existieran.
….
Ymir y Christa se habian llevado a las niñas para que descansaran, desde que Mikasa había estado en la cama de hospital siempre unas de las mujeres se quedaba con ella. Esta noche le tocaba a Annie, quien al inicio había discutido con Ymir porque la morena quería que la rubia descansará dos noches seguidas a lo que Annie se había negado, no quería dejar a Mikasa sola más de dos noches.
Se acomodo en la silla junto a la cama de Mikasa, no tenía mucho que hacer más que observar a la pelinegra dormir. Cada noche esperaba a que en algún momento la pelinegra fuera a despertar y que todo volviera a la normalidad, lo que podían llamar normal en esos momentos.
Tomo la mano de Mikasa entre la suya y apoyó su cabeza en la cama, estaba tratando de mantenerse despierta pero se le había hecho muy difícil poder descansar, cada vez que intentaba dormir la pesadilla de perder a Mikasa la despertaba. Muchas veces sentía que era muy tonto el que sonara eso cuando Mikasa estaba bien, cuando sabia que tarde o temprano tendria a la pelinegra a su lado. Pero cada vez que cerraba los ojos podía escuchar el grito de dolor de Mikasa cuando el titán la había estrujado en sus manos. Después de despertar asustada no podía volver a dormir, se quedaba despierta o iba a la habitación de las niñas y las observaba descansar, observaba lo tranquilas que estaban y eso le ayudaba a tranquilizar sus miedos.
Día tras día Hanji observaba como Annie hacía tiempo entre sus entrenamientos, quehaceres y el cuidar de las niñas para poder pasar al menos una hora al lado de Mikasa. Estaba sorprendida al ver que a pesar de todo la rubia no se descuidaba de lo que tenía que hacer pero podía notar las ojeras en el rostro de la ojiazul, podía notar la preocupación de hacerse de ella cada día que pasaba y la pelinegra no despertaba.
Hangi había intentado que la rubia hablara con ella sobre todo lo que estaba sintiendo pero había sido en vano, la rubia no quería hablar sobre lo que sentía, simplemente se dedicaba a su trabajo, su familia y el cuidar de Mikasa.
—Annie. —Llamó Hanji al entrar en la habitación de Mikasa. —Esto no es saludable.
Annie solo ignoró el comentario de la subcomandante. Sabía lo que la peli castaña quería decirle pero en ese momento no estaba para eso. Lo único que Annie quería que Mikasa despertara y que todo de alguna u otra forma volviera a la normalidad.
—Annie. —Volvió a llamar Hanji. —Tienes que ir a descansar.
Hanji sabía que de la única manera en la que Annie le haria caso era si le daba una orden, pero en ese momento no quería usar su rango contra la chica pero no le estaba dejando otra opción.
—Han pasado dos semanas. —Dijo Annie de la nada. —Dijiste que solo teníamos que esperar pero ¿cuanto tenemos que esperar para despierte? Es raro regresar a casa y no verla junto a Alma y con Akane en sus brazos. Incluso Ymir y Christa han estado actuando raras ya que la dinámica ha cambiado y solo han pasado dos semanas.
Hanji iba a responder a la pregunta de la rubia cuando se dio cuenta que Annie estaba por decirle como se había estado sintiendo en los últimos días.
—Esto era lo que estaba esperando desde el momento que las cosas entre nosotras empezaron a cambiar. —Suspiro la rubia sin dejar de mirar a Mikasa. —Fue estupido de mi parte pensar que nada malo iba a pasar, pensar que podría tener un momento de normalidad fue bastante estupido de mi parte. Un pensamiento infantil en este mundo lleno de pérdidas.
Hanji podía notar la resignación en cada palabra que salía de la boca de Annie, como la rubia pensaba que no tenía el derecho de tener un momento de felicidad a pesar de todo lo que estaba pasando fuera de las murallas. La subcomandante dejó salir un suspiro y se acercó a la rubia y sin detenerse a pensar le dio un golpe en la cabeza provocando que Annie abriera los ojos en sorpresa y se le quedara viendo.
—Eres una tonta. —Dijo Hanji cruzando los brazos sobre su pecho. —Nada de esto pasó porque el hecho de que tu quieras tener un momento normal en tu vida, fue un terrible accidente. Te he dicho que está bien que tenga miedo de lo que pueda pasar a pesar de todo lo que te pasado sigues siendo una adolescente que necesita experimentar cosas normales. —Annie seguía sin entender porque la castaña la había golpeado pero podía notar la seriedad en cada palabra que esta le estaba diciendo. —He sido muy paciente, esperando a que tu empezaras a hablar de cómo te sientes pero no voy a permitir que menosprecies el hecho que te has sentido que perteneces a un lugar. Así que es hora de que dejes de pensar lo peor cada vez que una de ustedes tenga un accidente, sé que no será fácil ni para ti ni para Mikasa pero como su subcomandante les dio esa orden.
Annie no sabía qué responder, nunca espero eso de Hanji. Annie estaba consciente que Hanji siempre estaba para ella cuando algo le estaba molestando pero no esperaba esa reacción tan fuerte de la subcomandante. Era algo nuevo para ella.
—Es mejor que regreses a casa, descanses un poco. —Dijo Hanji dirigiéndose hacía la puerta. —Sabré si te quedas aquí. No me hagas regresar.
Annie rodó los ojos ante la amenaza de Hanji, sabía que si la subcomandante cerraba los ojos en ese momento nadie sería capaz de despertarla. Annie dejó salir un suspiro.
—Solo me quedaré un poco más.
Hanji asintió y salió de la habitación con una pequeña sonrisa al darse cuenta que sus palabras si habian causado un gran efecto en la rubia. Satisfecha con lo que había hecho y ahora podría descansar un poco mejor.
Annie miró a su alrededor y no pudo evitar dejar salir un suspiro. —Será mejor que despiertes pronto. —Amenazó Annie mirando a Mikasa con seriedad, luego bufó al darse cuenta de que nada pasaría ya que la pelinegra ni siquiera la escuchaba.
—¿O que? —Fue la respuesta que recibió.
Annie simplemente se le quedó viendo a Mikasa sin saber qué decir, estaba tratando de procesar si su imaginación le había hecho una mala pasada pero cuando Mikasa abrió los ojos supo que no había imaginado nada.
—Solo necesitaba amenazar para que despertaras. —Se burló Annie pero Mikasa pudo notar que la rubia está feliz.
