Capítulo 24

Hange se había dado cuenta de lo duro que todos habían estado trabajando después de ese entrenamiento en el que Annie, Mikasa, Ymir y Pieck pelearon, las cuatro mujeres quedaron en empate porque ella y Levi tuvieron que detener las peleas al ver que no iban a tener un fin y que las chicas terminarian muy lastimadas.

Después de hablar con Smith, Levi y Mike sobre qué hacer habian decidido darles un tiempo libre a todos los soldados para que pasaran tiempo juntos sin la necesidad de entrenar y crear más confianza entre todos.

No era de esperar que Sasha, Connie y Jean organizaran una pelea de cocina, provocando que ambas escuadras se vieran involucradas y que después de tanto tiempo todos rieran y gritaran de la emoción.

Hange miro como Annie y Alma pasaban tiempo juntas, podía ver como la mujer titán ayudaba a la niña en todo lo que pudiera mientras le enseñaba cosas nuevas y por los gestos de felicidad de Alma eran geniales. Busco a Mikasa con la mirada para encontrarla sentada al pie de un árbol, al parecer Christa las había convencido de hacer un picnic mientras Sasha se divertía cocinando. Mikasa tenía sobre su regazo a Akane quien parecía estar en el paraíso por el simple hecho de tener a Mikasa cerca de ella.

Mikasa parecía estar embelesada mientras jugaba con las manos de Akane y provocaba risas en la pequeña. Miro al lado de Mikasa para encontrarse a Christa mientras que Ymir dejaba descansar su cabeza sobre el regazo de la rubia mientras que esta pasaba su mano por los cabellos castaños. Podía ver la paz en el rostro de Ymir, la alegría en Christa.

Hange no pudo evitar sonreír al ver a sus chicas tener unos buenos momentos de paz mientras creaban memorias que siempre provocarian sonrisas en sus rostros. Disfrutaba ver a esas chicas disfrutar de momentos como esos, momentos donde simplemente actuaban como las adolescentes que eran.

—Vamos. —Dijo Annie tomando la mano de Alma. —Es hora del almuerzo.

Ambas se apresuraron para llegar donde Mikasa y las demás estaban, Annie miró a las personas que se habian convertido en su familia estaban tan tranquilas, no pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro.

Se sentaron al lado de Mikasa, Annie miró a Hange y luego a Pieck ambas mujeres parecían estar en su propio mundo simplemente observando a todos. Mientras Hange observaba a todos con una pequeña sonrisa en su rostro, Pecik los observaba con curiosidad, como si no lograra entender cómo todas esas personas podían estar tan relajadas cuando en cualquier momento su fin podría llegar.

—Puedes ir por Hange y Pieck, por favor. —Le pidió Annie a Alma quien se puso de pie rápidamente y asintió. —Espero que no les moleste. —Dijo después mientras miraba de Mikasa a Christa e Ymir.

Ymir solo se encogió de hombros mientras se sentaba para poder comer, Christa solo le dio una pequeña sonrisa mientras Mikasa solo se encogió de hombros. Annie dejó salir un suspiro al ver que a nadie le había molestado su decisión.

Hange se dejó caer al lado de Annie sin dudarlo, mientras veía como Alma iba por Pieck. Todas notaron como la mujer veía a la pequeña con curiosidad y luego frunció un poco el ceño antes de empezar a caminar hacía ellas sin protestar. Alma corrió hacia ellas y se dejó caer al lado de Ymir dejando el único lugar disponible entre ella y Hange.

—Todo esto es muy extraño. —Comentó Pieck mirando como todas las mujeres junto a ella, charlaban con tranquilidad, podía ver que Annie y Mikasa eran de pocas palabras hablando de vez en cuando o solo asintiendo.

—Será de esa manera por un buen tiempo. —Dijo Annie mirando a Pieck a los ojos para luego bajar la mirada a su regazo y ver como Akane quería sentarse sobre ella. —Luego se convertirá en algo muy normal y relajante.

Pieck estaba por hacer un comentario cuando Sasha, Connie y Jean llegaron emocionados con varios platos llenos de comida. Se quedó callada observando como Jean y Sasha les explicaban cada platillo que habian preparado y que Jean estaba decepcionado de haber perdido contra Sasha pero que podía admirar las artes culinarias de su compañera.

Todos tuvieron que acomodarse para que los tres nuevos integrantes tuvieran espacio, Mikasa no supo cómo demonios terminó Sasha a su lado pero podía ver como la castaña de vez en cuando trataba de robarle algo de su plato. Todos veían la escena con sonrisas y trataban de no reírse.

Pieck noto como Hange solo rodaba los ojos pero la sonrisa en su rostro le daba a entender que todo eso le parecía divertido, miró a Annie quien estaba prestando atención a Akane, luego miró a Alma quien solo había dejado salir un suspiro, negar con la cabeza y seguir comiendo. Lo que no entendía era porque Annie había mandado a Alma por ella, Annie sabía lo que ella estaba planeando hacer, no entendía porque la estaba invitando a pasar tiempo con personas que prácticamente eran su familia.

Todo era muy confuso para Pieck, salió de sus pensamientos cuando sintió el peso de algo sobre su pierna, miro a hacía su pierna para encontrarse con Akane mirandola con una enorme sonrisa en el rostro. Pieck trago duro al darse cuenta que era la primera que alguien le sonreía con tanta sinceridad e inocencia.

La mayoría decidió hacerse los que no sabían lo que estaba pasando y siguieron con sus conversaciones, Annie no sabía si podía confiar en Pieck así que no había quitado su vista de ella, no mientras las vidas de sus hijas estuvieran en peligro.

….

Habian tenido un gran día, lleno de risas y de buenas conversaciones. Mikasa estaba alistando a Akane para dormir, Annie se estaba encargando de que Alma tuviera todo listo mientras que Christa e Ymir estaban terminando de limpiar. Mikasa y Annie se aseguraron que Alma y Akanes estuvieran en sus respectivas camas.

Salieron de la habitación de las niñas sin hacer ruido, se dieron cuenta que Christa e Ymir ya se habian retirado a su habitacion. Annie tomo la mano de Mikasa y la guió hasta el techo, Mikasa no dijo nada, entendió con rapidez que Annie quería que la acompañara a ver las estrellas.

Se acomodaron en el techo, su día había estado muy tranquilo, tanto que no lo habian podido creer. Era algo que habian olvidado cómo se sentía, no preocupaciones de ningún tipo, no planes, no entrenamientos, simplemente pasaron el día con familia y amigos.

—No confío en Pieck. —Dijo Mikasa sin dejar de ver las estrellas.

Annie dejó salir un suspiro. —En este momento no confio en ella, ella tiene un plan y aun no sabe si lo llevará a cabo. Quiero pensar que de una forma u otra lograremos que ella cambie de bandos.

Mikasa dejó salir un suspiro, dirigió su mirada hacía Annie. La pelinegra se quedó admirando el rostro de Annie, si le hubieran dicho cómo terminarían las cosas tiempo atrás no lo hubiera creído pero estaba agradecida que estuvieran en ese momento. Confiaria en el criterio de Annie, en el momento que Annie confiara en Pieck, ella lo haria pero mientras tanto estaría alerta. No iba a permitir que su familia saliera lastimada de una otra manera.

Annie sintió la mirada de Mikasa sobre ella y no pudo evitar mover su cabeza para mirar a Mikasa a los ojos, no era una mirada intensa o confundida, era una mirada llena de alivio y había algo que aun no podía entender pero de alguna manera le hacía sentir feliz. Algo a lo que aún no se acostumbraba, una emoción que aún le costaba entender pero ya no le asustaba.

Sin darse cuenta fueron moviendo sus cuerpos para estar aún más cerca de la otra. Dejaron que sus frentes descansaran contra la de otra, la paz que sentían cuando están en la presencia de la otra era algo que no habian experimentado en mucho tiempo.

—La última vez que estuvimos aquí, fue tranquilo. —Susurro Mikasa.

—Espero que siga de esa manera. —Susurro Annie. —Tranquilo, que siempre podamos olvidarnos de todo.

Mikasa cerró los ojos e inhalo suavemente. Annie no pudo ocultar la pequeña sonrisa que apareció en su rostro, cerró los ojos y disfruto de la paz y de la compañía de la primera persona que se había preocupado por ella, que había confiado en ella aun cuando todos le tenían resentimiento, la persona que sin proponérselo se había convertido en su familia y en alguien le estaba enseñando nuevos sentimientos.

—Pronto saldremos de expedicion. —Dijo Annie dejando salir un suspiro. —Eres la que siempre termina en la enfermería.

Mikasa dejó salir un suspiro ante eso porque aunque quisiera negarlo no podía. Ella siempre terminaba en la enfermería sin importar cuanto Annie la tratara de proteger. —Haré todo lo posible para que eso no vuelva a suceder. —Suspiro Mikasa.

—Okay. —Susurro Annie antes de acercar su rostro aún más al de Mikasa. Mikasa noto la intención y se acercó al punto que sus labios se rozaron con los de annie, el beso empezó lento. Era como si en el momento en el que hicieran un mal movimiento toda la magia se rompería.

Se separaron con lentitud, ambas dejaron salir un suspiro y simplemente se quedaron aferradas. No querian moverse pero sabían que tenían que regresar a su habitación y descansar porque si dormían o no Akane y Alma necesitaban de sus atenciones. Ambas chicas estaban de acuerdo que no podían dejarles todo a Christa e Ymir, esas necesitaban tiempo a solas.

—Es hora de regresar. —Murmuró Mikasa sin hacer un solo movimiento.

—Okay. —Dijo Annie sin moverse.

Luego de minutos se movieron,bajaron del techo y se dirigieron a la habitación que compartían. Estaban por dormir cuando escucharon unos suaves golpes en la puerta. Annie frunció el ceño, se levantó y abrió la puerta para encontrarse a Alma parra frente a ella, noto como el cuerpo de la pequeña temblaba como si estuviera tratando de no llorar. Se apresuró a tomar a Alma en sus brazos, la pequeña sin dudarlo se aferró al cuerpo de Annie y empezó a sollozar. Annie se dio la vuelta para encontrar a Mikasa cerca de ella, ambas estaban sorprendidas.

Caminaron hacía la cama, se acomodaron. Mikasa y Annie esperaron a que Alma se calmara y les pudiera decir que era lo que pasaba. Minutos después escucharon el llanto de Akane, Mikasa se apresuró a ir a la habitación. Cuando entró en la habitación Akane estaba parada en su cuna, lágrimas corriendo por sus mejillas.

—Ven aquí pequeña. —Dijo Mikasa en tono suave mientras tomaba a la pequeña en sus brazos. Akane inmediatamente se acurruco en el pecho de Mikasa, siempre sería una sorpresa para Mikasa el ver lo segura que Akane se sentía en sus brazos o con el simple hecho de tenerla cerca de una forma u otra.

Mikasa regresó a su habitación con Akane aun en sus brazos, abrió la puerta con cuidado y observó con gentileza al ver como Annie le susurraba algo a Alma al oído, Alma solo había dejado salir un suspiro mientras asentía y se relajaba en los brazos de Annie.

Annie levantó la mirada para encontrarse con Mikasa y Akane, se miraron por unos minutos antes de encogerse de hombros. Sin necesidad de palabras habian llegado al acuerdo de que las niñas se quedarían a dormir con ellas. Annie acomodo a Alma para que Alma y Akane quedaran en el medio. Alma y Akane no tardaron en quedarse dormidas, Annie y Mikasa notaron que lo que fuese que había provocado que las pequeñas se levantarán en angustia había quedado atrás ahora que ellas estaban ahí.

Mikasa se despertó al sentir algo o alguien tocando su rostro, abrió los ojos para encontrar a Akane sentada al lado de ella con una enorme sonrisa en el rostro.

—Buenos dias. —Susurro Mikasa al darse cuenta que Alma y Annie aun seguían dormidas, se dio cuenta que Alma estaba aferrada al cuerpo de Annie y esta tenía un brazo alrededor de la pequeña. Salió de sus pensamientos cuando escucho la pequeña risa de Akane. Mikasa se levantó con cuidado, sonrió cuando vio a Akane fruncir el ceño antes de tomar a la pequeña en sus brazos y provocar que volviera a sonreír.

—Supongo que hoy no podré hacer nada sola. —Susurro Mikasa dirigiéndose al baño. —Alguien quiere estar conmigo todo el día. —Agrego mientras Akane simplemente se acurrucaba contra el pecho de la pelinegra.

Hizo toda su rutina de limpieza y la de Akane antes de dirigirse a la cocina. Trato de dejar a Akane en su silla pero esta hacía gesto como si empezara a llorar en cualquier momento. Mikasa suspiro antes de tomar una manta y arramar a Akane contra su pecho, se aseguro de no acercarse mucho a las ollas calientes, no se dio cuenta del tiempo hasta que escucho murmullos provenir del pasillo, se dio la vuelta para ver a Alma y Annie salir de la habitación, sonrió al ver que Alma aún estaba tratando de mantener sus ojos abiertos mientras Annie evitaba que la pequeña se golpeara contra la pared.

—Buenos dias. —Saludo Annie mirando a Mikasa con curiosidad.

—Buenos días, no se quiere separar de mi. —Dijo Mikasa mirando a Akane.

Christa e Ymir no tardaron en unirse, sin más empezaron a desayunar y charlar con todo lo que tenían planeado hacer ese día. No tardaron mucho en alistarse y salir de la casa, Annie se encargaría de cuidarse de Alma mientras Mikasa cuidaría de Akane. Chirsta e Ymir fueron las primeras en despedirse ya que tenían que ayudar a Mike a entrenar a su escuadrilla.

—Nos vemos en el almuerzo. —Dijo Annie tomando su mochila y haciéndole señas a Alma para que tomara la de ella.

Mikasa solo asintió, tomo su mochila donde estaba lo que ella iba a necesitar y lo que Akane iría a necesitar todo el día. Se acercó a Alma y le dio un beso en la sien provocando que la pequeña se sorprendiera pero luego la abrazara. Alma se despidió de su hermana antes de salir por la puerta y esperar a Annie.

—Cuida de ella. —Murmuró Mikasa mirando hacía donde Alma había ido. —Puede que haya tenido una pesadilla sobre lo que pasó con sus padres.

Annie solo asintió, se acercó a Mikasa y le dio un beso a Akane en la sien provocando que la pequeña se riera y tratara de tomar el rostro de Annie entre sus manos. Mikasa y Annie quedaron frente a frente, Annie se armó de valor y le dio un beso a Mikasa en los labios. Luego le dio un sonrisa para ir hacía donde estaba Alma y empezar su día. Mikasa se quedó quieta por unos minutos, se había dado cuenta que Annie estaba tomando más iniciativa en cuanto a cualquier tiempo de contacto físico entre ellas y simplemente podía sentirse feliz de ver que Annie estaba teniendo más confianza, que todo lo que estaba pasando entre ellas era muy serio e importante para la rubia.

Mikasa sonrió antes de salir de su casa. Esperaba que todo los días empezaran de esa manera, todas reunidas y felices.

—Este será un buen día. —Dijo Mikasa mirando a Akane.

—¡Mama! —Gritó la pequeña con alegría.

—Haré todo lo que pueda para que esa alegría nunca se pierda. —Susurro Mikasa.