N/A: Voy a cambiar algunas cosas, quizás quite la maldición de los 13 años. ¡De lo que sí estoy segura es que Smith, Hangi y Sasha van a vivir! Aun me duele lo de Sasha y ver a Mikasa tan triste. Jean y Connie tan derrotados al ver que Sasha ya no estará con ellos. Para mi esos tres se amaban (nieguenlo) y en este fics ellos tres estarán en una jodida relación. Mikasa y Levi empezarán a interactuar más, mientras que Annie empezará a conectar con más personas.
Capítulo 20
Annie no pudo dejar salir un suspiro de alivio, Mikasa por fin estaba despierta y sabía que no era ningún truco de su imaginación. Estaba por salir a buscar a Hangi cuando Mikasa la detuvo.
—¿Qué pasó? —Pregunto la pelinegra.
—Paso que tienes que dejar de salir herida cada vez que salimos de expedición. —Dijo Annie con el ceño fruncido. —Se que te uniste al cuerpo de exploración por Eren pero…
Annie no pudo terminar su oración cuando Mikasa la tomo por el cuello de la camisa y la jalo hacia ella, había poco espacio entre ellas.
—Eso fue al principio. —Dijo Mikasa con el ceño fruncido aún si dejar ir a Annie. —Ahora tengo otras metas y no las dejaré.
—¿Cuáles son tus nuevas metas? —Reto Annie tratando de no enojarse con la pelinegra. Ambas tenían una guerra de miradas que ambas querian ganar, ambas querian que la otra viera su punto de vista y que entendiera lo que quería decir.
—Tu. —Dijo Mikasa sin dudarlo. —Akane, Alma, Christa, Ymir y Hangi. Tengo que asegurarme de que ustedes regresen a casa conmigo.
—También tienes que asegurarte de que tu vas a regresar con bien, de nada sirve que todas nosotras estemos bien cuando tu eres la que siempre termina en la enfermería. —Se quejó Annie tratando de mantener la compostura. En ese momento Mikasa la dejó ir y pudo enderezar su postura.
Mikasa dejó salir un suspiro y trató de moverse pero Annie se lo impidió rápidamente. —No te muevas, solo te lastimaras si lo haces. —Dijo la rubia. —Iré por Hangi para que te revise.
Mikasa miro como Annie dejaba la habitacion y no pudo evitar que otro suspiro escapara de su boca, habia notado los circulos negros bajo los ojos de la rubia y lo unico que eso queria decir era que esta no habia logrado dormir bien en lo que sea de tiempo que ella estuvo dormida. Minutos después la puerta se abrió de golpe dejando ver a Hangi entrar como alma que se la llevaba el diablo.
—Sabes. —Empezó a decir la subcomandante mientras se acercaba a la cama. —No estoy segura si debería dejar que vuelvas a salir de las murallas. Siempre que sales terminas lastimada.
Mikasa miró a la subcomandante con sorpresa porque no esperaba que esta le fuera a decir eso. —No tenemos opción.
Hangi frunció el ceño porque sabía que la pelinegra tenía la razón, no tenían opción. —Sabes que, creo que tendremos que buscar a alguien que cuide de las niñas. Todas estas expediciones que se han hecho yo no he podido ir y por alguna extraña razón ustedes siempre terminan en la enfermería. Desde ahora yo iré con ustedes y me asegurare de que todas ustedes regresen con bien.
Mikasa ante eso no supo qué decir, sabía que las primeras veces que Hangi se había quedado era porque esta necesitaba arreglar unas cosas, pero las ultimas dos veces se había quedado porque no sabían con quién dejar a las pequeñas. Annie dejó salir un suspiro porque sabía que la subcomandante tenía toda la razón y que ahora nadie le haria cambiar de opinión.
—¿Cuál es el veredicto? —Pregunto Annie acercando a la cama y esperando a que Hangi le respondiera.
—Todo parece estar en orden, pero lamento informarles que esta vez Mikasa tendrá que quedarse en esta habitación por dos semanas más. Todo esto quiere decir no entrenamientos de ninguna índole.
Mikasa arrugó la nariz al saber que no podría hacer nada en las siguientes dos semanas porque sabía que Hangi la tendría vigilada.
—Annie. —Dijo Hangi mirando a la rubia. —No te dije que te fueras a descansar.
Annie se encogió de hombros. —En el momento en que estaba a punto de irme ella despertó.
Hangi enarco una ceja pero por el momento decidió dejar a las dos chicas solas. La subcomandante sabía que necesitaban un tiempo a solas. Hangi salió de la habitación con una enorme sonrisa en el rostro al saber que todo volvería a la normalidad muy pronto, sabía que dentro de pocas horas esa habitación estaria llena de personas felices al ver que Mikasa estaba despierta nuevamente.
Mikasa y Annie se quedaron en silencio por unos minutos, simplemente disfrutando del momento. Annie miró a la pelinegra y podía sentir como una enorme carga dejaba sus hombros al ver que la mujer pelinegra estaba despierta.
—¿Cómo están las demás? —Pregunto Mikasa sacando a Annie de sus pensamientos.
—Bien en lo que cabe, están preocupadas por ti. —Dijo Annie encogiéndose de hombros. —Alma ha tratado de seguir su rutina, pasar un rato con su hermana, leer uno que otro libro de la oficina de Hangi y pasar tiempo aquí esperando a que despertaras.
—¿Qué pasó con Eren? —Pregunto Mikasa mirando fijamente los gestos de la rubia. Noto como Annie se tensaba ante el nombre y como fruncía el ceño ante la pregunta.
—El cabo Levy lo ha castigo, muchos dicen que simplemente es entrenamiento pero todos sabemos que pelear con el cabo es un poco suicida. El comandante Smith lo ha puesto a limpiar los establos mientras que Hangi ha hecho que limpie la cafeteria después de cada comida.
Mikasa dejó salir un suspiro ante lo que había escuchado sabiendo que Eren había logrado hacer enojar a los comandantes y al cabo al mismo tiempo y no dudaba que Annie e Ymir hayan evitado encontrarse con el chico porque de otra manera estas dos y Eren hubieran terminado en una pelea física en la cual Eren hubiera salido perdiendo.
—Deberías de ir a descansar. —Dijo Mikasa notando lo cansada que la rubia estaba. Annie negó rápidamente. —Annie...
—No. —Dijo la rubia permitiendo que Mikasa terminara su oración.
—Annie. —Volvió a llamar Mikasa tratando de hacer que la rubia entrara en razón.
—Ya dije que no. —Dijo Annie frunciendo el ceño y cruzando los brazos sobre su pecho. Mikasa dejó salir un suspiro al darse cuenta de que no lograría nada, Annie observó como Mikasa se movía en la cama haciendo espacio para después simplemente mirarla.
—Si no irás a casa a descansar por lo menos trata de descansar aquí. —Dijo Mikasa dándose cuenta de que la rubia iba a protestar. —Es esto o llamo a Hangi.
Annie dejó salir un suspiro antes de acostarse al lado de Mikasa, sabía que si quería quedarse en ese lugar por el momento tenía que hacerle caso a Mikasa.
—¿Qué haremos? —Pregunto Annie mirando el techo.
—Por el momento, me tengo que recuperar, tu tienes que seguir con tus deberes al igual que Ymir y Christa. Las niñas pueden quedarse conmigo mientras que Hangi termine con sus cosas o una de ustedes esté libre. Luego veremos qué hacer con respecto a quien las cuidara cuando tengamos que ir de expedición.
Ambas se quedaron calladas, sabían que tenían muchas cosas por hacer pero harían todo paso a paso. Annie sabía que tenía que buscar la manera de que Mikasa dejara de salir lastimada todo el tiempo, entendía que por alguna extraña razón la pelinegra resistía mucho pero eso no queria decir que algún día no sería suficiente.
Sabía que tenía que el apoyo de Hangi, Christa e Ymir, por lo poco que había notado sabía que el comandante Smith y el cabo Levy también la apoyaban. También recordó que Sasha, Connie y Jean siempre estaban de su lado, pero quería buscar la alternativa para que todas esas personas ayudarán a que Mikasa no saliera lastimada.
Annie estaba consciente de que eso iba a ser casi imposible pero no descansaría hasta que su plan fuera seguro. Otra cosa que la rubia quería hacer era tener una buena conversación entre sus puños y la cara de Eren, sabía que el chico no entendería a palabras porque ya lo habian intentado y no había dado resultados.
Ninguna supo en qué momento se quedaron dormidas, pero fue la primera noche en dos semanas en las que Annie no tuvo ninguna pesadilla.
Despertaron al escuchar la puerta abrirse dejando ver a Hangi con una ceja enarcada viendo a Annie directamente. —Creí haber dicho que fueras a descansar.
—Descanse. —Dijo Annie levantándose de la cama mientras que Mikasa simplemente las ignoraba, no quería meterse en lo que fuese que esas dos se traían.
Mikasa sintió la mirada de Hangi sobre ella y le dirigió la mirada, noto como la castaña esperaba por una respuesta a lo único que Mikasa pudo hacer era asentir.
—Las chicas ya vienen de camino así que prepárense para…
—¡Mikasa! —Fue el grito de Alma para correr y saltar en la cama, Annie fue rápida para evitar que la pequeña golpeara a Mikasa y por ende ambas terminaran en el suelo. Alma rápidamente abrazó a Mikasa con fuerza, escondiendo su rostro en el cuello de la pelinegra. Mikasa rápidamente pasó los brazos alrededor del cuerpo de la pequeña y podía escuchar pequeños sollozos provenir de la pequeña. La abrazó con fuerza, lo último que Mikasa quería era ver a la pequeña llorar.
Levantó la vista para encontrarse con Hangi viéndola con una pequeña sonrisa en el rostro y luego ver a Christa e Ymir entrar con Akane en los brazos de Ymir.
Todas vieron a Akane moverse y cuando sus pequeños ojos se posaron en Mikasa todas a excepción de Mikasa sonrieron.
—Mamá , Mamá, Mamá
Empezó a decir la pequeña mientras estiraba los brazos para que la llevaran con Mikasa, los brazos de Mikasa perdieron su fuerza ante lo que estaba escuchando. Miro a Annie quien simplemente le dio una pequeña sonrisa, miró a Christa y a Ymir quienes le dieron una enorme sonrisa mientras que la última se acerca para poner a Akane en sus brazos, miró a Hangi quien simplemente tenía una sonrisa orgullosa en el rostro.
Alma se movió un poco para permitir que Mikasa tomará en su brazo libre a Akane quien no dejaba de llamarla Mamá.
La pequeña empezó a saltar de felicidad al ver que la mujer a quien llamaba Mamá estaba mirándola, estaba cargándola después de mucho tiempo. Mikasa no sabía cómo reaccionar, si era sincera no esperaba a que la pequeña la fuera a llamar de esa manera.
Hangi, Ymir y Christa salieron de la habitación, para que Mikasa tuvieran un momento a solas con Annie y las niñas, sabia que para la pelinegra todo lo que había pasado estaba siendo difícil de procesar y que el todas estuvieran ahí frente a ella iba a hacer todo difícil. Mikasa dejó salir un suspiro al entender porqué las mujeres habian salido de la habitacion.
Annie simplemente se quedó de pie junto a la cama, mirando hacía todos lados para que la pelinegra lograra entender que era lo que estaba pasando. Alma no había dejado de abrazar a Mikasa hasta el punto que la niña se había quedado dormida en los brazos de la pelinegra. Akane por otro lado no dejaba de hacer todo en su poder para mantener la atención de Mikasa sobre ella, la pelinegra no pudo hacer más que sonreírle a la pequeña provocando que esta se riera.
Habian pensando lo que significaba tener dos pequeñas bajo su cuidado, pero hasta ese momento cayeron en cuenta que tan grande era su responsabilidad. Hasta ese momento se dieron cuenta del gran impacto que ellas tenían en esas niñas, entendía que no eran las únicas que tendrian ese impacto pero de alguna manera eran las que tenían que asegurarse de que todos estuvieran bien.
—¿Crees que podemos hacer algo para cambiar todo? —Pregunto Mikasa sin dejar de jugar con Akane mientras se cercioraba que Alma no fuera a despertar.
—Por el momento lo único que podemos hacer es seguir limpiando el Muro Maria, luego buscar la manera de derrotar a Reiner y Berthold antes de que ellos puedan lograr con su misión.
….
—Levi. —Llamo Smith provocando que el pelinegro se detuviera. —Busca a Hangi, lo estaré esperando en mi oficina.
Levi no espero más y fue en busca de Hangi, tanto Hangi como Smith estaban acostumbrados a las pocas palabras del pelinegro. Ambos comandantes habian notado que tanto Levi como Mikasa eran personas de pocas palabras, era curioso lo mucho que los pelinegros se parecían.
Levi encontró a Hangi en la habitacion de Mikasa y por lo que vio fue a la pelinegra sentada siendo abrazada por Alma y Akane. El cabo para sus adentros se sintió aliviado de que la pelinegra estuviera despierta y poder ver la tranquilidad en los rostros de todas las mujeres dentro de la habitación.
—Hangi. —Llamó Levi desde la puerta. —Smith nos necesita en su oficina.
Mikasa levantó la mirada para encontrarse con el cabo quien solo asintió. Todas notaron el gesto y entendieron que a pesar de su personalidad seria, distante y frío a Levi si le importaba el bienestar de sus soldados.
Hangi no dijo nada simplemente se dirigió hacía la puerta provocando que Levi empezará a caminar.
—Mikasa se está recuperando. —Dijo Hangi sin necesidad que Levi le hiciera una pregunta, sabía que su amigo no iba a decir nada pero que quería saber. —Le tomará tiempo volver a sus entrenamientos, pero con la ayuda de las demás se pondrá bien. Lo que me preocupa es que ella es la que siempre termina mas herida.
Levi miró a Hangi y podía notar lo preocupada que la subcomandante estaba. —Que haras?
Hangi dejó salir un suspiro. —Tengo que volver incorporarme en las expediciones, desde que deje de ir ella y Annie han salido heridas. Si me uno a ellas podré ayudarles más y evitar que una de ellas termine…
Levi noto como Hangi no podía decir "muertas" y él podía entender porque, a pesar de que ya tenían años peleando por sobrevivir seguían perdiendo camaradas, personas cercanas a ellos.
—Lo que quiero decir es que quizás pueda hacer un cambio, quizás pueda evitar que una de ellas no regrese. Aun sigo pensando en lo que tengo que hacer como subcomandante y todo lo que quiero hacer para avanzar con las muestras que Ymir y Annie me dieron de su sangre, pero también quiero ser un poco egoísta y dejar todo de lado para protegerlas.
Levi no respondió a nada, sabía que lo único que Hangi necesitaba en esos momentos era ser escuchada. Ambos llegaron a la oficina de Smith y no dudaron en entrar.
—¿Qué es lo que pasa? —Pregunto Hangi sentándose frente al escritorio de Smith, Levi se quedó parado al lado de la castaña.
—Desde que Mikasa llegó a nuestras instalaciones supo que había algo extraño y conocido en ella. —Empezó a decir Smith atrayendo toda la atención de Levi y Hangi. —Me preguntaba qué era y porque así empecé a investigar sobre el pasado de ella, como fue que llegó a los brazos de la familia Yeager.
—Smith creo que sería bueno que dejaras de dar vueltas e ir directo al grano. —Dijo Hangi cruzando los brazos sobre su pecho.
—Tanto tú como Mikasa provienen del mismo clan. —Dijo Smith mirando a Levi. —En pocas palabras son familia.
Todos se quedaron en silencio procesando lo que Smith acababa de decir. Levi en ese momento empezó a recordar todos los momentos donde Mikasa mostró su fuerza, su instinto de supervivencia y se fue dando cuenta de que todo ese tiempo la pelinegra no había escondido nada.
—Ella no lo sabe. —Dijo Levi atrayendo la atención de Hangi y Smith.
—No. —Dijo Smith. —Su padre fue asesinado antes de que pudiera explicar más sobre lo que ella experimentaría con el tiempo.
—Qué haremos? —Pregunto Hangi levantándose de su asiento.
—Decirle la verdad. —Dijo Levi sin pensarlo.
—Desde ahora tú y Mikasa entrenaran juntos. —Dijo Smith. —Le ayudaras a entender todo lo que sabes sobre los Ackerman. Quiero que Annie empiece a entrenar junto a Connie, Sasha y Jean, quizás sea raro pero esos tres van a ser una clave para que podamos ganar en esta guerra. Quiero que Eren y Armin empiezen a entrenar más duro, quiero que Ymir y Christa ayuden con las investigaciones de los titanes más a fondo.
Hanji y Levi podían ver que su comandante tenía algo en mente y que nadie lo haria cambiar de opinión.
—También, Hangi necesito que busque a la mejor persona para que cuide de esas pequeñas, no me importa lo que esa personas quiera se lo daremos siempre y cuando cuide de esas pequeñas con su vida. Ya hemos perdido mucho, no voy a permitir que sigamos perdiendo cada momento que salimos.
—No te preocupes. —Dijo Hangi. —Todo estará listo antes de nuestra siguiente expedición.
….
Ymir y Annie se encontraban en el campo de entrenamiento, muchos alrededor de las chicas podían notar que los golpes que ambas se estaban propinando no eran nada suaves, era como si en realidad quisieran hacerse daño de alguna forma u otra.
Connie y Jean por un momento pensaron en separarlas o ir en busca de uno de los comandantes porque no sabían qué era lo que estaba pasando pero Christa los detuvo.
—Esto es algo que ellas necesitan hacer. —Dijo Christa leyendo uno de los informes de Hangi sobre los titanes.
—Hacerse daño. —Dijo Connie sin dejar de mirar a Ymir y Annie.
—Sacar sus frustraciones. —Dijo Christa levantando su mirada. —Estas dos semanas han sido muy duras para ellas, Annie no ha querido hablar sobre lo que pasó con Mikasa, Ymir ha estado preocupada por Mikasa y Annie que no ha querido hablar sobre eso tampoco. Ahora que Mikasa despertó quieren sacar todo ese estrés y frustración.
—¿Quién está con Mikasa? —Pregunto Jean. —Ayer estuve con ella todo el día, pensé que hoy le tocaba a Ymir.
—Sasha. —Dijo Christa sin dudarlo. —Ymir le prometió carne si cuidaba de Mikasa dos días seguidos.
Connie y Jean no pudieron evitar reírse ante eso, sabían que si querian que Sasha hiciera algo simplemente tenían que prometerle carne.
….
—Hangi. —Llamo Alma desde el sofá de la oficina de esta.
—¿Que pasa? —Pregunto la subcomandante dejando de mirar su informe. Alma había notado que cada vez que ella hablaba no importaba lo que las mujeres a su alrededor estuvieran haciendo o si era importante porque ellas dejaban de hacerlo y le daban toda su atención.
—Hace tiempo hablé con Annie y Mikasa sobre una teoría, he leído muchos de los libros en esta oficina y quisiera leer los que están en la oficina del comandante Smith.
Hangi sonrió un poco ante lo que la pequeña estaba diciendo.
—Solo pregúntale a Smith y él te dejará. —Comento la castaña sabiendo que por alguna extraña razón Smith tenía un lado suave con esas pequeñas. —Ahora dime esta teoría que tienes.
Alma dejó salir un suspiro antes de poner el libro que tenía en sus manos en la mesa frente a ella. —Los titanes siguen creciendo en números mientras que los números de los humanos siguen disminuyendo. Que tal si los titanes fueron humanos alguna vez, eso explicaría porque Annie, Ymir y Eren pueden convertirse en titanes y controlar sus acciones al igual que Reiner y Berthold.
Hangi dejó caer los papeles que tenía en su mano en el escritorio, todo lo que Alma le había dicho tenía razón, pero podía notar que la pequeña tenía más por decir.
—¿Qué crees que hizo que Ymir, Annie y los demás puedan convertirse en titanes sin perder el control?
—Un suero. —Dijo Alma dejando salir un suspiro. —El adn de los titanes mezclados con el adn de personas con caracteres fuertes. Como dije solo es una teoría. —Agrego la pequeña encogiéndose de hombros.
—¿Crees que al leer los libros en la oficina de Smith encontrarás las respuestas?
Nuevamente Alma solo se encogió de hombros. —No lo se, por eso solo había hablado con Annie y Mikasa, ellas me dijeron que era bueno que hablara contigo que tu si me escucharías.
Hangi se levantó y caminó hacía donde Alma, se sentó al lado de la pequeña. —Eres inteligente, tanto que te diste cuenta de algo con lo que muchos aquí hemos estado lidiando por años. Ahora, quiero que hagas apuntes de todo lo que has leido, cada pequeño indicio que tengas y me los des.
—He dejado notas en los libros, no he escrito directamente en ellos. —Dijo rápidamente Alma para que Hangi no se enojara. —Deje papeles en los libros con notas en caso de que tu los fueras a leer después de hablar contigo. Entonces no crees que solo sea mi imaginación.
Hangi frunció el ceño. —¿Quién diablos te dijo eso?
—Uno de los soldados que vino a buscarte a la oficina cuando Mikasa y las demás fueron expedición, en ese momento solo estaba yo. El me vio leyendo uno de los libros y me dijo que no importara que tanto leyera o que tanto pensara que estaba ayudando cuando simplemente era una niña a la que nadie le creería, él dijo que todos pensarían que solo era mi imaginacion o que Annie me está diciendo cosas para que nadie sospechara de ella.
—Bueno. —Dijo Hangi. —Eso no es verdad, ahora no escuches lo que ellos dicen. Muchos soldados están molestos porque Annie e Ymir siguen con nosotros. Ahora, hay que volver a trabajar.
…..
—Sasha. —Llamó Mikasa provocando que la castaña dejara de comer y la voltera a ver. —Podrías ser menos ruidosa.
—Solo estoy comiendo, Mika. —Se quejo Sasha.
Mikasa solo enarcó una ceja provocando que Sasha solo rodara los ojos y volviera a comer con más tranquilidad provocando que Mikasa dejara salir un suspiro. Mikasa había notado que la castaña había estado pasando más tiempo con ella, si sabia que Ymir le había prometido carne pero podía notar que esta no solo lo estaba haciendo por la carne.
—Mikasa. —Llamo Sasha simplemente mirando su comida. —¿Porque siempre que vamos de expedición nos pides a Connie, Jean y a mi que cuidemos de los cargamentos?
Mikasa abrió los ojos y simplemente observó como la castaña no dejaba de ver su comida, era como si de un momento a otro hubiera perdido el apetito. Mikasa dejó salir un suspiro. —Ustedes trabajan muy bien en equipo.
Sasha frunció el ceño ante esa respuesta porque era muy obvia, Mikasa podía ver el ceño fruncido y sabía que la castaña no estaba satisfecha con su respuesta.
—Todos somos importantes en las expediciones, Sasha. —Dijo Mikasa mirando hacia la ventana. —Cada vez que salimos los ataques son más, hay más titanes. Lo último que Annie y yo queremos que ustedes no regresen con nosotras.
Ante eso Sasha dejó su comida de lado y saltó sobre Mikasa abrazándola con fuerza provocando que la pelinegra se sorprendiera, por un momento pensó que Sasha se enojaría con ella por protegerla.
—Por cierto. —Dijo Sasha alejándose de la pelinegra. —Hangi nos dijo que está buscando a alguien para que cuide de Alma y Akane cuando nosotros tengamos expediciones. —Mikasa solo asintió. —Mi Mamá las puede cuidar si ustedes desean. Quiero decir sé que necesitan a alguien que sea capaz de defenderlas y se que mi Mamá lo puede hacer.
Hangi escuchó lo que Sasha le había dicho a Mikasa y supo que había encontrado a quien cuidar de las pequeñas, sabía que la familia de Sasha eran buenos en la cacería así que no habría problemas porque sabían que ellos sabían cómo salir de ellos.
Hangi sabía que desde ese momento tenían que hacer todo lo posible para ganar, no quería perder a nadie más.
